Por: Sulem Estrada
El regreso a clases presenciales fue solo uno de los desafíos que las y los maestros enfrentamos en este año lleno de imposiciones, aumento de la carga laboral y una “revalorización del magisterio” que sigue sin llegar.
El 2021 fue un año complejo para miles de trabajadores. No solamente porque enfrentamos una pandemia que ha dejado miles de muertos, sino porque vivimos una crisis económica que, sin llegar a ser catastrófica, ha tenido graves consecuencias para la calidad de vida de los de abajo.
El magisterio no fue la excepción. Durante todo el año vimos movilizaciones importantes del magisterio en Michoacán, Tamaulipas, Chiapas, Morelos, Hidalgo, Zacatecas, entre otros, principalmente por falta de pagos y en defensa de sus derechos.
Quizá el más emblemático de todos estos movimientos fue el caso de Zacatecas, donde hubo una “rebelión” local de los trabajadores estatales, docentes y trabajadores de la salud que salieron masivamente en unidad contra la reforma del ISSSTEZAC, donde el magisterio jugó un rol importante, más allá de los límites que expresó el movimiento y los desafíos que las y los trabajadores de Zacatecas tienen por delante.
Además de la falta de pagos, este año vivimos una importante disminución de nuestro poder adquisitivo. Considerando que la inflación en nuestro país fue la segunda más alta entre los países de la OCDE, el aumento salarial que recibimos fue raquítico, apenas un 3.4 %, que resultó insuficiente para solventar nuestras necesidades que aumentaron significativamente con la pandemia, pues pagamos con nuestros recursos la educación a distancia así como el regreso a clases presenciales, pues ni la SEP ni el gobierno de AMLO nos otorgaron recursos para una reapertura segura.
Presupuesto educativo 2021
Este año el sector educativo enfrentó nuevos recortes, desaparición de programas y recursos insuficientes como planteamos aquí. El “incremento” otorgado fue solo del 0.2% en comparación con el del 2020. De un total de 54 programas a través de los cuales se ejerció el presupuesto, 40 tuvieron recortes mientras que 13 desaparecieron por completo.
Asimismo, la disminución al presupuesto a las escuelas normales -que pone en riesgo su existencia- ha sido una constante en los últimos años, lo que propició movilizaciones de las y los normalistas que tuvieron que enfrentar la represión, como la que vivieron en Mactumactzá y en Teteles, quienes además padecieron vejaciones y agresiones sexuales en manos de la policía.
Educación superior
En marzo se aprobó la Ley General de Educación Superior que fue rechazada por distintos sindicatos -aunque éstos no se movilizaron para evitar su aprobación- por considerar, entre otras cosas, que se degrada el derecho a la educación superior y se limitan las iniciativas de cambios democráticos de las leyes orgánicas de las instituciones autónomas.
Por otro lado, este año movimientos como #UNAMNoPaga evidenciaron la enorme precarización que padecen las y los docentes del sector universitario. Previamente la lucha de los docentes despedidos de la UACM ya había puesto sobre la mesa este tema que ha seguido profundizándose en distintas instituciones, como las Universidades para el Bienestar «Benito Juárez García” y la Universidad “Rosario Catellanos”, que tienen en común la precarización y los nulos derechos laborales de sus docentes.
Delfina Gómez: regreso a clases presenciales, despidos y precarización docente
Este 2021 comenzamos con una nueva secretaria de educación, Delfina Gómez, quien generó expectativa entre las y los docentes al ser presentada como la “maestra” a cargo de la SEP; sin embargo, pronto desencantó al magisterio.
El primer desengaño vino con la imposición del regreso a clases presenciales. Como lo planteamos aquí, éste se impuso sin consultar a las y los docentes ni a las familias sometiéndolos a un importante riesgo de salud pues no dotaron a ninguna escuela de recursos ni insumos para enfrentar la situación. Frente a los contagios que hubo, no tomaron medidas para proteger a la comunidad escolar. Esto respondió, como denunciamos en su momento, a la necesidad de los empresarios de la reapertura económica, más que al rezago educativo para el cual tampoco hubo nunca un plan serio por parte de las autoridades educativas.
Asimismo, este ciclo escolar se violentó nuestro derecho al descanso como planteamos aquí, al aumentarse los días laborales, generando un agotamiento físico y mental muy importante para los maestros y alumnos.
Por otro lado, la “austeridad republicana” llegó al magisterio de la mano de Delfina Gómez, quien lo primero que anunció al llegar a la SEP fueron despidos inmediatos en distintas áreas; a esto se sumaron las irregularidades de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM) en el otorgamiento de plazas docentes y en la promoción tanto horizontal como vertical que se desprende de la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, con la que ahora se eliminó el derecho de los maestros a tener aumentos salariales significativos al ligar los ingresos con la evaluación.
EL SNTE y la CNTE durante el 2021
Como planteamos aquí, una asignatura pendiente del gremio magisterial sigue siendo la democratización del sindicato, el cual, al seguir en las manos del charrismo sindical, no ha servido como una herramienta de organización y de lucha para los maestros.
Los dirigentes del SNTE, a espaldas de las y los trabajadores de la educación se declararon el ejército ideológico de la 4T y han sido fieles a sus mandatos, dejando pasar todas las políticas del gobierno en materia educativa.
El año pasado publicaron el nuevo reglamento de elecciones sindicales para renovar a los representantes de las secciones que integran el sindicato, con el que el SNTE se pone a tono con la reforma laboral y asegura “democratizará” la institución. Sin embargo, en los estados donde se ha llevado a cabo la renovación de los Comités Ejecutivos Seccionales -como Baja California, Tlaxcala, Nuevo León y Yucatán- lo que se demostró fue más de lo mismo: procesos amañados, tiempos y requisitos restrictivos que impiden la participación de maestros y maestras de base y la continuidad de los charros en el poder.
Por su parte la CNTE, si bien comenzó el año con la Caravana del Sur, que se movilizó a la CDMX con demandas importantes como echar abajo las UMA como referencia para el cálculo y pago de pensiones y la cancelación de la USICAMM, desafortunadamente dio continuidad a su política de centrarse en las mesas de negociación con el gobierno en lugar de buscar fortalecer al movimiento magisterial. Dejó pasar sin movilización unificada la imposición del regreso a clases presenciales y está dejando pasar en la mayoría de los estados las renovaciones sindicales sin dar la pelea contra los charros por la recuperación del sindicato.
Es indispensable que la CNTE rompa ya la tregua con el gobierno y que llame al magisterio nacional de los distintos niveles educativos a organizarnos, unirnos y movilizarnos para generar un plan de lucha unificado con el que podamos enfrentar el ataque a la educación que el gobierno de la 4T continúa profundizando.
¿Qué podemos esperar las y los docentes en el 2022?
Como vimos, la situación del magisterio no solo no ha cambiado desde los gobiernos anteriores, sino que en distintos aspectos el ataque se ha profundizado. Nada bueno podemos seguir esperando del gobierno de la 4T que ya nos ha demostrado que dará continuidad a los planes de los organismos financieros internacionales y los grandes empresarios a nivel internacional en materia educativa. Es por ello que debemos organizarnos para enfrentar lo que se viene.
En el siguiente artículo profundizaremos sobre las perspectivas del magisterio y cómo podemos enfrentar la situación. No te lo pierdas.
Fuente de la información e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx