Page 2 of 2
1 2

South Sudan: Building Peace Through Video Games in South Sudan

Sudán del Sur/20 de Febrero de 2017/Allafrica

Resumen: Lual Mayen, un ingeniero de software de 24 años, está decidido a hacer lo que pueda para llevar el cambio a Sudán del Sur, un país destrozado por la guerra civil.  Mediante el uso de tableros y videojuegos, quiere promover la unidad y difundir su mensaje de paz en todo el mundo.

Lual Mayen, a 24-year-old software engineer, is determined to do what he can to bring change to South Sudan, a country ripped apart by civil war.

Through the use of board and video games, he wants to promote unity and spread his message of peace throughout the world.

«After the conflicts that started in 2013, I saw the horrible effects mass displacement could have with my own eyes. I witnessed it in IDP and refugee camps, but also online,» Mayen told Al Jazeera.

«These social clubs, both online and offline, were turned into sites for social evils and I could see the conflict brewing among various tribes that were crammed together. I knew that these scenarios could turn political and even physical, with people wanting revenge for what was happening to them.»

This made him start Junub Games, which by now has engaged some 20 software engineers, designers and developers.

In six months, Mayen and his team have created three games: one mobile game for Android smartphones and two board games.

«Salaam – the Arabic word for peace – is a game in which you must destroy symbols of war to [to promote peace],» Mayen explains.

While playing the game, a song called One People, One Nation can be heard in the background, driving home the point that the people of South Sudan must unite.

The incorporation of South Sudanese culture is a prominent feature of all of Mayen’s games. Through this, he hopes to attract young people who now usually play games made outside South Sudan.

The two other games made by Junub are board games. One of them, a card game named Wahda – an Arabic word referring to unity – is comparable to the classic game of Uno.

«The cards have words like Love, Hate, War, and Peace written on them,» Mayen explains. «Negative cards like War can be countered with positive words like Peace. Penalties on certain cards have the players pick up more cards. The goal of the game is to get rid of your cards as fast as possible, and the winner of the game is crowned ‘Peacemaker’.»

 Since the conflict in South Sudan started in 2013, only two years after its independence, tens of thousands of people have been killed. More than 1.5 million people have fled the country and another two million have been internally displaced.

 To prevent this vulnerable group falling prey to a message of hate and violence, Mayen is working to get his games distributed in refugee camps and other hubs of social activity.

«We are now doing pilot tests for these games in Kakuma Refugee Camp in Kenya and Nyamanzi in northern Uganda. For the mobile games we will also have social media campaigns to spread the message of peace,» he said.

His plans are bigger than just South Sudan: «These games could work everywhere. It would work in refugee camps across the world as well, in Syria for example.»

In an effort to expand Junub Games, Mayen was the first person to organise a so-called Game Jam in South Sudan. These community-driven events are held in several locations across the world and have people come together to create one or more games in a very short amount of time.

Organising the event in the youngest country on Earth led Mayen to connect with contacts within the international video game developers’ community. He has been invited to San Francisco to talk at the Games Developers Conference (GDC) – the world’s largest convention for video game developers – to talk about his efforts to create peace-building games.

«It’s about 90 percent sure I will get to go to San Francisco. I’m just waiting for my visa now,» he said.

The GDC might be the start of Mayen’s next big dream. His ultimate goal is to create a South Sudanese version of Silicon Valley.

«I want to get the attention of the government and talk about possibly starting courses in schools and universities for young people that want to become game developers. I want to do this to boost South Sudan’s economy so the country can become more stable,» he said.

For now, however, Mayen’s plans for South Sudan’s game developing community are still focused on making the country a safer place.

«Building peace is a long process, not something that can be achieved with one decision. Decisions have to be made at different levels and it takes a lot of different processes, people, and approaches,» he said.

«True peace is built over time. The way I do this is by creating games. Games to preach peace.»

This story from Al Jazeera was supplied to AllAfrica under an agreement with the African Media Agency.

Comparte este contenido:

Aprender para no perder la esperanza

Por: José María Gómez Vallejo

En el campo de refugiados de Calais, una localidad al norte de Francia, un grupo de voluntarios ha construido varias escuelas para enseñar idiomas a los miles de migrantes que allí residen.  «Esta escuela es importante para mí. Si quiero estar en Francia, tengo que aprender francés», dice Faisal, uno de los muchos refugiados que acude a las clases.

Existen miles de personas que, como Faisal, llegan a Calais con la intención de cruzar hasta Reino Unido, quedarse en Francia o buscar asilo en algún otro país que les quiera acoger. Llegan en barcas desde distintos lugares de África y Oriente Próximo. Cada día, el número de migrantes que decide marchar hasta este campamento es mayor y ya supera las 10 mil personas, según distintas organizaciones humanitarias.

La iniciativa surge desde el mismo campamento, cuando Zimako Jones, un migrante nigeriano que llegó en 2014, conoció a Virginie Tiberghien, una logopeda que hacía voluntariado en el lugar y a quien le propuso dar clases para ayudar a los demás refugiados. Ambos inauguraron la primera escuela en 2015. «Comenzamos porque aquí no había escuelas. Queríamos ayudar y unir a la gente», explica Virginie. «Me gusta enseñar interactuando, con juegos, corriendo, riendo, hablando… no sentados en la silla y simplemente mirando y escuchando. La vida aquí es muy dura y creo que reír es algo muy bueno para ellos», dice Michael, director de una compañía de teatro en París, que viaja a la escuela cada dos semanas.

Pero la labor de los voluntarios no se limita a dar clases de idiomas, también ofrecen ayuda psicológica y terapéutica, ofrecen una mano amiga para que se sientan comprendidos. Como Anneliese Coury, que es la coordinadora del proyecto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Calais: «Atendemos a mucha gente con problemas psíquicos, con síntomas de depresión, relacionados con el hecho de irse de su país, con un gran sentimiento de inseguridad». «Aquí les ofrecemos un espacio seguro».

La situación es trágica para los refugiados, ya que viven en una constante amenaza de desalojo. A veces la tensión deriva en revueltas que son reprimidas por la policía con cañones de agua y gases lacrimógenos. Pero ni los intentos de desmantelamiento del campo ni el aumento de los controles en las fronteras han conseguido disminuir las llegadas, y mucho menos han acabado con la esperanza de cientos de personas que acuden a las escuelas para aprender los idiomas de los países que, esperan, sean su nuevo hogar.

  Fuente: http://www.panamaamerica.com.pa/opinion/aprender-para-no-perder-la-esperanza-1047729
Comparte este contenido:

Expertos de derechos humanos de ONU inician misión en este de Africa

Asia/China/09 de Septiembre de 2016/Fuente: Xinhuanet

El organismo de derechos humanos de la ONU inició hoy una misión de 19 días a Sudán del Sur, Etiopía y Uganda para examinar la situación de derechos humanos en estos países.

En una declaración de la Comisión de la ONU para los Derechos Humanos en Sudán del Sur se indicó que se reunirán con líderes políticos y de la comunidad, refugiados y desplazados internos, así como con miembros de la comunidad internacional, en relación con la situación de derechos humanos en Sudán del Sur.

De acuerdo con la declaración, después de Juba, los comisionados de derechos humanos de la ONU visitarán Addis Abeba en donde se reunirán con los líderes de la Unión Africana, la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (AIGD) y con otros miembros de la comunidad internacional y la sociedad civil.

Posteriormente viajarán a Kampala y Adjumani en Uganda en donde visitarán campamentos para refugiados sursudaneses.

La comisión tiene planeado presentar un informe integral escrito al Consejo de Derechos Humanos en marzo de 2017 durante su 34° sesión regular.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2016-09/08/c_135670445.htm

Fuente de la imagen: https://www.emaze.com/@AZIWTZQO/Los-derechos-y-las-responsabilidades

 

Comparte este contenido:

Alto Comisionado promete más apoyo para la respuesta a la situación de los refugiados en Turquía

Asia/Turquía/04 de Septiembre de 2016/Fuente: ACNUR

Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, expresó su compromiso con reforzar el apoyo del ACNUR con los sistemas de asistencia y protección de refugiados en Turquía, el jueves en su segundo y último día de visita en el país.

Turquía acoge a la población más grande de refugiados en el mundo. Grandi uso su visita, la segunda a Turquía en ocho meses, para expresar sus condolencias por las vidas perdidas durante el fallido intento de golpe de Estado, así como los repetidos ataques terroristas en el pasado año.

Durante su tour en el edificio dañado del Parlamento, que fue golpeado por bombas durante la noche del 15 de julio, Grandi expresó su agradecimiento con Turquía por su apoyo a los refugiados inclusive en momentos difíciles.

En su reunión con el Presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció a Turquía su generosidad al acoger a tres millones de refugiados, incluyendo 2,7 millones sirios. Él además recalcó los grandes gastos financieros que hace Turquía para proteger a esta población, así como por la hospitalidad de los turcos al recibirlos en sus comunidades.

Él se comprometió a continuar abogando por más apoyo internacional, incluyendo un aumento en los fondos y los casos de reasentamiento. Además expresó su esperanza de que la Cumbre de la ONU sobre Refugiados y Migrantes del 19 de septiembre resulte en un mayor compromiso mundial con las responsabilidades compartidas con los países de acogida como Turquía.

“Turquía no puede acarrear la responsabilidad tan pesada solo. Esta debe ser compartida internacionalmente”.

“Turquía no puede acarrear la responsabilidad tan pesada solo”, le dijo Grandi a los reporteros en una conferencia de prensa en Ankara. “Esta debe ser compartida internacionalmente. No es solo un problema financiero. Es una responsabilidad moral internacional”.

Con más del 60 por ciento de los niños sirios refugiados fuera de las escuelas en Turquía, el Alto Comisionado concordó con Binali Yildirim, Primer Ministro de Turquía, que prevenir una generación perdida debe ser una prioridad.

“Todo empieza con la educación”, dijo Grandi al Ministro de Educación, Ismet Yilmaz, destacando el compromiso de la Agencia de la ONU con los Refugiados para ayudar a superar las barreras que mantienen a los niños fuera de las escuelas, brindando información específica, programas de capacitación en turco, capacitación de habilidades y un mejor acceso a la educación.

Él ofreció el apoyo del ACNUR para la campaña de Turquía que busca darles acceso a los sistemas de educación a más niños refugiados Estuvo complacido al saber del aumento del 50 por ciento de los niños están en la educación formal en el año pasado, y reconoció la garantía de Turquía con que todos los niños puedan tener acceso a la educación.

Antes de la guerra,  20 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 25 años en Siria estaba en la universidad. Actualmente, solo un poco más del 2 por ciento de los jóvenes de esa edad asisten a la universidad en Turquía.

Para ahondar su comprensión de los desafíos que enfrentan los estudiantes refugiados, Grandi se reunió con 10 estudiantes beneficiarios de la beca “DAFI” del ACNUR, que les permite asistir a la universidad. Ellos se encuentran entre los 6.500 solicitantes, de los cuales únicamente 700 la recibieron en 2016.

Muchos de los estudiantes realizaban trabajos misceláneos para poder mantenerse antes de recibir la beca, y la mayoría de sus amigos salieron de Turquía hacia Europa. Los estudiantes le dijeron a Grandi que su meta era completar su educación y poder retribuir, ya sea como profesionales en Turquía, o como ingenieros, expertos médicos, o periodistas para la reconstrucción de su hogar destruido por la guerra.

En su reunión con el Ministro de Familia y Políticas Sociales, Fatma Betul Sayan Kaya, Grandi abordó los desafíos que enfrenta el 80 por ciento de los refugiados, que son mujeres y niños, incluyendo un creciente número de niños no acompañados o separados. Él elogió los esfuerzos del Ministro por ofrecer servicios sociales a todos los refugiados vulnerables, incluyendo discapacitados y personas mayores. “Vemos a los sirios como miembros de nuestra propia familia”.

Los niveles de fondos internacionales para los refugiados son insuficientes para satisfacer las necesidades de las familias, por esto, Grandi destacó la importancia de la nueva legislación en Turquía que permite que los refugiados accedan al mercado laboral. Desde que la nueva ley entró en vigencia en enero del año anterior, 10.000 pudieron obtener permisos de trabajo.

Noventa por ciento de los refugiados en Turquía viven en zonas urbanas, y lograr sobrevivir se está convirtiendo en algo muy difícil para ellos, obligándolos a recurrir a métodos de sobrevivencia negativos. El ACNUR está trabajando con el Gobierno de Turquía en una serie de proyectos de auto suficiencia para promover la capacitación de habilidades y crear más oportunidades laborales.

Una solución política al conflicto en Siria “es la manera de detener los flujos de refugiados”.

Mientras que la violencia en Siria continúa, Grandi reconoció las preocupaciones sobre seguridad de Turquía y expresó su agradecimiento con el Gobierno por el compromiso de continuar admitiendo personas en necesidades humanitarias desesperantes. Él también reconoció que hay un gran número de no sirios llegando a Turquía todos los días, principalmente de Afganistán e Irak, así como una significativa cantidad de Irán y Somalia.

El ACNUR trabaja para brindar soluciones duraderas a estos grupos, y ha reasentado a 18.898 personas a otros países durante el 2016. Más de 270.000 refugiados y solicitantes de asilo no sirios continúan en Turquía.

Además, Grandi elogió los esfuerzos de Turquía, y los alentó a seguir luchando contra el negocio de tráfico de personas, el cual lo describió como una explotación criminal de los refugiados.

Para formalizar la cooperación de Turquía en relación con los temas de refugiados y asilo, el Ministro de Exterior, Mevlüt Çavu?o?lu y Grandi firmaron hoy un Acuerdo de País de Asilo.

El acuerdo mejorará la capacidad del ACNUR para apoyar al Gobierno de Turquía en entregar asistencia y protección a los refugiados. El ACNUR ha operado en Turquía durante 56 años, y sirve de enlace con el Gobierno para encontrar soluciones duraderas y protección para 10.000 refugiados y solicitantes de asilo. Así mismo, lidera y coordina los esfuerzos de las Agencias de la ONU para apoyar la respuesta del país para los refugiados de la crisis de Siria.

En una declaración a la prensa posterior a la ceremonia de la firma, Grandi dijo que esperaba que Turquía continuara apoyando los esfuerzos por encontrar una solución política al conflicto de Siria. “Esa es la forma de detener los flujos de refugiados. No construyendo muros, sino encontrando la paz”.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/alto-comisionado-promete-mas-apoyo-para-la-respuesta-a-la-situacion-de-los-refugiados-en-turquia/

Comparte este contenido:

Tras huir de la guerra, ¿qué espera a los niños y niñas sirios en Europa?

De: Gauri van Gulik

Ante la terrible situación que afrontan los menores de edad en Siria, representada de manera muy gráfica en la desoladora imagen del niño de cinco años Omran Daqneesh sentado al fondo de una ambulancia, ensangrentado y conmocionado, tras ser rescatado de los escombros de su casa, se comprende fácilmente por qué padres y deciden llevarse a sus hijos en un viaje desesperado y difícil hacia Europa.

Pero, aunque un niño como Omran lograra sobrevivir a ese viaje y alcanzar las costas europeas, aún le faltaría mucho para llegar al final de su terrible experiencia.

En una visita a la isla griega de Lesbos, pude ver de primera mano lo que les espera.

La terrible situación que afrontan los menores de edad en Siria quedó representada de manera muy gráfica en la desoladora imagen del niño de cinco años Omran Daqneesh sentado al fondo de una ambulancia, ensangrentado y conmocionado.

En un centro de detención de Lesbos conocí a Ahmed, un bebé de un año de edad que llevaba la mayor parte de su breve existencia enfermo de lo que su madre calificaba de ataque químico. La mujer me contó que una bomba había destruido su casa al poco tiempo de nacer Ahmed, y que la metralla había impactado en el cuello del bebé. Poco después había enfermado gravemente de asma y presentaba otros síntomas compatibles con inhalación de gas de cloro. Cuando yo lo conocí, casi un año después del ataque, pude ver sus cicatrices y las dificultades de su cuerpecito para respirar.

Sus familiares son de los primeros palestinos de Siria que huyeron de los horrores del asedio y el hambre en el campo de Yarmouk, a las afueras de Damasco. Pero la guerra les fue siguiendo los pasos cuando huyeron de Idlib hacia el norte del país. Después de que una bomba impactara en su casa, la madre de Ahmed madre cruzó con su familia la frontera hasta Turquía, donde pagaron a traficantes para que los transportaran a bordo de un bote sobrecargado por aguas peligrosas hasta las islas griegas.

Al llegar a tierra, la familia de Ahmed no tuvo precisamente una cálida bienvenida. Llegaron después del 20 de marzo, fecha de entrada en vigor del acuerdo de la UE con Turquía, que en la práctica transformó las islas en centros de detención.

La familia de Ahmed quedó atrapada junto a más de 3.000 personas en el centro de detención de Moria, aislado del mundo exterior por alambradas de espino. Cuando yo los vi, no tenían intimidad ni sabían lo que iba a ser de ellos. Ahmed no fue atendido rápidamente para recibir la asistencia médica que necesitaba con urgencia; primero un médico les entregó una caja de paracetamol.

Ahora ya no están detenidos pero continúan atrapados en Grecia, como casi 60.000 refugiados y migrantes más. Las rutas de acceso a Europa están cerradas en su mayor parte. Si dependiera de algunos líderes europeos, la mayoría de estas personas serían expulsadas sin más a Turquía.

Esta situación desesperada se da en toda Europa: Hungría, Serbia, Grecia, Calais y otros lugares.

Omran me recuerda a otros muchos niños que hemos visto por todo el continente, y las atroces situaciones que viven.

Llevamos 423 días aquí, sin esperanza, sin educación, sin escuelas. Necesito que me den la oportunidad de acabar mis estudios.
Niño refugiado de 16 años

Casi un tercio de las personas refugiadas y migrantes que cruzan el mar Mediterráneo hacia Europa son menores de edad. Muchos viajan solos, expuestos a la explotación, o por el camino son separados de sus familias, a veces por las propias autoridades.

Para los que han sufrido el trauma de la guerra casi no hay apoyo psicosocial disponible.

Apenas hay espacios para que jueguen, y menos aún para que aprendan o asistan a clase.

Algunos llevan tanto tiempo sin ir a la escuela que ya no saben leer ni escribir.

El desgarro y la indignación no son suficientes. Estos niños y niñas necesitan seguridad, atención especial, educación y un techo sobre sus cabezas.
Gauri van Gulik

Un chico de 16 años de Siria que había estado en un campo en territorio continental griego nos contó: “Llevamos 423 días aquí, sin esperanza, sin educación, sin escuelas. Necesito que me den la oportunidad de acabar mis estudios.”

Estos niños y niñas necesitan seguridad, atención especial, educación y un techo sobre sus cabezas. Necesitan gobiernos que permitan y faciliten la reagrupación familiar. Necesitan países que se atengan a sus compromisos de reasentar y reubicar familias como la de Ahmed. Los gobiernos europeos están vergonzosamente atrasados en ambos frentes. Por ejemplo, los dirigentes de la Unión Europea sólo han reubicado el cinco por ciento de los refugiados que prometieron admitir el pasado mes de junio.

Aunque Omran, como antes pasó con Alan Kurda, haya atrapado la atención del mundo, el desgarro y la indignación no son suficientes. Las imágenes han conmovido al mundo, pero no a los dirigentes. Mientras no actúen, miles de niños y niñas correrán la misma suerte que Omran, Alan y Ahmed.

Comparte este contenido:

Kenia: Temerario cierre del mayor campo de refugiados del mundo pone vidas en peligro

Amnistía Internacional

Es probable que la decisión del gobierno keniano de cerrar dos grandes campos de refugiados, incluido el de Dadaab, el mayor del mundo, ponga en peligro la vida de miles de personas inocentes, ha declarado en Amnistía Internacional.

“Esta temeraria decisión del gobierno keniano representa una renuncia de su obligación de proteger a las personas vulnerables y pone en peligro miles de vidas”, afirmó Muthoni Wanyeki, directora regional de Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno de África y los Grandes Lagos.

“Podría desembocar en el retorno involuntario de miles de personas refugiadas a Somalia y a otros países de origen, donde sus vidas podrían seguir corriendo peligro. Esto sería una violación de las obligaciones contraídas por Kenia en virtud del derecho internacional.”

El secretario principal del Ministerio del Interior y Coordinación del gobierno nacional, doctor Karanja Kibicho, dijo en una declaración que la decisión de cerrar los campos de Dadaab y Kakuma se debía a “enormes problemas de seguridad, como la amenaza de Al Shabaab”.

Afirmó que Kenia había acogido a más de 600.000 refugiados durante más de un cuarto de siglo y que había soportado “una carga económica, de seguridad y medioambiental muy pesada”.

También pidió el apoyo de la comunidad internacional para acelerar el proceso.

“Aunque es cierto que la reubicación en terceros países viene siendo lenta, Kenia debería considerar soluciones permanentes hacia la plena integración de las personas refugiadas, algunas de las cuales llevan ya generaciones en Kenia”, concluyó Muthoni Wanyeki. “El retorno forzoso a situaciones de persecución o conflicto no es una opción.”

Fuente de la noticia: https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/kenia-temerario-cierre-del-mayor-campo-de-refugiados-del-mundo-pone-vidas-en-peligro/

Fuente de la imagen:https://www.es.amnesty.org/typo3temp/processed/csm_07_12_3497320136.jpg

Comparte este contenido:
Page 2 of 2
1 2