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México: Normal Rural de Mactumactzá: el rezago de la brecha digital y la represión violenta de la protesta

El 18 de mayo de 2021, durante el desarrollo de una protesta estudiantil, integrantes de la policía estatal de Chiapas usaron indebida y excesivamente la fuerza. Como resultado fueron detenidas 97 personas, en su mayoría estudiantes de la  Escuela Normal Rural Mactumactzá, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, quienes además denunciaron que durante la detención fueron víctimas de golpes, maltrato psicológico y abuso sexual por parte los  elementos de seguridad. 

La razón que llevó a la apropiación del espacio cívico por parte de estudiantes, fue la exigencia de que los exámenes de ingreso para el ciclo escolar 2020-2021 fueran de manera presencial y no en línea, ya que la mayoría no tienen acceso a internet en sus comunidades. En 2020, sólo el 20% de las personas aspirantes que se postularon para entrar en Mactumactzá consiguió entrar debido a la brecha digital.

En virtud de lo anterior, el 23 de mayo, la Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ONU-DH) llamó a las autoridades del estado de Chiapas a garantizar el debido proceso y el respeto a los derechos humanos de las personas detenidas en el contexto de las protestas estudiantiles de la Escuela Normal Rural Mactumactzá y a investigar las denuncias de abusos por parte del funcionariado público estatal. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se sumó al llamado para investigar el uso excesivo de la fuerza

Chiapas es uno de los estados que tiene el mayor rezago educativo y la brecha digital más grande en el país. Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), sólo el 24.8% de los hogares en Chiapas tiene acceso a internet. Por lo que las escuelas normales rurales constituyen un espacio fundamental para la formación de docentes que posteriormente imparten clases principalmente en zonas marginadas del país y comunidades indígenas.

Asimismo, 7 de cada 10 personas se encuentran en situación de pobreza, y 3 de cada 10 en pobreza extrema. Menos del 20% de los hogares tiene acceso a una computadora, laptop o tablet y en 88 % de los hogares rurales ni siquiera hay acceso a internet. Precisamente, la pandemia de COVID-19 incrementó la vulnerabilidad de las comunidades, y éstas  protestas fueron una consecuencia de los problemas y la discriminación histórica que han enfrentado.

Llama la atención que durante el 2020, se presentaron al menos 15 iniciativas legislativas en los planos federal y estatal para restringir de forma indebida los derechos humanos en el ámbito digital. Por el contrario, ninguna iniciativa para mejorar la infraestructura de Internet y dotar de accesibilidad a los sectores marginados ha sido presentada hasta el día de hoy.

Respecto a la situación jurídica de las personas que fueron detenidas durante estas  protestas, 74 mujeres fueron vinculadas a proceso y, posteriormente, liberadas el pasado 24 de mayo, mientras que 19 hombres fueron vinculados a proceso y se les dictó prisión preventiva oficiosa de 45 días para aclarar su situación jurídica. Además, las y los normalistas denuncian haber sido objeto de golpes, maltrato psicológico y abuso sexual durante su detención.

De acuerdo al marco internacional de los derechos humanos, la protesta es una forma importante de participación en los asuntos públicos en el contexto de la desigualdad estructural que existe en nuestro país. Al tratarse de grupos históricamente discriminados, la violación y restricción a este derecho refuerza las condiciones de desigualdad y marginación que enfrentan y los expone a un mayor riesgo de experimentar abusos por parte de las autoridades estatales.

En este caso la brecha digital constituye una violación estructural al derecho de acceso a internet, y es el la causa eficiente de las protestas. La razón es simple: la falta de acceso a internet condiciona el ejercicio de otros derechos.

Los Estados tienen la obligación de respetar los derechos de libertad de expresión y de reunión pacífica. Toda intervención tiene que satisfacer los principios de legalidad, absoluta necesidad y proporcionalidad. Son inaceptables el uso de fuerza excesiva, detenciones arbitrarias y la violencia sexual en el marco del ejercicio de un derecho humano como la protesta, tal como lo establecen la CIDH y la Corte IDH.

Por lo anterior:

  • Hacemos un llamado urgente al gobierno federal y al gobierno de Chiapas a liberar  de manera inmediata a las 19 personas detenidas aclarando su situación jurídica y liberándoles de cualquier cargo en su contra.
  • Retirar cualquier cargo a las 74 mujeres  y que fueron liberadas el pasado 24 de mayo y que siguen sujetas a proceso penal.
  • Evitar el uso desmedido de la fuerza por parte de la policía durante cualquier protesta, en particular, aquellas realizadas por los estudiantes de la Escuela Normal Rural “Mactumactzá” y conducirse bajo un enfoque de derechos humanos.
  • Investigar y, en su caso, sancionar a quien resulte responsable de las acusaciones de maltrato físico y abuso sexual desde una perspectiva de derechos humanos, identificando toda la cadena de mando Esto con el fin de garantizar el combate a la impunidad y garantías de no repetición.

Garantizar que las y los estudiantes, hayan o no participado de las protestas, puedan realizar los exámenes de manera presencial, reconociendo la brecha digital existente. Promover una política pública integral y coordinada entre los diferentes niveles de gobierno e instituciones públicas que garanticen una Internet asequible, accesible y universal a fin de eliminar la brecha digital en el país.

Fuente e imagen: https://articulo19.org

Nota para prensa

Para más información, favor de contactar a comunicacion@article19.org

ARTICLE 19 es una organización independiente de Derechos Humanos que trabaja alrededor del mundo para promover el derecho a la libertad de expresión. Toma su nombre del Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual garantiza la libertad de expresión.

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Interrupción del año escolar: ¿Cuáles son sus causas y cómo afecta a los estudiantes? Perú

América del Sur/Perú/28-05-2021/Autor(a) y Fuente: rpp.pe

La interrupción escolar afecta en mayor medida a estudiantes de zonas rurales, a quienes hablan lenguas originarias y a niñas y adolescentes mujeres. Algunas razones detrás del abandono son los problemas económicos, familiares y el embarazo adolescente.

La educación es un eje pendiente de cara al Bicentenario y uno de sus puntos débiles es el que se refiere a la interrupción escolar. Aunque en el Perú la tasa de deserción escolar mostraba una tendencia a la baja en los últimos años; con la pandemia, las cifras han aumentado en ciertos niveles educativos.

Según cifras del Ministerio de Educación, se calcula que unos 300 000 estudiantes dejaron de ir al colegio en 2020. En el periodo interanual de 2018-2019 a 2019-2020, las cifras de deserción escolar aumentaron en inicial de 2,2% a 4,4% y en primaria de 1,3% a 2,1%. Por su parte, en secundaria la cifra se redujo de 3,5% a 2,9%. En el mismo periodo, la deserción de los servicios privados aumentó en primaria de 1.2% a 3.1% y en secundaria de 2% a 2.8%.

La interrupción escolar —también conocida como deserción escolar— afecta en mayor medida a estudiantes de zonas rurales, a aquellos que hablan lenguas originarias y a niñas y adolescentes mujeres. El Banco Mundial subraya que, “en los países con ingresos bajos, menos de dos tercios de las niñas termina la escuela primaria y solo 1 de cada 3 completa el primer ciclo de la escuela secundaria”.

El ministro de educación Ricardo Cuenca, ya ha mencionado que la interrupción en las áreas rurales es un problema recurrente en nuestro sistema educativo y que sus indicadores duplican los de zonas urbanas. Asimismo, ha resaltado que, aunque se acostumbra a usar la palabra “deserción” o “abandono”, en realidad lo correcto sería llamarlo “interrupción de estudios”, ya que “la responsabilidad no es solo de los estudiantes y además porque siempre estará abierta la posibilidad de retomar los estudios”.

Los principales motivos por los que los escolares abandonan la educación básica regular son los problemas económicos, familiares y la falta de interés.
Los principales motivos por los que los escolares abandonan la educación básica regular son los problemas económicos, familiares y la falta de interés. | Fuente: Shutterstock

¿Por qué razones los escolares abandonan los estudios?

Datos de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), al segundo trimestre de 2020, indican que los principales motivos por los que los escolares abandonan la educación básica regular son los problemas económicos (75.2%), los problemas familiares (12.3%) y la falta de interés (4%). En el caso de los escolares de secundaria, un factor adicional es la necesidad de trabajar.

De acuerdo con Quentin Wodon, economista del sector educación del Banco Mundial, en el caso de las niñas y adolescentes mujeres, algunas razones por las que no pueden acabar la escuela, además del aspecto económico, son el matrimonio precoz, el embarazo adolescente y el escaso aprendizaje en las clases. Asimismo, resalta que “las normas sociales y los roles de género afectan también la capacidad de las niñas de permanecer en la escuela”.

Sumado a esto, hay que tener en cuenta los problemas de conectividad a Internet, la falta de equipos para el acceso, así como la carencia de TV y radio a nivel nacional; sobre todo en el contexto actual en el que la estrategia Aprendo en Casa se da principalmente por estos medios. Aunque se pretende que con ella la educación a distancia sea una realidad para que ningún estudiante pierda el año escolar, esto no necesariamente se cumple por la falta de recursos.

El documento “Predictores de la deserción escolar en el Perú” publicado por GRADE en julio de 2020, explica que las características de los estudiantes que han abandonado la escuela o que están en riesgo de hacerlo son “haber repetido de grado una o más veces, estar en situación de pobreza o pobreza extrema, mostrar bajo rendimiento educativo y pertenecer a un grupo indígena”. De igual manera, explica que, si un mismo estudiante cumple más de una de estas características, tiene mayor riesgo de dejar la educación básica.

Algunas consecuencias de interrumpir los estudios son el incremento de los niveles de pobreza y una mayor probabilidad de que los escolares sufran el trabajo infantil.
Algunas consecuencias de interrumpir los estudios son el incremento de los niveles de pobreza y una mayor probabilidad de que los escolares sufran el trabajo infantil. | Fuente: Shutterstock

Estudios interrumpidos: ¿Cómo afecta a los estudiantes?

Interrumpir los estudios tiene consecuencias negativas para los estudiantes. Por un lado, se incrementan los niveles de pobreza y existe una mayor probabilidad de que los escolares sufran el trabajo infantil. Julián Suárez, vicepresidente de Desarrollo Sostenible del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) señala que los estudiantes que abandonan la escuela suelen pasar más tiempo desempleados y son más propensos a conseguir empleos informales a futuro, sin derechos ni beneficios laborales y con ingresos mínimos.

Asimismo, tienen menos herramientas para los desafíos que aparecen durante y después de su educación. Según el estudio de GRADE, mientras más temprano se produce el abandono escolar, mayor efecto se observa en las habilidades a los 19 años. De igual forma, la interrupción escolar eleva el riesgo de embarazo adolescente y hace que los niños, niñas y adolescentes sean más propensos a sufrir violencia, incluso en la vida adulta.

Avances para frenar la interrupción de estudios escolares

Aunque las cifras se han tornado negativas por motivo de la pandemia, sobre todo para inicial y primaria, también se han dado buenas noticias. El Minedu señala que la deserción escolar en Lima Metropolitana se redujo a la mitad en el año 2020, ya que se pudo lograr un retorno de 52.8% en las instituciones educativas con mayores índices de interrupción de los estudios, así como el regreso de cerca de 39 000 estudiantes a la Educación Básica Regular.

Por parte del Gobierno, se han puesto en marcha diversas estrategias como la iniciativa “La educación no para”, de la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana (DRELM), que, con un equipo de voluntarios, logró el acercamiento a los estudiantes y sus familias para evitar la interrupción de los estudios.

Por su parte, el Minedu ha implementado “Alerta Escuela”, una herramienta para los directores de instituciones educativas, a la que pueden acceder a través de la página web del Sistema de Apoyo a la Gestión de la Institución Educativa (SIAGIE). Esta muestra el riesgo de interrupción de estudios de cada estudiante según su sección y grado diferenciándolos con tres colores: verde (bajo riesgo), amarillo (riesgo medio) y naranja (alto riesgo). Así, se puede identificar a estudiantes con más riesgo de dejar la escuela y establecer estrategias junto con los docentes.

Se debe trabajar para reducir las brechas geográficas, socioeconómicas, en lengua materna y de género en la educación.
Se debe trabajar para reducir las brechas geográficas, socioeconómicas, en lengua materna y de género en la educación. | Fuente: El Peruano

Desafíos pendientes para reducir las tasas de interrupción escolar

Las “Propuestas del Bicentenario – Educación” de Videnza Consultores, explican y desarrollan diversos desafíos de la educación peruana. Entre ellos, resaltan que se debe trabajar para reducir las brechas geográficas, socioeconómicas, en lengua materna y de género, así como por la conclusión oportuna en la educación básica. Otro punto pendiente es mejorar el acceso a Internet y a dispositivos de conexión a nivel nacional.

Por su parte, el estudio de GRADE hace hincapié en que se debe identificar a los estudiantes que estén en riesgo de abandonar los estudios o que ya lo han hecho, así como a sus familias, con el fin de trabajar con ellos. Además, los programas a implementar deberían considerar las aspiraciones educativas de los mismos, por lo que pueden funcionar campañas que resalten las ventajas futuras de culminar la educación básica. Finalmente, subraya que se debe considerar que cada estudiante que abandona la escuela presenta una historia única que debe ser comprendida y atendida.

La interrupción escolar no solo afecta al estudiante, sino también a toda su familia. Es urgente crear estrategias que tomen en cuenta las necesidades particulares de cada estudiante y que brinden el seguimiento y apoyo necesario para que todos los peruanos y peruanas puedan acceder a educación de calidad y culminar sus estudios básicos de forma oportuna. “Integración al Bicentenario: Construyamos un país mejor”, es organizado por RPP con el apoyo de Enel y Movistar.

Fuente e Imagen: https://rpp.pe/campanas/valor-compartido/interrupcion-del-ano-escolar-cuales-son-sus-causas-y-como-afecta-a-los-estudiantes-desercion-escolar-brecha-educativa-noticia-1338709

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Perú: Fracaso de estrategia de educación a distancia genera profunda crisis de la educación peruana

América del Sur/Perú/30-04-2021/Autor(a) y Fuente:

  • Más del 32% de estudiantes de secundaria no tuvo resultados satisfactorios en 2020.

  • A estos se suma la deserción de más de 100 mil estudiantes, equivalente al 4% de toda secundaria.

  • Debido a abandono y olvido de la educación por parte de los gobiernos neoliberales y por pandemia de Covid-19 enfrentamos una de las peores crisis de la historia republicana.

La Contraloría General de la República llevó a cabo una veeduría (inspección) para conocer los resultados a nivel de secundaria de la estrategia de aprendizaje a distancia “Aprendo en Casa”, aplicada por el Ministerio de Educación para ofrecer el servicio educativo durante la emergencia sanitaria producto de la pandemia de coronavirus.

Según dicho informe, 32% de los estudiantes de nivel secundario no alcanzaron resultados satisfactorios. La veeduría se realizó con la participación de cerca de 110 mil estudiantes, así como docentes y padres de familia de todo el Perú.

Según la Contraloría, el 72% de los estudiantes enfrentaron fallas en el servicio de Internet. Por otro lado, el 59% manifestó tener que compartir el equipo de comunicación, ya sea una computadora, radio o TV. El 59% de los estudiantes manifestó haberse quedado sin datos para el celular y el 52% señaló no contar con servicio de Internet. El 48% sostuvo que no tuvo un celular para acceder a las clases remotas.

Es así, que de las 25 regiones en las que llevó a cabo el estudio, solo aprobaron el 43% de estudiantes de secundaria, mientras que el 32% no logró obtener la nota mínima satisfactoria y tendrán una promoción guiada con la finalidad de asegurar que alcancen las competencias requeridas.

Las regiones que tienen el mayor porcentaje de alumnos con promoción guiada son seis: Tacna (47%), Madre de Dios (44%), Áncash (42%), Ucayali (39%), Ayacucho (38%) y La Libertad (38%). Por su parte, en once regiones también se encuentran estudiantes con promoción guiada por encima del promedio nacional (32%) como: Huánuco (38%) Huancavelica (37%), San Martín (36%), Moquegua (36%), Tumbes (35%), Lambayeque (35%), Amazonas (35%), Junín (34%), Cusco (33%), Puno (33%) y Pasco (33%).

Otro aspecto preocupante es que el 48% de los estudiantes afirmaron que recibieron por lo menos 2 horas de clase, mientras que el 35% recibió de 2 a 4 horas y solo el 18% habría recibido clases por más de 4 horas.

Asimismo, el 59% de docentes manifestó que no recibió ninguna capacitación desde el inicio del estado de emergencia y gran parte de las situaciones adversas sufridas por los docentes se debió a carencias para poder ofrecer las clases remotas.

Por si fuera poco, a estas terribles cifras tenemos que sumar que el 4% de los estudiantes de secundaria (es decir, más de 100 mil estudiantes) abanaron sus estudios, la mayor parte por problemas económicos ante la desatención y la falta de apoyo del gobierno para enfrentar la crisis sanitaria y el incremento del desempleo a nivel nacional.

Se advirtió con tiempo de esta crisis educativa

El Sutep advirtió al Minedu que no era viable comenzar las clases semipresenciales en zonas rurales, primero porque la situación sanitaria en todo el país es extremadamente grave y se pone en riesgo la vida y la salud de la comunidad escolar, tal como también lo señaló recientemente la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales. Segundo, porque muchos directivos y funcionarios interpretaban la RVM No 121-2021-MINEDU, que regula el retorno a la presencialidad de manera antojadiza, coaccionando y obligando a los docentes y auxiliares a acudir a los centros educativos, contraviniendo el principio 4 de voluntariedad.

Del mismo modo, manifestamos que si bien el millón de tablets para los estudiantes de las zonas más alejadas era un importante avance, la situación requería de dispositivos y conectividad para todos los alumnos, así como laptops para los docentes y auxiliares, con la finalidad de cumplir con las labores que la educación remota demanda como dictar clases virtuales, preparar clases y producir contenido pedagógico digital, administrar aulas virtuales, hacer seguimiento a los avances de los estudiantes, así como la tutoría, el apoyo socioafectivo y la coordinación con los padres de familia.

Desde el comienzo de la pandemia, hemos exigido datos para docentes y estudiantes. El Minedu otorgo paquetes de datos inadecuados a docentes y estudiantes siguen esperando.

Hemos visto que el celular es el medio más empleado, pero somos conscientes de que no es el más idóneo. Al respecto nuestro sindicato recomendó al Minedu llevar a cabo alianzas estratégicas con los operadores de telefonía para que brinden un plan de datos educativo gratuito, pensando en la tan afectada economía de los padres de familia y de este modo reducir la brecha digital en el sector.

Al parecer las clases por radio y TV no llegaron a tantos estudiantes como se esperaba, por eso el Sutep también recomendó al ministerio, que solicite a los canales de televisión de señal abierta disponer de una hora diaria de su programación para difundir el contenido educativo y de este modo ampliar las horas lectivas por este importante medio de comunicación.

Los medios privados de señal abierta han demostrado que no tienen interés en apoyar a la educación.

Como parte de las actividades de un sindicato serio que lucha por los derechos y la profesionalización de su gremio, ofrecimos dos cursos online de formación en TIC y competencias digitales para Aprendo en Casa, en los que participaron más de 12 mil docentes que aprendieron a usar herramientas como Google Drive, Zoom, Classroom, Formularios, entre otras, para el dictado y preparación de clases virtuales y la evaluación formativa.

Fuente e Imagen: https://sutep.org/articulos/fracaso-de-estrategia-de-educacion-a-distancia-genera-profunda-crisis-de-la-educacion-peruana/

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El Salvador: Fusades señala que dar computadoras no garantiza el aprendizaje

América Central/El Salvador/02-04-2021/Autora: Susana Joma/Fuente: www.elsalvador.com

En un documento de políticas públicas planteó que la estrategia gubernamental de combate a la brecha digital tiene varios retos, entre ellos sostenerla en el tiempo.

La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES) destacó que los esfuerzos por cerrar la brecha digital en educación son positivos, sin embargo, también resaltó que estos no solo se deben enfocar en dotar de equipo a los alumnos y a dar acceso a internet.

El tanque de pensamiento independiente, FUSADES, en su más reciente nota de políticas públicas titulada “Cerrar la brecha digital en educación: ¿qué debemos mirar más allá de la entrega de computadoras?, plantea que la experiencia internacional (caso Uruguay) ha demostrado que incluso cerrar la brecha digital no garantiza que los estudiantes aprenderán mejor, que asistirán a clases y que no desertarán del sistema educativo.

De acuerdo con lo expuesto en el documento, la pandemia evidenció las desigualdades entre los niños y adolescentes, en relación a la disponibilidad de recursos tecnológicos para el aprendizaje; dado que cuando se cerraron las escuelas quienes residen en áreas rurales, que provienen de hogares de bajos ingresos y asisten a escuelas se llevaron la peor parte.

Según la FUSADES, los centros educativos del país cumplieron a la fecha más de 200 días de estar cerrados a la atención en forma presencial, algo que ha afectado a 1.4 millones de escolares, de los cuales 85 % es del sector público y 44 % está en lo rural.

La doctora Helga Cuéllar Marchelli, directora del departamento de Estudios Sociales de esta instancia de la sociedad civil, manifestó que se debe tener cuidado con la implementación de la estrategia de combate de la brecha digital, pues además de atender requerimientos de equipo, se debe poner más atención en la parte pedagógica, asegurar que las acciones que se tomen reducirán las inequidades en el aprendizaje.

El documento, de igual manera hace énfasis en que uno de los retos de la estrategia de digitalización educativa que lleva el gobierno es el de dimensionar la logística y la exigencia de recursos para que el proceso sea sostenible a lo largo del tiempo.

Las reflexiones se dan en momentos que el Ministerio de Educación (MINED), según precisó, mantiene bajo reserva toda la información relacionada con este temática, tras lo cual solo se conoce algunos aspectos, entre ellos: que ha hecho algunas compras de computadoras con apoyo de Naciones Unidas, que lleva un proceso de entrega bajo el cual ha cubierto a un grupo de docentes capacitados en Google Classroom y que planea cubrir a estudiantes de último año de bachillerato.

Lo que el gobierno ha publicado hasta el momento es que el MINED tiene asignado $214.7 millones de su presupuesto 2021 para dotación de equipos e internet, así como otras actividades orientadas a cerrar la brecha digital. Sin embargo, la Presidencia de la República afirmó en febrero pasado que la dotación de computadoras equivale a $450 millones.

“De momento suena bien esperanzador decirle vamos a entregarle un computador a todos los niños, pero uno que está en educación sabe todo lo que eso implica, entonces uno dice cuál es el plan”, opinó.

Cuéllar Marchelli detalló que uno de los puntos a tener en cuenta es que si se entregan computadoras a todos los alumnos de una determinada escuela, también debe dárseles de forma simultánea a todos los docentes de ese centro, porque de lo contrario no funcionará considerando que el proceso de enseñanza aprendizaje se basa mucho en la conexión entre ambas partes.

De acuerdo con el análisis de la investigadora social, la estrategia debe verse en función de que la escuela tiene que cambiar la forma de organizar desde el trabajo administrativo hasta el de los docentes, para que las computadoras que se entregan cumplan el objetivo de servir para que los alumnos aprendan y se mantenga la conexión con sus profesores.

Sostuvo que modificar la organización de la escuela, una vez se entregue computadoras a todos los profesores y a sus estudiantes, es clave sobre todo porque los niños irán regresando eventualmente a las escuelas y es el caso que preparar las clases usando estos equipos demanda mayor tiempo, igual que atender a los educandos.

En este contexto, según su análisis, los directores tendrán que generar espacios comunitarios entre los docentes, asegurar que todos estén usando debidamente las herramientas, que haya inclusión con los niños que tiene problemas de aprendizaje o alguna condición especial.

“Lo otro es que una vez usted tiene la herramienta en las escuelas hay que garantizar que los docentes fortalezcan sus competencias digitales; claro, primero aquellos que no conocen el uso de computadoras tienen que aprender; los que sí la conocen el paso siguiente es entender cómo usarla para enseñar, porque no es lo mismo dar una clase presencial y pretender usar la misma metodología a través de la computadora”, afirmó.

Ella expuso que en Uruguay, en donde entre 2007 y 2016 hicieron esfuerzos para superar la brecha digital, se aseguraron primero de lograr que la conectividad estuviera al 90 % en todas las escuelas, para luego dotar a estudiantes de todos los niveles y a los docentes de equipos; sin embargo, llegó el momento en que se dieron cuenta de que estos no necesariamente eran utilizados para aprender.

Añadió un estudio reciente les ha mostrado que el hecho de que los estudiantes estuvieran expuestos a la tecnología, la permanencia en la escuela no mejoró, no les aseguró que los alumnos completaran el bachillerato, ni que se les despertara más el interés por ir a la universidad, por aplicar a becas, e incluso por seguir carreras en ciencia y tecnología.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/fusades-dice-dar-computadoras-no-garantiza-aprendizajeucacion/822719/2021/

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La falta de acceso a las tecnologías frena la educación de millones de niños en México durante la pandemia

Los pocos recursos económicos de muchas familias impiden que los alumnos puedan conectarse a internet o disponer de televisión para seguir las clases virtuales.

 

Arturo Vazquez Moiza tiene 10 años y vive en la sierra de Sonora, en un pueblo de 200 habitantes llamado Bacanuchi, en el municipio de Aras las del país— suspendió las clases como medida sanitaria de prevención de la covid-19. La instrucción fue que el alumnado siguieran el curso a través de la televisión mediante clases impartidas por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y por internet de manera remota. En Bacanuchi no se puede hacer ni una cosa ni la otra. La mala calidad de la conexión a la red y la pésima recepción de las señales en este pueblo entre montañas deja incomunicadas a las familias cada dos por tres.

Es muy difícil que las clases puedan seguirse de manera regular y muchos niños abandonan la escuela en comunidades remotas que están en la misma situación que Bacanuchi en todo el país. Según un estudio de Mexicanos Unidos Contra la Corrupción. En Chiapas, por ejemplo, el 45% de los niños de comunidades pobres ha abandonado su formación debido a la falta de recursos económicos de su familia y al rezago tecnológico en el que se encuentran, como la falta de luz o internet para estudiar en casa.

“Para mandar la tarea tengo que subir al cerro que está a 40 minutos de mi casa, está oscuro y hay animales”, dice Arturo por teléfono en presencia de su madre, Thelma Moiza. La llamada se entrecorta numerosas veces. Tampoco hay buena señal de telefonía móvil. El niño y sus compañeros reciben la tarea por WhatsApp y tienen que responder a su maestra con una foto de los deberes hechos por esa misma vía. Lo que pareciera una acción sencilla, con una mala conexión a internet se convierte en una pesadilla. “Cada día había que ponerle saldo al celular porque hacer la tarea y consultar el internet consume todos los datos”, dice la madre del niño. 100 pesos (5 dólares) al día que muchas familias campesinas no pueden añadir a sus gastos.

Las autoridades educativas decidieron a inicios de agosto que el ciclo escolar se desarrollaría a través de clases a distancia y con más de 30 millones de estudiantes siguiendo los cursos por televisión. El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció un convenio con las grandes televisoras privadas del país (Televisa, Azteca, Grupo Multimedios y Grupo Imagen) para que retransmitan los contenidos escolares, además del uso de internet y teléfono como medios de apoyo. Algunas familias como la de Gloria Simpson, también de Bacanuchi pagaban servicio de televisión satelital al principio de la pandemia, pero después de algunas complicaciones económicas, su familia no pudo costearse los 400 pesos (20 dólares) al mes que costaba el servicio. “No tenemos televisión para ver las clases de la SEP. En el pueblo no hay acceso a nada que tenga que ver con tecnología, ni tele ni internet, muchas veces ni señal para hacer una llamada de emergencia”, se lamenta la mujer.

La iniciativa de las clases por televisión se enfrentó al rechazo de los maestros y a las críticas de expertos en educación, que expresaron su preocupación por la desigualdad económica y el rezago tecnológico que sufren amplias zonas del país. Las cifras del Inegi, el instituto de estadística mexicano, desvelan que más de 16 millones de hogares no tienen conexión a internet, mientras que un informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Conavel) publicado en 2018 muestra que de las más de 226.000 escuelas públicas del país el 66,1% tiene energía eléctrica y el internet solo llega al 22,7% de ellas, un total de 51.387. La iniciativa Aprende en Casa ha dejado en evidencia la enorme brecha que existe en México en las zonas más vulnerables del país. Los Estados que más pobreza concentran son también los que menos conexión a internet tienen: Guerrero, Oaxaca, Chiapas; seguidos de Veracruz, Tabasco y Campeche, según una encuesta realizada por la Asociación de Internet MX. Aunque Sonora se encuentre entre los Estados con más usuarios conectados en el país, todavía hay muchos de sus rincones que se escapan a las estadísticas, como Bacanuchi, en plena sierra.

“Las desigualdades en el acceso a la tecnología perpetúan las brechas, el desarrollo humano y condenan a un porcentaje importante de población a vivir en pobreza”, afirma Pablo César Hernández, experto en educación y nuevas tecnologías y académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Solo el 47,7% de las zonas rurales de México tienen acceso a internet, según el Inegi. “Si la población no tiene este acceso a la tecnología nos veremos rezagados como país. Eso tiene un fuerte impacto no solo en el conocimiento de los estudiantes y su desarrollo, sino que también limita el tipo de aprendizaje que reciben los niños”, agrega Hernández.

Uno de los grupos que más criticaron la decisión del Gobierno de cerrar las escuelas e impulsar el aprendizaje a distancia fue la Coordinadora Nacional de Trabajadores de Educación (CNTE), un sindicato que cuenta con 600.000 integrantes, que criticó lo limitado que puede ser el acceso a la educación en áreas remotas donde no hay conectividad. Lev Velázquez, secretario de Gestión Educativa del CNTE en Michoacán, afirma que han tenido que adaptarse a la nueva realidad educativa haciendo uso de las tecnologías, pero también a través de llamadas con aquellos estudiantes que cuentan con un aparato de teléfono y de perifoneo, es decir, bocinas adaptadas a algún medio móvil para hacer anuncios de entregas de tareas en las comunidades más remotas del Estado. “Nos hemos desplazado para hablar con los padres, hemos hecho visitas a las casas con los alumnos un día a la semana o un día cada quince días”, explica el también maestro.

Para evitar deserción escolar, Velázquez añade que los maestros viajan largas distancias para buscar a los estudiantes que han dejado de comunicarse con ellos e incluso los maestros de zonas rurales han tenido que imprimir cartillas educativas con su propio dinero para distribuirlas entre los estudiantes más pobres. “Si ellos ya tenían carencias, ahora la situación es más complicada. Muchos no tienen para comprarse libretas, menos un juego de geometría, lo que propicia el abandono”, explica Velázquez. “Vivimos una situación que no esperábamos y por eso necesitamos pensar en nuevas formas de aprendizaje”, agrega.

El académico Hernández, de la UAM, concuerda con el maestro. El especialista señala que desde el Estado y la academia se deben generar estrategias para combatir el rezago de los estudiantes en las zonas más empobrecidas del país. Menciona, por ejemplo, impulsar centros tecnológicos en esas regiones, que sean gestionados por la comunidad y donde los estudiantes tengan acceso de forma gratuita a internet y computadoras. “El punto es generar espacios con electricidad y servicios básicos, tecnología y conexión gratuita, en los que se capacite a la comunidad en su uso y gestión, como una forma de combatir la brecha digital”, explica. “Estas iniciativas deben ser pensadas de forma colectiva, planeadas a partir de la intervención del Gobierno, las universidades, los líderes locales, maestros y padres”, agrega. Para Hernández “estamos en un momento histórico, inédito, que nos abre la posibilidad de ver los rezagos que existen, pero también de poder innovar y hacer cambios y transformaciones”, apunta.

Desesperadas ante el abandono, algunas familias de Bacanuchi, acompañadas por la organización PODER, presentaron un amparo ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en agosto de 2020 y expusieron las dificultades que enfrentan cada día para acceder a los servicios básicos de comunicación, que vuelven aún más precaria su situación de bienestar y educación. Hasta la fecha ni las autoridades locales ni las federales han dado una respuesta a la demanda de las familias. “Mi hija necesita estudiar para que sea algo en la vida y tenga con qué defenderse”, dice Manuela Bacame, una de las madres que han impulsado la demanda. Sabe que cuando no se tiene mucho, como es el caso de su familia, ir a la escuela puede marcar la diferencia. “Yo solo fui hasta 6º de primaria y no quiero eso para mi hija. Quiero que estudie y tenga un porvenir en la vida”.

Fuente: https://elpais.com/mexico/2021-03-22/la-falta-de-acceso-a-las-tecnologias-frena-la-educacion-de-millones-de-ninos-en-mexico-durante-la-pandemia.html

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Carmen García (Cáritas): «La sociedad debe reconocer a las infancias el ejemplo que están dando»

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Los excluidos digitales deberían ser una prioridad global

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La pandemia ha sacado a la luz la gravedad de la brecha digital que ha puesto a quienes no tienen las habilidades de conectividad y acceso en una grave desventaja.

En un mundo de distanciamiento social y órdenes de quedarse en casa, ha existido una mayor presión por hacer todo en el entorno digital, desde las clases hasta la banca electrónica o compras en línea. Esto ha sacado a relucir el grave problema de inclusión digital que se vive en el mundo.

Esta crisis ha puesto al descubierto los desafíos que viven los que están fuera del mundo digital. El no tener conectividad no sólo deja a las personas aún más aisladas, sino también en una gran desventaja ya que tienen que luchar por tener acceso a cosas vitales como una educación, trabajo u oportunidades laborales. Antes de la pandemia, muchos tenían la oportunidad de ir a alguna cafetería, librería o lugar con acceso a internet público pero, ¿y ahora que muchos de estos lugares cerraron? ¿Cómo le hacen para informarse, acceder a anuncios gubernamentales oficiales e incluso tener videollamadas con seres queridos que viven lejos?

En el caso de Estados Unidos, según un estudio del Pew Research Center, hay 33 millones de estadounidenses que no tienen acceso a internet. Esto representa al 10 % de la población. Esta brecha digital está vinculada a una serie de variables demográficas, incluida la edad, el nivel educativo, los ingresos familiares y el tipo de comunidad. La falta de acceso a las tecnologías pueden tener un impacto negativo en todos los aspectos del día a día. Desde provocar exclusión social por no tener manera de hablar con otras personas por la pandemia hasta no tener acceso a servicios públicos, como registrarse para la vacuna del COVID-19.

Una investigación realizada por Capgemini sobre por qué debería ser prioridad eliminar la brecha digital, descubrió que el 44 % de los encuestados que no contaban con internet creían que podían encontrar trabajos mejor pagados y mejorar su educación si lo tuvieran. Según Capgemini, la mayoría de los encuestados que no cuentan conconectividad tienen entre 22 a 36 años de edad. La encuesta fue realizada a personas que van desde los de 18 a más de 70 años. También notaron que la mitad de ellos, no son novatos al mundo digital, de hecho, el 59 % ha utilizado estas herramientas anteriormente, es decir, que cuenta con las habilidades digitales necesarias para usar Internet en el futuro.

¿Por qué el 44 % de los encuestados no tiene acceso a internet? La investigación encontró tres razones: el costo, complejidad o falta de interés. Sin embargo, mencionan que no hay una causa universal, por ejemplo, el costo del internet puede ser un punto clave para la gente joven que vive en zonas rurales y la complejidad para el caso de los adultos mayores, las personas en situación de discapacidad o con problemas de salud.

En Estados Unidos la principal barrera es el costo ya que, según Capgemini, el 84 % de la población desconectada menor de 36 años admite que no están en línea por lo que cuesta contratar el servicio de internet. En comparación al resto del mundo, el promedio de personas sin conectividad por temas económicos es el 50 %. Pero la brecha digital va más allá de tener acceso a internet. El 76 % de los encuestados sin conexión dijeron que esta situación se debe a que no pueden comprar computadoras o dispositivos móviles para conectarse.

El nivel educativo también es uno de los factores que afectan la probabilidad de que una persona no esté conectada. Según el estudio de Pew Center, tres de cada diez adultos (29 %) que no usan el internet cuentan, como máximo, con estudios de bachillerato. Esta cifra ha disminuido en gran medida desde el 2000 ya que en ese entonces era el 81 % de las personas.

¿Cómo apoyar una mayor inclusión digital y cerrar la brecha digital?

La responsabilidad de la inclusión digital y el acceso universal a Internet no puede recaer en el individuo o en un solo grupo; requiere la contribución de una variedad de partes interesadas. Esta responsabilidad debe ser, principalmente, de los gobiernos, organizaciones privadas, organizaciones no gubernamentales (ONG), organizaciones sin fines de lucro y el mundo académico en conjunto con expertos.

Las organizaciones públicas y privadas deben tomar medidas críticas y urgentes para garantizar que las personas afectadas por la brecha digital no queden más excluidos. Google, por ejemplo, se asoció con el Departamento de Educación del Estado de California para proporcionar Chromebooks y 100,000 puntos de acceso móvil a estudiantes en áreas rurales.

En el caso de las organizaciones privadas, éstas deben invertir en cerrar la brecha digital como parte de su agenda de responsabilidad social. Lloyds Banking Group ha incorporado la inclusión digital y la igualdad digital en su estrategia y propósito. En el Reino Unido, Lloyds estableció un Programa de Campeones Digitales donde tienen cerca de 25,000 “campeones” desde que empezó este programa en el 2015 comprometidos a aumentar las habilidades digitales de al menos dos personas, empresas u organizaciones cada año. Utilizan distintas campañas a través de asociaciones e iniciativas locales.

Aunque, claro, los que tienen el papel más importante son los legisladores y los gobiernos, que deben trabajar para hacer que los dispositivos e internet sean más accesibles para las comunidades marginadas o cualquier persona que no cuente con estos servicios. Deben enfocarse en el acceso público y acceso privado al internet. La Unión Europea, por ejemplo, lanzó la iniciativa WiFi4EU para proporcionar Wi-Fi público gratuito en espacios públicos, incluidos parques, plazas, bibliotecas, centros de salud y museos.

Además, los gobiernos pueden contribuir a que los dispositivos sean más asequibles. La organización “Alliance for Affordable Internet” dice que gran parte del costo de los dispositivos proviene de los impuestos de importación y venta. En julio de 2015, el gobierno de Costa de Marfil, por ejemplo, redujo los impuestos sobre los teléfonos inteligentes del 27 % al 6,5 %.

Además, a través de regulaciones y políticas públicas, los gobiernos pueden ejercer presión a los proveedores de servicios de Internet y las empresas de tecnología, para que éstas reduzcan el costo de los datos móviles o banda ancha para ciertas comunidades o áreas rurales, establecer iniciativas como las de Lloyds Banking Group, brindar acceso a internet de alta velocidad en áreas remotas. Por ejemplo, Spectrum, una compañía de telecomunicaciones, ofreció acceso gratuito de banda ancha e internet por 60 días a hogares con estudiantes de primaria, secundaria o universitarios que aún no tienen una suscripción

Las organizaciones privadas también deben buscar educar a las personas sobre cómo mantenerse seguros en línea. Muchas personas mayores no usan el internet por miedo a caer en estafas o fraudes, tampoco se sienten cómodos compartiendo información personal en línea. En estos tiempos donde incluso se pueden hacer transferencias bancarias en línea, es clave ayudarlos a perder el miedo y a utilizar estas aplicaciones.

Durante una época de crisis como la pandemia del coronavirus, es aún más importante que se priorice la inclusión digital, no sólo para las personas que trabajan de forma remota o porque las escuelas han mudado al aprendizaje en línea, sino porque se ha vuelto vital para obtener información básica y servicios de salud. Es fácil olvidar que tan sólo en Estados Unidos hay 33 millones de personas que están desconectadas. Es momento de explorar formas de cerrar la brecha digital y brindar oportunidades a quienes enfrentan estos desafíos digitales.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/brecha-digital-covid19

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