Educación confirma a sindicatos que no habrá maestros en las aulas para alumnos de dos años, la clase será atendida por técnicos educativos. SIDI cree que el plan puede incumplir la Ley Orgánica de Educación.
La Consejería de Educación ha confirmado esta mañana a los sindicatos que no habrá maestros en las aulas para alumnos de dos años que piensa poner en marcha en 55 colegios públicos de la Región el próximo curso. La clase será atendida por técnicos educativos y la administración no aclara cómo cumplirá el mandato legal que obliga a que las labores de coordinación y programación sean desarrolladas por un maestro, aunque los sindicatos temen que el plan de la consejería pase por sobrecargar de trabajo a los docentes de los colegios elegidos para albergar ese nuevo servicio.
Educación ha citado hoy a los sindicatos no para negociar, sino para comunicarles los detalles del modelo diseñado para este nuevo ciclo de educación infantil. Es un plan que, en opinión de Chema González, del sindicato SIDI, puede incumplir los términos establecidos en la Ley Orgánica de Educación.
La otra posibilidad que barajan los sindicatos es precisamente esa: que, en este modelo de bajo coste que Educación ha diseñado, la responsabilidad de elaborar las programaciones y de coordinar la actividad recaiga en alguno de los maestros de infantil que ya forman parte de las plantillas de los colegios elegidos para implantar los cursos de dos años. Pascual Puche, de CCOO.
También ANPE reclama que cada unidad de 2 años esté dotada con un maestro especialista de educación infantil, y recuerda el carácter educativo que otorga la actual Ley de Educación al primer ciclo de educación infantil. Lo cierto es que, con esta decisión, la consejería consigue dos objetivos: primero, ahorra dinero, porque los técnicos educativos que atenderán las aulas pertenecen al nivel C y sus salarios son notablemente más bajos que los de los maestros. SIDI anuncia que estudiará si hay margen para tomar acciones legales.
El segundo objetivo que Educación consigue con este modelo es que no tendrá que negociar con los sindicatos de la enseñanza, porque el personal elegido procede de las bolsas de administración general de la Comunidad Autónoma. Los sindicatos sostienen que la Consejería ha actuado deliberadamente a sus espaldas. El modelo, aseguran, ya fue negociado hace un año con las patronales de los centros privados, que recibirán una subvención pública financiada con cargo a los presupuestos de la Comunidad Autónoma, mientras que para los centros públicos se apuesta por una estrategia que evite a la administración regional tener que añadir ni un sólo euro a la financiación procedente de Europa. Nacho Tornel, secretario general de la federación de Enseñanza de Comisiones.
“Quizás me pueden decir que mi problema es la falta de vocación. Y puede ser, pero creo que va mucho más allá de eso. Después de ocho años haciendo clases de historia en colegios, decidí salir y buscar otros proyectos. Aunque sigo haciendo preuniversitario y permanezco en contacto con alumnos que me desafían intelectualmente, no es lo mismo.
No es lo mismo, porque nadie que no haya estado parado frente a 30 adolescentes de 17 años puede entender lo que significa pararse ahí cada día e intentar remecerlos, hacerlos pensar, reflexionar, abrir sus mentes y almas al aprendizaje. Es un desafío que aprieta la guata, literal. Y que cuando ves resultados, te llena la vida de sentido. Pero me cansé.
Me cansé de una pega en que la mayoría del tiempo te sientes poco valorado. La gente cree que llegas temprano a la casa a descansar y estar con los tuyos, pero en realidad llegas a corregir y planificar encerrado en una pieza sin paga alguna. Porque el famoso “2 x 1″ es ridículo (1 hora de planificación por 2 de clase). Todos los profesores lo sabemos, pero nadie hace nada por cambiarlo. Se nos exige excelencia, pero ser excelentes significa trabajar la mitad del tiempo gratis.
Me cansé del ritmo agotador, de correr atrás de un timbre y estar siempre bien. Porque ser profesor implica eso, estar siempre bien. Ser profesor no admite errores y eso es agotador. Si trabajas en una empresa puedes estar un día más callado, más serio, más distraído. Pero cuando eres profe y estás frente a tu curso, tienes que ser pura pasión, pura vibra, pura paciencia y sabiduría. No puedes caer, no te puedes enojar, no puedes perder la paciencia. Estás en un pedestal, siempre eres ejemplo para alguien.
De más está mencionar el sueldo. Me cansé de una remuneración que no tiene expectativas de mejora en el tiempo, que ves estancada por mucho que te esfuerces.
Finalmente, me cansé de tener que “dar gracias” por las vacaciones de verano, cuando en realidad uno llega a diciembre, literalmente, arrastrándose. Creo que si no tuviéramos ese descanso, sería imposible tener la vitalidad y la fuerza necesaria para empujar el carro en marzo.
Creo que si mi pega fuera más valorada en el día a día no habría salido corriendo. Si los alumnos dieran las gracias más seguido, si te miraran a los ojos, si te perdonaran un mal día. Si los apoderados empatizaran más con nuestra labor y entendieran que además de exigir, es importante valorar el trabajo diario. Si los colegios le dieran prioridad a nuestro tiempo y nos pagaran lo que corresponde por planificar. Y que además respetaran ese tiempo sagrado, sin poner charlas y reuniones en ese horario que es clave para hacer clases de calidad.
Me da pena porque sé que hay muchos profes en las mismas condiciones que yo. Muchos podrán decir que son profesores amargados, yo creo que son profesores cansados. Cansados porque todos necesitamos que nuestro esfuerzo se valore, pero a los profesores se nos exige trabajar por vocación.
Yo no me cansé de hacer clases, de planificar, de corregir, de entablar un vínculo profundo con los alumnos. De hecho, lo extraño tanto. Uno sabe que ser profesor es el trabajo más importante del mundo. Y quizás “recaiga” y vuelva a la sala de clases. Porque cuando uno es profe, sabe cómo puede cambiar la vida de alguien. Hoy me juntaré con una ex alumna a tomar un café y me da pena pensar que hay más “Antonias” necesitando profesores que marquen sus vidas.
Pero por ahora, con pena, colgué el delantal”.
*Josefina H. tiene 31 años. Prefirió no poner su apellido, para que su texto no sea un problema para futuros trabajos.
El regreso a clases presenciales fue solo uno de los desafíos que las y los maestros enfrentamos en este año lleno de imposiciones, aumento de la carga laboral y una “revalorización del magisterio” que sigue sin llegar.
El 2021 fue un año complejo para miles de trabajadores. No solamente porque enfrentamos una pandemia que ha dejado miles de muertos, sino porque vivimos una crisis económica que, sin llegar a ser catastrófica, ha tenido graves consecuencias para la calidad de vida de los de abajo.
El magisterio no fue la excepción. Durante todo el año vimos movilizaciones importantes del magisterio en Michoacán, Tamaulipas, Chiapas, Morelos, Hidalgo, Zacatecas, entre otros, principalmente por falta de pagos y en defensa de sus derechos.
Quizá el más emblemático de todos estos movimientos fue el caso de Zacatecas, donde hubo una “rebelión” local de los trabajadores estatales, docentes y trabajadores de la salud que salieron masivamente en unidad contra la reforma del ISSSTEZAC, donde el magisterio jugó un rol importante, más allá de los límites que expresó el movimiento y los desafíos que las y los trabajadores de Zacatecas tienen por delante.
Además de la falta de pagos, este año vivimos una importante disminución de nuestro poder adquisitivo. Considerando que la inflación en nuestro país fue la segunda más alta entre los países de la OCDE, el aumento salarial que recibimos fue raquítico, apenas un 3.4 %, que resultó insuficiente para solventar nuestras necesidades que aumentaron significativamente con la pandemia, pues pagamos con nuestros recursos la educación a distancia así como el regreso a clases presenciales, pues ni la SEP ni el gobierno de AMLO nos otorgaron recursos para una reapertura segura.
Presupuesto educativo 2021
Este año el sector educativo enfrentó nuevos recortes, desaparición de programas y recursos insuficientes como planteamos aquí. El “incremento” otorgado fue solo del 0.2% en comparación con el del 2020. De un total de 54 programas a través de los cuales se ejerció el presupuesto, 40 tuvieron recortes mientras que 13 desaparecieron por completo.
Asimismo, la disminución al presupuesto a las escuelas normales -que pone en riesgo su existencia- ha sido una constante en los últimos años, lo que propició movilizaciones de las y los normalistas que tuvieron que enfrentar la represión, como la que vivieron en Mactumactzá y en Teteles, quienes además padecieron vejaciones y agresiones sexuales en manos de la policía.
Educación superior
En marzo se aprobó la Ley General de Educación Superior que fue rechazada por distintos sindicatos -aunque éstos no se movilizaron para evitar su aprobación- por considerar, entre otras cosas, que se degrada el derecho a la educación superior y se limitan las iniciativas de cambios democráticos de las leyes orgánicas de las instituciones autónomas.
Por otro lado, este año movimientos como #UNAMNoPaga evidenciaron la enorme precarización que padecen las y los docentes del sector universitario. Previamente la lucha de los docentes despedidos de la UACM ya había puesto sobre la mesa este tema que ha seguido profundizándose en distintas instituciones, como las Universidades para el Bienestar «Benito Juárez García” y la Universidad “Rosario Catellanos”, que tienen en común la precarización y los nulos derechos laborales de sus docentes.
Delfina Gómez: regreso a clases presenciales, despidos y precarización docente
Este 2021 comenzamos con una nueva secretaria de educación, Delfina Gómez, quien generó expectativa entre las y los docentes al ser presentada como la “maestra” a cargo de la SEP; sin embargo, pronto desencantó al magisterio.
El primer desengaño vino con la imposición del regreso a clases presenciales. Como lo planteamos aquí, éste se impuso sin consultar a las y los docentes ni a las familias sometiéndolos a un importante riesgo de salud pues no dotaron a ninguna escuela de recursos ni insumos para enfrentar la situación. Frente a los contagios que hubo, no tomaron medidas para proteger a la comunidad escolar. Esto respondió, como denunciamos en su momento, a la necesidad de los empresarios de la reapertura económica, más que al rezago educativo para el cual tampoco hubo nunca un plan serio por parte de las autoridades educativas.
Asimismo, este ciclo escolar se violentó nuestro derecho al descanso como planteamos aquí, al aumentarse los días laborales, generando un agotamiento físico y mental muy importante para los maestros y alumnos.
Por otro lado, la “austeridad republicana” llegó al magisterio de la mano de Delfina Gómez, quien lo primero que anunció al llegar a la SEP fueron despidos inmediatos en distintas áreas; a esto se sumaron las irregularidades de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM) en el otorgamiento de plazas docentes y en la promoción tanto horizontal como vertical que se desprende de la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, con la que ahora se eliminó el derecho de los maestros a tener aumentos salariales significativos al ligar los ingresos con la evaluación.
EL SNTE y la CNTE durante el 2021
Como planteamos aquí, una asignatura pendiente del gremio magisterial sigue siendo la democratización del sindicato, el cual, al seguir en las manos del charrismo sindical, no ha servido como una herramienta de organización y de lucha para los maestros.
Los dirigentes del SNTE, a espaldas de las y los trabajadores de la educación se declararon el ejército ideológico de la 4T y han sido fieles a sus mandatos, dejando pasar todas las políticas del gobierno en materia educativa.
El año pasado publicaron el nuevo reglamento de elecciones sindicales para renovar a los representantes de las secciones que integran el sindicato, con el que el SNTE se pone a tono con la reforma laboral y asegura “democratizará” la institución. Sin embargo, en los estados donde se ha llevado a cabo la renovación de los Comités Ejecutivos Seccionales -como Baja California, Tlaxcala, Nuevo León y Yucatán- lo que se demostró fue más de lo mismo: procesos amañados, tiempos y requisitos restrictivos que impiden la participación de maestros y maestras de base y la continuidad de los charros en el poder.
Por su parte la CNTE, si bien comenzó el año con la Caravana del Sur, que se movilizó a la CDMX con demandas importantes como echar abajo las UMA como referencia para el cálculo y pago de pensiones y la cancelación de la USICAMM, desafortunadamente dio continuidad a su política de centrarse en las mesas de negociación con el gobierno en lugar de buscar fortalecer al movimiento magisterial. Dejó pasar sin movilización unificada la imposición del regreso a clases presenciales y está dejando pasar en la mayoría de los estados las renovaciones sindicales sin dar la pelea contra los charros por la recuperación del sindicato.
Es indispensable que la CNTE rompa ya la tregua con el gobierno y que llame al magisterio nacional de los distintos niveles educativos a organizarnos, unirnos y movilizarnos para generar un plan de lucha unificado con el que podamos enfrentar el ataque a la educación que el gobierno de la 4T continúa profundizando.
¿Qué podemos esperar las y los docentes en el 2022?
Como vimos, la situación del magisterio no solo no ha cambiado desde los gobiernos anteriores, sino que en distintos aspectos el ataque se ha profundizado. Nada bueno podemos seguir esperando del gobierno de la 4T que ya nos ha demostrado que dará continuidad a los planes de los organismos financieros internacionales y los grandes empresarios a nivel internacional en materia educativa. Es por ello que debemos organizarnos para enfrentar lo que se viene.
En el siguiente artículo profundizaremos sobre las perspectivas del magisterio y cómo podemos enfrentar la situación. No te lo pierdas.
América del Sur/Chile/21-05-2021/Autor(a) y Fuente: www.colegiodeprofesores.cl
Desde que comenzó la pandemia la carga laboral de las y los profesores ha aumentado considerablemente. Según el estudio “Una mirada a partir de la realidad COVID-19” de la Fundación Chile el 57% de los docentes encuestados, de un total de más de 2.600 profesores de todo el país, presentaba signos de desgaste extremos, comparables al síndrome de burnout, que es el agotamiento excesivo que aparece como respuesta al estrés laboral prolongada. Conversamos con Manuel Araya, dirigente del Colegio de Profesoras y Profesores comunal Algarrobo, sobre cómo se vive esta realidad en su localidad.
Algarrobo es una comuna costera con poco más de 11 mil habitantes y a pesar de ser una localidad donde habitan personas con gran poder adquisitivo la brecha de la desigualdad es aguda. Según Manuel Araya, la mayoría de las escuelas públicas acogen a estudiantes que viven bajo la línea de la pobreza: “Somos escuelas con altos índices de vulneración y puedo dar fe que los colegas hacen un tremendo esfuerzo para llegar a los estudiantes más necesitados, estudiantes que tienen otras necesidades que como docentes debemos ayudar a atender. Y mientras nosotros vivimos en terreno esta realidad, desde el Ministerio de Educación los niveles de exigencia siguen siendo los normales y el agobio laboral de esta seudo normalidad en la que nos tienen trabajando ha generado un nivel de cansancio extremo”.
Según una encuesta realizada por Educar Chile, el 50% de los profesores se encuentran estresados y el 52% indica que tiene síntomas de ansiedad. Para Manuel Araya lo que sucede en Algarrobo puede ser un botón de muestra de lo que sucede a nivel país: “Hoy día está situación está llevando al colapso de las colegas: hay licencias médicas impresionantes producto del estrés laboral y cómo éste ha repercutido en el bienestar emocional de nuestros colegas; hasta la fecha tenemos 6 denuncias por acoso y maltrato laboral ejercido por la directora de una escuela de la zona y por último, desde el Ministerio de Educación nos obligan en Fase 2 a dictar clases híbridas, es decir, tenemos que llegar con el mismo contenido de manera simultánea a los alumnos que están en el aula y en las casas sin contar con el equipamiento tecnológico necesario”.
El dirigente además señala que también ha repercutido en sus colegas los comentarios provenientes de personeros Gobierno que han señalado que los profesores están buscando excusas para no trabajar: “Es una situación angustiante y agotadora. Lo que ha hecho la autoridad es dejar de lado los factores socio-emocionales con respecto a los estudiantes y sus familias, hay poblaciones donde la vivencia en comunidad es más que compleja, hay padres y madres sin trabajo lo que aumenta el estrés, hay estudiantes que si no es por la canasta de la Junaeb no tienen qué comer y eso no se puede dejar pasar, no podemos hacer una clase normal cuando nuestros estudiantes no tienen qué comer y eso no lo ha entendido la autoridad”.
Fuente e Imagen: https://www.colegiodeprofesores.cl/2021/05/18/la-seudo-normalidad-y-el-agobio-laboral-que-viven-los-docentes-en-pandemia/
Mamás provenientes de distintos lugares y realidades, escribieron su experiencia del encierro, el cuidado y el trabajo durante el confinamiento por la pandemia. Las 48 historias, que fueron reunidas por las periodistas Cynthia Rodríguez y Olimpia Velasco, son la evidencia de cómo el Estado recarga en los hombros de las mujeres el cuidado y el sostén de la vida.
Un libro que acoge la historia de 48 mujeres que podrían ser las historias de muchas mujeres: encierro, trabajo, maternidad, cuidado de la casa, cuidado de los hijos, escuela de los hijos, estrés, agotamiento, soledad.
Mamás en cuarentena, editado por las periodistas Cynthia Rodríguez y Olimpia Velasco, son los relatos en primera persona de mamás que, a través de su palabra y su experiencia, salen de casa o quizá sería mejor dicho abren su casa para recibir, para encontrarse con otras como ellas en busca de un acompañamiento, de un “no estás sola” y un gesto de sororidad colectiva en esta pandemia.
Estos relatos, que hablan desde distintas geografías y realidades -un hijo o más, desde el empleo o el desempleo-, “logra contar una historia sobre el miedo, el desconcierto, la inseguridad, el remordimiento, la culpa, el hartazgo, la esperanza, el aprendizaje, el amor y el espíritu de lucha de quienes compartieron su historia desde lo más íntimo de sus hogares y que podrían reflejar la voz de millones de madres”, dice María Luisa Díaz de León, periodista que también es coautora de esta antología.
Sí. Los relatos que hay aquí son relatos de ternura, de agotamiento, de dolor y frustración. Porque, como escriben las editoras en la introducción: “las mamás llevan la peor parte de la pandemia de coronavirus”.
La carga laboral, la violencia
Unos datos que presenta la periodista en la introducción:
En México, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 15 millones de mujeres tienen sobrecarga de trabajo, multiplicada por la labor doméstica y la de cuidado y crianza. Con la pandemia la situación empeoró: menos horas de sueño, más trabajo.
En Italia, uno de los países más afectados por la covid-19, el 35 por ciento de mujeres con hijos de 0 a 14 años tuvo que renunciar a sus trabajos para poder hacerse cargo de ellos por el cierre de escuelas.
Niños, niñas y adolescentes, que requieren tutoría en las clases, ayuda para hacer las tareas, diálogo para asegurar el aprendizaje y refuerzo para afianzar y aplicar el nuevo conocimiento, multiplicaron la tarea para las madres de familia trabajadoras, que no es una cifra menor: 14.8 millones de mexicanas.
En cuanto a la salud mental: las editoras citan a Gary Barker, especialista de Promundo-US, quien advirtió que sin cuarentena padecía estrés una de cada 20 personas y durante el confinamiento la cifra aumentó a una de cada cuatro.
A esa multiplicación de problemas se añadió la violencia doméstica -incentivada por el encierro y los problemas antes mencionados- la Red Nacional de Refugios dijo, en la última semana de julio, que aumentaron 81% las agresiones contra mujeres, niñas, niños y adolescentes en confinamiento.
En México, el Consejo Nacional de Población (Conapo) prevé 145 mil 719 embarazos excedentesentre 2020 y 2021, debido a que las mujeres no acudieron a recibir métodos anticonceptivos por temor al contagio de covid-19; de esos embarazos 21 mil 575 serán de adolescentes y jóvenes de menos de 19 años de edad, un 20% más de lo que se reportó durante el año pasado.
“Esta pandemia ha cambiado al mundo, en ese sentido debía también cambiar la posición de las mujeres: promoviendo la igualdad, el respeto a sus derechos, recibiendo apoyos que deben formalizarse en políticas públicas que transformen y formen la vida de las niñas, con acceso a educación y cuidados. Una vida en general para las mujeres: ‘Más solidaria, justa, feminista e igualitaria’”, escriben.
Pensar, compartir las vidas que queremos
Nashieli Ramírez, titular de la Comisión de Derechos de la Ciudad de México, y con una amplia experiencia de trabajo en la atención a infancias y mujeres, prologó el libro Mamás en cuarentena.
En el libro Nashieli encontró historias que se entretejen y que “construyen una conciencia colectiva de un pensamiento presente desde que este encierro comenzó para todas las personas y nos atrajo a las dinámicas domésticas en las que cada día, cada hora, es una labor continua para nutrirnos de cuidados, de alimentos, de emociones, de resoluciones claras y sostenibles de conflictos, de gestión de temores y de motivación de alegrías”.
Y afirma que, aunque hay realidades y condiciones distintas, también hay un punto de encuentro: la incertidumbre por lo que viene.
“Compartimos la preocupación por el mundo que habitarán nuestras hijas e hijos y la adaptación de las sociedades en las que se desenvolverán, por cómo perfilará sus vidas y las nuestras este contexto global. La pandemia por covid-19, el encierro, nos ha hecho sentirnos vulnerables, precarias y, sobre todo, recordar que lo somos”, escribió Nashieli Ramírez.
La realidad sobre las precarias redes de cuidado, que se reflejan en las historias, “debe contribuir a armarnos sistemas institucionales funcionales para los tiempos precarios que vivimos y viviremos”.
Cecilia González, periodista y escritora, ve también algo luminoso en compartir estos relatos.
“Hubo llantos, risas, culpas, hartazgo, abrazos, peleas, clases virtuales, desorden de espacios y horarios; fastidios, miedos, esperanza, orgullo, dudas. Alivio por recuperar momentos familiares simples, pero reconfortantes, que habían pasado a la historia. La rica diversidad de voces femeninas plasmadas en Mamás en cuarentena… nos demuestra que no hay fórmulas únicas para establecer un vínculo primario que, en estos relatos, está basado, sobre todo, en mucho amor. Y eso hay que celebrarlo”, afirmó.
Fuente e imagen: https://piedepagina.mx/mamas-en-cuarentena-del-encierro-a-la-conversacion/
Debido a las malas condiciones de trabajo, cada vez es mayor el porcentaje de maestros que renuncian a nivel mundial.
La docencia está en crisis a nivel global. Cada vez son más los profesores que piensan en renunciar debido al estrés, mala paga, falta de respeto y carga laboral excesiva.
Frustrados por los bajos salarios, falta de respeto, fondos insuficientes, estrés, carga laboral excesiva y no sentirse valorados, la mitad de los maestros de escuelas públicas de Estados Unidos han considerado abandonar la profesión. Según un estudio de Phi Delta Kappa (PDK), los principales motivos de la deserción docente son: descontento con el manejo de la disciplina de su escuela (60 %); salario y pocos beneficios (22 %); estrés, agotamiento o presión (19 %); y la percepción de no sentirse respetados y valorados (10 %).
Además, los maestros sienten que tienen mucha presión por cumplir tanto objetivos ajenos a sus clases (como los exámenes estatales), como las expectativas de lo que los padres quieren que sus hijos aprendan. PDK menciona en la encuesta que los padres de familia piensan que las escuelas públicas deberían tener clases de educación cívica y ofrecer estudios bíblicos o meditación como asignaturas optativas. Estas exigencias aumentan las presión de los profesores.
Yahoo encuestó a más de 50 profesores estadounidenses para conocer qué los llevó a renunciar. Uno de ellos comentó que su trabajo dejó de ser enseñar, y se convirtió en impulsar los datos del rendimiento de sus alumnos. El exceso de trabajo también es un factor. “Trabajar 70 horas a la semana durante muchos años ha significado que mi salud y mi vida familiar han sufrido. Salgo antes de que el trabajo me mate”, comentó otro de los encuestados. El sentimiento es compartido, una maestra de español agregó que sus compañeros se sienten abrumados porque enseñar se ha convertido en una carga, “las cosas se han puesto muy mal” concluyó.
Es tanto el agotamiento y decepción en la profesión que, cuando se les preguntó si quisieran que sus hijos se convertirán en profesores, la mayoría de los padres respondieron que no. Joan Richardson, directora de la encuesta realizada por PDK, mencionó que “a medida que la profesión docente se ha vuelto mucho más difícil, hemos visto mucho menos interés por parte del público y de los maestros en alentar a otros a seguirlos en la profesión». Es tanto el agotamiento y la decepción en la profesión que, ellos mismos no quieren que sus hijos se dediquen a la enseñanza.
Según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, 2018 fue el año con más renuncias de maestros en los últimos 17 años (los datos comenzaron a registrarse en 2001). Aproximadamente un millón de trabajadores en educación pública dejaron sus puestos el año pasado. Lo más preocupante es que, si la tendencia persiste, este año los números serán peores.
Pero esta crisis no se limita a Estados Unidos, es un problema que ocurre a nivel global.
La crisis en Reino Unido
En los próximos cinco años, un 40 % de los docentes entrevistados por el Departamento de Educación del Reino Unido respondieron que no se ven trabajando como maestros. De los 8 600 entrevistados, la mayoría culparon la carga excesiva de trabajo y responsabilidad abrumadora como la principal motivo de su retiro.
Además, uno de cada cinco encuestados (cerca de 18 % de la muestra) no se ve enseñando en los próximos dos años. No son los únicos: dos quintas partes de los líderes escolares y personal de apoyo, además de docentes, desean renunciar en los próximos cinco años por razones muy similares a las de los docentes en Estados Unidos: cargas de trabajo fuera de control y responsabilidad excesiva.
Otra encuesta, esta realizada por la Unión Nacional de Educación (NEU), arrojó que 26 % de docentes encuestados con menos de cinco años de experiencia desean renunciar para 2024. ¿El motivo? El 62 % mencionaron como principal razón la carga del trabajo y 40 % el nivel de responsabilidad. En contraste, solo 15 % de los encuestados con menos de años de experiencia planean renunciar en 2024.
La crisis en Australia
Los docentes australianos recién egresados entran al mundo laboral con altas ilusiones, sin embargo, entre 30 % y 50 % abandona la profesión durante los primeros cinco años, según una encuesta de Queensland College of Teachers.
Abandonan la profesión porque sienten que no tienen tiempo para nada debido a la carga de trabajo además de sufrir de estrés. Muchos dicen que se sienten presionados por cumplir con los requisitos del Programa Nacional de Evaluación – Alfabetización y aritmética (NAPLAN, por sus siglas en inglés) y que temen hablar de su estrés. Pero estos factores también afectan a otras áreas. Los directores también se ven gravemente afectados por el estrés. Las relaciones con los padres es uno de los problema más graves ya que los han llevado a renunciar por intimidación. Incluso, un 44 % de los directores han sido amenazados con el uso de violencia.
La crisis en Chile
Según el investigador Juan Pablo Valenzuela, del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile (CIAE), cerca del 40 % de los maestros abandonan las aulas en los primeros cinco años (incluyendo a aquellos que enseñan en escuelas privadas).
En su investigación, Valenzuela descubrió que de los profesores que comenzaron a trabajar en el año 2000, el 22 % había abandonado la profesión para 2002. Para 2009, el porcentaje de renuncias se elevó a 56 %. Y estas cifras sólo van en aumento: de los docentes que ingresaron en 2004 el 23 % ya había abandonado las aulas para 2006.De los que entraron en 2007, un tercio renunció para 2009. Esta situación se atribuye a las malas condiciones laborales y el agotamiento emocional.
Las crisis en Venezuela
Venezuela está pasando por una crisis política que ha llevado a una gran inestabilidad en todos los sectores del país. Afectando también a la educación y los docentes venezolanos. Desde 2017, al igual que en Chile, un 40 % de los profesores han abandonado la profesión. Algunos de los motivos incluyen los bajos salarios y pésimo estado de las aulas, además de otras malas condiciones laborales (como la falta de seguridad social, atención médica y seguro funerario).
Los bajos salarios y las malas condiciones laborales han obligado a cerca de un 50 % de maestros a migrar a otros países para poder continuar con la enseñanza, según Raquel Figueroa, de la Unidad Democrática del Sector Educativo. Para remediar la crisis, el gobierno de Venezuela decidió abrir la convocatoria “docentes express” donde, después de cursos con un total de 450 horas, el alumno puede impartir clases, medida polémica que disgustó a muchos maestros.
La crisis en México
A diferencia de los otros países mencionados, en México el problema no es que los maestros están renunciando; es que no habrá suficientes para el año 2023. De acuerdo con datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, en 2018, 61 mil 376 docentes se pensionaron o desertaron. De estos, el 50 % daba clases en primaria y 41 % en secundaria. Para 2023, se predice que esta cifra aumente a 160 mil 166 docentes.
Según datos del reporte “Docentes en México” (2015), para el año 2023 las vacantes en nivel primaria serán cerca de 78 mil 823 y de secundaria de 52 mil 180. De ser así, habrá un problema serio de déficit de maestros ya que, según el reporte, los egresados normalistas en los últimos años han sido cerca de 8 o 9 mil.
¿A qué se debe este déficit? La profesión docente está desprestigiada, por lo que muchos estudiantes no quieren ser seguir esa profesión. Una razón es la poca competitividad salarial, ya que los maestros ganan 83 % menos que otras ocupaciones por lo que no es una carrera atractiva para los jóvenes.
Si esta tendencia continúa, será difícil encontrar futuros maestros, afectando directamente a esta y las próximas generaciones ya que no recibirán la mejor educación por posible falta de personal, porque sus profesores están agotados o no tienen el apoyo para llevar a cabo su profesión.
Pero la crisis de la docencia se extiende a todo el mundo y la mayoría busca lo mismo: un salario competitivo, oportunidad de crecimiento personal, mejorar las condiciones laborales, menos exámenes estandarizados, apoyo en tema de salud mental (tanto para los estudiantes como para los mismos maestros), entre otros.
Karin Selchert, una profesora estadounidense que renunció para ser plomera (profesión donde ahora gana el doble), comentó a Yahoo: «la parte triste para mí como educadora es que estoy mirando a las personas que pueden hacer un cambio, y no lo están haciendo […] Esto nos afecta a todos. Si nuestros estudiantes no reciben una buena educación, ¿dónde van a terminar?”
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