Page 1 of 36
1 2 3 36

Lula será candidato a la reelección

Por: Emir Sader *

La posición de la derecha es extraña: creen que Lula da Silva (foto) sólo tiene el apoyo del 24%, lo que significaría que la política está acabada. Pero, al mismo tiempo, quiere que Lula renuncie a ser candidato. Si creen en sus investigaciones, deberían competir contra Lula y no intentar conseguir a otro como candidato. Sólo sería cuestión de tener un candidato contra Lula y ganarían.

¿Es eso así? Todos los índices económicos y sociales son positivos. Lula derrotaría a todos los demás oponentes potenciales. Pero esa no es la única razón por la que Lula es candidato a la reelección. Fue el mejor presidente que ha tenido Brasil. Es el personaje principal de la historia política del país.

Lula encontró la mejor manera de luchar contra el neoliberalismo y la hegemonía del capital especulativo, raíz de los intentos de preservar las grandes desigualdades que caracterizan a Brasil. El gobierno de Lula y el gobierno de Dilma implementaron la prioridad de las políticas sociales, promoviendo la reanudación del crecimiento económico y el pleno empleo.

La gente necesita ser plenamente consciente de esto. Que entiendan que si sus condiciones de vida han mejorado ha sido gracias a estas políticas. Políticas que se naturalizan. ¿Qué se opone a la campaña contra la política, contra el Estado, “contra todo lo que está ahí”? Esta es la forma que tomó la campaña contra Lula y el Partido de los Trabajadores.

Saben que si no debilitan la imagen de Lula, la extrema derecha nunca podrá volver al gobierno. Habían llegado al poder cuando lograron, mediante un proceso fraudulento, hoy reconocido por el Poder Judicial, detener a Lula.

Lula será candidato a la reelección. Porque es un gran gobierno, que necesita continuidad. Y porque es el mejor candidato, a pesar de la campaña sistemática de la derecha, siendo los medios de comunicación el sector más activo en esta campaña.

Porque lo que Brasil necesita ahora no es sólo mantener la prioridad de las políticas sociales, sino también avanzar para romper el peso que el capital especulativo tiene sobre la economía y poder pasar del antineoliberalismo al posneoliberalismo. Es decir, la superación del neoliberalismo. Retomando la prioridad del desarrollo económico, promover la esfera pública, en la que el sujeto es el ciudadano –sujetos de derechos- contra la esfera mercantil –en la que el sujeto es el especulador-.

Sin esto, Brasil. No será posible reanudar un largo ciclo expansivo en la economía, que la derecha está tratando de evitar. Porque sabe que Lula es el presidente que puede llevar adelante ese proyecto.

* Sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).  

Página 12

Comparte este contenido:

Derogan ley que amenazaba educación presencial en comunidades indígenas de Pará, Brasil

«Regresaremos a nuestros pueblos, pero a partir de ese momento, a través de la comisión, seremos consultados, escribiremos, participaremos y propondremos cómo será la educación para los indígenas», declaró el cacique Dadá Borari. Foto: BrasildeFato.

Además de la derogación de la ley, el movimiento de ocupación y profesores exigen la destitución del secretario de Educación, Rossieli Soares, acusado de acoso moral y estrategias de desmantelamiento de la educación pública en el Estado.

Con cantos ancestrales y mucha celebración, la Asamblea Legislativa de Pará aprobó por unanimidad la derogación de la Ley 10.820/2024, que amenazaba la educación presencial en las comunidades indígenas, rurales y quilombolas de Pará.

Este logro histórico fue resultado de la movilización de indígenas, quilombolas y profesores que, durante 30 días, ocuparon el edificio de la Secretaría de Educación del Estado (Seduc) en Belém. Esta acción obligó al gobernador Helder Barbalho a retroceder en su propuesta.

En el exterior de la Asamblea Legislativa de Pará (Alepa), el movimiento de ocupación celebró la conquista junto a profesores y la población paraense, que estuvieron presentes desde la madrugada.

A pesar de la evacuación del edificio, que debe ocurrir a partir de hoy, cuando cientos de indígenas de 14 grupos étnicos regresen a sus territorios, el Movimiento asegura que seguirá exigiendo mejoras en la educación. Para ello, se formará una mesa negociadora permanente con Alepa y representantes de organizaciones de educación, indígenas y quilombolas.

«Regresaremos a nuestros pueblos, pero a partir de ese momento, a través de la comisión, seremos consultados, escribiremos, participaremos y propondremos cómo será la educación para los indígenas», declaró el cacique Dadá Borari.

La ocupación de 30 días enfrentó autoritarismo, censura y amenazas del gobierno estatal. Temprano en la mañana, los indígenas partieron en una delegación de Seduc hacia Alepa para acompañar y celebrar la revocatoria, mientras líderes como el cacique Dadá Borari, Alessandra Munduruku y Auricélia Arapiun acompañaban desde el plenario.

La diputada Lívia Duarte (Psol), presente en la ocupación desde los primeros días, destacó la enseñanza propuesta por los pueblos originarios en la defensa de sus derechos. «Lo que estamos haciendo aquí es histórico. Los derechos no son negociables. Y hoy lo afirmamos con la derogación de la Ley 10.820», señaló.

El diputado estadual Carlos Bordalo (PT) denunció la Ley 10.820/2024 como parte de un proyecto político para diezmar a los pueblos indígenas, sus territorios y su ancestralidad. Afirmó que este proyecto facilita la invasión de tierras indígenas por la minería ilegal y otras amenazas.

https://www.telesurtv.net/derogan-ley-que-amenazaba-educacion-presencial-en-comunidades-indigenas-de-para-brasil/

Comparte este contenido:

Brasil | Lula da Silva firmó un proyecto de ley que restringe el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sancionó una ley que limita el uso de celulares y otros dispositivos electrónicos portátiles en escuelas públicas y privadas de todo el país.

La medida, aprobada previamente por el Congreso Nacional, establece restricciones para el uso no pedagógico de estos dispositivos en todos los niveles de la educación básica, desde la educación infantil hasta la secundaria.

El texto sancionado incluye excepciones puntuales, como el uso en actividades pedagógicas autorizadas por las escuelas, en situaciones de «estado de peligro, necesidad o fuerza mayor» y para garantizar accesibilidad e inclusión.

La sanción del proyecto se realizó en una ceremonia cerrada en el Palacio del Planalto, con la presencia del ministro de Educación, Camilo Santana, y de otras figuras del sector educativo.

El ministro de Educación explicó que la idea es que en la escuela esté prohibido el uso del celular de todas las formas hasta el quinto año fundamental (nivel primaria).

«A partir del sexto año fundamental y en la enseñanza media, solo será permitido para fines pedagógicos con orientación del profesor en sala de aula», dijo.

Santana enfatizó la importancia de la medida, puesto que el uso de celular en la escuela quita mucha atención a los alumnos dentro del aula.

«El alumno está allí, en su pupitre, recibiendo y enviando mensajes, lo que lo distrae completamente. Esto afecta al profesor, a los compañeros y al propio estudiante. Y es aún más grave cuando se trata de niños y adolescentes», explicó.

La norma permite el uso de dispositivos electrónicos personales para garantizar accesibilidad, inclusión y atención de necesidades de salud, asegurando los derechos fundamentales de los alumnos.

Tras la sanción presidencial, el proyecto deberá ser reglamentado.

El Ministerio de Educación anunció que se preparan materiales de orientación, acciones comunicativas y programas de formación para facilitar la implementación de la nueva normativa en las redes y escuelas.

Xinhua News

Comparte este contenido:

Fim da escala 6×1 e antiprodutivismo ecossocialista

Por: Gustavo Seferian

“Olhar a realidade de frente; não procurar a linha de menor resistência; chamar as coisas pelo seu nome; dizer a verdade às massas, por mais amarga que seja; não temer obstáculos; ser rigoroso nas pequenas como nas grandes coisas; ousar quando chegar a hora da ação: tais são as regras da IV Internacional. Ela mostrou que sabe ir contra a corrente. A próxima onda histórica conduzi-la-á a seu ápice.”

(Leon Trotsky, Programa de Transição)

Nas últimas semanas, o Brasil se viu tomado nas redes e nas ruas por importantes movimentações contra o que veio a ser chamado de «escala 6×1» de trabalho. O tema – em seus aspectos estruturais, históricos e conjunturais – foi muito bem abordada pelo camarada Afrânio Castelo no texto «Fim da escala 6×1 – Reduzir a jornada e organizar as e os trabalhadores precarizados», o que nos economiza muita energia em sua caracterização e importância.
Afinal, sabemos que nossas energias, assim como a Terra, são marcadas pela finitude, daí que beber de boas referências e não repetir o já dito se faz fundamental. Nos lançamos a incorporar mais alguns elementos a essa discussão e acúmulo coletivo, tomada a perspectiva ecossocialista.

Este texto é escrito em um momento em que a proposta de autoria da deputada federal Érika Hilton (PSOL-SP) já conta com a assinatura de 231 deputados e deputadas, dos mais diversos espectros políticos, ultrapassando a exigência de 171 endossos de parlamentares para tramitação no Congresso Nacional. Antes disso, atos pautando o fim da escala 6×1 encheram as ruas do país no dia 15 de novembro, tendo sido sobretudo animados pelo movimento Vida Além do Trabalho (VAT), juntamente com diversos segmentos da classe trabalhadora organizada. Agora, uma greve dos trabalhadores da Pepsi, no interior de São Paulo, reivindica a redução da jornada, na trilha do debate da 6×1.

A revitalização de tão importante luta histórica dos trabalhadores e trabalhadores do Brasil e de todo o mundo resgata agenda que se via, ao menos desde o golpe de 2016, interditada em nosso país. Basta lembrar que as disputas por essa pauta se colocavam até então quase que exclusivamente por alguns sindicatos e poucas centrais sindicais, tendo sua principal síntese a PEC 89/2015. Esta PEC propunha a redução da jornada semanal, em âmbito constitucional, de 44 horas para 40, recobrando tema que teve amplo debate no âmbito da Constituinte, em 1987. Às vésperas do golpe, em janeiro de 2016, a PEC 89/2015 foi apreciada pela Comissão de Constituição, Justiça e Cidadania da Câmara dos Deputados, tendo então parecer favorável à sua tramitação aprovado. A inflexão conjuntural que impôs uma série de contrarreformas às classes trabalhadoras – das quais tem destaque as trabalhistas, instituídas pelas leis 13.429 e 13.467/2016 – inibiu essa pauta e outras importantes demandas, como o PL Gabriela Leite, sobre regulamentação da prostituição, na época também objeto de ampla discussão.
A proposta hoje colocada em pauta é mais arrojada e radical do que aquela: reduzir a jornada para 36 horas semanais máximas e impor que, ao menos, três dias de descanso semanais ocorram revela uma marca mais progressiva e que, transicionalmente, vem alcançando ampla acolhida da população trabalhadora brasileira.
Todavia, ampliar perspectivas políticas e assumir uma postura radical, ecológica e socialista para a abordagem da jornada de trabalho é tarefa de todos os revolucionários de nosso tempo, sobretudo diante da urgência de transformação social posta pela atual conjuntura.
Redução de jornada e produtividade
São infindas as posições públicas que, ao sair em defesa da redução da jornada e de pôr fim à escala 6×1, anunciam que a medida traria não apenas benefícios a quem trabalha, mas uma maior produtividade dos trabalhadores e trabalhadoras, que, mais contentes e não exauridos com a redução da jornada de trabalho, se empenhariam plenamente às atividades de trabalho. Ou seja, não trariam impactos aos exploradores, seria em verdade até mais benéfica a quem extrai o mais-valor. Até mesmo parlamentares da esquerda, do próprio PSOL, saíram em defesa desse discurso[1].
Sequer colocamos em questão se há alguma demonstração histórica ou científica de que a redução da jornada implica em majoração da produtividade de quem trabalha. O ponto crucial é: deve ser esse um argumento da esquerda revolucionária na defesa da redução da jornada de trabalho?
Nossa resposta é um triplo NÃO.
Primeiramente, em razão de não competir ao conjunto dos trabalhadores e trabalhadoras, ou aos seus representantes institucionais, a satisfação argumentativa e concreta do interesse do capital, sobretudo em um contexto que já é de soterramento, em todos os seus sentidos, da vida pela mercadoria. O incremento de produtividade na atual ordem social capitalista só visa uma única finalidade: a promoção ainda maior do lucro obtido pelas classes proprietárias, por meio da apropriação de riquezas naturais e da intensificação da exploração do trabalho. Ou seja, uma ainda mais significativa sujeição das nossas vidas à socialização pelo mercado, que hoje tem na produção de supérfluos, na volatilidade dos “valores de uso” e na descartabilidade sua tônica fundamental.
Ademais, o aumento da produtividade pautado no empenho dos próprios trabalhadores – e não na recomposição de métodos organizacionais ou implementação técnica que intensifique a capacidade das forças produtivas – encontra uma contradição irresolúvel: é drenando nossas energias, limitadas e preciosíssimas no destinar de tantas dimensões de nossa vida, que esse “aumento de produtividade” se fiará.
A apologia à exaustão, ao adoecimento, ao limitar de nossas potências em um mundo extralaboral seguirão como marcas fundantes do processo de exploração. Mesmo que objetivamente as jornadas sejam menores, essas dinâmicas nocivas seguirão caso a produtividade seja mantida ou aumentada.
Se há, todavia, uma intenção de mobilização desse argumento para convencer setores patronais, há de se convir que compete não a nós, mas aos arautos dos próprios proprietários, conscientes dessas pretensas benesses, fazê-lo. Esta mediação pode ter alguma serventia em debates públicos travados no âmbito parlamentar ou na interlocução patronal, todavia reclama ser pautada por sujeitos outros, que não os porta-vozes de nossa própria classe.
Em segundo lugar, a ideia de incremento de produtividade é, em si, base de sustentação à lógica produtivista que leva hoje o mundo a um colapso climático. O produtivismo, que tem seu principal vetor a organização social pautada pelos interesses e finalidades da mercadoria, alcança todos os desenhos relacionais que nos últimos séculos se vivenciaram sob o capitalismo, lançando de mesmo modo seus tentáculos nas malfadadas experiências pós-revolucionárias do século XX – naquilo que Daniel Bensaïd chamou de “socialismo realmente inexistente”. Estas, após experienciarem suas degenerações contrarrevolucionárias, pautadas em uma perspectiva de crescimento econômico burocraticamente controlado e sem distribuição da riqueza social, evidenciaram seus limites. A nós cabe percebê-los como lições de como não impulsionar nossas lutas e construções, afirmando, ao contrário, um horizonte ecossocialista.
A “produtividade” reveste os discursos que buscam justificar a predação natural e do trabalho posta pelo neoextrativismo em todas as suas dimensões. O exemplificam o uso de veneno e fertilizantes artificiais para a produção do agronegócio, a informatização e virtualização de nossas vidas, ensejando crescentes ondas de desemprego e sub-empregabilidade, dentre outras mazelas.
Hoje, a tônica hegemônica de (des)organização da vida pautada pelo capital contamina – ideológica e materialmente – o conjunto de nossa classe, ao apontar que nossa realização pessoal se efetiva pela aquisição de bens materiais. A lógica retroalimenta o imperativo da produção mercantil pela própria produção, sem que a efetiva atenção aos bens indispensáveis a uma boa vida seja conferida à população trabalhadora como um todo.
Impor a esta tônica um freio é nossa tarefa fundamental. E isso não passa pela corrosão da capacidade de acesso a bens materiais por parte da classe trabalhadora.
Assim, por fim, é preciso ter em conta que a redução da jornada com manutenção de salários é o principal elemento para minoração do poderio econômico das classes proprietárias, sobretudo de suas frações que diretamente encontram na extração do mais-valor sua abjeta sustentação. Sequer precisamos recorrer às importantes formulações que se voltam ao trato do mais-valor absoluto, trabalhado por Marx a partir da seção III de seu O Capital, e suas derivações diretas, que passam pelo trato do mais-valor relativo na seção subsequente. Basta a nós perceber que, em um quadro de coisas que perdura, sendo o mesmo o quinhão percebido pelos trabalhadores e trabalhadoras na partilha da riqueza social, sem que se produza o mesmo, nossa posição relativa enquanto classe se favorece. Ou ainda, para que seja produzido o mesmo, mais trabalhadores e trabalhadoras deverão ser contratados, majorando nossa participação nessa mesma partilha e reduzindo a desocupação endêmica hoje existente.
Não há uma “necessária” situação de que para a redução da jornada se efetive com benefícios a toda sociedade, inclusive às classes proprietárias.
Tudo isso se coloca na necessidade de que percebamos que, enfim, o conjunto dos trabalhadores e trabalhadoras no Brasil se engaja em uma luta progressiva, e não apenas de contenção de agendas regressivas que lhe são impostas. Daí reconhecer, plenamente, que esta medida nos trará favor é indispensável.
Demanda transicional e o “reino da liberdade”
A redução da jornada de trabalho é reforma indispensável, tática e potencializadora do processo de auto-organização da classe trabalhadora. Mas não basta por si só. Assumi-la como parte constitutiva de uma agenda de outras lutas é fundamental, amarrando-se a embates com vistas à construção de efetivos tempos «livres» aos trabalhadores e trabalhadoras.
O modo como o tema assumiu os horizontes de vida de milhões de brasileiros coloca o quanto a pauta, já há muito assim abordada em seus aspectos de fundo, tem um caráter transicional. A síntese de enfrentamento à “escala 6×1” mostrou a eloquência necessária para, qual rastilho de pólvora, tomar explosivamente o conjunto da população brasileira.
Ela é, todavia – qual Marx pronunciou e tão bem debateu Michael Löwy, inicialmente só[2] e posteriormente com Olivier Besancenot[3] –, a porta de saída do “reino da necessidade” e o abrir para o “reino da liberdade”?
Por certo é sua principal fissura. Mas compete a essa demanda uma articulação mais ampla capaz de conferir sentidos políticos ainda mais profundos a essa reivindicação histórica.
Passa, por um lado, pela combinação da redução da jornada e a revogação de outras tantas contrarreformas trabalhistas que se deram no último período e que possibilitam, juridicamente, jornadas aviltantes, seja pelo próprio referendar legal, seja pela negociação coletiva ou individual, ainda em alguma medida “tolerada” pela redação proposta à mudança constitucional hoje proposta.
É bem sabido, para ficar em um único exemplo, que a normalização da jornada 12×36 se constituiu um ataque sem precedentes a diversos segmentos da classe trabalhadora, estendendo tal prática tão comum a algumas frações da classe – trabalhadores da vigilância, saúde, segurança, asseio etc. – a outros tantos setores. Esses trabalhadores e trabalhadoras, a rigor, já gozam de 3 a 4 dias de folga na semana, mas cumprem jornadas descomunais nos demais dias. Isso quando não conjugam, pela própria natureza de trabalho, dois vínculos em mesma escala, trabalhando em um ritmo alternado que não lhes possibilita sequer um dia de descanso semanal para gozar de uma renda minimamente digna para si e para os seus.
Outro aspecto passa pela luta por tempos livres de efetiva qualidade. Um primado que nos guia, enquanto ecossocialistas, é a desconsideração da lida com a vida a partir de elementos meramente quantitativos – quais os postos pela métrica cartesiana do capital –, para que possamos incidir diretamente em aspectos qualitativos de nossa existência. Desse modo, o embate ao enredar da indústria cultural nociva à plenipotência de nossos seres, do entorpecimento de nossas aberturas sensíveis, da homogeneização pasteurizada dos desejos e das vidas, da interdição de nossos momentos de gozo pleno das individualidades e diferenças por meio de atividades de descanso, lúdicas, estéticas, recreativas e eróticas, conforme o desejo de quem convém, é tão importante quanto a ampliação do número de horas livres do trabalho por dia e semana.
Mais horas fora do trabalho não podem se compatibilizar com tantas horas de transporte entre a residência e o labor. Ou pelo deleite estético marcado exclusivamente pelo compasso do mercado. Ou ainda com ambições de vida mediadas pelo jogo do tigrinho.
Daí que a redução da jornada de trabalho deve ser necessariamente o plantar de um novo horizonte de existência da humanidade, radicalmente humanista, socialista e harmônico com o restante da natureza.
A lei e a realidade
Entre a lei e a realidade, há um abismo. E esse se preenche – e só poderá se preencher – pela política.
O embate hoje colocado tem uma mediação institucional e normativa explícita: estamos a tratar de uma disputa pela alteração do texto Constitucional naquilo que alcança a jornada normal de trabalho. E a textualidade normativa pode se alterar, podemos ter uma vitória importante com a alteração da redação do texto que segue desde o processo Constituinte originário inalterado, mas de nada nos servirá se este não se reverter em uma inflexão concreta na vida da classe trabalhadora.
E a garantia para que isso ocorra é integralmente política.

O texto normativo não é, e jamais poderia ser, autossuficiente e determinante da realidade social pelas suas próprias forças e expressões.

Não é e nem poderá ser autoexecutável.

A história de nossa classe é pródiga em exemplos, e a preocupação não é recente: resgatemos a memória, esse novembro ainda mais vivaz, das apostas dos trabalhadores e trabalhadoras da CSN em 1988, que, amparados no recém aprovado texto Constitucional, levantaram-se em greve e tiveram como resposta às suas mobilizações, já na então recém-nascida Nova República, a ação do Exército Brasileiro, responsável pelo assassinato por coronhadas e fuzilamento de três operários.

A conquista no plano jurídico é fundamental, importante, e pode cumprir um papel tático, caso assim mobilizada pelos trabalhadores e trabalhadoras. Ela cristaliza um estágio da correlação de forças e de uma esperada “normalidade” dentro da ordem social do capital. Ela pode e deve ser alicerce para novos referenciais protetivos ao conjunto da classe, mas não pode ser percebida enquanto meta final, objetivo último, conquista que traga qualquer suficiência aos nossos interesses enquanto classe.

Jornada mínima, jornada máxima: contradições do trabalho por tarefa e plataformização do trabalho

É bem-sucedido o texto do camarada Afrânio no que se refere à denúncia de diversos aspectos que envolvem o trabalho sob plataformas[2]. Fato é que, muito embora não hegemônica na contemporaneidade, a exploração do trabalho nestas condições expressa um avanço crescente e tendencialmente dominante sobre as demais formas de organização do trabalho na contemporaneidade.

Isso traz consigo alguns pontos que reclamam nossa atenção: o debate todo da “escala 6×1” só tem aplicabilidade ao componente CLTizado da classe que se assalaria, parcela esta que, dados os marcos de precarização e uberização – ou “ifooderização”, como ouvi certa vez e me pareceu ainda mais eloquente – do trabalho, mostra-se cada vez mais diminuta, ao menos proporcionalmente, no conjunto da classe trabalhadora, especialmente em países como o Brasil, já marcados pela informalidade.

Os dilemas postos a essa parcela da classe ultraprecarizada acabam sendo outros: a garantia de uma jornada mínima para trabalhadores intermitentes, de direitos mínimos para o descanso a quem trabalha por tarefa – condição formal do assalariamento da massa maioria dos plataformizados – e salvaguarda de pagamento de salário mínimo adequado pelo trabalho em uma jornada minimamente humana. Tais questões se abrem como desafios que, do mesmo modo, temos que articular com o tão importante embate pela redução da jornada de trabalho.

Novos sujeitos em luta e revitalização do movimento sindical, ou QUEM TEM MEDO DO VAT?

O despontar do VAT enquanto movimento social coloca na ordem do dia o recobrar de uma velha constatação: o movimento sindical – forma por excelência que os trabalhadores e trabalhadoras encontraram para promover seus interesses no seio da ordem social capitalista – é um movimento social. E mais: um movimento social irredutível ao sindicato enquanto instituição, independendo da sua existência – ainda que se potencialize no seu conformar, desde que amparado em premissas de liberdade, autonomia, independência e democracia classistas.

A cisão entre “velhos” e “novos” movimentos sociais, tão cara ao academicismo pós-moderno e aos desamparados da experiência histórica, tomba por terra ante a constatação daquilo que irrompe longe do que a ossificação do sindicato de Estado no nosso país, e que traz consigo inúmeros reclamos tão radicais da luta histórica do movimento sindical, seja de fato algo de muito “velho”.
Ainda que protagonizado por jovens, negros e negras, LGBTs, ocupantes dos postos de trabalho mais precários – mas ainda assim CLTizados -, o movimento por certo tira da zona de conforto alguns setores de uma esquerda que se esforça em gastar suas energias se digladiando com a realidade. Foram eloquentes alguns discursos de “dirigentes” sindicais e partidários que, em ilegítimo sinal de desconfiança, colocaram reticência quanto ao processo, suas lideranças, em patética disposição demarcatória para disputa de protagonismos.
Afinal, quem tem medo do VAT? São aqueles que, por certo descolados da classe e engessados em certa modelagem institucionalista e burocrática do fazer sindical, operam na desconfiança em detrimento da esperança e do estímulo diante dos exercícios de criatividade e ebulição de nossa classe.
Como tudo que brota nessa ordem, também o VAT não é isento de contradições. Vemos, porém, seu processo organizativo com grandes esperanças quanto à recolocação de pautas classistas, ofensivas, que não se dissociam de demandas antirracistas, feministas, antilgbtfóbicas, anticapacitistas e, qual reclamamos, radicalmente ecológicas em sua conformação.

O tema não é “onda que passou”, como disse deputado bolsonarista, sobrinho de um dos maiores crápulas do período ditatorial empresarial-militar[4]. É dever do movimento sindical classista, autônomo e independente, se somar a estas lutas, que não são apenas de uma fração ou segmento dos trabalhadores e trabalhadoras, mas de toda a nossa classe.

[1]  CNN. Escala 6×1 tira o direito de ter uma vida com qualidade, diz Boulos. Disponível em: https://www.cnnbrasil.com.br/politica/escala-6×1-tira-o-direito-de-ter-uma-vida-com-qualidade-diz-boulos/

BRASIL DE FATO. Erika Hilton: ato pelo fim da escala 6×1 mostra que país ‘precisa avançar em uma escala mais humana’ Disponível em: https://www.youtube.com/watch?v=U_1CqHMKnGc

BRASIL DE FATO. Redução de jornada aumenta produtividade e beneficia também as empresas, diz Sâmia Bomfim sobre PEC do fim da escala 6×1. Disponível em: https://www.brasildefato.com.br/2024/11/12/reducao-de-jornada-aumenta-produtividade-e-beneficia-tambem-as-empresas-diz-samia-bomfim-sobre-pec-do-fim-da-escala-6×1

[2] A redução da jornada de trabalho é a condição do reino da liberdade», em LÖWY, Michael. A teoria da revolução no jovem Marx. 2a ed.. São Paulo: Boitempo, 2012.

[3] La journée de travail ou le “règne de la liberté”. Paris: Fayard, 2018.

[4] https://bsbaltafrequencia.com.br/politica/pec-6×1-foi-onde-passou-avalia-presidente-da-fpe-34137/

https://www.insurgenciard.org/post/fim-da-escala-6×1-e-antiprodutivismo-ecossocialista

Comparte este contenido:

Inscripciones abiertas: 3er Congreso Mundial contra el Neoliberalismo Educativo

Por Luz Palomino/CII-OVE

3er congreso mundial contra el Neoliberalismo: La unidad de l@s trabajador@s de la enseñanza en defensa de la educación pública, se realizará en Río de Janeiro del 11 al 17 de noviembre de 2024 en las instalaciones de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

Este encuentro es la continuidad del realizado en Panamá en junio de 2023  (http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/406300), y tendrá como eje central el análisis de la actual ofensiva de mercantilización, privatización y estandarización educativa, en los distintos lugares del planeta, así como visibilizar las resistencias y alternativas que se construyen. Los anfitriones de este congreso son los sindicatos nacionales ANDES-SN, FASUBRA, SINASEFE  y el Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación, acompañados de organizaciones regionales y trabajadores de la educación del Brasil.

En este formulario pueden inscribirse las y los trabajadores de la educación que quieran participar, o tengan alguna ponencia: https://forms.gle/BzSBWwHPzaMwiJh17

En este formulario pueden inscribirse las y los estudiantes que participaran en el congreso: https://forms.gle/9JPccaWFJ3qT6Tz48

Se emitirá certificado de participación por 40 horas académicas. Cualquier aclaratoria, duda o sugerencia, pueden hacerla escribiendo a la siguiente dirección de correo electrónico: otrasvoceseneducacion1@gmail.com.

Sigamos construyendo estas iniciativas pedagógicas para seguir recorriendo caminos de unidad en la diversidad para defender la educación crítica, la creatividad y el compromiso social. La gente humilde de hoy y las nuevas generaciones de hombres y mujeres que viven del trabajo requieren de un esfuerzo redoblado para evitar que el capitalismo logre sus propósitos en la educación. Te esperamos con los brazos abiertos, con el corazón emocionado y con la conciencia clara del desafío que tenemos por delante.

Construyamos juntos el futuro de libertad, democracia y justicia social a través de la educación, que nuestro pueblo exige.

 

 

 

Comparte este contenido:

La educación en Brasil está por debajo del nivel previo a la pandemia

Ideb 2023 muestra un leve aumento en los primeros años de la educación primaria y secundaria, y una pequeña caída en los últimos años

Por: Paulo Saldaña/Isabela Palhares

El Ideb (Índice de Desarrollo de la Educación Básica) de 2023, el principal indicador de la calidad de la educación básica, muestra un escenario de estancamiento del sistema educativo en Brasil.

Hubo un leve aumento en los índices de los primeros años de la enseñanza primaria y secundaria, y una leve caída en los últimos años.

Los niveles de aprendizaje de la educación básica brasileña avanzaron con respecto a 2021, pero están por debajo de los niveles previos a la pandemia de Covid.

Esto ocurre con las calificaciones en portugués y matemáticas en las tres etapas evaluadas: primeros años (5º año) y últimos años (9º año) de la enseñanza primaria y la secundaria.

El indicador se calcula a partir de dos componentes: la tasa de aprobación de las escuelas y los promedios de desempeño de los estudiantes en una evaluación de matemáticas y portugués.

El Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas, organismo vinculado al Ministerio de Educación, es el responsable del trabajo.

https://www1.folha.uol.com.br/internacional/es/brasil/2024/08/la-educacion-en-brasil-esta-por-debajo-del-nivel-previo-a-la-pandemia.shtml

Comparte este contenido:

Por la deforestación desaparecieron 58 especies de aves en de la selva atlántica de Brasil

La selva atlántica de Brasil, ubicada al sur del Amazonas, enfrenta una alarmante transformación que está afectando gravemente a su biodiversidad de aves. Investigaciones recientes revelaron la desaparición de 58 especies en las zonas deforestadas de las casi 539 que habitaban allí, lo que no solo compromete la biodiversidad sino también las funciones ecológicas que estas aves desempeñaban.

El estudio, llevado a cabo por Lisieux Fuzessy y su equipo del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y la Universidad de San Pablo, publicado en la revista Conservation Biology, examinó 539 especies en 200 puntos georeferenciados. Los resultados son preocupantes: solo el 10% de la selva atlántica mantiene más del 70% de su cobertura natural. Este ecosistema, altamente transformado por actividades humanas como la agricultura y la urbanización, perdió no solo especies sino también su diversidad y redundancia funcional, según el estudio.

La desaparición de especies, como la pava yacutinga (Pipile jacutinga) y la cotinga aliblanco (Xipholena atropurpurea), implica una pérdida de funciones cruciales en el ecosistema. La pava yacutinga, en peligro de extinción, es esencial para la dispersión de semillas grandes. En su lugar, las nuevas aves que llegan, como palomas y gorriones, no pueden cumplir estas funciones. Similarmente, la cotinga aliblanco contribuía al control de poblaciones de insectos, una función que no se está reemplazando adecuadamente.

Especies endémicas en declive

El estudio también destaca la situación crítica de especies endémicas y amenazadas como la cotorra de tiriba (Pyrrhura cruentata) y el semillero picudo (Sporophila falcirostris). La distribución restringida y el decrecimiento de las poblaciones de estas aves evidencian una pérdida significativa en la biodiversidad local. La cotorra, por ejemplo, ya se extingió en algunas zonas.

Fuzessy subraya que la selva atlántica es un sistema interconectado, donde la desaparición de una especie afecta a muchas otras. Aunque inicialmente enfocada en los monos, la investigadora comprendió la necesidad de estudiar las aves para entender las relaciones en el ecosistema. Esta selva, aunque menos conocida que el Amazonas, es un indicador de lo que podría ocurrir en otros bosques si no se toman medidas urgentes.

Noticias Ambientales

Comparte este contenido:
Page 1 of 36
1 2 3 36