Europa/España/14 de febrero de 2017/Fuente: ABC
Los responsables de los premios a la innovación docente otorgados por la Consejería de Educación explican cómo estas nuevas alternativas dan un giro a la enseñanza y motivan a los alumnos de Castilla y León.
¿Qué pintan Picasso, Miró o Kandinsky en una clase de matemáticas? Cuando miras la Catedral de Salamanca, ¿qué ves? Estas y otras preguntas se hicieron profesores y alumnos en el IES Federico García Bernalt de Salamanca, para acabar por responderse que mucho más de lo que una mirada simple observe. Artistas y grandes obras de arte son los mejores «maestros» para que un alumno pueda aprender matemáticas, expresarse bien escribiendo o comprender el legado de las personas que un día habitaron su ciudad y les precedieron. Es otra forma de enseñar, otra forma de aprender, pero también otro modo de aprender a aprender.
Este instituto y la Escuela de Arte y Superior de Diseño «Casa de los Picos» de Segovia son los galardonados con el primer premio en la última edición de los galardones que la Consejería de Educación de Castilla y León concede a proyectos de innovación docente puestos en marcha en centros educativos de la Comunidad. En total, se han desarrollado 86 proyectos educativos en los que han participado 1.232 profesores y 16.628 alumnos de Castilla y León. Finalmente, 15 centros recibieron uno de los premios de innovación, que son una buena muestra de la renovación metodológica que se vive en las aulas de una Comunidad que se sitúa a la cabeza de informes internacionales como PISA.
Joan Miquel Sala, director del IES Federico García Bernalt, explica que decidieron desarrollar durante el curso pasado el proyecto «Las matemáticas en el arte salmantino» retomando experiencias anteriores y creando un trabajo en el que estuvieron involucrados 25 profesores no sólo del área de matemáticas, sino de una forma «interdisciplinar y transversal entre varios departamentos», coordinados por dos profesoras: Dori Egido (matemáticas) y Ana Díaz (Educación Plástica y Visual). De este modo, y con «el pretexto del recurso que tenemos en Salamanca, que es el patrimonio histórico y artístico, enlazar los aprendizajes de varias materias para que los alumnos fueran conscientes de esa riqueza y que nos permitiera aprendizajes como el número áureo, la arquitectura, la historia y el trabajo tecnológico de cada época», comenta Sala.
Durante un tiempo, en las plazas más significativas de Salamanca, al pie de edificios de fama mundial como sus catedrales, el Palacio de Anaya o la Casa de las Conchas, se pudo ver a los alumnos de 1º a 3º de Secundaria hacer mediciones y recibir explicaciones que luego plasmaron en sus trabajos. En ellos dejaron volar su imaginación y también por sus relatos paseó el Lazarillo de Tormes, tan ligado a la ciudad, como también aprendieron inglés a partir de esa mirada particular a su ciudad.
Asimismo, pudieron asistir a charlas en clase con expertos y profesionales que trabajan con ese arte, como el autor de uno de los medallones de la Plaza Mayor salmantina. Por sus aulas pasaron artesanos y canteros y los alumnos hicieron alzados, plantas de edificios.
Sala se emociona al recordar los trabajos que fueron dejando los alumnos: «Hay que ver qué trabajos más chulos y qué muestra de cómo se puede sacar rendimiento de una fachada por la que pasas a diario y que no reparas en que detrás hay tanto conocimiento y tanto arte; estoy admirado del trabajo que han hecho».
Para Sala, «es difícil medir el impacto que esta metodología puede tener en unos resultados traducidos a calificaciones concretas, pero sí venimos apreciando que hay una alta tasa de titulación en ESO y del 86% de media regional, nosotros nos situamos en el 89% en los últimos tres cursos». Su centro, de hecho, es muy demandado cuando llega la hora de matricularse en ESO.
Para este director, la «interdisciplinariedad es natural en el aprendizaje humano, recibimos los conocimientos como un todo, pero la enseñanza formal se encasilla por materias y se trata de vencer esa contradicción; rompemos y buscamos proyectos que globalicen el proceso educativo».
Atrapar el interés del alumno
Sala también pone de manifiesto que «es de sentido común, no hace falta ningún estudio de la OCDE, para apreciar que cuanta más actividad, más saber hacer utilices en tu metodología, mayor interés y finalmente, mayores resultados de tus alumnos. El interés del alumno hace tanto…».
Pero también resalta el trabajo de los docentes de este centro de 670 alumnos: «Hay que echar mucho esfuerzo supletorio y puedes empezar tus clases diciendo abrid el libro por la página 26, pero no es lo mismo que teniéndotelas que ingeniar para articular estas actuaciones que implican coordinación de tantos profesores, salidas de los alumnos, llamadas a un profesional, muchas horas de reuniones fuera del horario lectivo para pensar en ideas, alternativas…».
Por eso, dice estar «orgulloso de un trabajo como el hecho por el profesorado, que no tiene obligación de emprender algo así, pero que obtiene mayor motivación y respuesta de los alumnos y la satisfacción del trabajo bien hecho».
«El profesorado, que no tiene obligación de emprender algo así, pero que obtiene mayor motivación y respuesta de los alumnos y la satisfacción del trabajo bien hecho»
A 170 kilómetros de Salamanca, los profesores de la Escuela de Arte y Superior de Diseño «Casa de los Picos» idearon otro proyecto sugerente y ganador para sus alumnos: «Investigación y diseño: menaje para la nueva cocina», que llevaron a cabo junto al CIFP «Felipe VI» y la Escuela Superior de Vidrio de La Granja de San Ildefonso, con la colaboración puntual de la Comunidad de Aprendizaje del CEIP «La Pradera», de la localidad segoviana de Valsaín.
También se desarrolló a lo largo de todo el curso pasado por profesores de esos centros y alumnos de varios cursos y de los distintos niveles educativos que se imparten en los mismos, coordinados todos ellos por la profesora Victoria Sevilla.
El argumento que sirvió de hilo conductor al proyecto fue la obra de Lewis Carroll «Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas», puesto que se cumplía el 150 aniversario de su publicación, y a partir de ese motivo, desde el departamento de Proyectos e Investigación de la Escuela de la Casa de los Picos se diseñaron bandejas y soportes para presentar las propuestas gastronómicas que se harían y tras diseñarlos, se crearon moldes que se trasladaron a la Fábrica de Vidrio de La Granja, donde se realizaron en cristal. Asimismo, los alumnos también participaron en el diseño de la parte textil que vestiría las mesas, así como la decoración que las rodearía. El departamento de Tapices y Alfombras de la Escuela de Arte planteó distintas formas de estampación sobre telas y se realizaron en las «I Jornadas de Diseño y Pico» que celebraron entre el 21 y el 27 de abril de 2016.
En el departamento de Revestimientos Murales se centraron en elementos como un bastidor con una imagen realizada con la técnica del esgrafiado y otros vegetales ornamentales para la decoración final del evento en que se presentó el resultado del proyecto, en mayo del pasado año. También desde distintas asignaturas se diseñaron unos percheros basados en la iconografía de la obra de Lewis Carroll.
Posteriormente, fueron los alumnos del Ciclo Formativo de Grado Medio en Cocina y Gastronomía del «Felipe VI» los que se metieron en los fogones y diseñaron y realizaron los platos que se sirvieron.
Un buen «guiso»
El director de la Escuela de Arte, Alberto Albarrán, señala que todos estos estudios de los distintos centros educativos implicados en el proyecto les permitieron «sacar adelante una idea y coordinar todos los ingredientes para conseguir que al final nos saliera un buen guiso». Albarrán considera que con estos proyectos «se consigue mayor motivación del alumno y cuando este tiene una meta, el aprendizaje es más rico».
En esta escuela piensan que «el profesorado es cada vez más consciente de que la metodología tiene que cambiar, que a un lado están las metodologías del siglo XIX, en las que el profesor llega a clase y vuelca su discurso y luego los alumnos ‘vomitan’ el resultado en un examen y después se les ha olvidado; y por otro están las metodologías más activas, en las que el alumno ve que puede poner en práctica lo aprendido, y el aprendizaje se enriquece».
Los proyectos implica al alumno y le animan a ser creativo
También valora especialmente el esfuerzo de los docentes que se han implicado en este proyecto, puesto que «sin ellos no se pueden hacer trabajos de este tipo porque todo depende de la buena voluntad del profesorado», pero afirma que «se podrían hacer más cosas pero hay muchas horas lectivas, mucha burocracia para muchas administraciones, hacer una memoria final…». Y también insisten estos docentes en que, aunque la Consejería les financia el proyecto cuando es aprobado en el inicio de curso, «también este premio podría venir acompañado de una mayor financiación» para gastos de funcionamiento del centro como material informático, etc., especialmente tras los años de austeridad vividos hasta ahora.
Albarrán también destaca que estos premios ayudan a conocer el trabajo que hacen los centros: «Ayuda a que me llaméis los medios y nos ayudéis a dar conocer la escuela, el trabajo que en ella se hace, que es muy interesante», y lo mismo opina Joan Miquel Sala desde Salamanca, para quien este galardón le sirve para reivindicar que proyectos como este «son vida y nuestro trabajo cotidiano», y que «la vida de los centros es distinta a lo que sale en los medios por distintas polémicas».