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Vuelta a clases: tenemos que enseñar a nuestros hijos a gestionar su atención. Argentina

América del Sur/Argentina/03-03-2023/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Por el Licenciado Federico García, Docente – Psicopedagogo / MP: 371

Un dilema para muchos padres, volver a las tareas, a los aprendizajes, es importante tener presente que la educación comienza en casa,  es función de las familias, el poder acompañar a nuestros chicos en sus procesos, ser ese complemento con la escuela. Trabajando codo a codo. Y este 2023 tenemos que ayudar a nuestros hijos en gestionar su atención y concentración.

Los niños,  los adolescentes presentan la dificultad de que no se pueden concentrar, existen neurotransmisores, que son sustancias químicas que el cerebro produce de forma natural ante ciertos estímulos.

Cuando un niño, un adolescente pasa mucho tiempo frente a un dispositivo, principalmente el  celular, se la pasa jugando, va generando adrenalina, esa adrenalina le hace sentir bien. Entonces como es un neurotransmisor que nos da placer, el niño, el adolescente va a buscar más estado de placer, entonces va a desear estar más tiempo frente a estos dispositivos

Esos juegos van a generar otro neurotransmisor, que aparece en la competitividad, y es de lo que hoy se habla mucho, conocido como cortisol, esto genera temor, frustración, no estrés, porque lo que  quiero, es ganar, ahora estamos inmersos en esta sociedad de competencia, donde todo es competir, que llega a un grado tal de producir el cortisol que se pierde la CONCENTRACIÓN. Si yo no estoy atento, no estoy concentrado y no voy aprender, osea todos son procesos.

Lo importante es que como padres, aprendamos en primer lugar a gestionar nuestras emociones y que nuestros hijos sepan gestionar tanto el estrés como el aburrimiento y la frustración; que son tres grandes ingredientes que pasan en el día a día de nuestras vidas

Entramos en un concepto hoy fundamental que creo que como educadores, padres, psicopedagogos, psicólogos educativos  deberíamos volver a rever,  la ATENCIÓN, que es la ventana al mundo exterior, hay investigaciones, sobre todo la de un psiquiatra alemán que dice que “la gente más feliz, es la que tiene dominada su atención” ¿Dónde está la Atención? Esta se encuentra en la parte superior del cerebro, en la corteza prefrontal , zona que se encarga de la atención, concentración, de la resolución de problemas, y del control de impulsos, es una zona que nos hace entre comillas, seres superiores porque nos hace dominar  y resolver  situaciones, gestionamos nuestras emociones, somos capaces de planificar. Entre otras competencias.

Cuando un bebé nace, la corteza prefrontal  es profundamente inmadura, y madura la parte de atrás, poco a poco la parte de adelante, por eso la impulsividad es lo que más tarda en dominar un adolescente, ¿Con que se activa la corteza prefrontal de un bebé? ¿Con que se estimula? ¿ A que presta atención un bebé?  A tres cosas principalmente, luz, sonido y movimiento. Bien nos podemos dar cuenta aquellos que son papas, que al ver luz un bebe presta atención.

La pregunta es ¿Qué queremos nosotros de la atención de nuestros hijos? ¿Qué queremos de la corteza prefrontal de nuestros hijos?  Que en la medida que vayan creciendo ( 2, 3,4,5,6 7 años) preste atención a objetos inmóviles, a objetos no luminosos, es decir a un profesor, que este tranquilo en la salita de espera de un médico, entre otras actividades, es decir que el niño aprenda a gestionar su corteza prefrontal. ¿Qué pasa si yo a ese bebé, a ese niño de 2, 3 años le doy una Tablet, un celular ( que hoy muchos papas se lo facilitan con el fin de que ellos puedan hacer sus tareas o simplemente para que se “distraigan”)  ahí tenemos luz, sonido y movimiento; y el cerebro funciona con un mecanismo que se denomina como dice mi tan admirada psiquiatra española, Marian Rojas Estapé… o lo usas o lo pierdes. En la atención sucede cuanto más la estimulo con una herramienta exterior peor funciona en mi cerebro por eso hoy en día los profesionales de la salud y educación con niños de 10 años con unas cortezas prefrontales muy inmaduras porque solo se estimula su atención con luz, sonido y movimiento y necesitan cada vez más, estímulos más fuertes, imágenes, videos, escenas más intensas para ser capaces de activar su atención.

Hoy en día la economía que nos mueve es la economía de la atención,  no son  tan solo las drogas, las farmacéuticas, la información, el poder, sino la capacidad de retener la atención nuestra, y la de nuestros hijos, el mayor tiempo posible frente a una pantalla. Lo que le interesa a las programadoras, y a las empresas de tecnología. Es por eso que nosotros como padres, tenemos que ayudar a que nuestros hijos aprendan a gestionar su atención.

Las únicas dos cosas que nos hacen feliz o que nos acercan al concepto de felicidad, que nos podemos encontrar en este mundo, tiene que ver con dos conceptos, uno.. Con el amor, el amor de pareja, de familia, el amor de amigos, y el otro el trabajo, ese trabajo que lo conseguimos a partir de un proceso de orientación vocacional, en donde verdaderamente logré encontrar mi “Ikigai” que es un concepto japonés que significa “la razón de ser” “la razón de vivir”

Recomendaciones para realizar con nuestros hijos:

Acompañar a nuestros hijos, sin ser padres helicópteros

Promover la gestión de sus emociones, no invalidando las mismas.

Dar la importancia que tiene la Educación para su desarrollo personal

Hoy los adolescentes, quieren ser youtuber, influencer, generador de contenido, háblales de un proyecto de vida, de vocación, de iligai

Comparti tiempo de calidad con ellos, sin dispositivos de por medio.

El rendir materias, implican esfuerzo personal, tenacidad, y crecimiento personal.

Fomentar su autoestima y seguridad en si mismos, Dejarles algún mensajito personal en su mochila, en su cartuchera, en el espejo.

Estimular la oxitocina, la hormona del amor, dar abrazos, cariño, contención, escucha activa.

Realizar el deporte que ellos quieran, promover el encuentro con el otro, con sus pares, con sus amigos.

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Educación y pensamiento crítico

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

«El pensamiento crítico, en efecto, no es una habilidad ni una competencia, en sí, sino un modo de ejercer la acción reflexiva, argumentativa, analítica»

La semana pasada afirmé lo siguiente, en una red social digital: “Ojo con esto: El pensamiento crítico (PC) no es una competencia, en términos educativos…”. La idea generó interés, intercambio de ideas y debate (contrastación) en la red.

Esto surgió porque en algún extraviado programa sectorial de educación (Querétaro), se confunde el pensamiento crítico como competencia (básica, transversal o “llave”), para que las/los estudiantes “sean competitivos en un mundo global » (noción instrumentalista, pragmática o simplificada del conocimiento). (Ver: Gob. de Querétaro. Secretaría de Educación. Programa Sectorial de Educación. Querétaro. 2021-2027)

Por ello, en esta oportunidad comparto las ideas y argumentos principales expuestos por colegas en la red virtual, porque percibí en sus comentarios un ejercicio nutrido de pensamiento crítico sin simplificaciones, justo sobre la noción de “pensamiento crítico en la educación”. También abordo, al final, los ámbitos, contextos y niveles del pensamiento crítico en su relación con la educación y la escuela.

Ante la afirmación que hice sobre el pensamiento crítico (PC), Irma Villalpando señaló: “Por supuesto que no. Aprovecho para decir que tampoco es la búsqueda de la emancipación. Mi punto es que el marco curricular nuevo reduce el pensamiento crítico a la concientización de la opresión y la conquista de la emancipación (tipo Freire) y con ello cae en una contradicción porque el PC es el cuestionamiento permanente de los discursos.” En complemento y respuesta a Villalpando, Laura Frade señaló: “Efectivamente!!! Es pensamiento crítico desde la teoría crítica de Adorno y Horkheimer y su correspondiente pedagogía liberadora de Freire, finalmente toda la realidad se observa e interpreta desde ahí, sí es una postura reduccionista finalmente.”

Frade comentó también lo siguiente acerca de si el PC es o no una competencia (educativa): “Sí y no. El pensamiento crítico es una capacidad humana que cuenta con muchas competencias, entre ellas: “Toma posturas a partir de fundamentos filosóficos, científicos y éticos”, entre otras. Esto implica identificar cuáles procesos generan emancipación y cuáles no.”

Lev Velázquez, en contraste, afirmó: “Reduccionismo es el pensamiento crítico concebido como una habilidad acorde al capitalismo del siglo XXI. Así lo redujeron las agendas educativas empresariales. La crítica es formación y acción frente a un sistema de múltiples opresiones. Salgamos de la narrativa empresarial. Pensamiento crítico como habilidad y capacidad de resoluciones de problemas, es lo que la reforma de Aurelio Nuño colocó en el currículo para contrarrestar toda una narrativa pedagógica que no oculta una posición política frente al mundo. ¿Ahora seremos defensores de ese pasado?”

Villalpando: “De acuerdo en que PC no es una habilidad. Tampoco creo que ‘la crítica’ siempre sea un acto de resistencia a los atravesamientos de poder. Eso es un tipo de pensamiento crítico (de raigambre marxista), pero hay otros más y no empresariales, por ejemplo, la postura de M. Foucault”.

Velázquez: “Sí, como cuestionamiento constante a las narrativas. Sólo que, esos pensamientos críticos, no proponen. Lo mismo el pensamiento crítico de Lipovestky, Bauman o Byung-chul, sin alternativa, solo deconstruyen. No desde Marx, desde Simón Rodríguez y el pensamiento muestrearicano.”

Interesante debate en pocos caracteres. Frade: “Pensamiento crítico es ampliar la perspectiva, una postura que no se reduce a la teoría crítica, ni tampoco a observar sólo las ausencias, omisiones o cegueras de algo, es precisamente tomar posturas con fundamentos varios. La disyunción (del tipo) una cosa o la otra no es pensar críticamente.”

Velázquez: “Desde los que hacemos educaciones populares, pensar críticamente es evidenciar la raíz de las desigualdades y las opresiones, actuar y transformar. Ampliar el criterio, informarse más y emitir opiniones, no sirve de mucho, es una postura cómoda.”

Frade: “Discrepo, observar solo un lado de la moneda, reduce la complejidad de la realidad, no se ve la totalidad, sino una parte de ella; la epistemología de la ceguera se encuentra en ambos lados del abismo.”

Velázquez: “Antes que la complejidad, la dialéctica reconoció la relación del todo y las partes; pero, la dialéctica crítica no asume una postura epistemológica ciega, sorda, muda y parapléjica, frente a los problemas del mundo y la humanidad. Se está por la vida o no, con los oprimidos o no.”

Catalina Inclán escribió: “Pensamiento crítico es (parte de las) competencias en la reforma (curricular) española. Nada más digo…”

Carlos R. Acosta contribuyó así a este debate: “La intención plasmada en el documento en cuestión (Nuevo Modelo Educativo, 2017), es la de reducir el filo crítico del pensamiento, y con ello su carga de reflexión ética y política, a una cuestión eficientista y de carácter cientificista, en donde el conocimiento y el análisis de la realidad son abordados desde una pretendida neutralidad con objetivos utilitaristas. Pero también en donde se hace un llamado a fomentar la ideología de mercado entre los estudiantes con el llamado ‘espíritu emprendedor’ y una serie de características de corte productivista, como pretexto de responder a los desafíos del presente”. (Fragmento de un comentario publicado en Educación Futura, 12 de agosto, 2018)

Así continua su análisis Acosta: Esta es “…la definición que da el documento sobre pensamiento crítico como ‘la conjugación de distintas formas de pensamiento, como el analítico, el complejo o el creativo para llevar a cabo una valoración holística de un problema en por lo menos dos sentidos: la comprensión del problema en sus componentes, así como las relaciones con el contexto que le dan lugar y le permiten o impiden sostener su funcionamiento’. De esta manera, ‘valorar’ un problema, comprender sus componentes y cómo se relaciona con el contexto ¡funcionalmente!, es pensar críticamente. «

La necesidad de matizar: ambitos, contextos y niveles del Pensamiento Crítico

Otra de las áreas de interés, con un criterio más específico, es la idea de profundizar en “la formación de pensamiento crítico en dominios específicos del conocimiento”… con alusión concreta a la didáctica de las ciencias naturales y sociales. (Ver: Tamayo y colaboradores, 2015. El pensamiento crítico en la educación. Rev. Latinoam. de Estudios Educ., núm. 2). Especialmente en educación media superior y superior, las/los estudiantes acceden a sistemas teóricos y metodológicos más complejos, donde lo deseable (no necesariamente lo posible), es que desarrollen niveles de PC en los cuales alcancen el dominio, comprensión y reconstrucción de conceptos, procesos y contextos histórico-sociales sobre los diferentes ámbitos de la vida pública (economía, educación, ciencias, tecnologías, ecología, historia, cultura, política, etc.).

El pensamiento crítico no es igual en educación preescolar que en media superior o superior; no es lo mismo abordarlo en ciencias sociales que en naturales o en el campo del pensamiento matemático. Ni en contextos diversos de teoría-metodología-práctica. Los horizontes y profundidades en este tipo de pensamiento son diversos, puesto que van desde la Filosofía crítica, la hermenéutica, los robustos planteamientos de las ideologías políticas hasta el diseño, resolución y evaluación de problemas.

Desde nuestra perspectiva, saber argumentar; saber formular, resolver y evaluar problemas (teóricos o prácticos, con perspectiva social); y saber identificar rasgos de la metacognición, son elementos claves del pensamiento crítico.

¿Qué es el pensamiento crítico?

El pensamiento crítico, en efecto, no es una habilidad ni una competencia, en sí, sino un modo de ejercer la acción reflexiva, argumentativa, analítica, a partir de la observación analítica de la realidad; en ese paquete y en ese proceso están implicados, -desde diferentes perspectivas didácticas-, métodos de argumentación, contrastación y reconstrucción de tesis y discursos. Por eso, me gusta más el término ‘observación crítica’, donde el conocimiento sobre los hechos no está dado, sino que es un campo en proceso de construcción-reconstrucción, en movimiento, es decir, en una dinámica de problematización.

Por otra parte, uno de los componentes del pensamiento crítico que se reconoce hoy como determinante, incorpora la dimensión del lenguaje y, de manera particular, la argumentación y el orden cuestionador del discurso. (Tamayo y colaboradores, obra citada)

Van Dijk (1989), sostiene, por ejemplo, que la estructura del texto argumentativo puede ser descompuesta más allá de la hipótesis (premisas) y la conclusión, e incluye la justificación, las especificaciones de tiempo y lugar y las circunstancias en las que se produce la argumentación. Para él, lo que define un texto argumentativo es la finalidad que este tiene de convencer. El autor caracteriza en un texto argumentativo tres niveles de organización: la superestructura, la macroestructura y la microestructura. El estudio de los diferentes niveles de la estructura del texto argumentativo puede favorecer, en las clases de ciencias, la apropiación de las características del lenguaje científico.

“Uno de los propósitos centrales de la enseñanza de las ciencias es la formación de pensamiento crítico en los estudiantes, propósito que desborda con creces intereses instrumentalistas y cientificistas de la educación. La pedagogía y la didáctica tienen como uno de sus propósitos centrales la consolidación de relaciones sociales a través del pensamiento crítico, deliberativo, creativo e independiente, a través de la relación dialógica y en busca siempre de la generación de procesos liberadores…” de la humanidad . (Tamayo, 2015)

Tamayo y cols. (2015), en resumen, señalan que el pensamiento crítico en la educación incluye: Formación en los procesos de argumentación, solución de problemas y metacognición. Nosotros proponemos (Miranda y Ramírez, 2022), además de la resolución de problemas, formulación y evaluación de problemas por parte del estudiante.

En nuestro libro “Educación y pensamiento matemático infantil”, la maestra Minerva Ramírez Meza y quien escribe, proponemos la siguiente idea: “Las niñas y los niños, así como las/los jóvenes, desde la educación preescolar hasta la educación superior, aprenden no sólo a resolver problemas del ámbito del pensamiento matemático, sino que también tienen la capacidad de formularlos, transformarlos, analizarlos (con argumentos), explicarlos y evaluarlos. A todo ese conjunto le llamamos educación y pensamiento crítico.”

“Gran parte de las ´habilidades generales´ que queremos desarrollar en la escuela, como la resolución de problemas, el pensamiento crítico o la creatividad se apoyan en una base de conocimientos significativos.”

Carles Monereo

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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¿Qué puede venir después del coronavirus?

Por: Leonardo Boff

Muchos lo han visto claramente: después del coronavirus, ya no va a ser posible continuar el proyecto del capitalismo como modo de producción, ni del neoliberalismo como su expresión política. El capitalismo sólo es bueno para los ricos; para el resto es un purgatorio o un infierno, y para la naturaleza, una guerra sin tregua.

Lo que nos está salvando no es la competencia –su principal motor–, sino la cooperación; ni el individualismo –su expresión cultural–, sino la interdependencia de todos con todos.

Pero vayamos al punto central: hemos descubierto que el valor supremo es la vida, no la acumulación de bienes materiales. El aparato bélico montado, capaz de destruir varias veces la vida en la Tierra, ha demostrado ser ridículo, frente a un enemigo microscópico invisible que amenaza a toda la humanidad. ¿Podría ser el Next Big One (NBO), el que los biólogos temen que va a llegar, “el gordo˝, “el próximo gran virus” que pueda destruir el futuro de la vida? No lo creemos. Esperamos que la Tierra siga teniendo compasión de nosotros y nos esté dando sólo una especie de ultimátum.

Dado que el virus amenazador proviene de la naturaleza, el aislamiento social nos ofrece la oportunidad de preguntarnos: ¿cuál fue y cómo debe ser nuestra relación con la naturaleza y, más en general, con la Tierra como Casa Común? La medicina y la técnica, aunque muy necesarias, no son suficientes. Su función es atacar al virus hasta exterminarlo. Pero si continuamos atacando a la Tierra viva, “nuestro hogar con una comunidad de vida única”, como dice la Carta de la Tierra (Preámbulo), ella contraatacará de nuevo con más pandemias letales, hasta una que nos exterminará.

Sucede que la mayor parte de la humanidad y de los jefes de estado no son conscientes de que estamos dentro de la sexta extinción masiva. Hasta ahora no nos sentíamos parte de la naturaleza ni tampoco como su parte consciente. Nuestra relación no es la relación que se tiene con un ser vivo, Gaia, que tiene valor en sí mismo y debe ser respetado, sino de mero uso según nuestra comodidad y enriquecimiento. Estamos explotando la Tierra violentamente, hasta el punto de que el 60% de los suelos han sido erosionados, en la misma proporción los bosques húmedos, y causamos una asombrosa devastación de especies, entre 70-100 mil al año. Esta es la realidad vigente del antropoceno y del necroceno. De seguir esta ruta vamos al encuentro de nuestra propia desaparición.

No tenemos otra alternativa que hacer, en palabras de la encíclica papal “sobre el cuidado de la Casa Común”, una conversión ecológica radical. En este sentido, el coronavirus no es una crisis como otras, sino la exigencia perentoria de una relación amistosa y cuidadosa con la naturaleza. ¿Cómo implementarla en un mundo que se dedica a la explotación de todos los ecosistemas? No hay respuestas listas. Todo el mundo está a la búsqueda. Lo peor que nos podría pasar sería, después de la pandemia, volver a lo de antes: las fábricas produciendo a todo vapor, aunque con cierto cuidado ecológico. Sabemos que las grandes corporaciones se están articulando para recuperar el tiempo perdido y las ganancias.

Pero hay que reconocer que esta conversión no puede ser repentina, sino gradual. Cuando el presidente francés Macron dijo que “la lección de la pandemia era que hay bienes y servicios que deben ser sacados del mercado”, provocó la carrera de decenas de grandes organizaciones ecologistas, como Oxfam, Attac y otras, pidiendo que los 750.000 millones de euros del Banco Central Europeo destinados a remediar las pérdidas de las empresas se destinaran a la reconversión social y ecológica del aparato productivo, en aras de un mayor cuidado de la naturaleza, así como de más justicia e igualdad sociales. Lógicamente, esto sólo se hará ampliando el debate, involucrando a todo tipo de grupos, desde la participación popular hasta el conocimiento científico, hasta que surjan una convicción y una responsabilidad colectivas.

Debemos ser plenamente conscientes de una cosa: al aumentar el calentamiento global y aumentar la población mundial devastando los hábitats naturales, acercando así los seres humanos a los animales, éstos transmitirán más virus a los que no seremos inmunes, que encontrarán en nosotros nuevos huéspedes. De ahí surgirán las pandemias devastadoras.

El punto esencial e irrenunciable es una nueva concepción de la Tierra, ya no como un mercado de negocios que nos coloca como sus señores (dominus), fuera y por encima de ella, sino como una superentidad viviente, un sistema autorregulado y autocreador, del que somos precisamente su parte consciente y responsable, junto con los demás seres como hermanos (fratres). El paso de dominus (dueño) a frater (hermano) requerirá una nueva mente y un nuevo corazón, es decir: ver a la Tierra de manera diferente, y sentir con el corazón nuestra pertenencia a ella y al Gran Todo. Unido a ello, el sentido de inter-retro-relación de todos con todos y una responsabilidad colectiva frente al futuro común. Sólo así llegaremos, como pronostica la Carta de la Tierra, a “un modo de vida sostenible”, y a una garantía para el futuro de la Vida y de la Madre Tierra.

La fase actual de recogimiento social, puede significar una especie de retiro reflexivo y humanista, para pensar en tales cosas y nuestra responsabilidad ante ellas. Es urgente, y el tiempo es corto, no podemos llegar demasiado tarde.    

Publicado originalmente en: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=981

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/pandemia-y-aprendizajes/8813037-que-puede-venir-despues-del-coronavirus/

Imagen: Marion en Pixabay

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Libro(PDF): «La escuela, plataforma de la patria»

Reseña: CLACSO

La escuela, plataforma de la patria es un libro que ante todo rezuma la fuerte impronta de su autora, por su estilo ensayístico, por la forma en que plantea desde su vasta experiencia y conocimiento cuestiones cruciales en torno al desarrollo de la Argentina y de la región con base en el desarrollo educativo de las nuevas generaciones. Si bien se ocupa de las urgencias, Adriana Puiggrós subraya en el prólogo que pretende situar la escritura -en un registro de plazos más prolongados, soportando la sombra del pasado, recuperando sus creaciones valiosas y conviviendo con el carácter inescrutable del futuro-. Con una pluma ágil e incisiva, y con su solidez característica, la autora invita a la lectura de las condiciones de una educación que se debate entre la competencia y la desigualdad, la profunda crisis económica, las nuevas tecnologías y formas de comunicación, entre otros problemas que recorre quien se sumerge en esta obra original y necesaria

Autores (as): Adriana Puiggrós.

Editorial/Editor: CLACSO. UNIPE.

Año de publicación: 2019

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-3805-44-8

Descarga: La escuela, plataforma de la patria

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1807&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1362

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Ecuador: ‘Revolución educativa’ y Educación Popular

Ecuador / 3 de marzo de 2019 / Autor: Rosa María Torres / Fuente: Otra Educación

Recibo a menudo pedidos de información y de entrevistas por parte de personas e instituciones extranjeras interesadas en saber sobre la educación en el Ecuador y, más recientemente, sobre la ‘revolución educativa’ impulsada en el gobierno de Rafael Correa (2007-2017). Conociendo mi trayectoria en la Educación Popular y mi cercanía a Paulo Freire y a su obra, hay quienes me buscan para preguntarme sobre la vinculación de la ‘revolución educativa’ con el movimiento latinoamericano de Educación Popular y con el pensamiento de Freire.

Muchos se sorprenden al saber que la ‘revolución educativa’ no estuvo emparentada con la Educación Popular ni tuvo como referente el pensamiento de Freire. Ciertamente, ‘revolución ciudadana’ hace pensar en empoderamiento de la sociedad y ‘revolución educativa’ hace pensar en una transformación mayor de la educación y del paradigma educativo. La enorme propaganda que acompañó al gobierno de Correa fue eficaz en instalar en el imaginario nacional e internacional una revolución ciudadana y una revolución educativa que no fueron tales.

«La nueva izquierda a la que represento no es anti-nada: ni anti-capitalista ni anti-norteamericana ni anti-imperialista» afirmó Correa en 2010, frente a Hillary Clinton, durante su visita al Ecuador. No obstante, el progresismo latinoamericano y mundial ha insistido en seguir viendo en Correa a un líder progresista, de izquierda, socialista, revolucionario, antimperialista. En verdad, Correa no venía de ninguna militancia de izquierda. El movimiento Alianza País creado para terciar en las elecciones de 2006 fue la sumatoria de numerosas organizaciones de todos los colores, desde la derecha hasta la izquierda. En 2008 Correa declaró su adscripción al llamado «capitalismo popular» y más adelante (6 junio 2015) definió su proyecto en estos términos: «Queremos un capitalismo moderno, popular, no un capitalismo anacrónico». (Boaventura de Souza Santos llamó a Correa «el gran modernizador del capitalismo ecuatoriano»). El término «socialismo del siglo XXI» – adoptado por Hugo Chávez en Venezuela e incorporado inicialmente en el Ecuador – pasó a un segundo plano y fue cambiando de nombre.

Paulo Freire habló de diálogo, de pensamiento crítico, de recuperar la voz para el pueblo, de concientización, de educación liberadora, emancipadora, transformadora. La ‘revolución educativa’ no habló de nada de eso. Sus banderas fueron la meritocracia, la competencia, la excelencia, el saber experto, la evaluación, las pruebas estandarizadas, los rankings, los Ph.Ds. Correa se propuso construir escuelas  – las Unidades Educativas del Milenio – que «no les pedirán favor a las escuelas privadas y a las de los países desarrollados». El gran empeño nacional fue que los estudiantes mejoraran sus puntajes en las pruebas estandarizadas y se ubicaran en el llamado Grupo de Alto Rendimiento (GAR). El objetivo no fue avanzar hacia una educación para el Buen Vivir, con proyecto nacional propio, sino avanzar hacia una educación que, en 2018, sería «una de las mejores del mundo».

La Educación Popular (EP) en América Latina ha sido entendida mayoritariamente como educación de jóvenes y adultos. Muchos siguen asociándola con educación no-formal. La postura que entiende EP como una propuesta para todo el sistema educativo y para toda la educación, a la que adscribo, ha sido históricamente minoritaria dentro del campo. Venimos de un largo – e inacabado – debate al respecto en el seno de la EP. En todo caso, la ‘revolución educativa’ en el Ecuador se centró en el sistema educativo formal, desde la educación inicial hasta la superior. La educación de personas jóvenes y adultas (EPJA) tuvo atención marginal. La educación comunitaria, inexistente en la nueva Constitución (2008) y en las nuevas leyes de la educación, fue menospreciada y perseguida durante la década; miles de escuelas comunitarias fueron cerradas, sobre todo en las zonas rurales, y fusionadas en las Unidades Educativas el Milenio. El gobierno cerró también la Universidad Intercultural Amawtay Wasi.

En el marco de la Educación Popular, lo popular designa no solo al sujeto de la educación sino sobre todo a la orientación y el contenido del proyecto educativo: un proyecto transformador de la conciencia y de la realidad económica y social. La ‘revolución educativa’ centró su noción de calidad en la infraestructura y el equipamiento, y en los resultados de las pruebas, sin atención a los fines y sentidos de la educación. El Sumak Kawsay (Buen Vivir), adoptado formalmente como nuevo paradigma, alternativo al del desarrollo, no fue adoptado como marco orientador para la reforma educativa.

Educación Popular viene asociándose tradicionalmente a sociedad civil(movimientos sociales, organizaciones de base, ONGs) y a visiones y propuestas alternativas, contestarias. La pregunta de si es posible hacer EP desde el Estado ha estado siempre en el tapete. La ‘revolución educativa’ fue una reforma pensada y dirigida centralmente desde el Estado, con rectoría estatal, con escasa participación social. La sociedad civil perdió peso y visibilidad durante la década. Se persiguió y cerró ONGs con posturas críticas. El gobierno entró rápidamente en conflicto con los movimientos sociales que le dieron apoyo al inicio, y optó por crear ‘su’ propia sociedad civil, sus propias organizaciones en paralelo (de indígenas, mujeres, campesinos, trabajadores, maestros, etc.).

La Educación Popular promueve la participación, el desarrollo de un pensamiento y una conciencia crítica, el diálogo como herramienta pedagógica. La ‘revolución ciudadana’ y la ‘revolución educativa’ no impulsaron ni la participación ni el pensamiento crítico ni el diálogo. Se cultivó el pensamiento único, se inhibió el ejercicio de la crítica, se condenó y persiguió la discrepancia, se anuló el debate de ideas. La encuesta del Latinobarómetro 2016 retrató al Ecuador como el país latinoamericano con mayor autocensura, con menor libertad percibida para expresar las propias opiniones y criticar.

Fuente del Artículo:

https://otra-educacion.blogspot.com/2019/02/ecuador-revolucion-educativa-y-educacion-popular.html

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 3 de marzo de 2019: hora tras hora (24×24)

3 de marzo de 2019 / Autores: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 3 de marzo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – El presidente del Consejo Asesor de la OEI reflexiona sobre las reformas educativas en Iberoamérica

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302761

01:00:00 – Radio FAPA. Somos escuela 326. Decreto de convivencia (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302441

02:00:00 – Panamá: Sistema educativo está colapsado

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302765

03:00:00 – El sitio del magisterio (Artículo de Manuel Gil Antón)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302447

04:00:00 – Paraguay: Organizaciones de sociedad civil presentan Observatorio Educativo Ciudadano (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302752

05:00:00 – Entrevista a el docente argentino finalista del premio Nobel de educación +Info (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302630

06:00:00 – Libro: Sistematización de materiales educativos para la prevención del embarazo adolescente, Chile (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302933

07:00:00 – Hilos de Twitter sobre educación que te harán reflexionar (Artículo de Miriam Egea)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302627

08:00:00 – Libro: Nuevos desafíos en educación. Una mirada interdisciplinaria (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302937

09:00:00 – Pedagogías críticas y educación popular – Seminario virtual CLACSO (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302681

10:00:00 – Libro: Educadores con perspectiva transformadora (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302945

11:00:00 – Ecuador: ‘Revolución educativa’ y Educación Popular (Artículo de Rosa María Torres)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302685

12:00:00 – ¿Cuánto cuesta el material escolar en Chile y en otros países de la región?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302916

13:00:00 – El Lado Educativo De Youtube

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302900

14:00:00 – Perú: Solo 6 de 48 lenguas originarias están incluidas en el plan nacional educativo del país

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302910

15:00:00 – Ignorancia política, ¿otro fallo del Sistema Educativo? (Artículo de Mireia Long)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302688

16:00:00 – Argentina: Congreso de Ajedrez educativo y discriminación a las ajedrecistas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302903

17:00:00 – Pablo Poó: “Hay mejores métodos de evaluación que los exámenes tradicionales”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302919

18:00:00 – Nicaragua supera a sus docentes para reforzar sistema educativo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302768

19:00:00 – Estrategias para impartir clases de forma dinámica (Artículo de Jesús Falcón)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302444

20:00:00 – España: Castellón estrena una nueva edición de la Muestra Internacional de Cine Educativo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302756

21:00:00 – 30 aniversario de lucha del CNTE (Video)

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22:00:00 – Costa Rica: FARO da giro radical a 30 años de evaluación educativa

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La interculturalidad un apoyo para mejorar la educación de calidad

Por: Gilberto Pérez Martínez.

Resumen:

Este artículo reflexiona una alternativa para la educación de calidad pasando por el análisis de cómo el neoliberalismo, un capitalismo sin restricciones, sin fronteras, se fue apoderando del sistema educativo para tener un control social de la sociedad. Una educación basada en competencias que lo único que ha hecho es parcializar el conocimiento e incentivar el egoísmo y el individualismo, tanto del alumno que aprende como del maestro que enseña. Una política promovida por los organismos internacionales que juegan a través de las reglas del mercado, para crear individuos productivos y consumidores. No obstante, se presenta una alternativa de formación desde la interculturalidad donde no solo se reconocen las diferencias entre individuos, sino que hasta se soportan. Es decir, se puede hacer educación de calidad independientemente de las costumbres e ideologías que existen en la sociedad para tener un mejor futuro.

Palabras clave: neoliberalismo, educación, competencia, mercado, interculturalidad.

Abstract:

This article reflects an alternative for quality education through the analysis of how neoliberalism, a capitalism without restrictions, without borders, was taking over the educational system to have a social control of society. An education based on competences that the only thing that has done is to bias the knowledge and encourage selfishness and individualism, both of the student who learns and of the teacher who teaches. A policy promoted by international organizations that play through the rules of the market, to create productive individuals and consumers. However, an alternative of intercultural education is presented where not only the differences between individuals are recognized, but they are even supported. That is, quality education can be done independently of the customs and ideologies that exist in society to have a better future.

Keywords: neoliberalism, education, competition, market, interculturality.

El mundo actual se encuentra parcializado, jerarquizado, atomizado, individualizado y especializado. Pocas poblaciones tienen el sentido del trabajo colectivo o cooperativo, sobresale el individualismo, el egoísmo, la discriminación e inclusive la violencia. A esto, se le agrega la movilización de masas, es decir, la migración de personas de un lugar completamente pobre a un lugar con mejores condiciones económicas que los discrimina y los aísla.

Lo anterior, es el resultado de políticas económicas globales basadas en el liberalismo o también conocido como el neoliberalismo donde la actividad económica mediante la empresa privada opera bajo el libre mercado (Friedman citado por Vázquez, 2015). Esto ha provocado que las empresas transnacionales, de cualquier giro, traspasen las fronteras de cualquier país y se haya sucitado el cierre de empresas pequeñas, en el caso del mercado y el destierro de pobladores, en el caso del área rural.

De la misma forma, el corporativo privado incursiona en las políticas públicas del Estado que lo reducen a ser solamenta administrador y aplicador de las reformas estructurales (económica, política, ambiental, educativa)  de cada país. Es decir, el Estado no está para servir a los grandes consorcios, no para reglamentarlos. Los corporativos, ponen las reglas en la vida interna de cada entidad.

La intención neoliberal dirigida por la iniciativa privada en palabras de Freidman (citado por Vázquez, 2015, pág. 98) era llevar “un mercado donde no lo hay” y para establecer este objetivo era necesario modificar la estructura social a través del ámbito educativo para poder convertir a la población como trabajadores pero tambien como consumidores con la finalidad de tener el control total de toda la población.

Como antecedente, Vázquez (2015) señala que en los países latinoamericanos el Estado desde las primeras décadas del siglo XX y en más de cien años esas transformaciones no trastocaron ni tuvieron la pretensión de asegurar un mínimo de educación en la sociedad para el fortalecimiento de los sistemas de educación pública. Sin embargo,  al fin del segundo milenio con un modelo que postula la superioridad del mercado y los intereses individuales en todos los ámbitos de la vida social era necesaria una regulación para hacer congruentes los sistemas educativos con el actual modelo hegemónico: el mercado.

De esta manera, se inicia con la disminución de la responsabilidad del Estado de ser el garante de la educación universal y gratuita y toma las recomendaciones de los organismos internacionales como el Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FM), la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros; que son las agrupaciones financiadas y que aplican las directrices de las empresas privadas transnacionales. Estas, les indican que el costo de la educación es muy alto y no refleja la calidad educativa que se requiere para los tiempos actuales.

Esto ha llevado a los países latinoamericanos a instalar reformas educativas, las cuales, tienen cuatro ejes: el primero, la descentralización administrativa (legislativas), nuevas formas de control y regulación por parte del Estado; el segundo, calidad, competitividad y ciudadanía para responder a los códigos de la modernidad e incrementar productividad y competitividad de las naciones; el tercero, evaluar los resultados comparados con estándares de calidad; y el cuarto, evaluación docente, la competencia y el mérito individual como valores fundamentales (Martínez citado por Vázquez, 2015, pág. 100).

El primer eje  ha sido expuesto anteriormente donde el Estado deja de ser el responsable total de la educación. La preocupación aumenta con el segundo eje al formar a los alumnos en competencias. Según Busso, Cristia, Hincapié, Messina, & Ripani (2017, pág. 25), una competencia “puede ser considerada una habilidad solo si permite que un individuo sea más productivo desde un punto de vista económico”. Es decir, aquel sujeto que no tenga habilidades que incrementen la vida económica de un país, no son rentables a los intereses del mercado. Por lo que, no se debe invertir en ello.

En el tercer eje, las mediciones son para documentar los niveles generales y las diferencias en los segmentos de la población y comparar con otras naciones. También sirven para determinar las habilidades según el contexto. Se miden con pruebas estandarizadas por su fácil aplicación y bajo costo. Si un sujeto en una prueba estandarizada la resuelve con escaso esfuerzo es una buena noticia (Busso, Cristia, Hincapié, Messina, & Ripani, 2017). Así, se inicia la segmentación y la discriminación de la población donde unos son más hábiles y otros son más débiles o ineficientes. Además, no hay punto de comparación entre naciones ricas y pobres.

En el cuarto eje, al suponer la centrali­dad del docente en el aprendizaje, podría estarse fincando gran parte del esfuerzo de cambio sobre un supuesto acerca del cual no hay evidencia suficiente (Bensusán & Tapia, 2013). Esto implica que el docente queda expuesto al despido si los resultados de los alumnos no son positivos. Ahora, de lo que si hay evidencia, es que la educación concierne a la familia, a la escuela, al docente y al contexto.

En este sentido, tanto, los estudiantes como los docentes deben tener determinadas competencias para ser más productivos, en esto se traduce la calidad educativa actual. No importa lo humano, lo solidario, lo colectivo, lo cooperativo, los valores, solo lo económico. Esto ha estimulado una formación reducida, de los alumnos y docentes, en el individualismo, la competencia, la indiferencia y el egoísmo. No importa, el otro solo la meta sin importar los medios.

Los alumnos y los docentes se enfocan en prepararse, como si fuera una competencia, para superar pruebas estandarizadas que dan imagen a los Estados a nivel regional e internacional. De los resultados de los alumnos depende el presupuesto que se destina a las instituciones. Y el resultado de los docentes, les “asegura” un mejor salario o un ascenso. No obstante, la formación integral del sujeto queda fuera del ámbito educativo, se menciona en el discurso pero en la  práctica no existe.

Así, las políticas actuales, dirigidas por el mercado, disminuyen la relación sujeto-sujeto, sujeto-sociedad; y no se diga la relación sujeto-naturaleza. Como ejemplo, las poblaciones rurales han disminuido al perder sus tierras y fuentes de empleo quedando en condiciones precarias, lo cual, ha incentivado a la emigración hacia las ciudades buscando mejores condiciones de vida. Solamente, que en la mayoría de los casos se asientan en colonias populares con ambientes poco favorables.

Esto llega hasta el ámbito educativo donde tendría que reconstruir sus planes y programas para tomar en cuenta la diversidad de sus poblaciones de alumnos. Ante esta situación, los docentes también tendrían que prepararse para reconocer la multiculturalidad que existe en el aula de clases. No obstante, se sigue preparando para formar en la homogeneidad, sin reconocer las diferencias en los alumnos, para aprobar pruebas disciplinarias con fines de productividad, lo que degrada la formación integral del sujeto.

Es por ello, que se propone la categoría de la interculturalidad como un proceso integral de formación del sujeto para mejorar la calidad educativa desde una utopía posible que crea y establece un conocimiento que le da forma a todo y nace de la necesidad de tener un poder de controlar, dominar siendo dominado. Ese dominar siendo dominado es parte de la interculturalidad, que siempre ha existido, aunque algunos no lo reconozcan o se diga que es una categoría nueva, la que permite, a pesar de la difícil travesía de las diferentes realidades entre culturas, siga emergiendo la búsqueda de construcción de conocimiento a través del reconocimiento del otro, del otro mundo posible.

La interculturalidad es por una parte la búsqueda de la relación con el otro, desde la identidad propia, para transformar el contexto de acuerdo con las necesidades de cada uno. Es una posición política que implica el diálogo y  la negociación con diferentes culturas (Zemelman & Quintar, 2007).

La interculturalidad es el ser-estar-siendo como sujeto pensante del yo mismo, desde el otro, para el otro y la otredad como un espacio de interacción e integración para la supervivencia del ser humano en el planeta tierra. Como dice Fuentes (2013) cuando se abraza al otro, no sólo se encuentra asimismo, sino que se incluye en la propia vida y en la conciencia, las imágenes marginales que el mundo moderno, optimista y progresivo ha condenado al olvido, antes de pagar el precio de su olvido, al abrazar al otro es ensanchar la posibilidad humana. Asimismo, el convivir con el otro, da la oportunidad de reencontrarse con la posibilidad de mantener la vida presente y futura de las siguientes generaciones.

La interculturalidad reconoce pensarse desde el interior del sujeto para la sana convivencia expresándolo con el actuar conforme el respeto a la diferencia del otro comprendiendo que no es reconociéndola sino soportándola como dice Zemelman y Quintar (2007), como se puede llegar a la construcción y al reconocimiento.

La interculturalidad es pensarse y repensarse en la historia buscando sus significados para la construcción de un nuevo sujeto histórico que está reflexionando el pasado pero es presente y busca construir un mejor futuro tratando de dar la vuelta a la historia ambigua y maléfica basada en el odio. Porque se odia al otro, al conquistador, al civilizador, al extranjero, al mestizo, al extraño por una historia del pasado que nos retuerce el presente que ya no es pasado y no debemos vivir de él. Dice Fuentes (2013), el propio odio es el propio amor que consume  y no deja avanzar. Y no se avanza porque no queramos sino porque no ha habido un desprendimiento del recuerdo de la dominación y ser dominado, no se ha dejado el sistema educativo que no es para liberar sino para civilizar (Zemelman & Quintar, 2007, pág. 38).

Una civilización maquillada de domesticación del otro, en educar para el pensamiento único, para el consumo, para el mercado. Según Shiva Vandana (2010, pág. 36) se está educando en el monocultivo de la mente  disfrazada de “liberación”  para ver al otro enemigo y no como un apoyo, es la eliminación del otro. A lo que se le suma el mismo alimento, vestido y calzado como uniformidad global desapareciendo la diversidad cultural y natural.

Es por ello, la necesidad de una educación para soñar realidades nuevas a futuro, es urgente que se permita retomar el deseo y la imaginación para construir conocimiento con conciencia histórica, crítica y reflexiva abrazando al otro y cuidando la otredad como posibilidad humana a través del diálogo intercultural en igualdad de condiciones de respeto, tolerancia y en la búsqueda del enriquecimiento mutuo (Zemelman & Quintar, 2007). Aquí cabrían las preguntas ¿sabemos dialogar?, ¿de qué forma se enseñan a dialogar en la familia, escuela y sociedad?, y si no es así ¿cómo se aprende a dialogar con, desde y para el otro?

El diálogo junto con el lenguaje es la lectura de las realidades para enfrentar los problemas como un encuentro de solución en el espacio tiempo que lleve a la conciencia de ir creciendo, sin ser excluyente, con y desde el otro. Es “la necesidad de existencia, más allá de la simple sobrevivencia, que compromete a todo el sujeto, tanto a su estómago como a su espíritu, a su mirada y oídos como a su voluntad de ser” (Zemelman, 2002, pág. 25). Es aceptar y afrontar la incertidumbre, lo desconocido, lo no determinado, lo  no acabado para ser-estar-siendo constructores del presente y del futuro, es construir conciencia.

La interculturalidad es respetar la experiencia gnoseológica de las diferentes culturas en sus saberes, usos y costumbres siendo necesario rescatar los conocimientos ancestrales, que según algunos no son científicos, pero transforman y dan vida a las realidades presentes.

Una de las primeras acciones para iniciar la formación intercultural es reconocer el odio interno y externo con egoísmo y muchos otros valores que no aportan al crecimiento del sujeto siendo el resultado de una formación basada en la subalternidad,  la obediencia y reduciendo a nada la creatividad. Es el cultivo de una autoimagen hecha para creer que no se tiene capacidad de intervenir, dominado por la lógica de la sobrevivencia y al mismo tiempo responsable de reproducir un sistema social injusto (Saavedra, 2009, pág. 214).

Lo anterior, es resultado de la historicidad mexicana y latinoamericana donde las mayorías obedecen y una minoría manda, y ese factor no es el negativo, porque es una forma de vivir. La particularidad está en el origen de la relación aspera de humillación y odio recíproco entre patrón-subalterno que ha traspasado hacia las culturas y de ahí a las sociedades. No obstante, existe la posibilidad de mejorar dicha relación, formando en contra de la reproducción e imitación sentidas como únicas formas de ser sujeto tratando de aminorar la reducción hacia el otro como objeto.

Así, la formación intercultural es necesaria porque da la oportunidad de formar con conciencia, algo que se dice muy simple pero es complejo, es un proceso largo pero esperanzador para la convivencia humana. No solamente, es la lectura ideológica del presente y futuro, es la necesidad de mundo como potenciación del sujeto en sus posibilidades de ocupar nuevos espacios en la reivindicación de sus necesidades (Zemelman, 2002, pág. 26). La formación intercultural es reconocerse con habilidades, diferencias y deficiencias compartidas con el otro como necesidad de construir para liberarse para dejar de ser necrófilo y ser biófilo sin matar a la vida y alimentarnos de ella, buscándola y sin huir de ella (Freire, 2008, pág. 167).

Para formarse interculturalmente es  necesario quitar barreras, poner voluntad, transformar el carácter y tener mente abierta. Esto conlleva a ser más humano, humilde solidario, colectivo, es decir, se llega a la calidad no solo educativa sino a la calidad humana de otro sujeto posible que puede trabajar por cumplir los objetivos globales de la UNESCO (2013, pág. 19), que son:

  1. La paz, contribuir a una paz duradera;
  2. el desarrollo sostenible, contribuir al desarrollo sostenible y a la erradicación de la pobreza.

Específicamente, en el objetivo número seis del proyecto 37 C/4 de la estrategia a plazo medio que dice: “respaldar el desarrollo social inclusivo y promover el diálogo intercultural y el acercamiento de las culturas” (UNESCO, 2013, pág. 20).

Así, la interculturalidad sin duda es una categoría que busca la educación de calidad a través del diálogo y la inclusividad para formar ciudadanos glocales que  trabajen continuamente por la paz y el desarrollo sostenible para no afectar el futuro de las generaciones venideras.

REFERENCIAS

Bensusán, G., & Tapia, A. (2013). El SNTE y la calidad educativa. Una agenda de investigación. Revista Mexicana de Sociología, 557-587.

Busso, M., Cristia, J., Hincapié, D., Messina, J., & Ripani, L. (2017). Aprender mejor. Políticas públicas para el desarrollo de habilidades. Washintong: Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Freire, P. (2008). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.

Fuentes, C. (2013). El espejo enterrado. Pamplona: Ed. leer-e.

Saavedra, M. S. (2009). Complejidad y Transdisciplinariedad: utopía posible de la formación docente. Morelia, Michoacán, México: Escuela Normal Superior de Michoacán.

Shiva, V. (2010). Las Nuevas Guerras de la Globalización. Madrid, España: Editorial Popular.

UNESCO. (2013). 37 C/4 2014-2021 Proyecto de estrategia a plazo medio. París: UNESCO.

Vázquez, G. (2015). La calidad de la educación. Reformas educativas y control social en América Latina. Estudios Latinoamericanos, 93-124.

Zemelman, H. (2002). Necesidad de Conciencia. Barcelona, España: Anthropos.

Zemelman, H., & Quintar, E. (2007). Conversaciones acerca de la interculturalidad y el conocimiento. México: IPECAL, IPN.

 

 

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