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Apagón Pedagógico Global (APG)

Las reformas educativas en clave de resistencias

Una vorágine de mutaciones culturales presiona a los sistemas escolares en el siglo XXI, impulsando su transformación de manera acelerada; lo que permanece invariable, en la inmensa mayoría de lugares del mundo, es el sistema económico, político, social y cultural de explotación del hombre por el hombre.

El cambio educativo suele venir en presentaciones de reformas y en algunos casos de revoluciones. A veces las reformas son lo más revolucionario posible en un momento histórico dado; en otros casos las reformas sólo intentan impedir revoluciones y contradicen la propia esencia etimológica de ‘acción para volver a formar’ reproduciendo las mismas políticas y prácticas que enuncian cambiar.  Muchas reformas son en realidad contrarreformas que procuran eliminar o minimizar el impacto en la acumulación de capital, de importantes conquistas sociales. Dialécticamente hablando, todos estamos de acuerdo en cambiar constantemente, sólo que algunos abiertamente aspiramos que la transformación sea el camino para construir otro mundo posible de solidaridad y justicia social en el cual el ser humano deje de ser considerado un simple consumidor de mercancías.

 

Respecto al cambio educativo actual Unesco (2015) plantea:

 

Vivimos tiempos turbulentos. El mundo está rejuveneciendo y aumentan las aspiraciones a los derechos humanos y la dignidad. Las sociedades están más conectadas que nunca, pero persisten la intolerancia y los conflictos. Han aparecido nuevos centros de poder, pero las desigualdades se han agravado y el planeta está bajo presión. Las posibilidades de un desarrollo sostenible e inclusivo son muy amplias, pero las dificultades son arduas y complejas. El mundo está cambiando: la educación debe cambiar también. (p.3)

 

En el presente, es creciente el interés del capitalismo globalizado por generar una centralización de las reformas educativas a escala mundial que le permita introducir de la manera más homogénea y rápida los cambios educativos que demanda el modelo de producción del siglo XXI. En contraposición, ciudadanos y magisterio entienden cada vez de manera más nítida, la urgencia de construir una agenda internacional alternativa en defensa de la educación pública.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por los países miembros de la ONU en Septiembre de 2015, expresan la tensión actual entre aspiraciones ciudadanas e intereses del gran capital. Los ODS o nueva versión de las llamadas metas del milenio[i], incorporan en esta oportunidad un objetivo específico dedicado a la educación, el cuatro, que contiene diez metas[ii] las cuales exigen ser leídas, valoradas y trabajadas con una clara visión política.

Hasta hace tan solo un par de décadas, el proceso de reformas había construido una imagen-pinza pública de cambios “generados” desde el nivel nacional, los cuales en la medida que fueran progresistas contarían con el respaldo de los organismos internacionales especializados en la agenda educativa. Hoy, se construye una imagen pública para las transformaciones educativas diametralmente opuesta. Las reformas educativas aparecen ahora como resultantes de un consenso mínimo internacional que guiará los procesos de cambio de los sistemas escolares nacionales.

No es una novedad que el centro capitalista le imponga a la periferia la ruta de las adaptaciones que requiere el modelo de producción y sus sistemas de engranaje, en este caso el educativo. La variante en el presente viene dada por el hecho de legitimar ante el público en general, los mecanismos de determinación de la agenda de cambios desde el propio centro de gobernanza global.

Ministerios de Educación Nacionales -o sus equivalentes-  aparecen ahora interpelados a cambiar; ya sea conforme a las orientaciones que dictan los organismos económicos internacionales o, en la dirección convergente que acordaron sus gobiernos a través de los ODS, cuyo monitoreo, supervisión y evaluación –en el último de los casos- está a cargo del sistema de Naciones Unidas.

Al ser los sistemas escolares parte sustantiva de los mecanismos de gobernabilidad de los Estados Nacionales, ello impone dinámicas de alianzas y acuerdos entre perspectivas e intereses comunes a escala planetaria por parte de quienes gobiernan; lo cual debería hallar un correlato entre quienes resistimos. El curso que tomen los cambios educativos en cada lugar dependerá, en gran medida, de la correlación de fuerzas que caracterice al mundo político en un momento histórico dado y de las tensiones existentes entre las clases en esa sociedad.

Pero, ¿cuál es el lugar de enunciación de las reformas educativas? Ante todo es importante destacar el papel de la ex URSS en el triunfo del paradigma de la educación para todos y todas. En 1917 los bolcheviques toman el poder en la Rusia Zarista e inician la revolución socialista en uno de los países más atrasados, económicamente hablando, sin acueductos, electricidad y con muy pocas escuelas. En solo décadas logran concretar una política pública que hasta ese momento parecía ser una utopía a nivel mundial: hacer llegar la educación a todo el territorio de Rusia y la Unión Soviética, es decir lograr la masificación educativa en un país. La educación para todos y todas dejó de ser una aspiración de ilustrados, maestros(as), sectores progresistas y políticos radicales en el mundo, para convertirse en un paradigma emergente de la gestión pública.

Al culminar la Segunda Guerra Mundial creció la esperanza de los pueblos del mundo respecto a las posibilidades de la educación para evitar otra confrontación a gran escala y como camino para mejorar sus sociedades. No es osado señalar que la educación de masas es una conquista del socialismo, independientemente de la degeneración burocrática y liquidacionista de la experiencia soviética desde el periodo post leninista.

Por ello, el surgimiento del paradigma mundial de la educación de masas debemos ubicarlo en el marco de las tensiones propias de la crisis capitalista que llevó a las dos guerras mundiales del siglo XX y la insurgencia de la revolución rusa.

En ese contexto, al finalizar la Segunda Guerra Mundial los sectores capitalistas más conservadores se vieron forzados a aceptar, no sólo la creación de la UNESCO, sino el impulso de la masificación de la educación a escala planetaria.

Con la creación de la ONU se estructuran un conjunto de organismos especializados en las distintas áreas de gobierno e interés político, los cuales fueron delineados a partir de los acuerdos de la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas (1944). En el caso de la educación se asume que la tarea central le corresponde a UNESCO, quien puede establecer alianzas en determinados casos con otras agencias dependientes del sistema de Naciones Unidas e incluso más allá.

Sin embargo, con el desembarco del neoliberalismo educativo en la década de los ochenta del siglo XX, organismos económicos globales como el Banco Mundial (BM) la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros, decidieron fortalecer sus oficinas de educación y asumir un mayor protagonismo en las propuestas, diseños y orientación de las reformas educativas globales. De esa etapa hasta el presente han evolucionado adquiriendo un protagonismo central que amenaza, incluso, la continuidad de convergencia de la agenda educativa en UNESCO.

Es necesario señalar que UNESCO sigue siendo -por carencia de otro espacio mundial similar o parecido-  el lugar privilegiado para expresar las tensiones entre lo económico, lo político, lo pedagógico y lo social; por ello, mantiene su carácter progresivo respecto a las instancias económicas señaladas. El creciente protagonismo en la agenda educativa de los organismos económicos globales amenaza con sustraerle a UNESCO su papel de líder en el sector, dejándole sólo protagonismo en cultura y comunicación.

Hoy en casi todos los sistemas educativos del mundo se habla de calidad de la educación como preocupación central de las reformas y el mecanismo hegemónico que se está utilizando para determinar su curso es el modelo del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o PISA (por sus siglas en inglés). PISA es diseñada y puesta en marcha por la OCDE, convirtiéndose su propuesta en el paradigma de la medición y estandarización educativa a nivel global. La direccionalidad estratégica de la política educativa suele ser decidida por el centro de poder del sistema mundo derivado del acuerdo de Bretton Woods (1944)[iii].

La bitácora de las reformas educativas se inicia en las reuniones del G7 (o G8); su memorándum activa al Fondo Monetario Internacional (FMI) quien delinea la ruta de solución a los “problemas” y transformaciones que requieren los sistemas educativos nacionales para satisfacer las demandas del modelo de producción. Estas recetas generan demandas concretas para los sistemas escolares, vistos como lugares donde se forma la mano de obra especializada y/o calificada que requiere el capital en la coyuntura.

El Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre otros, estructuran y coordinan las políticas económicas y sociales, así como escenarios presupuestarios financieros por regiones y países, para los sistemas educativos a partir de los acuerdos del G7 (ó G8) y el FMI.

Luego, estas decisiones y orientaciones son legitimadas ante el público en general, mediante documentos, discursos, libros, declaraciones, noticias, estudios, que circulan de manera profusa en la organización y desarrollo de Conferencias internacionales, regionales, especiales, sectoriales organizadas según la magnitud de la transformación requerida, en la telaraña de instituciones pertenecientes a:

(1) el sistema de Naciones Unidas (UNESCO, FAO, UNICEF, PNUMA, entre otras);

(2) muchas organizaciones no gubernamentales internacionales y nacionales;

(3) las cada día más influyentes Fundaciones Filantrópicas pertenecientes a grandes magnates industriales y financieros.

 

Los debates, acuerdos y resoluciones que acompañan esta operación son difundidos de manera profusa en formatos de noticias, estudios especializados, artículos de opinión, programas especiales de TV y radio, colecciones bibliográficas, videos, hasta en canciones y películas por parte de la industria cultural. El propósito es construir hegemonía cultural que propicie la cimentación de consenso social, respecto a la inminente necesidad de emprender cambios en una determinada dirección y  sector, en este caso el educativo.

Esta dinámica permea los debates nacionales y construye “viabilidad política” para emprender los cambios: La narrativa de presentación en cada país, solía ser la propia de un clamor de la ciudadanía local, ocultando –en la mayoría de los casos- su lugar de enunciación real, la teleología del cambio propuesto y la dependencia nacional respecto a centros de poder económico mundial. Estas iniciativas que antes se imponían bajo el formato inicial de “Comisiones Nacionales de Currículo” y “Comisiones de Estado para la Reforma Educativa”; hoy suelen presentarse como “Comisiones por la Calidad Educativa” y, la narrativa que las alimenta es la de la estandarización de los aprendizajes.

 

Reformas, contrarreformas y educación publica

Las reformas y contrarreformas educativas se convirtieron en los mecanismos que expresaban las tensiones entre educación para élites y educación para todos y todas. Desde la perspectiva de los intereses del gran capital se procuró hipotecar las reformas educativas a los requerimientos del modo de producción; desde las resistencias al modelo capitalista, las reformas fueron consideradas oportunidades para avanzar en el concepto de educación pública, gratuita, popular y de la calidad incluyente.

Al analizar los procesos de reformas educativas generadas desde el surgimiento del Sistema de Naciones Unidas podemos identificar tres grandes ciclos, un número similar de operaciones de control de destino y cinco modas.

El primer ciclo fue el de la masificación de la educación. Éste aparece vinculado a la reestructuración del mundo capitalista post segunda guerra mundial; el cual demandaba mano de obra más especializada, burocracia gubernamental capaz de absorber y comunicar los nuevos códigos de gobernanza mundial y, la generación de una inmigración masiva de sectores de la población del campo a la ciudad en los países de la periferia capitalista que posibilitara la industrialización de la agricultura.

El segundo ciclo, es el de las reformas educativas neoliberales que se inicia en los ochenta con la crisis de las deudas externas, la revolución de las Tecnologías de la Comunicación y de la Información y, la reestructuración económica global. El propósito de este ciclo es la promoción de la privatización y la mercantilización educativa como mecanismos para liberar al sector público de la “carga” presupuestaria que implicaba la educación pública.

El tercer ciclo, se inicia a finales de los noventa e inicios del siglo XXI; siendo éste el ciclo el de la estandarización de la evaluación de docentes y estudiantes, la expansión acelerada de la mercantilización, la virtualización de la educación y del Apagón Pedagógico Global (APG).

En este ciclo se concreta el abandono de la agenda de la educación superior o universitaria por buena parte de los organismos educativos internacionales, dejando a merced del mercado y los rankings universitarios el destino del sector. UNESCO, por ejemplo, una vez culminada la primera Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES, 1998) paradójicamente cierra su dirección de educación superior.

Por otra parte, en las últimas décadas se distinguen tres grandes operaciones de control de destino caracterizadas por: (a) la creciente centralización internacional de la agenda de reformas de los sistemas escolares nacionales, (b) la homogenización de las narrativas ciudadanas y gubernamentales respecto a la educación y, (c) la determinación del uso de los recursos del PIB y el presupuesto público en educación a través de la imposición de las llamadas “tendencias” del cambio.

En el primero de los casos se logra construir una lógica mediante la cual las Conferencias Mundiales, Regionales y/ o  Sectoriales constituyen el espacio privilegiado para consensuar las rutas marco de las reformas educativas nacionales. En ese sentido se oculta el papel de la economía en la orientación estratégica de las reformas, dotando a algunos organismos internacionales del sector educación con una especie de aureola de “neutralidad” que les faculta para elaborar documentos base, permeados por la agenda económica en educación, los cuales son presentados con el lenguaje propio de los educadores y el sector educativo.

En el segundo, se logra construir un sentido común de lo educativo que tiene como rango distintivo “despolitizar” el debate en el sector. La despolitización procura ocultar la dependencia de los sistemas educativos respecto a las agendas de dominación política global. Si éstas se ocultan resulta más limitadas las posibilidades de que emerjan propuestas alternativas al modelo hegemónico de dominación, de neo colonización cultural y –como lo alerta Henry Giroux- de conformación de zombis políticos como sustitutos de la ciudadanía crítica. Un indicador claro de ello, son las dinámicas mediante las cuales los sistemas escolares fueron abandonando -progresiva y aceleradamente- –   las finalidades, tareas y estrategias vinculadas al pleno desarrollo de la personalidad que les caracterizó a sus inicios.

En el tercero, se logra consensuar la determinación de un monto mínimo del PIB (6%) y del presupuesto público (20%) para el sector de educación. Detengámonos brevemente en este último aspecto. Esta conquista de carácter progresivo, que sintetizaba una aspiración histórica del magisterio y sus organizaciones sindicales para garantizar el funcionamiento de robustos sistemas escolares nacionales y la ampliación de la cobertura de la educación pública, comenzó a ser vista como una importante porción del presupuesto público por parte de las grandes transnacionales del sector y para los empresarios locales.

Cada vez más economistas, administradores, especialistas en informática, comienzan a ocupar los cargos de Ministros de Educación o sus equivalentes; en muchos casos ya ni los viceministros del sector son educadores, ni tienen experiencias mínimas de aula en los sistemas escolares.

El Foro Mundial de Educación realizado en Incheon, Corea (2015)   -donde se consensuaron las metas y el Marco de Acción 2030 para el sector-   contó con la casi nula presencia de docentes en comparación con el protagonismo de los directores de los organismos económicos globales, los representantes de la filantropía empresarial y grandes transnacionales del sector educativo[iv]. En este sentido, el logro más importante de este Foro que fue consensuar un monto mínimo del PIB y del presupuesto para alcanzar metas en EPT 2030, resultó ser un escenario privilegiado para allanarle el camino a las grandes transnacionales del sector tecnológico y de la medición estandarizada, quienes entienden el 6% PIB y el 20% del presupuesto público educativo, como un mercado global a disputar.

Hoy buena parte de este monto –del PIB y el presupuesto público en educación-  está siendo invertido en la compra de chatarra tecnológica de rápida obsolescencia, el cual va a parar a las finanzas de las grandes trasnacionales informáticas. Otra porción es destinada a la aplicación de las pruebas estandarizadas (PISA y Ranking universitario, como ejemplos) cuyos resultados vienen prediseñados con orientaciones  para las políticas públicas educativas. Crecientes montos del presupuesto educativo se destinan en compras de materiales bibliográficos a los grandes consorcios editoriales, así como a las corporaciones de alimentos que invaden el mercado de las llamadas políticas compensatorias y los programa sociales que se viabilizan a través de la educación. Finalmente, otra porción importante del PIB y el Presupuesto Público del sector se utiliza en infraestructura y actualización de las condiciones de planta física para albergar plataformas tecnológicas. Todo en nombre del necesario cambio educativo.

Paradójicamente, en momentos en los cuales se logra acordar un piso mínimo de inversión en educación, se genera una desinversión en salarios y condiciones de trabajo de los docentes y, en requerimientos que emanen de la determinación de necesidades, prioridades y aspiraciones desde las propias escuelas.

Analizados los ciclos y las operaciones de control a distancia, veamos ahora el último de los elementos: las modas educativas.  Ellas se convierten en elemento discursivo central sobre el cuál gravitan las reformas educativas en cada uno de los ciclos y operaciones de control.

 

Las modas educativas que fragmentan la pedagogía

El fragmento es la herramienta ontológica y epistemológica predilecta del capitalismo para imponer su dominio. Por su parte el análisis de la realidad como totalidad y la dialéctica entre lo global y lo local, emergen como antítesis de ese proceso epistémico de dominación. Por caminos distintos a los de otros campos profesionales, la pedagogía se auto constituyó en la ciencia o la convergencia de ciencias que estudian al ser humano en su proceso de aprendizaje no limitándose a lo cognitivo, sino relacionando la organización escolar con la realidad histórica, política, económica y social concreta.

Esta comprensión de la relación entre el todo y las partes, dota a la pedagogía de perspectivas políticas no siempre compatibles con el sistema. Por ello, se inicia un proceso inducido desde esferas económicas, tanto en el magisterio como en las políticas públicas, de ruptura con la posibilidad de interpretación holística de la realidad. Las modas y “novedades discursivas acompañan y hacen “creíbles” para el público en general, las contrarreformas educativas que debilitan los avances progresistas precedentes.

Desde los años cincuenta del siglo XX las reformas dejan de hablar de las pedagogías, sustituyéndolas en distintos momentos por alguno de sus componentes como epicentro de la actividad de cambio educativo. Se habla de la importancia de trabajar un determinado fragmento de la pedagogía y se desacredita el potencial del conjunto de ellos actuando en la cotidianidad educativa. No desconozco con ello que detrás de cualquier enfoque pedagógico subyace una ontología y una epistemología política que condiciona su teleología. Lo que pretendo subrayar es el desarrollo de contrarreformas educativas que se fundamentan en modas educativas para romper cualquier posibilidad de interpretación de la realidad como totalidad.

Primero fue la moda de las didácticas (´50s), seguida de la moda de la formación de directores, supervisores y planificadores (´60s), posteriormente las modas del gerencialismo y la evaluación cualitativa (´70s). En la década de los ochenta del siglo pasado desembarca la moda educativa de más larga duración, la del currículo, la cual se instaló en los sistemas escolares durando casi treinta años, además con concepciones curriculares separatistas de las políticas y prácticas pedagógicas.

En cada una de estas modas se nos dijo que el fragmento era el epicentro de la actividad pedagógica y el elemento más importante para las reformas educativas. El común identificador de las modas educativas lo constituye, la concepción nomotética del ser humano, la invisibilización de la tríada contexto-docente-estudiante en interacción, y especialmente, la ruptura con la interpretación de la relación entre lo general y lo particular, del todo con las partes, de lo escolar con el contexto, es decir de la totalidad con lo cotidiano del hecho educativo.

Esta dinámica logró permear la estructura y el diseño organizacional de muchos Ministerios de Educación, los cuales cuentan, con direcciones de planificación, currículo, evaluación, supervisión, entre otros, pero no cuentan con una instancia organizacional que las integre; peor aún aparecen separadas administrativamente en vice ministerios distintos que no se articulan entre sí. El objetivo de romper con la mirada integral e integradora del hecho educativo fue realizado mediante la imposición de modas a partir de fragmentos de la pedagogía.

La moda más reciente es la de la evaluación de los sistemas educativos (dos primeras décadas del siglo XXI) con dos aristas centrales: la del rendimiento de los aprendizajes; limitándolo a cuatro áreas (lectura y escritura, matemáticas, tecnología y nociones de ciencia) y, de los docentes (uso del tiempo escolar, rendimiento estudiantil, mecanización de la carrera docente). En el caso de la educación superior se impone el modelo de los rankings. Se pretende ahora  decir que lo importante son los resultados de estas evaluaciones y clasificaciones.

A tal punto han logrado construir hegemonía para sus propósitos que buena parte de las reformas y/o contrarreformas educativas que vienen generándose gravitan y son determinadas por los resultados de las pruebas PISA/OCDE y los rankings universitarios surgidos del tejido de sistemas estadísticos internacionales promovidos por el Banco Mundial y la OCDE.

Paralelo a las modas educativas, y con el propósito de destruir cualquier resistencia a la regresión educativa en marcha, se ha generado una renovada ofensiva contra el magisterio y la idea de planteles escolares. Estos mecanismos buscan socavar y destruir el espacio de la educación pública. Veamos las expresiones de cada una de ellas.

 

La docencia una profesión en riesgo de desaparición

La dominación y las resistencias son procesos objetivos y subjetivos, que se expresan en la realidad social, en este caso educativa. Los docentes somos actores/autores fundamentales en la construcción de ciudadanía no domesticada, interpretación científica del mundo, el aprender a aprender y el desarrollo del pensamiento crítico. Si se indaga con meridiana precisión, encontraremos que detrás de cada proyecto emancipatorio colectivo ha sido notoria la presencia de docentes, quienes coadyuvaron a abrir -desde las ideas y el ejemplo de sus posiciones- el camino. Por ello, el capitalismo desprecia tanto a los docentes.

El capitalismo ha querido arrebatar hasta la identidad a quiénes ejercen la docencia. Los apologistas del capitalismo han señalando, en distintos momentos y regiones –incluso desde paradigmas aparentemente progresistas-  que, por ejemplo, no es correcto llamarse maestro o profesor. Esta línea discursiva se complementa con la que señala que “cualquiera puede dar clase y no se requiere mayor formación profesional que aquella propia de la transferencia de conocimientos” –como si la docencia y la pedagogía fueran simples tecnologías de enseñanza de contenidos-  o que “la docencia es una seudo profesión de paso, es decir, para ejercerla mientras se alcanza el dominio de otra profesión de larga duración”.

Lo que está ocurriendo en muchos países donde se presentan las contrarreformas neoliberales de nueva generación (siglo XXI), no es otra cosa que un gigantesco ensayo del gran capital para aplicar la más feroz involución educativa en el plano de la educación pública con un capítulo especial en la eliminación de la profesión que lo ha caracterizado: la docencia. Si logran imponerlo en algunos países procurarán generalizarlos como nuevo modelo para América Latina y el Mundo.

Estas contrarreformas en marcha en distintas latitudes del planeta, son para el capitalismo en educación del presente, lo que en los noventa fue la Chile de Pinochet. El centro de las reformas neoliberales de nueva generación apuntan a la destrucción de la profesión docente atacando:

(a) El prestigio, la tradición y el reconocimiento social de los centros de formación profesional, especialmente aquellas caracterizadas por su perfil crítico como las normales y muchos institutos pedagógicos;

(b) la estabilidad laboral, que en las décadas precedentes había logrado un estatus singular en buena parte de las legislaciones nacionales; el Caballo de Troya que utilizan para ello son las evaluaciones docentes, la imposición de nuevos modelos de sistemas de ingreso y ascenso, el horizonte difuso de los sistemas de jubilaciones y pensiones docentes, muchos de ellos generados en la frontera de lo extra jurídico.

Paralelo a ello, en muchos lugares se está procediendo a la creación de un “ejército de reserva docente” que trabajaría por periodos cortos de 1 a 6 años, para lo cual son preparados mediante modelos Fast Track de enseñanza de técnicas básicas de transferencia de conocimiento. Finalmente, mediante el impulso de modelos de virtualización educativa.

Si no son necesarios docentes, no existe razón en las políticas públicas para financiar o poner en marcha normales o universidades pedagógicas. Para su progresiva sustitución se diseñan programas de formación docente inicial y de formación permanente de los docentes en servicio, paralelos o independientes a los que se realizan en las normales o universidades pedagógicas en la Región.

Los administradores de los sistemas educativos nacionales comienzan a aplicar el modelo norteamericano de formación docente Fast Track,  cuyo rasgo más distintivo es la sustitución de lo pedagógico por tecnología de la enseñanza administrados por ahora en la mayoría de los casos, por y desde los Ministerios de Educación Nacional o sus equivalentes, pero que seguramente serán privatizados en el corto plazo;

(c) a las organizaciones sindicales autónomas del magisterio. Para ello coaptan, condicionan o desprestigian a las direcciones sindicales más patronales, persiguen  a las más combativas y colocan nuevos mecanismos y obstáculos para limitar la sindicalización y las posibilidades de procesar cotizaciones sindicales. Sindicatos débiles o sumisos no serán herramientas eficaces del magisterio para resistir;

(d) el concepto de lo público, abriendo paso a la idea de mercado educativo. La profundización de las iniciativas de mercantilización y privatización educativa son crecientes, en las cuales el docente es un simple asalariado condenado a trabajar un fragmento de la mercancía educativa, objetivada en títulos.

El propósito de cada una de estas iniciativas no es otro que poder mostrar que se pueden administrar y llevar adelante sistemas educativos sin maestros(as), sin profesoras(as) y sin la profesión docente. Pero la ofensiva de las contrarreformas de nueva generación no se detiene allí. El nuevo espacio de desmantelamiento de la educación pública es el plantel y el aula como lugares de encuentro y construcción del imaginario colectivo de los sistemas escolares masificados.

 

Plantel educativo o pantalla virtual: la tecnología acecha a la escuela

Si la prospectiva planificadora de los sistemas educativos, desde la lógica capitalista, ya no requiere normales ni universidades pedagógicas porque la docencia deja de ser una profesión, el capítulo siguiente de la contrarreforma neoliberal será la destrucción del plantel escolar como espacio educativo socialmente construido para la enseñanza-aprendizaje durante los siglos XIX y XX.

La virtualización juega un papel especial en esta tarea. Un dato ilustra esta tendencia, durante el año 2014 desde el Banco interamericano de Desarrollo (BID) se promovió el modelo de enseñanza de “pirámide invertida” que en esencia y síntesis planteaba que dada la proliferación de computadores caseros y portátiles, los teléfonos celulares inteligentes y las tabletas electrónicas, así como la expansión de la internet y el wifi, estaba llegando el momento de desarrollar un modelo de aprendizaje “casero” basado en videos masivos y uniformes de enseñanza, en el cual la escuela se convierta fundamentalmente en un espacio de evaluación.

Evidentemente, ello se alimenta de la tendencia a sustituir inversión en infraestructura escolar por servicios tecnológicos  -hardware y software- para mantener la expansión económica de la industria de las tecnologías de la comunicación y la información a escala global.  La disputa por las partes del PIB y el presupuesto público en educación es cada vez más feroz y como en los demás campos confronta al capital nacional con el trasnacional.

 

Apagón Pedagógico Global (APG)

Todos los procesos descritos anteriormente nos han permitido señalar, desde hace ya varios años, el riesgo cierto, que en el marco de las transformaciones del capitalismo mundial del siglo XXI se genere un Apagón Pedagógico Global (APG). En la carta que el 9 de julio de 2015 doscientos treinta y seis educadores e investigadores educativos de todo el mundo le entregáramos a la señora Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, así lo alertamos. Esta tendencia a generar un APG se expresa en:

(a) la fragmentación de la pedagogía, en el impulso de modas temporales de algunos de sus componentes (didácticas, planeación, gerencialismo, evaluación, currículo, sistemas de evaluación escolar) que terminan generando una despedagogización de la educación y especialmente de la escolaridad;

(b) una desvaloración institucional y social de la profesión docente que conlleva a impulsar la idea que cualquier titulado puede ejercer la docencia, rompiéndose la noción de profesionalidad en el sector y de carrera docente e, incluso cuestionando la existencia de normales y universidades que forman docentes;

(c) un creciente discurso de desvaloración de la escuela, del centro educativo, con alternativas que golpean la noción de educación pública, como lo son la virtualización, la educación en casa o el concepto de espacios de aprendizajes como sustitutos permanentes de plantel y aula;

(d) la evaluación de aprendizajes en dos áreas cognitivas (pensamiento lógico matemático / lectura y escritura), una informativa (conocimiento sobre ciencias) y una instrumental (uso de tecnología) creando la noción que el resto de los aprendizajes son de segundo orden. Todo aquello que apunte al desarrollo integral del ser, individual y social, y la construcción de ciudadanía pasa a ser accesorio y prescindible. La estandarización de los criterios y valores de estas cuatro áreas de aprendizajes se presentan como equivalentes a la calidad educativa como aspiración ciudadana colectiva.

No es osado ni delirante plantear que de continuar esta tendencia al APG capitalista en educación, en las próximas décadas podría desaparecer la escuela y la escolaridad como las hemos conocido en los últimos siglos. El sustituto de los sistemas educativos pareciera ser una especie de apartheid educacional que llevaría la exclusión educativa a un nivel inimaginable en el presente, conduciendo a la humanidad a una barbarie civilizacional sin precedentes.

El giro economicista de las contrarreformas educativas que se está imponiendo de manera abierta y sin medias tintas, obliga a abrir un debate mundial respecto a su impacto en el corto y mediano plazo.

No es tiempo de lecturas románticas o aparentemente “despolitizadas”. Ni las reformas educativas ni los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son neutros y los resultados de su implementación dependerán en buena medida de la orientación política que alcance la sociedad mundial en el corto y mediano plazo..

Lo que está en juego, es el futuro de la educación pública de masas en el mundo. Es tiempo de revisar, analizar y proyectar el papel de las resistencias en la actual coyuntura de las reformas y contrarreformas educativas a escala global. Las reformas educativas que no se piensan, diseñan y aplican democráticamente con los y las docentes, terminan en dominación y conflictos para las sociedades.

Quizá sea tiempo de soñar con una organización de los educadores a nivel mundial que no esté atrapada por las lógicas de los partidos del status quo mundial ni por las trasnacionales económicas; es tiempo de pensarnos desde el protagonismo central de los docentes de aula. Las resistencias son la única garantía de una educación pública para todos y todas como camino para construir juntos otro mundo posible.

 

Lista de referencias y trabajo recientes vinculados

Bonilla-Molina, L. (2015). Calidad de la educación: Ideas para seguir transformando la educación. Ediciones CIM. Caracas Venezuela.

Bonilla-Molina, L (2016). Educación en la agenda para la elección del nuevo(a) Secretario (a) General de Naciones Unidas. Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/ archivos/99542

Bonilla-Molina, L. (2016). No dejemos solos a las maestras y maestros(as). (Carta a los candidatos a la secretaría general de la ONU). Disponible en http://questiondigital.com/?p=34137

Bonilla-Molina, L. (2016). La universidad Latinoamericana ¿Tiene falla de origen?  Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/101099

Bonilla-Molina, L. (2016). Universidad, apertura, cierre de carreras y programas de formación. Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/108540

Giroux, Henry (2011). Zombie Politics and Culture in the Age of Casino Capitalism. Series: Popular Culture and Everyday Life – Volume 23- EEUU.

ONU (2016). Objetivos de Desarrollo Sostenible. Disponible en: http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education

UNESCO (2015). Replantear la educación: ¿Hacia el bien común mundial? Ediciones Unesco. París. Francia.               Disponible en http://unesdoc.unesco.org/images/ 0023/002326/232697s.pdf

UNESCO  (2016). Unesco Science Report: Towards 2030.  Ediciones Unesco. Paris Francia.  Disponible en http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002354/235406e.pdf

[i] Su análisis específico escapa a los propósitos y límites de extensión de este trabajo por lo que lo desarrollaré en otro artículo.

[ii] Ver las metas en  http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/

[iii] La Conferencia de Bretton Woods deliberó en Julio de 1944 sentando las bases del sistema monetario, financiero y de gobernabilidad que rige al capitalismo mundial desde ese momento.

[iv] Esto generó una firme carta de rechazo de centenares de educación en el mundo, la cual me correspondió consignar el 9 de julio de 2015 ante la Directora General de la UNESCO y actual candidata a la Secretaria General de la ONU Dra. Irina Bokova.  Pueden leer y firmar la carta en la siguiente dirección electrónica https://www.change.org/p/maestros(as)-as-profesoras-es-investigadores-as-en-educacion-estudiantes-familias-organizaciones-del-magisterio-centros-de-investigacion-educativa-organizaciones-y-movimientos-soci-si-compartes-el-contenido-por-favor-expresa-tu-adhesion

 

Publicado originalmente en la Revista Viento Sur N° 147

 

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China: MOE announces plans to have military instructors exit schools

Asia/China/13 de Agosto de 2016/Autor: Jill Huang/Fuente: The China Post

RESUMEN: El Ministerio de Educación (ME) anunció el martes un plan para eliminar los instructores militares en las escuelas secundarias superiores y universidades locales antes de finales de agosto. En 2013, el Yuan Legislativo aprobó la decisión de retirar todos los instructores militares de las escuelas y pidió al Ministerio de Educación dar cuenta de la meta para el año 2021. «Todavía hay aproximadamente 3.500 instructores militares que sirven en las escuelas incluyendo 2.600 en las escuelas secundarias de segundo ciclo y 900 en las universidades», dijo el Ministerio de Educación Viceministro Tsai Ching-hua. Tsai dijo  que los instructores militares serían reemplazados por agentes de seguridad escolar. Tales agentes serían responsables de tareas que incluyen la comunicación con otras organizaciones y escuelas, y tomarán turnos para patrullar las escuelas. «MOE hará un esfuerzo para tener en cuenta las diferentes necesidades de las escuelas secundarias y universidades y decidir sobre el número apropiado de agentes de seguridad escolares requeridos en cada escuela», agregó Tsai.  En defensa de instructores militares que aún no están calificados para la jubilación, el Ministerio de Educación ha propuesto medidas complementarias para ayudarles a tomar las transiciones de carrera. Según los medios locales, destinos alternativos pueden incluir el trabajo en el Ministerio de Defensa Nacional, recibiendo entrenamiento para convertirse en maestros de defensa nacional, o servir como «instructores de educación aventura», como propone el Consejo de Asuntos de Veteranos.

The Ministry of Education (MOE) announced Tuesday a plan to phase out military instructors at local senior high schools and universities before the end of August. In 2013, the Legislative Yuan approved the decision to withdraw all military instructors from schools and requested the Education Ministry realize the goal by 2021.

«There are still approximately 3,500 military instructors serving on campuses, including 2,600 in senior high schools and 900 in universities,» said MOE Deputy Minister Tsai Ching-hua (蔡清華).

Tsai said military instructors would be replaced by school security officers. Such officers would be responsible for tasks including communication with other organizations and schools, and will take shifts to patrol the schools. «MOE will make an effort to consider the different needs of senior high schools and universities and decide on the proper number of school security officers required at each campus,» added Tsai.

Head of the ministry’s Department of Student Affairs and Special Education Liu Chung-cheng (劉仲成) pointed out that 14 universities do not have any military instructors. Among them, nine schools established after 2006 were new or religious institutions, which did not appoint military instructors. Former Education Minister Tu Cheng-sheng (杜正勝) was a strong advocate of the removal of military instructors and pushed a policy stipulating that no more military instructors would be recruited.

However, former President Ma Ying-jeou slowed down the phasing-out process.

Ma advocated for military instructors to stay on campus to ensure student safety, and stressed military instructors are in the process of transitioning to functions such as campus security and counseling, according to local media. In defense of military instructors who are not yet qualified for retirement, the Education Ministry proposed complementary measures to help them make career transitions.

According to local media, alternate destinations may include working within the Ministry of National Defense (國防部), receiving training to become national defense teachers, or serving as «adventure education instructors,» as proposed by the Veterans Affairs Council (退輔會).

Fuente: http://www.chinapost.com.tw/taiwan/national/national-news/2016/08/13/475353/MOE-announces.htm

Fuente de la imagen: http://www.taringa.net/post/ciencia-educacion/19011617/China-y-su-educacion.html

 

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Politicizing education damaging to Ghana

Africa/Ghana/12 de Agosto de 2016/Fuente: Ghana web

RESUMEN: La politización de la estructura del sistema educativo de Ghana ha perjudicado la educación secundaria. El  Prof. Yankah sostiene la opinión de que la extensión de corta duración de la educación secundaria a cuatro años era un paso positivo, pero en última instancia, la conveniencia política vio una reversión al sistema de tres a expensas de una educación de calidad. «Creo que las estadísticas muestran. Mi análisis de las tendencias de 2006 a 2015 y ahora 2016 muestran claramente «que el sistema de cuatro años era mejor que las actuales tres años. «Es claro que los tres años no está funcionando ‘  El nuevo sistema, sin embargo duró tres años académicos cuando el Congreso Nacional Democrático (NDC) asumió el poder en 2009 y volvió al sistema de tres años del cual el profesor  Yankah considera apresurado y poco aconsejable. Se está haciendo daño a nuestros hijos, se está perjudicando a los padres, se está perjudicando la industria, y se está perjudicando al país «.

The politicization of the structure of Ghana’s educational system has handicapped secondary education, the Central University President, Professor Kwesi Yankah has lamented.

Prof. Yankah holds the view that the short-lived extension of secondary education to four years was a positive step but political expediency ultimately saw a reversion to the three system at the expense of quality education.

“I think the statistics show. My analysis of the trends from 2006 to 2015 and now 2016 clearly show” that the four-year system was better than the current three years, he asserted on the Citi Breakfast Show.

‘It is clear the three years is not working’

Former President John Kufuor’s New Patriotic Party (NPP) administration started the 4-year Senior High School programme in 2007 based on research.
The new system however lasted three academic years as the National Democratic Congress (NDC) assumed power in 2009 and reverted to the three year system which Prof. Yankah maintains was rushed and ill advised.

“In 2009, even without examining the outcomes of the four year project which had been introduce by the Kufuor regime, even without analysing it, or even without allowing it run its full course from year one, two, three, four – examining the results and determining if it was something productive or otherwise, they [the NDC government] just decided; let’s truncate it and restore the three year project.”

“So that is where the politics then comes in and now political again when it is so clear that the three years is not working. It is hurting our children, it is hurting parents, it is hurting industry, and it is hurting the country.”

NDC unwilling to admit mistake

Politics is also keeping the NDC government from admitting a mistake was made by reverting back to the three year system, according to Prof. Yankah.

“In spite of all this, nobody is stepping forward to say maybe we made a mistake, maybe we should listen to what Kufuor was saying. But if you mention Kufuor, it is politics. If you mention the policy that NPP introduced and that it was working and that what has turned out to be superior, that was political and that hurts. That is the problem with this country.”

The 2016 WASSCE

The quality of the country’s secondary education is a perennial hot topic when WASSCE results are released.

A breakdown of the 2016 WASSCE results reiterated the educational system’s struggle with Mathematics and the Sciences.

WASSCE-WAEC-May-June-2015-Results-Out-2

A total of 274,262 candidates participated in the 2016 exams and according to WAEC, a total of 125,065 students obtained A1 to C6 in English Language, which is 53.19%, 59,725 (25.40%) obtained D7-E8 whilst 46,595 (19.82%) had F9.

For Mathematics, 77,108 (32.83%) obtained A1-C6; 65,007 (27.68%) obtained D7-E8 whilst 89,477 (38.10%) had F9.

About 113,933 students obtained A1-C6 in Integrated Science which is 48.48%, 75,938 (32.32%) obtained D7-E8 whilst 42,519 (18.09%) had F9.

Fuente: http://www.ghanaweb.com/GhanaHomePage/NewsArchive/Politicizing-education-damaging-to-Ghana-Prof-Yankah-461949

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Estados Unidos: New York State Test Scores Inspire Conflicting Interpretatio

América del Norte/Estados Unidos/12 de Agosto de 2016/Autora: Elizabeth Harris/Fuente: The New York Times

RESUMEN: Cuando el Departamento de Educación del Estado de Nueva York anunció puntuaciones de la semana pasada de las pruebas estandarizadas de este año, se llevó con la buena noticia – casi el 38 por ciento de los estudiantes del estado eran competentes en Inglés y alrededor del 39 por ciento eran competentes en matemáticas, a partir de los resultados del año anterior. Pero también advirtió que los resultados no pudieron ser comparados con los resultados anteriores «manzanas con manzanas», debido a los cambios en la forma en que las pruebas fueron escritas. Casi inmediatamente, en lo que se ha convertido en un ritual anual, políticos, educadores y defensores de todo tipo educativo han  interpretado los resultados de manera contradictoria. En una conferencia de prensa el lunes, el alcalde Bill de Blasio, con el canciller de Educación de la ciudad de Nueva York, Carmen Fariña, sonriendo a su lado,  celebró el hecho de la tasa de competencia de la ciudad en la prueba de Inglés, dada a tercero a octavo grado es, por primera vez, en el 38 por ciento de los examinados. (Índice de competencia de la ciudad en matemáticas estuvo por detrás del estado de por cerca de tres puntos porcentuales.)

When the New York State Education Department announced scores last week from this year’s standardized tests, it led with the good news — nearly 38 percent of students statewide were proficient in English and about 39 percent were proficient in math, up from the previous year’s results. But it also warned that the scores could not be compared with previous results “apples to apples,” because of changes in the way the tests were written and given.

Almost immediately, in what has become an annual ritual, politicians, educators and advocates of every educational stripe popped up to interpret the results in myriad contradictory ways. And they did not let any asterisks get in the way.

In a news conference on Monday, Mayor Bill de Blasio, with the New York City schools chancellor, Carmen Fariña, beaming by his side, celebrated the fact that the city’s proficiency rate on the English test, given to third through eighth graders, matched the state’s for the first time, at 38 percent of test-takers. (The city’s proficiency rate in math lagged behind the state’s by about three percentage points.) Mr. de Blasio also happily noted the increase in English scores in “every single one of our 32 local districts.”

Although the tests were shorter and given without a time limit — which the state education commissioner, MaryEllen Elia, repeatedly pointed out while presenting the results — Mr. de Blasio said that the changes actually made the exams a more accurate measure of what students had learned.

“We think the previous test focused on endurance, if you will,” he said. “This test, because they changed the structure of the test, allowed a cleaner, better look at how the child is actually doing.”

Families for Excellent Schools, a charter school advocacy group that makes a habit of vigorously criticizing Mr. de Blasio, also ignored Ms. Elia’s caveat and went a step further, crediting gains at charter schools with lifting the city’s scores.

Not quite. While the city’s charter schools as a group did outperform traditional public schools, the charter school scores were not used to calculate the city’s proficiency levels; they were broken out separately.

Asked about that discrepancy, Jeremiah Kittredge, chief executive of Families for Excellent Schools, said in an email on Friday, “Any way you look at the data, charter schools outpaced district schools in nearly all categories of achievement and are leading the way in public education in this city.”

Others weighed in from different corners of the educational world. The gains were a victory for the Common Core, said High Achievement New York, a group supporting those controversial national standards.

No, they were unreliable, because the state had manipulated the underlying data to have more children pass, said some groups opposed to the tests, led by Leonie Haimson of Class Size Matters.

Emily DeSantis, a spokeswoman for the State Education Department, called Ms. Haimson’s analysis “flawed, irresponsible and misleading.”

Then there was the matter of the children who had not taken the tests at all and what the results said about the strength of the opt-out movement. In 2016, 22 percent of eligible students did not take the tests, but the state said that only 21 percent formally refused to sit for the exams. The rest did not take them for other reasons. The state had not made that distinction in previous years.

The department described the opt-out numbers as essentially flat compared with the previous year, when 20 percent of children did not sit for the exams. But opt-out activists objected.

“Half-a-percentage proficiency gain on math is popping the champagne,” said Lisa Rudley, a founding member of New York State Allies for Public Education, an opt out-group. “But two percentage points is flat!”

Fuente: http://www.nytimes.com/2016/08/06/nyregion/new-york-state-test-scores-inspire-conflicting-interpretations.html?_r=0

Fuente de la imagen: http://www.top10de.com/los-10-paises-con-mejor-educacion-en-el-mundo/

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México: Educación municipal ya cuenta con proyectos para inicio del ciclo escolar

América del Norte/México/12 de Agosto de 2016/Fuente: Express

La dirección de Educación Municipal tiene lista la carpeta de proyectos y programas que implementará en los diferentes centros educativos en el ciclo escolar que está por iniciar, informó Juan Antonio Alvarado Martínez, titular del área.
Destacó que cuenta con un proyecto con el Tecnológico Regional con la finalidad de fomentar los valores entre la comunidad estudiantil.
De igual forma, se contempla la implementación de un proyecto ecológico que se pondrá en marcha como programa piloto en 100 instituciones educativas.
El funcionario destacó que también arrancará una nueva etapa del programa “Hacia una sana convivencia escolar” (HASACOES)  que tiene el objetivo de trabajar de manera preventiva en la erradicación de prácticas que impactan de forma negativa a los estudiantes como el bullying. Este programa se implementará en nivel secundaria.
Indicó que con cada una de las actividades programadas para el próximo ciclo escolar se pretende mejorar el nivel en la calidad educativa, además de involucrar a los Consejos de participación Ciudadana, padres de familia, maestros y estudiantes.
Finalmente, resaltó que es prioridad de la administración municipal encabezada por el alcalde Gilberto Hernández Villafuerte el apoyo a la educación en sus diferentes vertientes, motivo por el que a través de la dirección de Infraestructura Municipal hará entrega de aproximadamente 30 mil mochilas que contienen útiles escolares, lo que significa un importante apoyo a los padres de familia en este regreso a clases.
Fuente: http://www.elexpres.com/2015/nota.php?story_id=114234
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Namibia: Africa unite for quality assurance in higher education

Africa/Namibia/12 de Agosto de 2016/Fuente: New Era

RESUMEN: Los legisladores de toda África deben garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a una educación de calidad de la enseñanza primaria, secundaria hasta el nivel terciario.De hecho, se estima que en el África subsahariana, con una población de unos 740 millones de personas, hay unas 200 universidades públicas y un número cada vez mayor de las instituciones privadas de educación superior que en los últimos años han empezado a prestar una mayor atención a las cuestiones de la calidad en el nivel terciario (Banco Mundial 2007).Por su parte, el Ministerio de la Dirección de Programas y aseguramiento de la calidad de educación tiene el mandato de formular las políticas generales para la educación formal en general: políticas, marcos regulatorios y lineamientos que apoyen las buenas prácticas en la escuela y en el nivel de gestión. La Dirección trabaja en estrecha cooperación con las direcciones regionales de educación para apoyar la interpretación y aplicación de esas políticas. Esto se debe a que en Namibia la educación en los últimos años ha sido descentralizada en las 14 regiones.

It is the dream of every parent in Africa to send their children to school to obtain a “good education”.

What is rarely emphasised is the need for quality education and it ought to be what every parent must aspire for their children.
In the same vein, lawmakers all over Africa must ensure that every citizen has access to quality education from primary, secondary to tertiary level.

The World Bank’s Constructing Knowledge Societies: New Challenges for Tertiary Education underscores the importance of establishing robust quality assurance systems as necessary instruments for addressing today’s challenges (World Bank 2002).

In fact, it is estimated that in Sub-Saharan Africa, with its population of about 740 million people, there are some 200 public universities and an increasing number of private higher education institutions that in recent years have begun to pay greater attention to issues of quality at the tertiary level (World Bank 2007).

The publication, ‘Improving Quality and Equity in Education in Namibia: A Trend and Gap Analysis’ (UNICEF 2011) defines quality education as “education that works for every child and enables all children to achieve their full potential.”

On its part, the Ministry of Education’s programmes and quality assurance directorate has the mandate to formulate overall policies for general formal education: policies, regulatory frameworks and guidelines that support good practices at school and at management level.

The directorate works in close cooperation with regional directorates of education to support the interpretation and implementation of such policies. This is because in Namibia education has in recent years been decentralised to the 14 regions.

In the foreword to the government publication, titled ‘Education For All: Plan of Action 2002-2015’, then president Sam Nujoma stated that “education is… an avenue for poverty alleviation, human development and social advancement… to this end education is a fundamental human right and all are entitled to receiving an education of good quality.”

At the level of secondary education, therefore, the quality of education is as per the Plan of Action “characterised by many factors, amongst others, teachers’ qualifications, resource allocation, teaching materials and equipment.”

It follows therefore that Namibia, wants to ensure that quality education for Namibian students starts from secondary to tertiary level in order for tertiary education graduates to compete in an environment shaped by the country’s needs, as well as international expectations and standards.

Tertiary education in Namibia came into being shortly after independence with the University of Namibia, which was founded in 1992. Namibia’s first private university, the International University of Management, was second in 1994, while the then Polytechnic of Namibia (now the Namibia University of Science and Technology) followed in 1996. There is also a second private university that has undergone accreditation process, namely the Welwitchia University.

The education offered in Namibia must be competitive within Namibia but also at the level of SADC, AU and overseas, in line with public demands for transparency and accountability in tertiary education.

Namibian lawmakers, would appear to have had this in mind when it was decided to establish appropriate standards and quality assurance institutions that draw not only on the recent colonial past, but also reflect the unique history, needs, and expectations of stakeholders in education, namely parents, students and government.

In this regard, mechanisms had been put in place to enforce the above-mentioned standards and to monitor performance of their tertiary education systems with a view to taking appropriate and timely measures to adapt to new realities.

The University of Namibia adopted its Quality Assurance and Management Policy on October 29, 2015 and it is expected to be reviewed on October 30, 2020. The policy applies to all UNAM staff and students alike and is “to ensure the delivery and maintenance of excellence in instruction, learning, acquisition, research, academic and administrative/support services, student welfare, governance and community service.”

It must also be complemented or supported by “excellence in service delivery by management, academic and administrative/support services with quality infrastructure and physical facilities to ensure the realisation of the vision, mission and strategic priorities of UNAM.”

Government has also been proactive in establishing quality assurance in higher education. This has been done through dual responsibilities given to the National Qualification Authority (NQA), as per the Namibia Qualifications Authority Act 1996 and to the National Council for Higher Education, as per Higher Education Act of 2003, respectively.

There are indications (recently) that the line ministry responsible for higher education may be working on harmonising this overlapping function into one piece of legislation. Specifically, the NQA promotes quality education and training in Namibia through the development and management of a comprehensive and flexible National Qualifications Framework.

In this context, quality is also promoted by the NQA through the accreditation of education and training providers in Namibia and their courses. On the other hand, the Quality Assurance System of the National Council for Higher Education (NCHE) consists of two sub-systems: programme accreditation and institutional audits.

Africa needs to pull together in order to implement quality assurance in higher education. It is therefore timely that the Ministry of Higher Education recently announced that the NCHE in collaboration with the University of Namibia will host the 8th International Conference on Quality Assurance in Higher Education in Africa.

The upcoming conference includes six high-class plenary sessions bundled with discussions on good practices; six workshops to learn new skills in quality assurance; a meeting of the African Quality Assurance Network and a symposium of vice-chancellors, rectors and presidents of African universities on effective management of higher education institutions to improve quality.

In conclusion, the success of quality assurance, in my view, depends on the support of governments, universities and the general citizenry of all African countries.

Fuente: https://www.newera.com.na/2016/08/11/africa-unite-quality-assurance-higher-education/

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La evaluación que falta

Por. Roberto Rodriguez.

Si la reforma curricular es la respuesta ¿cuál es la pregunta? Dicho de otra manera, ¿cuáles fueron los referentes que se tomaron en cuenta en la decisión de reformar el modelo pedagógico y organizativo de la educación obligatoria del país? La pregunta cobra sentido si se toma en cuenta, para comenzar, que se cumplen apenas cinco años de la llamada Reforma Integral de la Educación Básica, la RIEB, que en su momento se presentaba como una solución integral a problemática de la educación básica del país.

La RIEB, se recordará, se propuso en primer lugar la integración pedagógica de los tres niveles de la educación básica: preescolar, primaria y secundaria. Ello con el antecedente de las reformas emprendidas en los niveles de preescolar (Reforma Curricular en la Educación Preescolar de 2004) y educación secundaria (Reforma de la Educación Secundaria de 2006). La RIEB contenía ambas reformas y proponía la de la educación primaria. En complemento, la SEP inició en 2008 la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS), con el propósito de renovar el enfoque educativo del bachillerato en México a través del sistema de aprendizaje por competencias, y en previsión a la decisión gubernamental de fijar la obligatoriedad de la enseñanza media superior (2012).

Cabe agregar que los procesos de negociación para la aprobación e implementación de las reformas mencionadas no fueron fáciles ni tersos. Cuando en 2004 se anunció la Reforma Integral de la Educación Secundaria se multiplicaron las críticas por la reducción de los programas de historia, geografía y educación cívica, así como sobre el enfoque de la enseñanza científica planteado en la reforma.

A esas críticas se añadió la controversia planteada por el SNTE sobre el carácter unilateral del proceso de reforma y de la CNTE sobre el sustento ideológico neoliberal que, según esta corriente, inspiraba el cambio curricular propuesto. En 2006 se replanteó la estrategia reformista y se abrió un nuevo proceso, esta vez en colaboración y negociación con el SNTE. Además de brindar atención a las críticas surgidas de la comunidad académica, el gobierno se comprometió a acompañar la reforma de la secundaria con apoyos de infraestructura, capacitación y mejoramiento de las condiciones laborales del magisterio. Sobre conocer las etapas de este proceso vale la pena consultar el documentado artículo “La Reforma de la Educación Secundaria en México. Elementos para el debate”, de Francisco Miranda y Rebeca Reynoso, Revista Mexicana de Investigación Educativa, núm. 31, 2006.

Otro tanto puede decirse del proceso de diseño e implementación de la RIEMS: no fue sencillo ni estuvo exento de críticas y fricciones. En primer lugar, ni los bachilleratos de la UNAM ni los del Politécnico Nacional accedieron a su implantación. En el caso de los bachilleratos dependientes de universidades autónomas se abrió la posibilidad de adoptar los principios de la RIEMS adaptándolos a las características y condiciones de cada institución. Además, a través del Programa de Formación Docente de Educación Media Superior (PROFORDEMS) auspiciado por la ANUIES se facilitaron procesos de formación para la planta docente y los directivos involucrados en la reforma del bachillerato.pisa

¿Fueron exitosas esas reformas? Depende como se mire, desde luego. A juicio de los expertos de la OCDE la RIEB “es una reforma de amplio alcance que puede tener efectos positivos a largo plazo sobre el aprendizaje de los alumnos en México (…) Se trata de una reforma educativa profunda y estructural, que aprovecha los esfuerzos de un gran número de actores escolares y se basa en el consenso alcanzado por las partes interesadas. A través de la promoción de prácticas que favorecen el aprendizaje del alumnado, la RIEB puede sostener una mejora duradera y reflejar una adecuada visión de la política a largo plazo” (Paulo Santiago, et al., Revisiones de la OCDE sobre la Evaluación de la Educación Superior, OCDE-SEP-INEE, 2012).

Este punto de vista coincide con el de los especialistas del INEE, quienes han sostenido que el problema central de la calidad educativa en México no radica en el modelo curricular sino, principalmente, en las condiciones de marginalidad de las escuelas y de los planteles docentes en las regiones económicas más vulnerables. Según las evaluaciones de estudiantes (PISA, Excale, Enlace y Planea) en México se han observado algunas mejoras en términos de cobertura y calidad de la educación básica, pero persiste una correlación muy clara entre condiciones sociales y posibilidades de logro escolar. Mientras las condiciones de desigualdad persistan es muy difícil que a través de modificaciones del currículum se puedan obtener resultados significativamente superiores.

Así las cosas, la evaluación pendiente a la que se refiere el título de esta colaboración es la de las reformas antecedentes ¿han funcionado o no?, ¿cuáles han sido sus principales limitaciones?, ¿cuál es la evidencia que aconseja emprender un nuevo proceso de reforma antes de dejar madurar el inmediato anterior?

Sin una evaluación a fondo en este sentido, el nuevo “Modelo Educativo 2016” parece más una repuesta a las críticas sobre el carácter político y laboral de la reforma educativa que una apuesta suficiente y objetivamente fundamentada en favor del desarrollo del sistema educativo del país.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-evaluacion-que-falta/

Imagen: http://www.capital.es/wp-content/uploads/2011/08/BBVA.jpg

 

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