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Rusia admite que no puede satisfacer demanda mundial

El portavoz de gobierno ruso, Dmitri Pes­kov, admitió ayer que su país no tiene la capacidad para cumplir con las deman­das internacionales de su cele­brada anticovid Sputnik V. El Kremlin propuso a otros paí­ses producir el antídoto y fir­mará contratos con quince far­macéuticas de diez naciones. Proyectan elevar la produc­ción a 1.400 millones de dosis.

“La demanda de la vacuna rusa en el exterior es real­mente alta. Es tan alta que supera considerablemente las capacidades productivas”, afirmó. Peskov enfatizó que “la campaña de vacunación nacional es nuestra prioridad absoluta. Han sido moviliza­das todas las capacidades de producción, que en primera instancia trabajan para el mercado interno”.

Desde el inicio de la campaña, en la capital rusa fueron ino­culadas cerca de 600.000 personas con anticovid, cuya eficacia y seguridad fueron ampliamente comprobadas, y sobre la que muchos países se mostraron muy interesa­dos. De acuerdo con el Fondo de Inversiones Directas de Rusia (FIDR), en la actualidad 27 países –sin contar Rusia– en Europa, América Latina, Oriente Medio, África y Asia registraron oficialmente la Sputnik V. Peskov informó que Rusia propuso a otros países producir la Sputnik V.

CONTRATOS

El director del FIDR, Kiril Dmitriev, dijo al diario Finan­cial Times que Rusia firmó con­tratos con quince farmacéuti­cas de diez países, que podrían producir alrededor de 1.400 millones de dosis que servirían para inocular a 700 millones de personas. Sobre todo, se trata­ría de producciones en China, India, Corea del Sur e Irán, des­tinadas a la exportación a terce­ros, mientras que países como Serbia y Brasil producirán para consumo interno. En una con­versación telefónica este jue­ves entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homó­logo kazajo, Kasim-Yomart Tokáyev, los mandatarios debatieron “las perspectivas del uso y la producción con­junta de la vacuna Sputnik V” en esta nación centroasiática. Kazajistán inició la produc­ción del remedio ruso a fines de diciembre en virtud de un contrato firmado entre el FRDR y el Ministerio de Sani­dad de este país.

Fuente: https://www.lanacion.com.py/mundo_edicion_impresa/2021/02/19/rusia-admite-que-no-puede-satisfacer-demanda-mundial/

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“El sistema de educación superior turco alcanzó un nivel avanzado”

Erdogan discursó en el programa de inauguración del edificio anexo de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Recep Tayyip Erdogan

El presidente Recep Tayyip Erdogan declaró que el sistema de educación superior turco alcanzó un nivel avanzado gracias a las inversiones que efectuaron en infraestructura y recursos humanos.

Erdogan discursó en el programa de inauguración del edificio anexo de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Recep Tayyip Erdogan y del edificio anexo de la Facultad de Educación Çayeli.

El presidente dijo: “El sistema de educación superior turco alcanzó un nivel avanzado gracias a las inversiones que efectuamos en infraestructura y recursos humanos. La cifra de nuestro personal académico ascendió de 70 mil a 180 mil. Ocupamos la primera posición en acceso a universidades en Europa en términos de número de estudiantes”.

El presidente dijo: “Ojalá Turquía alcanzará sus objetivos de 2023 (100 aniversario de la fundación de la República) y entrará entre las 10 economías más grandes del mundo. Creer y actuar es la mitad del éxito. Nosotros en 18 años hicimos ganar a nuestro país más de lo que se hizo en la historia de República”.

El presidente Erdogan dijo: “En el próximo período, pondremos todas estas áreas, desde la familia a la educación y la formación, desde la cultura al arte, como una de nuestras prioridades.

Fuente: https://www.trt.net.tr/espanol/turquia/2021/02/12/el-sistema-de-educacion-superior-turco-alcanzo-un-nivel-avanzado-1582538

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La brecha de género en la ciencia: una tarea pendiente

Por: Karina Fuerte

Desde el 2015, todos los años se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (11 de febrero) para promover el acceso pleno y equitativo a la ciencia y reconocer el papel fundamental que desempeñan las mujeres y las niñas en los campos STEM.

A pesar de que las mujeres y las niñas constituyen la mitad de la población mundial, su rezago es evidente en comparación con la población masculina. Problemáticas como la violencia contra las mujeres, la desigualdad de género y la brecha salarial constituyen algunos de los mayores desafíos en materia de derechos humanos del mundo. Mucho antes de la llegada del COVID-19, otra pandemia se esparcía en todo el mundo: la violencia contra las mujeres. En el mundo, el 35 % de las mujeres han experimentado algún tipo de violencia física o sexual, en el mayor de los casos, por parte de su pareja. “Ya sea en el hogar, en la calle o en los conflictos armados, la violencia contra las mujeres y las niñas es una violación de los derechos humanos de proporciones pandémicas que ocurre en espacios públicos y privados”, advierte un reporte de las Naciones Unidas.

Con el fin de erradicar esta pandemia social, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 1975 como el Año Internacional de la Mujer y organizó la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, que tuvo lugar en Ciudad de México. Otros pasos hacia la búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres se han dado desde entonces a través de la creación de ONU Mujeres en el 2010, organismo de las Naciones Unidas centrado en impulsar la igualdad de género en el mundo; y el establecimiento en el 2015 del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebrado el 11 de febrero, con el objetivo promover el acceso pleno y equitativo a la ciencia y la participación de mujeres y niñas. La Asamblea General de las Naciones Unidas instauró este evento internacional anual para reconocer el papel fundamental que desempeñan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología.

Imagen: UN Women.

Imagen: UN Women.

¿Por qué la necesidad de crear un día especial para promover y reconocer el papel de las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología? Por muchos años, los prejuicios y los estereotipos de género han mantenido a niñas y mujeres alejadas de la ciencia. Actualmente, solo el  33 % de los investigadores en el mundo son mujeres. Según datos de la UNESCO del 2019, la región con el mayor número de científicas era Asia Central con el 48.2 %, seguida de América Latina y el Caribe con el 45.1 % de mujeres que se dedican a la ciencia de forma parcial y tiempo completo. El reporte de la UNESCO señala que en 2019 Venezuela era el país latinoamericano con el mayor porcentaje de científicas, con el 61.4 %. A nivel mundial, la matrícula de estudiantes mujeres en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) es de tan solo 3 %; en las áreas de ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, 5 %; y en ingeniería, manufactura y construcción, solo el 8 % de los estudiantes son mujeres. Es evidente que, en pleno siglo XXI, la brecha de género en todos los ámbitos, particularmente en la participación de las mujeres en la generación de conocimiento científico, sigue siendo una tarea pendiente.

Más allá de los datos duros, es importante destacar e identificar los factores cualitativos que disuaden a las mujeres de seguir carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés). Factores como la violencia de género, el matrimonio infantil, la trata de mujeres, la mutilación genital femenina y la brecha salarial impactan directamente en la trayectoria formativa y profesional de niñas y mujeres. En el ámbito laboral, particularmente en los campos STEM, numerosos estudios han encontrado que las mujeres publican menos, se les paga menos y no progresan en sus carreras al mismo ritmo que sus colegas hombres.

11 de febrero: Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Desde su establecimiento por la Asamblea General de la ONU en el 2015, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia tiene como objetivo “crear conciencia sobre el tema que celebra la excelencia de la mujer en la ciencia y recordar a la comunidad internacional que la ciencia y la igualdad de género deben avanzar de la mano para abordar los principales desafíos globales y lograr todos los objetivos y metas de la Agenda 2030”.

Este año, el tema de este evento internacional es “Mujeres científicas a la vanguardia de la lucha contra el COVID-19”. La pandemia de COVID-19 ha puesto en evidencia la desigualdad de oportunidades que tienen millones de niñas y mujeres en todo el mundo. Por un lado, el cierre de escuelas a nivel mundial debido al coronavirus podría tener graves repercusiones en la formación de niñas y niños. Las consecuencias de estos cierres van más allá del retraso académico y el aumento de la desigualdad educativa. Un informe publicado en The Lancet, señala que, para finales del 2020, medio millón más de niñas en todo el mundo se habrían visto obligadas a contraer matrimonio y un millón más de niñas quedarían embarazadas como resultado indirecto del encierro provocado por el COVID-19.

Por otro lado, en el ámbito laboral cerca de 11 millones de puestos de trabajo ocupados por mujeres desaparecieron de febrero a mayo del 2020, siendo las mujeres que son madres o cuidan de alguna persona las más afectadas. Las madres en la pandemia han reducido sus horas de trabajo de cuatro a cinco veces más que los padres para hacerse cargo del cuidado de la casa, los hijos y la enseñanza en línea. Durante la pandemia las mujeres se han visto obligadas a dejar la fuerza laboral en números récord, trayendo consigo la llegada de la primera Gran Recesión Femenina.

Imagen: UN Women.

Imagen: UN Women.

Diversos estudios han demostrado que la pandemia de COVID-19 también ha tenido un impacto negativo significativo en las científicas, afectando particularmente a las que se encuentran en las primeras etapas de su carrera. Ciertamente, la pandemia ha exacerbado aún más la brecha de género ya existente en la ciencia. Diversos análisis sugieren que las mujeres están publicando menos manuscritos e iniciando menos proyectos de investigación que sus colegas hombres durante la pandemia. El impacto mayor se lo han llevado las mujeres que tienen hijos. Alessandra Minello, estadística y demógrafa social de la Universidad de Florencia, Italia, publicó un artículo que señala cómo la pandemia elevará el «muro materno» que bloquea el avance de las mujeres en la academia, especialmente ante la constante presión que tienen académicos y académicas por publicar. Estas disparidades de género no se resuelven celebrando la labor de las mujeres en un solo día. Se requiere un cambio sistémico, mediante nuevas políticas, iniciativas y mecanismos de apoyo a las mujeres y las niñas en la ciencia.

Más allá de las problemáticas que han empeorado debido a la pandemia, esta crisis sanitaria mundial ha demostrado claramente el rol fundamental que las mujeres han tenido en la lucha contra la COVID-19. Desde el trabajo de doctoras, enfermeras y personal sanitario que trabajan en primera línea, hasta el ingenio de científicas y su papel fundamental en el avance del conocimiento sobre el coronavirus hasta el desarrollo de técnicas para las pruebas y la vacuna.

Este año, la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia se llevará a cabo el 11 de febrero de 2021 mediante un evento en línea que tendrá interpretación simultánea de los debates en inglés y francés. Para más información visita: https://www.un.org/es/observances/women-and-girls-in-science-day

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/mujeres-en-ciencia

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Alicia Dickenstein: «Las personas somos más instintivas que lo racionales que nos creemos»

La doctora en Ciencias Matemáticas  y ganadora del premio «L’Oréal-Unesco Por las Mujeres en la Ciencia», compartió con Télam una extensa charla en la que recorrió su historia y sus ideas.

Defensora de la premisa que plantea que «hacer matemática básica es una capacidad inherente al ser humano, como hablar», la argentina Alicia Dickenstein, ganadora del premio «L’Oréal-Unesco Por las Mujeres en la Ciencia», aseguró que «las personas somos más instintivas que lo racionales que nos creemos» y señaló que, frente a eso, «el entrenamiento matemático» permite desarrollar un pensamiento crítico.

Doctora en Ciencias Matemáticas, investigadora superior del Conicet, especialista en geometría algebraica y profesora de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, Dickenstein es la novena argentina en recibir este premio y la primera matemática del país.

Reconocida durante su trayectoria en numerosos premios y distinciones – entre los que se destaca su cargo de vicepresidenta de la Unión Matemática Internacional (IMU) hasta 2018-, la científica también se dedicó a la elaboración de libros para transmitir la disciplina a niñas y niños luego de comprender que, «muchas veces, el problema por el que no se comprende la matemática está en el lenguaje».

Apasionada por su hacer, feliz por este reconocimiento y preocupada por que «la matemática la pueda disfrutar cualquiera», Dickenstein compartió con Télam una extensa charla en la que recorrió su historia y sus ideas.

-Télam: ¿Por qué elegiste ser matemática?

-Alicia Dickenstein: La matemática me resultó fácil desde chica y me divertía. Pero nunca pensé que había una carrera de matemática. Me enteré de esto gracias a una psicóloga con la que hice un test vocacional y me sugirió que siguiera esta carrera porque tenía mucha ‘inteligencia abstracta’. Por eso es tan importante que se haga público y que las personas jóvenes, en particular las chicas, sepan que se puede vivir muy contenta y muy apasionada siendo matemática, aunque sé que no es el imaginario que se tiene.

«Hay dos problemas sociales: por un lado, las tareas de cuidado que siguen estando más a cargo de las mujeres; y por el otro, en el caso de la matemática, hay una autocensura y un estereotipo social de lo que debe ser ‘un matemático»

T: ¿Cómo era en aquellos años estudiar matemática siendo mujer?

A.D: Creo que cuando ingresé éramos más mujeres que lo que hubo después. En 1974 echaron a muchas y muchos jóvenes de la carrera. Entonces, cuando yo y mis compañeras llegamos a concursar por cargos, no teníamos tanta competencia y, siendo jóvenes, ya éramos de las más viejas. Con los años comenzó a haber más competencia y se puso más difícil para las mujeres.

T: ¿Cómo ves hoy la realidad de las mujeres en la ciencia?

A.D: Hace unos cinco años observé que, en general, las mujeres tardan mucho más tiempo en ascender de categoría que los varones, lo mismo en el cargo de profesora. En la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA -que es donde yo conozco- es muy difícil para las jóvenes acceder a los primeros cargos porque se evalúan los últimos cinco años y coincide con la edad en la que en general se tiene hijos, teniendo en cuenta que las mujeres tenemos un margen de tiempo limitado si queremos ser madres. Los varones también son padres en esta época, pero no les afecta del mismo modo su rendimiento profesional.

T: ¿Por qué pensás que se da esto?

A.D: Hay dos problemas sociales: por un lado, las tareas de cuidado que siguen estando más a cargo de las mujeres; y por el otro, en el caso de la matemática, hay una autocensura y un estereotipo social de lo que debe ser ‘un matemático’.

En las olimpiadas matemáticas de Brasil me contaban que hasta los 10 u 11 años hay paridad de género pero después empieza a haber menos chicas, y parte de esto también tiene que ver con que no está socialmente bien visto que las chicas sean «nerd».

En Chile estudiaron que a las jóvenes, sobre todo de los hogares más humildes, les va muy bien en las pruebas de sus escuelas pero cuando son interescolares les va peor y lo que vieron era que la expectativa de la familia era que le fuera peor y que eso incidía sobre su rendimiento.

Es decir, que hay algunos prejuicios que están muy metidos en la sociedad, que son muy sutiles y que nos va a llevar tiempo desarmarlos, aunque creo que se está intentando.

En este sentido, tuve suerte porque nunca pensé que las mujeres podíamos hacer menos que los hombres; tal vez por eso pude hacer todo lo que hice (risas).

La científica premiada es la novena argentina en recibir este premio y la primera matemática del país.

La científica premiada es la novena argentina en recibir este premio y la primera matemática del país.

T: En una entrevista decías que las matemáticas pueden dar placer, ¿por qué pensás que eso no pasa en general?

A.D: Cuando uno logra entender algo da mucho placer. El tema es que la disciplina tiene un lenguaje y muchas veces la obstrucción está en la comunicación. Yo me di cuenta de esto a partir de una situación en la que una sobrina que me estaba escuchando hablar con una colega me preguntó: «Tía, ¿en qué idioma estás hablando?».

A raíz de esto, escribí un libro de matemáticas para chicos (Matemax), que se acaba de reeditar en una edición bilingüe, y coordiné tres libros de la entonces editorial Estrada.

Al escribir estos libros me di cuenta de que pensábamos la matemática más o menos fácilmente, pero después el trabajo que llevaba escribir los problemas era enorme. Esto pasa porque, cuando uno cuando piensa, tiene construidos atajos en su cerebro pero, a la hora de explicar, uno tiene que tener en cuenta que el otro o la otra no tiene esos atajos.

La maravilla del lenguaje matemático es que, cuando uno lo logra traspasarlo, lleva al pensamiento.

«Tuve suerte porque nunca pensé que las mujeres podíamos hacer menos que los hombres; tal vez por eso pude hacer todo lo que hice»

T: También has hecho hincapié en que cualquiera puede entender las matemáticas…

A.D: Por supuesto, así como los seres humanos tenemos la capacidad de hablar tenemos la capacidad de hacer matemática básica en el cerebro.

T: Y esa capacidad de pensar en términos matemáticos ¿puede desarrollar un pensamiento crítico en otros ámbitos?

A.D: Seguro, porque lo que hace un matemático es entender la estructura, sacar lo accesorio y entender lo fundamental de las relaciones porque así vamos a poder prever lo que sucede después dentro de la estructura matemática.

Hace unos años estaba en un instituto en Río de Janeiro y un colega hablaba de surf con una persona que le decía que había una playa que no era peligrosa porque el porcentaje de accidentes era bajo. Mi colega le respondió que su razonamiento era equivocado porque a esa playa iban surfers con mucha experiencia, entonces en la hipótesis de que «no era peligrosa porque tenía pocos accidentes» había una variable que faltaba que era que ese porcentaje se daba entre muy buenos surfistas, no en un público general.

Esa pregunta frente a un porcentaje, pensar cuál es la hipótesis, saber que la relación causa-efecto no siempre es a la inversa, son razonamientos que parten del entrenamiento matemático; los seres humanos creemos que somos muy racionales, pero la mayor parte de las veces somos más instintivos que racionales. La matemática nos entrena para estar más atentos.

Fuente: https://www.telam.com.ar/notas/202102/544254-alicia-dickenstein-entrevista-loreal-unesco-las-mujeres-ciencia.html
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«Señales de un universo cuántico»: la investigación de un científico uruguayo que puede ayudar a revelar el origen de las galaxias

El físico uruguayo Rafael Porto estudia lo que pudo haber ocurrido en la primera fracción de segundo después de que nuestro universo comenzara a existir.

Porto, egresado de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República en Uruguay y doctor en física de la Universidad Carnegie Mellon en EE.UU., es el más reciente ganador del Premio Buchalter de Cosmología, que entrega la Sociedad Astronómica de Estados Unidos.

Este prestigioso premio reconoce cada año ideas o descubrimientos que tengan el potencial de genear grandes avances en la comprensión del origen, la estructura y la evolución del universo.

Porto trabaja como científico líder en el Deutsches Elektronen-Synchrotron (DESY, por su nombre en alemán), uno de los aceleradores de partículas más importantes de Europa.

Desde su oficina en Alemania conversamos vía Zoom con Porto, para entender de qué se trata su descubrimiento y cómo nos ayuda a entender mejor el universo que habitamos.

En busca de la semilla

Porto ganó el Premio Buchalter de Cosmología junto a su colega Daniel Green, por el artículo «Señales de un universo cuántico».

En su investigación, Porto y Green plantean un nuevo método para averiguar si las gigantes estructuras del universo, como las galaxias, tuvieron un origen cuántico, es decir, de partículas subatómicas.

«Hoy no hay ni una teoría que nos diga de dónde salieron las galaxias», dice Porto.

Big Bang
Pie de foto,El origen del universo es una de las grandes preguntas de la ciencia.

Lo que propone su investigación es una manera de encontrar la «semilla» que dio origen a esas megastructuras del cosmos.

El estudio de Porto plantea la posibilidad de que esas galaxias que hoy podemos observar sean el resultado de la fluctuación de partículas subatómicas que surgieron en el vacío durante los primeros instantes del universo.

La gran pregunta, sin embargo, es si algún día lograremos probar que esas megaestructuras macroscópicas surgieron de partículas microscópicas.

Inflación y vacío

Para comprender la propuesta de Porto debemos tener claros dos conceptos.

El primero es la inflación.

Según los modelos vigentes, durante los primeros instantes después del Big Bang el universo tuvo una expansión ultrarrápida.

Durante esta inflación el cosmos aumentó cientos de miles de millones su tamañooriginal.

Por otra parte, tenemos la mecánica cuántica, que nos dice que es posible que parejas de partículas pueden surgir espontáneamente en el vacío.

Usualmente estas partículas son efímeras, y se aniquilan entre ellas después de una brevísima existencia.

Partículas cuánticas
Pie de foto,
Las partículas cuánticas pueden surgir en el «vacío».

Durante la rápida inflación, sin embargo, es posible que esas partículas se hayan separado unas de otras antes de que tuvieran tiempo de aniquilarse.

Así, esas partículas sobrevivientes que comenzaron a rondar por el espacio pudieron ser las semillas que dieron origen a las galaxias.

En ese caso, habrían pasado de existir en el reino cuántico a exisitir en el mundo clásico, que es como los científicos llaman al mundo macroscópico.

Sherlock Holmes

El origen de las galaxias a partir de un vacío cuántico, sin embargo, es solo una de las posibilidades.

Pudieron crearse, por ejemplo, a partir de partículas clásicas.

Así, lo que Porto hizo fue un trabajo «al estilo Sherlock Holmes», en el que se dedicó a descartar todas las posibles explicaciones para quedarse con la que mejor le ayudara a resolver el misterio.

Su reto consistió en buscar patrones de cómo la inflación ayudó a formar las grandes estructuras, y cómo por ejemplo, cómo se creaban los cúmulos de galaxias.

Universo
Pie de foto,
Porto analiza las estructuras cósmicas que vemos hoy para entender cómo fue su origen.

Su investigación se basa en que si las galaxias fueron creadas, por ejemplo, por partículas «reales» del mundo clásico, y no por partículas «virtuales» del mundo cuántico, esas huellas podrían verse en la configuración actual de las galaxias.

Si al realizar sondeos cosmológicos no encuentran esas señales o perturbaciones que pudieron crear unas partículas reales, entonces, por descarte, la explicación más razonable es que las estructuras se crearon por partículas cuánticas.

De la teoría a la práctica

Porto advierte que su trabajo no prueba que las galaxias se hayan formado a partir de partículas cuánticas en el vacío.

«Eso sería ciencia ficción», advierte.

Lo que su estudio propone es el método para responder esa pregunta. Permitirá saber, por ejemplo, si esas fluctuaciones eran de partículas cuánticas en el vacío o fueron de partículas clásicas.

Euclides
Pie de foto,
El satélite Euclides de la ESA tendrá la misión de mapear la geometría del universo.

El trabajo de Porto es teórico, pero tiene una aplicación práctica.

La nueva generación de satélites para mediciones astronómicas, como el Euclides de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), o el SPHEREx de la NASA, podrían analizar las correlaciones entre cúmulos de galaxias, en busca de señales que puedan dar muestra de patrones que descarten la posibilidad de un origen cuántico de las galaxias.

Si los astrónomos no logran observar que ciertos patrones o huellas entre las galaxias se repiten más allá de lo que permitiría el azar, entonces la estructura a gran escala del universo no podría explicarse con un origen de partículas clásicas.

Como diría Sherlock Holmes: «cuando has eliminado lo imposible, lo que queda, aunque improbable, debe ser verdad«.

En este caso, eso improbable sería el origen cuántico de las estructuras del universo.

Ciencia
Pie de foto,
Porto insiste en la importancia de apoyar la educación y la ciencia.

Ciencia para todos

El trabajo de Porto implica complejos cálculos de física y matemáticas, pero su interés por la ciencia va mucho más allá.

«Es una forma de pensar», dice.

«Es una forma de encarar las cosas desde lo abstracto que yo creo que está buena para todos, para cualquier área».

«Mi mamá siempre me decía: ‘Sos un boludo pensante, porque hablás del universo y no me sirve para nada‘», recuerda Porto en tono de broma.

El físico, sin embargo, está convencido de que compartir los hallazgos y los métodos de la ciencia, puede servir para inspirar y motivar a personas que incluso trabajen en otras áreas.

«Me interesa el tema de la educación, me interesa que los gobiernos den dinero a la educación, que le den dinero a la ciencia, pero no solamente a pelotudos como yo«.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-56003058

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La ciencia maltratada, privatizada y mercantilizada

Durante miles de millones de años, la vida se ha abierto camino en todos y cada uno de los rincones existentes en el planeta Tierra. Vida en continuo cambio, no solo proliferando sino adaptándose a todo tipo de condiciones, con diferentes formas de alimentarse, reproducirse y crecer.

Pero la historia humana no es sino una entre miles, tantas como ramas en las que se diversifica el árbol de la vida en la Tierra.  Grande es la fuerza de los conocimientos y, pertrechados con ellos el hombre es invencible. Pero ¿nos son asequibles los conocimientos?
Es obvio que nuestra especie está sometida a los mismos mecanismos de cambio y selección que el resto de los organismos que pueblan nuestro hábitat, nuestro medio ambiente y para entender hacia donde nos dirigimos debemos comprender cómo hemos llegado hasta aquí.
El Covid-19 no cae del cielo, sino que es consecuencia de un sistema capitalista patriarcal, productivista y devastador, que ha alterado el equilibrio de los ecosistemas, incluyendo virus y bacterias. El urbanismo y la deforestación asociada al desarrollo capitalista está obligando a muchos de estos animales a migrar e instalarse cerca de los humanos, lo que multiplica las probabilidades de que microbios, que para estas especies son benignas, pasen a las personas y muten en patógenos.
Los apologistas del capitalismo sostienen que no hay razones para cuestionarlo. Pero cuando ocurre una crisis como ésta, la gente se da cuenta de que el sistema no funciona y que tenemos que contenerlo, e incluso quizás superarlo. Pero el problema es que hoy no parece que mucha gente sea capaz de establecer una conexión entre el virus y el capitalismo.
La enfermedad sigue siendo percibida como un evento aleatorio, algo que ha ocurrido sin más, como un relámpago o la caída de un meteorito. Apenas hay discusión sobre cómo el capitalismo produce pandemias a pesar de que haya una considerable base científica al respecto.

 ¿Covid-19 como oportunidad?

La crisis del coronavirus pone en evidencia las limitaciones y riesgos, a nivel humano y social, pero también económico, del sistema capitalista. Nos pone frente al espejo de lo que puede ser el futuro en un marco de emergencia climática.
En un escenario de crecientes fenómenos climáticos extremos, solo un estado del bienestar fuerte, sistemas de protección social suficientes y un tejido comunitario y socioeconómico resiliente nos permitirá hacer frente a la creciente vulnerabilidad.
La economía de mercado muestra, en momentos como el actual, el sinsentido de un sistema financiero especulativo y volátil. Se hace evidente que el capitalismo financiarizado y globalizado es incapaz para hacer frente a situaciones de crisis humanitaria como la que plantea la pandemia del Covid19 o la actual emergencia climática.
Los problemas se contagian rápidamente, la incertidumbre se convierte en histeria colectiva en los mercados financieros, las dependencias de importaciones y exportaciones se vuelven vulnerables y la deuda insostenible se convierte en un peso imposible de seguir cargando.
Ante estas evidencias, seria recomendable, como resaltan algunos economistas poner en valor los beneficios de una nueva economía de circuito corto, que produzca bienes y servicios que respondan a las necesidades de las personas y no a las posibilidades de rentabilidad de la inversión.

La verdad es la luz de la razón

Creemos que en una crisis como la del Covid 19, la economía debe sostenerse en el saber, pero “el saber se mercantiliza y al mismo tiempo se privatiza”. Al transformarse el estatus del ser humano en relación al saber, convirtiéndose en “proveedor” y “usuario” se facilita la conversión de este en un objeto de valor.
De modo que es fácilmente asimilable al ciclo de producción/consumo que define a los distintos objetos que se ponen a disposición en el mercado, (ergo) el saber se convierte en una mercancía más, que se vende, se compra y se consume, deja de ser un “valor de uso” para transformarse en un “valor de cambio”.
En plena pandemia, nos aprestamos a un nuevo ejercicio dialéctico, donde las derivas comerciales, estarán nuevamente presentes, en efecto grupos de investigadores, laboratorios, empresas farmacéuticas están en la actualidad lanzados en la comercialización de la vacuna.
Apenas diez meses después la gente ya está siendo vacunada contra la Covid-19, a pesar de que, al comienzo de la pandemia, nos advirtieron que se necesitan años para desarrollar una vacuna.
Nos encontramos, por tanto, ante una situación de ¿falta de legitimidad de la ciencia, al estar enmarcada en el ciclo de valorización capitalista, el cual intenta hacer pasar como “saber” lo que es interés económico; por lo tanto, el saber vale como forma de obtención de plusvalía?.
Sublime realidad, capitalista, que precede un asunto de feroz competencia entre los Estados-nación, quienes, además, entran en conflicto con las grandes multinacionales, que también desean poseer ese saber para reforzar sus posiciones, además de establecer sutilmente un marco ideológico con las vacunas chinas y rusas.
En este marco el saber ya no es apreciado por su valor epistemológico (todo nuevo saber es positivo) para distribuirse públicamente (todo el mundo tiene derecho al saber) sino por su valor monetario/económico (se investiga aquello de lo que se extraiga rentabilidad), de modo que se controlan los flujos de información según intereses comerciales (al conocimiento tendrá acceso solo quienes puedan pagarlo).
En esta situación, el saber cómo “búsqueda de lo verdadero” pierde relevancia en favor de otra perspectiva guiada sustancialmente por la rentabilidad económica, lo que comporta el problema de su pérdida de legitimidad. ¿Cómo confiar en un saber dirigido por intereses espurios?
¿Quién puso el dinero?
Debido a la urgente necesidad de la vacuna, los gobiernos y los donantes han invertido miles de millones de dólares en proyectos para crearlas y probarlas. Organizaciones «filantrópicas» -como la Fundación Gates- respaldaron la búsqueda, así como celebridades de todo tipo y organizaciones sin fines de lucro, que han otorgado casi 1.900 millones de dólares. En total, los gobiernos han proporcionado 8.600 millones de dólares, según la empresa de análisis de datos científicos Airfinity.
Solo 3.400 millones de dólares provienen de la propia inversión de las empresas, y muchas de ellas dependen en gran medida de la financiación externa.

 Vacunas contra la covid-19: ¿a qué se debe el secretismo?

La pandemia hace que la demanda mundial de vacunas sea superior a la oferta. El mundo entero se disputa una plaza para recibir la vacuna contra el coronavirus, un bien todavía demasiado escaso y producido por pocos laboratorios farmacéuticos.
Los gobiernos firman contratos con las compañías que han desarrollado esas vacunas en tiempo récord y, sin embargo, información crítica de esos acuerdos permanece oculta para el gran público debido a estrictas cláusulas de confidencialidad. Cuánto cuestan o cómo se distribuirán son detalles que en la mayoría de los casos la ciudadanía desconoce, porque así lo exigen los acuerdos firmados.

El problema es mundial

En respuesta a una petición de información del Parlamento Europeo a mediados de noviembre, la comisaria de Salud, Estela Kiriakides, afirmó que “Debido a la naturaleza altamente competitiva de este mercado, la Comisión está legalmente imposibilitada para desvelar la información que contienen estos contratos”.
La ministra belga de Presupuesto, Eva de Bleeker, tuvo que retirar, poco después de publicarlo, un mensaje en Twitter en el que recogía la lista de precios de los laboratorios con los que había negociado la Unión Europea (UE).
A las quejas por el incumplimiento de los compromisos adquiridos por algunos fabricantes de vacunas se suman ahora las voces que exigen mayor transparencia en un asunto de salud pública vital. La polémica sigue subiendo de tono, sobre todo en la UE, enojada después de que los laboratorios Pfizer y AstraZeneca le comunicarán que no estarán en condiciones de suministrarle al bloque la cantidad de dosis iniciales acordadas.
Ello ha llevado a que, según fuentes de la UE citadas por la agencia Reuters, desde Bruselas se les exija a las farmacéuticas que hagan públicos los términos de los contratos y amenace con controlar las exportaciones de las vacunas producidas en Europa.

¿Por qué tanto secreto?

Según Jonathan García, experto en salud pública en la Universidad de Harvard, en EEUU., “esto no es nada nuevo; es frecuente que en los contratos entre los sistemas de salud de los países y las farmacéuticas se incluyan cláusulas de confidencialidad”. “Los laboratorios buscan fraccionar el mercado para poder negociar precios distintos con los diferentes países”, añade.
Esto les permite negociar con los países en función de sus recursos, ofreciéndoles precios más bajos a las naciones pobres o en desarrollo y exigiendo cantidades más altas a los más ricos.
La compañía AstraZeneca ha revelado que la vacuna que ha desarrollado en colaboración con la Universidad de Oxford tendrá un coste aproximado entre 3 y 4 dólares por dosis (se requiere de dos). Pero el suyo es, por ahora, un caso excepcional. Además de los precios, se mantienen muchas veces en secreto la información relativa a la producción y logística, y las conocidas cláusulas de responsabilidad.
En ellas se estipulan límites a la responsabilidad de los laboratorios en el caso de posibles efectos adversos de los medicamentos y se indica que si hay diferencias no las resolverán los tribunales nacionales, sino unas cortes especiales de arbitraje internacional.
Las voces que reclaman mayor transparencia alertan de que la urgencia por el desarrollo de una vacuna, para una enfermedad que se ha cobrado ya más de dos millones de vidas en todo el mundo, ha podido llevar a los gobiernos a aceptar limitaciones de responsabilidad aún mayores.
En la Estrategia para la Adquisición de Vacunas que hizo pública la Comisión Europea se decía que “la responsabilidad por el desarrollo y el uso de la vacuna, incluida cualquier indemnización específica requerida, recaerá sobre los estados miembros que la adquieran”.
No obstante, estamos hablando de una emergencia sanitaria global, de algo que sucede cada 100 años, ante lo que uno esperaría que el sistema utilizara mecanismos mucho más transparentes y buscara un esquema más cooperativo. En cambio, vemos que se sigue buscando un mercado monopólico y mantener ventajas en los precios.
Las diferencias en el acceso a las vacunas han llevado al mundo a un riesgo de “fracaso moral catastrófico”, como definió el director de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, el hecho de que los países más necesitados vayan a tener que esperar años para inmunizar a su población.
La historia de las epidemias muestra que no sería la primera vez. Ya sucedió con la poliomielitis y la viruela, enfermedades erradicadas mucho antes en los países más avanzados. O con el VIH, que todavía diezma a muchas poblaciones africanas cuando los pacientes en el llamado primer mundo han visto prolongada significativamente su esperanza de vida gracias al desarrollo de los tratamientos antirretrovirales.
Como resultado, los analistas de inversiones pronostican que al menos dos de estas compañías, la empresa estadounidense de biotecnología Moderna y la alemana BioNTech con su socio, el gigante estadounidense Pfizer, probablemente ganarán miles de millones de dólares.

Fuente: https://rebelion.org/la-ciencia-maltratada-privatizada-y-mercantilizada/

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Cuba: Crean fundación universitaria para gestión de ciencia, tecnología e innovación

La Gaceta Oficial de la República de Cuba publicó un decreto del Consejo de Ministros para la creación de la Fundación de la Universidad de La Habana como institución, sin fines de lucro, para la gestión de la ciencia, la tecnología y la innovación.

En su edición, 91, informó que uno de los articulados de la decisión ministerial persigue el propósito de que la nueva sociedad sirva de interface entre la universidad con entidades de Ciencia, Tecnología e Innovación, productivas y de servicios, y otras instituciones, al igual que las personas naturales y jurídicas relacionada.

Aclaró que se dedicará al desarrollo de la ciencia y la innovación, de carácter público, no gubernamental, sin ánimo de lucro, autofinanciada, con capacidad y personalidad jurídica, patrimonio propio, sujeto de derechos y obligaciones.

Citó el caso de entre sus fines están su actuación como espacio de interacción entre la universidad, empresas, gobierno y otras entidades para gestionar el conocimiento a favor de proyectos académicos, de investigación e innovación.

También la transferencia de tecnologías, activos e incubación de empresas de base tecnológica, así como la realización de consultorías y asesorías asociadas a los proyectos.

Además, la comercialización de productos, servicios académicos, científicos y profesionales, y otros intangibles, la promoción, organización, comercialización y desarrollo de eventos científicos nacionales e internacionales, y otras actividades de similar naturaleza.

Precisó que la Fundación se constituye con los objetivos de Impulsar proyectos sostenibles de alto impacto en el desarrollo socioeconómico del país, transferir conocimiento a través de alianzas Universidad-Empresa para fomentar nuevos productos, tecnologías y servicios, así como empresas de base científico tecnológica, transferir tecnologías, en especial cesiones y licencias de derechos sobre bienes intangibles, incluido el Know-how.

Incluye, fortalecer los vínculos institucionales con otras universidades y centros académicos y de investigación e innovación, fomentar la incubación de activos y empresas tales como laboratorios Universidad-Empresa, nuevos emprendimientos (Star tup) y empresas o sociedades mercantiles de base tecnológica (Spin off).

Contempla el mejorar la infraestructura y las condiciones materiales y tecnológicas para la realización de los proyectos de investigación, desarrollo e innovación en la Universidad de La Habana.

Igualmente, movilizar el potencial científico e innovador de la Universidad de La Habana, a través de mayores incentivos profesionales y materiales para profesores, investigadores y estudiantes, garantizar la sostenibilidad económica de la Fundación y generalizar buenas prácticas de gestión del conocimiento y la información para elevar la cultura y capacidades de innovación.

Especificó que su formación correspondió a una solicitud del Ministerio de Educación Superior, su órgano de relación, con personalidad jurídica
De acuerdo con el citado texto, la Universidad de La Habana dispone de capacidades para fomentar el vínculo con el sector empresarial y gestionar el conocimiento, así como participar en numerosas redes nacionales e internacionales.

Posee condiciones para desarrollar múltiples proyectos de investigación e innovación en colaboración con centros de investigación, sector empresarial, u otras entidades nacionales y extranjeras, en líneas de vital importancia para el país como las ciencias básicas, biomateriales, biotecnología, biomedicina, nanociencias y nanotecnologías, energía renovable, seguridad alimentaria y nutrición, medio ambiente, entre otras.

Fuente: http://www.acn.cu/medio-ambiente/76070-crean-fundacion-universitaria-para-gestion-de-ciencia-tecnologia-e-innovacion

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