Coronavirus en Argentina: fuertes contrastes en la educación a distancia según la escuela a la que va cada chico

Coronavirus en Argentina: fuertes contrastes en la educación a distancia según la escuela a la que va cada chico

Hace casi un mes que las clases están suspendidas. La situación no es igual en todas las escuelas del país. Muchas familias hablan de falta de seguimiento y pocos contenidos. “Google se convirtió en el docente”, dicen. Otras se muestran más conformes sobre cómo está funcionando el sistema.

“El problema es la maestra de inglés que no manda nada”. “Es un desorden absoluto”. “Nuestro maestro es Google”. “Ahora somos mamás y maestras, no tenemos ni un segundo”. “Todos los contenidos son repasos del año pasado”. “Las docentes no saben usar la tecnología aún”. Dicen algunas madres cuando les preguntan por cómo es la educación virtual de sus hijos en tiempos de cuarentena. La situación no es igual en todas las escuelas públicas del país, sin embargo, en algunas la falta de organización y de seguimiento son denominadores comunes.

“Los primeros días la escuela no mandó nada, recién esta última semana enviaron más actividades”, explica. Mara confiesa que su hijo está bastante desocupado y que suele resolver todo dos horas antes de la fecha de entrega, aunque no siempre porque algunas actividades le llevan más tiempo. Sabe que las clases virtuales no son una opción porque no todos los alumnos cuentan con Internet y lo entiende. Solo pide un poco de organización porque la institución manda tarea en cualquier momento o son sobre temas que no llegaron a dar. “Nadie estaba preparado para esto. Esa es la verdad”, finaliza.

La mamá de dos chicos que asisten a una escuela pública de Almagro (que prefiere mantener el anonimato) asegura que el sistema que comenzaron a implementar desde que se suspendieron las clases no está dando resultado. “Las primeras dos semanas mandaron muchos ejercicios y después muy poco. Los envían por mail a una madre responsable”, subraya. No hay clases virtuales porque la directora explicó que no todos los chicos tienen computadoras o Internet y no quieren dejar a nadie afuera. La mujer, que no quiso dar su nombre, remarca como principal problema que “los chicos perdieron el contacto con sus maestros”. No hay video, ni audios. Son los padres los que se tienen que sentar a explicarles todo. “Le tuve que pedir ayuda a mi hijo de séptimo para que me muestre cómo hacer las divisiones”, subraya.

“Ahora quieren que mandemos por foto las tareas para que puedan hacer una devolución, pero mientras tanto lo corregíamos nosotros”, resalta. Además, cuenta que su hijo menor se muestra reacio a aprender porque piensa que “la maestra le va a explicar distinto”. “No les están encontrando la vuelta”, finaliza.

“Mi hijo está como mucho cuatro horas por día resolviendo las consignas que le corresponden. Yo lo hago copiar a una hoja la actividad que le enviaron en PDF para que demore más tiempo”, resalta. Además, afirma que a medida que hacen las tareas es ella la que corrige. “No me dijeron qué tengo que hacer con el cuadernillo cuando esté completo, si van a evaluarlo o no”, critica. Por último, afirma que una de las principales dificultades es que al no tener contacto con los docentes es ella la que le tiene que enseñar o explicar lo que no entiende. “Yo no lo puedo ayudar porque aprendí de otra manera”, finaliza.

Elizabeth (49) tiene dos hijos. Uno va a primer grado de la escuela N° 13 Ignacio Lucas Albarracín y otra a tercer año de la escuela Normal Superior N° 10 Juan Bautista Alberdi. “No le mandaron material y le hacen hacer mucha tarea”, destaca. Cada alumno busca en distintas fuentes por Internet porque es la única manera que tienen al no contar con un cuadernillo o un libro. “Creo que ‘buscá en Internet’ no es una buena respuesta por parte de los profesores”, reprocha Elizabeth. Además, su hija le envía dudas y preguntas por mail a los docentes que responden tarde. “Yo no soy maestra no sé como enseñarles a mis hijos”.

En la escuela de su hijo, apenas suspendieron las clases, les dijeron que iban a mandarle un cuadernillo que nunca llegó. Les envían fotocopias por mail y “no tienen en cuenta que nosotros no tenemos impresora y que está todo cerrado por la zona”, destaca. “Entiendo que es una situación difícil para todos, pero las actividades están mal encaradas”, finaliza.

La educación virtual de las escuelas públicas en el interior del país

La situación se refleja también en distintas ciudades del país. Lucía (34) de La Paz, Entre Ríos, tiene dos hijos que van a la Escuela N° 1 José de San Martín. “Las primeras actividades estaban ligadas al coronavirus y les pedimos que cambiaran de tema porque ya se trataba demasiado”, explica. Si bien depende la materia Lucía cuenta que en general reciben tareas cada quince días solamente, que sus hijos resuelven en una o dos tardes. “No tienen un seguimiento. Todo queda en el cuaderno”, reprocha.

Además, resalta que no aprenden nada nuevo, sino que están repasando temas del año pasado. Ella usa el cuadernillo que le recomendaron de Nación y los programas de la TV Pública. “Hay temas que no sé cómo darlos”, confiesa. Además, resalta que faltan más herramientas tecnológicas. “Creo que con una video conferencia sería más divertido para ellos”, concluye.

En ese sentido, Lucía (38) de Santa Rosa de Calchines, Santa Fe, cuyo hijo asiste a la Escuela N° 6093 Paraná Medio critica el contenido que le dan. “Está en sexto grado y el poco material que le dan son actividades para chicos de tercero”, explica. A ella le mandan una vez por semana mediante WhastApp. “Yo tengo impresora y se me hace más fácil, si no tienen que copiar desde el celular y se les dificulta”, cuenta. Además, dice que refuerza los contenidos con lectura de libros y otras actividades. “Yo entiendo que es una época de reposo, pero es muy poca tarea y debería ser más acorde a su edad”, finaliza.

Nuria (29) es de Comodoro Rivadavia, Chubut y tiene dos hijos. Uno de 12 años que va a la Escuela N° 796 Antonio Berni y una de 5 que va al Jardín de Infantes N° 406. “En el de mi hija mandaron actividades la primera semana y nunca más”, reprocha. La falta de contenido y seguimiento también es la principal crítica que hace Nuria. “Tuve que salir yo a comprar el cuadernillo que recomendó Nación para tener algo de material que darles”, remarca. Ellos usan un sistema que se llama ClassRoom en donde suben los trabajos que deben realizar los alumnos en PDF. No conocen a todos los profesores ya que solo cuatro se presentaron adecuadamente y enviaron contenidos. “De matemática, por ejemplo, no subieron nada”, critica.

Nuria dice que Google se convirtió en el maestro de la casa. “No podemos consultar con nadie entonces investigamos por ahí”, explica. Las tareas de su hija menor son muy difíciles de llevar a cabo porque “piden materiales muy específicos que si no tenés una mercería o librería no los encontrás en tu casa”, resalta. Sobre la escuela de su hijo manifiesta que es muy poco el contenido y que no lo comentan ni lo corrigen.

Nuria sabe que esta situación no se da en todas las escuelas públicas de la ciudad. “A los padres nos faltan contenidos y aptitudes porque no estudiamos para maestros, pero hacemos lo que podemos”, finaliza.

Mejores experiencias

Otras familias resaltan lo aceitado que está la educación a distancia a pesar de haberse producido en medio de una emergencia. Por ejemplo, la familia de Octavio, que está en séptimo grado de la Escuela Primaria Nº 24, en Almagro. Su mamá, María Laura Arnejo, dijo estar sorprendida para bien que está funcionando el plan de educación a distancia. «Pensé que iba a ser más complicado. Estamos muy conectados a través de las redes y bien organizados», dijo.

«Mi hijo tiene la notebook que le entregan a los chicos de escuelas públicas. Los días previos a la suspensión de clase, cuando algo se sospechaba, empezaron a bajar cuentos a esa computadora», dijo María Laura. Y cuenta que la directora del colegio llama a alguna mamá o papá y esa persona escribe en el grupo de padres. Por ese mismo medio, hacen consultas.

Simón tiene 14 años y va a tercer año en la Escuela de Educación Técnica N° 7 de Avellaneda. Ahí usan Google Classroom y, según su mamá Evangelina, por ese medio lo llenaron de actividades. «Se bajó la app, tiene una clave, va entrando por área y ahí encuentra las tareas. Los trabajos los puede escribir en Word y después copiar y pegar en la plataforma o hacerlos en papel y mandar foto. Tiene cosas para hacer de Física, Química y Matemática», precisa.

Su hermana Muriel está en cuarto grado en la Escuela Primaria Nª 68, donde aprovechan unos manuales que lograron distribuir antes de la interrupción de clases. «La maestra le avisa a algún padre el ejercicio que toca para el día y esa persona lo manda al grupo de WhatsApp en el que estamos todos. Yo intento supervisar sus tareas«, dice Evangelina.

La mirada de los docentes, en diversas realidades

Victoria Serral es maestra de séptimo grado en la escuela pública 4 DE 3, del barrio de Monserrat, donde van chicos del barrio y también de la villa Rodrigo Bueno. Cuenta que ahora está armando guías de actividades, con la intención de que lleguen a todos, aunque no lo puedo garantizar.

“En la población con la que trabajo no todos tienen Internet ni computadora, por eso busco alternativas. Lo que hago es subirlas a la plataforma Edmodo (pero solo entran un 25% de los chicos). Además, las paso en una lista de mail que armamos, pero no todas las familias responden. Y también las dejo en la fotocopiadora que queda a metros de la escuela. Calculo que el 30% de los estudiantes dependen de que su familia se acerque a comprar la fotocopia. Pero no puedo asegurar que lo estén haciendo”, cuenta.

Fedra Urquiza Viola es docente de cuarto grado en otra escuela pública de la Ciudad. A través de Edmodo envía actividades de Prácticas del Lenguaje, Matemática, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y Educación Sexual Integral. “Si bien es difícil llegar a todos los alumnos y alumnas porque no siempre cuentan con Internet en sus casas, logré contactarme y que hagan lo pedido. Sé que las familias hacen un esfuerzo muy grande. Algunos chicos y chicas incluso hacen la tarea en la carpeta y suben la foto a la plataforma para que pueda corregirles. Logré ver sus dibujos y producciones escritas con su letra. Muchas veces también las suben en archivos de Word”, cuenta.

Guadalupe López da clases en segundo grado del Normal 2 “Mariano Acosta”. “Usamos Edmodo. Trabajamos la construcción de audiolibros, compartimos cuentos que tenían que leer solos o con la familia. La idea es reconstruir esas historias, que pueden narrarlas grabándose para que otros escuchen. Así, además del contenido escolar, busco que estén más cerca, romper la barrera virtual”.

“La mayoría de mis alumnos tienen computadora e Internet, pero los que no tienen pudimos lograr que las autoridades les acercaran las tareas. En esos casos, se pueden comunicar de todas formas por WhtasApp y así logramos tener contacto y vínculo con la familia”, agregó.

Cecilia Muñoz da clases en una zona humilde de Bandera, a 270 kilómetros de la capital de Santiago del Estero. La mayoría de los chicos allí no tienen computadora ni Internet, pero ella diseñó estrategias para no perder el contacto con ellos.

Cuenta que lo primero que hizo fue preparar las actividades a mano, o en fotocopias de libros, y las dejaba en el colegio, para que padres y madres fueran a buscarlas. A los que tienen WhatsApp le enviaba el material por celular. Después al documento le agregó un link con videos de YouTube, “para que los chicos tengan algo audiovisual”, y más adelante otro link que dirige a actividades interactivas que hay en la Web, con las respuestas que ya salen en forma automática. Lo último que hizo fue grabarse a sí misma dando clases.

Clara Samman da clases en la primaria de la escuela ORT, en Almagro. “Hemos encontrado diversos canales para estar cerca. Además de las clases digitales, sumamos encuentros virtuales con grupos reducidos de alumnos para enriquecer las propuestas. También transmisiones en vivo, llamados telefónicos personalizados y enlaces a los proyectos trabajados a través de la propia plataforma de ORT”, cuenta.

¿Cómo respondieron los chicos y las familias? «Algunos pidieron un poquito de ayuda para hablar frente al resto del grupo en los encuentros virtuales, por ejemplo. Las familias reconocen el trabajo, acompañan a sus hijos y piden ayuda o consulta dudas que genera este nuevo formato», dice.

Eugenia Racedo es directora del colegio Norbridge, también de Capital. “Nos pusimos a trabajar de manera virtual con todos nuestros alumnos a través de la plataforma Moodle, que permite la educación a distancia y de las clases interactivas a partir de las aplicaciones Zoom y Meet. Los docentes han preparado videos explicando temas de la currícula como si estuvieran frente a la clase, abrieron foros con instancia de consultas, y habilitaron también la posibilidad de tener mensajes privados con los alumnos», cuenta.

Y agrega que «la respuesta de alumnos y familias fue buena. A un porcentaje mínimo de alumnos les cuesta seguir. Nos comunicamos con las familias, y vimos que en algunos casos se trataba de médicos que están trabajando todo el día, y en otros porque hay una computadora en la casa y los padres están haciendo home office”.

Informe: Camila Magnano

Fuente de la Información: https://www.clarin.com/sociedad/coronavirus-argentina-fuertes-contrastes-educacion-distancia-escuela-va-chico_0_fhg56NNd1.html

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Colombia: La realidad virtual y la aumentada ya hacen parte de las aulas académicas en el país

Colombia/25 de Abril de 2018/Revista Semana

Estas dos herramientas que parecían inimaginables ya son una realidad. Se han instalado en los espacios educativos y hacen posible experiencias desde ver la Vía Láctea en 3D hasta poder examinar un cadáver humano. Así se dictan estas clases llenas de tecnología.

Los avances tecnológicos del siglo XXI han transformado los espacios educativos, cambiando las formas de aprender. La realidad virtual y la aumentada hacen posible que experiencias cada vez más vívidas fortalezcan procesos de aprendizaje.

Imagine que con un simple gesto pudiera oscurecer un salón de clase y que en segundos se llenara de estrellas y planetas con un mapa 3D de la Vía Láctea. Imagine transportarse a la Era Mesozoica para poder ver dinosaurios en su ambiente natural, o estudiar mandarín hablando en el mismo salón con estudiantes que aprenden español en China. Aunque estos escenarios parezcan ejercicios de la imaginación o escenas de películas de ciencia ficción, hoy son una herramienta más en las aulas.

La realidad aumentada y la virtual, además de fascinar a los estudiantes con escenarios que parecen fuera de este mundo –lo cual, por supuesto, es una motivación extra para estudiar–, hacen posible la implementación de estrategias educativas antes inimaginables o en extremo costosas. Como bien lo reconoce Matthew Purcell, director de Innovación Digital del Canberra School, primer colegio en integrar hologramas interactivos dentro del aula de clase, “muchos conceptos pueden estar escritos extremadamente bien, pero hay otros que simplemente no pueden ponerse en palabras y necesitan ser visualizados. Esta tecnología puede profundizar verdaderamente el aprendizaje de los estudiantes”.

Foto: cortesía Universidad del Norte

Un viaje al pasado

Si hace unos años los hologramas de Star Wars parecían un sueño remoto, exclusivo de la ciencia ficción, ahora hacen parte del proyecto educativo del Museo Arqueológico de los Pueblos Karib, Mapuka, de la Universidad del Norte. Por medio del uso de HoloLens, el espacio del museo ha mutado para albergar más de una dimensión, uniendo el pasado con el presente.

Lo revolucionario de esta tecnología es que, contrario a lo que sucedía con los desarrollos de realidad virtual anteriores, el computador que produce los hologramas es el primero de este tipo que no necesita cables y, por tanto, se mueve libremente con el usuario. Lo que es más sorprendente es que, contrario a las gafas de realidad virtual desarrolladas hasta ahora, este equipo inserta imágenes 3D en el “mundo real”, haciendo que la experiencia del usuario siga anclada en el entorno. Como si esto fuera poco, permite que varias personas interactúen con el mismo holograma al tiempo, lo cual favorece el trabajo en equipo y la comunicación.

Así, en medio de las salas que guardan artefactos prehispánicos de más de 7000 años de antigüedad, las gafas de realidad aumentada HoloLens reconstruyen telares indígenas.  “Queremos hacer que el usuario tenga su propia experiencia y que no necesite de otra persona, sino que pueda vivir el museo a su manera”, dijo Jeffrey Saavedra, estudiante creador del diseño de los hologramas, en la inauguración del programa a finales de 2016. Sus palabras esclarecen una de las mayores ventajas del uso de estas tecnologías: la posibilidad de que el aprendiz siga su propio camino y explore los conceptos e ideas a su ritmo.

Según Pedro Wightman, profesor del Departamento de Ingeniería de Sistemas de la universidad, desde su implementación el trabajo conjunto de los departamentos de Ingeniería de Sistemas y Diseño ha representado un significativo paso en la apertura de diálogos entre diferentes disciplinas.

Dentro del cuerpo humano

Desde que en Egipto se practicaban los rituales de momificación, los cadáveres han sido una de las pocas maneras de adentrarse en el diseño del cuerpo humano y, hasta el día de hoy los aspirantes a médicos en todo el país los han usado para aprender. Sin embargo, la obtención de estos cuerpos –incluso desde el Renacimiento– ha estado rodeada de misticismo y su consecución no siempre es tan fácil.

Si bien los cadáveres ofrecen a los estudiantes de medicina una perspectiva necesaria sobre el cuerpo, ya no son la única manera de estudiarlo. Al entrar al laboratorio de anatomía de las sedes de la  Universidad Cooperativa los estudiantes encuentran una camilla aparentemente vacía. Basta con encender la pantalla para que la imagen 3D de un cadáver con proporciones reales se proyecte sobre ella.

Para desarrollar Anatomage, la primera mesa de disección virtual, el equipo que está detrás de esta tecnología tomó miles de fotografías a cientos de cadáveres reales. Con estas imágenes se reconstruyeron virtualmente los modelos 3D de los cuerpos originales, convirtiéndolos en una copia fiel a la realidad. Así, el estudiante puede escoger el cuerpo que quiere observar y la forma de hacerlo. La mesa, además, permite hacer cortes de todo tipo, mostrando perspectivas que de otra manera serían extremadamente difíciles de observar.

Para Sakti Srivastava, jefe de la División de Anatomía Clínica de la Universidad de Stanford, uno de los primeros lugares donde se probó Anatomage, esta mesa de disección es verdaderamente útil para entender las relaciones entre los diferentes sistemas del cuerpo.

Según Alfonso Suárez, coordinador de Morfofisiología de la Universidad Cooperativa en Villavicencio, “Anatomage ha sido especialmente útil en la enseñanza, ya que cada vez hay más restricciones legales sobre la disposición de cadáveres en el país”. Christian Andrés Pelayo, estudiante de Medicina, asegura que el uso de esta herramienta ha hecho las clases más interactivas: “Me motiva a estudiar anatomía porque puedo ver tangible aquello que leo en los libros”.

Sin duda, los desarrollos tecnológicos y la inserción de nuevas realidades dentro del aula de clase han diversificado las maneras de relacionarse con el mundo: una oportunidad para anclar procesos de aprendizaje a partir de experiencias fascinantes que redefinen los límites de lo real.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/las-clases-que-de-dictan-a-traves-de-la-realidad-virtual-y-la-aumentada/564729

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Nicaragua: Docentes adquieren computadoras para mejorar la enseñanza

Nicaragua / 29 de octubre de 2017 / Autor: Tania Sirias / Fuente: Canal 2 TV

Unos mil docentes del país adquirieron computadoras, tablet y teléfonos con servicio de internet, a través del programa “Tecnología para prosperar”, la cual promueve el Ministerio de Educación, en conjunto con la empresa privada.

Mónica Genet, directora de Tecnología Educativa expresó que estas son herramientas técnológicas que ayudan a elevar la calidad educativa del país, pues los docentes podrán utilizar software educativos o realizar investigaciones en la Internet.

“Debemos estar al tanto de las nuevas tecnologías, ya que estas son las nuevas formas de enseñar”, dijo el profesor Juan Carlos Espinoza, quien agregó que esto también les permite hacer una clase más interactiva y entretenida para sus alumnos.

Los docentes que adquirieron estos equipos técnológicos, podrán pagarlos a plazos y a precios módicos, comentó Hazel Castillo, coordinadora de Promoción de la empresa Cootel.

Fuente de la Noticia:

http://canal2tv.com/2017/10/25/docentes-adquieren-computadoras-mejorar-la-ensenanza/

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