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Entrevista a Joaquim Sempere: La palabra clave es autocontención

Entrevista a Joaquim Sempere
«Tenemos que aprender a controlar nuestras expectativas a lo psíquicamente razonable y ecológicamente posible. La palabra clave es autocontención»

Nuria del Viso

Joaquim Sempere (Barcelona, 1941) es doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona y licenciado en Sociología por la Universidad de París-X. Ha trabajado como director de la revista Nous Horitzons y forma parte del consejo editorial de la revista Mientras tanto. Es profesor emérito de Sociología de la Universidad de Barcelona, especializado en temas de medio ambiente. Ha desarrollado su pensamiento en torno a las necesidades humanas, el papel de la ciencia y los conflictos socioecológicos. Entre sus libros más recientes figura Mejor con menos (Crítica, 2008) y, en coautoría con Jorge Riechmann, Sociología y medioambiente (Síntesis, 2014). En esta entrevista desgrana su visión sobre la calidad de vida.

Nuria del Viso (NV): Para abrir este boletín sobre calidad de vida, nos gustaría primeramente que nos ayudaras a acotar conceptos y relaciones entre calidad de vida y bienestar; y entre buena vida y su equivalente del buen vivir en América Latina.

Joaquim Sempere (JS): “Bienestar” y “calidad de vida” se usan a menudo como sinónimos, aunque con acentos distintos. Bienestar alude más bien a los elementos “objetivos” o utilitarios, como la satisfacción de necesidades básicas objetivables: alimentación adecuada y suficiente, buen estado de salud, acceso a vivienda digna, vestido, protección ante los imprevistos de la vida, etc. Calidad de vida alude a aspectos más cualitativos y subjetivos, es decir, a los niveles de satisfacción experimentados, que incluyen presupuestos culturales distintos para las distintas sociedades consideradas, así como la adecuación a los tipos y niveles de expectativas de las personas consideradas. De todos modos, las diferencias son pequeñas y los dos términos a menudo se usan indistintamente para designar lo mismo.

Entiendo que el “buen vivir” de las comunidades autóctonas de América Latina es más que lo que nosotros consideramos “vida buena” porque incluye una relación armónica con el medio natural que supone también armonía social, esto es, justicia, reciprocidad en los derechos y deberes, vida humana adaptada a ritmos menos artificiales que los de las ciudades modernas. Es obvio que se trata de un planteamiento de vida del que tenemos mucho que aprender.

Quiero insistir en el tema de las expectativas. La sociedad productivista-consumista genera incesantemente expectativas materiales cada vez más altas, lubricando así la tendencia al crecimiento, pero con efectos psicológicos y morales devastadores porque reproducen sin cesar la insatisfacción (que a su vez realimenta el deseo de más cosas). Tenemos que aprender a controlar la formación de nuestras propias expectativas, a adaptarlas a lo que es psíquicamente razonable y ecológicamente posible. La palabra clave en esto es autocontención.

NV: Desde tu óptica, ¿cuáles son los ejes principales de la calidad de vida?

JS: En la calidad de vida creo que debe incluirse la satisfacción suficiente y adecuada de las necesidades básicas materiales (alimentación, vivienda, vestido, salud) junto con ciertos parámetros que dan a la vida humana una densidad de significación satisfactoria. Comer, vestirse y cuidar la salud son, en definitiva, bienes instrumentales: necesarios para “estar bien” pero no suficientes para una vida buena. Se dice, con razón, que estamos físicamente bien cuando no sentimos el cuerpo, porque funciona como debe: es al enfermar o sufrir dolor cuando nos apercibimos de que “tenemos” cuerpo. Con las necesidades materiales pasa algo parecido: si están bien satisfechas no las sentimos y podemos dedicar nuestras energías a construir nuestra vida, nuestra persona, nuestras relaciones con los demás. “Calidad de vida” viene a ser esta conjunción de unas necesidades básicas adecuadamente satisfechas con una panoplia de actividades y relaciones humanas que dan sentido e interés a nuestra existencia.

Conviene precisar que “necesidades materiales” es un término que a veces se usa de manera restrictiva, olvidando que en su satisfacción propiamente humana se juega una gran variedad de aspectos. La comida no es mero metabolismo animal, sino arte, gastronomía, cultivo de la riqueza sensorial, búsqueda y experimentación, y comer es también un acto social donde juegan elementos de reciprocidad, compañía, intercambio de dones y de afectos, etc. Algo parecido puede decirse del alojamiento: la vivienda no sólo nos protege de la intemperie, sino que es el espacio que organizamos a nuestra manera, proyectando nuestra personalidad en la decoración y en la búsqueda de algún confort vital, etc. Y lo mismo de otras necesidades materiales.

Pero la calidad de vida no se detiene ahí. Incluye todo lo que da a nuestra vida sentido, relieve, riqueza emocional, artística e intelectual, incluyendo las experiencias relacionales de amor, amistad y otras interacciones, como las comunitarias, políticas, recreativas, ceremoniales, deportivas…

NV: Todas estas actividades implican tiempo. Precisamente, una de las percepciones más repetidas actualmente es la sensación de falta de tiempo con la aceleración de los ritmos de vida. En este contexto, ¿qué significa la aparición del movimiento slow? Y en el ámbito laboral, ¿cómo incidir para una mejora de la calidad de vida?

JS: El movimiento slow es una rebeldía contra la prisa que invade la vida moderna en casi todas sus facetas. La sensación de falta de tiempo y la prisa que se deriva de ella proceden de la lucha fáustica contra la finitud de la vida humana, la reacción desesperada para lograr este imposible que es detener el tiempo, otra manera de experimentar la ilusión de la eternidad imposible. Naturalmente, se refuerza con la dinámica capitalista de la acumulación indefinida de capital que requiere una ampliación permanente de la demanda de mercancías; el resultado de esta dinámica es la demanda incesante de más bienes y servicios para consumir, que se disputan entre sí el tiempo de que disponemos, que es limitado. No puedo trabajar mis ocho horas al día, preparar la comida, comer, aprender idiomas, jugar al tenis, ir al cine, ver televisión, usar mi teléfono móvil para mil y un usos, y así al infinito en las 24 horas que dura un día. El mensaje del movimiento slow lo interpreto así: el tiempo que nos es asignado es, en cualquier caso, limitado; como no nos permite abarcarlo todo, tenemos que autolimitarnos; es mejor hacer menos cosas y dedicar más tiempo a cada una de ellas, experimentándolas con la máxima intensidad posible, en lugar de mariposear superficialmente sobre un montón excesivo de actividades y estímulos, para descubrir, al final, la vaciedad y la frustración de tantas experiencias veloces, acumulativas, abundantes y superficiales. Más vale saborear con detenimiento y atención pocas experiencias que nos dejen huella.

NV: Nos hallamos inmersos en una profunda crisis ecológica y social. Sin embargo, las políticas económicas al uso continúan situando la meta del bienestar en el crecimiento (para “tener más cosas”), lo que implica no sólo mantener, sino aumentar, el ritmo de extracción de energía y materiales, alimentando estilos de vida que no son generalizables. ¿En qué consiste la calidad de vida en este contexto?

JS: La calidad de vida que se nos vende en estas circunstancias es una estafa. No digo que no se pueda vivir bien teniendo más cosas, pero cuando se descubre la profundidad de la crisis ecosocial, cuando se le cae a uno la venda de los ojos, ya no se puede ser feliz sin tratar de detener esta carrera hacia el desastre. La respuesta tiene dos vertientes, a mi juicio. Por un lado, la lucha política (en sentido amplio) para detener la carrera hacia el abismo, tratando de influir en la cultura, en la vida pública, en la política, para encaminar nuestras sociedades hacia la sostenibilidad. Por otro lado, adoptar personalmente, y con la gente que te rodea, estilos de vida congruentes con la consciencia de la crisis, tratando de reducir el impacto ecológico propio: andar, ir en bicicleta, viajar poco o nada en avión, prescindir del coche particular, instalar fotovoltaicas, vigilar lo que comes y lo que consumes en lo que atañe al despilfarro de recursos y energía, etc. El cambio personal de estilo de vida no resuelve el problema, que es de dimensiones colectivas inmensas, pero determina la ejemplaridad de la conducta adoptada como conducta deseable: en este sentido tiene que articularse con la acción política contribuyendo a señalar el camino correcto. Y a la vez, es una manera de avanzar en calidad de vida congruentemente con la toma de conciencia del desastre ambiental.

NV: En un artículo anterior para Boletín ECOS, relacionado con tu libro Mejor con menos (Crítica, 2008), apuntabas que “hace falta una reconsideración de muchos parámetros de la vida social”. ¿En qué consistiría este cambio de paradigma?

JS: Consistiría en no superar la biocapacidad de la biosfera para que podamos vivir dignamente en ella todos los seres humanos y el máximo número posible de especímenes de otras especies animales. En otras palabras: no superar la huella ecológica media por habitante que la biosfera puede soportar sin degradarse. ¿Cómo se arbitra esto? Ahí radica la dificultad, dado que hemos construido un mundo no sólo insostenible ecológicamente, sino encadenado por unas dinámicas incontrolables. Las interdependencias son tan densas y tan fuertes que no se puede intervenir en un lugar sin que tengan lugar efectos en otros lugares. Y como la oligarquía mundial del dinero controla los mecanismos esenciales, procura que ninguna comunidad, ningún país, escape a la lógica dominante, y puede conseguirlo. El ahogo de Grecia por la UE es un ejemplo. Para que la ciudadanía recupere capacidad de autogobierno, tendrá que producirse, a mi entender, un desmontaje de estas interdependencias, una transición a comunidades más autárquicas (permitidme esta palabra maldita) o más autosuficientes. No pienso en autarquía plena, sino en reorganizar el metabolismo entre sociedades humanas y medio natural cercano para lograr un aprovechamiento eficaz y no destructivo de los recursos que proporciona la naturaleza. Así sería más fácil ajustar las necesidades humanas al entorno ecológico cercano, materializando una cierta armonía entre ser humano y naturaleza.

Lo ideal sería conservar los adelantos de la tecnociencia que pueden enriquecer la vida humana, y para ello la autarquía propuesta debería combinarse con una “mundialización espiritual” que permitiera compartir los saberes y las otras expresiones espirituales sin limitación. Las técnicas de comunicación de que disponemos hoy hacen posible esta mundialización. Pero esto requeriría también una estructura industrial muy sofisticada: ¿cómo hacerla compatible con un metabolismo simplificado? Esta compatibilidad es uno de los retos importantes para “salvar” el progreso tecnocientífico sin sacrificar la biosfera.

NV: ¿Alguna pista sobre las medidas necesarias para implantar ese cambio de paradigma?

JS: El capitalismo desregulado que impera en el mundo es, en las actuales circunstancias, lo peor que nos podía suceder, pues las tareas necesarias para salvar la civilización humana requieren dosis importantes de intervención deliberada en la vida pública, regulación y planificación (con todos los correctivos que se desprenden de los fracasos del siglo XX en materia de planificación). Pero no se ve cómo introducir cuñas en un sistema tan compactamente interdependiente para introducir regulaciones conscientes. A mí, este sistema capitalista, asociado a una megamáquina, como decía Mumford, se me aparece como invencible. Sin embargo, se me aparece tan invencible como inviable: creo que camina hacia su autodestrucción. Si esto es así, tras la autodestrucción del capitalismo tecnológico desregulado surgiría la oportunidad de reconstruir una sociedad nueva desde las ruinas de la vieja. Pero esto sólo sería posible si hubiese una masa crítica de personas con la suficiente consciencia ecosocial (y la suficiente mochila de experiencias alternativas previas, aunque fueran modestas y locales) para tomar el relevo y marcar la dirección a seguir. Si en el momento oportuno no existe esa masa crítica, la ruina de la megamáquina puede desembocar en el caos más espantoso, en una “nueva Edad Media” dominada por grupos armados y mafias que impongan la ley del más fuerte en un planeta devastado. Por eso creo en las pequeñas acciones, en las intervenciones modestas para construir desde hoy embriones de futuro en los intersticios de la sociedad existente. Estas experiencias pueden parecer insignificantes hoy, pero pueden ser decisivas mañana. El futuro no está escrito en ninguna parte: dependerá de lo que hagamos desde hoy mismo. Y no debemos despreciar ningún ámbito de acción: ni esta construcción de experiencias locales que sean embriones de futuro, ni la acción política, ni la acción cultural, ni el desarrollo del saber, ni la transformación personal.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220492&titular=%22tenemos-que-aprender-a-controlar-nuestras-expectativas-a-lo-ps%EDquicamente-razonable-y-ecol%F3gicamente-posible.-la-

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Capacidades, expectativas y articulaciones en Ciudad Caribia: una mirada del sujeto político situado

Por Lenin Romero 1

El proceso de formación de una determinada voluntad colectiva, que tiene un determinado fin político, no es representado a través de pedantescas disquisiciones y clarificaciones de principios y criterios de un método de acción, sino como las cualidades, los rasgos característicos, deberes, necesidades, de una persona concreta, despertando así la fantasía artística de aquellos a quienes se procura convencer y dando una forma más concreta a las pasiones políticas.

Antonio Gramsci sobre el Príncipe Moderno

Resumen

El ensayo aborda una aproximación a explicaciones y metódicas sobre la brecha entre las capacidades de gobierno y la complejidad de los sistemas sociales, quienes exigen teorías, técnicas, sistemas y métodos, para desarrollar proyectos de socio-gestión, vinculados al metabolismo del “Buen Vivir” en ciudad Caribia. En este contexto teórico metodológico nos preguntamos: ¿Qué actos han dificultado el avance socio-político del autogobierno de la ciudad, en relación a éxitos de mayor alcance socio-cultural sobre el metabolismo del “Buen Vivir”?, a su vez informa sobre la actuación de la Misión Sucre y Nigel-UBV, en su deseo de asumir el deber ético-político para actuar, acercando las Ciencias Sociales, en lo tocante a las ciencias y técnicas de gobierno, los métodos de planificación y la teoría de la organización para la gobernabilidad y la gobernanza. Plantea ¿Cómo se socializa un conocimiento pertinente?, y postula, valora y abriga una postura ética para lo cultural, en cuanto ontología de la acción, y por lo tanto, nutre la axiología de la voluntad y necesidad interna de lo propio, más que como mecánica e imitación de lo que viene de fuera. El objeto de la indagación es enunciar algunas explicaciones, sobre el sentido de lo político, cuando cobran fuerza los nexos y distinciones epistémicas en las capacidades para actuar y las orientaciones de los agentes, luego de decisiones ante expectativas y demanda entremezclando los actores y sujetos en la ciudad, para finalmente aportar criterios epistémicos, ontológicos y prácticos en el inicio del trabajo en campo.

Palabras Clave: Socio gestión, lo cultural, lo político situado.

A modo de presentación

El ensayo que hemos organizado presenta la problemática teórica-metodológica sobre “Las capacidades, expectativas y articulaciones de la mirada del sujeto Político situado”, y constituye en lo concreto, un esfuerzo de indagación realizado en Ciudad Caribia, experiencia urbana ubicada en el Distrito Capital y según sus diseñadores y constructores, funda una ciudad socialista ecológica autosustentable.

Esto es, ella reseña en cuanto experiencia territorial “la importancia que asume la territorialidad en tanto “construcción” de la acción colectiva de los actores, los enfoques predominantes sobre políticas en el ámbito urbano-local y las nuevas iniciativas de gestión que buscan cambiar en este nivel el patrón tradicional de intervención gubernamental”2.

En principio, el ensayo resume en el aparte I, II, III, la brecha política y el consentimiento público, el contexto las imaginativas de la voluntad de actores sociopolíticos, así como la dinámica de las organizaciones, movimientos, instituciones, e instancias corresponsables de la conformación de agentes de la complejidad comunal. En los apartes IV, V, se explican gnoseológicamente el papel que tiene la dominación y el convencimiento en la ciudad para potenciar la emergencia de una cultura del “Buen Vivir” como axiología viva. En los temas VI, VII, VIII, se abordan los interrogantes fundantes de una epistemología caribiana, a partir de las observaciones sobre él “es” de cada momento o experiencia, y de cómo ello incide en la ontología del sistema observado en la complejidad de la ciudad y su dinámica, permitiéndonos acercarnos sobre un método y los interrogantes que nos orientan la sistematización argumental.

Situados en esta perspectiva, creemos conveniente precisar el discurso explicativo sobre lo que consideramos imprescindible para comprender la experiencia en ciernes. Esta desarrolla en su seno por consiguiente, formas culturales y políticas diversas del ejercicio de la autoridad democrática directa3, tanto para la construcción del sistema político comunal, como para el mantenimiento armónico de la vida societal y sus subjetividades, según el proceso metabólico de la ciudad y conforme a los comportamientos de sus pobladores, autoridades, y agentes locales, sujetos y actores, quienes despliegan sus prácticas y conocimientos en relación a la realidad material específica de relaciones de consenso entrelazadas por los actores en el territorio.

Aquí se da cuenta de una paradoja, hay el encuentro de personas que se juntan a partir de una interculturalidad como identidades, pues provienen de distintas expresiones y manifestaciones de existencia, nacionales y extranjeras, de latitudes distantes y cercanas a los entornos vividos, que se entremezclan, para unirse en un ser con un no-ser o con un ser que no-lo-es todavía, dado que aún su llegada e integración en el hábitat todavía no revela su pertenencia del todo. Hace poco tiempo que comienzan a vertebrar sus intercambios en movimientos organizados, frentes que los disponen al trabajo endógeno y comienza por identificarse en sus vínculos con instancias populares de resistencia e inclusión, es si se quiere una población en transición inestable en la Ciudad.

En el territorio a nuestro juicio, se fragua una concepción construida sí mismo, ello si lo pensamos tal como se observa, es una comunidad en construcción social y societal, está actualmente construyendo su identidad, desde su traslado por efectos de la naturaleza, en estos últimos cinco años, en cuanto lugar donde arraigan sus relaciones e interacciones en el “proyecto de existencia social común” que está en edificación diariamente en una convivencia sana.

Bueno es entonces establecer con claridad que el nicho habitado aún no constituye, por tanto, un resultado del desenvolvimiento humano sobre el territorio como sujeto de la acción, sino que permite más bien reflexionar sus acciones, en sus procesos y prácticas que se atreven progresivamente a ofrecer opciones de tematización de conocimientos, a partir de sus actos como seres en relación material, y que advierten el mantenimiento de memorias con predominio ajenos a las de la ciudad como fuentes en su arraigo y desenvolvimiento.

Por su parte, está en conformación, y así lo expresamos en el ensayo, la estructuración de un sujeto político, de hecho, no es todavía una identidad definida, atada a un lugar específico del espacio social, intelectual, y afectivo, en consonancia “vivencial” discretamente a los sistemas de relacionamientos propios del metabolismo del “Buen Vivir”, pende más bien, sobre las instituciones políticas de derecho, con quienes intercambian sus acciones públicas, sin ganar la confianza necesaria de las instancias populares para autorregular su agencia de cambios en una ruta metódica definida, para sí y en sí misma en la organización del orden socio-cultural propio.

En estos términos, el imaginario sobre el sistema político comunal, es apenas un lugar donde operan las mediaciones entre las instancias organizadas y no-organizadas de la comunidad, con las instituciones posicionadas de Poder instituido del Estado, reconocido en la Autoridad Única, en cuanto árbitro de una centralidad comunal, en el territorio protegido ambientalmente, y quien por legitimidad de origen, propicia actualmente las formas ejecutivas de gestión y los medio de comunicatividad para la discusión sobre políticas públicas que están en construcción. Por ahora, el “sistema” solo encarna las tensiones y conflictos sociales y alberga las diversas constelaciones de intereses y expectativas que son canalizadas en un orden cultural emergente.

Encontramos en el acercamiento a hechos y fenómenos situados una legitimidad que aparece entonces vinculada a los principios y procesos que se sustentan en la validez de una forma liberal y social de dominación. Esta validez se manifiesta en la interacción obediente, permisiva, consentida, entre los dominados frente al mandato de los dominadores, es decir, hay una relación Estado-hombre o mujer. Al menos, es una institucionalidad insurgente que inicialmente existe y se apoya en la “creencia” sobre la legitimidad institucional (no constituyente) del Poder.

Al parecer la indagación muestra algunos rastros que informan del papel de la voluntad común entre autoridades centrales (en la comunidad) y sujetos políticos interdependientes (las mesas establecidas) en las formas organizadas (el Consejo Ejecutivo de la ciudad) de ejercer la direccionalidad pública en la ciudad, seguramente ello puede verse en los aspectos institucionales, sociopolíticos o relacionales y territoriales implicados, en las distintas funciones y potestades para comprender la dinámica metabólica de los ecosistemas comunitarios en sus rasgos distintivos.

Esto es, se observa en la ciudad, como rasgos prevalentes el uso de medios y mecanismos para el protagonismo público, y ellos son, la asamblea de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones se consideran, en lo social, político, cultural, y económico, las instancias de atención ciudadana, la cogestión, las cooperativas en formación, la empresa socio-comunitaria, y otras formas asociativas (corporaciones) guiadas por los valores de la mutua cooperación y la solidaridad. Hay si se quiere una aplicación constitucional de formas de soberanía comunal.

Las relaciones articuladas entre la autoridad formal, su ejecutivo, las mesas de ejecución de políticas y los movimientos sociales y políticos, están en nexos entre agentes diversos para gobernar y entablar relaciones de cooperación y colaboración con otros actores en relación a la creencia común de que se trabaja a favor del proyecto ecológico y sociocultural en cuanto causa u objetivo que beneficia a todos.

Estas reglas de intercambio, en nuestra opinión progresivamente construidas, están derivando en formas federales desconcentradas en la experiencia en construcción, tiene de hecho una influencia Canadiense4 normativamente, en sus modos de estructuración societal y social, pues el federalismo como forma de organización política intercultural integra distintos sujetos políticos territorialmente identificables, con base en un esquema de unión voluntaria proceso este que está teniendo lugar en el objeto de la conformación del Poder Comunal Común, y la subsistencia de esferas de competencias centro-desconcentradas de la gestión y administración del poder en la ciudad.

Vemos como interesante la gobernanza que aplica la Autoridad Única cuando entreteje nexos e interacciones comunales que resaltan la necesidad de comprender la importancia que tiene la articulación de los diferentes sujetos, actores y agentes, según distintos modos de regulación en un territorio, tanto en lo que se refiere a la integración política y social en sus relaciones para decidir y en cuanto a sus capacidades para actuar entorno a bienes comunes y diferentes.

En el caso que estudiamos, y hoy ofrecemos una mirada, es interesante observar, “el modo, el objeto y las condiciones de la unión de sujetos diversos quienes configuran el llamado principio federalista y lo distinguen del principio unitario porque establece que los sujetos unificados:

  1. Sean reconocidos como un ámbito de poder originario, en contraste con un ámbito de poder central derivado como lo es la institución jurídico-política de la Autoridad Única, sobre todo cuando ella impulsa la constitución de movimientos sociales y la conformación de la comuna;
  2. Cuando procede a mejorar el trato común, sin que predominen reglas impuestas, por el contrario exhortando a un trato igual o, en su caso, diferente con respecto al sujeto central comunal; y
  3. Al postular el reconocimiento de otras maneras de gobernar, en cuyas fuentes de origen sean constituyentes o derivadas, plantándose por su reconocimiento en el ámbito territorial propio, en donde puedan ejercitar sus competencias y mandatos.

En el texto, encontraremos argumentos y explicaciones sobre hechos y procesos que están adelantándose, que lo denominaré en esta presentación, el federalismo asimétrico de la ciudad Caribia, pues esta ciudad compacta, ecológica, en proceso de sustentabilidad, socialista por aspiración transicional, es el resultado de relaciones entre el gobierno central de la República, y su interpretación de las normativas especiales propias, y la jurisdicción ambiental, que enmarcan el discurso que hizo posible la emergencia voluntaria de una integración/centrada en cuanto forma federal asimétrica, es decir, en cuanto al ámbito plural e intercultural de su desarrollo metabólico y ético según el “Buen Vivir”.

El federalismo representa —entre varias alternativas— una de las más viables para dar unidad estatal a la diversidad cultural y nacional, independientemente del tamaño de la población o del territorio. Pocos autores han destacado el hecho de que no todos los defensores del federalismo han pensado así, como Alexis de Tocqueville y John Stuart Mill, quienes consideraron a los Estados pequeños como los más aptos para integrar la diversidad cultural, en el supuesto de que, en efecto, ésta no estuviera desarrollada5.

Lo que quiero expresar y considerar está referido al énfasis que tenemos que reconocer e identificar en Ciudad Caribia, por un lado, por el mandato constitucional, y según, por otra parte, por los efectos de la legislación del poder popular, donde se establecen y sientan fundamentos para en lo adelante, identificar la Ciudad-Estado, que se está impulsando, en su conexión al Federalismo desconcentrado, que ordena y propicia la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Es bueno señalar, que en la indagación se encuentran procesos y acciones dirigidas a reconocer una pluralidad de formas y medio de gobernabilidad y gobiernos de distinto origen fundacional.

El problema no es cómo formular una concepción de unidad del Estado y la sociedad que supere la unilateralidad de la intervención gubernamental o de la acción individual o de grupos, sino «cómo conseguir el control de los diversos centros de poder arbitrarios, cómo coordinarlos y fundirlos en un sistema más coherente, y cómo disciplinarlos gradualmente para que funcionen en provecho de la comunidad». Para lograr esos objetivos, Karl Mannheim6 sugirió edificar el sistema social con base en la «planificación para la libertad», es decir, en una planificación «sujeta a control democrático» que evitara favorecer intereses de grupos y promoviera la «justicia social» (no la igualdad social) y un «equilibrio entre la centralización y la dispersión del poder»7.

Finalmente, en relación con el método, su enfoque, y aplicación, hay que señalar, que asumimos como inflexión inicial en la investigación, y así lo expresamos en el texto, el “Mito de las Cavernas” de Platón8, dada la paradoja vivida por los pobladores que habitan la Ciudad, quienes proceden de zonas signadas por “la tragedia y la desigualdad social”.

Luego, transitan la experiencia en la sombra de los “refugios”, es decir en el fondo de la caverna, y un día “amanecen” en los predios de la luz, tal como me lo afirmó una de las lideresas9, al referirse al significado de la ciudad para ella y su familia, fue enfática en afirmar, esta ciudad es “el sueño de una esperanza”.

De allí que sobre la metáfora de Platón, nos propusiéramos entonces, indagar en la memoria colectiva y las perspectiva comunes en la ciudad, tanto para hurgar en el laberinto intelectual de su gente, como para intercambiar argumentos y explicaciones sobre los momentos vivenciados, deteniéndonos desde luego, en el metabolismo del “Buen Vivir”, y en la complejidad que “Las capacidades, expectativas y articulaciones de la mirada del sujeto Político situado” logre hacer suyas, a partir de la instancia participativa del Poder Popular, denominada ciudades comunal.

Posteriormente, se abordarán de ser posible algunas interpretaciones, que en ningún caso son generalizaciones, sino solo acuerdan exponer puntos de vistas, subjetividades sobre el recuerdo, y narrativas, para el diseño explicativo del entretejido de los diálogos y acciones constructivas de la experiencia. De manera pues, que para nosotros, es decir para el núcleo de investigación en general, y para mí en particular, todas estas inflexiones son necesarias para sistematizar los aportes sustantivos y sustanciales que implican la aproximación a la “filosofía de estas prácticas en la ciudad hoy día”, intentando argumentos e interpretaciones en cuanto sean posibles encontrar en los motivos de actores, sujetos y agentes, incluidos en la generación de bienes intangibles y tangibles del diálogo hermenéutico en sus incidencias ontológicas, epistémicas, metódicas, y axiológicos, insurgentes del entramado sistémico que tiene la urdimbre que investigamos en la ciudad.

I.- La brecha política y el consentimiento público

La brecha entre las capacidades de gobierno y la complejidad de los sistemas sociales, quienes exigen teorías, técnicas, sistemas y métodos, para desarrollar proyectos de socio-gestión, vinculados al metabolismo del “Buen Vivir” de la ciudad, de manera concertada y consensuada con los sujetos o actores que se procuran la gobernabilidad del sistema eco-socialista comunal como un todo, tanto en su compatibilidad con respecto a la presencia y atención de los problemas, como en el arbitraje de los nexos entre agentes que estructuren medios y mecanismos participativos del común.

Para ello, es interesante subrayar, las formas cómo, desde nuestro punto de vista, venimos observando lo que se produce en la ciudad, por un lado, la emergencia de un sujeto10 activo con vocación autogestionaria, que en sus acciones establece nudos con la organización del gobierno, por el otro ángulo del asunto, vemos con alegría la actuación de los actores11 que ejercen el auto-gobierno actualmente, quienes no escatiman lugar o evento para revelar voluntad solidaria para intercambiar e integrar efectivamente propósitos y proyectos, y evidencian comprensión sobre el sentido y alcance que tienen en las decisiones, y cómo ellas fundan consenso y credibilidad, acciones sustantivas estas que facilitan armar la arquitectura de un ejecutivo comunal legítimo y actuante.

Este fenómeno se constata en diversos momentos, sobre todo en el diseño de la voluntad común, es decir en el proceso interactivo que propicia en y desde los distintos agentes, una manera de cohabitación en la ciudad, estableciendo los nexos y acciones, que terminan sentando los fundamentos ético-políticos del Sistema Político Comunal, tinglado necesario para producir los intercambios económicos, socio-productivos, culturales, y éticos, diálogos, entre quienes de hecho, permean el modo de entender, asumir y compartir, las experiencias cognitivas y fácticas, que brindan oportunidad a las interacciones político-epistémicas, axiológicas y productivas, en los intercambios entre agentes y actores que integran el equipos de gobierno comunitario.

Por lo dicho, el equipo de gobierno comunal dispone en su desenvolvimiento, más esfuerzos y estímulos en la organización territorial del sujeto político comunitario, que en la formulación de proyectos y programas de acción en la ciudad. Este accionar no desdeña que podamos aún concluir del todo, que no se realizan de forma absoluta los mismos.

De allí que, me he preguntado ¿Por qué no han actuado -el autogobierno- colocando el énfasis en las acciones tendentes a la formulación y ejecución de proyectos?, y esta interrogante me la he respondido de esta forma, tal vez eso ocurre, porque el equipo de autogobierno está consciente de las consecuencias negativas que se producen, si no se disponen efectivamente del común interés de los agentes, esto es, si no existe buena articulación en un sujeto socio-político, que aborde con fuerza consciente las expectativas existentes, y que al asumir compromisos ponga el énfasis en el discurso ético-prácticos de la gente, para ofrecer soluciones efectivas corresponsables, con las acciones y capacidades comunes, es decir, mediante la comprensión de la situación que pudieran terminar incidiendo positivamente en los nexos ético-políticos, y sus actividades prácticas incidieran sustantivamente en el metabolismo ecológico de la ciudad y su gente.

Hay que subrayar sin embargo que tenemos conciencia de la importancia y significados que poseen los proyectos socio-productivos específicos, aun cuando, percibimos también en la acción del auto-gobierno y sus insistencias, labores comprometidas con la conformación del sujeto político y la organización de la ciudad, valoración epistémica y axiológica esta sustancialmente necesaria sobre los resultados de sus proyectos socio productivos12, quienes sin embargo no mellan la conciencia pública del común.

Sobre este comportamiento percibimos, que la autoridades locales y las instancias de participación están actualmente, potenciando la comprensión de los problemas y las capacidades propias para conjugar distintos niveles de conciencia y actuación pública en concurrencia con los diversos agentes13 locales14 propiciando en lo concreto manifestaciones concretas sobre su incorporación a la legitimidad política como entidades que participan bajo el reconocimiento social y estatal.

También hemos detectado que la voz del pueblo está adquiriendo un alcance axiológico y político, sobre el papel que ella tiene en la gobernabilidad comunal, que refleja en todo cuanto ocurre en las actuaciones de la ciudad unas posturas éticas que enmarcan los imaginarios de los cuales siempre se apropian los actores.

Estas manifestaciones -a nuestro juicio- son simbólicas y axiológicas que terminan siendo dimensiones éticas o morales que van fraguando sobre la identidad comunal un tipo de conciencia del lugar y sus prospectivas. Por ello, pensamos que en este momento ciertamente las acciones de orientación y sentidos diversos, cobran mayor relevancia y están siendo comprendidas y compartidas, particularmente, por las nuevas comunidades o terrazas que se disponen a organizar y registrarse en sus instancias comunitarias de corresponsabilidad, sean de caracteres multifamiliares, consejos comunales, brigadas, frentes de trabajo, movimientos sociales, etc.

Este hecho lo hemos observado en relación a los nexos entre el auto-gobierno comunal y los sujetos territoriales, dado el acercamiento progresivo de estos vectores societales. Hay a nuestro entender en la ciudad, un proceso de integración societal en las acciones de gobernanza que promueve y efectúa el Ejecutivo Comunal, tanto en lo referido a la común asociatividad, como en la disposición colectiva de su acciones respecto a las demandas sociales y de infraestructura, que están influyendo en la composición armónica de la percepción (en el discurso real) en la identidad los mismos.

Al menos eso se observa en las mesas de discusión15, en las asambleas comunales, y en los momentos de consulta, por una parte y por la otra, en las acciones simbólicas16 y afectivas que desarrollan distintos actores al referirse a la ciudad y sus familias.

Ambas actuaciones comprometen frecuentemente los resultados del gobierno, y ello va fraguando voluntad y opciones políticas activas, como nexo e intercambio para contribuir, a la configuración ciertamente de sujetos territoriales, capaces de incidir en su despliegue en la superación de la brecha entre capacidades de gestión y dominio cognoscitivo del terreno, cuestiones éstas imprescindibles al emprender respuestas a soluciones y demandas según las problemática comunales o locales entre todos y todas.

Muchas veces, según lo señalan algunos teóricos de la planificación situacional estratégica, informan que los gobernantes omiten a veces al actuar los vínculos entre los actores que han brindado su respaldo a su acceso al ejercicio de la función pública legal, sin valorar y tener cuidado, los motivos y las razones que consideraron inicialmente, como agentes de legitimidad política y los medios que ejercen el sentido de lo público, sobre todo cuando coyunturalmente el compromiso electivo por el cual le facilitaron alcanzar el acceso al poder se coloca para ser validado.

Este descuido político a veces, es un hecho lamentable e incorrecto, máxime cuando se trata de favorecer la configuración de nexos entre ellos, y los sujetos territoriales, quienes finalmente desafían o cuestionan compromisos y posturas respecto a la legitimidad del orden cultural y político que dispone la realidad el proyecto democrático de gobernabilidad17. Recordemos que transitar de una democracia liberal fundada en la obligación y el deber no contribuye necesariamente al protagonismo social, por el contrario, subordina la voluntad, y construye por consiguiente relaciones dependientes pasivas, vale decir electorales.

Así que en el caso concreto de Ciudad Caribia, una omisión de esta naturaleza pudiera incidir, si nos descuidamos al accionar, en la formulación de subjetividades políticas, que exacerben posiciones críticas, actitudes resilientes negativas, actitudes que muchas veces, terminan favoreciendo nexos opuestos al consentimiento societal de los sujetos territoriales sobre el reconocimiento positivo de los gobernantes y la gobernabilidad.

En resumen si actuamos por ejemplo, colocando el énfasis en la acción política sobre el ejercicio de metodologías para la actuación, sin ponderar el valor, el significado, y alcance, que los agentes territoriales tienen en cuanto a la cosmovisión, que han de orientar sus acciones, así como impulsar las capacidades que mejoran las destrezas y habilidades afectivas, de tal modo que ello actúe en beneficio de su identidad y compromiso, así como en la optimización de las potencialidades creadoras, tendremos sujetos entonces sujetos pasivos ante su rol de consentimiento público.

Esto es, son vectores sin compromisos, tal como de hecho ocurrió muchas veces en los proyectos socio-productivos que fracasaron por el descuido y la omisión, en acciones inconscientes sobre las obligaciones éticas de la organización de la acción común, no por falta de capacidades para actuar, sino por consiguiente, por acción pasiva. Es decir, por omisiones onto-epistémicas concretas.

Vimos con preocupación estos resultados, y nos sorprendió mucho que los agentes estatales (INTI), quienes circunstancialmente, tenía que operar sus compromisos sustantivos, puesto que fueron planeados sectorialmente, y también nos preocupó éticamente, porque los sujetos o actores18 que debían actuar para producir socialmente, explicaron sus omisiones sin considerar los efectos negativos que estos pudieran tener en el metabolismo y su dinámica.

Sin embargo la actuación de sujetos, actores y agentes comunitarios tienen en la actualidad ánimo en el respaldo ético del proyecto de la Ciudad y su construcción, disminuyendo progresivamente la brecha entre capacidad de actuación, su complejidad, y la gestión cognitiva gnoseológica del proyecto que se desarrolla actualmente en el mundo ecológico de la ciudad.

II.- Contexto e imaginativas de la voluntad de un actor socio-político

En este contexto, terminamos preguntándonos ¿Qué actos han dificultado el avance socio-político del autogobierno de la ciudad, en relación a éxitos de mayor alcance socio-cultural sobre el metabolismo del “Buen Vivir”? Una respuesta inmediata a un aspecto pudiera tener asiento en la experiencia que nos la ofrece Carlos Matus, al referirse a las dificultades que tienen los gobernantes en sus vínculos o nexos con los gobernados, y viceversa. Dice pues, nuestro autor:

Hasta ahora hemos puesto más atención en el diseño de los programas de acción que en los equipos y métodos de gobierno, sin pensar que la capacidad de concebir y ejecutar imaginativas, eficazmente de un proyecto de gobierno que exige equipos humanos contestes en una visión, y prestos al manejo de métodos adecuados y potentes19.

Esta advertencia en el caso que revisamos, nos ha permitido observar que en la ciudad caminamos como auto-gobierno por actos “coyunturales”, más que por el énfasis en la acción pública de la ciudad como una totalidad en construcción.

La Autoridad Única de la ciudad, pensamos que ha valorado las capacidades para abordar los problemas o expectativas de la población, y por ello, viene accionando adecuadamente, respecto a los equipos, métodos, metodologías y sobre la visión mediante la cual actúan, ya que ha incorporado al ejecutivo comunal, a las mesas de gestión-diálogo, a los y las personas, e instancias, movimientos, frentes, que hacen vida actuante en la ciudad, entorno a las diversas actividades de la vida en la ciudad, actuaciones estas que nos parecen acertadas en cuanto al objetivo de empujar acciones contingentes y continuas.

Es indispensable sostener que esta ha sido la forma de fraguar la estructuración de un actor socio-político, cuestión además de interesante es particular. Este esfuerzo todavía no incide lo suficiente en las imaginativas de los actores, y tampoco cómo éstos ven afectadas efectivamente sus capacidades y potencialidades, en favor de los procesos de cognición para actuar, igual parece que los brebajes positivos cognoscentes que estimulan y fijan la dinámica societal, tienen en general posturas y compromisos discretos en cuanto sujetos activos comunales, sin que todavía ello se refleje en la reciprocidad dialéctica necesaria para el autogobierno de todos(as). Se avanza sustantivamente aún con lentitud.

Falta mucha formación política, teórica, metódica, metodológica y diálogo intercultural suficiente en la conformación de los equipos, y signar a su vez, los actores sobre el sentido del metabolismo del “Buen Vivir” de la ciudad.

La democracia protagónica en la ciudad exige que sus actores relevantes accionen congruentemente soluciones a los problemas comunes de la gente y mejoren la gobernabilidad comunal. Los órganos de derecho y justicia, los educativos, los culturales, sociales y la gobernabilidad en general, requieren por consiguiente de la Autoridad Única, y su ejecutivo de gestión, más y diversos soportes epistemológicos y metódicos, que permitan incidir en los actores sobre el desenvolvimiento en el metabolismo del “Buen Vivir” en el territorio, ya que es alrededor de estas acciones como se legitima y termina tributando la actuación del co-gobierno en el reconocimiento de origen, situación necesaria en torno a la creación de los nexos de credibilidad y confianza, quienes cohesionan poco a poco los imaginarios locales.

Enfáticamente pensamos que hay que profundizar y democratizar el sistema de autogobierno que se está construyendo a partir del fortalecimiento de los sujetos y actores, y sobre el diseño de las políticas y sus modos, modalidades de estructuración en los métodos, y programas de actuación, por parte de los diferentes sujetos de manera desconcentrada en el territorio, y en la organización y actuación en los diversos sectores planeados, actuaciones que en definitiva han de ayudar a mejorar la gobernabilidad pública y ampliar la legitimidad inducida en la credibilidad y legitimidad del gobierno comunal.

III.- Las Organizaciones, movimientos, instituciones e instancias corresponsables han de constituirse en agentes de la complejidad comunal

Las organizaciones societales de la ciudad, sean ellas de producción social, de origen mixto o de sentido comunitaria, deben actuar favoreciendo sus intereses particulares, en forma específica de quienes integran estas instancias de participación, sin dejar de lado, el fortalecimiento ontológico, epistémico y metodológico, en la actuación conforme al sistema integrado de gestión endógena comunal de cogestión, asociado al gobierno del Distrital Capital de modo interdependiente.

Así mismo, las entidades de atención estatales que hacen vida en la ciudad, en cuanto a la mujer, los niños y adolescentes, los infractores, y los pobladores de la tercera edad, han de arribar a la conformación de movimientos societales –de sustancialidad comunal- que puedan mantenerse y sostenerse en el desarrollo de las políticas y planes de protección y seguridad comunitarios.

Los estudiantes, en sus distintos niveles, han de conformar el consejo estudiantil de un movimiento local que pueda actuar en relación a los grupos estable de conocimiento, investigación e innovación, no solo para responder a las exigencias académicas, sino también para aportar a la creación y producción de bienes cognitivos, afectivos y de regulación, entre otros, para unir la reciprocidad dialéctica entre muchos y diferentes. Hay que acoplar los nexos a los distintos movimientos y actores junto al autogobierno de la ciudad y en su articulación (comunas o corredores, o ejes) sentar asociaciones estratégicas con los niveles territoriales de gestión, y administración, de manera pertinente y cónsona con el desarrollo socio-político de la nación20.

Aquí es donde -parafraseando a Matus- la Misión Sucre y NIGEL-UBV, tienen el deber de actuar como agentes socio académicos, que trabajen en reducir la distancia entre los problemas y las capacidades, pues se trata de acercar la realidad social y societal a las Ciencias Sociales, específicamente en lo tocante a “las ciencias y técnicas de gobierno, los métodos de planificación y la teoría de la organización”21.

Estas interacciones interdisciplinarias y transdisciplinares, hay que integrarlas a la gestión del auto-gobiernos, y a las otras formas de conducción directa, en forma corresponsables, así como en la agregación de instancias territoriales no estatales, y para las entidades de actuación, en el mejoramiento de los procesos de integración curricular, y de socio-gestión, para ofrecer y estimular la actuación planificada de la docencia, la investigación y las acciones de integración socio-comunitarias. Teniendo en cuenta para ello, el daño que produce la actuación fragmentada en territorios cuando los sujetos son los actores de la cognición segregada en la interacción dispersa, sin acercamiento integral a la epistemología, los métodos y programas de actuación críticos y creativos.

Una compleja arquitectura de mediación hay que convenir en la ciudad, que a nuestro juicio, sustantivamente consta de dos partes en este momento:

  1. Existe una economía mixta conformada por empresas sociales y particulares de diversos tipos, expendios de alimentos, prestación de servicios básicos y de mantenimiento, gracias a los subsidios estatales, unos, ya que hay otros de ingresos propios, que activan en la ciudad, como una forma alternativas de solidaridad, para terminar sosteniendo relaciones capitalistas de comercio y monetarias (Banca) de origen Nacional.
  2. Un conjunto de instituciones, instancias no estatales, movimientos sociales, y órganos estatales de carácter Público Nacional y el autogobierno comunal, en tanto soporte Distrital quienes en conjunto ejercen el Poder Político Público en la ciudad.

Esta reciprocidad comunal constituye una dialéctica que nos ofrece en el inicio fundacional de “otro” sistema político comunitario, uno que juega al metabolismo del “Buen Vivir” según nuestras apreciaciones, en cuyo lugar pudiera darse asiento de una experiencia societal que en forma de Red Agregada de Nexos, impacten el sistema político nacional, conforme a los efectos creados por las instancias, órganos e instituciones, comunales en su integración dialéctica al Poder Público Comunal.

Para ello el contexto ha de ser organizado en redes imaginativas de voluntad, pues si ellas se realizan pudieran permitir direccionar la cosmovisión del metabolismo comunal, así como el “Buen vivir” como modo de convivencialidad, y por lo tanto darían espacios y mecanismos para posibilitar enmarcar un agente activo en unas interacciones de interdependencia positivas sobre la finalidad de la ciudad como hábitat del “vivir bien”. Dice, al respecto Roger Bartra con sentido crítico, que:

Yo le doy mucha importancia a estos conceptos –refiriéndose al de mediación- porque me parece que permiten ubicar con precisión un ámbito social revelador de las condiciones en que se reproducen y legitiman los aparatos políticos. Las peculiaridades de estos procesos mediadores —y el grado de eficiencia con que funcionan— son como un barómetro que revela las presiones a las que está sometido el sistema político.22

Para lograr estas asociaciones vinculadas íntegramente, hay que combinar una mediación entre el Poder Popular y el Poder Instituido, quienes han de contribuir, aun cuando hayan tensiones y contradicciones en algunos momentos, toda vez, que se trata de incidir sobre las formas culturales diversas que existen en la ciudad, en sus imaginarios simbólicos y éticos, así como en su visión y metas por realizar en la construcción de legitimidad inducida en torno a las demandas, y a las fuentes del poder político de la ciudadanía comunitaria.

En este sentido la experiencia de gobernabilidad comunal en Ciudad Caribia, de continuar como marcha su desarrollo actual al parecer, tiende a sentar fundamentos y soportes de legitimidad y legalidad propias, si en efectos el agente comunitario se articula a los sujetos y actores diversos, sin entrar en conflictos, más allá de la sociedad que la rodea o del Distrito Capital quien la sostiene, y de la cual forma parte formalmente. Esto ha de ocurrir sin estorbar a las instituciones que tienen la competencia para ofrecer legalidad a sus decisiones consultivas, afianzando así en cada momento la legitimidad de origen mediante sus leyes orgánicas en la jurisdicción especial23 que corresponde aplicar.

Desde nuestra perspectiva, pensamos y así lo comunicamos, que si con nuestra contribución y la de otras instancias del conocimiento y la investigación, actuamos para fortalecer las redes imaginativas de la voluntad, y logramos que ellas expresen un interés común para construir una “experiencia política de gobernanza propia”, estaremos colaborando al ejercicio de una forma de gobernar democráticamente en forma directa tal como la aspiran las distintas formas de gobierno24 en la ciudad.

Tal como lo enunciara Bartra, al referirse a Niklas Luhmann, se trataría de orientar una actuación para diseñar y construir:

Un sistema auto legitimado, autónomo, fundado en una racionalidad normativa especial, tanto en su capacidad administrativa, como en la voluntad de operar las capacidades locales en la construcción del Buen vivir como modo de vida integral. Por ello: para continuar en el ámbito de la termodinámica de los sistemas abiertos, tendríamos una actividad gubernamental estructurada de tal forma que lograría no sólo dominar sino además reducir la complejidad del medio ambiente social circundante en la medida en que aumentase la complejidad de la acción política. Es decir: uniformidad caótica —entropía— en la sociedad y orden sistémico en el gobierno25.

Este desafío teleológico está en nuestras manos y las de todas las instancias que abrigamos afectos por el desarrollo sustentable, ecológico, socialista y democrático de una Ciudad Compacta.

IV.- Más que dominar hay que convencer en la Ciudad

Es necesario entonces construir credibilidad y confianza en la Ciudad. Es indispensable en cuanto propósito orientar y generar un periodo de reconocimiento e identificación comunitaria por parte de las poblaciones asentadas en el territorio, tanto en sus vínculos institucionales, como en sus relaciones protagónicas en instancias de organización del tejido de la ciudad, igualmente, de estos con la diversidad de órganos y medios comunales de gestión y desarrollo, de modo solidario y de formas de sustentabilidad propias26 social y política en la ciudad. Hay que convencer más que dominar o imponer.

En este contexto hay que plantearse hurgar en desafíos y propuestas que doten la expansión y el crecimiento del territorio, ahora cuando apenas comienza la Ciudad a evolucionar, emplazar y producir experiencias socio-productivas y de gestión política en la ciudad27, conforme a las articulaciones entre actores y agentes territoriales de importancia para la integración y la cohesión societal.

La gente quiere además tener un sentido de propósito en la vida, un sentido de potenciación. En tanto miembros de familias y comunidades, las personas valoran la cohesión social y el derecho a afirmar sus tradiciones y cultura propia28.

¿Cómo se socializa un conocimiento pertinente? Mi sugerencia basada en mi experiencia apunta a la utilización del constructivismo lingüístico, es decir, el uso sistemático de la palabra y del discurso para simultáneamente crear sujetos y realidades hasta generar una sinergia cognitiva29, que dé paso al consenso y, mediante él, al poder político, insumo indispensable para sacar la propuesta del “gabinete de las utopías”. Esto debe organizarse mediante el establecimiento de conversaciones sociales (conversaciones profesionalmente estructuradas entre actores/sujetos)30.

Es indispensable entonces, pasar de la conversación a el diseño y elaboración de un Proyecto político para el territorio en su articulación al proyecto país.

Las identidades son un asunto tanto del “ser” como del “llegar a ser”. Están sujetas al continuo juego de la historia, de la cultura y del poder, de las prácticas y de las relaciones cotidianas, de los símbolos e ideas existentes. Subraya Larraín que este enfoque de la identidad no sólo mira al pasado sino también al futuro y asocia la identidad con el «proyecto». La pregunta por la identidad no es sólo “qué somos”, sino también “qué queremos ser”31.

Arocena propone definir “sociedad local” como “un territorio con determinados límites, portador de una identidad colectiva expresada en valores y normas interiorizados por sus miembros, y que conforma un sistema de relaciones de poder constituido en torno a procesos locales de generación de riqueza. Dicho de otra forma, una sociedad local es un sistema de acción sobre un territorio limita do, capaz de producir valores comunes y bienes localmente gestionados”32.

V.- Tenemos que potenciar la emergencia de una cultura del “Buen Vivir”

Potenciar el metabolismo de la ciudad y en ella instalar relaciones sistémicas que nos ofrezcan prácticas e intercambios cónsonos a nuestra comunidad y según las expectativas de los agentes, actores y sujetos comunales, es decir, como en palabras de la profesora Iraida Vargas, al referirse al rol de la cultura en la formación de la identidad, es necesario para ello, según nuestra autora comprender la significación de los hechos en el comportamiento humano, de suerte que ello nos permita asumir, el valor como una construcción societal, esto es:

Valor se refiere, entonces, a una relación; es un significado; unifica y no puede ser separado de los hechos. Podemos decir que el proceso para generar significación posee dos aspectos: el subjetivo, en el plano de la conciencia, reflejo cognitivo de la realidad, y el objetivo, en la instancia del ser social. Ambos se dan en simultaneidad…33

De allí que para dotarnos de una cultura de lugar en la ciudad, hay que trabajar en su construcción, ello es posible pues la interculturalidad llegada a este territorio tiene muchos bienes tangibles e intangibles que los generan, si los trabajamos adecuadamente, la estética necesaria y la ética de una voluntad del común en cuanto proceso y resultado del tránsito de su gente en la vida en comunalidad.

Por su parte, Bernardo Kliksberg34, apoyando el planteamiento de Stiglitz (1998), argumenta que la cultura es un factor decisivo de cohesión social en el que las personas pueden reconocerse mutuamente, cultivarse, crecer en conjunto y desarrollar la autoestima colectiva. Esto representa un gran aliado del desarrollo local ya que, preservando los valores culturales, se constituye una gran fuerza cohesiva en determinada época que, en otras oportunidades puede estar ausente. Esta fuerza es una que articula distintos agentes y promueve de hecho miradas diversas para coexistir bajo la armonía del metabolismo societal y social.

Para lograr este agregado se hace necesario potenciar el sistema organizado de la educación en la ciudad, en sus niveles y modalidades, para generar procesos formativos experienciales o bajo la orientación epistémica de la denominada pedagogía de contexto35, que estamos empeñados en conjugar en las prácticas de investigación y de integración socioeducativas en la ciudad.

El desempeño que se exige para actuar sobre valores y argumentos de este enfoque, tienen en el maestro Mariano Picón Salas, en nuestra visión comunal en cuanto fuente de conocimiento y comportamiento, posee una postura ética que asume lo cultural como ontología de la acción, y por lo tanto, la Cultura tiene valor en tanto surge como voluntad y necesidad interna más que como mecánica imitación de lo que viene de fuera. Su carácter foráneo, inadaptado, es el mayor obstáculo que pesa sobre nuestro sistema educativo. (Destino y Educación Venezolana, RNC, Nº 6, 1939). Y agrega, refiriéndose a la cultura, el efecto que a nivel continental esta posee, pues sobre el contraste muy hispanoamericano de tremendas desigualdades de riqueza y de miseria, de cultura e ignorancia corre nuestro desnivel social36”. Esto es, la misión de nuestro sistema educativo comunal y de las diversas formas de gobernabilidad y gobernanzas descansan, entre otros procesos y manifestaciones en el educativo que ha de tener fuentes de recreación y resignificación de las prácticas educativas en la ciudad, el origen de una formación que crece y evoluciona a partir de sus reflexiones situadas, y de las orientaciones que estas experiencias orienten sobre sus distintas modalidades al afirmar el sentimiento y la identidad caribiana. Tenemos entonces que reconocer en la ciudad el enfoque Geo-histórico que recupere los territorios de origen de la misma, y para ello, es indispensable elaborar la memoria que permita analizar la diversidad del actores, agentes y sujetos en torno a su arraigo popular, e integrar sin discriminación a quienes hoy tienen manifestaciones múltiples y expresiones diversas en su multiculturalidad, y desde luego, una vez asentados en estas reflexiones y acciones, exigen por supuesto pensar nuevas formas de conversar y dialogar en un movimiento de ciudad ecológica socialista.

Es por esto que se necesita un esfuerzo creativo de naturaleza promocional que entronque con una nueva cultura científica, innovadora, y, tecnológica en la ciudad, para lo cual el Plan de la Ciudad ha de considerar los siguientes conceptos y mecanismos:

  1. Métodos de planificación, orientados a garantizar la incorporación activa de todos los actores, tanto en el mundo académico, como los que representan otras modalidades de conocimiento;
  2. formación de redes de conocimiento, articulados con los problemas de la sociedad, a fin de incentivar la eficiencia de las políticas y realmente incidir en la solución de los problemas regionales y locales;
  3. el impulso de la transdiciplinaridad y la colaboración activa;
  4. la identificación de las capacidades existentes en el país para garantizar su socialización y promover el equilibrio regional, y
  5. el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el proceso de democratización y articulación de redes de conocimiento, como mecanismo estratégico para difundir de manera masiva y sistemática el conocimiento de la ciencia, la tecnología y la innovación, estimular el pensamiento científico y el interés de la sociedad hacia temas científicos y tecnológicos, así como el respeto y reconocimiento social de los pensadores, intelectuales, científicos e innovadores populares que contribuyan con la creación de una sociedad del conocimiento sólida y equitativa para el país (Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, 2005-2030)37.

En resumen hay que procurar la construcción de una cultura del “Buen Vivir” que dinamice los factores y dimensiones que estructuran las relaciones y los intercambios en la ciudad consigo misma y con el exterior. Hay en nuestra opinión que construir desde abajo comunalidad e incidir desde ellos y con nosotros, los planes de desarrollo comunal, lo que significa construir una propuesta de Buen Gobierno; es decir de “Gobierno múltiple” uno que haga concurrente distintas formas y modos de gobernar para situar un proyecto común desde el territorio, que facilite visibilizar la ciudad viva en sus expresiones interculturales, mostrando sus trazos culturales, sus subjetividades simbólicas, afectivas, estéticas, capaces de incidir en lo común del esfuerzo entre agentes, actores y sujetos como un todo.

Ofreciendo además de hecho la oportunidad de crear legitimidad sobre el poder constituyente y empujar oportunidad con-vivencial con el poder constituido, de manera que esta doble vialidad, influya en la fundación y recreación del Poder Comunal, quien ha de dignificar las acciones técnicas, organizativas, administrativas, políticas y gnoseológicas en general, desde los anteojos que valoren los enfoques de la diversidad, la sostenibilidad, las tecnología populares, y la feminidad en tanto criterios transversales de la cultura naciente del “Buen Vivir” en la Ciudad.

VI.- Hemos aprendido que se necesita tener un método para actuar y enredar los agregados culturales

En la ciudad hay que vertebrar e interconectar los distintos sujetos, actores y agentes territoriales que hacen vida activa en la ciudad, son ellos si se quiere el sujeto emergente, de naturaleza popular y con vinculación ético-políticos entre los movimientos sociales, políticos y tecno administrativos, que se manifiestan de las diferentes formas y modos de gobernarse y gobernar la Ciudad, como una fuerza en condensación, un todo metabólico que se inunda en los proceso transicionales ente el vivir mejor de hoy hacia el “Buen Vivir”, como urdimbre de satisfactores éticos y políticos en la equidad y el bien-estar en la ciudad.

Para ello proponemos impulsar articulaciones entre capacidades para actuar, desde la óptica de visiones compartidas, y modos de relacionamiento e interacción de las capacidades, entrelazados de agentes pensados como un todo, buscando en la mirada de sujetos populares, las distintas conexiones que entretejen actores para generar sinergias y autodesarrollo comunal, así como, exhibir a partir de esta visión, las influencias en/de los movimientos, organizaciones, redes, que abren espacios de autodiagnóstico con sentido político pedagógico para reflexionar el autoaprendizaje social en las diferentes manera se actuar, facilitar, catalizar, entre lo importante interiormente al gobierno comunal y sus estructuras, como en sus nexos extraterritoriales del mundo exterior a la ciudad. Por ello es que sugerimos:

  1. Impulsar los frentes de trabajo, consejos populares, los movimientos sociales, las organizaciones territoriales, las redes, la apertura de espacios de autodiagnóstico con un sentido político-pedagógico, es decir, articular los procesos de reflexión y autoaprendizaje en torno a las formas de hacer, de organizarse en lo interno y lo externo, y de incidir en políticas públicas.
  2. Dinamizar la red comunal, hay que situar colectivos (formal o informal, de determinada organización o conformado por personas de distintas organizaciones) capaces de cumplir un papel de facilitador y catalizador en estos espacios de autodiagnóstico, auto-aprendizajes y co-aprendizajes, situados en la reflexión-acción de la investigación y la integración socioeducativa.
  3. Apoyar la dinámica del metabolismo de la ciudad, las estructuras y medios para la acción que han de conformarse en los espacios de autodiagnóstico, de modo que agentes catalizadores puedan asumir el papel de visibilización y de enlace o puenteo entre distintas luchas, distintas instituciones, instancias, procesos y tipos de actores, sujetos, contribuyendo a acrecentar la fuerza política de la ciudadanía organizada.
  4. Potenciar estas formas y medios de auto referenciar y auto-conocimiento que tienen los intercambios en red, y sus acciones transformadoras entre medios idóneos para avanzar en la reconceptualización de las propias organizaciones, movimientos, y las redes de red, quienes han de construir el mapeo de las articulaciones entre capacidades, expectativas, y soluciones posibles, en tanto urdimbre social y societal de la ciudad.

A medidas que se cumplan estas formas de organizarse los distintos agentes, sujetos y actores, en el territorio y en la dinámica natural de los metabolismos societarios en particular, el momento, de actuar en relación a su metabolismo socio natural, adquiere valor al implicar la transformación de la naturaleza. El ser humano en este contexto, modifica el medio natural para su propio usufructo y fines. A su vez también actúa sobre su medio externo y se transforma a sí mismo.

En estas interacciones inventa y crea nuevas realidades, relaciones, interconexiones, entre el agente como totalidad y la interiorización de las correspondientes habilidades creativas como sujeto o actor técnico, quien modifica a la vez sus capacidades receptivas. Lo mismo ocurre cuando cualquiera crea belleza, ordena el sistema productivo societal, asimilando mucha sensibilidad para interactuar con los grupos que investigan y definitivamente en buena medida, se vuelve artistas, artesanos, del vivir viviendo en cuanto realizadores y arquitectos a la vez.

No puede estos agentes gozar de la salud y su sana vivencia, si no se es capaz de abrigar –al actuar- en la prevención el derecho-deber a enfermarse poco, sin haber creado en cuanto sujetos activos las políticas de prevención y actuación en tiempo real, explicaciones estas adecuada al plan de la nación (léase Plan de la Patria). Por esto la evolución humana no puede entenderse sólo como una historia del uso de la técnica, en nuestro caso, es indispensable reconstruir la emergencia de la Ciudad en su contexto, el rol de los agentes distintos, la enunciación debida, así como contextualizar en el ahora y en futuro, los hallazgos monetarios38 en cuanto referentes posibles al inicio de este trabajo de investigación, atendiendo de hecho al refinamiento de las personas o pobladores en cuantos seres humanos en desarrollo progresivo.

Por lo tanto el o la caribiana, a medida que afirma su poderío sobre las cosas inventando nuevas realidades, va en lo sustancial como sujeto activo y ser humano a desarrolla un sinfín de capacidades, habilidades y destrezas receptivas, unas veces como espectador, y otras, como protagonista efectivo, de sus innovaciones o creaciones. Así la evolución humana comporta, una expansión más allá de lo biológico, un crecimiento tanto como actor dispuesto a, o en la receptividad de sus creaciones a fin de que los seres humanos puedan ejercer sus derechos a vivir bien.

VII.- ¿Cómo se establece en el caso de estudio la relación epistemológica entre la observación y la realidad?, ¿Cómo delimitar el sistema? Y ¿Cómo establecer las distinciones?

El objeto de la indagación que hemos realizado tiene puesto los ojos al momento de elaborar este ensayo en una forma de establecer (enunciar) algunas explicaciones, sobre el sentido que cobran los nexos y sus distinciones que se advierten según las capacidades para actuar y las orientaciones tomadas por los agentes, luego de decisiones ante expectativas y demanda entre los actores en la realidad. Se trata a nuestro juicio, de acogernos a un enfoque epistemológico que tiene referencia en la dualidad teórica y paradigmática existente entre la capacidad subjetiva de tomar posturas frente a la construcción de los sujetos producto de un sistema organizado de relaciones político-estructurales, a partir de activar medios y procedimientos para ejercer el autogobierno en la ciudad.

Esto es la situación que deseamos explicar, la Ciudad la tomamos como un sistema vivo que procura su identidad, de modo tal, que para lograrlo, impulsa una dinámica que acerca progresivamente a los actores o agentes locales, buscando para ello, sentar posturas, mecanismos y procesos comunicativos y participativos, quienes apuntan a procesos vividos y no-vividos, quienes permean los sujetos anclados en la socio gestión comunal39.

Por ello asumimos como punto de vista el constructivista-fenomenológico, apreciando en las interacciones entre la Autoridad Única, su ejecutivo y las mesas sectoriales, observaciones participantes, y no participantes, desde esta visión consideramos también el observador, siguiendo a Luhmann en la idea de observación del propio observador.

El observador necesita según el trabajo realizado, previamente definirse respecto de lo observado, constituyendo este acto una continuidad o sinergia de procesos comunicativos. Estos se manifiestan en la delimitación del objeto de investigación y en los métodos y técnicas utilizados para aplicarlos en nuestro acercamiento cognitivo.

Para Luhmann por ejemplo, no se trata que el observador explique lo “debe ser” del fenómeno observado, sino como “es” él momento observado40, por lo que el papel del observador es esencial para evitar que afecte al sistema observado. El análisis de la complejidad social, léase el metabolismo del “Buen Vivir”, y en particular, cómo se está conformando el sujeto activo en Ciudad Caribia, solo puede realizarse bajo la abstracción en el nivel de la complejidad teórica, cuyo centro es el sistema en su dinámica, interpretado como un conjunto organizado de interacciones políticas-estructurales, terminan dotadas de propiedades, capaces de ofrecer explicaciones y análisis sobre el autogobierno y su organización actual.

Las distinciones se explican a partir de observar cómo aparecen los hechos en los intercambios instituyentes, y constituyentes, es decir, en la fundación previa de la forma, y el encuentro, intercambio entre agentes sustantivos para la comprensión. No puede en el caso de estudio, distinguirse claramente la forma sin la intervención de un agente, que es quien realiza la acción de construir y modificar una o varias relaciones complejas.

Notamos que la brecha entre capacidades para actuar y las expectativas para decidir, se reduce cada vez más en la ciudad, pues la organización del sistema y sus medios y procesos de comunicatividad y organización territorial se acercan.

Comienzan a estructurarse vínculos o nexos entre las mesas sectoriales y el autogobierno como un todo sistémico sistemáticamente. La operacionalización de esta idea se apoya en la actualidad en tres procesos interactivos a) El diálogo, para superar tensiones y contradicciones. b) La recurrencia al discurso que engrana prácticas con efectos circulares en forma de espiral que afectan a todo fenómeno humano. c) Razonamiento de la totalidad hologramática en cada acción41, del mismo modo que esta se encuentra regularmente en el todo omnilateral de la ciudad. Enfoque que estrecha interconexión entre el método que procura del conocimiento y la cosmovisión filosófica y teórica que lo acompaña42.

Materiales y métodos

Hemos partido de la idea-fuerza según la cual la naturaleza de este trabajo de investigación es cualitativa y para actuar el o los investigadores recurren a metódicas de la hermenéutica y el cuidado en la observación de la fenomenología fundamentalmente. El contexto lo constituyen las distintas terrazas que organizan la localización de los pobladores en el lugar, entre los años de fundación de la Ciudad, y el lapso que va de 2016-2018, constituyendo de interés las unidades de análisis: los agentes, actores y sujetos, quienes se han entrelazados progresivamente en cuerpo ejecutivo y las mesas de diálogo en la ciudad.

VIII.- Resultados y discusión del trabajo en marcha

Se observa el interés e importancia que supone el acercamiento a la explicación e interpretación de la brecha entre capacidades y decisiones, como se inicio el trabajo exploratorio por nosotros y otras compañeras.

Este acercamiento epistémico lo hemos realizado tomando como referentes el mito de las cavernas de Platón, que nos permite valorar a los pobladores desplazados por efectos naturales, ubicados en albergues cerrados, durante un tiempo, para luego de esta experiencia (oscurana), les tocó ser trasladados por el Estado a la Ciudad Caribia (léase encuentro con la luz aparente) un día, sin las amarras del albergue, y de hecho, con las reflexiones inconclusas sobre su tragedia en los sitios de origen, enunciación que ocurre en un momento dado, donde se encuentran de pronto en el tejido societal, signados por la dignidad, el nuevo amanecer, las prescripciones, leyes, reglas, y normas, que han decidido otros, sin la experiencia en ellos o ellas del mito y sus consecuencias, es decir, en un amaneciendo de golpe en la ciudad, entre los lazos de un orden cultural y político nuevo, uno que enmarca al sujeto, los actores y a los agentes, en otro estilo de vida, cuyos rasgos evidentes son los del vivir viviendo, fenómeno este, desconocido que los recibe sin las explicaciones sustanciales, y obviando los argumentos propios del cambio, entre el aluvión y la luz, que un día les amaneció. A nuestro juicio, siguen encadenados a unas inexplicación que carece de memoria y sentidos con respecto al alumbramiento y los sueños.

No han tenido tiempo para la inflexión que evidencie todavía la visión del mundo que los habita y les permite re-conocerse y re-significarse en cuanto actores o sujetos que tienen derechos y deberes en la nueva realidad. Por el contrario están dominados por una experiencia tras la cual no volvemos a pensar ni sentir del mismo modo vivido, esta es una epistemología del caribiano, que emite su alcance en un metabolismo del “Buen Vivir”, proviene de la dinámica que apenas comienzan a internalizarse y asumirse en el nuevo contexto y el discurso práctico. Pensamos que todavía no están establecidas las dimensiones y los subsistemas necesarios para ofrecer las interacciones entre realidad y cosmovisión del orden socio-cultural y político que les toca construir para vivir bien y mejor.

Al respecto existe pues, un sujeto persona-Estado en funciones de corresponsabilidad entre el gobierno comunal y sus diversas formas socio-políticas de organización en el territorio de otras maneras propias para decidir y hacer. Comienza a fraguarse un sujeto popular en condiciones desiguales de reciprocidad cognitiva, productivas, creadoras y emocionalmente sorprendidos por el efecto cavernas sobre la claridad o la luz.

En efecto, la dignidad emergente y el respeto entre diferentes e iguales aún no brota con el sentimiento íntimo de la identidad y la alteridad del ser, quien desenvuelve a buena parte de la población en una vida sin emoción aparente, y en la carencia de sentidos del vivir, sin valorar el talento y el talante de sus personas, carentes de regulaciones propias y del acceso a los bienes comunes y los servicios públicos como el resultado de una reivindicación de sus derechos conculcados por muchos años por la democracia representativa de naturaleza liberal autoritaria.

Existe mucha indecisiones en ellos y poca valoración de sus capacidades tanto para decidir, como para significar el sujeto legitimador que son en lo factico. Menos comprender que su lugar en la ciudad se corresponde con un estado en la situación económica social, en el orden cultural, y en los intercambios éticos-políticos, en una formación social y societal para la igualdad y las diferencias en el mantenimiento efectivo de los derechos y deberes al “Buen Vivir” como seres humanos, sin discriminación.

Así, el buen vivir como dice Acosta43 en definitiva, plantea una cosmovisión diferente a la occidental al surgir de raíces comunitarias no capitalistas. Rompe por igual con las lógicas antropocéntricas del capitalismo en tanto civilización dominante y también de los diversos socialismos realmente existentes hasta ahora, que deberán repensarse desde posturas socio biocéntricas.

Para otros como Delgado44, el buen vivir no se sustenta en una ética del progreso ilimitado, entendido como la acumulación permanente de bienes, y que nos convoca permanentemente a una competencia entre los seres humanos, con la consiguientes devastación social y ambiental.

El buen vivir se fundamenta en una ética de lo suficiente para toda la comunidad, y no solamente para el individuo. Su preocupación central no es acumular para luego vivir mejor. De lo que se trata es vivir bien aquí y ahora, sin poner en riesgo la vida de las próximas generaciones, lo que también implica distribuir y redistribuir la riqueza y los ingresos para empezar a sentar las bases de una sociedad más justa y equitativa, es decir, más libre e igualitaria.

Es impensable imaginar el futuro a costa de los sacrificios en el presente, como tampoco es admisible imaginar el presente sacrificando el futuro. Lo lógico en nuestra cultura es: “tenemos que estar bien ahora para estar bien por siempre”. Bajo este pensamiento, no se trata de vivir como sea (con plomo o arsénico en la sangre para arañar migajas de bienestar), sino vivir con dignidad, como seres humanos45.

Una ontología para el “buen vivir” está emergiendo en ciudad Caribia

Hay también una ontología en emergencia en la ciudad, pues está en construcción una mirada común para interpretar el mundo y reconocerse en él, es el producto de sus interacciones actuales con su memoria común, y diferenciada, quien da lugar al surgimiento de un ser social popular que decide y puede atreverse a resistir y transformar. La racionalidad en construcción es civilizatoria entorno a sus memoria ancestral y la reconstrucción en los suyos de otra visión y otra experiencia sana en un ecosistema sustentable y socialista.

Boaventura de Sousa46, es categórico en señalar que la injusticia social se basa en la injusticia cognitiva. Por ahora, no cabe la posibilidad de confrontación y diálogo entre conocimientos y sabidurías distintas. La versión oficial se limita a considerarnos en el territorio como sujeto activo en otra manera de conducir el desarrollo social y vivenciar sus aportes culturales y éticos a la dignidad y el respeto re-conocido de cada quien según su necesidad y cada cual según sus aportes a la creación de la vida toda47.

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1 Docente investigador de la UBV-PEII. Profesor Agregado. Coordinador del Núcleo de Gestión Educativa Local” (Nigel), adscrito al Centro de Estudio Sociales y Culturales (CESyC).
2 Tratado de Ciencia Política / coordinación de Gustavo Ernesto Emmerich y Víctor Alarcón Olguín. — Rubí (Barcelona): Anthropos Editorial; México: UAM. Iztapalapa. División de Ciencias Sociales y Humanidades, 2007.
3 La ley Orgánica del Poder popular contempla esta forma de gobernabilidad pública como una expresa manera de ejercer la soberanía cuando el pueblo decide autogobernarse, sea en Ciudades Comunales, consejos o formas directas especiales de gobierno, tal como es el caso de Ciudad Caribia.
4 Ver en este sentido en el texto sobre: “Tratado de Ciencias Políticas”, el trabajo sobre Federalismo vs. Unitarismo, del Profesor Miguel González Madrid. En este trabajo el federalismo y sus asimetrías en ese país, en diversos aspectos, son de hecho considerados aunque no gozan de un régimen especial constitucional para ello, mientras que en nuestro caso, existe el régimen normativo especial de naturaleza constitucional, expreso en los aspectos de su objeto, ámbito y alcance en “la Ley orgánica del Poder Popular” quien determina potestades para actuar en jurisdicción especial, en este sentido.
5 Ibídem en la introducción del texto.
6 El sociólogo de origen húngaro y fundador de la sociología del conocimiento (1947).
7 Tratado de Ciencia Política / coordinación de Gustavo Ernesto Emmerich y Víctor Alarcón Olguín. — Rubí (Barcelona): Anthropos Editorial; México: UAM. Iztapalapa. División de Ciencias Sociales y Humanidades, 2007.
8 http://www.webdianoia.com/platon/textos/platon_caverna.htm
9 Una dirigente proveniente del Barrio Federico Quiroz en el Distrito Capital.
10 Se refiere a instancias del Poder Popular y otros participantes que pertenecen a los movimientos sociales de la ciudad.
11 Se refiere a las instituciones y sus representantes instituidos.
12 Varias veces estos han tenido una eficiencia débil en torno a los problemas locales.
13 Vocablo latino agens, según la Real Academia Española, y se refiere a la persona social, que actúa con poder de otra, ello definido en su alcance y significado en la Ciudad.
14 En los esfuerzo por registrar los Consejo Comunales y su organización en Comunas hay más de tres años de insistencia.
15 Recordemos que en la organización del autogobierno comunal, existe una Autoridad única, un Consejo Ejecutivo Comunal y las mesas de gestión y diálogos para decidir sobre la ciudad.
16 Las actividades festivas frecuentemente abonan en la legitimidad de las autoridades locales.
17 Gobernabilidad: generación de consensos y articulaciones entre los distintos sectores sociales
18 Agentes individuales que deben ser identificados en forma específica y evaluados en función del Poder que detentan, sea por su riqueza, inserción en la malla de organizaciones sociales, por su ubicación política, o por otras causas.
19 Discurso de Carlos Matus en la presentación de su libro sobre; “Adiós, Señor Presidente”, además es Magíster en Alta Dirección y Planificación Estratégica, vivió en Venezuela luego del golpe de estado contra el Presidente Allende, y fue ministro de Economía de Chile, 1972. Funcionario del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social (PNUD-ILPES).
20 Ajustado estos movimientos al Plan de la Patria 2013-2019.
21 Carlos Matus “Adiós, señor Presidente”. 2014, PP. 137-140
22Bartra, Roger (2001). La crisis del sistema político mexicano: mediaciones democráticas y redes imaginarias. Revista Renglones. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente. http://quijote.biblio.iteso.mx/licencias/CC-BY-NC-ND-2.5-MX.pdf .p100.
23 Las distintas leyes del Poder Popular en el contexto constitucional crean condiciones normativas para sentar formas de actuar y de legitimidad si se crea el sistema político comunal.
24 Sean comunas, consejos comunales, movimientos sociales, movimientos políticos, autogestión y cogobiernos instituidos, etc.
25 Ibídem p.102
26 Sustentabilidad: proceso de desarrollo sostenido en el tiempo en base a la solidaridad intergeneracional y la formación de capacidades.
27 La emergencia del Frente de productores y sus vínculos con la autoridad única en los proyectos cárnicos y de riego, son un actor importantísimo para la ciudad.
28 Boisier, Sergio (2001). Desarrollo (local): ¿De qué estamos hablando? Artículo publicado en Madoery, Oscar y Vázquez Barquero, Antonio (eds.), Transformaciones globales, Instituciones y Políticas de desarrollo local. Editorial Homo Sapiens, Rosario, 2001.p.3
29 Definida como una capacidad colectiva para alcanzar objetivos colectivos democráticamente establecidos, capacidad basada en compartir una misma interpretación acerca de la estructura y dinámica de los procesos sobre los cuales será necesario intervenir. Véase Boisier (2000b). p.38
30 Boisier, Sergio (2004). Desarrollo territorial y descentralización. El desarrollo en el lugar y en las manos de la gente. Revista Eure (Vol. XXX, Nº 90), pp. 27-40, Santiago de Chile, septiembre 2004. (Artículo)p.38
31 Larraín Ibáñez, Modernidad, Razón e identidad en América Latina, cap. 6, Santiago de Chile, 1996. Acerca de la complejidad de las configuraciones actuales de la identidad ver García Canclini, 1995.
32 Arocena, José. El desarrollo local, un desafío contemporáneo, Caracas, Nueva Sociedad-CLAEH, 1995.p.20
33 Vargas Arena, Iraida (2005). Visiones del pasado indígena y el proyecto de una Venezuela a futuro. Revv. Venez. de Econ. y Ciencias Sociales, 2005, vol. II, N°2 (mayo-agosto), pp187-210. p.190.
34 Ver capital social y cultura, claves del desarrollo. Ponencia del 24 de febrero de 2016. Centro de Conferencias Enrique V. Iglesia. Washington.D.C.
35 Sobre este tema trabaja en su investigación y sistematización actualmente la Dra. María Figueredo, integrante del Núcleo de Investigación en “Gestión Educativa Local”, de la Universidad Bolivariana de Venezuela.
36 Picón Salas, Mariano (1966). Suma de Venezuela. Antología de páginas Venezolanas. Caracas. Venezuela: Editorial Doña Bárbara. 1ra. Edición. p. 78.
37 Innovación y desarrollo local en Venezuela. Economía XXXV, 29 (Enero-Junio, 2010) p.147.
38 Moneda del año 1852 encontrada en las ruinas aledañas a la ciudad, durante la expedición del Diplomado sobre Políticas Públicas, dictado por UBV-NIGEL y la Fiscalía General de la Nación, durante un tiempo en el 2013.
39 Vidal, Josep (2001). La búsqueda de la realidad de la verdad: una aproximación a partir de la Teoría Sociológica. Núcleo de Altos Estudios Amazónicos, Universidad Federal Do Pará. Belém, Brasil.
40 El subrayado es nuestro por el interés que reviste en la investigación.
41 Pensada gramaticalmente como capacidad de captar, registrar y reunir la información que está presente, produciéndose o por producirse, pero que aún no es visible sino mediante una explicación inicial o interpretación dada.
42 Los subrayados son nuestros por el interés que tienen en las maneras de obtener información.
43 Acosta, Alberto (2015). Algunas reflexiones económicas y no tan económicas. En: Revista Política y Sociedad. Vol. 52. Núm. 2. Madrid España: Universidad Complutense de Madrid
44 Delgado Ramos, Gian Carlo (2014). Metabolismo social y el bien común de la humanidad: ecología, economía y política. En: Buena Vida, Buen Vivir: Imaginarios alternativos para el bien común de la humanidad. México: Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades. UNAM.
45 Delgado, Gian. Centro de Investiga en Ciencias y Humanidades de la Universidad Autónoma de México.
46 De Sousa Santos, Boaventura (2010). Refundación del estado en América Latina. Instituto Internacional de Derecho y Sociedad. ILDIS/Programa Democracia y Transformación Global.
47 El subrayado es nuestro por el interés que tienen en las maneras de obtener información.
Artículo enviado por su autor a la redacción OVE
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Entrevista a Frei Betto: «Buen vivir no es autoayuda»

19 Junio 2016/Fuente:Alainet /Autor:Miguel Ángel Gullón Pérez

A Carlos Alberto Libânio Christo, más conocido como Frei Betto le quita el sueño “que Latinoamérica pueda volver a tener gobiernos autoritarios de derecha” y “que el Papa no pueda lograr hacer reformas profundas en la Iglesia”.

En esta entrega de la entrevista que concedió en exclusiva a ALER, nos comparte sus opiniones sobre el Buen Vivir, sus sueños, montaña.

Como es sabido en la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER), en cada una de nuestras socias y coordinadoras nos inspira el Buen Vivir de los pueblos originarios y hemos hecho la opción política por aportar a la construcción a esa otra alternativa al desarrollo.

E: Creemos que el Buen Vivir es vivir en armonía con cada uno de nosotros mismos, con las demás personas y con la naturaleza. Lo pensamos como una alternativa “al” desarrollo. No una alternativa “de” desarrollo. ¿Cómo lo ve? ¿Cómo lo reflexiona y comparte con todos los pueblos y comunidades que usted visita?

FB: Yo pienso que hay que advertirle a la gente que el Buen Vivir no es una medida de retroceso social. No queremos volver a las aldeas indígenas. Queremos mantener las aldeas que existen pero la sociedad en su conjunto no tiene que volver a esa situación.  Segundo, no se puede confundir el Buen Vivir con autoayuda.

El Buen Vivir implica cambiar el modelo de desarrollo. No puede ser un modelo modernizador: que el desarrollo signifique tener cada seis meses un nuevo celular o poder cambiar el automóvil cada dos años. No es por ahí. El Buen Vivir es garantizar los derechos humanos esenciales y oportunidades de mejora de vida de una sociedad, priorizando a todo el conjunto de la población. Por ahí es que entiendo el Buen Vivir.

E: ¿Qué relación tiene con las bienaventuranzas de Jesús?

FB: Tengo un libro sobre eso, “Ocho vías para ser feliz”, que mucha gente piensa que es un libro de autoayuda, (y quizás el editor puso ese título a propósito para vender más). Ahí indica que Jesús dijo: “si tú quieres ser feliz abraza estas ocho vías que son las bienaventuranzas”.

E: ¿Y dónde construimos este Buen Vivir? ¿Desde la educación, desde la comunicación…? ¿Cómo podemos aportar a esa educación del Buen Vivir?

FB: Diría que hay que priorizar dos medios. Primero pensar en nuestras comunidades de trabajo, escuela, familia, sindicales, políticas, organizaciones no gubernamentales; adoptar como método de esas comunidades el Buen Vivir. Y segundo, la comunicación. Hay que ayudar a tener conciencia crítica del mal vivir en esta sociedad capitalista, que cada vez más destruye la naturaleza y deshumaniza la humanidad, y después decir: “mira, hay una alternativa en estos principios del Buen Vivir».

E: Buen vivir y fe, fe y política. ¿La política es pecado? ¿Son realidades opuestas la fe y la política? ¿Se puede vivir dentro de la iglesia la política? ¿Debemos ser políticos? ¿Podemos caminar juntos en fe y política?

FB: Todo cristiano es un discípulo de un prisionero político. Que yo sepa, Jesús no murió en la cama ni en una esquina de Jerusalén. Murió como muchos hoy mueren bajo dictaduras. Fue detenido, torturado, condenado por dos poderes políticos y asesinado en la cruz.

La pregunta es otra: ¿qué calidad de fe tenemos nosotros hoy que no cuestiona este desorden establecido? ¿Qué calidad de fe que no incomodan los privilegios, que no defiende los derechos de los pobres? Por eso, siempre digo que cuando una persona llega y dice «tengo mucha fe en Jesús» no significa nada. Pinochet tenía fe en Jesús; Hitler tenía fe en Jesús; Bush tiene fe en Jesús. Yo quiero saber si tu tienes la fe de Jesús. Ahí está el punto. Tener la fe de Jesús. Esto cambia todo.

E: ¿Qué sueños le quitan el sueño?

FB: En cuanto a los sueños verdaderos, lo que me quita el sueño es que América Latina pueda volver a tener gobiernos autoritarios de derecha. Esto me quita el sueño. Cuando pienso que el Papa Francisco puede no lograr hacer reformas profundas en la Iglesia.

También me quita el sueño pensar que por muchos siglos vamos a tener desigualdad social. Ahora, los sueños (y no los verdaderos), me ayudan a dormir tranquilo porque en la vida tengo dos principios: primero: hay que guardar  el pesimismo para días mejores, y segundo, ya estoy convencido de que con mi lucha, mi trabajo y mi compromiso  no voy a participar de la cosecha  pero quiero sí morir como semilla.

E: Para reflexionar, para escribir, ¿Dónde encuentra su montaña como Jesús cuando se retiraba con los discípulos?

FB: Tengo un principio hace mucho tiempo, 30 años se van a cumplir en el próximo. Mi año no tiene 365 días. Porque una tercera parte la tomo para subir a la montaña y voy a un lugar retirado y ahí me pongo a orar y a escribir. Es mi momento de un largo retiro espiritual y literario. Es lo que me ha permitido hasta ahora producir 60 libros. Entonces, todo el resto de la agenda se condensa en los 240 días que me quedan para hacer los compromisos que no son propiamente de creación literaria. Este es mi modelo de vida y pretendo seguirlo hasta mis últimos días.
Fuente de la entrevista: http://www.alainet.org/es/articulo/178192

Fuente de la imagen: http://www.alainet.org/sites/default/files/styles/articulo-ampliada/public/frei_betto_dos_mobile.jpg?itok=eTv_Xxl8

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Es el modelo de desarrollo compadre

Colombia/12 de Junio de 2016

Por: Radio Macondo

Con insistente frecuencia el análisis, las discusiones y críticas que se adelantan en Colombia y la mayoría de los países latinoamericanos sobre la crisis política, social, económica y ambiental que viven sus sociedades, se le atribuye al modelo de desarrollo que estos países adoptaron con mayor fuerza desde mediados del siglo XX, como una de sus causas principales.

Lo anterior ha llevado a que amplios sectores sociales afectados por esas crisis, se pregunten, en primer lugar ¿Qué es un modelo de desarrollo?, ¿Quién definió ese modelo de desarrollo?, ¿Cuál es su origen?, ¿Cuáles son sus efectos sobre los hombres y mujeres que viven en las ciudades y en el campo? Y finalmente se pregunten también sobre las propuestas alternativas que puedan existir para cambiar ese modelo.

Dichas preguntas surgen por las grandes injusticias sociales, los desequilibrios regionales y por la incapacidad para resolver los problemas estructurales que dicho modelo ha generado, tales como la pobreza, la exclusión política, social y económica; la perdida de las libertades ciudadanas; la violación reiterada de los derechos sociales, políticos, económicos, culturales y ambientales; la persecución y represión de todos y todas aquellas personas, comunidades y movimientos sociales y políticos que manifiestan su inconformidad, se movilizan y luchan por buscar el cambio y las transformaciones de los grandes problemas que ese modelo ha generado y plantean la construcción de otro tipo de sociedad más justa, democrática, incluyente, igualitaria y en la que puedan alcanzar y desarrollar plenamente sus proyectos de vida.

Estas notas, pretenden dar respuesta a las anteriores preguntas, como una manera de contribuir a la comprensión, cualificación y fortalecimiento de todos aquellos sectores, 3 movimientos sociales y políticos que desde muchas décadas atrás han luchado por el cambio de ese modelo y la nueva sociedad imaginada. A continuación, se presentan de manera sumaria posibles respuestas. 1. ¿Qué es un modelo de desarrollo? Entre muchas de las maneras de definir este concepto, encontramos la siguiente: Un modelo de desarrollo es un parámetro, una guía de acción, una ruta o una estrategia mediante la cual se organiza una sociedad, o un sector determinado de esta. El modelo orienta y define las prioridades de un país, una región o un sector determinado, decide la manera como se aprovechan y distribuyen el conjunto de los bienes y recursos que produce una sociedad, una región o un sector.

El modelo se convierte así en la referencia general mediante la cual se logran unos objetivos propuestos para hacerlos realidad. Todo modelo de desarrollo tiene unos fundamentos teóricos, es decir está basado en unas teorías y enfoques generales desde las cuales se concibe el mundo y el tipo de sociedad a la que se aspira, el carácter del Estado, el sistema y régimen político que represente a todos sin ningún tipo de exclusión, la forma como se satisfacen las necesidades de los ciudadanos, los mecanismos para que estos puedan participar en las decisiones que los afectan y las vías más adecuadas para resolver sus principales problemas.

Los modelos de desarrollo, han sido explicados principalmente entre otras, por las teorías sociales, políticas, y económicas, siendo estas últimas las que han marcado su acento. 4 2. ¿Quién definió el modelo de desarrollo? Se le ha hecho creer a todo el mundo, especialmente al mundo occidental que la noción de desarrollo nace con el hombre, que es inherente a su naturaleza, que desde ella todos buscamos un cambio, o una transformación.

En realidad, lo que ha sucedido es que la noción de desarrollo y el modelo que la acompaña, dependiendo del momento histórico y las características particulares que viven las sociedades, es un modelo impuesto desde mediados de los años cuarenta por los Estados Unidos de Norteamérica como resultado de una de las principales consecuencias que tuvo el desenlace de la segunda guerra mundial, momento histórico en el cual los norteamericanos resultaron como uno de los países vencedores y desde entonces se erigieron en la primera potencia mundial en el campo económico, político y militar.

Desde ese momento, precisamente el año de 1949, los Estados Unidos dividieron el mundo entre países desarrollados y subdesarrollados. Los primeros caracterizados en lo económico por poseer abundantes bienes de capital y tecnologías y los segundos por disponer y producir principalmente materias primas que los denominados países desarrollados podrían transformar con su capital y tecnología.

En lo político, los países desarrollados se convirtieron en los adalides de la democracia y han buscado desde entonces, múltiples maneras para que esta se convierta en el sistema político dominante en el mundo, sin detenerse en los medios que tengan que emplear para lograrlo, incluida la guerra y la invasión a otros países si fuese necesario, como ocurrió con Vietnam en Asía, Afganistán en el medio oriente y Panamá en el Caribe, por sólo mencionar algunos países. 5

La división entre los países desarrollados y los subdesarrollados podemos visualizarla en la siguiente imagen

mapa

La imagen nos recuerda la célebre frase pronunciada en el año de 1949 por el presidente de los Estados Unidos Harry Truman que refleja de manera clara, la naturaleza colonizadora del imperio gringo, quien a nombre de la paz y la libertad, planteo la visión del tipo de relaciones que establecería con los supuestos países sub-desarrollados, veámosla:

“En los años venideros nuestro programa de paz y libertad dará relieve a cuatro principales direcciones de acción: 4° Tenemos que lanzarnos a un audaz programa nuevo para poner a disposición del mejoramiento y desarrollo de las regiones atrasadas los beneficios 6 de nuestros adelantos científicos y de nuestro progreso industrial.

Más de la mitad de las personas del mundo viven en condiciones que se acercan a la miseria; sus alimentos son insuficientes, son víctimas de enfermedades, su vida económica es primitiva y está estancada, su pobreza es un hándicap y una amenaza tanto para ellos como para regiones más prósperas.

Por primera vez en la Historia, la Humanidad posee el conocimiento y la capacidad para aliviar los sufrimientos de estos pueblos…” (Truman, 1949) Desde esas palabras se impuso una noción muy particular sobre el desarrollo y se ha hecho creer al mundo entero que a los Estados Unidos los asisten motivaciones altruistas para ayudar a los países sub-desarrollados que también fue otra de sus imposiciones, para ocultar que lo que siempre han tenido son desmedidos intereses económicos y políticos, en primer lugar para explotar y saquear las riquezas naturales de los países latinoamericanos y caribeños y en segundo, para imponer una férrea dominación y subordinación política e ideológica que le sean favorables a sus intereses planetarios y de esta manera contar con países que sean aliados incondicionales. La división entre países desarrollados y subdesarrollados ha sido y es otra de las arbitrariedades de las elites, el poder político y económico norteamericano y de Europa occidental.

A los primeros los llamaron desarrollados por tener muchos bienes de capital y mucha tecnología, importantes desarrollos tecnológicos, especialmente en los asuntos militares y económicos. Esto les ha permitido tener altos niveles de calidad de vida expresados en las más amplias oportunidades para sus ciudadanos en materia de educación, investigación, ingresos y bienestar.

Así mismo, en evitar los alarmantes porcentajes de pobreza, 7 desempleo y desigualdad que vive la mayoría de la población de los países latinoamericanos, africanos y asiáticos. Un ejemplo de algunos de los principales países considerados desarrollados son: Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, la mayoría de los países de Europa occidental (Alemania, Holanda, Suiza), Reino Unido, la república Checa, Luxemburgo, Bulgaria, Bélgica.

A los segundos, los consideraron países en vías de desarrollo o subdesarrollados, porque carecían de la mayoría de los aspectos que los desarrollados habían alcanzado, o los tenían muy limitados y no alcanzaban siquiera a obtenerlos en proporciones razonables, de allí lo dicho por Truman “Más de la mitad de las personas del mundo viven en condiciones que se acercan a la miseria;…”, por ello su gran idea siempre ha sido que este tipo de países alcancen lo que los desarrollados han logrado.

Pero claro, siempre su énfasis ha estado en la obtención de los bienes materiales y la riqueza económica, con lo cual han desconocido históricamente las riquezas no materiales, las tecnologías, la cultura y los saberes de los pueblos ancestrales y originarios de nuestra américa y las de los otros continentes (África, Asia y Oceanía).

Una pequeña lista de esos países mal llamados subdesarrollados por los poderes internacionales para ilustrar de mejor manera lo antes dicho son: Ecuador, Perú, Colombia, Bolivia, todos los países de Centroamérica, la mayoría de los países africanos, Haití, Jamaica etc. Claro hay que tener en cuenta que entre estos hay diferencias notables. Ahora bien, a estas alturas, será conveniente, aclarar de manera breve en qué consiste esa noción de desarrollo que nos han impuesto los denominados países desarrollados y desde que tipo de enfoque se plantea. 8 La Noción, los enfoques y efectos del Modelo de Desarrollo. La noción de desarrollo que ha predominado desde mediados y fines de los años cuarenta fue establecida equiparando o mejor reduciendo el desarrollo al crecimiento económico.

En este sentido, se le asignó a lo económico un papel central y determinante para alcanzar posibles objetivos del desarrollo, convirtiéndolo en un prerrequisito ineludible para todos los países que giran en la órbita de influencia de los Estados Unidos. Distintos autores han criticado, esa noción por reducir de manera ostensible el desarrollo al crecimiento económico, uno de estos autores Cambra (1999), destaca en su crítica algunos elementos que son importantes y deben ser tenidos en cuenta, nos dice por ejemplo, que esa noción se ha concebido como un:
“proceso esencialmente técnico-económico que, por un lado, privilegia el crecimiento económico como condición y causa del desarrollo general y, específicamente, del desarrollo social; y, por otro lado, parte de una ingenua y acrítica – pero no por ello carente de contenido ideológico- concepción de la expansión tecnológica como motor de un crecimiento que permitirá una mayor acumulación de riqueza que, a su vez, nos llevará al reino de la libertad”. (Cambra, 1999: 4)

Lo que señala el autor precitado, es lo que se conoce más ampliamente como el enfoque economicista del desarrollo que ha predominado en las sociedades occidentales, porque le sirve como soporte principal a las sociedades capitalistas para justificar sus fines orientados principalmente a la acumulación de capital que será invertido con el sólo objetivo de obtener 9 grandes rentas y utilidades como resultado del funcionamiento del libre mercado, considerado el gran dios o centro de gravedad a partir del cual el capitalismo podrá realizar todos sus sueños.

Ese modelo de desarrollo capitalista encontró sus mejores primaveras, cuando sus representantes lograron deshacerse de los Estados liberales de bienestar que tuvieron en sus agendas y programas la implementación de medidas redistributivas, reconocimiento de derechos y garantías para el ejercicio, goce y disfrute de los derechos sociales y económicos. Así mismo este tipo de estados adoptaron medidas de protección a las industrias y mercados nacionales.

De esta manera, los llamados estados de bienestar, muy escasos en Latinoamérica y el Caribe, fueron sustituidos por los llamados estados neoliberales para los cuales, aquellos eran el principal estorbo para obtener sus desmedidos fines de lucro y erigir el mercado como la única institución que podría asignar de manera eficiente los recursos en una sociedad.

De esta manera, el neoliberalismo inicia su proceso de expansión y colonización sobre las sociedades occidentales, llegando a Colombia a mediados de los años 80 y principios de los 90 con la seductora idea de lograr el desarrollo con la apertura de la economía nacional a los capitales trasnacionales, los mercados internacionales y al intercambio de bienes y servicios entre las naciones y países, de tal suerte que no tuviesen ningún tipo de impedimento, que se borraran las fronteras, se desregularan las economías y desaparecieran los impuestos a las mercancías que provenían del extranjero.

Para lograr los propósitos antes señalados, organismos internacionales fieles representantes de los intereses del gran capital trasnacional, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional exigieron que todos los 10 países reestructuraran sus economías, redujesen el tamaño de los estados, privatizaran todas las empresas que éste había conformado y permitiesen que todas las actividades tuviesen un valor de cambio para convertirlas en mercancías que deberían estar al libre juego de las leyes de la oferta y la demanda, actividades en las que incluyeron la mayoría de los bienes, servicios y derechos que el estado debería garantizar a sus ciudadanos y que hasta ese momento eran considerados bienes públicos que éste debería proveer, todo ello bajo la célebre frase: “Más mercado y menos Estado”.

El resultado de la aplicación de ese modelo capitalista basado en el libre mercado y en la explotación y extracción irracional de los recursos naturales por más de treinta años, ha fracasado porque sólo unos pocos sectores sociales, los más pudientes, los mejor situados, los dueños del capital industrial, agroindustrial, comercial y financiero son los únicos que se han beneficiado, mientras que las grandes mayorías de trabajadores, campesinos, indígenas y afrodescendientes, han sido excluidos de los supuestos beneficios que les traería ese tipo de desarrollo.

Del fracaso del modelo de desarrollo neoliberal, han dado cuenta prestigiosos investigadores y académicos, dentro de los cuales se destaca el economista Eduardo Sarmiento Palacio, citado por Arellano (2010) consigna en una entrevista a este respecto las siguientes palabras: “la apertura, las privatizaciones, la especulación financiera y la represión monetaria configuraron en este país una de las sociedades más desiguales del mundo”.

Ahora bien, Arellano (2010), complementa a Sarmiento, ampliando lo que a su juicio sirve como argumento para 11 demostrar el fracaso del mencionado modelo en el caso colombiano, lo siguiente: “Y no es para menos, con cifras en la mano se demuestra en forma tajante que en este periodo Colombia decreció por primera vez en 70 años; las 700 mil toneladas de importaciones de los años 80 son ahora alredor de 8 millones; el desempleo está en dos dígitos, los pobres del campo y los trabajadores informales aumentaron ostensiblemente; las privatizaciones no mejoraron los servicios públicos pero aumentaron en más del cien por cien las tarifas; las exportaciones no crecieron lo que se esperaba; y las deserciones escolares y universitarias alcanzaron niveles sin precedentes en la historia” (Arellano, 2010). Seis años después de las anteriores críticas al modelo neoliberal, encontramos que la situación, antes de cambiar positivamente, ha empeorado negativamente debido a que los niveles de injusticia social, de desigualdad y pobreza han aumentado considerablemente en Colombia, algunos pocos indicadores oficiales así lo confirman. Veamos:

La concentración sobre la propiedad de la tierra es una de las más altas en el mundo, y la segunda en América Latina después de Paraguay, el coeficiente de Gini asciende a 0.86, casi llegando al máximo nivel de concentración que es 1, esto significa que unos pocos propietarios poseen casi el 80 y 90% de las mejores tierras del país.

En igual sentido de lo anterior, la distribución del ingreso es otra de las mayores desigualdades que se presentan en Colombia, su coeficiente de Gini es 0.52 lo que significa que el 20% de la población recibe el 80% del ingreso nacional. La pérdida de la soberanía alimentaria y la eventual crisis de alimentos que se puede presentar en el corto plazo, se ve reflejada en el aumento de las importaciones de alimentos, el 12 propio Ministerio de Agricultura reconoce que en este 2016 estamos importando 11 millones de toneladas de alimentos, cuando hace unas dos décadas atrás éramos un país autosuficiente.

Y lo anterior, no es todo, desde hace unos años, asistimos a una agresiva ofensiva del capital trasnacional y nacional por explotar los recursos naturales como nunca antes lo habían hecho, creando condiciones y artificios para invertir en los denominados países subdesarrollados en la tierra, para desarrollar grandes obras y ejecutar los llamados megaproyectos agrícolas, mineros, forestales, de infraestructura, hidroeléctricos, acuícolas, etc, consolidando así lo que hemos llamado la nueva fase de acumulación del capital basado en el extractivismo de los recursos naturales, o neo-extractivismo, como en la actualidad se le conoce en toda Latinoamérica que es uno de los rasgos principales que hoy día caracteriza el modelo de desarrollo económico predominante y de paso explica la posición de las elites y poderes políticos y económicos de entregar en concesión para la explotación de nuestros hidrocarburos y minerales el 40% del territorio nacional o de permitir la compara masiva de tierras en regiones tan importantes como la Orinoquia colombiana y la región de montes de maría. La forma como se expresa el modelo neoliberal en el campo colombiano, o en lo rural, ha conllevado a que el Modelo de Desarrollo Rural prevaleciente siga los patrones básicos del Modelo de Desarrollo general del país.

Las elites políticas y los gobernantes neoliberales desde los años 80 han promovido un modelo de desarrollo rural orientado principalmente a la exportación, es decir se trata de un modelo agro-exportador en lo rural, que ha profundizado la secular crisis agraria que el país vive desde las primeras décadas del siglo XX.

Dicho modelo promueve la empresarización y bancarización de los campesinos, sin detenerse a pensar que la gran mayoría de ellos no tienen los ingresos necesarios para hacerlo, pero peor aún, se desconoce la naturaleza de los pequeños y medianos campesinos y sus modos de vida que están muy 13 distantes de la lógica de la acumulación de capital y obtención de rentas y utilidades a costa del trabajo y la explotación de los trabajadores rurales y campesinos.

El resultado de la aplicación del Modelo de Desarrollo Rural, también fracasó, uno de los más recientes y destacados estudios, fue hecho paradójicamente por un organismo de Naciones Unidas, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Dicho programa realizó un exhaustivo diagnóstico y propuso alternativas en varios planos, consignándolas en el “Informe de Desarrollo Humano del año 2011”, conocido con el título de “Colombia Rural. Razones para la Esperanza”, su conclusión con respecto al fracaso del modelo de desarrollo rural es contundente y no deja duda al respecto, señala que:

“El modelo de desarrollo rural construido es altamente inequitativo y excluyente, propicia innumerables conflictos rurales, no reconoce las diferencias entre los actores sociales, y conduce a un uso inadecuado y a la destrucción de los recursos naturales.

Acentúa la vulnerabilidad de los municipios más rurales en relación con los más urbanos, y no permite que se genere la convergencia entre lo rural y urbano.

Además, se ha fundamentado en una precaria y deteriorada institucionalidad pública que le abre más espacios a la actuación de las fuerzas del mercado en una sociedad de desequilibrios e inequidades (PNUD, 2011). Adicional, a lo antes señalado, en dicho informe se destacan cuatro de los más importantes rasgos negativos del modelo de desarrollo rural implementado.

Estos son: No promueve el desarrollo humano y hace más vulnerable a la población rural, para el año de 2005 el 68.5% de la población rural se encontraba en situación de pobreza. 14 Ø Concentra la propiedad rural, crea condiciones para el surgimiento de nuevos conflictos y exacerba los viejos conflictos, dentro de los cuales el conflicto armado interno ocupa un papel central.

Como ya se dijo. La concentración de la tierra en Colombia refleja una escandalosa desigualdad que se ha agravado con el despojo violento de tierras de que han sido objeto miles de pequeños y medianos campesinos. Privilegia, incentiva y promueve la agroindustria rural y el capitalismo agrario basado en el establecimiento de cultivos permanentes como la palma de aceite, la caña de azúcar, el sorgo etc., para satisfacer las demandas de los mercados internacionales, mientras desconoce y relega la economía campesina, desdeñando los cultivos transitorios de ciclo corto que producen la mayoría de los alimentos para el mercado nacional, Leibovich (2013) señala que los campesinos producen entre el 50 y 68% de los alimentos que consumimos los colombianos.

Es un modelo antidemocrático y discriminatorio, especialmente contra las mujeres, los indígenas y los afro-descendientes. La situación del campo colombiano y los conflictos sociales, económicos y políticos se ha agravado por la cruenta guerra que en sus territorios se ha librado durante casi todo el siglo XX, la guerrillas de hoy, en parte son la herencia que nos dejó la violencia política de los años 40 y 50 como resultado de las disputas por el poder entre los liberales y los conservadores. Estas se originaron en ese nefasto episodio de la historia colombiana, muchos de sus fundadores buscaron que se resolvieran los conflictos agrarios y las lamentables condiciones de vida que tenían hombres y mujeres del campo, pero la respuesta del Estado conllevó a que fueran perseguidos, estigmatizados y excluidos viéndose obligados a mantener las armas para defender sus vidas, bienes y familias hasta convertirse en ejércitos guerrilleros que fueron 15 construyendo sus respectivos proyectos políticos y políticomilitares.

Ese conflicto armado, nos acompaña desde hace poco más de 50 años y afortunadamente desde el año 2012 se viene dando un proceso de diálogos y negociaciones para terminar el conflicto armado entre el Estado y las guerrillas, privilegiando una solución política y no las fracasadas soluciones militares que predominaron en todos los gobiernos anteriores.

El proceso de la Habana que busca establecer unos acuerdos para terminar el conflicto armado, más no los conflictos sociales, políticos, económicos y territoriales que se mantendrán, ha tenido como centro la discusión sobre el tema del Desarrollo Rural y justamente en este punto ya las partes han logrado un acuerdo básico, muy a pesar de la insistencia del gobierno de Juan Manuel Santos que señala:

“El Modelo de Desarrollo NO se discute”, sin embargo por el conjunto de transformaciones que se derivan de los puntos pactados en materia de la “Reforma Rural Integral”, si es que el gobierno está dispuesto a cumplir después de la firma de los acuerdos, necesariamente se tendrán que introducir reformas de fondo a ese modelo de desarrollo rural prevaleciente.

En efecto, la implementación de los acuerdos, necesitara un gran pacto político y social en el que participe toda la sociedad colombiana, sus principales actores sociales, políticos, públicos y privados, sería el nuevo pacto por la Colombia del futuro que obligatoriamente tendrá que acordar el espacio o mecanismo más idóneo y adecuado, que pueda tener la fuerza suficiente para revertir los aspectos más regresivos del orden y sistema social que hemos vivido desde nuestra conformación como República y pueda en efecto tener la legitimidad social y política para expedir una nueva Constitución Política Nacional que esté acorde con el contenido central de los cambios y transformaciones que necesita la actual sociedad colombiana.

Quizá el mecanismo que reúna esas características será Una Nueva Asamblea 16 Nacional Constituyente que se convoque y realice como un proceso nacional de participación democrática e incluyente posterior a la firma de los acuerdos. Ahora bien a esta altura, bien vale la pena responder la última pregunta relacionada con la existencia de otras propuestas y otros modelos de desarrollo diferentes al modelo de desarrollo capitalista y neoliberal para superar el unanimismo y el monopolio que el capital y sus agentes han establecido, al pretender señalar que su particular modelo, que tiene a la sociedad occidental en una profunda crisis social, ambiental, alimentaria y energética es el único posible.

Lo cual es una gran falacia, orquestada por los actuales Estados, sus defensores y sus medios de comunicación. Veamos entonces de manera muy resumida cuáles serían otros modelos diferentes, alternativos, más inclusivos, democráticos y que establecen de manera más armónica la relación entre el hombre y la naturaleza.

Enfoques y Modelos Alternativos al Desarrollo. En términos generales los movimientos y organizaciones políticas, sociales y comunitarias, los pueblos originarios y ancestrales de nuestra américa, los afro-descendientes, sectores de la academia y organizaciones no gubernamentales han venido debatiendo y construyendo en su diario vivir algunos enfoques, prácticas, críticas y modelos alternativos al modelo hegemónico de desarrollo capitalista causante de los grandes desastres y las crisis de los pueblos latinoamericanos y de las sociedades occidentales. Dentro de estos enfoques alternativos se destacan cuatro de manera particular:

El Desarrollo a Escala Humana de Manfred Max-Neef, El Desarrollo como Libertad de Amartya Sen, el Desarrollo Humano trabajado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Buen Vivir discutido y reivindicado más ampliamente desde las experiencias de los 17 procesos de gobiernos progresistas como Bolivia, Ecuador y Perú. A continuación se presentan los rasgos generales y las características de cada uno de ellos.

El Desarrollo a Escala Humana. El desarrollo a escala humana se le atribuye al economista chileno Manfred Max-Neef, quien fue distinguido en el año de 1983 como ganador del premio Nobel Alternativo de Economía otorgado por la academia Noruega por sus trabajos y críticas al modelo de desarrollo capitalista que se orienta principalmente en concebir el desarrollo de los objetos y no de las personas.

También se le conoce como el economista de los pies descalzos gracias a uno de sus trabajos más conocidos “la economía descalza”. Max-Neff, destaca en su teoría la necesidad de buscar el “Crecimiento Cualitativo de las Personas” y no de los objetos, como antes fue dicho. En ese sentido, señala que la calidad de vida de las personas depende de las posibilidades que tengan para satisfacer sus necesidades fundamentales, establece nueve necesidades que debe alcanzar el ser humano, dichas necesidades han sido organizadas en una matriz en la que describe las necesidades listadas en la columna y los satisfactores en las filas como puede observarse en la siguiente imagen.

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De acuerdo con lo anterior, Max- Neef destacó que la satisfacción de las necesidades humanas está orientada a generar auto-independencia y a establecer una articulación orgánica con la naturaleza, en sus palabras, expreso que el desarrollo:

“ Se concentra y sustenta en la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, en la generación de niveles crecientes de auto independencia y en la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de los procesos globales con los comportamientos locales, de lo personal con lo social, de la planificación con la 19 autonomía, y de la sociedad civil con el Estado” (Max-Neef, 1986: 15).

Ahora bien, es importante plantear que las necesidades no deben reducirse a las carencias porque quedarían reducidas a sus aspectos fisiológicos, que debemos verlas como potencialidades que movilizan a las personas para alcanzarlas.

El Desarrollo como Libertad

Amartya Sen, economista Hindú, logro ser reconocido como premio nobel de economía en el año de 1998 por sus trabajos realizados sobre la pobreza. Su teoría es más conocida por los debates y discusiones sobre la pobreza que sobre el desarrollo.

No obstante, introdujo una visión poco común sobre este. En ese sentido relacionó el desarrollo y la libertad, el primero lo concibió como una ampliación de las libertades de las personas y así mismo como el logro de las capacidades que estas alcancen para poder llevar a cabo sus proyectos de vida, al respecto planteo lo siguiente:

El desarrollo puede concebirse, como un proceso de expansión de las libertades reales de que disfrutan los individuos.

El hecho de que centremos la atención en las libertades humanas contrasta con las visiones más estrictas del desarrollo, como su identificación con el crecimiento del producto nacional bruto, con el aumento de las rentas personales, con la industrialización, con los avances tecnológicos o con la modernización social” (Sen, 1999:19).

De acuerdo con lo anterior, el aporte en esta materia reside en el hecho que su autorizada opinión, se convierte en una de las críticas más fuertes al modelo de desarrollo capitalista, que mide su crecimiento basado en el Producto Interno Bruto en el cual sólo considera las transacciones mercantiles de 20 cosas en los mercados internacionales y deja por fuera toda consideración sobre el ser humano.

El Desarrollo Humano

Una referencia, a los enfoques sobre desarrollo, es la que el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), planteo en el año de 2003. Paradójica y contradictoriamente, un organismo de naciones unidas propone una especie de reconsideración sobre el enfoque más tradicional sobre el desarrollo y seguramente por el influjo de los grandes y reconocidos académicos e investigadores que ha contratado o en algunos casos cooptado, pueden explicar un planteamiento que parece novedoso proviniendo de ese organismo, veamos lo que dice:

“Desarrollo no es el aumento de la riqueza, sino que la riqueza es uno de los medios para que el ser humano pueda llevar una vida plena. Así que el verdadero desarrollo, al que denominó – “desarrollo humano”- es el aumento en la cantidad y calidad de las opciones que tienen los habitantes de un país” (PNUD, 2003:100).

Esta forma de ver el desarrollo fue ampliada al incluir un conjunto de realizaciones que tendrían algunas similitudes con algunos de los planteamientos y propuestas hechas por otros autores. Las realizaciones son: “cuatro realizaciones que hacen la vida digna de ser vivida: ser longevo y saludable, acceder al conocimiento, tener ingresos para el buen pasar y ser parte activa de la comunidad – una vida que reúna estas cuatro condiciones es una vida humana satisfactoria –“(Ibíd).

El Buen Vivir

Desde hace varios años El Buen Vivir se ha convertido en una reivindicación sentida de los pueblos originarios y ancestrales que aún sobreviven en Latinoamérica y progresivamente se viene asumiendo por otros sectores sociales, políticos y académicos. En Colombia la categoría del Buen Vivir se ha incluido en las reivindicaciones del movimiento social agrario y esta palabra aparece en los acuerdos parciales suscritos entre el actual gobierno y las FARC – EP.

Al parecer, hay coincidencias en ubicar el origen de la palabra como una categoría que ha sido propia de los pueblos y las culturas indígenas del sur de nuestro continente, particularmente del pueblo Aymara en Bolivia, cuya expresión en lengua, más conocida es el “Suma Qamaña”, y en lengua Quechua de los pueblos indígenas del Ecuador se le conoce comúnmente como el “ Sumak Kawsay”. Del mismo modo el Pueblo Guaraní que tiene presencia en Paraguay, sur Bolivia y norte de Argentina tienen expresiones similares en sus propias lenguas lo denominan “Ñandereko” o vida armoniosa y “Teko Kavi” vida buena.

En su sentido más genérico, significa vida en plenitud, en armonía y equilibrio con la naturaleza y en comunidad, por lo que también se le llama el Buen Convivir.
Buen Convivir.

Vivir bien es vivir e La expresión del Buen Vivir se ha asumido por muchos sectores por las simpatías que despierta al considerarla una de las mayores críticas al modelo de desarrollo extractivista que el gran capital ha impuesto en la mayoría de países de Latinoamérica, África y Asia.

Al decir de Gudynas (2012) el Buen Vivir va mucho más allá de ser una crítica radical al desarrollo convencional que se nos han impuesto los países del Norte Global y siempre ha tenido un significado mucho más potente, más sustancial, que en palabras de dicho autor plantea el uso sustantivo que 22 realmente tiene un mayor valor para una cabal comprensión y que podemos citar así: “… El Buen Vivir es tanto una crítica al desarrollo convencional, como una propuesta de superación a éste, y que se conjuga desde varias corrientes, unas que pueden ser calificadas como “occidentales” y otras, muy importantes, que responden a elementos provenientes de los saberes de los pueblos indígenas.

Estas alternativas buscan estar más allá del desarrollo en cualquiera de sus diversas expresiones, reclamando, desechando por ejemplo las creencias en el progreso material, y dan pasos más allá al cuestionar la Modernidad” (Gudynas, 2012: 75).

En sentido más político, el Buen Vivir ha significado una pluralidad de interpretaciones en su más profundo significado, llegando a puntos de encuentro e identidades en la profunda crítica al modelo de desarrollo capitalista y su característica más reciente, relacionada con el neoextractivismo, como una de las estrategias del capital para superar su crisis y reproducirse lanzando una de las mayores ofensivas para apropiarse y explotar los recursos naturales.

Así de esta manera sectores del pensamiento crítico latinoamericano señalan que el Buen Vivir debe ser entendido también como una Plataforma Política, al respecto consideran que: “Es una “plataforma” ya que allí convergen posiciones que comparten su crítica radical al desarrollo actual y su apuesta a alternativas que se elaboran bajo el entendimiento del papel del ser humano, la sociedad y la naturaleza.

Es además una plataforma “política”, porque sus posiciones se ventilan, debaten, resisten y enfrentan en el campo de la discusión política….. Además agregan lo siguiente (Cursivas nuestras)… El buen Vivir no es 23 una postura en defensa de un estilo de vida restringido a ciertos grupos o clases sociales que se aplicara únicamente a ellos. Es una mirada que si bien parte de actores precisos, busca cambiar las perspectivas de toda la sociedad…” (Ibid. Pag. 83).

Conclusiones

Como puede verse, los enfoques, antes reseñados y considerados alternativos o críticos al desarrollo y las teorías convencionales que los respaldan, aportan insumos importantes para encontrar las pistas o claves necesarias para continuar construyendo en Colombia una alternativa propia con respecto de la cual, el movimiento social agrario y su pliego único de reivindicaciones adoptado por la Cumbre Agraria Nacional, Campesina, Étnica y Popular, por los Procesos Constituyentes, por las propuestas de otros sectores sociales y políticos desde posturas críticas similares que se le han hecho al modelo extractivista hegemonico que se nos ha impuesto habida cuenta de las nefastas consecuencias sociales, ambientales, culturales y políticas que ha producido en nuestras sociedades, contienen importantes aportes que de seguro van a permitir construir un modelo propio como un componente necesario de una propuesta más gruesa y amplia para proponer un nuevo orden social, político, ambiental, cultural y económico que logre los suficientes consensos en el campo social, étnico y popular que permitan cambiar la desfavorable correlación de fuerzas actualmente existente.

En la dirección antes descrita, cobra importancia tener presente de un lado, que un cambio de modelo implica la más amplia movilización social y política de los diversos sectores sociales y políticos que luchan por esa nueva sociedad, apenas imaginada por muchos, porque en múltiples experiencias sociales y comunitarias ya destellan muchos de sus rasgos principales. Y de otro, que dicho cambio implicará sin atenuantes cambiar el tipo de Estado, de régimen y sistema político que tenga la fuerza, la capacidad y la legitimidad social para producir los grandes cambios y trasformaciones de la Colombia de los pos-acuerdos, razones más que suficientes para seguir pensando en la necesidad de realizar una nueva Asamblea Nacional Constituyente que sea verdadera expresión y representación de las amplias mayorías que luchan por un nuevo tipo de sociedad, aquella que consagre y sea en realidad democrática, incluyente, equitativa, en establecer una relación armónica con la naturaleza, una nueva sociedad en la que todos los liderazgos sociales, políticos, económicos y culturales comprueben con hechos la férrea voluntad política de resolver los problemas estructurales que la sociedad capitalista, el estado funcional a ella y el modelo neo-extractivista no han querido, ni querrán resolver.

Con las salvedades antes señaladas y los cambios simultáneos que es necesario hacer en otros frentes estratégicos (Estado, régimen y sistema político), las fuerzas sociales, políticas, económicas y étnico-populares tienen hoy la oportunidad de pensar en un “modelo” propio que cuestione e incluso suprima esa categoría como la rectora de nuestros planes y proyectos de vida, recogiendo los aportes de otras experiencias y las suyas propias.

Para el caso de Colombia bien valdría la pena tener en cuenta los siguientes ejes rectores de ese “modelo” propio que definitivamente tendrá que ser el resultado de un amplio proceso social y político en el que todas las fuerzas aporten sus mejores ideas, experiencias y propuestas.

Entre muchos de los aspectos, componentes, sentidos y orientaciones que deberán tenerse en cuenta, se podrían destacar los siguientes:

Restablecer y Construir una nueva manera de establecer las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza cuyo núcleo central sea el reconocimiento, respeto y la 25 garantía del ejercicio de los derechos en el más amplio sentido la dupla que conforma esta relación.

El esfuerzo de todas las iniciativas de la sociedad colombiana y de las formas de Estado, gobierno, sistema y régimen político que se adopten y las propias en que lo haga la sociedad civil, tendrán que tener como objetivos centrales a los seres humanos y la naturaleza.

Con respecto a los seres humanos las distintas formas de la organización social, política, económica y todos los aparatos que se establezcan en nombre de la sociedad tendrán la obligación de crear todas las condiciones necesarias y suficientes para que los seres humanos tengan iguales oportunidades y la libertad de construir sus capacidades y desarrollar sus potencialidades para realizar sus proyectos de vida y contribuir al nuevo proyecto de la sociedad.

Con respecto a la naturaleza la prioridad será de un lado, la reconstrucción de unas relaciones de equilibrio y armonía en todos los casos en los cuales se hayan roto, deteriorado o estén seriamente amenazados.

De otro, será apoyar, incentivar y potenciar las experiencias, conocimientos y prácticas de los pueblos y culturas indígenas, campesinas y afrodescendientes que históricamente han mantenido unas relaciones de respeto y armonía con la naturaleza.

En todo caso, se trata de ir mucho más allá de lo que convencionalmente hemos conocido como desarrollo. En primer lugar, la preocupación central no estará anclada principalmente en lo económico, ni en ninguna clase de sesgos o unilateralidades.

Siempre estará enfocada de manera integral y multidimensional y se orientará a resolver las problemáticas más estructurales del ser humano y a conservar, conocer y usar los invaluables servicios ecosistémicos y agroecosistemas que le aporta la naturaleza a la sociedad. 26 Ø Se reconocerán, promoverán e incentivarán todas las formas plurales de economías que existan en la sociedad y que son propias de los campesinos, indígenas y afrodescendientes respetando sus territorios, culturas, modos, usos, conocimientos y técnicas de producción, intercambio y consumo.

Entre ellas, se construirán relaciones de solidaridad, reciprocidad e intercambios justos. El Estado tendrá la obligación de garantizar la persistencia, continuidad y fortalecimiento de este tipo de economías y sobre todo el derecho a permanecer, construir y ordenar sus territorios de acuerdo con sus tradiciones, cosmovisiones, conocimientos y leyes propias.

Las relaciones políticas, económicas y los intercambios que se realicen con otros Estados, países y naciones se harán con base en la soberanía e independencia de Colombia colocando en primer lugar el respeto a los derechos de los nacionales colombianos y las garantías de conservación, conocimiento y uso de los recursos naturales, estos últimos sólo serán aprovechados siempre y cuando no signifiquen una amenaza para su sustentabilidad y sobre los cuales prime el interés nacional, el patrimonio público y el bien común de los colombianos.

La producción y los sistemas agro y bio – alimentarios que constituyen una de las principales riquezas del país deberán garantizar en primer lugar, sin ninguna excepción, la soberanía y autonomía alimentaria del pueblo colombiano y de los diversos sectores sociales, campesinos, étnicos y populares que lo componen, en este sentido la preocupación principal será la provisión, suministro y acceso de alimentos en calidad y cantidad especialmente a los sectores sociales peor situados en la sociedad o a quienes no tengan la posibilidad de acceder a ellos. 27
Todos los bienes y servicios que produzca la sociedad se colocarán y estarán dispuestos para resolver las grandes desigualdades y las injusticias sociales, políticas y económicas que los modelos predominantes han causado.

Tendrán la prioridad en una primera fase, la solución a los problemas de concentración sobre la propiedad de la tierra y del ingreso, así como el acceso en igualdad de condiciones para todos los colombianos a la educación, la salud y el trabajo.

Bibliografía.
Arellano, F. 2010. La inversión Extranjera en América Latina ha resultado una gran mentira. Disponible en:
http://www.cronicon.net/paginas/pensamientoeconomico/desafios -EduardoS.htm
Gudynas. E. 2012. Buen Vivir y Criticas al Desarrollo: Saliendo de la Modernidad por la Izquierda. En Contrahegemonía y Buen Vivir. Hidalgo. F, et al. 2012. Editores. Impresos Miraflores. Ecuador.
Leibovich. J. 2013. Diagnóstico de los Pequeños Productores en Colombia. En Política para el Desarrollo de la Agricultura en Colombia. Fedesarrollo. 2013.
Max- Neff. 1986. La economía descalza. Editorial Nordan. Buenos Aires – Argentina.
Programa de Naciones Unidas para el desarrollo. PNUD. 2003.
Informe de derechos humanos. Programa de Naciones Unidas para el desarrollo. PNUD. 2011.
Informe de derechos humanos. Colombia rural. Razones para la esperanza. Bogotá. Colombia. Sen, A. 1999. El desarrollo como libertad. Editorial Planeta.

Fuente: http://radiomacondo.fm/2016/06/12/modelo-desarrollo-compadre/

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