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Segunda sesión del Ciclo Debates para un Pensamiento Inclusivo: Un nuevo enfoque científico para el Antropoceno

Ante los efectos de la pandemia y la crisis ecosocial, parece ineludible plantear un debate sobre la ciencia, para encontrar soluciones compartidas entre ciencia, política y sociedad.

 

La segunda sesión del Ciclo Debates para un Pensamiento Inclusivo quiere reflejar el interés que FUHEM Ecosocial a través de su revista Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global tiene sobre la tecnociencia en tiempos (post)modernos (PAPELES 133)  y sobre los espejismos tecnológicos (PAPELES 134), números que servirán como telón de fondo al debate, y constituyen la base de recursos y materiales bibliográficos para alimentarlo.

¿Debemos confiar en la innovación tecnocientífica como solución a la crisis civilizatoria que afrontamos?

¿Nos arriesgamos a crear peligrosos espejismos que aumentan nuestra vulnerabilidad?

¿Es posible imaginar aproximaciones científicas mejores para la sociedad?

El binomio ciencia-técnica constituye uno de los grandes logros de la modernidad occidental. No obstante, en los últimos 50 años se está dando un cuestionamiento significativo de la ciencia en diferentes campos: desde la crítica, donde las preguntas planteadas a la ciencia sólo se pueden satisfacer si se reducen a un ámbito puramente técnico-científico, hasta el planteamiento de un enfoque más radical, holístico y probabilístico, que prevé más de una respuesta en función del contexto de referencia y teniendo en cuenta factores no científicos y rasgos como la incertidumbre.

En la actual era del Antropoceno, marcada por problemas complejos, una aproximación exclusivamente tecnocientífica, reduccionista y lineal parece cada vez más inadecuada para proporcionar las respuestas deseadas y apoyar soluciones regulatorias que puedan ser aplicables de manera efectiva, y socialmente aceptables.

Esta mesa redonda propone un diálogo entre voces expertas que ayuden a formular un diagnóstico sobre la situación de la ciencia, en cuyo seno parece cada vez más evidente la subordinación de los elementos científicos más puros a elementos más tecnológicos y por tanto, más comerciales, así como una crítica acerca de los peligros de la tecnociencia, convertida en uno de los principales factores responsables de la crisis ecosocial.

A todo esto, se añade el riesgo ligado al ilusionismo tecnológico, por la ingenuidad que comporta confiar en que lo que nos está amenazando también nos podrá salvar. Finalmente, sería deseable pensar colectivamente el modo en el que puede establecerse un diálogo constructivo y útil entre ciencia, política y sociedad.

Intervienen:

  • Salvador López Arnal, filósofo y activista. Autor invitado en el número 133 de Papeles y editor de la ponencia de Manuel Sacristán La función de la ciencia en la sociedad contemporánea.
  • Alfredo Caro-Maldonado. Doctor en biología celular e inmunología. Comunicador científico en @cienciamundana. Miembro del colectivo La paradoja de Jevons.
  • Zora Kovacic, investigadora y experta en Gobernanza y Ciencia Posnormal en la Universidad de Bergen (Noruega).
  • Maite Paramio Nieto, catedrática de Producción Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y vicepresidente de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas – AMIT.

Modera: Monica Di Donato, revista Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global, de FUHEM Ecosocial.

Coordina: Revista Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global de FUHEM Ecosocial.

Fuente: https://rebelion.org/un-nuevo-enfoque-cientifico-para-el-antropoceno/
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Maturana y un nuevo convivir para Chile

Por: Andrés Kogan Valderrama

El reciente fallecimiento de Humberto Maturana Romesín, el pasado 6 de mayo, no solo es la partida de uno de los científicos más importantes del siglo XX, sino quizás una de las figuras sentipensantes más emblemáticas en lo que refiere a crítica del racionalismo moderno.

Sus investigaciones junto a Francisco Varela, en la década de los 70, lo llevó a construir la teoría de la autopoiesis, la cual lo pudo llevar a ganar el premio nobel, al plantear la idea revolucionaria de que los sistemas vivos se producen a sí mismos, dejando en jaque la idea  de objetividad de la ciencia y la autonomía de la razón.

En lo que respecta a su influencia, ha sido crucial su aporte a distintos campos del saber, como son los casos de la educación, comunicación, cibernética, antropología, sociología, psicología y las ciencias de la vida, en donde autores como Niklass Luhmann, Vittorio Guidano, Gregory Bateson y Fritjof Capra, entre muchos otros, han planteado lo fundamental que han sido sus aportes para el desarrollo de un constructivismo radical, cuestionador de las tradicionales dualidades modernas, como lo son objeto-sujeto, cuerpo-mente, razón-emoción, salud-enfermedad, cultura-naturaleza.

De ahí que su mirada siempre haya sido transdisciplinaria, posracionalista y muy crítica de concepciones del mundo reduccionistas provenientes de la ciencia objetivista y de filosofías antropocéntricas. No por nada, su desarrollo de una biología del conocer y del amor en los últimos años que vivió, en estrecha colaboración con Ximena Dávila en el Instituto de Formación Matríztica, buscaba incesantemente situarse desde un paradigma relacional y amoroso, en donde la empatía, el cuidado, la reflexión desapegada de certezas, la confianza y la convivencia democrática fueron sus horizontes hasta el día de su muerte.

Asimismo, es imposible no nombrar a quizás su máximo referente, su propia madre, Olga Romesín, de formación aymara, con quien aprendería que lo más importante en la vida es el colaborar y el compartir en comunidad. Por eso su fuerte crítica al fundamentalismo de grandes ideologías totalizantes, supuestamente liberadoras, que derivarían en la práctica en meras doctrinas que han imposibilitado la reflexión y a un buen convivir.

Es desde ese lugar, que Maturana manifestó siempre su crítica a modelos políticos centrados en la competencia, en la negación del otro, a través del racismo, machismo, clasismo, y de un desapego completo de la Madre Tierra, como si fuéramos los únicos seres vivos, lo cual nos tiene en una crisis climática que está poniendo en riesgo la condiciones mínimas de vida en el planeta.

No es casualidad por tanto, que durante el estallido social de octubre del 2019 en Chile, que derivaría en una histórica revuelta popular en el país y un inédito proceso constituyente, Maturana haya planteado que “El llamado estallido social fue una queja por no ser visto. Porque el Estado no estaba cumpliendo con el compromiso fundamental de ocuparse por el bienestar de toda la comunidad. Y esto tiene que ver con el trasfondo de esta cultura centrada en la competencia” (1).

Esta fue una de las últimas reflexiones que planteó Maturana sobre lo que estaba ocurriendo en Chile antes de morir, la cual sintoniza y se entrelaza completamente con lo que vienen planteando los distintos movimientos sociales en Chile (feminista, indígena, socioambiental, regional, estudiantil), en tanto no solo una crítica al modelo neoliberal y al fundamentalismo de mercado que se impuso en dictadura y se profundizó en los últimos 30 años, sino también en la búsqueda de un nuevo Estado y sociedad, centrado en la colaboración y en la confianza.

Por lo señalado anteriormente, con la elección de constituyentes el 15 y 16 de mayo en Chile, se abre una nueva posibilidad de construir un país distinto, en donde nos pensemos por primera vez el tipo de convivir que queremos tener, sin exclusiones, donde la interculturalidad, sustentabilidad, la diversidad sexual, la equidad de género, el derecho a la diferencia y los buenos vivires, se concreten en un nuevo marco institucional, que permita vincularnos de otra manera.

Han sido décadas de abusos, maltratos y abandono del Estado a sus ciudadanos y al resto de los seres vivos, por lo que tomar en serio las reflexiones de Humberto Maturana Romesín, puede ser un buen aporte para construir un horizonte más democrático.

1: https://www.cnnchile.com/pais/humberto-maturana-democracia-frases-estallido-social_20210506/

Fuente: El autor escribe para OVE

Imagen: https://www.flickr.com/photos/arselectronica/6108753288

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Entrevista a Alfredo Caro: Desarrollismo en la propaganda científica y relaciones parasociales

Por: Álvaro Lorite

Entrevistamos a Alfredo Caro, miembro de La Paradoja de Jevons, acerca de una divulgación científica poco crítica. Aurora nos habla de las relaciones parasociales que desarrollamos con streamers

Año 2038

Fin de semana de desconexión. Junto con las pastillas es la terapia más recomendada. Jose tiene muchas adicciones con las que convivir y para ello necesita desenchufarse de la máquina algunos findes. Adicción a las pantallas, al trabajo, al alcohol, a las relaciones sociales efímeras.

Jose tiene la suerte de que sus bisabuelos, antes de migrar a Madrid, vivían en una pequeña calle del pueblo de Cañaveral, en Cáceres. Según acaba la jornada de 8 horas este viernes monta en su coche eléctrico, que está cargando en el parking de la empresa para poder hacer las tres horas de camino sin repostar.

No habla con nadie del pueblo. Va allí a lo que va por prescripción terapéutica; construir un templo de aislamiento y soledad entre esas paredes de cal blanca que parecen eternas. Según el ritual, se levanta por las mañanas con algo de resaca. Toma un reconstituyente y se va a comprar churros a uno de los  únicos dos bares del pueblo para acompañar el café y la lectura del cómic que ha seleccionado de su biblioteca para purgar a los demonios que invocó la noche anterior.

Altera el paseo para ver su coche y, como esperaba, tiene las ruedas pinchadas, le falta un retrovisor y los cristales están rotos. En todos los pueblos de la comarca pasa lo mismo. Por las noches la chavalada sale los fines de semana a reventar los coches eléctricos de quienes vienen de fuera.

Hay voces que se susurran alrededor del hule de las mesas durante las comidas, estrategias que se organizan, poco a poco, durante años, en la cola del mercado. Son los adultos quienes han venido enseñando e instruyendo estos juegos a la juventud. Jose esquiva sus miradas, si no lo hiciera, vería el rencor de quienes conocieron aquellas tierras antes de convertirse en páramos por culpa de las minas de litio.

Ciudades un poco más limpias, atestadas de coches y aquel antiguo paraíso perdido al final de la Vía de la Plata devastado. Ahora vivían sobre una cicatriz en la tierra que trataban de sanar a base de cooperativas.

Jose envía un mensaje al seguro. Paga y sabe que en dos horas llegarán operarios de la compañía para arreglarlo en el momento, como todos los fines de semana. Es un buen pellizco, pero un lujo que puede permitirse, para eso trabaja 40 horas a la semana.

Año 2025

Crónica de una estafa anunciada. “Extremadura es una potencia que tiene litio para abastecer al 10% de litio necesario para Europa”. La realidad es que apenas estaba dando ni para cubrir un 10% de la demanda del Estado español. Ana acaba de finalizar el máster en “Procesamiento y transformación de litio para baterías” en la universidad pública de Extremadura. Quienes estaban detrás de todo aquello, habían hecho lo mismo con el grafeno años anteriores. El timo del vendedor de crecepelo 2.0.

Para Ana, el máster había sido un total fracaso que solo había dejado un regusto a pérdida de tiempo y de dinero, de sentirse estúpida. Los profesores eran un puñado de empresarios y técnicos que venían de la empresa Phi4Tec, responsable de la explotación del valioso material tras su extracción en todas las minas extremeñas.

Las consecuencias de la minería empezaban a verse: los socios locales habían quedado fuera de los tratos, tenían un papel consultivo subsidiario. Las puertas a la reclamación hacia las instituciones europeas solo devolvían silencio. Movimientos de población no deseados ni advertidos que muchas veces se resolvían con la policía echando a golpes a la gente de sus pueblos. La agricultura y la ganadería tradicionales arruinadas por el envenenamiento del agua ya que apenas estaba habiendo control de residuos. Ni los propios habitantes podían beberla y tenían que comprarla en botellas hasta para cocinar.

Los tipos del máster les ofrecían puestos de prácticas en países de África y otras periferias de Europa. Pero Ana se encabronó. Se arropó con el rencor acumulado de estos años y dijo, de aquí no me movéis, y pienso criar a mis hijos para que se coman a los vuestros putos pijos.

Quincuagésimo cuarto programa de Post Apocalipsis Nau, emitido en directo desde el cuartito de la Villana para Radio Vallekas el jueves 22 de abril a las 21:00.

Arrancamos con un FnC plagado de las cagadas de Tesla, como el túnel rave de Las Vegas o coches autónomos que se estrellan.

“El periodismo crítico con la ciencia nunca se ha atrevido a preguntar los efectos de la precariedad sobre los propios resultados científicos. ¿Es robusta una investigación científica con estos niveles de precariedad y acoso?”, pregunta Alfredo Caro

Para hablar de divulgación en ciencia y desarrollismo tenemos con nosotros de nuevo a Alfredo Caro, Ciencia Mundana en redes, y miembro del colectivo La paradoja de Jevons. Nos deja reflexiones como estas en la entrevista:

“Adoptar desde la ciencia un discurso contra las teorías negacionistas de las vacunas deja de lado las preguntas críticas pertinentes como ¿quién las hace? ¿quién las vende?, que hablemos de las patentes y las propiedades de las vacunas”.

“Naukas empieza como un club de divulgadores que empieza a ser subvencionado y que empieza a hacer un evento anual en Bilbao y crece hasta dar espectáculos para miles de personas. Es la estructura de comunicación científica del PNV y la patronal vasca. Es la que está detrás de la forma hegemónica de ver la ciencia”.

“El periodismo crítico con la ciencia nunca se ha atrevido a preguntar los efectos de la precariedad sobre los propios resultados científicos. ¿Es robusta una investigación científica con estos niveles de precariedad y acoso?”

“¿Cuando no te salen los resultados esperados por tener a gente investigando en precario que haces? Falseas los resultados. El fraude científico es enorme y no es por la falta de financiación, sino por la estructura piramidal de manejo de presupuestos”

En este episodio Comportamientos Digitales y Memética Avanzada se fusionan a ritmo de drill. Aurora nos habla sobre las relaciones parasociales. Relaciones que creamos con los personajes de ficción, y cómo algunas redes sociales han construido un modelo de negocio en torno a este fenómeno, como ocurre con Twitch.

“Las fan fiction son una forma sana de relación parasocial. Pasaba mucho con Star Trek, pero también con Harry Potter. Cuando las minorías no se veían representadas en esos universos, los reescribían y dejaban de pertenecer a sus autoras”

“Las redes sociales van asociadas a emociones. Parece que Facebook es la necesidad de conectarse, de estar ahí y hacer amigos. Tinder es la del sexo y el amor. Linkedin es la necesidad de encontrar un sustento. Twitch es la de la soledad, el algoritmo premia que la gente pase muchas horas seguidas dentro”.

El Alemán Impasible nos habla sobre un fenómeno en TikTok en el que varias personas jóvenes afirman entrar en trances largos y pasar meses viviendo mentalmente en Hogwarts a través de técnicas de supuesta autohipnosis.

Fuente: https://rebelion.org/post-apocalipsis-nau-54-desarrollismo-en-la-propaganda-cientifica-y-relaciones-parasociales/

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Unesco destaca los avances de género en el acceso a la educación en Latinoamérica

El informe titulado «Una nueva generación: 25 años de esfuerzos en favor de la igualdad de género en la educación» muestra que desde 1995 se han matriculado 180 millones más de niñas en la enseñanza primaria y secundaria alrededor del mundo.

Un informe de la oficina regional de la Unesco indica que en América latina y el Caribe se registró “un progreso significativo” en la matriculación de las niñas y que se acerca a la universalización en el nivel primario, pero aun persisten barreras en el acceso para sectores vulnerables en Guatemala, Haití, Surinam, Honduras, Uruguay y Nicaragua.

El informe titulado “Una nueva generación: 25 años de esfuerzos en favor de la igualdad de género en la educación” muestra que desde 1995 se han matriculado 180 millones más de niñas en la enseñanza primaria y secundaria alrededor del mundo.

El reporte destaca que en la región “se ha registrado un progreso significativo en la educación de las niñas, acercándose a la universalidad en el acceso a la educación primaria”.

Y da como ejemplo a Guatemala donde la tasa de finalización de primaria de las niñas más pobres “ha aumentado más del doble en tan solo 15 años, prácticamente eliminando la brecha con los niños”.

También destaca el caso de México en cuyo segundo ciclo de secundaria “el porcentaje de niñas matriculadas pasó del 38% en 1995 al 84% en 2018”, mientras que en Costa Rica pasó de un 38% en 1995 al acceso universal en el 2018.

No obstante destaca que en Haití, Guatemala, Surinam, Honduras, Uruguay y Nicaragua, “persisten grandes disparidades de género en el acceso a la educación, en particular entre el alumnado más vulnerable”.

En Belice, por ejemplo, “casi ninguna joven pobre de zonas rurales finalizó el segundo ciclo de escuela secundaria”.

Asimismo, son los hombres jóvenes de la región quienes tienen más probabilidades de desvincularse de la educación y abandonar la escuela antes de tiempo.

A nivel mundial, el informe destaca que hay tres veces más mujeres matriculadas en las universidades que hace dos décadas.

Mientras que en la región esa diferencia a favor de las mujeres se evidencia en casi todos los países latinoamericanos.

“El mundo ha cambiado significativamente en los últimos 25 años, cuando las niñas luchaban por hacer realidad su derecho a la educación. Hoy en día, hay más niñas que niños matriculados en las escuelas y universidades”, dijo Manos Antoninis, director del Informe.

Y agregó: “Una agenda de igualdad de género para los próximos 25 años requiere un nuevo enfoque en todo el mundo, incluida América Latina y el Caribe”.

Por su parte Claudia Uribe, directora de la OREALC/UNESCO Santiago afirmó: “Veinticinco años después de la histórica Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, las niñas enfrentan muchas menos barreras para acceder a la escuela”.

Pero indicó que “hay otros factores que las alejan de alcanzar su potencial, como son algunas normas culturales que establecen bajas expectativas para ellas en materia educativa”.

El informe de UNESCO destaca que el lento progreso en los avances en materia de igualdad de género en la educación “se debe a la persistencia de normas de género negativas en la educación”.

En las zonas rurales de muchos países de ingresos bajos y medios, “a menudo se espera que las niñas se casen y asuman funciones domésticas, lo que actúa como una barrera para su educación, como ocurre entre las niñas indígenas de Guatemala y México”, precisa el reporte.

Fuente: https://www.elperiodista.cl/2021/05/unesco-destaca-los-avances-de-genero-en-el-acceso-a-la-educacion-en-latinoamerica/

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México: Cuatro estudiantes mexicanos destacan en el Concurso Latinoamericano de Ensayo sobre Acceso Abierto 2020

América del Norte/México/14-05-2021/Autor(a) y Fuente: es.unesco.org

Los estudiantes de México tuvieron un papel destacado en el Concurso Latinoamericano de Ensayo sobre Acceso Abierto 2020 organizado por la UNESCO, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (Redalyc) y la iniciativa AmeliCA, en el marco de la Semana de Acceso Abierto.

Juan García Hernández, estudiante de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, obtuvo el primer lugar en la Categoría La ciencia pública o privada: reflexiones hacia la equidad y participación; Esther Bravo Govea y Alan Francisco Colín Arce de la Universidad Nacional Autónoma de México, consiguieron el primer y segundo lugar en las categorías de Acceso a la información e inclusión de grupos vulnerables y Los estudiantes, los académicos y el Acceso Abierto, respectivamente. Por su parte, Juan Alfonso Cruz Vázquez, de la Universidad de Guadalajara, obtuvo el tercer lugar en la categoría Políticas de Acceso Abierto en las universidades.

El Concurso Latinoamericano de Ensayo sobre Acceso Abierto 2020 brindó una oportunidad para que académicos e investigadores jóvenes escribieran sobre el papel del Acceso Abierto en distintos ámbitos, así como sobre los mecanismos que se podrían implementar para hacer más equitativa y participativa la ciencia en Latinoamérica. Los temas que se abordaron dentro de los trabajos se dividieron en seis categorías temáticas.

En total se recibieron 68 trabajos desde 13 países distintos. México, envió 22, mientras que Colombia envió 9 y Argentina envió 8. El comité evaluador estuvo conformado por los Miembros del Grupo Trabajo CLACSO Conocimiento Abierto como Bien Común.

La UNESCO, CLACSO y la Universidad Autónoma del Estado de México, a través de Redalyc y AmeliCA, realizarán el evento de premiación del Concurso Latinoamericano de Ensayo sobre Acceso Abierto 2020, donde se reconocerá a los ganadores de cada categoría, el próximo 28 de mayo.

La Semana del Acceso Abierto es un evento anual de comunicación académica sobre cuestiones relacionadas con el Acceso Abierto a la información, el cual brinda la oportunidad de reflexionar y discutir sobre los beneficios de la ciencia abierta, así como proponer, desde la academia y los interesados, nuevos mecanismos para garantizar el acceso público a la información.  En el 2020, el evento se celebró de manera virtual el día 23 de octubre. Se realizaron debates y jornadas de reflexión sobre el Acceso Abierto y cómo emprender acciones para construir equidad e inclusión en la ciencia.

Consulte la lista completa de ganadores del concurso de ensayo

Fuente: https://es.unesco.org/news/cuatro-estudiantes-mexicanos-destacan-concurso-latinoamericano-ensayo-acceso-abierto-2020

Imagen: https://www.clacso.org/concurso-latinoamericano-de-ensayo-sobre-acceso-abierto-2020/

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¿Qué es la replicabilidad y por qué está en crisis?

Por: Sofía García-Bullé

Además de reforzar los criterios para el control de calidad y honestidad académica, es necesario considerar la comunicación en artículos académicos.

Los manuscritos científicos prefabricados que provienen de paper mills (fábricas de manuscritos) han generado una situación desfavorable en la academia. Ha debilitado la calidad de los artículos así como puesto en riesgo su credibilidad. De la misma forma, ha orillado a científicos a prácticas perjudiciales como dividir artículos en entregas más pequeñas e incompletas para mantener un ritmo de publicación determinado. Pero existe una consecuencia que está afectando la base de la producción científica: la crisis de la replicabilidad.

El término, también conocido como reproducibilidad o replicación, se refiere a la capacidad de repetir un experimento en diferentes situaciones, con diferentes sujetos e investigadores. Esto con el fin de comprobar la seguridad de los hallazgos del primer experimento y comprobar su viabilidad.

La razón por la que los artículos académicos prefabricados amenazan la replicabilidad de estudios, trabajos de investigación y experimentos es porque no se realizan dentro de una estructura operacional para producir conocimiento, sino de una para crear productos para académicos que están tratando de llenar una cuota de publicación. Los datos provenientes de un paper mill pueden ser producto de plagio, estar incompletos, alterados, manipulados o sesgados con la intención de respaldar la tesis de quien ordena el trabajo.

Ciencia sin comprobación

¿Podemos hablar de conocimientos válidos cuando la comprobación como paso del método científico está inhabilitada? La pregunta ha inquietado a académicos desde hace por al menos una década ante la alarmante realidad de una ciencia sin vías de fiabilidad. La producción científica ha tenido problemas con la comprobación desde antes de que los manuscritos prefabricados tuvieran su periodo de auge.

Alvaro de Menard, investigador académico de ciencias sociales y participante del proyecto de mercados de la replicación a cargo de la Agencia de Proyectos de Investigación y Defensa Avanzada (DARPA por sus siglas en inglés), ofrece una perspectiva precisa pero desalentadora con respecto al estado de la replicación en las ciencias.sociales. Los procesos que llevan a resultados poco fiables son rutinarios, están bien entendidos dentro de la comunidad académica, son predecibles y fáciles de evitar, sostiene de Menard, y a pesar de esto el rigor de la investigación científica no ha mejorado.

La conversación sobre estos aspectos de la producción científica se han discutido ampliamente, pero no ha generado aún una estructura para la producción y divulgación más rigurosa, que facilite el ejercicio de la comprobación. La ciencia falible sigue publicándose en diarios científicos.

El papel de la revisión por pares

La comunidad académica tiene mucha confianza en la última instancia de validación antes de publicar un artículo. La revisión por pares ha sido el bastión para defender la calidad técnica de los trabajos de investigación y el sistema ético sobre el cual basan la credibilidad del conocimiento producido. Sin embargo, no ha sido del todo efectiva para separar a los contenidos replicables, de los que no lo son.

Sería fácil pensar que los monitores académicos tendrían la capacidad de realizar esta labor sin problema, pero un estudio de la Universidad del Noroeste, en Evanston Illinois, comprueba lo contrario. La investigación realizada por los profesores Yang Yang, Wu Youyou y Brian Uzzi encontró que no existe correlación entre la replicabilidad de un estudio, su publicación y cuántas veces sería citado. De acuerdo con los autores, los artículos falibles circulan tanto como los comprobables.

No basta con solo rigor

La mayoría de las conversaciones acerca de la crisis de replicabilidad giran en torno a protocolos. Se considera principalmente qué medidas tomar para controlar la proliferación de artículos apresurados, prefabricados o con un proceso de revisión de pares que no detectó su falibilidad.

Ante esta priorización, un aspecto clave para garantizar la replicabilidad queda desatendido: la comunicación. Las probabilidades de repetir determinado experimento disminuye exponencialmente cuando se está trabajando con descripciones vagas o instrucciones difíciles de comprender, el problema se vuelve más grave cuando se trata de reproducir un experimento escrito en otro idioma.

Con esta problemática en mente, la prensa Nacional de las Academias, en Estados Unidos, publicó una serie de recomendaciones para facilitar la lectura de manuscritos de investigación y experimentos. El organismo recomienda a los investigadores incluir una descripción clara de cómo alcanzaron sus resultados. Los reportes deberán incluir detalles sobre el tipo adecuado de investigación, que deberán cubrir:

  • Descripción completa y concisa de todos los métodos, instrumentos, materiales, procedimientos, mediciones y demás variantes utilizadas para el estudio.

  • Un desglose claro del análisis de datos y decisiones para la exclusión de determinados datos y la exclusión de otros.

  • Para resultados que dependan de una inferencia estadística. Una explicación de las decisiones analíticas correspondientes, cuándo fueron tomadas esas decisiones y si el estudio a realizar era con fines exploratorios o de confirmación.

  • Una discusión sobre las restricciones generales, tales como qué aspectos metodológicos los autores consideran que podrían ser cambiados sin alterar el resultado, el cual debe permanecer constante.

  • Un reporte de la precisión de las estadísticas empleadas.

  • Una discusión acerca de la incertidumbre de las mediciones, resultados e inferencias.

A pesar del complicado panorama, algunos académicos pronostican un periodo de mejora consecuente al problema de la baja reproducibilidad, pero para esto es necesario hacer el trabajo y cubrir las áreas de oportunidad que esta problemática plantea. ¿Eres académico? ¿Te has topado con estudios que no son replicables? ¿Cuáles son tus impresiones? ¿Qué sugerirías para mitigar esta situación dentro de la academia? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: observatorio.tec

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Investigación y neoliberalismo progresista: sobre la modificación de la ley de ciencia

Fuentes: El salto [Foto: Manifestación de la marea roja por la ciencia en Madrid en septiembre de 2016. ÁLVARO MINGUITO]

El 30 de marzo, el Consejo de Ministros dio luz verde al proceso de tramitación de la modificación de la Ley 14/2011 de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.

En rueda de prensa Pedro Duque, ministro de Ciencia, presentó las líneas básicas de la reforma. Con el objeto de disimular la falta de publicidad previa del anteproyecto (que tan solo había pasado por una consulta pública a finales del año pasado), el ministerio anunció la creación de una subcomisión en el Congreso de los Diputados, en la que se convocará a diversas asociaciones científicas, universitarias y del ámbito de la salud, así como a las Comunidades autónomas y los agentes sociales. Las modificaciones propuestas serán sometidas a audiencia pública antes de retornar al Consejo de Ministros para su aprobación.

En los días previos a la comparecencia ya se habían producido reacciones críticas, como las cartas enviadas desde los sindicatos CGT y CC.OO. al ministro. Además, saltó la noticia según la cual el Ministerio de Trabajo, encabezado por Yolanda Díaz, había bloqueado el anteproyecto debido a la vulneración de derechos laborales y al posible carácter inconstitucional del texto. La rueda de prensa confirmó las informaciones que durante las últimas semanas habían circulado en torno al anteproyecto. Este profundiza la precarización de la carrera investigadora. El anteproyecto refuerza el marco de excepcionalidad laboral que acompaña a las figuras contractuales vigentes en los Organismos Públicos de Investigación (OPIs) e impulsa fórmulas que permiten incrementar el trasvase de fondos públicos para investigación a manos privadas. Por ese motivo, sindicatos y colectivos de investigadores se manifestaron el pasado miércoles a través de las redes sociales mediante una campaña de twitter.

El modo de actuar del ministerio redunda en la ausencia de transparencia que suele acompañar a las modificaciones y propuestas legales que afectan al mundo de la investigación. En realidad, aquí lo procedimental se entremezcla con la orientación ideológica de lo legislado. La opacidad en los modos de deliberación privatiza asuntos que deberían responder a la negociación colectiva, al tiempo que las propuestas, lejos de redefinir el sentido social de la investigación como un bien público, responden ante todo a la privatización más o menos encubierta del sistema científico. Esta tendencia se sitúa en la línea marcada por el Pacto por la ciencia, un documento que, pese a su sedicente carácter consensual, muestra una importante presencia de empresas privadas.

La ciencia española está aplicando la receta neoliberal de la “colaboración” público-privada, cuyo subtexto real es el drenaje de fondos públicos en favor de una producción científica supeditada a los mecanismos de mercado. Lo público se somete de ese modo a la lógica de acumulación de beneficios.

La ciencia española está aplicando la receta neoliberal de la “colaboración” público-privada, cuyo subtexto real es el drenaje de fondos públicos en favor de una producción científica supeditada a los mecanismos de mercado. Lo público se somete de ese modo a la lógica de acumulación de beneficios.

         El “progresismo” del anteproyecto defiende el modo en que la modificación de la ley facilitará la estabilización de los investigadores post-doctorales, como si se tratara de una alternativa real al encadenamiento de contratos temporales, precarios y tremendamente competitivos que caracteriza en la actualidad a la carrera investigadora. El anteproyecto, lejos de atajar esa dinámica, la consolida, al proponer como alternativa a las figuras funcionariales de estabilización del trabajo investigador (como la de Científico-Titular), una nueva modalidad de contrato, conocida como Tenure-Track. Este contrato, de cuatro años de duración, facilitaría sobre el papel la incorporación a los OPI del personal investigador posdoctoral, reduciendo el tiempo medio transcurrido desde la lectura de la tesis de trece a nueve años.

Pese a tratarse de un contrato indefinido con una apariencia cool (el ministro, de modo vergonzoso, afirmó lo atractivo de la denominación anglosajona del contrato), esta fórmula revalida la temporalidad en el sector científico y consolida el marco de inseguridad jurídica de los trabajadores, al situarse “fuera de convenio”. El Tenure Track que propone el ministerio estaría sujeto a evaluación por parte de agencias externas (cuyos baremos de puntuación habitualmente responden a criterios determinados por las empresas y las corporaciones de las publicaciones científicas) y la estabilización del personal investigador dependería en última instancia del OPI en que se radicara, que podría proceder a la resolución de la relación laboral de acuerdo a “causas objetivas”.

Pero incluso si los investigadores se convierten en personal laboral estable, las condiciones en que lo harían serían igualmente cuestionables. Además de ver perjudicados sus intereses, pues al convertirse en personal laboral no podrían obtener el reconocimiento de antigüedad (quinquenios y sexenios) de los funcionarios, esos trabajadores se encontrarían mucho más expuestos a un posible despido, o a sufrir en carne propia las consecuencias de los recortes estructurales futuros. Esto reduciría la autonomía de su trabajo de investigación debido a dos factores. En primer lugar, por su mayor sometimiento a las lógicas de la productividad dictadas por la captación empresarial de la ciencia. En segundo lugar, por su supeditación a la elite de los funcionarios de carrera (mucho más reducida al desaparecer la figura de los Científicos Titulares), cuyo poder de mando y capacidad de explotación del personal subalterno se verían reforzados.

En este sentido, el discurso de la excelencia y la calidad científica, que legitima ideológicamente el anteproyecto, corre el riesgo de convertirse en una forma de meritocracia invertida, al consolidar la posición de científicos que no siempre acreditan una carrera investigadora más sólida que la de los investigadores más jóvenes. Aquellos simplemente se estabilizaron antes, lo que les permite manejar los espacios de la ciencia a su antojo, con un grado de nepotismo y arbitrariedad normalizado internamente, pero que no por ello deja de representar una expresión de corrupción institucional. Frente a este modelo, sería conveniente apostar por una democratización del sistema científico que empodere al conjunto de los investigadores y equipare trabajos y salarios.

Todo ello resulta especialmente inquietante si tenemos en cuenta que la modificación de la ley no especifica con claridad ni los criterios de evaluación, ni las condiciones de contratación, ni las partidas presupuestarias que deberían acompañar la extensión de esta controvertida modalidad contractual. Se trata de una estrategia típica del marketing neoliberal, tendente a presentar una carcasa atractiva con un contenido que vacía los derechos de los trabajadores. Sería preferible que el ministerio pensara en algo más seductor que convertir la carrera investigadora en una start-up permanente.

Como sucede en otros ámbitos de las políticas públicas, el problema del sistema científico español no reside tanto en su diseño (que, por supuesto, es mejorable), como en su falta de financiación. El anteproyecto de ley, con su apuesta por la desfuncionarización de la carrera de la carrera investigadora, representa un paso más en el desmantelamiento del sistema público de ciencia y universidades. Al contrario de lo que nos quiere hacer creer el ministro, esta reforma no persigue asimilar el sistema científico español a los “punteros” estándares de la Unión Europea, sino consolidar el carácter periférico de la ciencia española en ese espacio geopolítico (no existe un modelo de carrera investigadora como el aquí descrito en otros países del entorno), así como su valor secundario dentro de un modelo productivo basado en los servicios y el turismo.

         Por otra parte, el anteproyecto relaja el régimen de incompatibilidades en la transferencia de los conocimientos financiados con fondos públicos al sector privado. Así, la Ley 53/ 1984 de incompatibilidades de los empleados públicos no sería aplicable “al personal investigador que preste sus servicios en las sociedades o empresas innovadoras de base tecnológica”. Una vez más el lenguaje de la innovación y la transferencia actúa como pantalla cosmética de la apropiación por parte del sector privado del trabajo y los conocimientos procedentes de la investigación pública, en la medida en que no se establecen limitaciones precisas entre los intereses, a menudo contrapuestos, de ambos sectores.

El borrador tampoco contempla planes específicos en relación al personal técnico y de gestión, cuyo trabajo es esencial para el desarrollo de los proyectos de investigación. Con frecuencia, las figuras contractuales técnicas enmascaran la precarización y la falta de reconocimiento de un trabajo de investigación que desborda ampliamente lo técnico. En cuanto al ámbito de la gestión, el colapso y la demora en la tramitación burocrática de muchos proyectos no se relaciona con la falta de cualificación de los empleados, sino con la inestabilidad y la escasa cantidad de personal contratado para realizar de forma digna esas tareas. Este es un aspecto especialmente crítico en un país como España, uno de los más ineficaces históricamente en la ejecución de los fondos procedentes de la Unión Europea, lo que supone un hándicap ante la necesidad de disponer de ese personal para canalizar las ayudas a la investigación en el contexto post-pandemia. Para concluir, el anteproyecto tampoco se hace eco de las demandas relativas a la necesidad de contemplar indemnizaciones por finalización de los contratos predoctorales de Formación del Profesorado Universitario y de otras convocatorias del ministerio.

         Dada la dinámica de recortes a los que ha estado sometido el trabajo investigador durante las últimas décadas, es obvio que esta propuesta profundizará la sensación de inestabilidad que ha afectado a los trabajadores del sector. Esa inestabilidad genera una fuerte supeditación laboral de los investigadores, cuyo grado de sindicalización es bajísimo y cuya capacidad de movilización se ve dificultada por las estructuras jerárquicas (en algunos casos, neo-feudales) que priman en los centros de investigación. Es necesario promover aquellas movilizaciones destinadas a contener la hipocresía de las políticas públicas en el campo de la investigación. Si bien desde los espacios mediáticos nuestros gobernantes recalcan una y otra vez la importancia de la ciencia como semilla de un nuevo modelo productivo, en la práctica sus decisiones intensifican la explotación de los investigadores, quienes a menudo experimentan las consecuencias físicas y mentales de esta situación con impotencia y en soledad.

La organización sindical de los investigadores, técnicos y personal de gestión es una urgencia ineludible no solo para resguardar sus legítimos intereses como trabajadores, sino para asegurar la producción de un conocimiento científico socialmente relevante.

La organización sindical de los investigadores, técnicos y personal de gestión es una urgencia ineludible no solo para resguardar sus legítimos intereses como trabajadores, sino para asegurar la producción de un conocimiento científico socialmente relevante.

Para hacer buena ciencia, en definitiva. El binomio ciencia-capital no es garantía ni de innovación ni de calidad, sino de cooptación del trabajo cooperativo por los intereses especulativos del sector privado. Si los trabajadores de la ciencia están mejor organizados, su intelecto general será más potente y repercutirá más adecuadamente en el bienestar común del conjunto de la sociedad. En este sentido, desde la CGT apostamos por una defensa de los derechos del personal investigador que no sea meramente corporativa, sino que refuerce la concepción del sistema científico como un bien público y que fomente la igualdad de acceso a los frutos de la producción de conocimiento.

Jaime Vindel. Militante de CGT.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/alkimia/investigacion-y-neoliberalismo-progresista-sobre-la-modificacion-de-la-ley-de-ciencia

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