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Montevideo lanza la primera Biblioteca Digital Accesible de Uruguay

Uruguay lanzó hoy la primera Biblioteca Digital Accesible del país, que cuenta con más de 500 libros, principalmente educativos, digitalizados para los estudiantes de primaria y secundaria con algún tipo de discapacidad visual.

Montevideo, 16 ago (EFE).- Uruguay lanzó hoy la primera Biblioteca Digital Accesible del país, que cuenta con más de 500 libros, principalmente educativos, digitalizados para los estudiantes de primaria y secundaria con algún tipo de discapacidad visual.

Es un proyecto muy importante para crear «inclusión social» mediante «el acceso a los bienes y servicios culturales de todas las personas, cualquiera sea su capacidad», declaró la ministra de Educación y Cultura uruguaya, María Julia Muñoz.

«En este caso el Tratado (de Marrakech) hace que las personas de baja visión o sin visión puedan acceder a la lectura», añadió la ministra durante el lanzamiento, que tuvo lugar en la Biblioteca Nacional de Montevideo.

Muñoz señaló que espera que se ponga a disposición este conjunto de textos para la educación «lo antes posible», ya que por el momento el Tratado de Marrakech no está aprobado.

Este Tratado -que entró en vigencia en 2016, cuando 20 países lo ratificaron- permite generar materiales accesibles sin necesidad de tener que negociar con cada autor y editorial, explicó la integrante del Núcleo Interdisciplinario sobre Recursos Educativos Abiertos Patricia Díaz.

«La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, en este caso, dio prioridad al derecho a la educación y al acceso a los materiales de estudio antes que al derecho de autor», apostilló la experta.

Díaz aseguró que en la actualidad no se pueden «ingresar usuarios», pues la «reglamentación no está aprobada», pero que espera que se apruebe en los próximos «15 días o un mes».

Por su parte, la coordinadora del Núcleo Interdisciplinario sobre Recursos Educativos Abiertos, Virginia Rodés, estimó que «toda operativa va a estar funcional a principios del año próximo».

Con respecto al funcionamiento de la biblioteca, el presidente de la Unión Nacional de Ciegos de Uruguay (Uncu), Gabriel Soto, indicó que, una vez acreditado, el usuario con discapacidad visual podrá buscar en el catálogo de la página el libro que necesite.

Una vez elegido el texto, el usuario podrá descargarlo en un formato accesible y reproducirlo, con un lector de pantalla, en su computadora, tableta o celular.

Además, Soto subrayó que «todo el material se podrá imprimir en braille en centros específicos».

Durante la presentación, también se resaltó que los datos del censo 2011 señalan que en escolarización hay cerca de 20.000 personas ciegas con baja visión y que se estima que hay 311.000 personas con esta discapacidad. EFE

syr/rfg/dsz

Fuente: http://www.wradio.com.co/noticias/sociedad/montevideo-lanza-la-primera-biblioteca-digital-accesible-de-uruguay/20170816/nota/3550708.aspx

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Biblioteca Digital Nacional de la India: Repositorio virtual al alcance de su mano

Aproveche la Biblioteca Digital Nacional para disfrutar de una gran experiencia de lectura.

Asia/India/thehindu.com

Imagínese tener una colección de seis millones de libros en casa. La Biblioteca Digital Nacional (NDL) está tratando de hacer esto una realidad. Con la nueva aplicación NDL para Android, los usuarios pueden leer más de 7,2 millones de libros en 70 idiomas diferentes. La Biblioteca Digital Nacional de la India, organizada por IIT Kharagpur y patrocinada por el Ministerio de Desarrollo de Recursos Humanos, es un portal que integra los repositorios digitales de la India. Los temas van desde la informática, la filosofía y la religión hasta la literatura, la agricultura y las bellas artes.

Principios humildes

«NDL comenzó como un proyecto piloto en abril de 2015 por MHRD. Desde un comienzo humilde en una PC para demostrar la prueba de concepto, ahora es un proyecto completo; Poniendo el contenido educativo a disposición de toda la nación a su alcance. NDL es «abierta» e «inclusiva». Cualquier persona puede registrarse y comenzar a usar NDL «, dijo el profesor Partha Pratim Das, profesor responsable y coordinador general del proyecto en IIT Kharagpur.

Algunos de los contenidos disponibles en el repositorio incluyen libros de texto NCERT, libros de texto de 8 juntas estatales de educación, JEE, GATE y UPSC preguntas, documentos / tesis del Instituto Indio de Ciencias, Instituto Estadístico de la India, IITs, IIMs, IISERs. También se puede acceder a las publicaciones de los laboratorios del Consejo de Investigación Científica e Industrial (CSIR) y del Consejo Indio de Investigación Agrícola (ICAR).

«El conveniente sistema de filtrado le permite elegir el área temática, el idioma y el tipo de archivo. Aunque hay muchos libros, el número de artículos de investigación es limitado – sólo están disponibles revistas de acceso abierto y artículos de investigación. Sería útil que podamos tener acceso a revistas pagadas también «, dice Alekhya T. Kilambi, investigador académico en Tata Memorial Center, Mumbai.

Aunque los estudiosos están un poco decepcionados, los estudiantes parecen estar en el lado optimista. «A los niños en estos días no les gusta ir a la biblioteca. Así que trajimos la biblioteca a ellos. Pueden leer más de tres piezas de textos en la sección de literatura. Los niños están más inclinados hacia los audiovisuales para los estímulos en contraposición a la palabra escrita. Así que también tenemos algunos de los cuentos y cuentos más queridos en forma de recursos digitales, como los audiolibros «, dice un representante de IIT Kharagpur.

«También hemos iniciado una campaña de medios sociales llamada #NightTimeRead que es ficción en directo por la noche», añade. La campaña se lanzó el 3 de junio en las páginas de NDL India Facebook y Twitter. Cada post contiene una sinopsis de un cuento junto con el enlace al contenido.

«Todos amamos una buena lectura antes de ir a dormir. #NightTimeRead es un esfuerzo para traer un poco de ficción y folclore de nuevo a la vida de nuestros usuarios en estas vacaciones de verano. ¡Promete presentar una literatura indígena y extranjera que llena los huesos, el corazón bombea, lamer las lágrimas y la risa mientras las estrellas salen! También esperamos que el formato de audio-libro corto intrigue a más gente a experimentar estas historias increíbles «, dijo un funcionario de NDL India.

La aplicación tiene algunos errores como bloqueo inesperado y la imposibilidad de descargar PDFs. Si está debidamente organizado y actualizado con frecuencia, NDL tiene un inmenso potencial para ayudar a la comunidad estudiantil y traer la cultura de lectura a la generación más joven.

Fuente: http://www.thehindu.com/education/virtual-repository-at-your-fingertips/article19330883.ece

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Bibliotecas y Publicaciones Digitales

27 febrero 2017/Autor:Juan Voutssás Márquez/Fuente:openlibra

El objeto de estudio es la biblioteca digital en sí misma, sus partes y sus interrelaciones: las preguntas pertinentes al respecto serían entonces ¿qué es exactamente una biblioteca digital y qué rasgos la definen? ¿de dónde viene? ¿existe un sólo tipo de ellas o cuáles son sus variantes? ¿qué partes la conforman? ¿cuáles son sus servicios y colecciones y cómo se desarrollan ambos? ¿cómo es el mundo de las publicaciones digitales que se integran a sus colecciones? ¿cuáles son las semejanzas y las diferencias entre ellas y una biblioteca tradicional? ¿cómo se diseña y construye una biblioteca digital? ¿qué esperan los usuarios de una biblioteca de este tipo?.

Fuente: https://openlibra.com/es/book/bibliotecas-y-publicaciones-digitales

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Así es la mayor biblioteca de código abierto del mundo

José Manuel Blanco
elconfidencial.com

Igual que las películas o los libros se preservan, el ‘software’ tampoco se puede perder. Y hay quienes están trabajando para ello. Software Heritage es un proyecto a escala mundial que busca archivar todo el ‘software’ libre que se ha creado y se crea. Desde los proyectos casi anónimos que cada día aparecen en GitHub hasta programas míticos como el Open Office, esta página web con menos de dos años de vida (aunque fue publicada hace unos meses) pretende acoger todo ese saber con el fin de que pronto esté disponible para muchos.

Desde Francia, el profesor Roberto Di Cosmo está al frente de la iniciativa, que nació como idea hace tres años. “Cuando empecé a trabajar en eso [investigar el código abierto existente], buscábamos una gran colección de todo el código disponible. No solo disponible hoy, sino que vaya a quedar disponible a largo plazo”, explica a Teknautas. Tras mucho investigar, él y su equipo no encontraron recopilación alguna: “No había nadie que se encargara de preservar el código fuente”. Para ellos, el problema era muy grave y había que solucionarlo: “El verdadero conocimiento está en el código fuente del ‘software’, no tanto en el archivo ejecutable, y estamos perdiendo ese conocimiento”.

Visto el problema, había que definir una estrategia a largo plazo. Optaron por crear una especie de “consorcio internacional” formado por voluntarios. En él estarían representados no solo personas individuales, sino también organizaciones, centros de investigación o universidades. Trabajaron un año y medio en secreto, diseñando y montando la infraestructura. La web de Software Heritage se hizo pública el pasado 30 de junio, con todo el material que habían ido recopilando en ese tiempo.

Una Wikipedia del ‘software’

El objetivo es que cualquiera tenga acceso a un gran repositorio de código fuente. Di Cosmo ve muchas utilidades “no solo para el investigador que haga análisis, sino para miles de aplicaciones diferentes. Puede ser para la industria, para buscar vulnerabilidades…”. Es más, “uno podría construir alguna Wikipedia del ‘software’: la historia, por qué tal programa fue desarrollado por quién, en qué momento, ver cómo evolucionó con el tiempo…” Ellos no solo almacenan código fuente, “también toda la historia del desarrollo”. Cada seis horas se actualiza su contador: cuando se escribe este artículo, hay más de 47 millones de proyectos, que suman 3.100 millones de archivos en su seno.

En esa biblioteca hay de todo. En primer lugar, una copia integral de GitHub, la plataforma más famosa para compartir proyectos informáticos y desarrollarlos de forma colaborativa: millones de desarrolladores cooperan y comparten su trabajo para que el resto de la comunidad lo disfrute. También están repositorios como los de Debian yGoogle Code. “Está todo el código fuente de la mayoría de ‘software’ libre que se usa hoy en día: Linux, Firefox, Open Office… Hay gente que puso también todo el historial de Unix desde 1970, el código fuente del Apolo XI…” Y entre los colaboradores que aportan este contenido se cuentan empresas como Microsoft Francia.

A la vez que aportan el ‘software’, piden la participación de todos aquellos interesados en seguir mejorando el proyecto: para desarrollar, para dárselo a conocer a otras personas… Y ojo, porque también contratan. Es un proyecto transparente y colaborativo donde se agradece tanto una nueva pieza de ‘software’ libre como el aviso de un ‘bug’. Hay una lista de correo y un canal IRC para suscribirse.

De momento el archivo no está disponible para su descarga pública. El objetivo es no perder todo ese ‘software’ que podría dejar de estar disponible

Otra opción es patrocinar Software Heritage. De acuerdo a la cantidad de dinero que destinen cada año, los patrocinadores aparecerán reflejados como donantes en la página web y en otros apartados como las notas de prensa del proyecto. El dinero se destina a reforzar la infraestructura para seguir creciendo, así como a financiar los gastos derivados. De momento, Software Heritage es un proyecto sin ánimo de lucro del INRIA, el instituto francés de investigación informática, y sus promotores esperan que pronto se pueda “independizar”.

De momento, eso sí, el archivo no está disponible para su descarga pública: “Por ahora, nosotros nos ocupamos sobre todo de almacenar y salvar esos datos antes de que desaparezcan”, explica Di Cosmo. Es posible verificar si algo se encuentra allí, aunque no se pueda acceder a ello. Cada archivo del código fuente suele tener un identificador, un cifrado de seguridad de los denominados SHA. Si se conoce uno de esos códigos, se puede introducir en el buscador y comprobar si el archivo ya está almacenado. También se puede subir un nuevo archivo para que el equipo lo almacene o asegurarse de que alguien no lo haya hecho antes.

El objetivo es no perder todo ese ‘software’ que está disponible y que podría dejar de estarlo. Di Cosmo pone como ejemplo lo que pasó en 2015, cuando Google Code yGitorius anunciaron su cierre: “Había que buscar todo eso antes de que desapareciera”. Una vez guardados, se preocupan de garantizar su supervivencia y, aún más, de procurar que en unos años vuelvan a funcionar. “Es un tema difícil”, reconoce el profesor. “Hay mucha gente que trabaja en eso. Para intentar pasar del código fuente al ejecutable se necesita el compilador, la librería, el entorno de desarrollo…” Ellos no se ocuparán directamente de esa parte, pero quieren trabajar codo con codo con aquellos que ya lo están haciendo.

El proyecto sigue adelante gracias a la voluntad de mucha gente con ganas de cooperar y de aportar dinero. El mayor archivo de ‘software’ libre ya está en marcha para preservar la historia de una parte esencial de nuestro día a día. Y puede que el trabajo nunca termine.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2016-12-04/software-libre-informatica-open-source-linux-github_1298849/

Imagen tomada de: http://www.educacionyculturaaz.com/wp-content/uploads/2016/07/free.jpg

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Fabrican un escáner para digitalizar la biblioteca del Colegio Nacional de Buenos Aires.

El escáner fue realizado por dos argentinos con el propósito de llevar adelante la digitalización de la biblioteca. El equipo se creó con hardware y software libres, y es cinco veces más barato que los comerciales.

América del Sur/Argentina/29.11.2016/Autor y Fuente:http://www.educ.ar/

En el marco del proyecto de digitalización de los materiales de la Biblioteca del Colegio Nacional Buenos Aires, que comenzó en 2013, se fabricó un escáner con hardware y software libre. El equipo fue creado por Matías Butelman, diseñado por Juan Pablo Suárez y contó con el apoyo de la Asociación Cooperadora Amadeo Jacques. Según Matías, que a su vez es encargado de la preservación digital de la biblioteca, uno de los principales objetivos que motivó la iniciativa fue visibilizar las colecciones y que estén disponibles en línea, a disposición del público.

El equipo y sus ventajas

El equipo fue realizado con recursos técnicos y software libres y abiertos, lo que implica que la información está disponible para que otras instituciones puedan replicar y/o mejorar las funcionalidades según las necesidades. En este sentido, Matías señala que el diseño no está orientado a la obsolescencia programada y que tanto los repuestos como el equipo pueden ser fabricados fácilmente.

Además, otra de las ventajas del proyecto es que la construcción del escáner es mucho más económica que un equipo convencional. Mientras que los equipos de características similares tienen un valor en el mercado de a partir de 5000 dólares, el nuevo escáner tiene un costo de 600 dólares.

Por otra parte, el escáner no es plano, sino que es «en V». Esta característica implica un mayor cuidado para con los libros ya que disminuye la presión que reciben al momento de ser escaneados. El aparato está compuesto por dos cámaras digitales de gama media con software modificado para que puedan ser operadas remotamente desde una computadora y de un estativo compuesto por una cuna «en V» para apoyar el libro, una placa móvil también «en V» que se apoya sobre el documento y corrige la curvatura de las páginas, y un soporte para las cámaras que las mantiene en posición.

Una vez capturadas, las imágenes se descargan en la computadora para ser procesadas. En la etapa de procesamiento, se ordenan, rotulan, recortan y ajustan hasta lograr el documento apto para publicarse. El resultado final del proceso de digitalización es un documento en formato PDF para libros, revistas y documentos encuadernados o en formato JPG para fotografías, ilustraciones y planos, entre otros. Si se lo opera continuamente, el escáner digitaliza alrededor de 700 páginas por hora y para el posprocesado se calculan, en promedio, 20 segundos por página.

Escáner

Diario La Nación

En la primera etapa de digitalización de la biblioteca del Colegio Nacional Buenos Aires, les dieron prioridad a las colecciones especiales en las que se incluyen las publicaciones periódicas del siglo XIX, las fotografías antiguas, la documentación sobre la historia del colegio y las revistas estudiantiles.

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/noticias/ver?id=131825&referente=noticias

Imagen: http://repositorioimagen-download.educ.ar/repositorio/Imagen/ver?image_id=df209547-dabf-4c39-9e16-e179f0237399

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Entrevistas Ana María Sanllorenti: Bibliotecas digitales y acceso a la información en nuevos formatos.

América del Sur/Argentina/01.11.2016/Autor y Fuente:http://coleccion.educ.ar/

Es bibliotecaria, egresada de la Universidad Nacional de La Plata, y profesora de nivel medio en Filosofía. Desde marzo de este año dirige la Biblioteca Central Dr. Federico Leloir, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, donde continúa un proceso de modernización. Dirigió además durante varios años la biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas de esa misma universidad. Durante los años 2004 y 2005 estuvo a cargo de la Dirección de Atención al Usuario de la Biblioteca Nacional, y organizó el programa Inventario –sobre el que habla en esta entrevista–, mediante el cual se registró un total de 763.000 libros. Actualmente, lleva a cabo un importante trabajo de catalogación de los recursos digitales educativos de educ.ar, en el marco de un convenio con la Red Latinoamericana de Portales Educativos (Relpe).

En esta entrevista analiza la importancia de la catalogación y los metadatos en la Web, y las iniciativas orientadas a establecer criterios comunes para la descripción de los objetos digitales. Comenta también los proyectos de bibliotecas digitales en el país, y las distintas etapas en la incorporación de las nuevas tecnologías en las bibliotecas.

Por Cecilia Sagol

—El campo de la educación y las nuevas tecnologías es por definición un campo interdisciplinario: debe construirse a partir de voces y disciplinas diferentes. Podríamos decir que hoy el conocimiento no puede construirse de otra manera. Las entrevistas de educ.ar son un espacio “a la medida” de ese modo de construcción: un repertorio de perfiles diferentes. A nuestros usuarios no les llama la atención encontrar una entrevista a un humorista, a un programador experto, un epistemólogo, un empresario del sector. Pero, ¿qué hace una bibliotecaria en internet? ¿Para qué sirve la catalogación en el mundo de los contenidos web?

—Si pensamos que catalogar es representar o describir de forma normalizada objetos –que en nuestro ámbito son objetos de información– para hacer luego más precisa la búsqueda y acceso a esos objetos, no podemos dejar de advertir la importancia que tiene la catalogación en la Web. Mundo infinito, heterogéneo, no estructurado, que, si bien ha dado por tierra con toda pretensión de “control universal”, demanda posibilidades de filtrar, ponderar relevancia, evaluar, seleccionar rápidamente, organizar, clasificar. Eso se facilita con la catalogación.

Por supuesto que muchas cosas han cambiado en la catalogación desde la utilización de fichas que se arreglaban en forma alfabética a las bases de datos con registros de múltiple acceso, y a los “metadatos” –datos sobre los datos– ocultos tras etiquetas en las páginas web. Pero en todos los casos decimos: “esto es el autor”, “esto es el tema”, “esto el título”. En las fichas nosotros mismos reconocíamos los datos: en las bases de datos y con los lenguajes de marcado en la Web es el software el que reconoce y manipula el nombre de un dato. Y eso es lo que permite, por ejemplo, que un buscador responda ordenando primero un sitio en el que la palabra que buscamos aparece en el título, respecto de otro en el que la palabra figura en el texto.

Y si antes la información de los catálogos se registraba en libros o en ficheros, ahora son múltiples los espacios en los que se acumula y se puede consultar el producto de la catalogación: buscadores que agregan alguna descripción o clasifican los sitios que registran; sitios web que seleccionan y catalogan sitios web como educ.ar,Cyberstacks o Internet Public Library; portales de información especializada que recogen la información de infinidad de artículos de revistas científicas como Scopus o catalogan sus propios recursos como educ.ar; catálogos de decenas de miles de bibliotecas… En internet no sólo crecen exponencialmente los contenidos: también se multiplican las formas de los catálogos.

—Internet nos mete de lleno en el mundo global, nos conecta con otros datos que están organizados por diferentes formas de pensamiento. ¿Qué están haciendo los catalogadores para solucionar esta Babel?

—Además de catalogar, hay muchos grupos y organizaciones que analizan las características de los objetos que se encuentran en internet y piensan cómo describirlas. Y, lo que no es poco, están intentando ponerse de acuerdo. Son muchas las iniciativas que establecen cuáles son los datos que deben señalarse en la descripción de los objetos digitales; una de las más difundidas es el esquema Dublin Core, que fija 15 datos mínimos (título, creador, editor, fecha de creación, entre otros). También hay iniciativas en áreas temáticas específicas o en áreas de actividad, como por ejemplo el esquema LOM (Learning Object Metadata), para describir objetos destinados al aprendizaje.

Para comprender algo del porqué de esta complejidad tenemos que detenernos en los atributos de un objeto digital. Pensemos en un diario en la Web: tal como a un diario de papel, puedo pensarlo como una publicación periódica en su conjunto o puedo describir cada número, o cada artículo: esto es el nivel de análisis para su catalogación. Pero un diario en la Web tiene fotos, imágenes, animaciones que a su vez son objetos digitales que podrían considerarse por separado. Y además contiene hipervínculos a otros objetos y otros sitios. Cada uno de esos elementos, también objetos digitales, está editado en un formato de archivo particular, tiene derechos de autor y condiciones de acceso particulares, puede tener diferentes versiones, etcétera.

Y los enfoques cambian de acuerdo con la finalidad de la catalogación: si describimos para encontrar, para enseñar, para reutilizar, para almacenar y preservar a largo plazo, los datos que interesan son diferentes. Habrá un núcleo de datos común y muchos otros metadatos distintos según la finalidad de la catalogación.

—¿Cómo ves el panorama de las bibliotecas digitales de nuestro país?¿Y en otros lugares?

—Me parece oportuno puntualizar aquí qué entiendo por biblioteca digital. Una biblioteca digital es una organización que procura la selección, evaluación, registro y sistematización de recursos de información en formato digital, asegurando su persistencia en el tiempo y el acceso local o a distancia por parte de una comunidad de usuarios locales o remotos. Un conjunto de objetos digitales sin el adecuado procesamiento, sin una política de crecimiento y sin la organización como para sostener su integridad y los servicios de acceso, no es una biblioteca digital. Las colecciones de las bibliotecas digitales pueden integrarse con contenidos nacidos digitales y con la digitalización de materiales analógicos.

En la Argentina son muy numerosas las iniciativas para conformar bibliotecas digitales por parte de entidades de diverso tipo. Doy algunos ejemplos: organismos oficiales (Biblioteca Nacional, Acceder-Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Biblioteca Electrónica de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Proyecto SCIELO del CAICYT -Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica); organismos del área de la educación: (Biblioteca Nacional de Maestros, educ.ar), Bibliotecas o sistemas de bibliotecas universitarias públicas y privadas (SISBI-Sistema de Información y Bibliotecas de la UBA, Proyecto Roble de la Universidad Nacional de La Plata, el Sistema de Información y Documentación de la Universidad Nacional de Cuyo); otras instituciones académicas o científicas (Biblioteca Virtual de Clacso, BVS- Biblioteca Virtual de Salud), e infinidad de proyectos con fines culturales, profesionales o comerciales.

Creo que nos encontramos en un estadio inicial, con grandes posibilidades de desarrollo. Por supuesto, hay cuestiones a enfrentar de tipo tecnológico, legal –la tensión entre el derecho a la información y la propiedad intelectual–, económico. Entre ellas quiero destacar que nos falta recorrer mucho camino respecto de la cuestión de la catalogación, es decir los metadatos de los objetos digitales, en cuanto a adoptar estándares que permitan compartir, mediante la ejecución de procesos automáticos, las catalogaciones de los objetos, y construir grandes catálogos que permitan buscar en todos ellos mucho más fácilmente.

Y un aspecto más crítico aún es la cuestión de cómo preservar las colecciones digitales a lo largo del tiempo. En la Argentina poco se sabe y se hace para que en el mediano y el largo plazo se pueda acceder a los documentos digitales hoy generados o incorporados a una organización. La obsolescencia de formatos, las diferentes capas de software y el hardware, así como el deterioro de los soportes físicos de la información digital, entre otras condiciones, obstaculizarán o impedirán que puedan “leerse” textos, audio, imágenes, bases de datos, documentos web en no demasiados años, tal como ocurre hoy con documentos generados, por ejemplo, por procesadores de texto propietarios que ya no tienen vigencia, o que se encuentran almacenados en disquetes de una medida para la que no existen actualmente dispositivos de lectura. Esto es válido para la información de cualquier tipo: científica, cultural, administrativa, histórica, etc., en cualquier clase de institución. Este tema está en investigación en el mundo, pero en el país casi no hay conciencia sobre los riesgos que encierra.

—¿La introducción de la informática en la biblioteca fue instrumental o bien modificó estructuras más profundas?

—Las bibliotecas comparten con la mayoría de las organizaciones el reto de adaptarse a los cambios permanentes producidos desde las tecnologías de la información. Pero al ser instituciones cuya misión es la de seleccionar, organizar, preservar y dar acceso a información en variados soportes, viven con particular intensidad los impactos y la complejidad de los procesos de adecuación a estos cambios.

Miremos un poco la historia: la biblioteca, en su etapa preinformática –desde la Antigüedad hasta la primera mitad del siglo XX–, atendía las necesidades de información de usuarios locales, contando principalmente con una colección bibliográfica local enteramente en papel y los catálogos manuales para facilitar la búsqueda y recuperación. Sus colecciones estaban compuestas por libros, folletos y publicaciones periódicas, todas ellas impresos, que se distribuían en diferentes depósitos y salas. Para facilitar las búsquedas existían los catálogos, que duplicaban fichas en diferentes ordenamientos. Tanto los procesos de catalogación y clasificación, la confección de ficheros y bibliografías y los registros de usuarios y préstamos se realizaba manualmente.

A fines de la década de los 60, en Estados Unidos, la Biblioteca del Congreso desarrolló las primeras experiencias de automatización de catálogos y creó el formato de descripción bibliográfica automatizada MARC, adoptado ampliamente en todo el mundo. Fue el inicio de la segunda etapa en esta evolución tecnológica de las bibliotecas: la de la automatización de catálogos y procedimientos. En nuestro país, comienza a fines de la década del 70 en algunas bibliotecas especializadas, y tuvo una mayor expansión en los 80, especialmente con la difusión del programa MicroIsis que distribuyó la Unesco en forma gratuita.
La etapa de la biblioteca automatizada se caracteriza porque utiliza las computadoras conectadas en red para los procesos de control bibliográfico (adquisición, inventario, catalogación y clasificación), para el catálogo público, el control de usuarios y el préstamo. Sin embargo, las colecciones siguen siendo mayoritariamente impresas y se encuentran localizadas entre las paredes de la institución. Como en la etapa anterior, los usuarios deben concurrir a la Biblioteca para acceder a sus servicios.

Y entramos en la era digital, con la explosión de la producción de información en formato digital y la expansión de internet. Por una parte, se inicia el proceso de incorporación de fuentes de información en formato digital, CD-ROM por ejemplo. Por otro lado, internet, con su potencia para el acceso a la información a distancia y sus posibilidades para la comunicación, desmorona los límites físicos de la biblioteca: cualquier persona puede alcanzar información en recursos de cualquier lugar del mundo; complementariamente, a través de las páginas web pueden recurrir a la biblioteca usuarios de cualquier latitud. Y en la pantalla es posible pasar de un registro de un catálogo al libro o artículo descrito sin buscar en un estante. Estos son los rasgos esenciales de las bibliotecas de la era digital.

El ingreso de la biblioteca en cada etapa de las que hemos descrito no implica el abandono de la anterior sino que las características de la biblioteca preinformática, la automatizada y la de la era digital coexisten en las instituciones. Además del cambio instrumental, que ha sido enorme e implica el reciclaje permanente de conocimientos y habilidades para los que trabajamos en las bibliotecas, la falta de límites en cuanto a los recursos de información y los usuarios está produciendo otra importante transformación: de la biblioteca que administra la propiedad de materiales bibliográficos locales se está cambiando hacia una organización que gestiona el acceso al conocimiento de muchas y diversas maneras.

En este proceso, muchas bibliotecas han recogido el guante y están fortaleciendo y modificando roles de forma particular: mediante la digitalización y la construcción de bibliotecas digitales encontraron un poderoso recurso para almacenar, preservar y dar acceso a la producción intelectual, artística y cultural. También están robusteciendo su papel docente en cuanto a la formación de usuarios para el acceso y uso de la información. Por último, las bibliotecas tienen una enorme responsabilidad para asegurar el acceso democrático a al información, muchas veces amenazado por fuertes intereses comerciales y corporativos o por la falta de recursos de vastos sectores de la población.

—Trabajaste en el Programa Inventario en la Biblioteca Nacional. ¿En qué consistió? ¿Qué objetivos tenía o tiene este trabajo?

—Con profunda alegría puedo decir que hace pocos días la Biblioteca Nacional finalizó el inventario de libros, con un resultado de 763.000 libros registrados. En el 2004, durante la gestión de Elvio Vitali y frente al hecho de que a casi 200 años de existencia la Biblioteca Nacional no había construido un inventario completo y unificado de su patrimonio bibliográfico, comenzó el diseño, la planificación y ejecución del Programa Inventario 2005, orientado a la creación de una base de datos de libros o monografías, con una catalogación abreviada y el nuevo número de inventario, para que luego sea implementada para el resto del patrimonio documental.

Entre octubre de 2004 y enero de 2005 quedó concretada la planificación, la compra e instalación del equipamiento informático y la red, el acondicionamiento de un sector de 500 metros cuadrados del segundo subsuelo y la adquisición de escritorios, sillas y carros especiales para libros, proyectando el trabajo de 40 puestos simultáneos, en tres turnos diarios de cuatro horas cada uno. También se llevó a cabo la selección y adaptación del software, el diseño de la estructura de datos, la confección de manuales e instructivos, y la extracción y adaptación de los datos normalizados, como autores, editoriales, ciudades, entre otros, con el fin de unificar la tarea de los catalogadores y minimizar los errores.

Desde febrero de 2005 hasta agosto de 2006 trabajaron en tres turnos 110 pasantes universitarios y 25 bibliotecarios. El circuito de trabajo incluyó la limpieza de libros y estanterías, la colocación de libros en carros y su traslado hasta los puestos de trabajo, la asignación de número de inventario mediante etiqueta de código de barras, la catalogación abreviada de los libros y el señalamiento de los ítems que necesitaban restauración, la separación de materiales que correspondían a otros sectores como revistas o libros propuestos para ser incorporado al Tesoro y el traslado y reubicación de los libros en los estantes.

La Biblioteca Nacional, ahora en la gestión de Horacio González, se propone continuar con el inventario de partituras musicales, las revistas y otros materiales que conserva la institución. Por eso mi alegría y satisfacción: la Biblioteca Nacional está dando pasos importantes en el cumplimiento de su misión de registrar, preservar, y difundir la memoria impresa de la cultura del país, en cualquier soporte permanente de información.

—¿En qué consiste el trabajo que estás realizando en educar?

—educ.ar es un portal que, entre otras actividades, produce y reúne miles de objetos digitales para que puedan ser utilizados en el ámbito de la educación: recursos para el aprendizaje, libros y artículos digitales, enlaces comentados a otros sitios web, comentarios de libros, entre otros. En su breve e intensa existencia se produjeron modificaciones explícitas y no tanto en la manera de catalogar estos objetos, y clasificarlos para que puedan ser encontrados y accedidos a través de la Web. Esta situación produjo inconsistencias en la catalogación y la organización de los objetos digitales y, por lo tanto, en la posibilidad de administrarlos y reutilizarlos.

Por otra parte, educ.ar estableció un convenio con la Red Latinoamericana de Portales educativos –Relpe–mediante el que integrará un catálogo latinoamericano de recursos educativos digitales. Los compromisos con esta red de portales incluyen, entre otros, la adopción del estándar de catalogación Dublin Core y otros requerimientos. Además, educ.ar se encuentra en un proceso de cambios tecnológicos para mejorar y potenciar la gestión de contenidos.

Estas tres situaciones plantearon la necesidad de revisar las estructuras de metadatos, los instrumentos para clasificar los objetos digitales, establecer nuevos criterios y corregir la catalogación actual, así como realizar los ajustes necesarios para hacer compatible la catalogación de educ.ar con la de los portales latinoamericanos en Relpe.

Junto a un grupo de especialistas en contenidos y bibliotecarios de educ.ar estamos realizando esta tarea, para la que hemos analizado estándares internacionales de catalogación de objetos digitales y experiencias nacionales de adaptación de esas normas a las realidades educativas y tecnológicas de los países. Actualmente tenemos una primera versión de un nuevo esquema de metadatos y hemos logrado formular procesos automáticos para convertir la catalogación de recursos educativos al esquema de metadatos requerido por Relpe.

Fuente: http://coleccion.educ.ar/CDInstitucional/contenido/entrevistas/ana_maria_sanllorenti.html

Imegen:

http://4.bp.blogspot.com/-BSRQhYcYDrY/URUxnWuUfdI/AAAAAAAAAAY/4eiD4abFy70/s1600/BIBLIOTECAS+VIRTUALES.jpg

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Colombia: Streaming de libros infantiles

América del Sur/Colombia/05 Junio 2016/Fuente: El espectador /Autor:Santiago La Rotta

Una plataforma web que permite que los usuarios accedan a literatura infantil en formato digital con muy pocos requisitos técnicos. El producto ya funciona en bibliotecas del Banco de la República y BibloRed.

Uno de los grandes retos de la era digital gira alrededor de la conectividad del usuario, de la pregunta acerca de ¿cómo enganchar a las personas a la red? Este es un asunto que pasa por varias etapas, desde llevar internet a la gente (lo que entraña un buen número de retos técnicos y de infraestructura) hasta la conexión final de la persona: ¿desde qué dispositivo se sube a internet?

Colombia lleva ya varios años dirigiendo sus esfuerzos y recursos hacia estos problemas con una agresiva campaña de conexión nacional (principalmente a través de fibra óptica), así como una dotación de equipos para sectores claves en la transformación del país a la que se aspira mediante el acceso masivo a la información y a los beneficios de internet. Sectores como la educación.

Pero como en muchos otros lugares, el reto ahora quizá es surtir de contenido a todos los nuevos usuarios del gran ecosistema que se ha ido habilitando mediante la conectividad y la entrega de equipos que, en el caso de la educación, se ha concentrado principalmente en bibliotecas y colegios públicos.

La preocupación por el contenido es el motor detrás de la Biblioteca Digital para Niños que ha construido Manuvo, una empresa especializada en crear productos culturales digitales: es una plataforma de distribución y consumo de literatura infantil en formato digital.

Vale aclarar que la biblioteca es una plataforma web que, contrario a otras experiencias de distribución digital de libros, permite la consulta inmediata del contenido, sin necesidad de descargas por parte del usuario. En otras palabras, se trata de una especie de streaming de libros.

El modelo, que es alimentado por un software llamado Odiseo (diseñado y distribuido por la rama de Manuvo en México), está pensado para hacerles el quite a varios de los problemas de acceso clásicos del libro digital y que en buena parte tienen que ver con la generación de una copia del material para el usuario.

Usualmente, la descarga de una copia personal implica que el usuario debe tener un software especial para leer el material; este programa (en muchas ocasiones un producto Adobe) es la forma de controlar que el contenido no pueda ser replicado por la persona (pirateado, le dirían algunos).

La eliminación de este prerrequisito nivela el terreno de juego, pues cualquier usuario potencial sólo debe manejar un navegador (Google Chrome, en este caso) y hasta ahí llegarían los requerimientos técnicos. La simplicidad del modelo es ideal para clientes como sistemas de bibliotecas públicas, con miles de dispositivos y de usuarios.

En este momento, la lista de clientes de la plataforma incluye la red de bibliotecas del Banco de la República, BibloRed en Bogotá y la de Comfenalco en Medellín.

Vivir en la nube, ser una experiencia enteramente web, también permite hacerle el quite al mercado de las aplicaciones, un tema que también genera sus propias barreras de acceso de cara al usuario final, pero que también puede no ser el más justo con los generadores del contenido, con las editoriales.

“Nosotros trabajamos con una editorial canadiense llamada Ink Robin, que hoy hace más dinero con nosotros que a través de la venta de sus propias aplicaciones”, cuenta Catalina Holguín, directora de Manuvo para Colombia. Esto se explica en parte porque, para el caso de Apple, al menos 30 % de las ganancias por venta de una aplicación se queda con ellos.

Claro, el negocio de las aplicaciones gira alrededor de la venta masiva del producto. Masivo acá es sinónimo de millones de descargas, números a los que no suelen aspirar libros infantiles digitales. En este escenario, saltarse al intermediario (Apple y su tienda de app) resulta no sólo lucrativo, sino acaso necesario,

Los productos que se encuentran en la plataforma de Manuvo son de varios tipos: con animaciones, sin animaciones, interactivos, sólo despliegue de textos e ilustraciones… La compañía, además de proveer la plataforma, también se encarga de adaptar el contenido para entornos digitales, una labor que puede ser diseñar la experiencia en línea desde cero (partiendo del libro físico) o la traducción de una aplicación hacia el lenguaje web, en su mayoría Java y HTML.

Holguín cuenta que “en las bibliotecas también hacemos talleres con padres y niños para mostrar qué se puede hacer con esta plataforma y para entusiasmar a todos con la lectura. En algunos hemos visto cómo, después de la sesión, algunos papás han salido a suscribirse a la biblioteca para poder acceder a los libros desde su casa. Esos son usuarios a los que, tal vez, no se hubiera llegado de otra forma”.

 

Fuente de la noticia:http://www.elespectador.com/tecnologia/streaming-de-libros-infantiles-articulo-635991

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