El avance hacia una educación digital responsable, tal y como defiende el Consejo Escolar del Estado, implica establecer límites de tiempos y espacios de utilización de los dispositivos dentro y fuera de los centros. Pero, ¿cómo se incide en la juventud para un uso sano de las tecnologías?, y ¿qué papel juega la gestión emocional en todo este asunto?
En una entrevista para AHORA, Elsa Punset habla de la importancia de encontrar el equilibrio en el uso de la tecnología por parte de los niños y niñas. “La alfabetización emocional implica que el niño o niña aprende a poner nombres a sus emociones, en cambio la tecnología tiende a activar nuestras emociones y agitarlas sin enseñarnos a ponerles coto”.
La tecnología no solo es divertida o entretenida, sino que también es “adictiva”. Esas descargas de dopamina son las que provocan ese enganche, ese querer más. Es probable que a medida que se avanza en edad, se es más consciente de cuándo y cómo se deben usar los diferentes dispositivos. Pero, “un niño o una niña no está fisiológicamente preparado para resistir la tentación de sacar su móvil, no tiene una corteza frontal madura que le ayude a gestionar esas tentaciones”, apuntaba la escritora y divulgadora.
Juegos de mesa, dinámicas y cuentos
La cuestión sobre el impacto que puede tener el abuso de las pantallas en los niños y niñas ha suscitado la demanda de talleres sobre gestión emocional y prevención de adicción a nuevas tecnologías en diferentes centros del territorio. “Desde Cruz Roja en Cuenca, hemos observado que las redes sociales y el uso excesivo del móvil, pantallas o videojuegos, hace que aumente la agresividad y que además no sepan gestionar, en ocasiones, lo que les pasa”, apunta Lucía Martínez, técnica de Cruz Roja Juventud en Cuenca.
NO HAY QUE PERDER DE VISTA UN BUEN MANEJO DE LAS EMOCIONES A ESTAS EDADES
En 2023, la demanda de Talleres para la Gestión de las Emociones se ha visto incrementada en la provincia de Cuenca tanto por el número de talleres solicitados como de nuevos centros demandantes. Como resultado, se ha incrementado por dos el número de talleres impartidos -en concreto 28, frente a los 15 impartidos en 2022- y se ha pasado de 10 a 14 centros. En consecuencia, los alumnos y alumnas atendidos se han incrementado en un 147%, pasando de 304 alumnos en 2022 a 752 en el último año.
“Nuestro colegio es digital, el alumnado empieza a estudiar digitalmente a partir de 5º de primaria, por ello consideramos que para un uso correcto de las tecnologías no hay que perder de vista un buen manejo de las emociones a estas edades”, comenta Juan Carlos, director del colegio Isaac Albéniz en Cuenca. Las edades a las que van dirigidos los talleres que se imparten desde Cruz Roja Juventud van desde los 3 años hasta los 17. “Sobre todo nos enfocamos en colegios porque están detectando que muchos niños y niñas no saben identificar sus emociones y los papás y las mamás no saben cómo ayudarles o darles herramientas”, explica Lucía Martínez.
Trabajar desde la “gamificación” es por lo que apuestan estos talleres de gestión emocional. Educar a través de lo palpable, de juegos de mesa, dinámicas conjuntas, cuentos, manualidades… De esta forma se sienten parte y conectan con su propia emoción o realidad. “Les llevamos herramientas como ‘El bote de la calma’. Es un bote que junto a ellos y a ellas llenamos de agua, purpurina y bolitas con el objetivo de agitarlo cuando sientan nervios. Con esta manualidad verán cómo el agua se va calmando una vez dejan de agitar, es una forma muy visual de ver por donde transitan sus emociones”, añade.
El insulto detrás de una pantalla
“Hemos observado que antes los insultos o las situaciones de acoso escolar quizás eran más fáciles de detectar o cortar porque pasaban en el propio centro; ahora no tienen por qué pasar aquí, sino fuera y a través de redes sociales. Entonces vemos como algo que ocurre fuera salpica dentro y esto es preocupante”, expresa el director del colegio Isaac Albéniz en Cuenca.
El impacto del mal uso de los dispositivos móviles en el rendimiento académico y el peligro que implica por la mayor facilidad de hacer bullying a algún compañero o compañera ha llevado a que el debate sobre la restricción de los dispositivos en las aulas vuelva a estar a la orden del día.
Desde Cruz Roja Juventud en Zaragoza se están impartiendo talleres en institutos no solo de gestión emocional, sino también de nuevas tecnologías o adicción al móvil. Una práctica inadecuada o excesiva de la tecnología puede desencadenar en ansiedad, fracaso escolar, obesidad, problemas de visión… “Estos talleres que impartimos los solemos llevar a lo práctico, a lo real. Solemos ponernos por ejemplo en la piel de algún famoso que ellos y ellas reconozcan fácilmente…yo suelo hablarles mucho de Ibai, pongo un vídeo suyo donde él cuenta que no es tan fácil ser gamer, habla de todo lo que conlleva y los límites que hay que poner a la hora de navegar por redes sociales”, defiende Ernesto Vegas, voluntario y referente de Cruz Roja Juventud en Zaragoza.
ANTES LOS INSULTOS PASABAN EN EL PROPIO CENTRO, AHORA NO TIENEN POR QUÉ PASAR AQUÍ
Sensibilizar y prevenir no es una tarea fácil, pero es la vía por la que apuesta la Organización para tratar de incidir de forma positiva en la juventud. “Estos talleres nos ayudan a conocernos mejor, nos hablan sobre los sentimientos y las emociones y cómo podemos adquirir herramientas fáciles para mejorar nuestro comportamiento con los teléfonos o tablets”, dice Inés, alumna que ha asistido a uno de los talleres de Cruz Roja Juventud.
Es un trabajo conjunto
Como defiende Elsa Punset en su entrevista para AHORA, “educar es un camino de doble sentido”. Fuera de las aulas, los y las menores pasan unas cuatro horas conectados a las pantallas, pero está claro que el control o los límites no son únicamente tarea suya, sino que los familiares y el profesorado deben remar de forma conjunta. “En el colegio trabajamos las emociones con el alumnado en la asignatura de Valores y además, a las familias les ofrecemos también talleres de gestión emocional, pero hay veces que nos cuesta llegar más allá. Desde el colegio podemos incidir hasta cierto punto, pero el trabajo también se tiene que hacer en casa para que tenga una continuidad y un avance a futuro, hay que ir de la mano”, defiende esperanzador el director Juan Carlos.
Explorar países a través de Google Earth, aprender un idioma, escuchar podcast infantiles, hacer videollamada con los abuelos… Internet ofrece a los y las más pequeñas posibilidades infinitas, educativas y positivas, pero el hilo entre los beneficios y los riesgos es muy fino a ciertas edades. De ahí, la importancia de ser ejemplo y guía en casa y en el aula. “Al final, lo que más necesitan los niños y niñas a estas edades es caerse, jugar, saltar, correr, mirarse a los ojos, no perder lo social, lo colectivo”, concluye.
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