Fuente: Banco Mundial / 8 de Junio de 2016
Las perspectivas para los países exportadores y para los países importadores de productos básicos son marcadamente diferentes y aumentan los riesgos de que los resultados sean menos favorables que los previstos
El Banco Mundial está reduciendo al 2,4 % su pronóstico del crecimiento mundial en 2016, respecto de las proyecciones del 2,9 % de enero. Esta medida es consecuencia del lento crecimiento de las economías avanzadas, los precios persistentemente bajos de los productos básicos, el flojo comercio mundial y la disminución de los flujos de capital.
Según la actualización más reciente del informe Perspectivas económicas mundialesdel Banco Mundial, los mercados emergentes y las economías en desarrollo exportadores de productos básicos han tenido dificultades para adaptarse a la disminución de los precios del petróleo y otros productos básicos clave, y esto representa la mitad de la revisión a la baja. Las proyecciones indican que estas economías crecerán escasamente, a un ritmo del 0,4 % este año, lo que representa una revisión a la baja de 1,2 puntos porcentuales respecto de las perspectivas de enero.
“Este crecimiento lento subraya las razones por las cuales es crucialmente importante que los países apliquen políticas orientadas a impulsar el crecimiento económico y mejorar el nivel de vida de las personas que subsisten en la pobreza extrema”, señaló Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial. “El crecimiento económico sigue siendo el motor más importante de reducción de la pobreza, y por eso nos preocupa profundamente la marcada desaceleración del crecimiento en los países en desarrollo exportadores de productos básicos ocasionada por la caída de los precios de esos productos”.
Los mercados emergentes y las economías en desarrollo importadores de productos básicos se han adaptado mejor que los países exportadores, aunque los beneficios derivados de los precios más bajos de la energía y otros productos básicos no se han concretado rápidamente. Según las previsiones, estas economías se expandirán un 5,8 % en 2016, lo que representa una pequeña baja respecto del 5,9 % estimado para 2015, a medida que los bajos precios de la energía y la moderada recuperación de las economías avanzadas respalden la actividad económica.
Entre las economías de mercado emergentes, en China se pronostica un crecimiento del 6,7 % en 2016, tras el 6,9 % que se registró el año pasado. Se prevé que la robusta expansión económica de India se mantendrá estable en el 7,6 %, mientras que Brasil y Rusia seguirán en una recesión más profunda que la pronosticada en enero. Según los pronósticos, Sudáfrica crecerá un 0,6 % en 2016, es decir un 0,8 de punto porcentual más lento que el ritmo pronosticado en enero.
De acuerdo con el informe, el aumento significativo del crédito al sector privado —intensificado por un período de bajas tasas de interés y, más recientemente, el aumento de las necesidades de financiamiento— genera riesgos potenciales para varios mercados emergentes y economías en desarrollo.
“Mientras que las economías avanzadas tienen dificultades para cobrar impulso, en la mayoría de las economías de Asia meridional y oriental se está registrando un sólido crecimiento, al igual que en las economías emergentes importadoras de productos básicos de todo el planeta”, afirmó Kaushik Basu, primer vicepresidente y primer economista del Banco Mundial. “No obstante, el rápido aumento de la deuda privada en varias economías emergentes y en desarrollo indica que es necesario actuar con cautela. Tras un período de rápido aumento del endeudamiento, no es inusual observar que los préstamos bancarios improductivos, como porcentaje de los préstamos brutos, se cuadruplican”.
En un contexto de atonía del crecimiento, la economía mundial enfrenta graves riesgos, entre ellos una desaceleración más profunda en los principales mercados emergentes, cambios pronunciados en la actitud de los mercados financieros, estancamiento en las economías avanzadas, un período de precios bajos de los productos básicos más prolongado que lo previsto, riesgos geopolíticos en diversas partes del planeta, y preocupación respecto de la eficacia de la política monetaria para impulsar un crecimiento más sólido. En el informe se utiliza por primera vez un instrumento para cuantificar los riesgos relacionados con las perspectivas mundiales y se observa que actualmente se inclinan más hacia la que baja que en enero.
“Las flojas perspectivas de crecimiento en los mercados emergentes y las economías en desarrollo podría ralentizar o incluso invertir los avances que han realizado para llegar a los niveles de ingresos de las economías avanzadas”, señaló Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas de Desarrollo Económico. “No obstante, algunas economías emergentes y en desarrollo importadoras de productos básicos han logrado registrar un crecimiento constante o más acelerado en el curso de los últimos tres años”.
Perspectiva regionales
Asia oriental y el Pacífico: Las proyecciones indican que el crecimiento de la región se desacelerará, a un ritmo no revisado del 6,3 %, en 2016, previéndose que la expansión de China disminuirá al 6,7 %, como se pronosticó en enero. Según las proyecciones, el crecimiento de la región excluida China será del 4,8 % en 2016, sin cambios respecto de 2015. Estas perspectivas presuponen una desaceleración ordenada del crecimiento en China acompañada por avances constantes en las reformas estructurales y las políticas de estímulo adecuadas que resulten necesarias. En el resto de la región, se prevé que el aumento de las inversiones en varias economías grandes (Indonesia, Malasia, Tailandia) y el fuerte consumo respaldado por los bajos precios de los productos básicos (Tailandia, Filipinas, Viet Nam) promoverán el crecimiento.
Europa y Asia central: A raíz de la persistente contracción en Rusia, el pronóstico del crecimiento de la región se mantiene en el 1,2 % en 2016, lo que representa una revisión a la baja de 0,4 de punto porcentual respecto de las perspectivas de enero. Los problemas geopolíticos en la región, incluidos los estallidos de violencia en la parte oriental de Ucrania y el Cáucaso y los ataques terroristas en Turquía, influyen en las perspectivas. Según las previsiones, la región excluida Rusia crecerá un 2,9 %. Las proyecciones del crecimiento para la zona oriental de la región se han revisado a la baja respecto de las perspectivas de enero debido a que los países se están adaptando a la disminución de los precios del petróleo, los metales y los productos básicos agrícolas. La actividad en la parte occidental de la región se beneficiará del crecimiento moderado en la zona del euro y el fortalecimiento de la demanda interna, gracias a los bajos costos del combustible.
América Latina y el Caribe: Según los pronósticos, en la región se registrará una contracción del 1,3 % en 2016 tras una disminución del 0,7 % en 2015, la primera vez en más de 30 años que se registra una recesión en dos años consecutivos. Se prevé que comenzará a crecer nuevamente en 2017, pues cobrará impulso en forma gradual hasta llegar a alrededor del 2 % en 2018. Las perspectivas son diferentes en las diversas partes de la región: en Sudamérica se pronostica una contracción del 2,8 % este año, seguida de una leve recuperación en 2017. Por el contrario, el producto de la subregión de México y América Central, y del Caribe, respaldado por los vínculos con los Estados Unidos y las sólidas exportaciones, aumentaría un 2,7 % y un 2,6 %, respectivamente, en 2016, y más aún en 2017 y 2018. El pronóstico para Brasil indica una contracción del 4 % en 2016 y se prevé que la recesión continuará en 2017, en un contexto en el que se intenta aplicar una política más restrictiva, aumenta el desempleo, disminuyen los ingresos reales y reina la incertidumbre política.
Oriente Medio y Norte de África: Según los pronósticos, el crecimiento en la región repuntará levemente al 2,9 % en 2016, es decir 1,1 puntos porcentuales menos que lo previsto en las perspectivas de enero. La revisión a la baja obedece a que se prevé que los precios del petróleo seguirán cayendo durante el año, y descenderán, en promedio, a USD 41 el barril. La principal razón de la leve mejora del crecimiento regional en 2016 es la fuerte recuperación prevista en la República Islámica del Irán tras el levantamiento de las sanciones en enero. Las proyecciones indican que el repunte previsto en los precios del petróleo en 2017 respaldará una recuperación del crecimiento regional al 3,5 % en 2017.
Asia meridional: Los pronósticos indican que el crecimiento en la región se acelerará al 7,1 % en 2016, a pesar del crecimiento inferior al previsto de las economías avanzadas, que ha frenado el aumento de las exportaciones en la región. La actividad se mantuvo firme debido a que la demanda interna, el principal motor de crecimiento, siguió siendo sólida. En India, la mayor economía de la región, se registró un fortalecimiento de la actividad, al igual que en Pakistán, Bangladesh y Bhután. La mayoría de las economías de Asia meridional se ha beneficiado de la caída en los precios del petróleo, un bajo nivel de inflación y flujos constantes de remesas.
África al sur del Sahara: Se pronostica que el crecimiento de África al sur del Sahara disminuirá nuevamente, al 2,5 %, en 2016, en comparación con el 3,0 % estimado para 2015, dado que las previsiones indican que los precios de los productos básicos se mantendrán en un nivel bajo, se prevé que la actividad mundial será floja y se está registrando un endurecimiento de las condiciones de financiación. Es probable que el consumo no repunte de manera significativa en los países exportadores de petróleo, mientras que el descenso de la inflación en los países importadores de petróleo debería respaldar el gasto de consumo. No obstante, la inflación del precio de los alimentos ocasionada por la sequía, el alto nivel de desempleo y el efecto de la depreciación de la moneda podrían contrarrestar parcialmente esta ventaja. Se prevé una desaceleración del aumento de las inversiones en muchos países a medida que los Gobiernos y los inversionistas recorten o retrasen los gastos de capital en un contexto de consolidación fiscal.