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Tecnologías libres y geopolítica del conocimiento

Por: Santiago José Roca P.

En este trabajo nos proponemos realizar algunas precisiones en torno a un modo de interpretación del conocimiento y las tecnologías libres en el cual éstos dialoguen con la perspectiva de una geopolítica del conocimiento del Sur. Para ello estableceremos relaciones entre ciertos elementos para fundamentar el concepto de que el conocimiento y las tecnologías libres son categorías que pueden integrarse en los esfuerzos por decolonizar la producción material y de saberes, ayudar a construir estilos tecnológicos no dependientes y formar una geopolítica multipolar del conocimiento y el desarrollo integral de la región. Apuntamos hacia la exploración y la fundamentación de la idea de que, en contraste con las prácticas del capitalismo cognitivo, el esquema de producción abierta y de gobernanza orientada a los bienes comunes puede proporcionar una palanca para cultivar el sentido de una geopolítica del conocimiento enraizada en el Sur.

Palabras Clave: geopolítica del conocimiento, tecnologías libres, bienes comunes, Sur global.

Introducción: En torno a la geopolítica del conocimiento y el desarrollo.

La ciencia y la tecnología son ciertamente una mediación esencial para el desarrollo y la riqueza de un país, no sólo cuantitativa, sino cualitativa, pero deberían estar orientadas no con criterios meramente universales y abstractos de las potencias científicas y tecnológicas que han dominado la situación en el mundo moderno en los últimos cinco siglos. La ciencia y la tecnología no tienen un valor abstracto, sino que deben concretarse en las exigencias de un país o de una región. Es necesaria una política de descolonización epistemológica y tecnológica.

Enrique Dussel, Hacia la liberación científica y tecn ológica [1]

Es conocido que las dinámicas de producción y validación del conocimiento científico y tecnológico se encuentran vinculadas con esquemas colonialistas, cuyo fin es conservar el saber, los talentos y los recursos del Sur como patrimonio susceptible de explotación en tanto que forma de dominación sociocultural [2][3]. Dado que los modos de reproductibilidad del saber están vinculados con estos esquemas, las políticas de desarrollo de la región poseen un sesgo eurocéntrico, lo cual explicaría la aparición de estilos tecnológicos desarrollistas o neocoloniales como formación social acorde con la posición geopolítica asignada al Sur1 [4]. De esta manera, la construcción de alternativas de desarrollo endógeno y de estilos tecnológicos creativos se encuentran a contracorriente de la colonialidad del poder/saber eurocéntrico e involucra otra geopolítica del conocimiento.

Tomemos en cuenta también que la comprensión de la tecnología como fenómeno social está cambiando muy rápido. La transformación de las sociedades industriales en post-industriales ha generado conceptos como “sociedad del conocimiento” en el contexto de una geopolítica de desarrollo desigual donde coexisten el capitalismo cognitivo con la explotación mineral. La articulación de este modelo hace posible la interdependencia entre “mundos” de desarrollo desigual según la fuente de valor mercantil sea el monopolio del conocimiento tecnológico o de las actividades de minería. Así mismo se han desplegado formas de extracción del capital cognitivo de la periferia capitalista mediante cercos impuestos por políticas de propiedad intelectual, una institucionalidad eurocentrista que destina sus recursos y talentos a los problemas del centro [6][7], e incluso por prácticas de outsourcing para la creación de productos tecnológicos que luego se concretan como mercancía en otros mercados. Fenómenos como la precarización del trabajo y el endurecimiento de las políticas de propiedad intelectual aparecen como parte de modos de gestión cerrados y centralizados que caracterizan las dinámicas del capitalismo cognitivo [8][9].

En un escenario en disputa, no deja de ser pertinente reclamar modos alternativos de gestión del conocimiento que puedan contribuir con la superación del extractivismo como expresión del capitalismo dependiente y del colonialismo cultural. Es por ello que la creación de una sociedad del conocimiento del Sur aparece como una empresa postcapitalista y decolonial, a su vez determinante para una geopolítica del conocimiento y el desarrollo. Sólo desde esta perspectiva el capitalismo y el colonialismo aparecen como problemas a los cuales se oponen los elementos de una geopolítica del Sur: multipolaridad, postcapitalismo y decolonialidad.

El conocimiento y la tecnología libre como modelo de producción abierta.

Cuando hablamos de conocimiento y tecnologías libres nos estamos refiriendo a creaciones cuyos procesos de producción son “abiertos”. Por ejemplo, el “software libre” involucra dinámicas de trabajo colaborativo que contrastan con el ciclo de producción cerrado de una cadena de montaje, por lo cual, a diferencia de un esquema de diseño propietario, los programas generados pueden ser modificados por los usuarios. Se puede sintetizar esto con el concepto de “diseño abierto”. Un diseño es abierto si está pensado para que el ciclo de vida de un producto trascienda la manufactura y uso del bien. Las denominadas “libertades del software” (ejecución, modificación, redistribución y copia del software [10]) dan cuenta de un ciclo de producción que incluye la transformación constante de los bienes finales. En contraste, el diseño privativo, basado en ciclos cerrados y productos “terminados”, establece que todo producto alcanza una forma final que precede a su utilización y obsolescencia. Esto es una manera de afianzar el monopolio sobre la conceptualización, la producción, la distribución y el uso de los bienes y servicios, lo cual queda establecido explícitamente en las normas de propiedad intelectual que se deriva de ese modelo.

Si damos pie a la comparación con la cadena de montaje, podemos decir que los procesos de producción en tecnologías libres integran directrices como la horizontalidad, al iteratividad, la flexibilidad y la descentralización; en contraste con la jerarquización, la linealidad, la especialización y la centralización de los modelos de producción cerrados. Además, en cuanto que el conocimiento es objeto de intermediación, existe una valoración del mismo como un recurso compartido y como un bien común (“commons”), y no sólo como bien mercantil (“commodities”), por lo que son necesarios el acceso a los datos y la existencia de comunidades políticas de productores-usuarios, o “produsuarios”. El enfoque de producción abierta ha entrado en diferentes áreas del conocimiento, de manera que podemos identificar su presencia en corrientes como la investigación colaborativa, el acceso abierto a las publicaciones, el software y el hardware libre, la manufactura distribuida y las licencias libres.

En el contexto de un ecosistema de productores podríamos precisar un sistema de intercambio en el cual aspectos como financiamiento, diseño, manufactura, distribución, consumo y reutilización se desarrollan con parámetros como participativo, horizontal y distribuido, lo que ha recibido denominaciones como “economía colaborativa” [11] y “economía social del conocimiento” [12]. En este sentido, el modelo de producción entre pares o peer-to-peer (P2P) ejemplifica un esquema de producción abierta que apunta a la creación de valor de uso a través de la cooperación de productores organizados en una comunidad asociativa, con acceso a capital distribuido y con respeto a modos de propiedad común [13]. Entre algunos aspectos representativos de este modelo tenemos: capital nominal y real distribuido, procesos de producción abiertos, creación de valor de uso, coordinación colectiva, propiedad común, interés social. Estos conceptos involucran una comprensión distintiva de elementos como el capital y el trabajo en tanto que factores de la producción de bienes tangibles e intangibles.

Ahora bien, existen algunas tendencias problemáticas en torno a la apropiación del modelo de producción abierta, consecuencia de la presencia del capitalismo cognitivo como forma actualizada del capitalismo contemporáneo. Entre tales tendencias podemos mencionar las siguientes:

  • El precedente histórico del neoliberalismo puede generar presión para que se transfieran a la sociedad las competencias del Estado a través de la externalización de costos, como en los casos de la seguridad laboral y las actividades de interés social.
  • Persistencia de una lógica monopólica en fenómenos como el capitalism o netárquico, representado por emprendimientos que conjugan arquitectura de redes con un modelo de negocios cerrado orientado a la concentración de capitales, a pesar de que implementen modelos y herramientas de código abierto [14].
  • La denominada “gig economy”, o economía del trabajo “a destajo” como forma de institucionalización de la precarización laboral generalizada, popularizada gracias a la utilización de plataformas de servicio digitales2.
  • Una interpretación rentista del conocimiento libre, es decir, la comprensión (colonialista) de que el conocimiento como producto se equipara a la renta minera y que debe repartirse según la lógica redistributiva del Estado, perspectiva que reproduce la carga del rentismo en aspectos como la ausencia de relación percibida entre el trabajo como factor de producción y la creación de valor social.

Es claro que en cada uno de estos esquemas se mantienen las condiciones de apropiación privada del valor generado por el trabajo cognitivo, premisa de fondo del capitalismo cognitivo. Al mismo tiempo, tales esquemas apoyan la división internacional del trabajo y el desarrollo desigual, vistos en escala global. La presencia de estas tendencias justifican la exploración de una sociedad del conocimiento que reúna una geopolítica multipolar, una economía no-mercantilista y una institucionalidad cultural decolonial.

La producción abierta como problema de decisión política.

Podemos hacer una comparación entre el modo de producción abierta y formas de organización tradicional como la cayapa, el convite y la manovuelta. De esta forma podríamos ver analogías entre la manovuelta y la producción entre pares en cuanto que formas de organización vinculadas con el valor de la reciprocidad; entre la cayapa y el trabajo colaborativo, entre el convite y el aporte colectivo (crowdfunding) y entre el conuco (o taller) y los nodos de fabricación distribuida con impresoras 3D. Esta coincidencia resulta de que el momento actual de desarrollo de medios de producción como las tecnologías de información favorece el regreso de formas de organización cooperativas que precedieron al capitalismo industrial. Por lo tanto podemos afirmar que la exploración de las tecnologías libres apoya la búsqueda de alternativas a la racionalización capitalista de la producción y el trabajo, las cuales a su vez son consustanciales con la colonialidad del poder y del saber [2]. En este sentido la idea de formular modos alternativos de producción puede hallar su espacio en las raíces de una geopolítica decolonial.

Por lo tanto, estamos ante una discusión que tiene siglos: el gobierno de la actividad económica. Diferentes propuestas pueden derivarse del liberalismo, el anarquismo o del socialismo, por nombrar algunas categorías de filosofía política. Por ejemplo, en la filosofía del conocimiento libre existe una presencia importante del libertarianismo y del comunitarismo liberal, por lo cual se tiende a la defensa de los derechos del individuo o de la comunidad autónoma frente a los monopolios económicos (corporaciones) y políticos (Estados). Por lo tanto, es necesario poder describir el problema no sólo en términos estrictamente económicos o técnicos, sino también políticos.

Evidentemente, esto guarda relación con las dimensiones económica y técnica del modelo de desarrollo. Las tecnologías libres apoyan el cuestionamiento y la transformación del conjunto de relaciones productivas que caracterizan el capitalismo periférico y que obstaculizan la creación no sólo de valor mercantil, sino de valor social (“externalidades positivas” de la actividad económica [9]), importante desde la perspectiva de una economía del conocimiento como bien común de interés público. Para que ello sea posible se requiere formular un esquema de creación de valor social fundado en el conocimiento libre y diseñar los momentos de despliegue de las potenciales cadenas productivas en esta área, distribuidas territorialmente con una perspectiva de desarrollo endógeno y con visión de multipolaridad. En el caso de las economías extractivistas, el conocimiento y las tecnologías libres pueden proporcionar elementos para revisar los esquemas de capacitación, diseño, manufactura, procesos productivos y de consumo. Así mismo pueden ayudar a fomentar la captación de programas informáticos, maquinarias, equipos, procesos técnicos y esquemas de gestión que contribuyan con la creación de capacidades productivas distribuidas territorialmente.

La gestión participativa de la producción abierta: el conocimiento como bien común.

En el plano estratégico, este modelo requiere establecer modos de coordinación entre productores, que ayuden a formar consensos en torno a temas como la gobernanza de la actividad económica y el régimen de propiedad, para superar las limitaciones del capitalismo periférico y la recepción colonialista de los modos de producción libres3.

En cuanto a la coordinación entre productores uno de los objetos de cooperación es el acceso al conocimiento. Ahora bien, es necesario hacer precisiones para distinguir entre el conocimiento como “recurso compartido” y como “bien común” (“commons”, “procomún”). Por una parte, el conocimiento es un recurso compartido cuando se hace énfasis en los datos y en el acceso a los repositorios. Un ejemplo es el concepto de Open Access, que se orienta principalmente a proteger el libre acceso a productos de investigación [15]. Pero el conocimiento es además un bien común si, con énfasis en los sujetos y las relaciones, se garantiza el acceso en contextos sociales definidos por vínculos de reciprocidad. Un ejemplo podemos extraerlo de experiencias de gestión de los recursos comunes naturales [16] y los movimientos que proponen el intercambio de semillas, como Open Source Seed Initiative (http://osseeds.org/), por citar sólo uno4. Si bien en ambos esquemas existen normas que franquean el acceso a los recursos, en el primero es suficiente satisfacer la condición de no exclusión de los bienes, mientras que en el segundo es necesario además el consenso activo de los participantes. Según nos inclinemos de uno u otro lado podremos hablar de un énfasis en el repositorio o un énfasis en la comunidad.

Aunque ambos esquemas son permeables, el segundo está más cerca del comunitarismo y del interés en la regulación colectiva de las actividades de producción. Éste incluso puede entenderse dentro de un abanico de alternativas. En síntesis, un bien es “común” si existe una comunidad política plural que ejecute modos de autogestión de los recursos compartidos. De esta manera, la regulación comunal proporcionan la calidad de “común” a los bienes compartidos, por lo que se requieren modos de establecer pautas para la gestión de los mismos [17]. Resulta pertinente entonces comprender que la definición de bienes comunes abarca el concepto de recursos compartidos y las dinámicas institucionales necesarias para gestionarlos:

El procomún es un tipo particular de ordenación institucional para gobernar el uso y la disposición de los recursos. Su característica prominente, que la define en contraposición a la propiedad, es que ninguna persona individual tiene un control exclusivo sobre el uso y la disposición de cualquier recurso particular. En cambio, los recursos gobernados por procomún pueden ser usados por, o estar a disposición de, cualquiera que forme parte de un cierto número de personas (más o menos bien definido), bajo unas reglas que pueden abarcar desde «todo vale» a reglas formales finamente articuladas y cuyo respeto se impone con efectividad. [18]

En el caso del cuidado de los bienes comunes naturales se requiere la existencia de pautas asumidas colectivamente, tales como límites claramente definidos; coherencia con las condiciones locales y mecanismos para la resolución de conflictos [16]. Si bien es necesario establecer diferencias entre los bienes tangibles y el conocimiento, dada la condición intangible de éste, puede afirmarse que la existencia de normas compartidas es una condición necesaria para la presencia de una comunidad de productores-usuarios que encuentran en el conocimiento no sólo un recurso compartido sino también un bien común.

Para el conocimiento y la tecnología, la condición de los recursos y su dinámica de creación y circulación dentro de un sistema sociotécnico funciona como intermediación en el conjunto de relaciones de los productores, sea que estemos hablando de artefactos (libros, computadoras), instalaciones (repositorios, conectividad) o ideas (datos, información, conocimiento) [19]. En el modelo de producción entre pares, el carácter distribuido de los medios de infraestructura, información y organización implica la posibilidad de compartir recursos para fortalecer cadenas de producción y de gestión distribuidas [18]. En este sentido, una red de pares productores que se relacionan en términos de reciprocidad, muy probablemente recurrirá a pautas normativas para garantizar la posibilidad de que todos puedan acceder a los recursos del conocimiento y tributar al acervo común de saberes.

En cuanto a las formas de organización, la colectivización de los medios de la producción distribuida bajo formas que procuren la socialización de los excedentes (como las redes, las cooperativas y las empresas de propiedad social) parece ser, al menos como argumento, una fórmula para contrarrestar la apropiación de los esquemas distribuidos y de las herramientas de código abierto por los modelos cerrados, centralizados y privativos, orientados a la concentración de capitales, propios de la comprensión netárquica de la economía colaborativa5 [20]. Esta orientación armoniza con la idea de que la existencia de sistemas de regulación comunitaria es consustancial con el cuidado de los recursos en tanto que bienes comunes.

La gestión participativa de la producción abierta y las relaciones de producción.

Entramos entonces en un punto que por razones de espacio no podemos más que esbozar. Evidentemente, el esquema de producción abierta tiene consecuencias específicas para la caracterización de los factores de producción. Para explorar esta caracterización, es necesario evitar dos razonamientos extremos: el conocimiento no es un bien meramente abstracto ni un bien exclusivamente material. En cambio, en la categoría que genéricamente hemos referido como “conocimiento” confluyen el conjunto de condiciones tangibles e intangibles que, dadas las relaciones entre la esfera cultural y la esfera técnica, permiten la acumulación de instalaciones, medios de almacenamiento y transmisión; información, saberes tácitos y explícitos en uso; y la regularización de funciones de interés cognitivo asumidas en un sistema abierto de construcción de saberes.

Así, por ejemplo, si consideramos el trabajo físico e intelectual como una actividad humana en la cual se invierte tiempo y energía para la producción de un bien o servicio, tenemos que preguntarnos qué significa que el proceso de producción sea “abierto” y que el producto sea “libre”. En el contexto de las relaciones de reciprocidad implicadas en la lógica de la producción de pares, el aporte del trabajo se entrega al procomún en espera de participar dentro de las mismas condiciones en el conjunto de bienes. El valor social del trabajo es absorbido en una parte por el productor, y otra parte se entrega voluntariamente al proceso de producción como abono a un esquema de beneficio colectivo, de manera que el trabajo recibe insumos del procomún y entrega así mismo resultados6. En la búsqueda de un equilibrio, el enfoque debe apuntar a negar la posibilidad de separación del conocimiento (como bien intangible) de factores como la inversión, la infraestructura y el trabajo, pero al mismo tiempo debe evitar que se trate los soportes tangibles de la información como bienes estrictamente materiales. El hecho de que el conocimiento como bien simbólico sea generado en un marco de relaciones sociales y materiales, constituye quizá el nodo crítico de los problemas actuales en torno a la comprensión de la economía del conocimiento, como delata por ejemplo la diatriba en torno a la propiedad intelectual.

Es posible que en condiciones de gobierno colectivo sobre los bienes comunes sea más viable construir el sentido decolonial de una geopolítica del conocimiento. Para ello resulta pertinente el planteamiento de formas de regulación pública que permitan evadir las lógicas del mercado y de la burocracia, pero que se conviertan en referencia para el fomento de actividades económicas fundadas en el libre acceso al conocimiento con énfasis en el desarrollo endógeno. En este caso podría interesar buscar los aportes de formas de regulación pública comunitaria, como modo de gestión no burocrático centrado en el interés público. Dicho papel sería cumplido por organizaciones civiles de carácter socioproductivo que contribuyan con la gestión participativa de recursos compartidos -como el conocimiento- en el contexto de un marco de relaciones económicas con interés en el fomento de los bienes comunes.

Conclusiones: para una geopolítica del conocimiento y el desarrollo del Sur.

El conocimiento y las tecnologías libres pueden ayudar a apalancar un enfoque decolonial que confronte a modos hegemónicos de institucionalización de la producción de conocimiento y, por tanto, de prácticas vinculadas con la planificación del desarrollo que se asocian a estilos tecnológicos propios de culturas coloniales/desarrollistas. No obstante existe el riesgo de recolonización a través de la recepción de nuevas “ofertas” tecnológicas que encubren prácticas de capitalismo cognitivo y de posiciones de talante regresivo asumidas socialmente (como la interpretación rentista del conocimiento). La regulación comunal (énfasis en la comunidad política) en tanto esquema de gobernanza de la producción de pares, aparece como alternativa para la gestión participativa de iniciativas orientadas a la economía del conocimiento, en comparación con formas de interpretar el conocimiento libre más afines con la importación de patrones culturales y estilos tecnológicos. Así mismo, es posible que en el seno de redes para el cuidado del conocimiento como bien común existan mayores posibilidades de cultivar un proyecto de autonomía decolonial.

La economía política de los bienes comunes puede tener cabida en la estructura de un proyecto nacional de vocación cívica y popular. Esto enlazaría con una política de cooperación Sur-Sur y de integración multipolar. De este modo el esquema de producción abierto aparecerá como elección política y no como una ilusión determinista y potencialmente recolonizadora. Para ello, es importante conservar la referencia de que no se trata sólo de recursos compartidos, sino de la socialización de los recursos tangibles/intangibles y de los modos de gestión, por lo que la comunidad política tiene un papel protagónico. Por ejemplo, una política de Open Access convencional se concentra en la difusión de los productos de investigación, pero las dinámicas de creación de conocimientos y el contenido de los resultados se encuentra ausente de su ámbito de preocupación [1 5 ] . Por lo tanto, una política de Open Access enfocada en los repositorios y no en la comunidad de investigación, no tiene por qué considerar un problema el hecho de que los productos de investigación sean resultado de un conjunto de relaciones neocoloniales, ni que los contenidos reflejen una visión eurocéntrica. Esto sólo aparece como problema a partir del cuestionamiento planteado por la decolonialidad como vertiente sociocultural de una preocupación geopolítica y económica que necesariamente planteará la re-institucionalización de las relaciones de creación y aplicación de conocimientos [21].

El enfoque de modos de producción abierta vinculados con modos de gobernanza colaborativa de los recursos compartidos/bienes comunes puede convertirse en palanca para la formulación de un modo de desarrollo integral que trascienda la concepción reduccionista del desarrollo económico. La economía del conocimiento como bien común de interés público, pensada desde el Sur, se muestra relevante entonces para una geopolítica del conocimiento y el desarrollo, en particular porque representa una oportunidad para cultivar potencialidades culturales que permitan formular estilos tecnológicos que apoyen una geopolítica multipolar. Por tanto, la producción distribuida desde una geopolítica del Sur puede convertirse precisamente en parte de una propuesta de desarrollo para el Buen Vivir.

Referencias

[1] Dussel, E. (2014). «Hacia la liberación científica y tecnológica». América Latina en Movimiento. Ciencia, tecnología e innovación en la integración suramericana. N° 493, Marzo. Ecuador: ALAI.

[2] Quijano, A. (2000). “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”. En: Lander, E. (Comp.). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.

[3] Lander, E. (2000). “Ciencias sociales: saberes coloniales y eurocéntricos”. En: Lander, E. (Comp.). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.

[4] Varsavsky, Oscar (2006). Hacia una política científica nacional. Caracas: Monte Ávila.

[5] Graham, M. (2014). «The Knowledge Based Economy and Digital Divisions of Labour». R. Potter. (Ed.) In Companion to Development Studies. 3° Edición. Hodder. 189-195. Disponible en: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2363880

[6] Lander, E. (2001). “Los derechos de propiedad intelectual en la geopolítica del saber de la sociedad global”. En: Comentario Internacional. Revista del Centro Andino de Estudios Internacionales, no. 2, II semestre, 2001.

[7] Lander, E. (2005). “La Ciencia Neoliberal”. En: Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales. (11) 2. Caracas, Venezuela.

[8] Vercellone, C. (2004) “Las políticas de desarrollo en tiempos del capitalismo cognitivo”. En: Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva. Madrid: Traficantes de sueños.

[9] Boutang, Y. M. (2004). “Riqueza, propiedad, libertad y renta en el capitalismo cognitivo”. En: Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva. Madrid: Traficantes de sueños.

[10] GNU Foundation (2016). “¿Qué es el software libre?”. Disponible en: https://www.gnu.org/philosophy/free-sw.es.html

[11] B auwens, M. (2012). Synthetic overview of the collaborative economy. Orange Labs – P2P Foundation.

[12] Vila-Viñas, D. & Barandiaran, X.E. (Eds.). Buen Conocer – FLOK Society. Modelos sostenibles y políticas públicas para una economía social del conocimiento común y abierto en el Ecuador. Quito, Ecuador: IAEN-CIESPAL.

[13] Bauwens, M. (2005). “La economía política de la producción entre iguales”. P2P Foundation. Disponible en: goo.gl/C5abJt

[14] Fernández, M. y Del Moral, L. (2016). “La ética hacker frente al capitalismo netárquico: software libre y peer production en las iniciativas de Economía Colaborativa en Andalucía”. Revista Teknokultura Vol. 13(1), 141-168.

[15] García, D. y Rendueles, C. (2014). “Abierto, libre… y público. Los desafíos políticos de la ciencia abierta”. Argumentos de Razón Técnica, nº 17, 2014, pp. 45-64.

[16] Ostrom, E. (1990). Governing the Commons. The evolutions of institutions for collective action. EUA: Cambridge.

[17] Ostrom, E. (2008). «El gobierno de los bienes comunes desde el punto de vista de la ciudadanía». En: Helfrich, S. Genes, bytes y emisiones: Bienes comunes y ciudadanía. México: Ediciones Böll.

[18] Benkler, Y. (2003) «La economía política del procomún». Novática, 163, Mayo-Junio. España.

[19] Ostrom, E. y Hess, Ch. (2001). «Artifacts, Facilities, And Content: Information as a Common-pool Resource». Conference on the Public Domain, Duke Law School, 09 de noviembre de 2001.

[20] Scholz, T. (2016). Cooperativismo de plataforma. Desafiando la economía colaborativa corporativa. Barcelona, España: Dimmons.net. Investigación acción en producción procomún. Internet Interdisciplinary Institute (IN3) – Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

[21] Roca, S. (2015). “Geopolítica del Conocimiento: repensar el Acceso Abierto desde el Sur”. Revista Conocimiento Libre y Licenciamiento. Conocimiento Libre a la luz del Pensamiento Bolivariano. N° 10 – Especial. Mérida: CENDITEL; pp. 36-53.

Nota: este artículo aparecerá publicado en la Revista “Conocimiento Libre y Licenciamiento – CLIC”. N° 13. Mérida, Venezuela: Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres (CENDITEL). Disponible en: http://convite.cenditel.gob.ve/

1Los resultados de esta forma de división internacional del trabajo pueden verificarse en la distribución geográfica de los resultados de la creación intelectual. Véase por ejemplo: [5] .

2Véase por ejemplo: Arun Sundararajan (26-07-2015). «The ‘gig economy’ is coming. What will it mean for work?». The Guardian. Disponible en: https://www.theguardian.com/commentisfree/2015/jul/26/will-we-get-by-gig-economy

3Esto implica ejercer presión contra la institucionalidad de la formación económica rentista. El fracaso del modelo económico-institucional del Estado rentista, en cuanto que mantiene la dependencia de la renta, representa una amenaza para las conquistas sociales en particular en aquellas sociedades que han abrazado una suerte de extractivismo redistributivo.

4Léase por ejemplo: López, G. (16-04-2016). «La iniciativa de Semillas de Código Abierto en contra de las corporaciones». El Salmón Contracorriente. Disponible en: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?La-iniciativa-de-Semillas-de

5Como propuesta en este sentido, puede verse por ejemplo: Carson, K. (01-03-2016). «Which Way for the Gig Economy?». P2P Foundation. Disponible en: https://blog.p2pfoundation.net/which-way-for-the-gig-economy/2016/03/01. Algunas plataformas promueven directamente el cooperativismo como alternativa al modelo privado. Véase como un caso: Platform Cooperativism. Disponible en: http://platformcoop.net/about

6Así, desde una perspectiva que considera la producción de tecnología como proceso y como sistema abierto, un esquema de este tipo puede proporciona mayores posibilidades de brindar retornos sociales positivos a los participantes y los no-participantes directos del sistema sociotécnico.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219929

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La sociedad socialista del conocimiento

Por: Luis A. Montero Cabrera

La historia de nuestra especie comenzó en algún lugar de África. Hoy lo sabemos a ciencia cierta e incontrovertiblemente porque nuestra sabiduría le ha seguido el rastro a ciertas moléculas muy especiales, portadoras de información, que llevamos en cada una de nuestras célula

Nuestra especie se autodenominó homo sapiens en este mundo natural que habitamos. «Humano sabio» debería traducirse, para disminuir los problemas en el buen decir contemporáneo. El género biológico homo tuvo otras especies que se consideran extinguidas al ser imposible identificar sus individuos actualmente, como es el caso de homo neanderthalensis.

A ese lo llamamos así por haberse encontrado sus primeros restos, accidentalmente, en una excavación del valle de Neander que es un bello rincón de la Renania del Norte alemana. Los rasgos moleculares de esos congéneres aparecen frecuentemente en no­sotros, los sapiens de hoy, por lo que deben de haberse podido mezclar con facilidad y durante bastante tiempo.

La historia de nuestra especie comenzó en algún lugar de África. Hoy lo sabemos a ciencia cierta e incontrovertiblemente porque nuestra sabiduría le ha seguido el rastro a ciertas moléculas muy especiales, portadoras de información, que llevamos en cada una de nuestras células. Su nombre científico no es muy amigable y se han popularizado como sus iniciales ADN, en español.

Tales rastros moleculares existentes en las poblaciones humanas actuales y en los restos de las ya fallecidas y dispersas están permitiendo averiguar con una certidumbre asombrosa sus rutas migratorias ancestrales y hasta las razones de nuestras diferenciaciones físicas actuales.

Prácticamente acabamos de aparecer como especie en este mundo, hace solo 250 000 años, miles más, miles menos. Los 3 800 millones de años que nos precedieron de vida en la tierra hicieron posible que la selección natural, la eterna adaptación de los sistemas vivos a su entorno, llegara a establecer una cierta cantidad de individuos genéticamente compatibles que fueron el núcleo originario del homo sapiens.

Aquellos superabuelos nuestros pudieron intercambiar mucha información entre ellos, almacenarla por sí mismos en forma de conocimientos y usarlos a voluntad. Eso ocurrió gracias a las herramientas naturales que se nos seleccionaron, como es la voz articulada, el oído, la vista, el tacto y un cerebro muy preparado. Dicho órgano se encargó de coordinar el ingreso y la expresión de información, de almacenarla y de recuperarla (utilizarla cuando se hace necesario).

Ruidos con mayor o menor diferenciación ya se habían seleccionado para emitirse y oírse en otras especies animales. Pero en nuestro caso la articulación y la variedad de sonidos voluntarios que podíamos emitir y entender era formidablemente amplia. Se podía intercambiar ideas completas en una conversación. Somos el producto natural más acabado del tráfico de información entre seres vivos, al menos hasta el momento.

Y no solo eso. Los conocimientos que fueron estableciéndose nos permitieron ir más allá de nuestra propia memoria individual y empezamos a escribirlos, a registrarlos en soportes permanentes fuera de nosotros, aunque mucho más recientemente.

En la misma Mesopotamia donde tantas convulsiones ocurren hoy, alguien pensó hace unos 5 500 años que con un palito podía grabar algunos símbolos que se harían equivaler a palabras habladas en una tablilla de arcilla blanda y lo realizó. Después se calentaba la arcilla y tales palabras se quedaban escritas tan bien que aún existen algunas de ellas. Los chinos y los egipcios no tardaron en imitarlos o inventar lo mismo con sus propias lenguas. En la actual América solo lograron hacerlo los Mayas parece que hace unos 2 000 años, y fue independientemente porque no pudieron copiar las experiencias de escritura del otro lado del Atlántico. La Universidad Brown, en los EE.UU., acaba de autentificar el más antiguo conocido de los códices mayas, el llamado «Grolier», que data del siglo XIII de nuestra era.

La sociedad que tenemos hoy en día es el producto de toda esa evolución. De sus rutas y andares, de sus luchas, de sus progresos y retrocesos, pero sobre todo del avance de la sabiduría de nuestra especie y del eficiente uso que comenzamos a hacer y seguimos haciendo de la información. Lo hicimos entonces con tablillas de barro y hoy con dispositivos electrónicos y sus redes de intercambio que llegan o pueden llegar a todo lugar donde exista una persona. No ha sido un progreso monótono lineal.

Han tenido lugar revoluciones de información, como la de la imprenta, la de la radio, la de las computadoras aún sin redes. La situación actual permite que un individuo pueda llevar consigo un dispositivo que lo capacita para comunicarse hasta visualmente con otro en el momento que desee, aunque esté en la luna. Y además puede tener acceso a toda la información almacenada por el hombre, o casi toda, también instantáneamente.

Los que pensamos que el presente y el futuro  de todos los seres humanos tiene que pasar por su máxima realización y felicidad personal y social, sin que nadie lo haga a costas de los demás, podemos ser optimistas. Tenemos que estar convencidos de que una sociedad que pretenda ese objetivo tendría que basarse en la solidaridad colectiva, donde el uso de las capacidades personales se ponga en función siempre del bienestar personal y también de todos los demás. Y que tales metas no se pueden obtener hoy, ni mucho menos en el futuro, sin que el intercambio de información que nos distinguió como especie sea el más eficiente e intenso de acuerdo con lo más avanzado de los tiempos.

El acceso irrestricto a las comunicaciones en cualquier lugar donde esté una persona, por aislado que sea, es una aspiración dentro de ese socialismo próspero y sostenible por el cual luchamos. También lo es que el acceso a toda información que se requiera es una necesidad. Las discusiones populares que fueron convocadas en torno a los más recientes congresos de nuestro Partido, así como los documentos que se discuten, así lo evidencian. No puede existir una sociedad socialista que no sea del conocimiento, universal, ubicuo. Si los fundadores de estas ideas cuando no se soñaba con internet o la telefonía inteligente vivieran hoy en día, seguramente que las tomarían como estandarte.

Lo demostró Lenin cuando planteó que comunismo era poder soviético más electrificación. En aquel entonces, la electrificación era de lo más excelso de los descubrimientos tecnológicos del saber humano. Sin embargo, por diversas razones entre las cuales el mayor peso lo lleva el bloqueo de Estados Unidos, y a pesar de la clara postulación de estos principios en la política de la Revolución, todavía es baja la penetración social e individual de esas nuevas tecnologías en el país.

Paradójicamente, al mismo tiempo somos de los mejor educados para aprovecharlas al máximo.

La difícil situación actual de Cuba con el uso masivo de las nuevas tecnologías de la in­formación y las comunicaciones contempla muchos factores, algunos de los cuales están fuera de nuestra acción directa, como es el caso del bloqueo; cuyo impacto se expresa en las posibilidades de adquirir hardware, software y conocimientos, pues todavía existen numerosos sitios de internet a los cuales no se puede acceder desde nuestro país. Es un impedimento que se enfrenta en el terreno político, pero en el que la decisión final  corresponde a quienes nos han impuesto estas onerosas sanciones unilateralmente.

Por tanto, tenemos que superar la situación —dentro de nuestras posibilidades— de la forma más acelerada a nuestro alcance; en­frentando los retos de toda índole y venciéndolos, nunca evitándolos, como hacen los revolucionarios verdaderos. Hay que hacerlo porque si no, como una vez dijera Fidel, estaríamos cada vez más cerca de nuestros ancestros homínidos («del mono», según sus palabras textuales) que del hombre del futuro que tantos soñamos. El mismo líder que planteó en el amanecer de la Revolución: «No le decimos al pueblo: cree. Le decimos al pueblo: lee» es un nonagenario que las usa intensivamente, tal y como le afirmó a la directora del diario mexicano La Jornada en una memorable entrevista del 2010.

Si existen barreras que no se pueden eliminar con nuestra voluntad, como es el bloqueo y las limitaciones de recursos, tenemos que usar la innovación propia, los conocimientos, y la ingeniosidad que nos sobra, para no perder ni una oportunidad de participar en el acelerado proceso que tiene que ser la informatización de todos en toda la sociedad cubana. Es preciso generar software de todo tipo, promover su uso y usarlo, y también obtener el máximo de nuestro hardware de transmisión y procesamiento.

Existe un campo enorme de progreso endógeno con las inversiones que se puedan hacer. Creemos en una sociedad mejor, que llamamos constitucionalmente socialista, y necesariamente del conocimiento. Por eso no debe-ríamos perder ni esperar un segundo para aprovechar cuanta opción exista. Cualquier barrera administrativa o conceptual, que se haya podido erigir en la mente de algunos  en cualquier parte contra este progreso, se convierte en antisocialista de facto.

De lo relatado antes acerca de nuestra historia como especie se hace obvio que cualquier acción para nuestro progreso socialista tiene que pasar por la optimización constante de sus procesos de intercambio de saberes, de conocimientos. Luchar por algo tan hermoso como la felicidad de todos tiene que estar ligado a ello en una sociedad como la que queremos construir.

 Fuente:http://www.granma.cu/ciencia/2016-11-11/la-sociedad-socialista-del-conocimiento-11-11-2016-21-11-46

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Más de 38 mil estudiantes ecuatorianos se beneficiarán de proyecto de educación técnica y tecnológica

América del Sur/Ecuador/01 de diciembre de 2016/Fuente Banco Mundial

El Directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó un préstamo de US$90,5 millones para incrementar la participación y permanencia de estudiantes en programas de educación pública técnica y tecnológica diseñados e implementados en colaboración con empleadores en Ecuador.  Adicionalmente, el proyecto apoyará el fortalecimiento  de la gestión institucional de la educación técnica y tecnológica en el país.

El Proyecto Reconversión de la Educación Técnica y Tecnológica Superior Pública que lleva a cabo la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SENESCYT) fortalecerá  la optimización y mejoramiento de la oferta en provincias,  la calidad de la enseñanza y capacidad administrativa de los Institutos; la formación de docentes y directivos; así como el fortalecimiento de los mecanismos de coordinación institucional con el sector privado.  Adicionalmente, el proyecto incluye un plan de género para monitorear las tasas de acceso y permanencia de estudiantes mujeres, para promover la igualdad de oportunidades en el acceso a educación técnica.

De acuerdo con el Gobierno Nacional, este financiamiento promueve el proceso formativo del talento humano ligado al cambio de la matriz productiva. Entre las principales actividades que se impulsarán a través del proyecto está el aporte en el diseño de un plan de estudios alineado con las necesidades  del mercado laboral. El proyecto también busca la dotación de infraestructura adecuada que facilite el aprendizaje, y la articulación entre los estudios de secundaria y terciaria, y el fortalecimiento de la gestión del sistema de educación técnica y tecnológica.

El proyecto apoyará los esfuerzos del Gobierno para mejorar la calidad de los programas de educación técnica y tecnológica con el objetivo de incrementar el acceso, la permanencia y la graduación de los estudiantes a través de una alternativa a la formación universitaria tradicional que impulse la productividad. Para esto es muy importante la coordinación con los empleadores y el sector privado en particular.”, afirmó Alberto RodríguezDirector del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela.

Con este préstamo se contempla la construcción y equipamiento de 11 Institutos Tecnológicos Superiores en las provincias de: Bolívar, El Oro, Guayas, Manabí, Pichincha, Tungurahua y Sucumbíos.

Este proyecto busca formar trabajadores con habilidades que requiere el sector laboral. El crédito del Banco Mundial asciende a US$102.47 millones, de los cuales la SENESCYT aportará US$11.97 millones.

El cierre del proyecto está previsto para el 2021. El plazo del préstamo es a 35 años, incluyendo un periodo de gracia de 17 años.

Contactos:

En Washington: Marcela Sánchez-Bender, (202) 473-5863, msanchezbender@worldbank.org,

En Quito: Cristina Medina, (593) 22943600 ext 676, cmedina1@worldbank.org

Para conocer el trabajo del Banco Mundial en América Latina y el Caribe visite: www.bancomundial.org/alc

Visítenos en Facebook: http://www.facebook.com/bancomundial

Manténgase informado via Twitter: http://www.twitter.com/BancoMundialLAC

Nuestro canal de YouTube: http://www.youtube.com/BancoMundialLAC

Comunicado de Prensa

2016/255/LA

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2016/11/23/more-than-38000-ecuadorian-students-will-benefit-from-a-technical-and-technological-project

Imagen: www.bancomundial.org/content/dam/photos/780×439/2016/nov-2/ec-educacion-prestamo-780px.jpg

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Para padres y profesores: recursos para aprender programación y enseñar a niños y jóvenes

Por Pablo Espeso

Es necesario enseñar a programar, y en nuestro papel de padres, profesores o docentes es una obligación realizar un paso previo: aprender programación para poder enseñarla a nuestros pupilos.

Tal vez seas un profesional de la docencia o simplemente muestras inquietud por esta nueva materia, hoy te traemos los mejores recursos para aprender programación y enseñar a tus hijos, hijas o estudiantes. Desde cero y hasta el infinito, lo único que necesitas es tener ganas y la intención de aprender. ¿Te unes? Sólo tienes que seguir leyendo.

Guías y tutoriales para aprender programación

La siguiente es una selección con las mejores guías, manuales y tutoriales en Internet, que te servirán para aprender los conceptos básicos del mundo de la programación.

Code.org

Code.org Flappy Bird

Esta ONG lleva trabajando desde 2013 para fomentar el uso de la programación entre jóvenes de todo el mundo, tanto en el ámbito familiar como en el escolar. Code.org cuenta con multitud de tutoriales interactivos adaptados a diferentes niveles y edades, en los que deberás ir resolviendo pequeños retos a través de la programación para aprender los pilares básicos. Aquí tienes el listado de ‘lecciones’ y también puedes encontrar guías específicas para que adultos aprendan y enseñen a sus chicos.

Scratch

scratch

Diseñada y desarrollada por el MIT desde 2002, Scratch es una de las herramientas de programación educativa más utilizadas entre jóvenes y no tan jóvenes. Por aquí hemos hecho referencia a él en multitud de ocasiones, y en su página web ofrecen innumerables recursos en su sección de ayuda, y que están dirigidos tanto a padres como a educadores. Además, el programa incorpora una serie de guías paso a paso para elaborar tus primeros programas e introducirte así en el mundo del código.

Tynker

Tynker iPad app

“Programación fácil”, esta es la tarjeta de presentación de Tinker, una plataforma de programación para niños que desde su lanzamiento en 2012 se ha volcado en convertirse en una herramienta para que profesionales de la educación y padres conozcan los entresijos de todo esto de programar. Además de los tutoriales para iniciarse en esta materia incluyen dos secciones específicas para adultos, una para padres y otra para profesores, para que puedan dominar todos los aspectos de la herramienta antes de explicársela a sus pupilos.

ScratchED

scratched main web

Con el objetivo de aportar una visión profesional del uso del software del MIT, ScratchED es una comunidad gestionada por la Universidad de Harvard y volcada en la herramienta Scratch. Dispone de múltiples secciones como historias, recursos o foros de debate, en la que cualquier interesado puede proponer temas, guías o ideas, o bien hacer uso de las cientos que ya están colgadas en la web. Especialmente interesantes todos los materiales de multitud de niveles que podemos utilizar para mejorar nuestro aprendizaje.

Codecademy

Orientado a la programación más tradicional, basada en texto, Codecademy es una plataforma online que propone tutoriales interactivos en los que deberemos ir avanzando paso a paso, lección a lección, mientras aprendemos los fundamentos esenciales de múltiples lenguajes de programación. Son tremendamente fáciles de seguir y prosperar en el mundo del código con las guías de lenguajes como Python o JavaScript, dos de los que ya comentamos están entre los más interesantes desde el punto de vista educativo.

Libros y otros recursos en formato físico

A pesar de vivir en un mundo eminentemente digital no podemos dejar de aconsejar buenos libros para aprender programación. Con el auge de la programación como herramienta más allá de lo profesional han surgido una gran variedad de títulos que tocan este tema, y que tienen como objetivo cautivar tanto a menores como a adultos para atraerles a la programación. A continuación os dejamos algunos artículos y recopilaciones en los que encontraréis más referencias:

  • Herramientas online para programar

Además de las guías y tutoriales que nos permiten introducirnos en la programación, también es fundamental saber cómo y dónde programar. A continuación os dejamos con las plataformas y herramientas online más interesantes para programar y poner en práctica tus conocimientos, una selección de las muchas que hay disponibles en la web.

Scratch

scratch logoAdemás de ofrecer las guías y tutoriales que reseñábamos anteriormente, Scratch es también una completa plataforma online para programar. Ni siquiera es necesario registrarse —aunque sí muy recomendable para poder almacenar nuestros proyectos en “la nube”— y tan sólo necesitaremos iniciar el editor para comenzar a arrastrar bloques. Si lo prefieres, puedes descargar la versión offline para ejecutarla en tu ordenador sin necesidad de conexión, que al igual que la modalidad web incorpora tutoriales guiados que te ayudarán a dar los primeros pasos en la programación.

CodeMonkey

codemonkey logoLos más veteranos recordarán el viejo Logo, que allá por los años 80 y 90 llegó a las escuelas del mundo entero para enseñar a programar a los jóvenes de la época. CodeMonkey es una aproximación heredada de aquella idea, pero adaptada a los tiempos modernos, que nos pondrá en la piel de un divertido mono que tendrá que recoger bananas del suelo y avanzar entre los niveles, cuya complejidad se incrementa progresivamente. Una idea sencilla pero muy efectiva para aprender los conceptos básicos del mundo de la programación y el pensamiento computacional.

Code.org

Code.org logoAl igual que ocurre con Scratch, en Code.org también nos encontramos con una plataforma para programar además de las guías y tutoriales de los que ya hemos hablado. Si te registras tendrás acceso a un entorno abierto y con muchas posibilidades, en el que podrás crear lo que se te antoje. Y no sólo eso: merece especial mención la App Lab, un entorno de programación a través de bloques de colores pero basado en JavaScript, y perfecto para crear sencillas apps web diseñadas para móvil.

Pixie

pixie programar logoUn proyecto español diseñado para edades escolares, tanto en el colegio como en casa. Basado en Blockly, Pixie está lleno de retos para programar que nos permitirán aprender más y más a medida que los vamos resolviendo. Cómo dibujar figuras geométricas, cómo programar un disparo o muchos otros cursos más, con licencias disponibles tanto para hogar como para su uso en clase con decenas de alumnos.

CodeCombat

codecombat logoUna aproximación en forma de videojuego pero con la programación de lenguajes de texto, clásicos. CodeCombat es, en esencia, un videojuego en el que tomaremos el control de un personaje que deberá ir avanzando en un mundo de niveles; para ello se plantearán problemas que tendrá que resolver a través de la programación. No existen bloques de colores y deberemos introducir las sentencias e instrucciones adecuadas con nuestro teclado, pero nos servirá para aprender lo que son los lenguajes de programación “de verdad” como Python, JavaScript o LUA.

CodeSchool

codeschool logoCodeSchool no es tanto un juego sino una serie de tutoriales guiados para aprender a programar en una muy amplia variedad de lenguajes (HTML/CSS, JavaScript, Ruby, PHP, Python, .NET, iOS, etc.) disponible, con cursos interactivos en los que el código que añadamos se ejecutará en la misma ventana. En total disponen de 64 cursos interactivos que se apoyan sobre tutoriales e indicaciones tanto en texto como en vídeo, varios miles de retos disponibles y contenido que se va actualizando mes a mes.

Programmr

programmr logoCon una orientación específica a la programación de texto, Programmr es una plataforma con una infinidad de cursos disponibles en multitud de lenguajes tanto tradicionales (Java, C, HTML/CSS,  otros) como modernos (AngularJS, JQuery, Ruby, Python, etc.). Tienen mucho material con el que podremos aprender y avanzar paso a paso en la programación, e incluso cualquiera puede proponer retos para que se publiquen en la plataforma y puedan ser resueltos por otros usuarios.

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/guia-ensenar-programacion-padres-profesores/40902.html

 

 

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Esteban Quispe, el genio boliviano que fabrica robots con desechos

América del Sur/Bolivia/29 de noviembre de 2016/Fuente:

Esteban Quispe tan solo tiene 18 años, pero lleva fabricando robots desde que tenía apenas 8.

«Ya he creado 23. Ahora estoy trabajando en el número 24. Será un robot que podrá tener usos en agricultura», le cuenta a BBC Mundo.

Lo dice seguro, confiado. El entusiasmo se percibe en su voz. Y no es para menos: su nombre está comenzando a sonar con fuerza dentro y fuera de las fronteras de su país, Bolivia.

Desde su pequeño taller en un pueblo del municipio de Patacamaya, al sureste de La Paz, Esteban da vida a sus creaciones.

«Mi taller es un simple cuarto, aunque ahora lo he ido mejorando. Desde allí investigo cada componente y voy haciendo los circuitos. Ya le puse el suelo de cemento. También soy albañil, entre otras muchas cosas», explica.

Si hubiera tenido dinero habría utilizado materiales nuevos. Pero no lo tenía, así que empecé a buscar soluciones

Esteban Quispe

Si hay algo que define a Esteban son sus ansias por inventar y construir cosas nuevas.

Y ese «talento innato», como él mismo lo define, para comprender el «complicado idioma de la tecnología» le está llevando muy lejos.

Repercusión internacional

Ya ha participado en varios programas televisivos y protagonizado artículos de la prensa internacional. Y en su página de Facebook se acumulan elogios y comentarios de sus miles de seguidores.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le invitó en octubre al evento global que desarrolla anualmente en Washington, EE.UU., Demand Solutions (Ideas para mejorar vidas), para compartir sus creaciones y entusiasmo con el resto del mundo.

Y el Ministerio de Educación de Bolivia le premió con una beca completa de estudios universitarios «en la carrera que él elija». Pero Esteban dice que decidió cederla para el disfrute de otro estudiante.

Esteban QuispeImage copyrightREUTERS/DAVID MERCADO
Image captionWall-E es su creación más famosa hasta el momento.

«En total recibí cinco becas«, dice Esteban. Y, al final, eligió estudiar Ingeniería Mecatrónica en la a Universidad Católica Boliviana San Pablo. Completó el primer trimestre, pero poco después abandonó sus estudios universitarios.

«Hice una suspensión indeterminada para luego retornar. No creo que sea tan necesaria la universidad, pero quiero volver lo antes posible porque necesito el título«, admite el joven.

Pero primero, sostiene, debe completar su servicio militar. «Entonces retomaré la universidad», asegura.

Mientras tanto, sigue trabajando en su pequeño obrador, creando ingeniosas máquinas que no solo le están aportando ingresos, sino también una fama que no esperaba y con la que parece sentirse muy cómodo.

«Hacerme famoso no era mi objetivo, pero sí uno de mis sueños», confiesa.

Tecnología para «cambiar el mundo»

Su proyecto más conocido hasta el momento tiene nombre de película.

Se trata de Wall-E, una tierna máquina que en la cinta de Disney arregla el desorden que causó la humanidad, y en el mundo de Quispe nace de la propia basura para recordarnos una lección: la creatividad no tiene límites.

Esteban QuispeImage copyrightREUTERS/DAVID MERCADO
Image caption«La gente echa al botadero de basura todo tipo de materiales», dice Esteban.
Robot Wall-E de EstebanImage copyrightREUTERS/DAVID MERCADO
Image captionEl «Wall-E boliviano» está fabricado enteramente a base de desechos.

Pero ¿qué le inspiró a usar material reciclado?

«No fue porque yo quería. Fue una necesidad. Si hubiera tenido dinero habría utilizado materiales nuevos. Pero no lo tenía, así que empecé a buscar soluciones».

«Aquí en el botadero la gente siempre deja todo tipo de cosas», asegura Esteban.

El cuerpo de Wall-E está hecho con planchas de lata, hierro y otros metales y «todo tipo de aparatos electrónicos, desde computadoras, hasta impresoras, teléfonos fijos y celulares«.

El joven está feliz con todo lo que ha «aprendido» su máquina en este tiempo y dice que ya ha recolectado dos millones de datos.

«Hace su propio mapa de los campos y puede empezar a circular mediante sensores. Cada byte se almacena en una matriz», explica.

Tardó un año en construirlo, pero hoy está trabajando en una nueva versión con materiales nuevos con una tecnología de repetición para reformular y renovar su sistema interno.

«Como va aprendiendo mucho, termina su ciclo y vuelve a empezar a aprender. Lo hice por diversión».

Grandes aspiraciones

Pero las aspiraciones de Esteban Quispe van mucho más allá del entretenimiento personal.

Hoy día, además de fabricar robots, se dedica a enseñar a otros a comprender cómo funciona la informática.

Esteban Quispe y su madre, Teresa.Image copyrightREUTERS/DAVID MERCADO
Image captionEsteban (dcha) proviene de una familia de pocos recursos y vive en Patacamaya con su madre (izda).

Aprendió de forma autodidacta, poniendo nombres a los componentes con palabras que, en su Bolivia rural, le resultaban familiares – arvejas, lentejas o quinoa- «según la forma de cada uno».

«Me electrocuté unas cuantas veces«, recuerda, dejando escapar una risa.

Hoy, siendo apenas un adolescente, ya es tutor robótico de varios estudiantes que trabajan con él para aprender de su talento.

«La tecnología está escrita en un idioma complicado. Muchas personas no lo entienden. Yo lo hago simple para que chicos la entiendan», dice Esteban.

Además de la enseñanza, entre sus proyectos de futuro también está la política. Y cuenta que incluso le gustaría, algún día, optar a la presidencia de su país.

Esteban QuispeImage copyrightREUTERS/DAVID MERCADO
Esteban QuispeImage copyrightREUTERS/DAVID MERCADO
Image captionDesde su pequeño taller da vida a ingeniosas creaciones.

«Me gustaría aportar a mi comunidad con tecnologías verdes y llegar a las zonasrurales donde no alcanza la energía. Con eso cambiamos el mundo«, explica.

«Gracias a la corriente inalámbrica, las áreas rurales tendrán acceso a telefonía y a internet».

Esteban dice que no le gusta escribir, ni tampoco leer; almacena todas sus ideas en la cabeza y quiere trabajar en su proyecto con calma, utilizando la tecnología y su capacidad intelectual «para colaborar, y no para destruir».

«Cada persona nace con una capacidad«, dice convencido.

«Cada uno tiene talentos distintos. Puede ser robótica, como es mi caso. O puede ser astronomía, biología, cocina… Cualquier cosa. Los jóvenes tienen quedescubrir qué es lo que les gusta y usar su talento para ayudar a la comunidad«.

Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-37980481

Imagen: ichef-1.bbci.co.uk/news/660/cpsprodpb/2E2B/production/_92591811_976eadc8-b328-4318-a64e-6c76de9f2659.jpg

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Novedosa planta de tratamiento gana premio verde de Odebrecht en Panamá

Panamá/28 de Noviembre de 2016/El Diario

Un proyecto para la construcción de una miniplanta de tratamiento de aguas servidas mediante la reutilización de neumáticos usados ganó hoy la quinta edición del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible en Panamá.

El proyecto llamado «Biollanti», galardonado con el primer lugar, fue desarrollado por los estudiantes del campus central de la Universidad de Panamá (pública), José Armando Herrera, Gabriela Rodríguez y Arantza Rivas Morales, con la guía de la profesora Erica Rodríguez.

 La iniciativa triunfadora busca evitar que las aguas residuales vayan a los ríos a través de una planta de tratamiento para casas de asentamientos esporádicos o comunidades precaristas.

El plan de este trío de estudiantes tiene la finalidad de darle uso a los neumáticos viejos a través de la construcción de un sistema sanitario de tratamiento de aguas residuales a bajo costo, mientras se ayuda a resolver el problema de la mala disposición del agua contaminada.

El segundo lugar del premio fue para el plan de un sistema de alto rendimiento y desalinizador solar del agua marina, un proyecto de la Universidad de Panamá en su extensión de la provincia occidental de Chiriquí, presentado por el estudiante de ciencias agropecuarias Abraham Gabriel Villamil y el profesor José Ricardo Castillo.

La idea de este sistema plantea la producción de 650 litros de agua potable diariamente mediante la desalinización del agua de mar, con la finalidad de beneficiar a las regiones insulares, litorales y comunidades que se abastecen a través de pozos o aguas salobres.

El tercer galardón lo obtuvo el equipo de los estudiantes de ciencias agropecuarias José Eduart Camarena y Juan Manuel Sánchez, y su guía y profesor Gerardo Sandoya, también de la extensión de la Universidad de Panamá en Chiriquí, que concursaron con un método novedoso para la producción agrícola y de horticultura, con un producto orgánico completo.

Esta técnica de «bioinsumos» corrige el ácido del suelo que evita la germinación de las semillas, en un proceso de muy bajo costo y con una duración de 21 días de trabajo a base de microrganismos y bacterias que permiten una producción limpia y orgánica.

En total fueron cinco los proyectos finalistas que concursaron en esta edición del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible, que otorgó una retribución en efectivo de 24.000 dólares para el primer lugar; 18.000 para el segundo y 12.000 para el tercero.

Cada uno de los premios es dividido en tres partes iguales: una parte para el estudiante o grupo de estudiantes; otra para el profesor asesor y la tercera para la universidad.

El jurado calificador evalúo en los proyectos presentados su excelencia de contenido, claridad y presentación, fundamentación y profundidad, contribución técnica y aplicabilidad.

El comité calificador estuvo integrado por Natalia Young, bióloga y especialista panameña en gestión ambiental y consultora sénior en Sostenibilidad y Responsabilidad Social; Valentín Monforte Arias, arquitecto panameño; y el brasileño Lucas Strasburg Ferreira, inventor y emprendedor, creador del proyecto Revofoot de prótesis con materiales alternativos.

Con este certamen Odebrecht busca incentivar a los jóvenes universitarios a realizar propuestas de ingeniería desde una perspectiva de desarrollo sostenible.

El director de Sostenibilidad de Odebrecht Panamá, Francisco Martins, dijo a Efe que este galardón es una iniciativa que promociona el emprendimiento creativo, es decir, «que la creatividad se asocie a la competencia técnica buscando soluciones que sean amigables con el medio ambiente y con la sociedad».

«La idea es seguir promocionando y seguir buscando un avance en un desarrollo más consistente en el apoyo a las universidades, para que Panamá tenga una base de enseñanza y de investigación científica que proporcione cada vez más ideas para la sostenibilidad del país», añadió.

Este premio inició en Brasil hace 8 años y se organiza en la actualidad en cerca de una docena de países, como México, República Dominicana, Cuba, Panamá, Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Argentina, Estados Unidos y también en África.

En 2015, un proyecto de Módulos de Aulas Bioclimáticas para Centros Educativos en Panamá ganó la cuarta edición del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible.

En septiembre pasado, la Fundación Parque Nacional Chagres ganó el Premio Rana Dorada 2016 que también otorga Odebrecht a las ONG con buenas prácticas y proyectos que ayudan a la conservación ambiental y el desarrollo sostenible en Panamá.

Fuente: http://www.eldiario.es/sociedad/Novedosa-planta-tratamiento-Odebrecht-Panama_0_584441574.html

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Laboratorios móviles: educación en ciencia y tecnología a colegios peruanos

América del Sur/Perú/24 de noviembre de 2016/Fuente: http://larepublica.pe/

El proyecto promueve la implementación de la metodología STEAM (Ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas) en los colegios del país. En una primera etapa, más de 1000 alumnos de Lima e Ica se beneficiarán con Tec Lab Móviles (Laboratorios Tecnológicos Móviles).

La educación en ciencia y tecnología es un factor fundamental para la innovación y el crecimiento económico. De acuerdo a distintos estudios internacionales, el crecimiento económico en el siglo 21 será conducido por la habilidad de las naciones para generar ideas y trasladarlas en servicios y productos innovadores. Actualmente en nuestro país, la demanda de profesionales en tecnología supera la oferta del mercado; ante ello, Tecsup y la Embajada Británica se han unido en un proyecto que busca fomentar el interés y vocación por las carreras tecnológicas entre los escolares del nivel secundario: Tec Lab Móvil.

En su compromiso de acercar a los jóvenes al campo de la ciencia y tecnología, y haciendo uso de su amplia experiencia en investigación y aplicación de esta, Tecsup y la Fundación FAB del Reino Unido han desarrollado el proyecto Tec Lab Móvil, que consiste en la implementación de dos laboratorios móviles donde los alumnos de colegios secundarios de zonas vulnerables y rurales podrán combinar de forma sencilla su creatividad y conocimientos, a través de la metodología STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas) y del uso de tecnologías de diseño y fabricación digital 3D, robótica, internet, entre otras, en búsqueda de soluciones a problemas cotidianos de su comunidad.

“Con los Tec Lab Móvil buscamos despertar la pasión de los estudiantes por la ciencia, la tecnología y la ingeniería a través de metodologías prácticas y divertidas, y acercando tecnología de vanguardia a los estudiantes de colegios con menores recursos gracias al componente móvil del proyecto. De esta manera no es necesario que el colegio cuente con instalaciones o con equipos –que muchas veces son muy costosos– para vivir esta experiencia. Queremos cerrar la brecha en el campo de la educación de ciencia y tecnología”, señala Víctor Suárez, Director Comercial y Desarrollo Empresarial de Tecsup Lima.

El desarrollo del proyecto ha contado con el apoyo estratégico del Reino Unido –país que se encuentra en el top 3 de las naciones más innovadoras del mundo–, a través de la Fundación FAB y de la Embajada Británica en Lima.

Los Tec Lab Móvil empezaron a visitar colegios de Lima y provincias desde noviembre; y se espera que, en solo cuatro meses, sean más de 1000 alumnos beneficiados, de 4to y 5to de secundaria, y más de 40 los profesores capacitados con este proyecto en el uso de la metodología STEAM. ❧

Fuente: http://larepublica.pe/impresa/sociedad/823928-laboratorios-moviles-educacion-en-ciencia-y-tecnologia-colegios-peruanos

Imagen: cdn7.larepublica.pe/sites/default/files/styles/img_620/public/SORE-20-ABRE-Camioncito.jpeg

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