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Estados Unidos: Estudio revela cómo funciona aprendizaje por observación

Estados Unidos/05 de Mayo de 2018/Xinhua Español

Una de las ventajas evolutivas de los animales es que pueden aprender experiencias de los demás en lugar de vivir los hechos personalmente y un nuevo estudio publicado hoy en la revista Cell analizó el mecanismo neuronal subyacente a esta habilidad llamada aprendizaje por observación.

Kay Tye, profesora asociada de ciencias cognitivas del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y sus colegas identificaron el circuito neuronal requerido para este tipo de aprendizaje.

Este circuito, distinto de la red neuronal utilizada para aprender mediante experiencias de primera mano, depende de lo captado por una parte del cerebro responsable de interpretar normas sociales.

Anteriores estudios con escaneo del cerebro humano mostraron que dos partes del cerebro, la corteza cingulada anterior y la amígdala basolateral, se encuentran activos cuando aprendemos observando a los demás.

La corteza anterior cerebral está involucrada en evaluar la información social, entre otras funciones, y la amígdala basolateral desempeña un papel clave en el procesamiento de las emociones. Sin embargo, se desconocía cómo interactuaban estas regiones para aprender de la experiencia de los demás.

El equipo del MIT investigó que ocurre en el cerebro de los ratones cuando observan a otro ratón recibiendo descargas eléctricas junto con una pista como tono o luz.

Los investigadores encontraron que cuando los ratones que vieron este proceso escucharon la pista un día después, se congelaron de miedo aunque no hayan experimentado ninguna descarga durante el condicionamiento.

Los investigadores registraron actividad eléctrica en ambas regiones mientras los ratones observaban el proceso de condicionamiento por miedo y luego realizaron un nuevo tipo de análisis llamado análisis de trayectoria, el cual revela cómo modifican sus tasas de activación las neuronas conforme se aprende un comportamiento.

El análisis mostró que la corteza cingulada anterior se vuelve más activa mientras el ratón presencia la experiencia de otro ratón y luego transmite la información sobre la experiencia a la amígdala basolateral, que la utiliza para formar una asociación entre la señal y la descarga.

Los investigadores identificaron después las neuronas específicas en la corteza cingulada anterior que se conectan directamente con las neuronas de la amígdala basolateral.

Cuando los investigadores bloquearon la conexión entre la corteza cingulada anterior y la amígdala basolateral, no hubo efecto en la capacidad de los ratones observadores de vincular la pista con la descarga.

«De modo que mucho de lo que aprendemos cada día es mediante observación», dijo Tye. «Especialmente para algo que va a potencialmente matarte o herirte, uno puede imaginar que el costo de aprenderlo de primera mano es muy alto. La capacidad de aprender mediante observación es en extremo adaptativa y brinda una mayor ventaja para la supervivencia».

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2018-05/04/c_137154316.htm

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Correr más rápido, relacionado con mejor capacidad de aprendizaje

Portugal/28 de Abril de 2018/El Médico Interactivo

Las investigaciones se han centrado en el cerebelo que es una estructura bien conservada a través de las especies y los circuitos son comunes en todas las especies

Un nuevo estudio, publicado en la revista ‘Nature Neuroscience’ por un equipo del Centro Champalimaud para lo Desconocido, en Lisboa, Portugal, ha demostrado que cuanto más rápidos son los ratones, aprenden más rápido y mejor. “Nuestro principal descubrimiento fue que podíamos hacer que modelos experimentales aprendan mejor haciéndoles correr más rápido”, resume Catarina Albergaria, primera autora del nuevo estudio.

El hallazgo fue fortuito: los neurocientíficos estaban estudiando algo completamente distinto. “Nuestro objetivo inicial era relacionar la plasticidad celular en el cerebro con el aprendizaje”, relata Albergaria. En última instancia, trataron de comprender cómo los circuitos neuronales en una parte del cerebro llamada cerebelo se modifican mediante el aprendizaje de una tarea motora.

“El cerebelo es importante para aprender movimientos hábiles –explica la directora del estudio, Megan Carey–. Calibra los movimientos frente a un entorno cambiante para coordinarlos de una manera muy precisa”. Para comprender los cambios celulares en el cerebelo que acompañan el aprendizaje, los investigadores estaban estudiando una tarea de aprendizaje de condicionamiento clásico, similar al comportamiento condicionado del perro de Pavlov de salivar cuando escuchó una campana solo porque había aprendido a asociar ese sonido con ser alimentado.

En estos experimentos, mientras corrían en una cinta rodante, los individuos tuvieron que aprender a cerrar los párpados en respuesta a una luz que brilló justo antes de que recibieran una nube de aire en el ojo (lo que normalmente evoca un parpadeo reflexivo). Esta es una forma de aprendizaje que tiene lugar en el cerebelo.

Sin embargo, los experimentos que los científicos emprendieron para analizar esta cuestión simplemente no funcionaron. El equipo no pudo ver ningún efecto de la tarea de aprendizaje porque hubo demasiada variabilidad en los datos que obtuvieron de diferentes individuos e incluso de otro ensayo con el mismo animal. ¿Qué creó este “ruido contaminante” del que aparentemente no pudieron deshacerse? “Los experimentos no funcionaron durante mucho tiempo”, recuerda Albergaria.

Aumentar la actividad locomotora mejora el aprendizaje

En cierto punto, entendieron qué estaba sucediendo: los individuos mutantes que estaban usando realmente no podían correr muy bien. Cuando tuvieron en cuenta su velocidad de carrera, se borró el “ruido” en los datos. Además, cuando se estableció que todos los animales corrían a la misma velocidad, tenían curvas de aprendizaje similares y un rendimiento máximo de acondicionamiento de los párpados. “Este fue un resultado bastante sorprendente”, dice Carey.

Esto confirmó que existía un vínculo causal entre la velocidad de carrera y el aprendizaje mejorado, y no solo una correlación. “El hallazgo de que los cambios impuestos externamente en la velocidad de carrera son suficientes para modular el aprendizaje (…) proporcionan evidencia causal de que el aumento de la actividad locomotora mejora el aprendizaje”, escriben los autores en su artículo.

El equipo demostró además que una vez que los modelos experimentales habían aprendido la tarea, su posterior realización de esa tarea todavía dependía de su velocidad de carrera. “Los individuos se desempeñaron peor cuando ralentizamos la cinta rodante, y esto sucedió a escalas de tiempo de algunos segundos”, dice Albergaria.

Así es como la misma cosa de la que habían tratado de deshacerse –la variabilidad aparentemente aleatoria en el aprendizaje y el rendimiento– “se convirtió en la historia”, dice Albergaria. “Ahora queríamos descubrir cuál era el mecanismo cerebral detrás de este vínculo entre correr y aprender”, subraya.

Su siguiente pregunta fue: ¿en qué parte del cerebro estaba ocurriendo esta mejora? Primero, los científicos se preguntaron si el efecto de correr en el aprendizaje era específico del sistema visual. Para ello, entrenaron a los individuos para cerrar sus párpados cuando experimentaron otros tipos de estímulos sensoriales (como escuchar un tono o sentir una vibración en sus bigotes) antes del soplo de aire. Y, de hecho, encontraron el mismo efecto de velocidad al aprender en todas estas diferentes modalidades sensoriales, tal como lo hicieron con los estímulos visuales.

Lo que esto significaba era que el proceso neuronal que impulsa la mejora del aprendizaje era independiente del sistema sensorial involucrado, lo que sugiere que podría tener lugar después de que las señales sensoriales hayan sido procesadas por áreas visuales, auditivas o táctiles en la corteza cerebral.

Entonces, los investigadores luego recurrieron al cerebelo. Usando la técnica de optogenética, que les permitió estimular directamente neuronas específicas con luz láser, estimularon las neuronas que se proyectan hacia el cerebelo a través de axones llamados fibras musgosas.

“Reemplazamos la actividad motora con estímulos directos al cerebelo y descubrimos que, si puede aumentar la actividad de las fibras musgosas, mejora el aprendizaje”, explica Albergaria. “Encontramos el lugar en el cerebelo donde tiene lugar esta modulación”, enfatiza Carey.

“El cerebelo es una estructura bien conservada a través de las especies y los circuitos son comunes en todas las especies “, señala Albergaria, especulando que el hallazgo “podría aplicarse a otras formas de aprendizaje del cerebelo en humanos”. Una de las implicaciones de sus hallazgos fue que “no necesariamente es necesario estar en movimiento; cualquier cosa que impulse un aumento en la actividad de la fibra musgosa podría proporcionar una modulación equivalente de aprendizaje “, dice Albergaria.

Sin embargo, advierte que no se sabe si es así para otros tipos de aprendizaje no cereberal. Si fuera así, por lo tanto, esto podría tener implicaciones generales para el aprendizaje en humanos. ¿Alguna vez te has preguntado por qué a veces necesitas pasearse por una estancia cuando tienes un problema difícil de resolver? Puede ser porque pensamos mejor cuando caminamos, porque somos mejores organizándonos

“Tendemos a pensar que, para manipular la plasticidad del cerebro, para que las personas aprendan más rápido y los alumnos más lentos mejoren, tenemos que usar fármacos –dice Carey–. Pero aquí, todo lo que teníamos que hacer era controlar cómo de rápido corrían los modelos experimentales para obtener una mejora. Sería interesante ver si esto es válido para los humanos, para las formas de aprendizaje del cerebelo, e incluso para otros tipos de aprendizaje”.

Fuente: http://elmedicointeractivo.com/correr-mas-rapido-relacionado-con-mejor-capacidad-de-aprendizaje/

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Francia: «La herramienta educativa que estamos subutilizando es el cuerpo»

Francia/2 de Abril de 2018/EyN

Las personas tienden a retener más conceptos cuando involucran a su organismo en el proceso, explica este académico francés; desde contar con los dedos hasta aprender movimientos asociados con un país para entender mejor su idioma. 

Durante los últimos años, gran parte del trabajo de Olivier Oullier se ha centrado en hacer cada vez menos notorios los dispositivos que pone en la cabeza de los escolares: los que en un principio eran enormes cascos, actualmente son unos pequeños cintillos, muy similares a los auriculares de manos libres que utilizan los teleoperadores. Con ellos, este doctor en neurociencias francés se dedica a medir la actividad cerebral de niños.

Su objetivo es monitorear qué cosas provocan que los escolares se distraigan, o cuáles otras ayudan a captar su atención. La idea final es que, al tener esto más claro, el tiempo que se destina a educar se aprovecha de mucho mejor forma.

El movimiento es la clave

«Algunos profesores pueden estar preguntándose si son aburridos porque sus alumnos los miran con cara de fatiga. Pero puede que eso no tenga que ver con su manera de hacer clases, sino que con el sistema digestivo de esos niños», explicó Oullier durante su presentación sobre neurociencias y aprendizaje en el Foro Global de Educación y Habilidades que se celebró en Dubái. Si los datos, por ejemplo, muestran que la mayoría de los niños se distrae un poco antes de las dos de la tarde, es probable que eso tenga que ver con que están hambrientos.

En su exposición, el francés -quien preside la compañía tecnológica Emotiv, es académico de las universidades de Aix-Marseille y Oxford, además de asesor del gobierno de Francia en temas de ciencias y políticas públicas- destacó que una de las cosas más entretenidas que se han ido descubriendo es que las personas tienden a aprender mejor cuando están en movimiento.

«Un cerebro por sí mismo es poco útil. Si tomas el casi kilo y medio de materia cerebral y lo pones sobre una mesa, nada va a pasar. Para que un cerebro sea útil hay que estudiar y comprender cómo se conecta con su entorno, siendo el primero de ellos el cuerpo. El cuerpo importa tanto, que hay estudios que muestran lo importante que es enseñar movimientos asociados con un idioma extranjero cuando se está aprendiendo sobre él».

Oullier puso como ejemplo a sus vecinos al otro lado de los Alpes, quienes tienen la tendencia de hablar moviendo las manos. «Si uno hace este tipo de gestos al hablar italiano, las otras personas sienten que a uno se le entiende mejor», indicó. «Eso hace sentido si pensamos que los seres humanos somos más que solo cerebros, sino también cuerpos que interactúan con otros cuerpos y con otros ambientes».

En 2017, la revista Frontiers in Human Neuroscience publicó un estudio de la U. de Copenhague que demostró que en educación básica los alumnos retienen más conceptos matemáticos cuando involucran su cuerpo en el aprendizaje: aplaudiendo para entender secuencias, empleando brazos y piernas para aprender sobre longitudes o moviéndose entre las baldosas del suelo para captar mejor los conceptos de traslación y rotación.

«La herramienta educativa que estamos subutilizando es nuestro cuerpo. Los datos dicen que aprendemos mejor haciendo uso del tacto, y no solo en cosas obvias como al aprender sobre anatomía. Por supuesto que un hueso plástico que se puede manipular va a ayudar a una persona a entender mejor su función. Pero también pasa que en matemáticas, en los países occidentales se ha visto que algunos de los mejores estudiantes cuentan haciendo uso de sus dedos».

Esto no significa que tengamos que enseñar a todos de esta manera, puntualizó Oullier. Lo que sí implica -indicó- es que se debe dar la oportunidad a niños y jóvenes de hacerlo de esta forma si es que les acomoda.

Fuente: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=460433

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Rusia: Científicos enseñan a la computadora a distinguir el sexo según el texto

Rusia/25 de Abril de 2018/Notimex

El método cuenta con un 80 por ciento de precisión; los investigadores ahora buscan detectar la edad de las personas

Un colectivo de científicos rusos desarrolló un método para enseñar a una computadora a distinguir el género de la persona, en función del texto escrito por la misma, con un 80 por ciento de precisión.

Los especialistas de la Universidad Nacional de Investigaciones Nucleares de Rusia (MEPhI), del Centro de Investigaciones “Instituto Kurchátov”, y la Universidad Estatal de Vorónezh realizaron el estudio en el campo de la lingüística computacional gracias a la beca concedida por la Fundación Científica de Rusia.

Numerosos estudios científicos ponen de manifiesto que el texto escrito inevitablemente refleja las características de su autor, como el sexo, las particularidades psicológicas, el nivel educativo.

El lenguaje es una valiosa herramienta de diagnóstico psicológico usada por los especialistas de recursos humanos de grandes empresas y los servicios de seguridad.

A partir del análisis del lenguaje se puede diagnosticar al individuo ciertas enfermedades (demencia, depresión) e inclinación a la conducta suicida.

La necesidad de definir las características del autor de un texto aumenta conforme se desarrollan las comunicaciones por internet: a las empresas les importa saber a qué grupos sociales les agradan sus productos o servicios.

Los científicos que trabajan en este ámbito (lingüistas, psicólogos, especialistas en tecnologías de información), partiendo de los valores numéricos de diferentes parámetros del texto, diseñan modelos matemáticos para diagnosticar a su vez diversos parámetros de la personalidad.

Durante el estudio contrastaron la precisión de los resultados de una identificación de género de los autores del texto, sobre la base de dos posibilidades de realizar modelos conforme a los datos.

Por un lado, los algoritmos del aprendizaje automático (método de los vectores de soporte y potenciación del gradiente). Y, por el otro, las redes neuronales de aprendizaje profundo (redes neuronales de alta precisión y redes neuronales recurrentes del tipo Long short-term memory).

“Hemos conseguido buenos resultados para identificar el género del autor del texto gracias a los modelos avanzados de redes neuronales a condición de que el autor no intente ocultarlo”, explicó el investigador de la MEPhI, Alexandr Sbóyev.

Pero “ahora lo tenemos que conseguir en los casos cuando pretende ocultar esta información”, comentó.

Los resultados del estudio pusieron de manifiesto que el empleo de la red neuronal de alta precisión y los métodos de aprendizaje profundo es óptimo para identificar el género del autor del texto.

Ahora el equipo investigador está trabajando en la tarea de identificación de la edad.

Fuente: http://amqueretaro.com/vivir-mas/2018/04/24/cientificos-ensenan-la-computadora-distinguir-sexo-segun-texto

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Así se ve tu cerebro cuando aprendes

Estados Unidos/25 de Abril de 2018/El Independiente

Investigación con potenciales aplicaciones en estudio de trastornos y adicciones

Qué hacen nuestras células cuando estamos aprendiendo algo nuevo? ¿Qué ocurre a nivel químico? ¿Se puede ver? La respuesta es sí y lo han conseguido hacer en el Centro de Biología Sináptica de Jefferson (EE.UU.). Utilizando super-resolución de microscopía de células vivas, los investigadores ampliaron las conexiones entre las neuronas que se fortalecen para descubrir cambios estructurales que nunca antes se habían visto.

“Nuestras observaciones abren una nueva forma de pensar sobre cómo el aprendizaje normal y el aprendizaje desadaptativo (como el del autismo o el de las adicciones) pueden ocurrir”, señala Matthew Dalva, profesor de neurociencia en The Vickie y Jack Farber Institute for Neuroscience. En lugar de simplemente ver conexiones más grandes durante el aprendizaje, descubrieron que las moléculas involucradas en enviar y recibir las señales entre las neuronas parecían estar organizadas en grupos o “nanomódulos” que danzan y se multiplican cuando estimulado por señales de aprendizaje.

Los investigadores hicieron sus observaciones utilizando neuronas vivas en tiempo real. Hicieron zoom en las sinapsis, los sitios de conexión neuronal donde la información pasa de una célula a otra para permitir el aprendizaje y otras conductas. visualizaron las moléculas clave involucradas en la neurotransmisión de neurona a neurona con dos colores, verde en el lado emisor (el lado presináptico) y rojo en el lado receptor (lado postsináptico).

El equipo hizo una serie de observaciones sorprendentes. Vieron que las moléculas clave del lado presináptico se agrupaban y rastreaban, como si estuvieran unidas, a las moléculas clave agrupadas en el lado postsináptico. Estos grupos moleculares parecen tener un tamaño uniforme. También se multiplicaron cuando las neuronas fueron estimuladas de una manera que imitaba los cambios en el tamaño de las espinas que sobresalen de las neuronas y casi se tocan en la sinapsis. Y a medida que aumentaba el número de nanomódulos, también aumentaba el tamaño de las espinas.

Aprendemos digitalmente

“El hallazgo clave es que los cambios en la fuerza sináptica podrían ser más digitales que analógicos, con unidades del mismo tamaño agregadas para cambiar la fuerza sináptica”, señala el doctor Dalva. “Aunque todavía no está claro cómo estos nanomodules podrían comportarse en estados de enfermedad, nuestras observaciones ofrecen una nueva forma de explorar esas preguntas”.

Como casi siempre, la investigación sugiere muchas más preguntas que respuesta: ¿cómo puede la neurona hacer los grumos o nanodominios del mismo tamaño? ¿Por qué son del mismo tamaño? ¿Cómo aumentan en número? ¿Se dividen en dos o se hacen nuevos? ¿Por qué se mueven cuando se estimula la sinapsis? Finalmente, ¿cómo se comportan los nanomódulos en trastornos como la adicción o el autismo?

Por el momento, la técnica se ha demostrado eficaz y nos ha dado la primera imagen microscópica del aspecto que tiene en nuestro cerebro el saber y su descubrimiento para una persona.

Fuente: https://www.elindependiente.com/futuro/2018/04/23/asi-se-ve-tu-cerebro-aprendizaje/

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Neurociencia y educación: ¿un vínculo posible? Análisis del doctor en Biología y divulgador científico, Fabricio Ballarini

Entrevista a:  Fabricio Ballarini

El doctor en Biología y divulgador científico, Fabricio Ballarini, analiza los vínculos entre la neurociencia y la educación, reconoce que es un “terreno fértil” para seguir trabajando, pero advierte el riesgo de que termine siendo “un negocio” de unos pocos “para dictar cursos online que no sirven absolutamente para nada”.

Tras la culminación de la Semana del Cerebro en Argentina, la Agencia de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de La Matanza (CTyS-UNLaM) de Buenos Aires abrió el diálogo con el doctor en Biología y divulgador científico, Fabricio Ballarini, sobre la situación actual entre las dos disciplinas.

Las investigaciones de lo que sucede minuto a minuto en el cerebro humano respecto a la memoria, los recuerdos y el olvido, se plasmaron hace tres años en un libro titulado “REC” escrito por Ballarini.

 Tiempo después publicó un segundo libro, “Educando al cerebro I”, fruto de las charlas de divulgación que realizó en escuelas con el propósito de crear puentes entre la comunidad científica y educativa.

En la entrevista Ballarini analiza los vínculos entre la neurociencia y la educación, reconoce que es un “terreno fértil” para seguir trabajando, pero advierte el riesgo de que termine siendo “un negocio” de unos pocos “para dictar cursos online que no sirven absolutamente para nada”.

También, alerta sobre la difusión en los medios de resultados de laboratorio que son llevados a la clase: “No se puede transpolar los resultados de investigaciones con ratones directamente al aula”.

-¿Qué le aportaron sus libros?

-Para mí, los libros tienen como una gran bondad que es acercar la ciencia a un público que normalmente no tiene acceso a ese material científico y que, de tenerlo, lo tiene mal comunicado o digerido.

Tanto “REC” como “Educando al Cerebro” tienen la particularidad de tratar de comunicar ciencia de manera simple y que, esa comunicación, se haga sin intermediarios: desde el investigador al docente. Por eso, manejan un código muy similar: ambos trabajan con la vocación. Es una comunicación entre una persona que ama su trabajo y una persona que quiere mejorar en lo que hace, así que se da fructíferamente.

 -¿Cómo comenzó con esta investigación?

-Vengo trabajando sobre esto desde antes del boom de las neurociencias en las escuelas. Veníamos haciendo jornadas y como notamos que los docentes eran súper receptivos nos parecía injusto usar el instrumento educativo y sólo hacer un “paper” sin que ellos reciban algo de lo investigado. Entonces invitamos a otros investigadores que trabajan con educación, pedimos el aula Magna en el Nacional Buenos Aires y empezamos con “Educando al Cerebro”. La charla funcionó tan bien que tuvimos el apoyo del director del CONICET para llevarla al resto del país.

-¿Qué se puede aplicar en el ámbito educativo de todo lo que se divulga en neurociencias?

Por ejemplo, en redes sociales hay muchas cosas que no tienen evidencia y la gente la consume. La comunicación científica en el ámbito educativo es como una manta corta. Por un lado, necesitas contar que existen evidencias científicas para que docentes y estudiantes entiendan que el rol del científico es buenísimo, pero la gente no tiene paciencia. La ciencia avanza muy lentamente y es limitada, entonces lo que se hace mal es contar resultados que no están realizados en escuelas y son llevados directamente al aula.

-¿Hay algún lugar en el mundo donde la neurociencia intervengan en la capacitación o formación docente o en el aula misma?

-Que yo conozca no, de hecho, en España ahora hay una revolución pedagógica gigante y hablan de las neurociencias, pero su aplicación es muy escasa. Es un terreno fértil para hacer cosas buenas y también para que sea un negocio que le convenga a cinco personas que dicten cursos online sobre cómo funciona la mielina y esto no sirve absolutamente para nada.

 -¿Qué papel toma el Estado en esta relación?

El rol del Estado a nivel educativo no se discute, lo único que se pone en debate a la sociedad son las paritarias o los problemas del aula, pero no hay una discusión sobre cómo educar, qué cambios hay que hacer. Estamos años luz de que el Estado pueda investigar o implementar sobre estas cuestiones.

En el plano económico, por ejemplo, los subsidios que obtuve son para trabajar en roedores. Hay muy poco apoyo a la profundización de estas iniciativas por fuera del laboratorio por más de que tengan éxito comercial y parezca que el futuro de la educación está ahí. Después, en la práctica, esto se frustra.

-Y desde su disciplina, ¿qué evaluaciones hacen sobre las prácticas pedagógicas?

-Voy a dar un ejemplo: en la lógica pedagógica tiene sentido que un chico que corta una pizza se dé cuenta fácilmente que se trata de una fracción. ¿Pero eso está probado? ¿Alguien lo midió? La neurociencia y la educación son dos mundos que se chocan. Estaría buenísimo que esos dos mundos vayan en paralelo, acompañándose, para que la ciencia le brinde información útil a los docentes, y a su vez, desarrollar estrategias para que el sistema científico se nutra de nuevas preguntas, ya que no está presente en el aula. Pero, como es tan nuevo, es difícil convencer a las partes de que es posible, que hay resultados y que puede mejorar el sistema educativo.

Fuente: http://www.lr21.com.uy/comunidad/1362600-neurociencia-educacion-fabricio-ballarini

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El método mexicano para enseñar mejor las matemáticas a los niños

Por: M. Palmero

Los científicos han descubierto que este sistema potencia las capacidades de análisis y abstracción de los alumnos y, por ende, es útil para enseñar cálculo.

Lo más seguro es que estés leyendo esto porque 1) tienes niños y no sabes qué hacer para que aprendan matemáticas de una vez, 2) se te dan mal los números y quieres dejar de usar el móvil para hacer hasta unas simples restas, o 3) tienes demasiado tiempo libre o te aburres en el trabajo.

Sea como fuere, esto te va a interesar. Los científicos han descubierto que el sistema matemático que utilizaba la población maya potencia las capacidades de análisis y abstracción de las personas y, por ende, es útil para enseñar matemáticas a los más pequeños. Esto se explica por las características táctiles y simbólicas del sistema maya.

Los niños indígenas se sientan en plena selva a escuchar al profesor, quien les enseña cómo hacer el «ábaco maya», una tabla pintada sobre la tierra

Fernando Magaña, catedrático de la Universidad Autónoma de México (UNAM), promueve la enseñanza de este método en los colegios. El experto explicó a Efe que con este sistema, la memorización cede el paso al entendimiento, al análisis puro y a la abstracción. «El pensamiento abstracto facilita el razonamiento de las cosas, nos ayuda a tomar decisiones, a hacer esquemas, a programar causas y efectos…», aseguró Magaña.

El catedrático dio clases de matemáticas mayas a profesores en comunidades indígenas de 2010 a 2015 como parte de un programa de la Secretaría de Educación Pública del estado de Yucatán.

¿Cómo funciona el método?

Los niños indígenas se sientan en plena selva a escuchar al profesor, quien les enseña cómo hacer el «ábaco maya«, una tabla que los menores pintan sobre la tierra o en un periódico viejo. En dicha tabla se llenan tres tipos de fichas con un significado concreto y con las que realizan las operaciones matemáticas a través de desplazamientos entre las distintas columnas. El punto (cuyo valor es 1) lo puede representar el botón de una camisa, la raya (de valor 5) una judía, y el caracol (cuyo valor es 0), con una pequeña piedra.

Este método educa el razonamiento matemático, facilitando que el cerebro se acostumbre a analizar y a deducir desde muy temprana edad

Como vemos, el sistema, además de ser bastante barato, libra a los niños de aprender las tablas para poder realizar operaciones como sumas, restas, multiplicaciones, divisiones y hasta raíces cuadradas.

Al contrario, observan, interpretan y desplazan los objetos sobre la tabla para obtener los resultados y, mientras, razonan sobre lo que se está haciendo. «Se trata de un método más táctil, más concreto, pero que, a través de lo táctil, permite llegar al pensamiento abstracto«, expuso Magaña.

Si se enseña a los niños así desde la infancia, se educa el razonamiento matemático y el cerebro se acostumbra a analizar y a deducir desde muy temprana edad. «No tienes que memorizar las tablas de multiplicar; todo es puro análisis, así desarrollas la inteligencia analítica», matizó.

Las tablas, «un problema a nivel mundial»

El investigador dijo que la enseñanza de matemáticas con base en la memorización de tablas de multiplicar es «un problema a nivel mundial». «Apenas el niño sabe contar lo empezamos a entrenar en la memoria. Le decimos que eso son matemáticas, lo cual es un engaño«, aseveró.

Aprenden a sumar y restar en tan solo una hora, a multiplicar en otra y en tres o cuatro horas están capacitados para realizar una división

Además, el sistema maya es más rápido de asimilar por los niños. De hecho, aprenden a sumar y restar en tan solo una hora, a multiplicar en otra y en tres o cuatro horas están capacitados para realizar una división. Así, «en un lapso de dos o tres meses, un niño de cuatro años ya puede salir representando números del uno al diez mil».

«¿Por qué vamos a poner cárceles al cerebro?», se preguntó Magaña indignado.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-03-14/metodo-maya-ensenar-matematicas-ninos_1534804/

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