¿Qué colegio quiero para mi hijo?

Por: Marta Gil

Marta Gil, pedagoga y subdirectora del colegio Caxton College, defiende la investigación en las aulas desde edades tempranas.

Recientemente el Massachussetts Institute of Technology –MIT-, entre las cinco mejores universidades del mundo, publicó unas cifras muy reveladoras. El 60% de sus alumnos se convierten en investigadores desde el primer año de carrera. Si tenemos en cuenta que la investigación académica en España se fomenta a partir de los cursos de posgrado, la diferencia entre ambos sistemas es llamativa. ¿Y qué es lo que tiene este factor educativo para condicionar la evolución de la enseñanza de un alumno? En principio, la ventaja distintiva es que la investigación lleva consigo innovación y creatividad, dos activos imprescindibles en la sociedad actual.

“El MIT tiene ese alto número de investigadores porque cuando los alumnos llegan a la universidad han pasado por un modelo educativo que pone el acento en el fomento de la investigación”, confirma Marta Gil, pedagoga y subdirectora del colegio Caxton College, quien asegura que “conducir al alumno por el ese terreno le va a reportar un futuro académico y profesional reflexivo, crítico, perseverante y dinámico, ya que estos son valores integrados en el hábito de la investigación”.

Ciertamente el sistema anglosajón ayuda al alumno, desde la etapa infantil, a desarrollar una mente curiosa que de por sí ya tienen los pequeños. Los profesores les empujan a que exploren su entorno para que busquen recursos e ideas más allá de lo esperado. Este método de estudios se va incrementando y complicando conforme avanzan las etapas educativas en las que se sigue incentivando el interés por el conocimiento.

 
“La neurodidáctica nos dice que un niño necesita emocionarse para aprender. Si al alumno, desde pequeño, se le incita a que se divierta investigando, explorando, buscando… se sentirá protagonista de su propia experiencia educativa. Además, mediante este proceso de aprendizaje motivador, se capta su atención y memoriza los contenidos docentes de un modo mucho más significativo que con una metodología tradicional basada en clases magistrales”, explica Marta Gil, quien desde su centro educativo aplica este sistema con resultados relevantes.

“Es muy importante facilitar el interés por descubrir cosas en los más pequeños. Pueden empezar jugando, con dinámicas pedagógicas de “outdoor learning” -de aprendizaje al aire libre-, y enfocar la enseñanza como si se tratara de una aventura, de un juego que le permite interactuar e inspirarse con su propio hábitat”, confirma Gil.

Todos los padres desean el mejor centro educativo para sus hijos. Sin embargo, la amplia y diversa oferta educativa hace cada vez más difícil la elección. Por ello, un sistema que haga hincapié en la investigación como recurso educativo para que el alumno adquiera unas cualidades que le van a ser beneficiosas en el futuro puede ser un factor decisivo.

“Por mi experiencia, los padres buscan un colegio donde el niño sea feliz y esté seguro pero cada vez más se interesan por cómo va a ser el camino educativo que le ayude a obtener éxito académico y profesional. Por eso creo que es importante conocer las metodologías del colegio y, como no, los resultados que ofrece cuando se gradúan”, concluye la especialista de Caxton College.

Fuente: http://www.abc.es/espana/comunidad-valenciana/abci-colegio-quiero-para-hijo-201711022109_noticia.html

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Facebook niega utilizar información de usuarios vulnerables en Australia

Australia/Mayo de 2017/Autor: Julio Sanchez Onofre/Fuente: El Economista

El diario The Australian dio a conocer un documento confidencial producido por la sede de Facebook en Australia, en el que consta una investigación realizada por la empresa con miras a ofrecer información de sus usuarios —sin el conocimiento y consentimiento de los mismos— a potenciales anunciantes. En el informe de 23 páginas consta que la empresa realizó un estudio entre los usuarios más jóvenes de la red social, en el que programó sus algoritmos para que identificaran cuando se encontraban psicológicamente vulnerables.

Tras la publicación de la nota, Facebook emitió una declaración pública en la que no negó la autenticidad del documento y cuestionó el enfoque del artículo del diario. La compañía argumentó que el análisis tenía la intención de identificar para los vendedores las formas en que los usuarios de la red social se expresan. En el comunicado se afirma que la empresa no ofrece herramientas para dirigir anuncios segmentados a las personas en función de su estado emocional y que se basó en datos anónimos.

Facebook monitoreó la actividad de 6.4 millones de usuarios por un periodo de dos semanas, que cayeron en las categorías de “estudiantes de secundaria, estudiantes de educación terciaria y jóvenes australianos y neozelandeses en la fuerza de trabajo”. Los algoritmos de la red social fueron programados para detectar las manifestaciones de los jóvenes en las que expresaran sentirse estresados, derrotados, abrumados, ansiosos, nerviosos, estúpidos, tontos, inútiles y fracasados. Para realizar esto, Facebook monitoreó mensajes, fotos, interacciones y la actividad de internet en tiempo real para detectar los momentos en que se presentaban las caídas emocionales en los jóvenes.

A decir de Cédric Laurant, director del programa SonTusDatos de la asociación civil Artículo 12, el posicionamiento de la compañía tiene sus matices. El experto de la Asociación dedicada a la defensa, promoción y protección de los derechos a la privacidad y datos personales de los usuarios, explicó a El Economista que Facebook no vende datos personales a anunciantes sino las categorías de usuarios a las que enfocar su mercadeo.

“No menciona que Facebook siempre tiene el conocimiento de qué usuario en particular está categorizado de tal o tal forma (deprimido, con sentimiento de tristeza, problema psicológico vinculado a alimentación como anorexia, bulimia), y que las categorías de usuarios que Facebook vende a los anunciantes permite a estos anunciantes, a su vez, vender a categorías de personas muy específicas”, comentó en un correo electrónico.

Facebook aseguró también que la investigación no siguió los protocolos de la compañía y anunció que realizaría una averiguación al respecto, con miras a mejorar los controles de supervisión, lo que, a juicio de la influyente publicación Wired, implica que la sede central no estaba al tanto de la misma.

En el comunicado, Facebook asegura que el análisis lo realizó “un investigador australiano”. En el documento en poder de The Australian, los ejecutivos australianos de Facebook David Fernández y Andy Sinn aparecen como los autores del estudio. El diario informó también que el estudio fue realizado para un banco australiano.

“La práctica documentada por The Australian refleja la punta del iceberg de lo que seguramente está haciendo Facebook a escondidas o, por lo menos, a nivel experimental para próximamente implementarlo. Es algo que nunca iba a revelar: que venden a anunciantes su capacidad de enfocar su publicidad hacia menores de edad basándose en sus estados de ánimo y emociones”, dijo Laurant.

“Si no fuera el caso, ¿por qué estaría tratando de venderlo a anunciantes? Refiriéndome a la larga historia de repetidas mentiras por parte de Facebook desde que inició sus operaciones hace más de una década, es más que probable que tiene ese objetivo – y no sólo en Australia sino a nivel global, México incluido obviamente”, cuestionó.

Preocupaciones llegan a México

Tras la publicación del artículo en el diario australiano y la respuesta de Facebook, unas 26 organizaciones defensoras de los derechos de la niñez y la protección de datos personales enviaron a Mark Zuckerberg una carta donde pidieron la publicación de la investigación y los materiales relacionados.

“Somos conscientes de que Facebook ha publicado un posicionamiento en el sentido de que esta investigación se desvió de los protocolos de Facebook y que la empresa no se involucra en el tipo de targeteo reportada por The Australian. Sin embargo, la declaración de Facebook no resuelve las preocupaciones sobre el análisis encargado, su propósito y lo que dice sobre las prácticas publicitarias reales de Facebook”, se lee en la carta.

En México, la carta fue firmada por SonTusDatos. Esta organización envió además una carta fechada el 10 de mayo a las oficinas de Facebook México y al Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) para que realizara una investigación sobre este tipo de prácticas.

“No recibimos ninguna respuesta sino de dos personas de Facebook en Estados Unidos, que nos prometieron iban a organizar una videoconferencia con nosotros. Escribimos la carta para obtener una respuesta de Facebook México por la cual podían comprometerse a que no estaban haciendo lo reportado en el informe filtrado; también para resaltar que este tipo de tratamiento de datos personales violaba la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares (por ello, copiamos a los comisionados del INAI)”, comentó Laurant.

“Hasta ahora, no hemos recibido su respuesta, ni en un sentido ni en otro. Y Facebook Estados Unidos no nos ha contestado tampoco al respecto”, insistió.

El Economista buscó a Facebook México para conocer su posicionamiento sobre la misiva enviada por SonTusDatos, pero la empresa respondió con el mismo posicionamiento emitido por la compañía como reacción al artículo de The Australian. Además se buscó al INAI, a través de su departamento de Comunicación Social, pero hasta la publicación de este artículo no se recibió respuesta

En la comunicación de Facebook enviada a El Economista se hace un hincapié: «Trabajamos para mantener a las personas informadas sobre sus opciones de privacidad desde el momento que crean una cuenta en Facebook. Las personas que utilizan Facebook quieren control sobre el contenido que comparten, entonces construimos nuestros productos para darles exactamente eso. Estamos enfocados en ayudar a las personas a entender cómo utilizar las herramientas que hemos creado para que puedan tomar decisiones informadas y controlar su experiencia en la plataforma.»

Pero el experto en protección de datos personales reviró el posicionamiento de la compañía al asegurar que Facebook no menciona que el control que tiene el usuario se limita a la distribución de sus contenidos a los varios círculos de sus posibles destinatarios: amigos, amigos de amigos, todos los usuarios de Facebook o el público en general (vía la indexación de contenidos en motores de búsqueda).

“Facebook no menciona que no permite a sus usuarios controlar cómo Facebook los categoriza (en múltiples categorías socio-económicas, religiosas, filosóficas, políticas o hasta psicológicas) y cómo vende esas categorizaciones a los anunciantes en México”, dijo.

No es la primera ocasión en que la empresa propiedad de Mark Zuckerberg lleva a cabo prácticas de ingeniería social, técnica que consiste en obtener información confidencial a través de la manipulación de los usuarios en sistemas de información.

Hace cinco años, Facebook realizó un experimento masivo de manipulación de emociones en casi 700,000 usuarios sin su consentimiento. La compañía realizó ajustes en el algoritmo de difusión de noticias para controlar lo que aparecía en los timelines de los usuarios seleccionados. El objetivo era era determinar si se podía dar un «contagio emocional» entre individuos sin necesidad de que interactuaran en persona. Facebook, en cooperación con científicos de las universidades Cornell y California, querían saber si el número de mensajes positivos o negativos que leían los usuarios les influían a la hora de colgar mensajes en su muro. El experimento constató que los usuarios colgaban mensajes positivos o negativos en función de los contenidos a los que habían sido «expuestos».

Cédric Laurant consideró que estos casos y el aviso de privacidad de Facebook viola la ley mexicana de protección de datos: “No provee la información requerida a sus usuarios sobre todas las finalidades para las cuales trata sus datos personales y sobre cómo los ‘venden’ a anunciantes para que puedan consentir en pleno conocimiento al tratamiento de sus datos personales. Esto se vio demostrado múltiples veces, por ejemplo en el año 2014 cuando reveló que había manipulado a casi 700,000 de sus usuarios para evaluar sus reacciones emotivas a noticias en su ‘news feed’”

Fuente: http://eleconomista.com.mx/tecnociencia/2017/05/28/facebook-niega-utilizar-informacion-usuarios-vulnerables-australia

 

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Alemania: Scholars fret about fate of ‘holy grail’ German abbey books

Alemania/Diciembre de 2016/Fuente: Mysa

RESUMEN: Estaba sucia, agobiada y en gran desorden, pero cuando la historiadora del arte Eva Lindqvist Sandgren entró en la biblioteca de la Abadía de Altomuenster, fuera de las monjas del monasterio alemán durante más de cinco siglos, inmediatamente supo que estaba mirando un tesoro importante . Los polvorientos estantes llevaban al menos 500 libros, según su estimación, incluidos los preciosos manuscritos iluminados del siglo XVI, cantos utilizados por la Orden de Bridgettine dirigida exclusivamente por mujeres y procesionales repletos de coloridos ornamentos religiosos y ornamentales en sus márgenes. A diferencia de la mayoría de las bibliotecas de Bridgettine, los tomos habían sobrevivido a la Reforma Protestante, la Guerra de los 30 Años y la «secularización» alemana, cuando el estado tomó la mayoría de las propiedades de la iglesia. Representa la colección más completa de la orden conocida hoy.

It was filthy, cramped and in major disarray, but when art historian Eva Lindqvist Sandgren entered the library in Altomuenster Abbey, off-limits to all but the German monastery’s nuns for more than five centuries, she immediately knew she was looking at a major treasure.

The dusty shelves held at least 500 books, by her estimate, including precious illuminated manuscripts from the 16th century, chants used by the uniquely women-led Bridgettine Order and processionals bursting with colorful religious and ornamental decoration in their margins.

Unlike most Bridgettine libraries, the tomes had survived the Protestant Reformation, the 30 Years War and Germany’s «secularization,» when the state took most church property. It represents the most complete collection of the order known today.

«I had entered a time capsule,» said Lindqvist Sandgren, a senior lecturer at Sweden’s Uppsala University.

Surprised by the spontaneous decision by Altomuenster’s last remaining nun, Sister Apollonia Buchinger, to open the library, 20 scholars including Sandgren made plans to return and meticulously catalog the remarkable collection. But before they could, the Vatican ordered the abbey in the Bavarian town of 7,500 closed and locked up the library, which also contains some 2,300 statues, paintings and other works of art.

If plans go ahead to close it down, all of the abbey’s property — the books, the artworks, the city block-sized abbey, and the acres of forests and fields that make up the monastery grounds would be turned over to the dioceses of Munich and Freising.

Altomuenster is the end of a subway line from Munich, one of Germany’s most expensive cities, and its land alone is thought to be worth tens of millions of euros (dollars) — assets that Sister Apollonia thinks the dioceses are eager to get their hands on.

Since 1496, the former Benedictine abbey in Altomuenster has housed a female religious order founded by Saint Bridget in Sweden in the 14th century. It is one of three monasteries of the original branch of the scholarly, monastic order operating today. But with its numbers in decline, Sister Apollonia now lives there alone. The Vatican requires at least three nuns to train novices to become nuns, prompting the decision to shut the abbey down.

The Franciscan nun the Vatican put in charge of the closure, Sister Gabriele Konrad, says the collections are just being kept safe, but she’s refused to grant the scholars or anyone else access to the books.

«The value of the library is the ensemble, because it’s never been taken apart and probably nobody’s removed a significant number of books — it’s a working library,» said Corine Schlief, an art historian at Arizona State University who visited the library with Sandgren. «If this should be taken apart and divided up between books that collectors would give tens or hundreds of thousands of dollars for and those only of interest to scholars, it would lose a lot of its value.»

Schlief, Sandgren and other academics have written an open letter to the Vatican, Sister Gabriele and the Munich dioceses — which will inherit Altomuenster’s property once it’s closed — urging that the library be kept together and made available to the public and offering to catalog it.

Volker Schier of Arizona State University, another expert, estimated the Altomuenster collection represents around 80 percent of all known Bridgettine books.

Sister Gabriele and the Munich dioceses insist there is no plan to sell the books, and that their experts are perfectly qualified to handle them.

Scholars had known previously there was a library and had been able to ask nuns to bring them specific books to study in common areas of the monastery. But in October 2015, with such a large group of Bridgettine academics visiting, Sister Apollonia decided it made more sense for them to just look for themselves.

After the Vatican, a month later, ordered the monastery closed and Sister Apollonia appealed for more time, the 62-year-old nun with rosy cheeks appealed to the public for support, starting a blog, a Facebook page and a Twitter account to generate interest. She also gave The Associated Press unprecedented access to areas in the labyrinthine monastery previously restricted to nuns.

Sister Apollonia is convinced that, with help from other Bridgettine Orders to bolster her numbers, she can again start training her own novices. She currently has one postulant, a 38-year-old who left a law career last year, but she cannot advance to become a novice without more nuns to train her.

«They say there are too few, but there are some other women who want to join,» Sister Apollonia said, expressing hope that perhaps the Vatican might be reconsidering the order to shut down.

The Vatican office in charge has refused to comment on its plans.

Sister Gabriele says the decline of Altomuenster has been going on for decades and previous attempts to bring in others had failed. Two Bridgettines from Mexico came in 2012, only to return home after two weeks because they were homesick.

Munich-Freising Vicar General Msgr. Peter Beer, Cardinal Reinhard Marx’s deputy in charge of administration, dismissed speculation of any land-and-treasures grab by the dioceses. He said for cultural, social and religious reasons it was the dioceses’ responsibility to preserve monasteries when they close.

«There’s a false impression that we’re taking in riches and gems and gold and everything imaginable — that’s nonsense,» he told the AP at his office in Munich. «We are taking on costs more than anything.»

His office also downplayed the library’s potential value or historical significance, telling the AP it includes «a large number of antiphonaries from the 18th century, most in very used and some in damaged condition,» and that six antiphonaries — books containing religious chants — from the Middle Ages have «already been studied by scholars.»

That’s made the group of scholars who wrote the open letter and others even more suspicious. From the hundreds of photographs they took, they know there’s much more — including an illuminated manuscript from the 1500s in Belgium, which might be expected to fetch 100,000 euros ($105,000) or more if sold to a private collector, said Schier.

Schier noted that even financially insignificant books are historically important. Ledgers, cookbooks and even antiphonaries help tell how the nuns lived over the centuries.

«Altomuenster is the holy grail,» he said.

Beer bristled at the offer of help from the group of scholars.

«You can be assured that we do not need any help from the U.S.A. to understand how to treat cultural assets of significance for Europe. We have a slightly longer history and slightly longer experience,» Beer said.

Referring to the letter from American and European academics, he added, «It’s a little irritating to have things thrown out in public in an open letter without the facts.»

The dioceses plan to digitize all books dating from before 1803 and make them available online for researchers — but Schlief says that’s not enough.

«Digitization is laudable, but it never replaces the books themselves, which now need to be carefully studied and catalogued,» she said.

For her part, Sister Apollonia said if the Vatican decides to give her more time in the monastery, she’d be more than happy to open the library to the scholars again.

«They need to be made available to the public,» Sister Apollonia said. «Maybe we could charge a fee and it could be a source of income.»

Fuente: http://www.mysanantonio.com/news/education/article/Scholars-fret-about-fate-of-holy-grail-German-10818963.php

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La Filosofía y sus facultades

Europa/España/24 de Julio de 2016/Autor: Arturo Leyte/Fuente: El País

Si “todos los hombres aspiran por naturaleza al saber”, como Aristóteles afirma al principio de su Metafísica, presumo que afortunadamente la Filosofía -extraña ciencia- sobrevivirá a su organización académica. Incluso habría que imaginar si fuera de esa organización no tendría mejor vida, si no tan prolífica (por lo mucho que se publica), sí más libre y acertada. Después de todo, la integración de la filosofía en facultades es bastante reciente, por más que hoy parezca su estado natural. De hecho, muchos de nuestra generación no se formaron en una “facultad de Filosofía” sino en una de “Filosofía y Letras” o incluso de “Filosofía, Psicología y Ciencias de la Educación”.

Fuera de la opaca disposición ministerial, desconozco la razón de tales vinculaciones, en el segundo caso quizá más motivada por la aspiración al poder (de la Pedagogía) que al saber (de la Filosofía). Porque, bien pensado, ¿qué tiene que ver la Filosofía con la Psicología, con la Pedagogía o incluso, si vamos al fondo del asunto, con las Letras? Ya que en su momento se volvió necesidad organizar institucional y administrativamente los saberes, ¿no hubiera gozado nuestra extraña ciencia de mejor fortuna en una facultad de “Filosofía y Ciencias”? Seguro que su destino hubiera sido, además de influyente, más abierto y decisivo. Pero no por la falta de importancia de las llamadas “Letras”, sino por su actual declive, ligado a su aparente improductividad frente a una emergencia industrial indisociable de las ciencias que la alimentaban. Definitivamente, la Física (mecánica, atómica) se volvió modelo teórico y metodológico de las llamadas “ciencias duras”, al parecer las únicas relevantes para el sostén de las sociedades complejas.

De hecho, esos saberes comenzaron a llamarse “ciencias”, y a separarse de la Filosofía, porque esta última dejó de tener propiamente un contenido que la ligara a la realidad empírica. Su único reducto exitoso quedó reducido a su condición formal, de ahí su supervivencia en la lógica, la metodología y el análisis del lenguaje. Comienza así el ocaso de la filosofía refugiada en las humanidades, reconvertidas a su vez, en el marco de la nueva sociedad burguesa, en la mera administración de una tradición (histórica, literaria y artística) en el fondo irrelevante fuera de su papel como entretenimiento dentro de la industria cultural.

Fue una pena, ciertamente, que los estudiantes de las nuevas ciencias y tecnologías se volvieran analfabetos filosóficos, porque eso les hurtó una comprensión más adecuada de sus respectivas investigaciones, cualesquiera que fueran. Recíprocamente, mayor pena fue que los estudiantes de Filosofía se quedaran sin conocer ninguna de esas ciencias; es decir, que se quedaran sin saber nada de nada. Pero tampoco hay que escandalizarse por esta doble “pérdida”, en cierto modo inevitable una vez que las ciencias se volvieron autónomas, sin necesitar ya la reflexión que las aupó a su posición de dominio.

Las ciencias se volvieron autónomas, sin necesitar ya la reflexión que las aupó a su posición de dominio

Ninguna decisión administrativa hubiera podido reparar un horizonte que superaba con mucho lo que cualquier plan de estudios hubiera pretendido corregir, incluso bajo sus mejores intenciones: la retirada del saber (ligado a la reflexión) se había hecho inevitable para que pudieran triunfar las ciencias. Pero tampoco nos engañemos respecto a las reivindicadas “bondades” de la Filosofía, pues su señal de identidad más visible, que es el conocimiento “reflexivo”, no hubiera inhibido el camino de la investigación que llevó a desarrollar la bomba atómica ni tampoco frenado la decisión de lanzarla, como tampoco hubiera impedido el establecimiento de regímenes totalitarios.

Definitivamente, el estudio de la Filosofía no nos hace más “buenos” ni tampoco nos “enseña a pensar”, como argumentan de modo mostrenco muchos de sus defensores, a quienes habría que recordarles que difícilmente podría iniciar su estudio alguien que no supiera ya pensar. Ciertamente, la Filosofía no produce esas virtudes, ni su estudio nos hace automáticamente filósofos. Pero entonces, ¿qué nos enseña, si es que nos enseña algo más allá de eso tan difícil de identificar como la reflexión?

Antes de contestar tan decisiva pregunta, puesto que imposible resulta su respuesta, toda vez que quizá ocurra que no nos enseñe nada (la reflexión no es nada, sino la distancia respecto a su objeto de estudio), permítasenos afrontar un asunto más accesible: la vinculación de los estudios de Filosofía a las ciencias habría tenido una ventaja decisiva: que la Filosofía no se enroscara sobre sí misma y sus estudiantes conocieran al menos otros saberes, desde la Física y la Biología a la Lingüística, la Historia o incluso el Arte, y no se volvieran a su vez analfabetos en todo, incluso en Filosofía, pues, ¿cómo se puede estudiar esta última desconociendo los elementos imprescindibles para su puesta en marcha, las lenguas en las que fue escrita y los temas a los que ineludiblemente dedicó su atención? ¿De qué pobreza, en fin, se tiñó la Filosofía cuando se enclaustró en sus “facultades” sin la habilidad (facultad) para entender qué se jugaba de verdad en aquello de lo que ésta habló durante siglos: el espacio, el tiempo, la política, la lengua, la sociedad, la economía, la cosmología?

Pongamos las cosas en su lugar antes de escandalizarnos porque desparezca el título “Facultad de Filosofía”, que no la Filosofía, de una determinada institución como la universidad, algo de lo que ciertamente no me alegro en absoluto, porque sus motivaciones no guardan relación alguna con el fondo del asunto. Pero aunque no podamos alegrarnos, seamos honestos: ¿es ese hoy el verdadero problema de la filosofía o no reside, en cambio, en algo fatal, y mucho más difícil de solucionar por procedimientos administrativos, a saber, que pocos se encuentran dispuestos a “leer” en serio una obra de filosofía porque ni se está dispuesto a invertir sin contrapartida social un larguísimo tiempo en ello ni se está facultado técnicamente para hacerlo? ¿Acaso los estudiantes de Filosofía disponen de los instrumentos imprescindibles para leer esas obras y de los conocimientos para descubrir qué y cómo pensar hoy? ¿Qué propuesta puede proceder de una escolástica vacía que ni siquiera incluye en sus planes de estudio las lenguas en las que se escribió el texto filosófico, aspecto tan decisivo para su interpretación?

El estudio de la Filosofía no nos hace más “buenos” ni tampoco nos “enseña a pensar”, como argumentan de modo mostrenco muchos de sus defensores

Al igual que los estudiantes de Ingeniería, Físicas o Económicas tienen que conocer y dominar las matemáticas correspondientes para construir un puente, reconocer qué pasa en un acelerador de partículas o simplemente hacer la auditoria de una empresa, también los estudiantes de Filosofía, incluso restringidos al mundo de las letras (qué le vamos a hacer, extender la filosofía, al menos en nuestro país, al reino de las ciencias, sería tarea divina), harían muy bien estudiando simultáneamente Filología clásica o moderna, Historia antigua, Historia moderna y contemporánea, Ciencias humanas y sociales, Lógica, pero también, rebelándose así contra el sistema administrativo, estudiando Matemáticas, Geología o cualquier otra ciencia.

Seguramente ahí se encontraría una leve esperanza de salvación, que desde luego tampoco vendrá de la mera reorganización facultativa programada, la cual de seguro no obedece a los argumentos expuestos. Porque la verdadera pregunta que deberían hacerse hoy los profesionales de la filosofía es si, de seguir desconectada de cualquier otro estudio, la filosofía no se perderá definitivamente en esa complacencia narcisista de su propio aislamiento, entendido como una heroicidad, y por ende, en el reconocimiento de sí misma como la “reina de todas las ciencias”, la única que no tiene que rendir cuentas ante nadie. Los que luchamos por la filosofía tampoco deberíamos engañarnos con la falacia de que sin ella el mundo se precipitaría hacia la barbarie, ni con la ilusión de que pueda transformarlo. Quizá deberíamos conformarnos con que su estudio ayudara a interpretarlo, aparentemente resultado menor, pero si cabe de más largo alcance.

Pero que no cunda el pánico: la filosofía sobrevivirá a las condiciones a las que su complejo de inferioridad y, sobre todo, sus defensores la han conducido. Ciertamente el juego ya se juega en otra parte. A ver si adivinamos en cuál.

En todo caso siempre habrá que distinguir entre la “facultad de Filosofía” y las facultades de la filosofía.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/07/22/opinion/1469205378_170990.html

Fuente de la imagen: https://filosofiaprepa.wordpress.com/2009/01/28/los-problemas-filosoficos-y-sus-caracteristicas/

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El propósito de la educación, por Noam Chomsky

 

Noam Chomsky

En el presente micro Noam Chomsky nos conversa sobre varios tópicos de importancia para la educación: Los objetivos de la educación, el impacto de la tecnología en la educación, el costo o inversión de la educación y la evaluación versus la autonomía. De los cuatro aportes realizados por el investigador retomaré en este abre boca de su intervención lo concerniente a lo que Noam considera como los dos objetivos del sistema educativo, para lo cual nos dice que existe una interpretación tradicional de la educación que se remonta a la época de la Ilustración ligado a que la educación es el resultado de la investigación, la creación y la búsqueda del conocimiento de las cosas. En este sentido, el investigador desarrolla sus propios métodos para acercarse a la comprensión y abstracción del mundo que le rodea y, depende de cuánto el individuo logre dominar y a dónde pueda llegar con lo que descubre. El otro objetivo de la educación, según Chomsky, es el adoctrinamiento, el cual invita a aceptar las estructuras ya existentes sin cuestionarlas, por ende, los sistemas educativos se tornan con un mayor control y mayor formación vocacional, provocando una situación que contrapone las ideas provenientes de la Ilustración.

En consecuencia, existen constantes conflictos entre estas dos perspectivas, pues representan dos visiones que apuntan por caminos distintos, el primero, con un énfasis en la investigación creativa y, el segundo, hacia un buen desempeño en exámenes, en lo estandarizado.

Sin embargo, existen estructuras poderosas en la sociedad que prefieren enfocarse que las personas estén adoctrinadas y conformadas, que sean obedientes y que no hagan muchas preguntas, que asuman satisfactoriamente los roles que se les han asignado, y que no hagan tambalear los sistemas de poder y de autoridad.

 

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