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Desafíos de la educación hoy

Por: Fernando David García Culebro*

“Educar es enseñar a cuidar y habitar el mundo”, explica Carlos Magro en: Diálogo con Luis Bonilla Molina.

 

El 26 de septiembre del año 2023, Otras Voces en Educación realizó un encuentro virtual donde Dialogaron Luis Bonilla Molina (director de OVE) y el profesor Carlos Magro.

Carlos Magro es presidente de la asociación de educación abierta, trabaja como consultor independiente en la educación. Es miembro del departamento de diseño, innovación y tecnología educativa de la Universidad Camilo José Cela. Es miembro del Consejo, asesor de cuadernos de pedagogía y miembro del grupo de investigación, conocimiento abierto para la acción social de la Universidad de Granada. Es miembro de aula blog y también del colectivo DIME. Ha sido director académico del instituto europeo de diseño, director de innovación de la Escuela de Organización Industrial, director de comunicación, marketing y proyección institucional de EOI y director de la oficina de información científica de la Fundación Madrid MAS, en la  Consejería de educación de la Comunidad de Madrid.

A continuación, transcribo la charla entre Luis Bonilla y Carlos Magro:

 “A Carlos lo hemos seguido ampliamente durante los últimos tiempos con la intención de que sea una de las personas que nos motiven a pensar y a discutir sobre la escuela  hoy”, comentó Luis Bonilla y, enseguida, cedió el micrófono y dio la bienvenida a Carlos Magro.

Pues muchas gracias Luis, un placer estar con vosotros y vosotras, como decía Luis, buenas tardes, yo creo que ya un poco tarde es para todos, yo estoy hablando aquí desde España, muy agradecido por vuestra invitación.

Traigo una presentación que les comparto para conversar con vosotros y vosotras. El título es demasiado ambicioso.

Los desafíos de la escuela hoy, que como podéis imaginar, pues puede ser todo, ¿no?

Es decir, es un título suficientemente amplio para poder hablar sobre casi cualquier cosa, porque son muchos los desafíos que tenemos por delante.  Trataremos de pensar los desafíos en distintos planos, más institucionales, más de aula, más de políticas, más locales, más regionales y globales. Bueno, voy a tratar de hacer un discurso lo más general posible, que permita que cualquiera que esté escuchando, le resuene algo, «le ayude a pensar», como decía Luis.

Sobre todo, en ¿cuáles son sus desafíos?, ¿con qué desafíos pensamos la escuela hoy y cómo podríamos enfrentarlos vosotros que nos estamos encontrando en este momento?

Voy a utilizar en esta charla  muchas citas de compañeros y compañeras, a los que leo y de los que aprendo mucho. Voy a comenzar con una de un libro de mi amigo Toni Solano, que es un director de un Instituto de secundaria de  Castellón, de España. Acaba de publicar un libro que se llama: Aula o Jaula.

Y he tomado una cita muy importante de este libro que viene un poco a incidir en una idea que me parece significativa. Que todos los que estamos en las aulas o que hemos pasado en ella, y todos los que  pensamos en la educación o que pensamos en la escuela lo tenemos más o menos claro, pero que muchas veces en el ámbito más social, no, no es tan claro, lo que es la complejidad de lo que ocurre en la escuela, la complejidad de lo que ocurre en un aula. Por eso esta idea de los desafíos, pues es casi todo, nos dice Toni: “el aula, no es solo el aula,  es más que la suma de todos sus elementos, el aula no es solamente eso que está ahí, sino son todos y cada uno de los estudiantes” y, eso ya complejiza muchísimo la  situación. No es solo un estudiante, ni treinta veces repetido, sino que son los treinta o cuarenta de manera heterogénea.

Totalmente distintos entre ellos, pero también un aula es todo lo que lo rodea. El aula no es el espacio con sus limitaciones de infraestructura, ni solo la  capacidad que tengamos de movilizar recursos;  un aula también  pueden ser los docentes y las  complejidades que acarreamos nosotros como profesores y profesoras,  un aula también es el equipo de educadores, un aula también es la infraestructuras de toda la escuela, un aula es también las familias y un aula es igualmente las administraciones educativas, es decir que, en el aula inciden una gran variedad de asuntos que hace que sea de gran complejidad.

Mi intención es bastante modesta, es invitarlos a pensar en la escuela, a pensar en vuestra escuela, en la escuela y en nuestras aulas y en los desafíos.

Estamos intentando pensar, no con la idea de eliminar la escuela tal y como la conocemos, no de acabar con ella, sino de  preguntarnos todas las veces que haga falta, ¿qué es aquello que hace que una escuela sea una escuela?, ¿por qué una escuela no es  solamente un lugar de aprendizaje?, no todos los lugares de aprendizaje son escuelas, la escuela tiene algo diferencial, por eso hay que hacernos esas preguntas,  ¿qué es lo que hace que una escuela sea una escuela?, ¿quién hace la escuela?, ¿o qué es lo que hace la escuela?, ¿qué tenemos que enseñar y qué pretendemos que se aprenda en la escuela?, ¿cómo tenemos que hacerlo?, ¿qué tipo de relaciones tenemos que establecer en las escuelas?,  ¿qué tipo de gobernanza?, ¿qué es lo que no funciona?

En nuestra escuela, que no será igual en todas, al fin y al cabo ¿cuáles serán los desafíos?

Por tanto, quiero invitarles a cuestionar la escuela en el sentido de hacernos preguntas sobre ella.

Pero también quería que esta reflexión sirviera para defender la escuela, no para defender el inmovilismo. Sino, también quiero invitarlos a cuestionar muchos de los cuestionamientos, de lo que se le achaca o se le acusa la escuela. En concreto, hay un discurso que nos recorre, y que a veces tiene algo de razón, pero no siempre, en el que se supone que la escuela es algo totalmente anticuada.

Una institución de otro tiempo, atrasada, inadaptada, que no se adapta a los nuevos tiempos y que, por tanto, pues casi, casi, no convendría  cambiar la escuela, que es lo que nosotros queremos, hacerla un poco mejor, sino casi, casi eliminar la escuela y empezar de nuevo o sin escuela, como nos dicen las corrientes más desescolarizadoras, muchas veces vinculadas a la tecnología.

Bueno, eso es lo que quiero presentar en esta  tarde, hacer un poco de teoría de la escuela en el sentido bueno de la palabra teoría, es decir, entender la teoría como pensar, y todos somos muy capaces de pensar y entender el pensamiento. La teoría, como la capacidad de hacernos preguntas, de dudar de lo que nos dicen, de lo que nos pasa, de lo que damos por natural;  desnaturalizar un poco la realidad cotidiana que nos encontramos en las aulas, pero también la que nos hacen vivir muchas veces.

Esto es un poco la idea inicial y, ahora bueno, comienzo citando a Joan-Carles Mélich que es un profesor de la Universidad dedicado precisamente a la teoría de la educación y me voy a subir a sus hombros un poco para tratar de empezar a pensar ¿qué es esto?, ¿qué es la escuela? Lo que podemos pensar de una manera más o menos ideal, todavía no bajada a tierra, a cuerpos, pero sí de una manera ideal de lo que es la escuela. Y Mélich tiene un libro precioso que se llama: La sabiduría de lo incierto, y tomo de ahí esta cita que dice: “no sé leer, ¿acaso alguien podría decir que sabe?”, dice: “nos pasamos la vida leyendo, pero nunca aprendemos. Nadie sabe leer porque la lectura no es una competencia que puede adquirirse de una vez por todas, sino una forma de vida, y nadie sabe vivir.”

Nadie sabe vivir, continúo yo, porque siempre asistimos a la primera, rodeados de ignorancia, de perplejidad. Y por eso precisamente somos humanos, porque tenemos dudas, porque no lo sabemos todo, porque tenemos ignorancia, porque tenemos miedos, pero eso es lo que nos hace humanos, porque no sabemos vivir. De hecho, vivir, existir es salir de uno mismo y enfrentarse a  esa incertidumbre en que nos encontramos. Bueno, pues es precisamente ese no saber vivir, ese no saber explicarnos las cosas que nos pasa, ese no saber leer el mundo que nos rodea y explicar el mundo, por lo que hemos inventado la escuela.

O sea que, la primera razón cuando nos preguntamos qué es la escuela es porque podríamos decir que la escuela está inventada, precisamente porque somos humanos, precisamente porque somos incompletos, porque nos faltan las palabras para explicar lo que nos pasa y lo que pasa alrededor nuestro. Bueno, pues para todo eso hemos inventado la escuela.

En esta misma línea, otra profesora de la Facultad de Educación de la Universidad autónoma de Madrid, Miriam Prieto, incide un poco en la misma idea cuando dice “la acción educativa nace de la condición del ser humano como sujeto inacabado”, es decir, si fuésemos perfectos cuando nacemos, no nos haría falta educarnos, pero porque no somos  perfectos, necesitamos educarnos, porque no estamos especializados en nada concreto, sino que tenemos capacidad, nuestra inteligencia, es una capacidad mucho más global, necesitamos la educabilidad, necesitamos educarnos porque con ella, con la educación, llega nuestra capacidad de llegar a ser algo distinto de lo que éramos al principio.

“Y de este principio, es de donde sale hoy o de esta condición de ser incompletos, de ser un ser humano inacabado”, dice Miriam Prieto, es de donde sale el principio fundamental de la educación, que es el principio que todos los maestros y maestras tenemos clarísimo, que es el principio de confiar siempre en las posibilidades del sujeto que se educa, de confiar siempre en las posibilidades, en este caso de nuestros estudiantes, en y también, la máxima finalidad que es educar sujetos comprometidos con el mundo, comprometidos con él, con la realidad que les rodea. Comprometidos con los otros.

Educar sería algo así como enseñar a habitar el mundo, porque no nacemos sabiendo.

Nacemos sin comprender el mundo, nacemos incompletos, y educar, sería dar las capacidades para poder habitarlo.

Un mundo habitable. Yo digo que algo es habitable, cuando algo es acogedor. Habitar el Mundo, es lo más parecido a aprender a cuidarlo.

Por tanto, educar sería enseñar a cuidar el mundo. Y es aquí, donde viene uno de los primeros desafíos que tiene la escuela hoy, y que ha tenido siempre, pero que desde luego tiene hoy.

Porque para cuidar, para cuidar algo, para cuidar el jardín, para cuidar a una persona, para cuidarnos a nosotros mismos, necesitamos prestar atención. Necesitamos poner nuestra atención en esa otra persona, jardín, objeto, lo que sea, y para prestar atención, es necesaria siempre una cierta pausa.

Es decir, necesitamos tiempo para cuidar el mundo, necesitamos tiempo si lo que queremos es aprender a cuidar en el mundo. Pero la escuela de hoy, precisamente es una escuela acelerada, es una escuela sin tiempo.

Luego aquí vemos ya un primer desafío, luego volveré sobre él, no lo voy a desarrollar más aquí, pero este desafío tiene que ver intrínsecamente con la función fundamental de la escuela y de la educación, que es esta función de enseñarnos a entender el mundo, a cuidar del mundo, darnos las palabras para poder describir lo que nos pasa, para entender a los otros. Bueno, para todo eso necesitamos esta capacidad importante que es humana, que es la atención y para eso necesitamos un tiempo que la escuela muchas veces, no lo tiene.

Desde ahí también nos podemos empezar a hacer preguntas, que es lo que ya nos proponía la escuela al principio, podemos preguntarnos ¿si hoy estamos educando a nuestros adolescentes, a nuestros niños, a los jóvenes, para cuidar el Mundo, es decir, si el tipo de contenidos, de dinámicas, de metodologías, de procesos, de valores que estamos transmitiendo en las aulas son valores para cuidar el mundo o no? O así podríamos sospechar  que, a veces, lejos de estar educando a las personas más jóvenes para que vivan unas vidas dignas y felices, igual les estamos educando con una serie de valores competitivos, consumistas. Con ello, también la sociedad va en contra de su propia supervivencia, de la supervivencia del propio planeta y del mundo. Luego ahí tenemos otro desafío importante, que es la sostenibilidad.

La pregunta que tenemos que hacernos, por tanto, también es ¿si la escuela hoy nos da las palabras que nos ayudan a entender El Mundo? darnos las palabras para entender El Mundo tiene que ver con muchas cosas porque es darnos un vocabulario para entender las violencias que nos rodean, pero también es darnos un vocabulario para entender los desafíos medio ambientales, pero también es darnos un vocabulario para entender los desafíos tecnológicos que están ahí.

Y estas son las preguntas que tenemos que hacernos, ¿si nos da tiempo la escuela para cuidar del mundo, para cuidarnos, si la escuela de alguna manera está iluminando la vida de los adolescentes, si la escuela es un lugar que genera horizontes de posibilidades?, O al revés, ¿si la escuela  coloca barreras, provoca exclusión?, ¿si da esperanza o al contrario?, ¿si es una fuente para algunos de desesperanza?

Es decir, con todo esto  ya empezamos a ver desafíos claros que vivimos en la escuela y que yo creo que están en el núcleo de mucho de lo que nos pasa y que yo quería plantear en este inicio de  esta charla.

Es cierto que llevamos muchos años  en  la mejora educativa, el cambio educativo tiene una larga tradición centenaria. De hecho, hay movimientos de reforma que todos conocemos que tienen ya más de 100 años, pero desde luego, en los últimos 20, 25 años, Estamos viviendo también un nuevo resurgir del cambio, la mejora, la transformación educativa. Y estamos viviendo un momento de reescritura, una oportunidad, podríamos decir de reescritura de la educación entre comillas tradicional. Y tenemos muchos ejemplos a nuestro alrededor. Basta con mirar la escuela de a lado, para ver esperanzas, como dice Axel Rivas, esperanzas practicables, inspiraciones que son alcanzables, que están ahí, que alguien ha hecho ya.

Todo ello, nos coloca en una oportunidad, y también en la responsabilidad de superar unas maneras de enseñar que sabemos que no terminan de funcionar por ser puramente transmisibles, que lo que generan muchas veces es un aprendizaje superficial que dificulta la transferencia de la vida real y lo que es peor, que provocan que la escuela finalmente sea una escuela muchas veces selectiva.

Es decir, que sirva para unos pocos, nada más, no para todos. Una escuela que muchas veces lo que ocurre en ella, es la  naturalización de desigualdades y deja fuera a muchos, o sea que, estamos en un buen momento, con muchas inspiraciones, un momento de transformación, pero también tenemos que ser conscientes de la responsabilidad que tenemos y también tenemos que ser conscientes de los desafíos  que ya hemos planteado.

Alguna de las paradojas que estamos viviendo es que, es un momento, como decía Toni Solano, “complejo” para la escuela,  porque plantea desafíos no solamente a los docentes, sino también a los estudiantes, a sus familias, a las administraciones, es decir, nos plantea desafíos a todos.

Hay desafíos que tienen que ver con El Mundo en el que estamos viviendo,  un mundo crecientemente desigual, un mundo en el que estamos viviendo una gran  desigualdad desbocada, donde crece cada vez más la distancia entre los que tienen mucho y los que no tienen nada, la distancia de los ricos y los pobres.

Una desigualdad que además genera polarización. Una polarización que en muchos casos no es igual en todos los países, pero sí a nivel regional. Esta desigualdad se produce   en Latinoamérica de similar manera que en Europa y en países asiáticos.  Por tanto,  la escuela en la que confiamos, en la que creemos, ofrece igualdad de oportunidades, y no en la institución desde el punto de vista de la meritocracia que se convierte en muchos casos, en un lugar de segregación, un lugar de desigualdad, un lugar que acrecienta las desigualdades desde el acceso a la propia escuela, porque hay diferentes redes escolares, porque no todos nos educamos con las mismas condiciones o tenemos las mismas oportunidades.

Vivimos un momento paradójico también porque a la propia escuela le estamos pidiendo cosas, sobre todo en los últimos 20 ó 30 años, a veces difíciles de compaginar. Porque le pedimos que transmita unos valores importantísimos, una cultura, una manera de entender El Mundo, pero al mismo tiempo le estamos constantemente pidiendo que transforme la sociedad, que forme a las personas que van a transformar una sociedad que no nos termina de convencer.

Otra paradoja también podría ser que  cada vez los niños pasan más años en los sistemas escolares, ya sea porque se incrementa la edad de entrada en preescolar, o bien porque conseguimos alargar la edad de permanencia en la secundaria o en la postsecundaria. Sin embargo, la sensación general es que cada vez, aparentemente se aprende menos.

Hay una especie de frustración, porque vemos que hay una brecha entre lo que vemos que necesitaríamos saber para manejarnos en un mundo de la complejidad que nos pone encima de la mesa la inteligencia artificial y sin embargo no lo logramos, como dice Juan Manuel Moreno:

 «Se ‘democratiza’ el acceso, aumenta el gasto educativo, se universaliza la educación básica y crece de modo espectacular la matrícula en educación infantil y en educación superior, pero proporciones inusitadas de alumnos continúan dejando la escuela sin ni siquiera saber leer y escribir correctamente en su propio idioma […] la llamada crisis del aprendizaje es la brecha creciente entre años de escolarización y el aprendizaje que realmente consiguen los estudiantes en esos años.»

Se anhela que sea extensible a todo El Mundo, sin embargo,  por ejemplo, la OCDE, señala algo que yo pongo entre comillas, porque también es una paradoja, que menciona “un aumento de democratización en el acceso a la escuela”, se generaliza prácticamente, aunque todavía nos haya recordado ayer mismo la UNESCO que estamos lejos de los Objetivos de Desarrollo para 2030, sigue habiendo 250000000 de niños que no van a la escuela. Y que, si queremos alcanzar los objetivos que nos hemos planteado en educación primaria, necesitaríamos acelerar muchísimo la escolarización y la finalización de esas etapas. Pero, bueno, podríamos decir que hay una mejora clara con respecto a hace 40 años, sin embargo, también vivimos una crisis de aprendizaje, donde parece que hay una brecha entre los años que pasamos en la escuela y los aprendizajes que tenemos o que queremos tener y que no llegamos a obtener, vemos como muchos chicos y chicas salen de la escuela sin las competencias mínimas para poder seguir desarrollándose a lo largo de su vida.

Otra paradoja u otro desafío podría ser esta sensación de insatisfacción  que viven los estudiantes, que viven las familias, pero que también vivimos los docentes. Este malestar que atraviesa tanto al docente como al discente, un malestar que crea en unos estudiantes y docentes, desenganche, desmotivación, un desenganche, una desmotivación que genera unas tasas de malestar en los últimos años, sobre todo, después de la pandemia, relacionados con la depresión y problemas psicológicos bastante fuertes en la escuela, tanto en estudiantes como en docentes, y una sensación  vivida por todos. Y también esa sensación de que la escuela no es un sitio donde se les escuche a los estudiantes, porque su voz no es tenida en cuenta.

De que lo que pasa en la escuela está muy desconectado de sus preocupaciones, de sus vidas, de sus intereses. Todo esto provoca algo que atraviesa todos los sistemas educativos y que para mí es uno de los desafíos, si lo miramos a nivel sistema, pero que tiene un impacto en el aula en lo que podríamos llamar el fracaso escolar, la no titulación, los no aprendizajes, abandonar tempranamente la escuela, el abandono escolar. Bueno, pues todo esto, es una bomba de explosión.

Que además tiene un punto de inflexión en la adolescencia, en la secundaria, que es cuando precisamente los chicos y las chicas están en un proceso de transformación de su identidad, de su autonomía, de sus relaciones, etc. Y Allí debemos preguntarnos, ¿qué ofrece la escuela en ese momento?, ¿qué les ofertamos?, o es acaso una escuela que no es capaz de atender precisamente a ese proceso de diferenciación, de construcción de la identidad diversa.

En todo el mundo tenemos una discusión sobre la formación docente para este periodo, porque   la formación docente es insuficiente en relación al nivel  secundaria prácticamente de todas partes, por muchas razones.

Es un momento bastante complejo que genera uno de los desafíos más importantes para enfrentar todo eso. Y no me voy a extender aquí, pero sí un poco señalar que, hemos intentado en casi todos los países en los últimos 30 años mejorar lo que pasa en las aulas, mejorar la educación, mejorar los aprendizajes a través de unos currículos muy cerrados, una burocracia muy alta, un control excesivo hacia los docentes.

En una generalización de las pruebas estandarizadas y de la estandarización de la educación. Hemos pensado que haciendo del proceso, un proceso más fabril, más industrial, las cosas iban a funcionar mejor. Bueno,  nada más alejado de la realidad.

Sobre todo por lo que hemos dicho al principio, que si algo es la escuela, es un lugar de posibilidades y  la escuela tiene sentido porque somos incompletos, diferentes, humanos, frágiles. Y por tanto difícil de estandarizar.

El resultado de estos años en muchos lugares, que también se añade a esta desmotivación, es una escuela muy regulada, una escuela muy burocrática, una escuela muy presionada por todos, sobrecargada clarísimamente de muchas responsabilidades, porque la responsabilizamos de todo y en el fondo, es una escuela evidentemente muy desmotivada. Cuando digo escuela, me refiero también a los docentes.

Porque es un poco esa mirada que piensa que todo es una cuestión de tocar la tecla oportuna, de suministrar mediante unas metodologías concretas, unos currículos concretos, unos estándares concretos y unos conocimientos, ya saldremos de ahí. Sin embargo, al final tenemos un sistema que ha acrecentado más las tasas de fracaso y abandono escolar, de repetición o como queramos decirlo.

Un desafío entonces, es superar el fracaso, el abandono y la  repetición escolar, que tiene que ver con muchas cosas y esto es una misión muy amplia, pero desde luego, tiene que ver con las políticas educativas, tiene que ver con la financiación, con los recursos que tienen nuestras escuelas, tiene que ver con cómo hacemos la provisión educativa, tiene que ver con el currículum que  nos mandan implementar, tiene que ver con muchas de estas cosas, pero también (y esto sí que es un llamamiento directo) con vosotros como maestras y como maestros, tiene que ver también mucho con las prácticas de los y las Docentes, con las metodologías, con la manera que tenemos de medir, de valorar, de evaluar, de relacionarnos con nuestros estudiantes, de acompañarles cuando tienen dificultades.

Bueno, tiene que ver con lo que pasa fuera del aula, pero también con lo que hacemos o dejamos de hacer dentro del aula de manera individual o colectiva.

El caso es que estos desafíos nos llevan a poder afirmar algo,  que garantizar  hoy el derecho a la educación, no es solo garantizar la escolarización, es también garantizar el derecho a aprender, que va más allá del acceso a la educación. Nos hemos quedado un poquito en esta idea, de hace unos años en la que nuestra preocupación era garantizar el acceso a la escuela y con eso, parecía que bastaba. Bueno, ya sabemos que no es suficiente, por esa crisis de aprendizaje, por ese estar, pero no estar, por esas cifras altas de personas que están, pero que abandonan, que tienen fracaso escolar, que no aprenden lo que tiene que aprender.

Tenemos que pasar de una idea del derecho solo a la escolarización, a garantizar un derecho al aprendizaje. El aprendizaje que muchos alcanzan, pero otros no, y ahí es donde está el quid de la cuestión.

Es decir, tenemos que garantizar que la escuela que tenemos no excluya a nadie, no deje fuera los casos especiales, los problemas de aprendizaje que están atravesados por los problemas sociales, los problemas económicos, las condiciones de vida, y esto es muy difícil, es un gran reto, porque implica ser capaz de acompañar a todas y todos los que están en esa escuela y este es el gran desafío que tenemos en todos los sistemas educativos en este mundo.

Porque hay un problema donde podríamos decir que, siempre ha habido buenas escuelas para unos pocos o buena educación para unos pocos y pocas, pero nosotros queremos que la buena educación sea para todos y todas, y ahí es donde empiezan las dificultades y la complejidad.

Todos estos desafíos dialogan con la cita inicial, con la idea de que la educación es un asunto complejo y esto todos lo sabemos, pero es importante remarcarlo porque no valen estas recetas de sentido común entre comillas, que muchas veces los políticos en los cafés, en la familia, cuando estamos conversando con la gente que no es del gremio se mencionan y se dice que  esto se soluciona de esta manera. Bueno, el sentido común no es suficiente para resolver algo complejo, no hay soluciones sencillas para resolver alguno de los desafíos que aquí se han planteado.

Desde mi punto de vista, estos desafíos por su complejidad, deberían requerir distintas respuestas, a distintos niveles de aula, de metodología, de evaluación, de currículum, de financiación, de liderazgo, de trabajo en equipo, de gestión escolar.

Pero hay una cosa que está en la base, y es con la que empecé, que hay un problema en los últimos años de entender cuál es el sentido de la escuela. Por eso al principio decía, quiero invitarlos a pensar la escuela, a pensar ¿qué es la escuela?, porque creo que si tenemos un poquito más claro ese sentido de la escuela hoy, el sentido de la escuela en nuestro contexto, podremos atender las problemáticas, pero si no tenemos claro el sentido de la escuela, el sentido de lo que hacemos y de por qué estamos en la escuela, no se van a resolver nunca esos desafíos, estos que tienen, insisto, muchas variables, necesitan que nos planteemos seriamente el sentido de la escuela hoy.

La escuela debería ser un lugar donde los jóvenes negociasen significados y produjeran sentido a lo que les pasa, o sea, la escuela es un lugar para dar sentido a lo que me pasa como adolescente o como joven, como alguien que es incompleto, que está formándose.

En la escuela debería ser el lugar que potenciase ese deseo, aprender a lo largo de la vida. Y sin embargo, ¿qué ocurre muchas veces?, que para muchos adolescentes  es un lugar carente de sentido y que para muchos adolescentes lo que genera no es amor hacia el aprendizaje, sino desafección hacia el aprendizaje.

Hay un estudio muy interesante de las sociólogas Aina Tarabini y Marta Curran (2015), que han entrevistado a los adolescentes, donde llegan a estas conclusiones, muchos jóvenes de los entrevistados por ellas son muy críticos con los institutos, con las escuelas, critican los contenidos, critican la metodología, critican en el fondo la utilidad de la institución, la consideran una pérdida de tiempo. Bueno, esto nos tiene que hacer pensar en ¿cuál es el sentido de la escuela hoy? como adultos, como adolescentes y como jóvenes.

Esta falta de sentido, yo creo, que se ha ido incrementando en las últimas dos o tres décadas, que es justo cuando en el Mundo a nivel global, se ha ido incrementando más control, tratando de hacer de la escuela un lugar sin riesgo, un lugar más burocrático.

Una escuela acelerada,  una escuela que quería correr por cumplir los objetivos curriculares, por ejemplo, o una escuela que solo buscaba la utilidad, como si el fin de la educación solo fuese la utilidad, una escuela muy orientada a las credenciales, a los títulos. Bueno, esta falta de sentido, paradójicamente, se ha incrementado cuando hemos querido controlar más la escuela, y esto ocurre precisamente porque la educación no es solo aprendizaje, la educación no es solo unos resultados de aprendizaje, ni es solo unas habilidades prácticas para trabajar. La educación necesita siempre de un sentido.

Por tanto, necesitamos como maestros siempre hacer juicios, cuando estamos en el aula, cuando estamos educando, necesitamos todo el tiempo hacer juicios sobre ¿qué es lo educativamente deseable?, ¿cuáles son los fines que queremos lograr?

Solo cuando tenemos claro los fines que queremos conseguir con lo que estamos haciendo, entonces podemos tomar decisiones sobre qué metodología utilizar, qué proceso utilizar, qué contenidos poner en marcha, qué manera de evaluar. Pero antes tenemos que tener claro cuáles son esos fines y esto es una discusión que tenemos que tener a nivel aula, pero también a nivel escuela, pero también a nivel sistema.

Ese deseo de hacer de la educación algo sólido, algo predecible, algo libre de riesgos que ha caracterizado las políticas educativas mundiales, más o menos en los últimos 30 años, en el fondo está negado.

Porque la educación siempre trabaja con seres humanos y no con objetos inanimados que podemos estandarizar, y no podemos tratar a las personas como si fuesen objetos. Como dice Philipe Meirieu:  “no querer convertir la educación en algo medible, siempre objetivo, seguro, que no falla”. Es entender que no todo sale exacto y, esto lo hemos experimentado todos y todas, cuando preparamos una clase y las cosas no funcionan como lo hemos planificado, porque precisamente lo que tenemos enfrente son seres humanos con sus problemas que son distintos cada día y eso es lo que hace que la educación siempre sea difícil y compleja, porque educar al final siempre es tomar decisiones, tomar partido por algo, tomar partido por los valores que queremos en  cada aula.

Por tanto,  educar siempre conlleva un riesgo. Un riesgo que no se combate solo con evidencia científica, que no se combate solo diciendo que tenemos que esforzarnos más como docentes o que se tienen que esforzar más los estudiantes, ni se combate solo con más motivación, porque es un riesgo que es intrínseco a la propia educación y que tiene que ver con esta idea de que no estamos trabajando con objetos que se puedan moldear, sino con seres humanos que son seres de acción y de responsabilidad, y esto hace que muchos de los desafíos que tenemos sean especialmente complejos de  llevar adelante.

La escuela también debe ser un lugar  donde se  aprenda a prestar atención,  prestar atención a lo que nos pasa y a lo que le pasa a los otros, es decir,  cultivar una mirada atenta, pues la escuela es un dispositivo atencional. Y el tiempo que estamos en la escuela, el tiempo escolar, es un tiempo para prestar atención al mundo y prestar atención al mundo, es cuidar del mundo, cuidarnos, darnos tiempo, demorarnos en las personas y si aceptamos esto, bueno, pues nuestra labor sería algo en lo que podríamos caracterizarnos como maestros y maestras de la atención y todo nuestro trabajo sería nuestra capacidad para dirigir la atención, sostener la atención.

Para hacer al final de la escuela un lugar que no sea solo un lugar para el aprendizaje, una Comunidad de aprendizaje, que lo debe ser, desde luego, pero también una Comunidad de atención y de cuidados. Esto es muy importante, lo vivimos muy claro después de la pandemia, con esa otra pandemia afectiva que nos está tocando a todos.

Entonces, en primer lugar, para afrontar esos retos, esos desafíos, necesitaríamos darnos tiempo. Necesitamos una escuela que vaya un poco a contratiempo del mundo acelerado en el que vivimos, una escuela que sea un espacio de deshacer la desaceleración que nos permita precisamente reflexionar y pensar a todos, también a los estudiantes.

Necesitamos una escuela que vaya más allá de la cualificación, que no quede solo en dar conocimientos y capacidades y que tampoco se quede en socializarnos, que es muy importante, sino que también nos ayude a formarnos como personas y como sujetos autónomos.

Necesitamos una escuela que nos ayude a empoderarnos y que nos de capacidades, pero también que nos emancipe, que nos haga sujetos, insisto, autónomos e independientes, sujetos capaces de entender que no vivimos solos en El Mundo. Sino que nos ayude a pensar que  vivimos con otros.

Por tanto, estas serían las bases sobre las que tendríamos que afrontar los desafíos de la escuela pública, en el sentido de que sea para todas y todos, que sea integradora, que combata la segregación, que combata las desigualdades que tenemos en nuestra sociedad, y esto es fácil de decir, pero dificilísimo de hacer, porque requeriremos además, de pactos políticos.

Porque implica que todos anhelemos una escuela que sea respetuosa, que no deje a nadie atrás, por tanto que sea respetuosa con los ritmos de aprendizajes de las personas, que responda a los intereses de los estudiantes, pero al mismo tiempo que no abandone la pretensión de interesarles, de dirigir su mirada y su atención hacia otras cosas.

Una escuela que nos dé las palabras para entender el mundo y por tanto que trabaje unos aprendizajes esenciales, sensibles a lo que nos está pasando justamente a todos, que no deje a nadie atrás, que no sean solo unos aprendizajes tradicionales, hegemónicos, sino también de los grupos que están normalmente marginados, pero también de las materias que son importantes hoy, pienso por ejemplo en la tecnología.

Por tanto, una escuela que nos ayude a dar sentido, que ayude a los jóvenes a dar sentido a lo que les pasa. Y en eso tiene que ver mucho con el currículum y tenemos que entender que el currículum, claro, es un lugar de lucha y de poder, pero también es un lugar de oportunidades educativas, o sea, en el currículum tenemos nuestra historia, nuestros valores, pero también en el currículum tienen que estar nuestros futuros comunes y posibles, y esos tienen que ver con un planeta distinto, con unas relaciones de género distintas, con unas relaciones tecnológicas diferentes, con unas relaciones entre las personas diferentes. Y todo eso tiene que estar en el currículum, que el currículum no es solo la historia, ni el pasado, sino también insisto los futuros comunes.

Además del currículum, deberíamos pensar ¿qué metodologías son las más apropiadas? ¿Qué estrategias de enseñanza?, ¿qué estrategias de evaluación?, ¿cómo me organizo?, ¿cómo  fomento la participación?, ¿cómo fomento la participación de los jóvenes?, ¿cómo escucho su voz?,  ¿cómo les involucró en las decisiones de lo que hay adentro y también cómo escucho lo que está afuera?, porque como decíamos al principio, la escuela es también todo lo que está alrededor, es también lo que ocurre fuera del aula y fuera de la escuela. No podemos seguir (desde luego en una sociedad  como la actual, totalmente digital) pensando que lo que ocurre fuera, en la vida de los chicos y lo que ocurre dentro son espacios distintos.

 Vivimos en un ecosistema digital que nos obliga a repensar ¿qué pasa con sus vidas en términos de aprendizaje, cuando salen de la escuela?, ¿dónde aprenden?, ¿con qué aprenden?, ¿cómo se mueven?, ¿qué les interesa?, ¿cómo personalizan su aprendizaje?, ¿en qué lugares están aprendiendo todo eso que antes podíamos un poco dejar fuera porque no era algo que trascendiera dentro del aula? Por tanto, hoy es necesario incorporarlo a la escuela.

Por ende,  atender esos desafíos tiene que ver también con cómo pensamos la escuela en los contextos de vida por los que transitan las personas que están en ella y, esto tampoco es fácil, pero es importante.

Y tenemos que hacerlo sin  derribar la escuela, sino reinterpretándola, es decir, que hay cosas de la escuela que son importantes, por ejemplo, la escuela griega era aquel lugar que  daba el tiempo y el espacio desvinculado de la familia, del mercado y del trabajo, a algo más centrado en la protección. Entonces,  necesitamos una escuela que sea una pequeña frontera que dé un espacio de protección, con un tiempo más calmado.

Que nos permita demorarnos en lo que nos pasa, pero al mismo tiempo no podemos permitirnos el lujo de tener una escuela totalmente cerrada. Sino, necesitamos una frontera que sea una frontera más móvil, más abierta. Y como decía Marina Garcés: “educar es dar herramientas para leer el propio tiempo y ponerlo en relación con los que ya han sido y con los que están por venir, para vivir el presente”, pero dialogando con el pasado y con el futuro, es dar herramientas precisamente para comprender que el futuro no es inexorable sino problemático. Sujetos, sueños, utopías, esperanzas y posibilidades, que es lo que hace que la escuela tenga sentido ayer y hoy.

Por tanto,  tenemos que preguntarnos siempre ¿cómo educar?, ¿cómo educar a los que tenemos con nosotros y nosotras en un momento concreto de la vida? Bueno, muchísimas gracias.

Luis Bonilla- Muchísimas gracias, querido Carlos magro.

  • Decías que la escuela tiene que ser un espacio feliz. Yo fui maestro de primaria, 18 años, 8 años de primer grado. Y uno de los grandes temas que suele decirse en la escuela por docentes, por autoridades educativas, y en los grandes medios es que los jóvenes no están leyendo. Pero cuando yo visito las librerías, (y lo hago de manera asidua), veo que a veces la mitad o más de la mitad de quienes están comprando libros son jóvenes y niños, y entonces me les acerco y les pregunto ¿qué van a leer? ¿una novela de historia fantasiosa o algo de ciencia amena?, y les pregunto, ¿pueden llevar ese libro a la escuela? y me dicen:
  • “No, eso es para leerlo en la casa”.
  • Entonces, ¿qué libros les ponen a leer en la escuela?

Y por lo general me dicen: – “son muy aburridos, no me gustan, pero lo leo porque es una tarea que me colocan.»

Tiene que ver quizás con mucho de eso, que tú decías ¿cómo recuperamos una escuela que se conecte con la realidad?

(Continúa Luis Bonilla), A veces los maestros queremos que los jóvenes y los niños lean las cosas que nosotros leemos. Y tal vez sea bueno que lo hagan en algún momento, pero quizá el esfuerzo pedagógico es ir a sus lecturas, a lo que están leyendo, a lo que los anima para poder fomentar la lectura, que es hoy una gran preocupación, sobre todo,  la lectura comprensiva, porque además ahora la tecnología crea otras posibilidades cuando están forzados a leer determinado libro, ahora hay herramientas como ChatGPT, que hacen un resumen en un momento y entonces el muchacho puede engañar al docente, que quiere además dejarse engañar con una buena tarea, para que todos cumplan con una especie de cumplo y miento cumplimiento, y no de cumplimiento real.

Esto hace que la escuela también esté en crisis y sobre todo,  para quienes defendemos como tú y yo la escuela pública presencial, esto es terrible porque la única forma de salir de ese atolladero es volver a hacer la escuela más conectada con la realidad. ¿Qué piensas respecto a la lectura?, que es hoy titular, cuando se habla de la escuela en Francia, en Inglaterra, en Estados Unidos, en Panamá, en Brasil, en Venezuela, están hablando de la lectura como un gran problema del sistema escolar.

Carlos Magro- Sí, bueno, no soy un especialista, pero sí alguien muy interesado en el tema de la lectura y de la lectura en la escuela. Lo que describes es realidad, y tiene que ver con muchas cosas, pero, la escuela debería ser el lugar en este caso que fomentase no solo el amor al aprendizaje, sino el amor a la lectura, que fomentase lectores. Y muchas veces lo que ocurre es que lo que generamos es todo lo contrario. Es a fuerza de imponer una serie de lecturas que están en una especie de canon clásico que no queremos abandonar sin más mediación. Lo que generamos son adolescentes que no quieren volver a leer, y que ya no leen.

Cuando leen, porque les obligamos, lo pasan por el ChatGPT y se acabó. Esto es una desgracia y esto se vive efectivamente en todos los países. Aquí en España, por ejemplo, hemos pasado muchos debates este verano, y uno de ellos tenía que ver con la lectura en secundaria, sobre si tenían que leer a los clásicos como es El Lazarillo de Tormes o don Juan Manuel y la literatura medieval en chicos de 13 ó 14 años, porque así está aparentemente establecido. Tradicionalmente hay una lista de lecturas y evidentemente que todos queremos que los chicos puedan conocer ese patrimonio, puedan disfrutar de ese patrimonio de la lengua castellana, puedan disfrutar en algún momento de su vida, de la lectura por supuesto del Quijote, pero tenemos que preguntarnos ¿cómo tenemos que hacer esto?, y los especialistas en lectura saben que la mediación es fundamental, y que mediar entre el texto y el lector en estas edades es fundamental para dar contexto, para explicar, para acercar la literatura, para acercar esos textos complejos a los chicos, y que lo que no podemos hacer en ningún caso es imponerles las lecturas o dejarles solos con esas lecturas, que es lo que muchas veces ocurre.

Entonces, esto tiene que ver con esta idea de ¿cómo nos acercamos a su mundo?, ¿cómo somos capaces de dar respuesta a sus intereses?, en este caso de lectura, porque tienen intereses en lectura, pero al mismo tiempo somos capaces de provocarles interés por otras cosas. Y esa es la labor del maestro constantemente, es decir, ¿cómo retomo sus lecturas para desde ahí abrirles posibilidades que les conecte con otras lecturas, con otros mundos literarios?

Esa es una labor fundamental del maestro que no podemos esperar que suceda simplemente porque les obligamos a leer un texto solos en casa y luego que nos hagan un resumen, no, esto va  en contra de cualquier proceso realmente educativo en el ámbito de lectura.

Yo estoy muy a favor, por ejemplo, de la lectura de los clásicos, pero una lectura acompañada, una lectura en voz alta, una lectura en el aula, todos juntos, en la que la maestra y el maestro acompañan, pero no la lectura en soledad de manera obligada, porque eso va a generar probablemente todo lo contrario.

Sin embargo, hay grandes libros de literatura juvenil muy interesantes en estos momentos que los chicos y las chicas están leyendo, que merecen también estar en los centros educativos y en las aulas. Los docentes debemos hacer el esfuerzo por  incorporarlos, por seleccionar lo mejor de eso, para poder ofrecérselo en y por acompañarles y guiarles.

Yo creo que la mediación en la lectura, la guía en la lectura, el acompañamiento, la recomendación es fundamental, y esa es la labor de una maestra, un maestro que lo que quiere es fomentar el amor por la lectura.

Desde luego, la imposición de las cosas, se han hecho así, por mucho tiempo, pero probablemente tengamos que darle una vuelta.

Luis Bonilla- Qué bien, Incluso hay clubes de muchachos, por ejemplo, que leen Harry Potter colectivamente, la idea de no leer solos. Sin embargo, no logramos en la escuela motivar a esos clubes para leer El Lazarillo de Tormes. Yo comparto contigo que hay que ver cómo diseñar una estrategia, pero eso es parte de acercarse a ver ¿cómo están leyendo los jóvenes? y contrario al estereotipo, ya están construyendo mecanismos como el que tú señalas de lectura colectiva, quizás somos los mayores quienes tenemos otra forma de aproximarnos.

Carlos Magro-  Sin embargo, es uno de los territorios en los que más se ha avanzado, hay gente que ha hecho cosas de lo más interesantes de mediación en la lectura, con relato gráfico de ella, de la lectura multimodal, de la lectura con distintos soportes, es decir, hay mucha experiencia en ese ámbito, del cual podría aprender mucho la escuela, observando qué se ha hecho desde las bibliotecas, desde los colectivos juveniles para mediar y fomentar realmente lo que queremos, que es, fomentar la lectura y la comprensión de los textos.

Luis Bonilla – Yo creo que esto es muy importante,  una escuela que aprende y una escuela que genera curiosidad. Yo nací en 1962 y recuerdo que la escuela para mí era un sitio donde llegaba para entender muchas de las cosas que habían en casa, provengo de una familia trabajadora donde no habían muchos cachivaches, pero hoy que mi hijo es adolescente, y que le gusta poco ir a la escuela, tiene un buen rendimiento académico, pero le gusta ir poco, y un día conversando le preguntaba, pero ¿por qué no te gusta ir? Y me decía:

“Es que en la escuela no me enseña a entender nada, ni siquiera de lo que hay en la casa. No me enseña cómo funciona la consola de videojuegos, no me enseña cómo funciona la nevera, no me enseña cómo funciona el televisor, cómo funciona el celular”.

(Continua Luis Bonilla): – Yo creo que es un problema también de cómo lo que enseñamos está conectado al presente. La escuela tiene que  actualizarse mucho más rápido de lo que lo hace, es un esfuerzo enorme. Los maestros lo hacen, pero lo que tú decías, a veces la cosificación curricular no le da la suficiente libertad al docente para poder trabajar otros temas que son de actualidad y a veces el currículo está muy obsoleto, habla de un mundo que ya está desfasado porque la  aceleración de la innovación ya no es de 40 años, sino de ciclos de 3 a 5 años, y las reformas curriculares suelen ser de cada 10 años. Eso significa un envejecimiento del currículum muy rápido. Y también, ese es un problema de cómo la escuela vuelve a despertar la curiosidad y se conecta a los temas concretos de los muchachos. No sé ¿qué piensas de eso?

Carlos Magro – bueno, yo creo que una frase definitiva que mencioné de forma rápida al principio, es que, “tenemos que ser capaces de responder a sus intereses.” Esos son los intereses, por ejemplo, de tu hijo. Él tiene interés en cosas, quiere entender cosas, quiere entender cosas que le pasan o que están a su alrededor. Hay que ser capaces de responder a sus intereses, pero sin abandonar la pretensión de interesarles por otras cosas. Y eso sería el currículum más tradicional, probablemente las disciplinas, las cosas a lo mejor menos útiles, porque la escuela no es solamente un lugar para lo útil, también es un lugar para aquello que es inútil. En el fondo El Lazarillo de Tormes, probablemente sea inútil, no nos va a hacer la vida más fácil, ni mejor, ni nos va a convertir en mejores personas. Sin embargo, si nos va a ayudar a pensar de otra manera, si nos va a ayudar a entender otras cosas, si nos va a dar una manera de entender El Mundo.

Es decir, la escuela es un lugar que tiene que ser capaz de combinar estas dos cosas. La pretensión de interesarles por cosas, abrirles ventanas que no están en su mundo y ser capaces también de responder a sus intereses, porque si solo respondemos a su mundo, es un poco limitado. Lo que le pasa a la escuela muchas veces es que niega la primera, o sea, no quiere responder a los intereses de los estudiantes porque son banales, no son suficientemente académicos, no están en los libros de texto, y considera a esto una cosa irrelevante, negándole  la importancia a lo que ellos sí le dan, y esto es un pecado original.

Y, Sin embargo, ponemos todo el peso en lo otro y no somos capaces de conectar esos dos mundos, de conectar El Lazarillo de Tormes con su vida actual, con lo que les pasa, con lo que les está pasando en la calle, en cómo se relacionan con los otros, ¿qué aprendizajes me da El Lazarillo de Tormes para relacionarme con mis compañeros, con mis amigos en la calle de otra manera, o en la vida para entender mejor lo que nos pasa? Porque los grandes clásicos, por ejemplo, lo que tienen cuando los lees es la capacidad de interpelarte 2000 años después, una odisea te interpela 2000 años después, un Quijote te interpela 500 años después, porque por eso es un clásico, pero eso la escuela no termina de digerirlo bien. Lo que tú dices es fundamental, «responder a sus intereses», al tiempo que les abrimos otras ventanas porque solo la escuela se las va a abrir.

Luis Bonilla – Se abrieron muchas ventanas de curiosidad sobre los desafíos. Este material permite luego replicarlo, discutirlo con colectivos docentes, colectivos de educación popular. Hay muchas cosas que las dijiste rápidamente, pero que es necesario luego hacer discusiones de cada una de ellas y abriste la ventana, la ventana de eso que tú señalabas. Nos abriste muchas ventanas para poder sintonizar con una parte importante de los debates y los desafíos de la educación hoy.

Esta Charla se encuentra disponible en video, pueden acceder a través del siguiente enlace:

https://www.youtube.com/live/pXEtuHmS8WM?si=l-jTtCKpyyNtR7S9

*Colaboración de Fernando David García Culebro, investigador y editor del CII-OVE.

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Semana de taller intensivo de formación continua: ¿la desorganización?

Por: Abelardo Carro Nava

Hace unos días – yo lo encontré en Facebook el 7 de diciembre –, a través de las redes sociales, se conoció un documento firmado por la Subsecretaria de Educación Básica, Martha Velda Hernández Moreno, mediante el cual informaba que, con base en el Acuerdo número 9/06/22 por el que se establecen los calendarios escolares para el ciclo lectivo 2022-2023, aplicables en toda la República Mexicana para la educación preescolar, primaria, secundaria, normal y demás para la formación de maestras y maestros de educación básica, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 3 de junio de 2022, del lunes 2 al 6 de enero de 2023, tendría lugar el “Taller intensivo de formación continua para docentes: plan y programas de estudio de la educación básica 2022”.

Para ello, a decir de este documento, el día 2 de enero de 2023 trabajarían los supervisores y directivos con la finalidad de conocer lo que abordarían con los colectivos docentes en lo sucesivo, y del 3 al 6 de ese mismo mes, lo harían las maestras y maestros de educación básica, acompañados de los primeros, motivo por el cual, de acuerdo a lo programado al inicio del ciclo escolar, esta jornada se realizaría sin la presencia de estudiantes en las escuelas y, días más tarde (no se especifica en el cuerpo del documento la fecha) se harían llegar los materiales a través de los responsables de los Consejos Técnicos Escolares, Formación Continua y Enlace Educativo de cada entidad federativa.

Un poco más adelante, para ser preciso, en el cuarto párrafo de dicho documento, se señalaba de manera enfática, que se “solicitaba que se difundiera esta información a la comunidad educativa, a fin de que directivos y directivas, maestros y maestras estén en sus centros escolares durante la primera semana del próximo mes de enero para dar continuidad con las acciones de formación continua”.

Como era de esperarse, los comentarios que podían leerse en las páginas que compartieron ese documento, fueron diversos; algunos de ellos referían la falta de planeación para el desarrollo de estas actividades por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP), otros, se preguntaban cómo era posible que todo lo que se abordaría en cuatro días, se iba a dar a conocer en un solo día a directivos y supervisores, y unos cuantos más, señalaban los escasos días de descanso que tendrían los colectivos docentes en esta temporada decembrina para que, en dichos días, se les dieran a conocer las orientaciones que marcarían la ruta de trabajo y, en consecuencia, preparan los productos o actividades que tendrían que realizarse en esa semana de formación.

Desde mi perspectiva, es preocupante la simplicidad con la que la SEP está viendo proceso formativo de tal envergadura que, obliga a pensar, que en lugar de atender la formación del profesorado mexicano con relación al plan y programas de estudio 2022, se intente cumplir, burocráticamente, con los tiempos y acciones que estipula el calendario escolar, aprobado por la misma SEP. Me explico.

Para quienes hayan sido formados en alguna institución formadora de docentes, y aun cuando no hayan cursado sus estudios en éstas, saben que la planeación es un ejercicio fundamental para el logro de los propósitos, en este caso, educativos. De hecho, por ejemplo, si se revisan los planes de estudio de las escuelas normales, se podría observar que en varios de éstos se incluye alguna, o varias asignaturas relacionadas con la planeación de la enseñanza, gestión escolar, etcétera. Desde luego que, en sus contenidos, se abordan algunos temas vinculados con la organización de los aprendizajes o del proceso administrativo donde la planeación, organización, ejecución, control y evaluación, son elementos esenciales para el desarrollo de las planeaciones didácticas, o bien, para la conformación de lo que se conoce como Programa Escolar de Mejora Continua (PEMC). En ambos casos, ya sea para la planeación de los aprendizajes o para la construcción del PEMC, el tiempo es fundamental, porque permite establecer las estrategias didácticas o acciones de gestión a desarrollar, pero también, los recursos y materiales a emplear, los objetivos de aprendizaje o las metas y acciones a lograr, en fin, un cúmulo de cuestiones que forman parte de un proceso que, visto así, puede ser sencillo de escribir, pero que, ponerlo en marcha implica un cierto grado de complejidad importante, dada la cantidad de factores que inciden o influyen en éstos; supongo que esto lo saben, o al menos lo deberían saber, en las oficinas de la SEP.

Por ello es que resulta “extraño” que, a unos días de salir de lo que se conoce como vacaciones decembrinas, la misma SEP “informe” sobre el desarrollo de un proceso formativo como el que ya he señalado. ¿Incapacidad o ignorancia? Podría ser alguna de estas cuestiones, sobre todo si es que se desconoce lo que ocurre en los centros escolares durante la semana previa al periodo vacacional de los estudiantes y trabajadores de la educación. ¿Acaso la maestra o el maestro no tendría que disfrutar de un derecho que está contemplado en ese mismo calendario escolar como lo es el referido en diciembre?, ¿acaso no ha sido suficiente toda la carga administrativa que se les ha asignado en lo que va del ciclo escolar como para que no se les permita estar con su familia o seres queridos en estas fechas que, como se sabe, traen un cúmulo de emociones, encuentros y sentimientos?, ¿acaso la revalorización docente no contempla los espacios que puede tener cualquier trabajador de la educación con los suyos?

No tengo la menor duda de que la educación de los individuos es un tema trascendental para el desarrollo de los pueblos, sociedades y naciones. Es un tema incuestionable. Sin embargo, pienso, que también las maestras y maestros, directivos y supervisores son seres humanos. Supongo que la empatía no cobra mucho sentido cuando se trata de cumplir con tiempos y actividades, sin que éstas estén debidamente planeadas para ser desarrolladas.

En suma: ¿cuándo la SEP podría ser empática con los docentes?, ¿acaso alguna vez esta dependencia, que hoy día la encabeza una profesora, le habrá preguntado a una maestra o a un maestro cómo se siente en estos momentos?, ¿hasta cuándo dejará de ser visto al profesional de la educación como mero sujeto ejecutor de las políticas educativas, aunque no estén planeadas como debiera?, ¿acaso no se le podría exigir y/o demandar una mayor y mejor organización a esta Secretaría?

Al tiempo.

Con negritas:

Cierro estas líneas revisando el portal de la Subsecretaría de Educación Básica y, aún no se encuentran disponibles, los materiales que habrán de orientar los trabajos de esa semana de formación continua.  ¿Desorganización entonces?

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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Uruguay: Verano Educativo: un “laboratorio pedagógico” en el que docentes y estudiantes cambian de lugar

América del Sur/Uruguay/Ladiaria.uy

Unos 13.000 niños, en 130 escuelas del país, comenzaron el programa de verano.

Desayunaron y todos con sus gorros salieron al patio de la escuela, donde, después de algunas presentaciones y juegos en ronda, un profesor de yoga los desafió a hacer figuras con su cuerpo: manos y piernas hacia adelante, hacia atrás, y terminaron convirtiéndose en mesas. Unos 129 niños comenzaron así Verano Educativo, un mes en el que irán a la escuela desde las 8.30 a las 13.00 a desayunar, almorzar, pero también a vivir una variedad de actividades planificadas por un equipo que combina a las docentes de cada escuela con recreadores y talleristas. Las salidas “estrella”, las más esperadas por los niños que este miércoles comenzaban las actividades en la escuela 157 de Villa García son los paseos a piscinas o playas y el campamento, que durará tres días. Las actividades comenzaron este miércoles en unas 130 escuelas de todo el país, con aproximadamente 13.000 niños preinscriptos.

2020 es el año del 30 aniversario de Verano Educativo, un programa que comenzó siendo Verano Solidario y que apuntaba a abrir los comedores escolares también en el período de vacaciones, para cubrir una necesidad de muchas familias. Según contó Pablo Caggiani, representante electo por los trabajadores en el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), hace cuatro años se hizo un relevamiento de cómo funcionaba el programa, y se determinó que en algunas escuelas funcionaba muy bien “y en otras muy mal, era un comedor con pelota”. Se propusieron indagar en las experiencias positivas, y en ellas se destacaba que siempre había campamentos o paseos vinculados con el agua (piscinas o playas), propuestas en las que el eje es lo lúdico y donde los niños no están separados por edades, en las que “la escuela no está sola”, porque se articulan recursos con las intendencias, otros organismos de gobierno y privados.

Con esas características en mente se impulsó un mecanismo para que los colectivos docentes hicieran propuestas de Verano Educativo para sus escuelas, que luego eran reforzadas con los recursos que aportan las intendencias (por ejemplo, la de Canelones colabora con un recreador en cada escuela), la Secretaría Nacional del Deporte, que abre sus instalaciones a las escuelas, o los privados (Unilever donó un taller itinerante del museo Torres García). A través de Plan Ceibal también se accede a talleres de programación y robótica, y por el Ministerio de Educación y Cultura se acercan los talleres de Ajedrez para la convivencia.

“Esto funciona como un laboratorio pedagógico interesante; tenemos un efecto no dicho, que es que los colectivos docentes que participan en Verano Educativo después incorporan estas prácticas de marzo a diciembre. Lo vemos después en las bienvenidas del año, que dejan de ser el pasar la primera lista”, reflexionó el consejero. Esto también lo reconoció la directora de la escuela 157, Denisse Hernández, este miércoles, cuando valoró que el programa de verano hace que los docentes “salten las barreras de los formatos tradicionales” y se propongan “hacer escuela de una manera diferente”.

El proyecto en la escuela de Villa García involucra a nueve docentes, entre ellos maestras, recreadores y profesores. Hernández contó que el proyecto se llama Identificarte y es la continuación del trabajo de todo el año de la escuela, ya que el tema identidad en Villa García “siempre está a la mano para trabajar”. Caggiani valoró que en la mayoría de las escuelas los proyectos tienen “un gran compromiso docente y comunitario detrás”.

El juego sobre la mesa

En esa reformulación del programa se apuntó a que el trabajo sobre aspectos como lengua, escritura y matemática fuera siempre a partir de lo lúdico. “No queríamos que se trabajara en el salón y con cuadernos, porque a través de propuestas lúdicas vos podés trabajar la escritura, la matemática, aspectos de ciencia o valores”, aseguró Caggiani, y puso como ejemplo los talleres de ajedrez o robótica, que “funcionan fantástico”. Un paseo a la playa también puede ser el puntapié para abordar temas de interés, destacó: “No es sólo ir a la playa: hay que ponerse protector, llevar agua, gorro, tener criterio para bañarse, pero además hay que conservar la playa, hay que cuidarse los unos a los otros, son muchas cosas que se pueden trabajar”, graficó.

Con unos 100 docentes que trabajan en Verano Educativo se organiza un campamento de formación específica en actividades lúdicas. Y así, dice Caggiani, se van generando movimientos: “Cambiás de lugar a los adultos, pero también cambiás de lugar a los gurises. De repente aquel gurí que tiene dificultad de integración en su grupo de pares, en una propuesta de verano, donde es el responsable de un grupo de niños más chicos, es otro gurí, y vuelve en marzo a la escuela y es diferente”.

La directora general del CEIP, Irupé Buzzetti, consideró este miércoles que los niños que participan en Verano Educativo “quedan enganchados y faltan menos”, y comentó que de las 290 escuelas Aprender, las de contexto socioeconómico más bajo, unas 90 tuvieron cero repetición en 2019. Desde el consejo evaluaron que el Verano Educativo es una de las variables que favorecen estos resultados. “Los maestros aprendieron que hay que descontracturarse, que se puede enseñar jugando, en una piscina, y que se enseña muchísimo en una experiencia de campamento”, opinó la directora general.

Abierto

Caggiani también mencionó que entre los 13.000 preinscriptos hay migrantes, incluso aquellos recién llegados, que todavía no tienen vínculo con la escuela pública, y también niños que cursan en colegios privados. Verano Educativo será hasta el 7 de febrero. El formato general abarca la mañana, aunque en Maldonado y Atlántida hay propuestas de tiempo extendido, algo vinculado con la zafra laboral en el área del turismo y con que se lograron “buenos acuerdos con las intendencias”, explicó el consejero.

Wilson Netto, presidente de la Administración Nacional de Educación Pública, valoró que la propuesta de Verano Educativo es, además de una “apoyatura importante desde el punto de vista educativo y de acompañamiento para los niños, un apoyo para sus familias”, y permite que unos 13.000 niños tengan en el verano actividades “a las que de otra manera no podrían acceder”.

Verano Educativo queda abierto, y quienes estén interesados pueden encontrar las escuelas participantes en la web del CEIP y llamar para anotar a los niños. Actualmente el consejo está relevando qué escuelas tienen sobredemanda y cuáles tienen cupos libres.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2020/1/verano-educativo-un-laboratorio-pedagogico-en-el-que-docentes-y-estudiantes-cambian-de-lugar/

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De educadorxs populares, pedagogxs, trabajadrxs de la educación, colectivos de ddhh y de educación por la situación de Brasil

Por: Universidad Trashumante (Argentina) Pañuelos en Rebeldia (Argentina)

Como educadorxs populares, trabajadorxs de la educación, pedagogxs y espacios diversos en educación y en derechos humanos quisiéramos expresar nuestra más profunda preocupación ante la situación que se está comenzando a vivir en Brasil a partir de la asunción de Jair Bolsonaro a la presidencia del hermano país.

Las declaraciones públicas en campaña electoral y las primeras medidas de gobierno resultan sumamente alarmantes para quienes vemos al pueblo brasilero como hermanxs, con  quienes nos hemos hermanado concretamente en luchas, encuentros, intercambios de experiencias, exilios, de quienes nos hemos nutrido en miradas que tanto han aportado a nuestra praxis. Lxs hermanxs brasilerxs nos han compartido experiencias de organización, miradas de la sociología y de la educación que son ya un legado no solo para Latinoamérica sino para el mundo.

Estamos asistiendo en estos días a políticas que ha tomado el nuevo gobierno de inmensa  preocupación, respecto a los trabajadores, reduciendo salario mínimo vital y móvil POR DECRETO,  respecto de los campesinos a quienes ha anunciado ya la persecución que hará del  Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra, a quienes ha llamado a enfrentar con “armas pesadas”, ha estigmatizado de manera pavorosa, materializando políticas con la designación en el Ministerio de Agricultura de una referente del sector terrateniente.  Y de los pueblos originarios y afrodescendientes sobre quienes ya anunció que la demarcación de quedaría en manos de un Ministerio de Agricultura dejando de ser materia de derechos humanos los derechos de los pueblos indígenas,  derechos consagrados ni más ni menos que por la OIT en 1989. Hasta el momento esto estaba en manos de un organismo sobre cuestiones  indígenas directamente vinculado al Ministerio de Justicia.  Además de las manifestaciones públicas de carácter genocida que asistimos de parte de representantes del gobierno.

Amenazadora y no menos preocupante ha sido su manifestación respecto de lo que ha llama la “ideología de género”,  y a la que perseguirá. Dichas medidas se corresponden con la invisibilización de los grupos LGTB de las políticas públicas en derechos humanos anunciadas y con   las intervenciones de su Ministra de Familia que resultan en tiempos de la cuarta ola feminista y de conquistas que ha alcanzado el movimiento LGTB  en el mundo y en cortes penales internacionales como mínimo preocupantes. Así mismo ha anunciado que despedirá de sus empleos en el estado a todo aquel que sostenga ideas comunistas: en su discurso de asunción manifestó claramente que el socialismo y la ideología de género serán perseguidos.

Como educadorxs popularxs no podemos dejar de alertarnos respecto las manifestaciones respecto de la pedagogía fundada por nuestro querido Paulo Freire, lo manifestó ya en campaña que pretendía “expulsar la filosofía de Paulo Freire de las escuelas” y en estos días su gobierno ha  llamado a asumir un modelo cívico-militar para las escuelas.

Paulo ha sido y es un referente para la pedagogía mundial, traducido ya a una innumerable cantidad de idiomas como innumerables son los reconocimientos que ha recibido en todo el mundo. Hoy es  leído en palestina, Africa, India, Europa toda, América Latina toda, sus obras se encuentran en bibliotecas de todo el mundo inclusive de la UNESCO.

En Argentina Paulo Freire fue prohibido, fue uno de los autores censurados por la dictadura. Su “Educación como práctica de la libertad”, y su “Pedagogía del Oprimido” fueron leídos en las catacumbas, como gustan decir a muchos compañeros, fueron leídos en sótanos donde se juntaban a formarse,  organizarse compañerxs.

No podemos olvidar que fue en Bolivia unos días, porque lo tomó el golpe de Estado, y luego en Chile, donde pasó años exiliado y gestando un trabajo junto a los campesinos, que fue en Chile donde escribió “Pedagogía del Oprimido” y donde se formó en el marxismo… como él nos lo ha transmitido en sus libros.   No podemos entonces dejar de tener una mirada latinoamericana y en este contexto como en aquel hace 40 años hermanarnos entre los pueblos, abrazarnos y entrelazarnos porque los tiempos que corren exigen que esto así sea.

La nieta de Paulo   Sofia Freire Dowbor nos decía en estos dias, “Me invade a alma tamanha injustiça quando vejo que desprestigiam o legado de Paulo Freire”.

Y agregaba “A crise educacional no Brasil é um projeto político: uma educação de qualidade, consciente e libertadora seria uma grande ameaça para a classe dominante de um dos países mais desiguais do mundo.  …. O novo presidente apoia a Base Nacional Curricular Comum, que propõe que só as áreas de língua e matemática sejam obrigatórias no currículo, desvalorizando as ciências naturais, humanas e sociais. Além disso, promove a censura aos professores por meio do Projeto Escola sem Partido, que diz erradicar a “doutrinação ideológica”; quer ampliar a educação a distância a partir dos seis anos, devido a membros de seu gabinete serem empresário nesta área; e busca cobrar mensalidades nas universidades públicas.

Mas isso não é tudo: também apoia a lei que congela os gastos em educação e saúde pelos próximos 20 anos! Em suma, a educação é o fiel reflexo de um projeto neoliberal que irá se radicalizar em nosso país.

Sofia Freire cerraba esa carta con las palabras de su abuelo,  “Hoje, mais do que nunca, a educação popular é fundamental para gerar um ser coletivo, porque como bem dizia meu avô, “quando a educação não é libertadora, o sonho do oprimido é ser o opressor”.

Resulta todo esto de sumo malestar y alerta y esperamos así como unir voces de repudio, que esta  voz llegue inclusive a organismos que tienen injerencia en la educación y la cultura  y que fueron muy cercanos a Paulo Freire en su momento, como lo es  la UNESCO que tome intervención en esto, que se pronuncie ante el gobierno de Brasil.  Paulo no está entre nosotros, pero ha dejado un semillero de jovenxs y no tanto educadores en Brasil que siguen su legado. Siguen alfabetizando no como una lectura de la palabra sino como una lectura de la realidad, siguen educando no como una mera repetición de letras y  palabras huecas, como gustaba decir a Paulo y siguen educando hoy con perspectiva de género, desde una mirada de educación sexual integral como derecho humano.  Por ellxs y junto a ellxs es que levantamos la voz.

Lxs educadorxs, referentes,  cátedras, espacios  que firman a continuación expresamos que todas estas políticas que ya se están implementando son contrarias a toda la tradición de los derechos humanos y hacemos un llamado a expresarse y denunciar esta situación.

Argentina, enero de 2019

FIRMAS  Universidad Trashumante (Argentina) Pañuelos en Rebeldia (Argentina)

*Informacion enviada a OVE

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Venezuela: Micromisión Simón Rodríguez se activa con el Plan Chamba Juvenil

Venezuela/Agosto de 2017/Fuente: MPPE

El Ministerio del Poder Popular para la Educación a través del Centro Nacional de Investigación y Formación Permanente del Magisterio (CENAMEC) durante los días jueves 10 y Viernes 11 de agosto se encuentra desarrollando encuentros, para abrir los espacios de diálogo e intercambio, en todo el país, con más de 6900 “chambistas” de la primera avanzada que seleccionaron a la Micromisión Simón Rodríguez (MMSR) como primera opción de trabajo.

Se trata de jóvenes de hasta 35 años de edad, profesionales universitarios que son incorporados a los programas de formación en educación de la MMSR, y luego serán incorporados simultáneamente a un empleo como profesionales de la educación en las escuelas y liceos públicos nacionales, que el Plan considere prioritarios, para que contribuyan al fortalecimiento de la calidad de la educación con un enfoque liberador y emancipador para la construcción de la Patria nueva.

En cada uno de los estados del territorio nacional, los colectivos de trabajo constituidos en asambleas dan inicio a la segunda fase del Plan Chamba Juvenil – MMSR que implica formación y vinculación al trabajo.

Una vez, realizada esta fase, las y los chambistas iniciarán un curso inicial que tendrá una duración de 12 semanas, constituida por 5 módulos donde abordarán tópicos como reflexión sobre la identidad juvenil en construcción, Formación sociopolítica en el marco del Plan Especial Chamba Juvenil, Formación de pedagogía popular crítica y emancipadora, Formación para la pedagogía en su área de especialidad y Vinculación a la práctica docente – investigativa.

Estos profesionales se incorporan a la formación en el contexto del Plan Agosto de Escuelas Abiertas 2017 para luego formar parte del nuevo año escolar 2017-2018 como docentes de aula y continuar su formación desde la dialéctica educación y trabajo.

Este plan es parte de los esfuerzos de nuestro presidente Nicolás Maduro para fortalecer la atención a nuestra juventud a partir de las necesidades detectadas a través del Carnet de la Patria.

Fuente: http://me.gob.ve/index.php/noticias/85-noticias-2027/agosto/3203-micromision-simon-rodriguez-se-activa-con-el-plan-chamba-juvenil

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Sin consenso implementación de jornada docente extendida en Panamá

Panamá / www.p´rensa-latina.cu / 1 de Febrero de 2017

30 de enero de 2017, 13:21Panamá, 30 ene (PL) A poco más de un mes del inicio del curso escolar, docentes y autoridades del Ministerio de Educación buscan hoy un consenso en la implementación de la jornada docente extendida. La iniciativa, propósito del actual gobierno desde su llegada a la presidencia en julio de 2014, aún encuentra resistencia en algunos padres y profesores, quienes aluden falta de recursos materiales y deficientes infraestructuras en los centros educativos para su puesta en marcha.

Pese a ello, unas 12 escuelas implementaron la jornada extendida de manera piloto durante el curso escolar 2014-2015, al cual se sumaron otras 150 el pasado año, experiencia que según Yamileth Alvarado, miembro del Magisterio Panameño Unido, no tuvo los mejores resultados debido a su ejecución inconsulta.

Destacó que la jornada extendida de clases se implementó en planteles que no contaban con la infraestructura necesaria y los padres de familia no tuvieron tiempo suficiente para ajustar los gastos adicionales que generaron los buses colegiales y la alimentación, lo cual trajo consigo que solo 15 de 150 concluyeran el curso bajo este régimen.

A esto se suma, la poca preparación de los docentes para ajustar el tiempo de clases por materia de 35 a 45 minutos, los controles de evaluación y las dinámicas de atención a los alumnos con deficiencias, entre otros aspectos.

Según la directora del programa de Jornada Extendida del Ministerio de Educación (Meduca), Malena Sáenz, este proyecto comprende un conjunto de prácticas de aprendizaje y de organización institucional, que requiere de una prolongación del horario para asegurar una experiencia educativa innovadora y de calidad.

Reconoció los beneficios que el proyecto ofrece a niños y jóvenes panameños, pues ‘está ligado a la equidad social, prevención del fracaso y la deserción escolar’.

La funcionaria recordó que el programa se sostiene sobre cuatro pilares fundamentales: programa académico, recursos humanos, nutrición e infraestructura y mantenimiento.

Paralelo reconoció las carencias materiales que subsisten en el sistema educativo; pero precisó que como parte de los ajustes para la puesta en marcha del proyecto, el Meduca realiza visitas a las escuelas para verificar las condiciones, al tiempo que trabajan de conjunto con los directores y supervisores de las 16 regiones educativas.

Resaltó las propuestas académicas que incluyen materias asociadas a cultura, arte y deporte, que permiten reforzar conceptos básicos que en muchos casos los niños no tienen en sus casas.

El inicio del curso escolar está previsto para el venidero 6 de marzo, fecha para cuando deben estar listos unos 50 centros para asumir la jornada docente extendida en el primer trimestre.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=60587&SEO=sin-consenso-implementacion-de-jornada-docente-extendida-en-panama
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Argentina: Ni hambre ni despidos, centrales argentinas en movilización nacional.

América del Sur/Argentina/05.11.2016/Autor y Fuente:http://prensa-latina.cu/
Las centrales argentinas de trabajadores CTA Y CTA Autónoma se unirán hoy en una gran movilización nacional en la que reclamarán al gobierno parar ya con el ajuste económico que ha dejado a miles de desempleados.

Bajo la consigna Ni hambre, ni despidos, la marcha será la primera de otras muchas que realizarán en esta jornada de lucha en la que exigirán la apertura de las negociaciones nacionales, conocidas como paritarias, entre otras cosas.

Se espera que hoy confluyan también en el Obelisco miles de docentes, taxistas, bancarios y obreros de varios gremios además de unas 30 organizaciones políticas, sociales y estudiantiles, para marcha juntos hacia la emblemática Plaza de Mayo.

Desde ahí, a unos pasos de la Casa Rosada -sede presidencial- reclamarán al gobierno de Mauricio Macri por los miles de despidos, por los llamados tarifazos a los servicios básicos, y por el ajuste económico que consideran brutal.

Marchamos porque el país que nos está planteando el gobierno es un país para pocos. Marchamos para decirle ‘Macri, para la mano’ y para que deje de gobernar para los ricos, sostiene la convocatoria.

En la jornada 4N, como la han denominado, los gremios expresarán su rechazo por muchas cosas que hoy los afectan, cada uno desde su propia lucha, y con esta marcha se unirán también a la jornada continental por la democracia y contra el neoliberalismo.

Las dos CTA tendrá como uno de sus reclamos principales lo referido a las negociaciones salariales y protestarán por el bono de fin de año acordado entre el Ejecutivo y la Confederación General del Trabajo, con un piso de dos mil pesos (132 dólares).

‘Esto va de mal en peor, es el inicio de un frente de tormenta; espero que todo el sindicalismo se una’, expresó la víspera al canal C5N el secretario general de la CTA, Hugo Yasky.

Los docentes nucleados en la Confedereción de Trabajadores de la Educación marcharán contra el impuesto a las ganancias a los salarios y exigirán una ley de financiamiento educativo y la continuidad de programas nacionales socioeducativos.

Los bancarios, que han realizado varias paros, volverán a salir a la calles por la reapertura de las paritarias, la defensa de la banca pública y la derogación del impuesto al salario.

Cada sector con sus propios reclamos, todos unidos por un sentimiento común, el de decirle al Gobierno que ponga fin ya a los despidos y al ajuste económico.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=39113&SEO=ni-hambre-ni-despidos-centrales-argentinas-en-movilizacion-nacional

Imagen: http://prensa-latina.cu/images/2016/noviembre/04/Argentina-movilizacion-despidos.jpg

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