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España: Críticas a Educación por la exclusión de los trabajadores sociales en dos perfiles laborales

29 octubre 2017/Fuente y Autor: arainfo

El Colegio Profesional de Trabajo Social de Aragón ha mostrado su rechazo a la propuesta de la Administración Educativa a que en el perfil de la especialidad 225 Servicios a la Comunidad del Cuerpo de Profesores Técnicos de Formación Profesional, y 108 Intervención Sociocomunitaria del Cuerpo de profesores de Educación Secundaria, no incluya las titulaciones de: Grado y Diplomado en Trabajo Social.

La mención en Trabajo Social no solo capacita para el desempeño de las funciones propias de la especialidad de Servicios a la Comunidad e Intervención Sociocomunitaria, sino que viene siendo una referencia fundamental en estas asignaturas y en los Centro educativos aragoneses desde hace décadas.

Desde la creación de estas especialidades una de las titulaciones históricas de acceso ha sido la Diplomatura y el Grado de Trabajo social, lo cual implica que hay numerosos profesionales ejerciendo ya su profesión en el ámbito educativo y de llevarse a cabo esta nueva propuesta supondría la pérdida de las opciones de continuar trabajando y de aspirar a estabilizar los puestos de trabajo que durante numerosos años han desempeñado.

Dada la gravedad de esta situación, desde el Colegio Profesional de Trabajo Social confían en que se trate de un desajuste u omisión en la información, y que pueda subsanarse sin mayor controversia. Por ello piden que se atienda este tema con la máxima celeridad posible, dados los preocupantes daños que van a ocasionarse en el plano profesional, laboral y en el desarrollo del propio sistema educativo.

“La premura en abordar este tema es para nuestra organización colegial, de sumo interés. Solicitamos se incluya el Grado y la Diplomatura en Trabajo Social como titulaciones de acceso al desempeño de puestos de trabajo en régimen de interinidad de la especialidad 225 Servicios a la Comunidad, y 108 Intervención Sociocomunitaria”, concluyen desde el colegio profesional.

Fuente de la noticia: http://arainfo.org/criticas-a-educacion-por-la-exclusion-de-los-trabajadores-sociales/

Fuente de la imagen: http://arainfo.org/wordpress/wp-content/uploads/2017/10/Untitled-2.

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Rediseñar el aula

Patricia Marmol

Las nuevas metodologías están tirando abajo las paredes del aula y motivando el rediseño de los centros educativos con nuevos espacios de aprendizaje. ¿Quieres saber cómo?

Pizarras colgadas de la pared, alumnos sentados en sus pupitres mirando al frente y profesores impartiendo la lección sobre una tarima. Todavía son numerosos los colegios que mantienen esta estructura de clase encerrada entre cuatro paredes y que se remonta a principios del siglo XX. Sin embargo, las metodologías activas (como el trabajo por proyectos, la clase al revés o el aprendizaje cooperativo), junto al uso de la tecnología, están provocando la necesidad de rediseñar las aulas para convertirlas en espacios funcionales y adaptados a las nuevas formas de aprendizaje del alumnado.

“El objetivo es considerar el espacio como un elemento más dentro del proceso educativo”, explica Santiago Atrio, vicedecano de Ordenación Académica y Desarrollo de las Titulaciones en la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. No se trata de una nueva tendencia, ya que pedagogos como Amos Comenius, en el siglo XVI, o más recientemente Loris Malaguzzi, a comienzos del siglo XX, ya consideraban el espacio físico como ‘un tercer maestro’. Y es que “se puede utilizar el edificio para aprender a aprender, es decir, para conocer cómo funciona la mente de cada individuo y saber en qué tipo de zonas se absorbe mejor el conocimiento”, apunta Rosan Bosch, fundadora y directora Creativa de Rosan Bosch Studio, considerada internacionalmente como una de las principales innovadoras en esta área.

Cada alumno necesita un espacio de aprendizaje diferente según sus características y en función de la actividad que va a realizar: hay quienes prefieren estar en un lugar pequeño, como una ‘cueva’; otros optan por trabajar en una mesa alta que les permita ver todo lo que ocurre a su alrededor; también hay estudiantes que eligen espacios más tranquilos y relajados, mientras que otros, por el contrario, necesitan moverse constantemente.

Fuente del articulo: http://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/redisenar-el-aula/50616.html

Fuente de la imagen: http://www.educaciontrespuntocero.com/wp-content/uploads/2017/06/rediseñar-el-aula-696×472.j

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El desarme mental

Poly Martinez

¿Cómo nos vamos a reintegrar todos a una cotidianidad sin la disculpa de la violencia derivada del conflicto con las Farc? Estos son días para mirarnos el ombligo y pensar. Para mirarnos a nosotros mismos tal como somos y a este país, tal como es.

Desarmar el pensamiento. Empecemos por el pensamiento.
Así como en la vida, frente a diferentes situaciones se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío, también se puede entender a Colombia medio en guerra o medio en paz. Podemos aceptar y celebrar este momento, el avance del país con el desarme de las Farc o podemos negarlo con un discurso que sostenga el pensamiento armado.

La dejación de armas de las Farc es histórica. A los políticos que apoyan el proceso y a los que lo atacan, todos a buen provecho electoral, es importante recordarles que sobre esas armas entregadas, sobre esos contenedores blancos y el mapa con las coordenadas de las caletas están armando -“armar” en el sentido de estructurar- sus proyectos y campañas. Así como lo hicieron en su momento Andrés Pastrana y Álvaro Uribe; tal como lo planteó el presidente Santos en sus dos mandatos.

El que no quiera ver las cifras, el desmantelamiento de las Farc como grupo guerrillero y se niegue a “cantar victoria” (como si alguien pudiera reclamar un triunfo con más de 220 mil muertos, millones de desplazados y 53 años de combate y dolor), tal vez sea a causa de que teme perder su propio “fierro” mental. El tiempo permitirá ver y entender la importancia de este proceso, incluidos los errores y aciertos, los retrasos y momentos críticos que ha habido y habrá.
Todos pensamos que la vida va a salir de un modo, pero resulta siendo otra. Con la paz sucede lo mismo. Nos la imaginamos, aunque por momentos incrédulos de que llegara a darse con la guerrilla más antigua del mundo. También por años, en esa clásica ambivalencia nacional, muchos prefirieron creer que la guerra bestial acabaría con los grupos armados, pim-pam-pum, y acogieron el discurso absoluto de aquí los vencedores y por allá los vencidos. Pero no fue así.

Quién iba a imaginar que la paz con las Farc nos encontraría divididos, llenos de malquerencias y despechos por el poder. El eterno “sí, pero…” como se ha oído en estas fechas en que se cumple otro de los puntos del Acuerdo. Como sociedad, seguimos siendo unos ineptos para la paz. Todo avance nos resulta insuficiente, siempre tan ingratos, como bien lo dijo Álvaro Restrepo en su reciente columna en El Espectador.

Fuente del articulo: http://www.semana.com/opinion/articulo/reacciones-de-los-colombianos-ante-el-desarme-definitivo-de-las-farc/530165

Fuente de la imagen: http://www.periodismosinfronteras.org/wp-content/uploads/2016/08/menores-con-farc.jp

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La patria es ahora

Ilka Oliva Corado

Cuando ganó las elecciones Otto Pérez Molina, pensé que Guatemala había tocado fondo, una sociedad que fue incapaz de enjuiciarlo por los crímenes de lesa humanidad lo estaba llevando a la presidencia, aquello fue una puñalada por la espalda a los familiares de las víctimas y una falta a la Memoria Histórica y a la dignidad, de por sí.

Nos lo tuvimos que calar hasta que a saber ni cómo la justicia empezó a resollar, una justicia vapuleada, mancillada, desaparecida, enterrada en cuanta fosa clandestina existe en la historia guatemalteca. Una mancilla con rostro de niños agonizando por hambruna, de niñas vulneradas en lo más puro de su ser, de campesinos y jornaleros explotados históricamente. De miles de migrantes que en el desarraigo de la diáspora y el sacrificio de las remesas, sueñan con el retorno a la patria que los echó.

Lo imposible sucedió en Guatemala, el genocida Pérez Molina fue presidente. Caímos hondo.

Pensé que habíamos tocado fondo pero por el contrario, el acabose fue que se rajaron a ir a por una Asamblea Nacional Constituyente (porque decir revolución ya son palabras mayores) y en nombre de Dios y el petate del muerto votaron por Jimmy Morales, que era peor que Pérez Molina, por solapar el Genocidio negándolo y el oportunismo de ultrajar una vez más a ese suelo que ha visto correr tanta sangre. Desleal a la patria, a la identidad y afín a la injusticia y a la corrupción. Un personaje dantesco ad hoc a esa parte de la sociedad fanática y manipulable, en nombre del odio y el petate del muerto.

De esa sociedad recalcitrante ya no sorprende nada, es la alfombra por donde desfilan los que hacen de la fe y la doble moral las armas más poderosas para saquear a un pueblo. Ya vimos en lo que resultó el flamante “ni corrupto ni ladrón.” Ya no se puede caer más hondo, llegamos al culo del abismo, es hora que nos saquemos las estacas, nos levantemos y nos pongamos de pie, por dignidad colectiva.  Guatemala necesita una revolución, cortar de raíz con la impunidad, con la corrupción, con el tuétano de la miseria en el país.

El momento es éste, y las revoluciones se pueden hacer de muchas maneras, pero necesitamos cambiar patrones, necesitamos indignarnos de verdad, necesitamos sentir en carne propia el oprobio que viven los más golpeados del sistema. Necesitamos dignificarnos colectivamente. Para cambiar Guatemala no es suficiente ir a gritar los sábados e ir a sonar bacinicas con chinchines dos horas frente al Congreso.

Guatemala no se cambia retuiteando y haciendo reventar las redes sociales con cuanta palabrería sale de la comodidad de estar atrás de una pantalla de computadora o teléfono celular, redes sociales a las que poca parte de la población tiene acceso. Nos convertimos campantes, en revolucionarios de redes sociales, donde no hay mayor esfuerzo que el teclear una oración o un párrafo. Compartir una fotografía o un video. En ese mundo paralelo a la realidad. Y con eso sentimos que ya pusimos nuestra dosis diaria de amor a la patria. La patria, que deambula en cada cargador de bultos, en cada huele pega, en cada niño encerrado en una cárcel porque el Estado lo abandonó.

La patria que llora en cada feminicidio, en cada árbol arrancado, en cada río envenenado. La patria que llora cuando se mutila ecosistemas en nombre de minerías y limpiezas sociales. Cuando se escupe la cultura y se le pisotea, en nombre de convenios y carencias.

Una patria a la que hemos maltratado, una patria que no merecemos. Unos por hacer y otros por solapar.

Celebrar la impunidad, celebrar la corrupción en nombre de religiones y doble moral, nos convierte en igual de corruptos. Ser revolucionarios de redes sociales, tampoco nos dignifica colectivamente. Es pura pantalla nada más. Aquí la pregunta obligatoria es, ¿14 millones de guatemaltecos se van a dejar majear por 105 diputados y una clica criminal que se cubre cada vez que puede, con el petate del muerto?

Es ahora, la patria es ahora. Guatemala se merece reverdecer.

Fuente del articulo: https://cronicasdeunainquilina.com/2017/09/13/la-patria-es-ahora/

Fuente de la imagen: https://cronicasdeunainquilina.files.wordpress.com/2017/09/21731579_1698361696841883_7674523669635408153_o.jpg?w=166&h=289

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Más límites que hegemonía y más derecha que renovación

Por: Claudio Katz

¿Cuál es la envergadura del triunfo de Cambiemos ? Muchos analistas estiman que el gobierno logró una victoria arrolladora que consolida su hegemonía. Otros consideran que se perfila como una derecha renovada y democrática. En el bando opuesto se interpreta que dos de cada tres votantes repudiaron al oficialismo.

RADICALISMO CONSERVADOR

Los datos de la primaria indican cierto avance del gobierno en comparación al 2015. Se afianzó como primera minoría, obtuvo victorias en numerosas provincias y cayó sólo por un reducido margen en Buenos Aires. Ese moderado repunte fue potenciado por el inesperado triunfo en Neuquén, La Pampa y San Luis y por la reafirmación conseguida en los bastiones de la Capital Federal y Córdoba.

La imagen de una victoria fulminante no surge del cómputo de los sufragios, sino de la ausencia del voto castigo que anticipaban algunas encuestas. La euforia de los funcionarios obedece al desacierto de esas previsiones.

Cambiemos superó su frágil estatus de coalición absorbiendo al radicalismo. La UCR pierdió peso y singularidad con giros más oficialistas (Santa Fe) o encabezando el curso reaccionario del gobierno (Jujuy).

El macrismo afianza a su vez el empalme con las vertientes conservadoras del radicalismo. Más que erigir una nueva derecha recicla esas vetas regresivas. La Ceocracia de gerentes que maneja varios ministerios complementa ese perfil.

Vidal expresa con nitidez esa fisonomía de conservadurismo tradicional. Gobierna para las clases dominantes mediante un entramado de políticas sociales, que garantiza votos de los segmentos empobrecidos. Para aceitar ese sostén el PRO mantiene la asignación universal y actualiza el clientelismo de su red de punteros. La imagen angelical y compasiva de Heidi se amolda a esa función.

La estrategia oficial se nutre del retroceso del peronismo, que confirmó en las PASO la ausencia de un liderazgo alternativo a Cristina. Los aspirantes a ocupar ese comando perdieron puntos y su intención de forjar una liga de gobernadores quedó en suspenso. La crisis del justicialismo se prolonga sin ningún desenlace a la vista.

La expectativa de Massa de conducir ese espacio quedó muy afectada por el resultado de las primarias. Gran parte de sus votantes prefirieron la variante original del proyecto gubernamental a su copia renovadora. La ancha avenida del medio quedó carcomida por la escasa credibilidad que despertaron los imitadores del macrismo.

Como Massa asumió algunas banderas de la derecha en forma explícita (seguridad) y otras en forma disfrazada (ajuste de la economía), terminó incentivando el voto por Cambiemos. Randazzo no se atrevió a tanto y se diluyó en la insignificancia.

Mientras el oficialismo festeja esa reorganización del mosaico electoral, el eclipse de los renovadores deteriora una carta de reemplazo derechista del gobierno. Cualquiera sea el veredicto de octubre ya se sabe que habrá pocas modificaciones en el equilibrio de bancadas parlamentarias. El oficialismo deberá negociar con una oposición más voluble.

Cristina logró un significativo resultado en las PASO que sintoniza con la popularidad de su mandato. Cerró esa gestión posponiendo el ajuste y preservando la memoria de ciertas mejoras. El establishment no esperaba una resurrección, que presenta ciertas semejanzas con la renovada centralidad de Lula en Brasil.

DIFERENCIAS CON EL MENEMISMO

A una semana de las primarias se concretó una multitudinaria movilización sindical. Todas las maniobras ministeriales para forzar el levantamiento de esa marcha fracasaron. La protesta contra la miseria actual se extendió a los proyectos para agravarla, con reformas impositivas, laborales y previsionales.

La manifestación confirmó la vigencia de relaciones sociales de fuerzas que limitan el ajuste. Macri no ha satisfecho la exigencia capitalista de erosionar la combatividad de los trabajadores. Tampoco pudo oponer a los excluidos con los asalariados organizados.

La complicidad de la burocracia sindical es una pieza clave del gobierno contra la resistencia popular. Pero el oficialismo carece de un sector incondicional significativo de esa jerarquía. Por eso debe negociar la entrega a cambio prebendas. El dinero de las obras sociales es la gran caja de una corruptela que se tramita con los chantajes de siempre.

Macri necesita preservar la tregua concertada con burócratas, que están sometidos a una fuerte presión por abajo. Los jerarcas rehúyen los actos masivos y bloquean el llamado a un paro nacional. Cuando convocan acciones puntuales aparece el fantasma de un desborde, que refleja la tensión social imperante. Cualquier sea la performance electoral de Cambiemos el gobierno deberá convivir con ese dato.

Este escenario explica la estrategia de atropellos pausados que la prensa denomina “gradualismo”. Los funcionarios tiran piedras y esconden la mano, para evaluar cuánta brutalidad tolera el pueblo (“si pasa, pasa”). Guían su acción por esa norma empírica de agresiones. Por ahora tantean su anhelada reforma laboral con la erosión puntual de los convenios.

Promueven el modelo implementado en Sancor para negociar puestos de trabajo por flexibilización o el esquema ensayado en Tierra del Fuego de auxilio federal a cambio de recortes. También apuntalan la modalidad acordada con algunos burócratas (petróleo, construcción, automotrices), para anular derechos con la zanahoria de futuras inversiones.

Ese molde de atropellos escalonados es complementado con vaivenes en los tarifazos y una pugna para bajar el techo salarial de las paritarias. Hasta ahora prevalece un desangre puntual de empleos en las reparticiones públicas y no los masivos despidos que exige la ortodoxia.

Si Macri mantiene esa agenda repetirá lo ocurrido en su primer bienio y seguirá preparando el mega-ajuste para un futuro mandato. El líder del PRO necesita reunir un mayor soporte político, para imitar el ejemplo brasileño de reforma laboral troglodita.

 La comparación con Menem persiste como la mejor referencia para evaluar los márgenes de acción reaccionaria del gobierno. En las elecciones de medio término, el riojano ya exhibía mayores atropellos contra el pueblo que su émulo.

La principal diferencia radica en la derrota que impuso a las huelguistas de la telefonía, YPF y ferrocarriles. El justicialista neoliberal doblegó a los sindicatos combativos, debilitó al movimiento popular y asimiló por completo a la burocracia sindical.

Menem aprovechó el agobio generado por la hiperinflación para imponer su inédito modelo de injusticia social. Macri no puede auto-infligirse una repetición del 2001para implementar el mismo ajuste.

Además, su antecesor gobernó en un contexto internacional de euforia neoliberal que se ha disuelto. No es sencillo consolidar una hegemonía derechista en el turbulento escenario actual.

MANIPULACIÓN CON LÍMITES

El gobierno sobredimensiona su performance electoral. Se auto-engaña con el fraude mediático que proclamó ganador a Cambiemos, cuando faltaban procesar sufragios decisivos del Gran Buenos Aires

El macrismo propagó esos resultados antes de su corroboración, para incidir en los zócalos de las pantallas y las tapas de los diarios. Instaló un clima de gran victoria apostando a la lenta disolución de cualquier desmentida posterior.

Este nefasto manejo de la información ha sido bautizado con una denominación acorde al desinterés por los hechos. Bajo el imperio de la “pos-verdad” alcanza y sobra con la simulación para disuadir reflexiones e impactar sobre las emociones.

Con toda la artillería que aporta Duran Barba y sus focus grups, Macri recurre a una sofisticada tecnología del engaño. Esa manipulación incluye intercalar mensajes de buena onda y confrontación. Las suaves convocatorias al diálogo se entremezclan con brutales exigencias de entierro del pasado.

El PRO selecciona los temas en función de una u otra conveniencia (“ya llega el segundo semestre” o “no se habla de economía”). Desvía la atención de lo relevante y abusa de la invención contra-fáctica (“evitamos la hiperinflación”). Con figuras taquilleras busca capturar el voto despolitizado, para sostener su gobierno en una mayoría silenciosa.

Se apoya además en la base social derechista que despuntó con los cacerolazos y promueve un liberalismo gorila con ingredientes de odio de clase. Los indigentes son presentados como “perritos” y los opositores son ubicados en el universo del “narco-menudeo”. Tampoco faltan crueldades frente al sufrimiento popular (corte de pensiones por discapacidad).

El propósito de esta acción es romper la solidaridad social para culpar a los excluidos por sus padecimientos. Se busca naturalizar la conveniencia de un gobierno de millonarios, difundiendo la absurda creencia que ya no necesitan robar en la función pública.

Pero estos cimientos ultra-reaccionarios de Cambiemos están por ahora afincados en sectores medio-altos y en generaciones veteranas. Esas creencias no han calado en el grueso de la población. Los adherentes del oficialismo glorifican el mercado hasta que el ajuste los afecta. Avalan la disciplina social pero no la represión en gran escala. Por eso los tarifazos desatan protestas generalizadas y los ensayos “anti-piquete” quedan a medio camino.

Este contexto explica también el masivo rechazo al “dos por uno” que favorecía a los genocidas y la conmoción creada por la desaparición de Maldonado. Mientras crece una marea de indignación, el gobierno se empantana en insólitos inventos para encubrir a la gendarmería.

El secuestro de un militante que protestaba junto a los mapuches contra el despojo que perpetran Benetton y Lewis impacta en toda la sociedad. Un reclamo por la aparición con vida sensibiliza a varias generaciones.

La eventual hegemonía derechista del PRO no solo choca con la vitalidad de esa conciencia colectiva. También debe lidiar con la endeblez de la economía. El gobierno compensa la ausencia de crecimiento con un alocado endeudamiento, que potencia las bicicletas financieras y precipita periódicas corridas hacia el dólar.

Esos temblores obedecen a la fragilidad del modelo y no al temor que suscita un triunfo de Cristina. La vulnerabilidad de la economía determina también el bajo estatus crediticio que mantienen las calificadoras de riesgo.

El gobierno apuesta a sostener el financiamiento externo con un afianzamiento de la reactivación. Pero hasta ahora sólo administra un paupérrimo rebote del ciclo, carente de inversiones o recuperación del empleo. Para colmo Trump retribuye el “retorno” del país al mundo, con penalidades aduaneras a la exportación de biodiesel. En la economía de Macri hay poco espacio para el festejo electoral.

LOS CONSERVADORES DE SIEMPRE

Cambiemos es visto por algunos analistas como una derecha renovada y democrática. Sustentan esa mirada en la impronta cultural del macrismo, que ofrece a las clases medias acomodadas un molde más presentable del proyecto reaccionario.

Ese formato incluye retórica new age y preocupaciones por una ciudad verde con bicisendas y comida saludable. Esa ideología aporta un disfraz de neoliberalismo modernizado, que reivindica el disfrute pasajero y ensalza el individualismo.

Pero la asimilación efectiva de ese imaginario choca con las penurias de la clase media para llegar a fin de mes. La penetración real del relato macrista está sobreestimada por la influencia de los comunicadores que controlan las pantallas.

En ese ámbito se verifica un cambio de figuras. El vetusto derechismo eclesiástico (Neustadt, Grondona) ha sido reemplazado por los sermones de ex progresistas, que veneran el status quo con poses de informalidad (Lanata, Fernando Iglesias, Leuco, Birmajer). Con más ingenio y cinismo recrean las mismas banalidades conformistas de sus antecesores.

De todas formas el PRO depende más de la partidocracia tradicional que de esos pintorescos personajes. Los votos se logran con demagogia electoral y gasto público. La modernización cultural que se le atribuye a Cambiemos omite auditar la billetera que maneja Vidal. Se silencia especialmente sus negociaciones con intendentes para organizar cortes de boleta a cambio de obras.

 Es cierto que el macrismo logró votos en las zonas empobrecidas, atribuyendo todos los males del país a la corrupción del kirchnerismo. Pero utiliza el mismo argumento esgrimido por todos los gobiernos, para distraer a la población con los robos de sus antecesores.

Lo insólito de Cambiemos es el peso que tiene esa acusación entre funcionarios manchados por desfalcos de todo tipo. Muy pocos personajes del PRO pueden justificar sus incalculables fortunas. En dos años de gestión el grueso del gabinete exhibe sorprendentes incrementos de patrimonio, valuaciones truchas de propiedades e inversiones millonarias en el exterior.

Macri encabeza ese listado de irregularidades. Dispensa incontables favores a una familia que se enriqueció esquilmando al estado. Apuntala los negocios de su grupo, propiciando ventajas en múltiples negocios (autopistas, correo, aviación, rutas) y contratos (Odebrecht).

Sólo el descarado apañamiento de la justicia impide el juicio político a un presidente tan involucrado en el lavado de su fortuna (Panamá Papers). Hay que buscar con lupa los ingredientes de renovación en esta típica gestión corrupta de la derecha tradicional.

Más incongruente es el uso del término democrático para caracterizar a esa administración. El macrismo se ubica en las antípodas de esa calificación. Su gobierno ilustra cómo el poder real se ejerce fuera del ámbito electoral, mediante el manejo cotidiano de la economía, la justicia y los medios de comunicación. Los gerentes de esos dispositivos no están sujetos a ningún sufragio y son rigurosamente seleccionados entre la elite de los acaudalados.

Pero Cambiemos avasalla incluso los formalismos institucionales de esa estructura de poder. Al igual que Santos en Colombia y Peña Ñieto en México, Macri preside una plutocracia contrapuesta a la soberanía popular.

SIN SOMETIMENTO, NI CASTIGOS

 La exagerada evaluación del éxito electoral del macrismo es compartida por algunos intelectuales del kirchnerismo, que fueron sorprendidos por el triunfo de su rival. Esperaban un voto castigo y atribuyen el error de esa expectativa a razonamientos economicistas. Estiman que identificaron mecánicamente el padecimiento social con el descontento político. Consideran que Cambiemos logró socavar esa conexión con un discurso que penetra en los sectores populares.

Pero ese enfoque no registra el carácter limitado de la influencia del gobierno y evita analizar lo ocurrido en el flanco opuesto del kirchnerismo. Cristina hizo una buena elección, pero no recuperó los votos perdidos en las últimas secuencias de comicios.

Ese estancamiento no obedece a fracturas en la conciencia popular. Simplemente expresa el balance crítico hacia una gestión que preservó los privilegios de los capitalistas y los cimientos del subdesarrollo. El brutal ajuste implementado en Santa Cruz rememora las carencias de la década pasada.

Para eludir el debate sobre esas falencias se magnifica el avance del PRO. Los méritos atribuidos al gobierno permiten disimular las limitaciones del cristinismo. Se supone que la derecha prospera por sus propias cualidades y no por las insuficiencias del mandato K.

El repunte de Cambiemos es frecuentemente identificado con la astucia del relato oficial. Pero en interpretaciones simétricas se explica el mismo fenómeno por la crudeza del gobierno y la pasividad del pueblo. En este caso se estima que el macrismo explicita el ajuste y logra consenso ante la resignación colectiva.

Pero esta imagen de sometimiento contrasta con la intensa resistencia social y con el doble discurso que ejercita el PRO. En lugar de recurrir al descaro derechista, el gobierno suele enmascarar sus acciones. Sin ese ejercicio del engaño Macri naufragaría en poco tiempo.

Otros pensadores del kirchnerismos rechazan acertadamente el pesimismo de sus colegas, pero recaen en un extremo opuesto de exitismo. Afirman que dos de cada tres votantes sufragó contra el gobierno.

La arbitrariedad de esa estimación salta a la vista, puesto que embolsa en un mismo bloque anti-PRO a expresiones muy contrapuestas. No es sensato equiparar los sufragios por Massa con las papeletas de la izquierda. Con el método de contraponer los votos propios con todo el espectro restante se podría afirmar que dos de cada tres ciudadanos rechazó al kirchnerismo. Esa matemática acomodaticia no lleva a ningún lado.

El principal problema del Cristinismo no fueron los números, sino la campaña que desenvolvió en las PASO. Comenzó insinuando un perfil de denuncia del ajuste y promoción de alternativas (revisión de la deuda, freno de los tarifazos, emergencia alimenticia, congelamiento de precios). Incluso denunció a los legisladores de su espacio que avalaron en el Parlamento el atropello oficial.

Pero posteriormente decidió hablar poco con el extraño argumento de transferirle la voz al pueblo. Con esa modalidad silenciosa atemperó las críticas, diluyó las propuestas e incluso emitió convocatorias a suspender acciones de resistencia.

Este giro hacia la moderación contradice la convocatoria a votar al kirchnerismo para frenar el ajuste. Es evidente que ese límite se conquistará más en la calle que en el cuarto oscuro. La contraposición del sufragio con la movilización suele desembocar en una gran frustración popular.

Nadie sabe si la estrategia de Cristina apunta a reconstruir el peronismo o a gestar una nueva fuerza de centroizquierda. Pero en ambas opciones se desvanece la batalla real contra el macrismo. Esa resistencia exige el contundente compromiso con la lucha, que demostraron los líderes de izquierda al acompañar a los trabajadores de Pepsico.

Habrá que ver si la derecha logra o no forjar su ansiada hegemonía. Ese resultado dependerá del desenlace de las batallas sociales. Los comicios de octubre incidirán pero no definirán la gran pulseada entre los capitalistas y los trabajadores.

REFERENCIAS

-Rosso, Fernando. ¿Cambiemos: una nueva hegemonía?

http://panamarevista.com/cambiemos-una-nueva-hegemonia/

-Alemán, Jorge. Cambiemos encarna una conquista del desierto cultural

http://www.tiempoar.com.ar/articulo/view/70041/cambiemos-encarna-una-conquista-del-desierto-cultural

-Semán, Pablo. Cambiemos está explorando una nueva hegemonía

http://www.agenciapacourondo.com.ar/elecciones-2017/cambiemos-esta-explorando-una-nueva-hegemonia

-Natanson, José. El macrismo no es un golpe de suerte

http://www.pagina12.com.ar/56997-el-macrismo-no-es-un-golpe-de-suerte

-Granovsky, Martin ¿ Derecha democrática ?  

https://www.pagina12.com.ar/57262-derecha-democratica

Postolski, Glenn. Elecciones sin vueltas

https://www.pagina12.com.ar/58085-elecciones-sin-vueltas

-Fidanza, Eduardo. Triunfos de verdad y de posverdad .  

http://www.lanacion.com.ar/2054686-triunfos-de-verdad-y-de-posverdad

Vilas, Carlos M. Vapuleados pero no vencidos

http://www.pagina12.com.ar/57065-vapuleados-pero-no-vencidos

-López, María Pía. ¿Qué hay de nuevo, viejo?

https://www.pagina12.com.ar/57923-que-hay-de-nuevo-viejo

Horowicz, Alejandro. Tanto realismo, tanta aceptación de las relaciones de fuerza, muestra la voluntad de no transformarla.  

http://www.herramienta.com.ar/content/elecciones-primarias-y-algunos-debates-estrategicos-urgentes-para-una-izquierda-sin-brujula

Claudio Katz. Economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI. Su página web es: www.lahaine.org/katz

Fuente del Artículo:

https://www.rebelion.org/noticia.php?id=231038

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2017, ¿etapa promisoria para el sistema educativo?

Fernando Ruiz


A pesar de su turbulento inicio, el Ciclo Escolar 2016-2017 terminó con destellos esperanzadores para la transformación educativa de nuestro país. Después de los álgidos momentos contra la reforma educativa en 2013, 2015 y 2016, la situación al final del presente ciclo escolar parece representar el fin de esa etapa y el inicio de la construcción de nuevas prácticas institucionales, docentes y escolares.

Se ha mejorado el cumplimiento del calendario escolar en los estados en los que tradicionalmente las dirigencias sindicales tienen como práctica habitual incumplirlo. En Oaxaca, bastión de la CNTE, se perdieron menos días de clase este ciclo escolar que durante cualquier ciclo de la última década.

De hecho, desde la aprobación de las reformas normativas de 2013, los días perdidos se han reducido, pasando de 28 días de clase perdidos en el Ciclo 2012-2013, 43 días en 2013-2014, 27 días en 2014-2015, 45 días en 2015-2016 y 16 en el ciclo que acaba de terminar.

Adicionalmente, en Oaxaca se observa una reducción en la magnitud de los paros laborales, rompiendo con una tradición de más de tres décadas; el paro de labores de agosto de 2016 inició con la participación de sólo 50% de las escuelas y disminuyó en la segunda semana a 23%. Es significativo que fueron forzados a terminarlo por las protestas de los padres de familia.

Esta situación reflejó lo que ya se había observado el ciclo anterior: de las más de 5 mil escuelas que participaron en el paro que empezó el 16 de mayo 2016, se fueron reduciendo sustancialmente durante el mes de junio hasta llegar a sólo 379 escuelas. En el último paro de este ciclo, en mayo de 2017, sólo 13% de los centros escolares cerraron.

Lo mismo se puede apreciar en el caso de Chiapas. En el Ciclo Escolar 2012-2013 se perdieron 59 días de clase, 30 días en 2014-2015, 51 días en 2015-2016 y 24 días en el ciclo 2016-2017. En este caso, fue notorio el aumento de la agresión física y verbal que la Sección 7 y la fracción democrática de la Sección 40 emplearon contra sus propios compañeros docentes e incluso contra los padres de familia de muchas escuelas para sostener el paro.

El cambio de la situación de Oaxaca no sólo se debe a los propios errores cometidos por la disidencia magisterial y el hartazgo social contra sus prácticas. La recuperación de la rectoría educativa, buscada con la desaparición del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) en 2015, la recentralización del pago de la nómina, el control de las plazas presupuestales y los concursos de ingreso y promoción, redujo sustancialmente los mecanismos de control sobre el
magisterio.

El contexto chiapaneco difiere del oaxaqueño, pero un elemento indispensable para terminar con la suspensión de clases y el uso de la violencia en ese estado será terminar con la impunidad de las prácticas de su dirigencia.

Un aspecto que puede estar influyendo en este cambio de tendencia es que los vaticinios respecto a los despidos masivos de trabajadores y la privatización de escuelas no se han cumplido. Las movilizaciones de 2015 y 2016 fueron en gran medida motivadas por la incertidumbre que la aplicación de la evaluación docente, su desorden logístico, y los cambios y ajustes sistémicos en los mecanismos de ingreso, promoción, colocación docente, cambios de adscripción, escalafón, prestaciones e incentivos docentes impactaran negativamente en la estabilidad laboral de los maestros.

Es importante señalar que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no dejará de ser un actor político relevante en sus respectivas entidades. Paralelamente a la pérdida de legitimidad de sus demandas y el debilitamiento de sus movilizaciones masivas, han refuncionalizado las alianzas con organizaciones sociales, incursionado en alianzas electorales e incrementado el uso sistemático de bloqueos y cierre de vialidades. Esto permitirá que, con un número relativamente pequeño de activistas, siga siendo un mecanismo efectivo de presión política sobre los gobiernos estatales.

Con el fin de la aplicación de la evaluación del desempeño docente 2015-2016 y 2016-2017, la continuidad de los concursos de ingreso y promoción, la cadena de anuncios referentes al cambio del modelo educativo vigente y su ruta de implementación, así como el fin de las movilizaciones masivas de la disidencia magisterial, se delinea el fin de la etapa iniciada en 2013 con la reforma del artículo tercero constitucional.

El futuro no está exento de riesgos y retrocesos, pero sin lugar a dudas dependerá de la sociedad y sus organizaciones civiles denunciarlas a favor del derecho a aprender de las niñas, niños y jóvenes en estos
estados.

Fuente de la articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/2017-etapa-promisoria-para-el-sistema-educativo.html

Fuente de la imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2017/06/21/594b03bd56742.jpg

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Buenos Aires apuesta por el bus y pierde la carrera del subterráneo

Federico Rivas Molina

Son las 8.00 de la mañana. Hora pico en la ciudad de Buenos Aires. Los parlantes del subterráneo de la línea B anuncian a los pasajeros que “una formación detenida en la estación Pasteur” ha obligado a interrumpir todo el servicio. Algunos abandonan el andén, otros esperan resignados. “B con demoras”, dice el cartel rojo que ya luce sobre los molinetes. “Nunca sé a qué hora salir de casa, siempre hay demora, mínimo dos días a la semana”, dice Inés, una joven auxiliar de enfermería. “Dejé pasar tres trenes repletos hasta que me pude subir a uno”, se queja Raquel, una maestra de nivel inicial que sabe que llegará tarde. Esta es la foto de cada día.

Buenos Aires fue la primera ciudad de Iberoamérica en inaugurar una línea de subterráneos, en 1913. Se anticipó así seis años a Madrid, 56 años a Ciudad de México, 61 años a São Paulo, 62 años a Santiago de Chile y 70 años a Caracas. Pero ser pionera no ha supuesto una ventaja en el largo plazo: la red de la capital argentina tiene hoy 61 kilómetros de vías, contra 294 kilómetros de la madrileña, 226 kilómetros de la mexicana, 103 kilómetros de la de Santiago, casi 80 kilómetros del paulista y 70 kilómetros del caraqueño. Una ecuación simple da cuenta del atraso: mientras los chilenos han construido a razón de 2,5 kilómetros de túneles por año, los argentinos lo han hecho a 0,60 kilómetros anuales, es decir cuatro veces menos. Santiago ya tiene listos túneles para sumar otros 37 kilómetros de vías a la red durante este año y planea alcanzar los 174 kilómetros en 2025.

Los usuarios como Inés y Raquel tienen de qué quejarse, aunque el origen del problema hay que buscarlo bien lejos en el tiempo. La red ideada en 1907 contemplaba la construcción de 100 kilómetros de túneles repartidos en nueve líneas, algo que evidentemente no se cumplió. El subterráneo de Buenos Aires es hijo del tranvía y las empresas inglesas que lo explotaban junto con el ferrocarril. La línea A, la primera, replicó bajo tierra un recorrido que unía Plaza de Mayo con el barrio de Caballito. De gestión privada, el capital era a riesgo del constructor, que a cambio obtenía un derecho de uso sin fecha límite. Pero el modelo privado fue insostenible en el tiempo.

“El subterráneo dejó de crecer en la época en la que dejó de hacerlo el ferrocarril, en los años 60, cuando empieza a crecer el colectivo (bus) como transporte urbano y se desmantelan los tranvías”, explica Martín Machain, experto en transporte y director del sitio enelsubte.com. “El lobby automotor logró que se frene la expansión del subte, luego hubo una tibia recuperación en los 80 y en los 90 llegan las privatizaciones y la concesión a Metrovías, aún vigente. Nuevamente hay un asomo tímido a principios de 2000 con la línea H y la extensión de otras, un impulso que no fue menor, pero se vuelve a frenar con el macrismo cuando prioriza el Metrobus (carriles exclusivos para buses). Hoy no hay estaciones nuevas en ejecución”, dice.

Desde el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires niegan que se haya detenido la apuesta por el subterráneo. Recuerdan que desde 2013, un año después de que el servicio pasara del control nacional al comunal, se inauguraron ocho estaciones nuevas y se compraron 400 vagones, aunque no todos fueron 0 km. Los porteños que usan la línea B viajan en los viejos vagones de la línea 6 de Madrid. Y si hablamos de kilómetros, el Gobierno prefiere medir el éxito de la gestión por la cantidad de pasajeros transportados. “Cuando recibimos el servicio en 2012 el subte transportaba 900.000 personas con coches de hasta 100 años de antigüedad y teníamos un índice de satisfacción del 31%. Ahora, cuatro años después, con un plan de inversiones de emergencia, movemos casi 1,2 millones de personas y el índice de satisfacción está en 63%”, dice el ministro de Desarrollo Urbano y Transporte de la ciudad, Franco Moccia.

Más de un siglo de historia convierten el subterráneo de Buenos Aires en fuente inagotable de curiosidades. Cuando los jubilaron en enero de 2013, los vagones belgas de madera La Brugeoise habían cumplido 100 años de trabajo ininterrumpido en la línea A, un récord mundial. La línea B, inaugurada en 1930, nació como un tren de carga para unir el mercado del abasto de frutas y verduras con el ferrocarril que llegaba hasta Chacarita, en el centro oeste de la ciudad. Las historias son ricas, pero no pueden ocultar las falencias actuales. Un partido político de la ciudad, Ahora Buenos Aires, lanzó para promocionarse un Tetris donde el jugador debe acomodar a los pasajeros en un vagón atestado. Para Itai Hagman, cabeza de lista de la agrupación, el subterráneo no se ha expandido por cuestiones políticas. “Son proyectos de mediano y largo plazo y eso en Argentina es un problema. Con el subte, el que inicia la obra no la inaugura y eso en términos políticos no es redituable. Las estaciones que inauguró Macri fueron construidas antes de que él asuma. El Metrobus, en cambio, lo hacen en 3 meses y se ve”, agrega.

La apuesta por el Metrobus es un elemento central de la política argentina. El alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, dijo que son la estrella del transporte urbano en todo el mundo, y su ministro Moccia destacó el carácter “multimodal” del sistema de la ciudad. “La cesta se llena igual, está lleno el Metrobus de la 9 de julio y está llena la línea C que va por debajo, con el mismo recorrido. Lo que hay que hacer es pasar más trenes y más colectivos, no es una cosa contra la otra”, dice. “El Metrobus es caro a corto y a largo plazo”, responde Machain. “En el resto del mundo es con carriles con recorrido fijo, pago previo y coches articulados. Aquí son carriles exclusivos con coches que entran y salen cuando coinciden con su itinerario”. El subterráneo de Buenos Aires perdió la carrera regional, de eso no hay duda. Resta ahora saber ahora si podrá recuperar al menos el prestigio de calidad heredado de la historia.

Fuente del articulo:

http://internacional.elpais.com/internacional/2017/06/12/argentina/1497282627_707091.html

Fuente de la imagen:

 http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2017/06/12/argentina/1497282627_707091_1497283650_sumario_normal_recorte1.jp

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