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Cambio climático: ¿Tiene Solución?

Por: Oscar Rivera García

El cambio climático es una reacción de la tierra por la forma irresponsable como el hombre la está tratando; cada vez protestará con más fuerza y violencia con sus desastres naturales como respuesta a la pasividad de los gobiernos y la población para protegerla y defenderla.

La tierra es la casa de todos y por ello el hábitat que compartimos, a nivel mundial, está sometido a los mismos riesgos por los diversos fenómenos naturales consecutivos al cambio climático.

El hombre está en el deber y la obligación de defender la tierra y controlar el cambio climático del cual todos somos testigos mudos, indiferentes e indefensos.

Inconcebible que los seres humanos que no representamos ni siquiera el 1% de la biodiversidad, con tan poca participación este destruyendo el hábitat de todas las especies que habitan el planeta.

En el año 1866, hace exactamente 149 años, el novelista francés, VÍCTOR HUGO, en su obra “Los Trabajadores del Mar”, dejó plasmada esta profética frase de gran actualidad y que cada vez adquiere más vigencia, si la asociamos al calentamiento global, el cambio climático y la destrucción de la biodiversidad: “La Naturaleza habla, mientras el género humano no escucha”.

A los seres en gestación, los que empiezan a vivir y a las próximas generaciones se les espera un futuro lleno de dificultades porque las múltiples soluciones para frenar las consecuencias del cambio climático son tardías y diferidas a muchos años mientras las causas vienen de tiempo atrás y los daños y riesgos continúan avanzando sin control.

Es inconcebible que muchos gobernantes, dirigentes políticos, industriales y pobladores piensen que el Cambio Climático no se debe a la irresponsable acción del hombre sino que el planeta tierra se está AUTODESTRUYENDO.

Da grima pensar que muchos habitantes de la tierra se comportan como que esta no les pertenece y por eso acometen toda clase de atropellos.

DEFINICIÓN
El cambio climático es el resultado de las emisiones de CO2 a la atmósfera y de otros gases contaminantes procedentes de las emisiones de la industria, los vehículos, los aerosoles, los incendios y otras actividades de las que el hombre es el principal responsable.

HISTORIA ANTIGUA
Tyndall en 1859, hace 158 años, descubre que algunos gases bloquean la radiación infrarroja, sugiere que cambios en la concentración de los gases podrían traer el cambio climático.

James E. Hansen, físico y climatólogo estadounidense, durante su intervención en el congreso en junio de 1988, hace 29 años, presentó las primeras evaluaciones que las acciones causadas por el hombre estaban afectando considerablemente el clima y pidió se alertara al público de los peligros del calentamiento global.

En 2010, hace 7 años, según la Administración Nacional Atmosférica y Oceanográfica de los Estados Unidos (NOAA) a nivel mundial, informó se están viendo los peores desastres naturales de los últimos 50 años y seguirán aumentando en frecuencia e intensidad a medida que se caliente el mundo.

SITUACIÓN ACTUAL
Estos adversos fenómenos actuales debemos entenderlos como una voz de alerta, como una señal de alarma, ellos cada año serán más frecuentes e intensos porque desafortunadamente no se ven medidas conjuntas, simultáneas y universales, ni en el presente ni en el futuro inmediato, por parte de todos los países y de la población en general para evitar su presentación.

El control del cambio climático es víctima de determinaciones dilatorias mediante promocionadas reuniones de tres o más días que no producen medidas de aplicación inmediatas y se aplazan las mismas para discutirlas posteriormente en futuros encuentros cinco o años más tarde.

Así mismo tampoco parece importarle a la población en general que continúa irresponsablemente cometiendo toda clase de atropellos que afectan la naturaleza.

ESTADÍSTICAS
Población Mundial Actual:
 8.387 millones, año 2030: 9.373, significa lo anterior que en solo 12 años la población crecerá en mil millones de habitantes.

Países más industrializados:
 Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Rusia, Brasil, Italia, Reino Unido, Francia.

Países más contaminantes:
 El país líder en emisiones de CO2 es China, le siguen Estados Unidos, Brasil, Indonesia y Japón. Otros países con una elevada tasa de emisiones Rusia, India, Alemania, Australia y Canadá. Todos estos países son líderes en emisiones contaminantes.

Países con mayor deforestación: Indonesia, Malasia, Paraguay, Bolivia, Zambia y Angola, según un estudio que publica la revista Science. La Tierra perdió 3,8 millones de km2 de bosques entre 2000 y 2017 a causa de la explotación forestal, incendios, huracanes, tormentas y otros fenómenos naturales. Según los investigadores, 12.000 km2 de bosques tropicales desaparecen anualmente.

Incendios Forestales:
 Los incendios forestales contribuyen a la deforestación y a la contaminación, así como al cambio climático global, entre otros impactos negativos. El escenario futuro es de más incendios. Camboya, Sierra Leona, Madagascar Uruguay, Paraguay, Liberia, Guinea, Guinea-Bissau, Vietnam y Malasia son los 10 países con mayor pérdida de bosques.

La frecuencia y magnitud de estos eventos en Australia, la cuenca del Mediterráneo, Canadá, Rusia, Estados Unidos, Chile, México, centro y sur américa, son evidentes.

Censo de automotores: Según un estudio de Wards Auto, más de Mil millones es el número de vehículos de calle motorizados (coches y camiones de todo tamaño) que circulan en el mundo. Japón, China, Estados Unidos y Brasil, ocupan los cuatro primeros lugares en censo de vehículos.

CLIMA LOCO
El cambio climático afecta a todas las regiones y poblaciones del mundo. Los casquetes polares se están fundiendo y el nivel del mar está subiendo.

En algunas regiones, los fenómenos meteorológicos son extremos como las intensas nevadas y olas de frío que afectan en la actualidad a Europa y la costa este de Estados Unidos, como la tormenta de nieve con vientos huracanados en Washington y Nueva York, donde han registrado temperaturas de menos 15º grados y capas de nieve de 60 centímetros, mientras en otros Estados ha caído nieve fenómeno que no ocurría en los últimos cincuenta años, por otro lado las inundaciones son cada vez más frecuentes y en otras zonas se registran olas de calor y sequías.

En los últimos años la población ha podido observar y soportar algunos de los impactos y las consecuencias del cambio climático no sólo en el clima, sino también en el medio ambiente.

El cambio climático es una alteración grave del equilibrio ambiental y sus consecuencias pueden ser terribles si no se busca una solución y se toman unas medidas drásticas desde ya.

Es inevitable pensar en el aumento de las temperaturas y el nivel del mar, como las principales consecuencias del cambio climático. La tendencia del calentamiento terrestre ha sido el doble en los últimos 50 años, que en los 100 anteriores.

El incremento de la temperatura global terrestre provocará la fusión del hielo glaciar, lo que generará el aumento en la cantidad de agua en mares y océanos.

Según los científicos se espera que el nivel del mar pueda aumentar unos 20 metros de aquí al año 2100, lo que supone un peligro para todas aquellas ciudades que se encuentran situadas en la costa o terrenos por debajo del nivel del mar.

REFLEXIONES
Da grima observar como para los gobiernos y la población de muchos países la indiferencia, politiquería, corrupción, desinterés e ignorancia prima sobre las acciones inmediatas a tomar y por ello tanto unos como los otros al verse afectados por fenómenos destructivos adversos se limitan a decir “este fenómeno no se veía desde hacía 60 años”.

Tanto los gobiernos como la población deben concientizarse que si hoy en forma simultánea y solidaria se implantaran todas las medidas para frenar el cambio climático, los resultados benéficos y de normalización solo se verían hasta dentro de cuarenta a cincuenta años es decir por allá en los años 2057-2067.

La población no debe confiarse, ni esperar que las medidas a tomar como resultado de las CUMBRES DEL CAMBIO CLIMÁTICO que además de ser teóricas son DIFERIDAS a muchos años y porque no existe un consenso general ni político y financiero para implantarlas en forma inmediata y mientras tanto las consecuencias perjudiciales continúan su incontrolado avance.

Donde se ven las campañas educativas y solidarias entre los gobiernos y la población para reducir la emisión de gases de efecto invernadero?

Porqué las ciudades de los países de ingresos altos , bajos y medianos no cumplen con las normas de la OMS sobre la calidad del aire?.

Donde están las campañas oficiales para chatarrizar esos millones de vehículos que circulan en las ciudades lanzando al aire nubes de gas carbónico?

Donde están las campañas para sancionar a las fábricas que por sus chimeneas vierten permanentemente gases contaminantes y tóxicos?

Donde están las campañas oficiales y privadas obligatorias para concientizar a la población para limitar la deforestación y estimular la siembra de árboles?.

Donde están las campañas educativas para controlar el Calentamiento Global y el Cambio Climático desde los jardines infantiles, la educación primaria, bachillerato, universidades, oficinas oficiales, hogares y personal de empresas.

Fuente: https://rotativo.com.mx/opinion/681565-cambio-climatico-tiene-solucion/

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España: Docentes de 64 centros educativos de la provincia se forman en educación ambiental.

Europa/ España / 20.01.2018 / Fuente: www.20minutos.es.

Personal docente de 64 centros educativos de la provincia de Almería están participando en jornadas formativas enmarcadas en el programa de educación ambiental Aldea, que se desarrollan en los tres centros de profesorado (CEP) de Almería, El Ejido y Cuevas-Olula y en las que se analizan modelos de enseñanza, estrategias de aprendizaje y prácticas educativas de éxito usados en Educación Ambiental.

La delegada territorial de Educación de la Junta de Andalucía, Francisca Fernández, ha señalado durante su intervención en la apertura de la jornada que se celebra en El Ejido que, tras 27 años de la puesta en marcha del programa de Educación Aldea en la comunidad educativa andaluza «es necesario actualizar la oferta educativa ambiental con una perspectiva más integral y con enfoques didácticos innovadores».

En una nota, Fernández ha valorado la formación que el profesorado recibe y que debe «basarse en unos criterios metodológicos que aúnen el trabajo en el aula con las diferentes actividades y acciones fuera de ella, haciendo partícipe en todo momento al alumnado».

En Almería, unos 27.000 alumnos de 64 centros públicos participan este curso en la actividades del programa educativo Aldea. «Se trata de trabajar la educación ambiental desde una perspectiva integradora, sustentada en unas profundas bases éticas, que despierten y potencien en el individuo el sentido de la responsabilidad y de la solidaridad con la humanidad», ha explicado la delegada. Cada centro configurará su plan de actuación en función de las líneas de intervención que vaya a desarrollar y de los proyectos que realizará.

El programa educativo se desarrolla con la implicación del profesorado y se estructura en cuatro líneas de intervención que incluyen diversos proyectos y actuaciones en relación a la educación ambiental e investigación participativa, la educación ambiental sobre sostenibilidad y cambio climático, la educación ambiental para la conservación de la biodiversidad y la educación ambiental en los espacios naturales.

Fuente de la noticia: https://www.20minutos.es/noticia/3239416/0/docentes-64-centros-educativos-provincia-se-forman-educacion-ambiental/#xtor=AD-15&xts=467263

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Lo que los medios ocultan cuando solo le hablan del cambio climático

Por: Silvia Ribeiro

«La manera en que describimos un problema determina el tipo de respuestas que se plantean». La devastación ambiental que caracteriza nuestro tiempo no tiene precedente en la historia del planeta ni las culturas. Los problemas ambientales son graves, con fuertes y desiguales impactos sociales y el cambio climático – escribe la investigadora Silvia Ribeiro – es uno de los principales.

La devastación ambiental que caracteriza nuestro tiempo no tiene precedente en la historia del planeta ni las culturas. Ha habido civilizaciones que han provocado desastres ambientales, pero nunca antes se habían mundializado, desequilibrando los propios flujos y sistemas naturales que sostienen la vida en el planeta. El capitalismo y su civilización petrolera, el modelo de producción y consumo industrial y basado en combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón) provocó este desastre en poco tiempo, acelerado en las últimas décadas.

Los problemas ambientales son graves, con fuertes y desiguales impactos sociales y el cambio climático es uno de los principales. Pero no son causados por toda la humanidad. Más que la era del antropoceno, como algunos la llaman, vivimos la era de la plutocracia, donde todo se define para que los muy pocos ricos y poderosos del mundo puedan mantener y aumentar sus ganancias, a costa de todo y todos los demás. Esta absurda injusticia social, económica, ambiental, política, requiere de muchas armas para mantenerse y una de ellas es la guerra conceptual. Inventar conceptos que oculten las causas y características de la realidad, que desvíen la atención de la necesidad de cambios reales y profundos y mejor aún, que sirvan para hacer nuevos negocios a partir de las crisis.

En este contexto, el ensayo La métrica del carbono: ¿el CO2 como medida de todas las cosas?, de Camila Moreno, Daniel Speich y Lili Fuhr, editado recientemente por la Fundación Heinrich Böll, es un aporte importante. (http://mx.boell.org/es/metrica-del-carbono)

Muestra cómo ante la convergencia de graves crisis ambientales locales, regionales y globales, junto a las crisis económicas y financieras, se echa un fuerte foco de luz sobre el cambio climático –que Nicholas Stern llamó la mayor falla de mercado que el mundo ha atestiguado, al tiempo que se posiciona las unidades de CO2 (dióxido de carbono) como medida para definir tanto la gravedad del problema. Así, otros temas quedan en la oscuridad del contraste de ese rayo de luz y todo se reduce a contar emisiones de CO2 a la atmósfera. Las autoras no dejan duda de que el cambio climático es real y grave, pero cuestionan ¿es más importante y más urgente que la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo cultivable, el agotamiento del agua dulce? ¿Acaso es posible considerar cada uno de estos fenómenos como algo independiente y separado de los otros? La manera en que describimos y enmarcamos un problema, determina en gran medida el tipo de soluciones y respuestas que podemos considerar, plantean.

Justamente debido a la gravedad de la crisis ambiental, tenemos que evitar el epistemicidio ecológico en curso que reduce la óptica, elimina conocimientos y destruye alternativas.

Aunque se sabe bien cuáles son las causas del cambio climático, y los principales rubros industriales que lo provocan: alrededor de 80 por ciento se debe a la explotación y generación de energía, al sistema alimentario agroindustrial y al crecimiento urbano (construcción, transporte), basados en el uso y quema de petróleo, gas y carbón. Todo esto emite CO2 y otros gases de efecto invernadero (GEI) como metano y óxido nitroso.

Se sabe también que lo necesario son reducciones reales, en su fuente y en la demanda, de todos esos gases y cambiar lo que las originan. Y se sabe que existen alternativas reales, diversas, descentralizadas y viables; quizá el ejemplo más fuerte es que 70 por ciento de la humanidad se alimenta de agricultura campesina y agreocológica, pescadores artesanales y huertas urbanas, que no son los que emiten gases de efecto invernadero.

Pero las propuestas dominantes –de instituciones y gobiernos– no son éstas, sino otras principalmente basadas en mercados de carbono y altas tecnologías que permitirían supuestamente seguir emitiendo GEI como siempre, pero compensarlos absorbiendo el carbono emitido y almacenándolo en fondos geológicos, es decir, formas de geoingeniería.

La propuesta de compensación (offset en inglés) se viene desarrollando hace años, asociada a los esquemas de pagos por servicios ambientales, por biodiversidad, etcétera, componentes esenciales de la llamada economía verde. Se trata de justificar la destrucción en un lugar, mientras en otro otros se supone la compensan con algún pago, como si fuera lo mismo dejar sin bosques o agua a un pueblo entero en un país o región, porque hay una comunidad que los cuida y en otro. Esos pagos generan bonos, instrumentos financieros especulativos que son comerciados en mercados secundarios.

Ahora, para que todo pueda ser medido en unidades de CO2, todos los gases se traducen a la abstracción de “CO2 equivalente”, sin considerar si se trata de gases emitidos por una trasnacional minera que devasta ecosistemas y pueblos, por la quema de un bosque o el estiércol de algunos animales de un pastor. El concepto de que lo necesario son cero emisiones netas, no reales sino compensadas, completa esta operación (http://tinyurl.com/jssokpr). De esta forma, la economía del carbono podría englobar todos los rubros anteriores, para convertirse en la nueva moneda de cambio, que justifica la contaminación y produce ganancias para quienes la causan.

No solamente se pierden de vista las causas del cambio climático, también de esta forma se simplifica burdamente la consideración de los otros graves problemas ambientales y las interacciones entre todos ellos y se eliminan del campo de análisis y acción los impactos sociales, el sistema que los provoca y las verdaderas soluciones.

Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC

Fuente: La Jornada

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El cambio climático obliga a las niñas a casarse

Por: Estrella Digital

Además de todas las consecuencias medioambientales que pueden derivar del calentamiento global, el aumento de la desigualdad y de la discriminación contra las mujeres son otros de los problemas que este fenómeno puede acarrear.

Los efectos del cambio climático no sólo se centran en problemas medioambientales como el aumento de las temperaturas, del nivel del mar y de la frecuencia e intensidad de los desastres naturales, sino que podrían provocar y de hecho, ya lo están haciendo, serias consecuencias en las poblaciones de los países en vías de desarrollo, especialmente a las mujeres.

La brecha de la desigualdad entre hombres y mujeres, la discriminación contra ellas, el matrimonio infantil y otros factores, como la desnutrición, son algunas de las trabas a las que las féminas de los países más pobres deben enfrentarse. Esta situación se ve agravada considerablemente por los efectos del cambio climático, pues ante la escasez de recursos naturales o de trabajo, las primeras víctimas son las mujeres.

“La consecuencia es una doble discriminación para las niñas y las adolescentes, por género y edad. Son especialmente vulnerables de sufrir explotación, violencia física y sexual, matrimonio infantil o embarazos tempranos por culpa del cambio climático. Esto agranda la brecha de género entre niños y niñas, restringiendo los derechos de las jóvenes y obstaculizando su derecho a la educación”, explica Emilia Sánchez, directora de comunicación de Plan Internacional, organización que lucha por los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas.

Tal y como explica Sánchez, ante la escasez que provoca el calentamiento global, las mujeres también sufren “tasas más altas de desplazamiento, abandono escolar, más riesgo de desnutrición, mortalidad…”. En las familias que sobreviven a la pobreza, la reducción de la producción de comida y víveres, provoca que, en los núcleos familiares, los niños tengan más acceso a los alimentos que las niñas. Además, esa necesidad convierte el casar a las niñas en una opción considerable, al conseguir así una boca menos que alimentar.

Las soluciones, tanto a la continuidad del cambio climático, como a sus consecuencias sociales y humanitarias, están tardando en estudiarse y en aplicarse. La necesidad de que los gobiernos adopten políticas relativas a este problema es realmente urgente, pero por el momento, y pasado más de un mes desde la última Conferencia sobre el Cambio Climático de 2017 de las Naciones Unidas (COP23), la implantación de nuevas medidas brilla por su ausencia.

“Es necesario que los gobiernos de todo el mundo hagan políticas y programas de adaptación al cambio climático enfocados en la infancia y género”.

Un año después del acuerdo de París, la COP23 busca proporcionar seguros de riesgo climático a unos 400 millones de personas pobres y vulnerables para el año 2020, y con este objetivo trabajan decenas de organizaciones no gubernamentales, “para instar a los gobernantes a que tomen medidas al respecto”, apunta Emilia Sánchez.

“Poner énfasis en las políticas de género para desarrollar un Plan de Acción de Género, asegurar fondos y acciones necesarias a fin de cerciorar la asistencia inmediata a las niñas y adolescentes afectadas por el cambio climático o garantizar la integración de informaciones sobre cambio climático en las políticas educativas y en los currículos escolares” son algunas de las medidas que Plan Internacional estima necesarias para frenar la realidad a la que se enfrentan miles de niñas y mujeres en todo el mundo.

Fuente: https://www.estrelladigital.es/articulo/mundo/menores-obligadas-casarse-culpa-cambio-climatico/20171228130841338331.html

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El cambio climático atañe a los jóvenes en pleno desierto de Namib

13 Enero 2018/UNESCO

“Estacionamos el autobús donde la carretera se termina. Cuando descienden, y sólo ven dunas de arena en kilómetros a la redonda, comienzan a preguntarse ‘¿en dónde estamos’?”, afirma Viktoria Keding, directora del Namib Desert Environmental Education Trust (NaDEET(link is external)).

El Centro NaDEET, que dirige determinados programas en régimen de internado que permiten una inmersión práctica en el ámbito de la educación para el desarrollo sostenible (EDS), se sitúa en la reserva natural de NamibRand, cuyas 200,000 hectáreas la convierten en la reserva más grande de su tipo en el África meridional. El sitio en sí mismo modifica el comportamiento y las actitudes de sus visitantes en cuanto entran en él.

Alumnos, grupos comunitarios, docentes, todos en general, pueden inscribirse para, durante una semana, bañarse con un cubo, cocinar con energía solar, reciclar la integralidad de los desechos y aprender a fabricar ladrillos refractarios. El objetivo es, ante todo, ponerse manos a la obra, participar y aplicar lo que se ha aprendido en otra parte mediante manuales. Para los alumnos, existen también aplicaciones de matemáticas y ciencias en inglés.

El Centro NaDEET, asociado principal del Programa de Acción Mundial para la EDS (GAP), fue creado en 2003. Desde entonces, ha recibido a más de 10,000 beneficiarios y se halla continuamente al máximo de su capacidad.

Viktoria Keding, quien llegó a Namibia hace 20 años para enseñar educación medioambiental afirmó: “Cuando comencé en otro centro, enseñábamos educación medioambiental según el estilo tradicional, observando la fauna y sentándonos alrededor de una hoguera en el campo. En una ocasión, en que tuve alumnos de 11° grado, uno de ellos me dijo que estaba feliz por haber aprendido tanto, y se preguntaba por qué el centro no se preocupaba por la deforestación. Entonces me di cuenta de que nos faltaba algo”.

Cuando Viktoria comenzó, la palabra “sostenibilidad” no era un sustantivo corriente y se dio cuenta de que no la podría enseñar con eficacia y honestidad si el propio entorno de aprendizaje no daba el ejemplo.

“Tuve entonces esta fabulosa oportunidad de crear un nuevo centro en el desierto a partir de nada, y de convertirlo en todo lo sostenible posible que lo permite el contexto en Namibia”, explicó. “Aquí, somos conscientes de que debemos evolucionar constantemente y adaptarnos mediante recursos tanto pequeños como grandes. Cuando inauguramos el centro, por ejemplo, las luces LED no eran fáciles de obtener. Nuestras instalaciones contaban con lo mínimo y por ello las fuimos mejorando para que los grupos de docentes, por ejemplo, pudieran aprender mejor”.

Las actividades de NaDEET se dividen en tres categorías principales: educación medioambiental, alfabetización sobre cuestiones del medio ambiente y sensibilización en favor del desarrollo comunitario. Lo que aprendemos con esto lo encontraremos en los manuales escolares, y los docentes se han dado cuenta de la influencia positiva del Centro en el conocimiento de los alumnos. También constituye una plataforma para el intercambio de conocimientos. Los docentes de lenguas que vinieron para recibir el programa tradujeron también el folleto del centro It’s Time to Grow en tres lenguas locales, por ejemplo.

En el marco de su compromiso como asociado principal del Programa de Acción Mundial consistente en trabajar con miras a acelerar la búsqueda de soluciones sostenibles en plano local, el NaDEET elabora un modelo de casa sostenible en la ciudad de Swakopmund, en donde se encuentra situada la oficina principal.

“Será un lugar en donde la gente podrá ver que para llevar un modo de vida sostenible no sólo cuentan los materiales con los que la casa ha sido construida, sino también nuestro comportamiento, nuestra forma de elaborar los alimentos, nuestra gestión del agua, de la energía y de los desechos”.

También se ha previsto crear una academia para los jóvenes y los profesionales del sector educativo en el Centro NaDEET original con miras a sensibilizar a la mayor cantidad de namibios posible.

En numerosas ocasiones, Viktoria ha observado de cerca el efecto transformador del Centro y las diferencias según cada participante.

“Cada persona que llega se pregunta dónde está el centro, ya que se encuentra detrás de las dunas. Los visitantes caminan diez minutos y de pronto aparece el Centro como una aparición mágica. Los niños del ámbito rural, a menudo desfavorecidos, creen que es el paraíso. Para los niños más privilegiados que nunca habían estado en esta región del país en el pasado, se trata de una gran aventura”.

Y el efecto se prolonga más allá de la visita.

“Algunos se marchan con proyectos muy específicos en sus mentes para emprender operaciones de limpieza en los sitios en donde viven o para fabricar con sus propias manos ladrillos refractarios. Para otros, representa un cambio a largo plazo en la definición de sus vínculos con el medio ambiente. Uno de los aspectos más satisfactorios es ver a los docentes que vinieron como alumnos volver con sus propios alumnos”, afirmó Viktoria.

Fuente: https://es.unesco.org/news/cambio-climatico-atane-jovenes-pleno-desierto-namib

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Cambiar las reglas de juego, no el clima

 Cambiar las reglas de juego, no el clima

Por: https://www.ecologistasenaccion.org

Construir un futuro ecológicamente sostenible requerirá mucho más que realizar declaraciones o actos simbólicos. Es muy urgente el ajuste del metabolismo de la economía a los límites impuestos por la naturaleza en múltiples escalas, desde lo local a lo global, así como afrontar y prever las consecuencias que el cambio climático ya está teniendo.

Es fundamental que los proyectos políticos y sociales alternativos tomen conciencia de las implicaciones que suponen estos límites y diseñen propuestas de cambio audaces que vayan al origen del problema. En este sentido, Ecologistas en Acción ha publicado este informe que recoge algunas de las medidas que una ley de cambio climático debería contener.

La crisis política y la crisis económica sólo se podrán superar si al mismo tiempo se supera la crisis ecológica. Y del mismo modo, la crisis ecológica solo se resolverá si hay una transformación radical del sistema que las produce cada vez con mayor intensidad.

La ley de Cambio Climático y Transición Energética deberá establecer las medidas básicas para la reducción de las emisiones en cada sector o ámbito, que se desarrollarán modificando la legislación sectorial en el plazo de un año.

[Informe] Cambiar las reglas de juego, no el clima

Estas medidas deberán ir en la línea de:

  1. Reducir en términos netos nuestra demanda energética, el consumo actual es insostenible. Solo podremos frenar el cambio climático si se establece una hoja de ruta para reducir la cantidad de energía que consume un español de las 2,42 tep actuales a un máximo de 1 tep.
  2. Eliminar de forma constante nuestro consumo de combustibles fósiles. Una eliminación que debe de hacerse en base a presupuestos de carbono decrecientes, que deberán lograr una reducción mínima del 5 % anual en las emisiones de gases de efecto invernadero hasta el 2030.
  3. El cambio de lo local a lo global, acortando las cadenas de distribución, produciendo alimentos y productos desde entornos más cercanos y de una forma más respetuosa con los ecosistemas.

 

Fuente: https://www.ecologistasenaccion.org/article35461.html

Imagen:https://lh3.googleusercontent.com/j5tsiMQZNz5poaxumVX6uUiBFy-Isj4BpzrEWPn49knutCM1yaf44KvrWBQRR_vupyMR=s85

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El cambio climático amenaza ya al agro mexicano

Por: Emilio Godoy

Azael Meléndez recuerda con sorpresa el tornado que se levantó en mayo de 2015 sobre su pueblo de San Gregorio Atlapulco, en la demarcación de Xochimilco, que conforma el área metropolitana de Ciudad de México.

“Nunca había visto algo así, y le pregunté a mis papas, y ellos igual”, dijo el productor agrícola a IPS.

El ventarrón levantó mallas y otras protecciones de los cultivos de verduras y hortalizas en el pueblo, cuyo nombre significa “lugar que está metido dentro del agua” en lengua náhuatl y uno de los 14 adscritos a Xochimilco, en el sur de Ciudad de México y uno de los 16 municipios de la capital, cuya área metropolitana acoge 22 millones de personas.

Para Meléndez, que tiene un emprendimiento hortícola con otros dos agricultores, se trata de una de las manifestaciones del cambio climático, “que ha devastado la zona junto con el urbanismo”. El grupo recurre al sistema ancestral de chinampas para cosechar lechuga, brócoli, rábano, remolacha y hierbas aromáticas.

El grupo cultiva en una superficie de unos 1.800 metros cuadrados, en la que cosecha semanalmente unos 500 kilogramos de productos, que vende en 10 restaurantes, el mercado mayorista capitalino y tianguis (mercados) ambulantes.

Falta de agua, clima inestable, proliferación de plagas, lluvias infrecuentes pero más intensas, granizadas y los efectos de las actividades antropogénicas recorren un área fundamental para la alimentación y la regulación del clima de la capital mexicana, que con su área metropolitana, sintetiza un estudio de la organización ambientalista británica Earth Watch.

El sistema de chinampas, proveniente de un vocablo náhuatl que significa “el lugar del terreno fértil de flores”, lo practicaban los pueblos originarios mucho antes del arribo de los conquistadores españoles en el siglo XV.

La técnica de los aztecas se basa en la construcción de cuadros de cultivo en los humedales de la microrregión, mediante cercas de estacas de ahuejote (sauce), un árbol típico de este ecosistema y cuya virtud es soportar el exceso de agua.

La superficie cultivada mediante el sistema de chinampas es de 750 hectáreas, que labran unos 5.000 productores.

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) lo cataloga dentro de los Sistemas Ingeniosos del Patrimonio Agrícola Mundial, por conservar la agrobiodiversidad, adaptar a los productores al cambio climático, garantizar la seguridad alimentaria y combatir la pobreza.

Pero no solo esta microrregión ve afectada su producción por las alteraciones climáticas y, de hecho, resulta difícil hallar un sitio en México que no esté expuesto a ellas.

El informe de mayo “Estimación de rendimientos potenciales con escenarios de cambio climático para diversos cultivos agrícolas en México”, de la Secretaría (ministerio) de Agricultura y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, proyectó una disminución de la precipitación fluvial en el país.

El reporte, enfocado especialmente en los cultivos de maíz, frijol, trigo, soja, sorgo y cebada, corroboró que la productividad del agua disminuye para la mayoría de ellos, por lo que los requerimientos hídricos serían mayores en el mediano plazo. También halló perdida de rendimiento para los siete cultivos, especialmente en maíz, frijol y trigo.

En el sureño estado de Chiapas, los agricultores se enfrentan ya a esa falta de agua, las lluvias repentinas y poderosas, las inundaciones y el aumento de la temperatura.

“Las zonas requieren de agua, necesitamos agua en los terrenos, un suelo renovado, porque ésa es la base. Y no es exclusivo de Chiapas, pasa en todo México”, advirtió a IPS la productora de maíz chiapaneca Consuelo González, quien cultiva unas 40 hectáreas del grano.

González, representante por su estado de un comité de productores, señaló que también hay problemas de deforestación y malas prácticas agrícolas.

Chiapas, el segundo estado con mayor pobreza del país, cuenta con una superficie sembrada de 1,42 millones de hectáreas para 62 cultivos. Entre los principales productos aparecen el maíz, pastos, café, caña de azúcar, plátano, mango, frijol y palma aceitera, que suman casi 90 por ciento del total.

Los 12 cultivos más importantes aportan una producción de 10,11 millones de toneladas. En el caso del maíz, el rendimiento alcanza 1,5 toneladas por hectárea, la mitad de las 3,2 toneladas en el plano nacional, debido al tamaño de las parcelas y escasa tecnificación.

Desde 2010, la región cuenta con la Ley para la Adaptación y Mitigación ante el Cambio Climático en el Estado de Chiapas y un año después implementó el Programa de Acción ante el Cambio Climático.

En su contribución determinada a nivel nacional (NDC, en inglés), incorporada hace dos años al Acuerdo de París sobre cambio climático, México incluyó entre las medidas a adoptar antes de 2030 el fortalecer la diversificación de la agricultura sostenible.

Entre los instrumentos para concretar esa meta, establece la conservación de germoplasma y especies de maíz nativas y desarrollo de agroecosistemas mediante la incorporación de criterios climáticos en los programas agrícolas.

El país se comprometió en su NDC a reducir 22 por ciento de sus emisiones contaminantes a 2030, respecto a los niveles de 2013.

Ese año la actividad agropecuaria mexicana lanzó a la atmósfera 80,17 millones de toneladas de dióxido de carbono, mayor responsable del calentamiento planetario. En 2020, ese volumen alcanzaría 111 millones.

Para 2030, la meta es contener las emisiones de agricultura y ganadería en 86 millones.

“La agricultura es muy dependiente de las condiciones meteorológicas locales y se prevé que sea muy sensible a los cambios del clima en los próximos años. En particular, un ambiente más cálido y seco podría reducir la producción agropecuaria”, advirtió Eduardo Benítez, representante adjunto de Programas de la Oficina de Asociación y Enlace de FAO en México.

Entre otras consecuencias del cambio climático, citó a IPS mayor prevalencia de hongos y plagas, transformación de los suelos, menor disponibilidad de tierras y de agua para la agricultura y alteraciones en la agriodiversidad.

“Dan algo, pero no es suficiente”, explicó Meléndez sobre el aporte del gobierno para la adaptación de los chinamperos al cambio climático.

“Nos ha costado mucho trabajo. Hacemos labores de prevención, como usar filtros biológicos, para subir el agua de los canales a cierto nivel para riego. Tratamos de regular la temperatura con mallas de diferente calibre que dan sombra sobre los cultivos”, explicó.

Uno de los problemas radica en la falta de coordinación de las instituciones mexicanas, como lo exhibe la evaluación del gubernamental Programa Especial de Cambio Climático 2014-2018(PECC), aplicado por el gobierno para enfrentar el fenómeno.

Ese análisis indica que el Sistema de Información de la Agenda de Transversalidad que operó entre 2009 y 2012 no funciona desde la entrada en vigor del programa, en 2014, lo cual impide hacer “un seguimiento puntual” a los avances de sus 199 líneas de acción.

Además, halló que el Sistema Nacional de Cambio Climático no ha abordado el nexo de programas, acciones e inversiones del gobierno federal, de los estados y los municipios con el PECC.

González, con base en su experiencia como agricultora, recomendó sistemas silvopastoriles para mantener las parcelas. “Hay zonas que se pueden conservar bien. Nos enfocamos en la conservación del suelo. Otra solución es la agroecología”, para restaurar suelos y conservar recursos, planteó.

FAO y la gubernamental Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuariostrabajan en un proyecto de alertas tempranas para la agricultura basadas en información agrometeorológica para monitorear los impactos climatológicos en la producción y disponibilidad de alimentos.

El objetivo es que esos datos estén a disposición de “hacedores de política, las instituciones financieras y de manejo de riesgos y principalmente de los productores. Así se podrá orientar la política pública en acciones como la promoción y uso de seguros de cosecha o la activación de los fondos de contingencia”, indicó Benítez.

Editado por Estrella Gutiérrez

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/12/cambio-climatico-amenaza-ya-al-agro-mexicano/

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