El análisis del nivel de competencias requerido en el empleo muestra los resultados que se exponen en el gráfico.
Sorprende que en los últimos lugares de esas competencias demandadas estén las competencias específicas del master.Esto no quiere decir que un máster no valgan para nada, lo que significa es que si dos personas optan a un mismo empleo y tienen la titulación requerida no van a ver cuál ha sido su nota académica, lo que van a ver es qué capacidad tiene para resolver los problemas que se van a presentar en su trabajo (que se presentarán), cómo se adapta a nuevas situaciones (que las va a haber), cómo se desenvuelve ante situaciones de presión (que las va a tener) y, por ejemplo, qué capacidad tiene para asumir responsabilidades.
Estas situaciones no son solamente características del mundo laboral, también se dan durante su vida académica. La diferencia es que en el mundo laboral se relacionan con el éxito y competitividad de la empresa (y demás organizaciones) y en el mundo académico no las tenemos en cuenta y por tanto no formamos en ellas a nuestro alumnado.
Parece una contradicción que la sociedad encargue (principalmente a la universidad) que preparemos personas para dar valor a las organizaciones donde van a desarrollar su función profesional y no preparemos en lo que más valoran dichas organizaciones.
En el barómetro tienen miles de datos que muestran una fotografía sobre el empleo y la empleabilidad. Recomiendo su consulta, ya que es un excelente material que nos puede ayudar a transformar nuestras asignaturas para que no solo formen en las competencias específicas de la misma, sino en lo que la sociedad demanda.
Algunos sectores se van a ver más afectados que otros por la apertura global del mercado laboral. Aunque no se hable mucho de ellos, los ‘profes’ de mates pueden verse afectados.
Gran parte del programa político de Donald Trump se basa en un retorno al proteccionismo comercial que se apoya en el lema ‘Make America Great again!’. Si EEUU ha de volver a ser grande, defiende, solo puede serlo si las empresas del sector secundario, que tan dañadas han sido por la globalización económica, vuelven a concentrarse en territorio norteamericano y no en países en vías de desarrollo que permiten ahorrar costes a expensas de los trabajadores estadounidenses.
Lo que el presidente obvia es que la reconfiguración del mercado a nivel global no afecta únicamente a los conocidos como trabajos de cuello azul. Es más, es posible que estos puestos ya sean irrecuperables, por mucho que se intenten colocar nuevas barreras, y que la tendencia se lleve por delante a los empleados de cuello blanco. En el caso que nos ocupa, a los profesores; concretamente, de matemáticas.
Ya que las publicaciones con buena reputación pueden aceptar solo un número determinado de artículos, los flojos se quedan fuera
Un artículo publicado en ‘The Economist‘ lo anuncia: una investigación que será publicada en el próximo número del ‘Journal of Human Resources‘ sugiere que pronto los profesores de matemáticas occidentales pueden tenerlo complicado a la hora de competir en el mercado laboral, especialmente en lo que concierne al universitario.
La investigación, realizada por George Borjas, de la Universidad de Harvard, y Kirk Doran y Ying Shen de la Universidad de Notre Dame encuentra un potencial enemigo en los profesores y estudiantes chinos, que desde la liberalización del país (en 1978) comenzaron a trabajar en destinos como EEUU aportando un conocimiento diferencial, puesto que es uno de los campos en los que sobresale. En apenas una década, China se había convertido en la principal fuente de estudiantes extranjeros en dicho país.
Esto, a su vez, influyó sensiblemente en la productividad de los investigadores americanos. ¿De qué manera? Como explica el reportaje de ‘The Economist’, “ya que las publicaciones con buena reputación pueden aceptar solo un número determinado de artículos por revista (o, al menos, así era en los tiempos en los que solo se editaban en papel), la productividad relativa de los americanos no-chinos cayó, ya que los ‘papers’ más flojos se quedaron fuera”. Algo más acentuado en un panorama en el que la competencia por publicar mueve mucho dinero y el acceso a las grandes revistas es cada vez más complicado.
La competencia es global
En otras palabras, mientras que en un pasado no tan lejano el ámbito de determinadas publicaciones estaba limitado a territorios concretos y estaba delimitado por distintas barreras (laborales, idiomáticas, adminstrativas), la apertura de mercados ha provocado que el acceso de profesores de otras universidades a estas publicaciones se dispare. Según los datos que presenta dicha investigación, la relación entre el número de ‘papers’ publicado por los profesores de origen chino aumentaba a medida que decrecía el de los docentes americanos.
La ley de la ventaja comparativa sugiere que la movilidad de los trabajadores animará a las sociedades a especializarse en lo que hacen mejor
No es la primera vez que los investigadores llegan a una conclusión semejante. En ‘Cognitive Mobility: Labor Market Responses to Supply Shocks in the Space of Ideas‘, analizaron cómo se había alterado el mundo de la investigación estadounidense en matemáticas tras la desaparición del bloque soviético. Los resultados fueron muy similares a los que ahora han localizado en China: determinadas áreas de investigación que habían sido explotadas en la URSS, como las ecuaciones diferenciales ordinarias y parciales o la teoría de cuantos, eran ocupadas por los rusos, mientras que los estadounidenses que hasta ese momento se encargaban de dichas disciplinas se vieron obligados a reciclarse.
¿Quién gana y quién pierde en este reparto económico? Como es previsible, los matemáticos de un nivel más alto, que compiten a un nivel global y cuyos trabajos tienen mayor impacto. Las principales víctimas son aquellos que, en otras condiciones, podrían haberse garantizado un mínimo de visibilidad, y que han sido desplazados por aquellos que les superan en determinados campos. Algo aún más sensible en campos universales como las matemáticas (o, por extensión, la ciencia en su conjunto), que no dependen del idioma, y donde países con una gran tradición científica que durante gran parte del siglo XX apenas migraron (China, URSS) han abierto sus fronteras.
La competencia ya no es solo local, sino global. (iStock)
Una investigación publicada en 2006 en ‘Medical Hypotheses‘ hablaba de esta globalización como “una tendencia inevitable y ventajosa”, en la medida en que “permite una mayor eficiencia, efectividad y capacidad a las sociedades y beneficia a la mayor parte de la gente la mayor parte del tiempo”. Especialmente a niveles de investigación postdoctoral. “Este fenómeno está ocurriendo en las ciencias matemáticas y cuantitativas, y pronto se extenderá a otras áreas”, añadía hace más de una década el artículo.
Durante los últimos años, muchos profesores universitarios españoles han emigrado a Latinoamérica ante la falta de personal cualificado
Esta publicación también sugería la aparición de una hipotética nueva lengua para la comunicación universal, una “forma simplificada de inglés científico internacional” que ya se aplica en determinados campos. “La ley de la ventaja comparativa sugiere que la movilidad de los trabajadores animará a las sociedades a especializarse en lo que hacen mejor”, añadía el estudio. Y nuestro país no es, precisamente, uno de aquellos especialmente duchos en matemáticas –según el TIMSS, nuestros estudiantes siguen estando por debajo de la media de la OCDE–, por lo que es uno de los más vulnerables a la entrada de docentes de otros países.
¿Qué pasa con España?
La situación sea probablemente un poco diferente en España, más sometida a los condicionantes de la Unión Europea. Sin embargo, el número de estudiantes extranjeros en nuestro país se ha disparado a través de distintos programas internacionales como el Erasmus; en el curso 2015-2016, en total había 1.529.839 estudiantes extranjeros, según los datos del Ministerio de Educación, un 5,6% del total en grado, pero un 17,8% en máster y un 22,8% en doctorado. Es decir, aquellos que muy probablemente terminen aspirando a una plaza en universidades españolas.
(MECD)
La mayoría de los alumnos, como era de esperar, provienen de la Unión Europea (44,5%), seguida por América Latina y Caribe (24,9%), Norte de África (8,5%), resto de Europa (8,9%), Asia y Oceanía (9,7%), resto de África (2,7%) o EEUU y Canadá (0,8%). Las Comunidades Autónomas donde más alumnos extranjeros matriculados en doctorado son Cataluña (32,2%), Navarra (29,8%), Castilla y León (28,1%), Madrid (24,7%), o Andalucía (21,9%), la principal vía de acceso a la docencia universitaria.
¿Invasión o necesaria mejora de la investigación española? Conviene recordar que, durante los últimos años, muchos profesores universitarios españoles han emigrado a países americanos ante la falta de personal local, como ha ocurrido en Ecuador y su Plan Internacional de Captación y Selección de Educadores de Rafael Correa o Chile, a través del Programa Internacional Regular (PAIR). Alta competitividad, especialmente entre los profesores de ciencias; pero también, hipermovilidad y flexibilidad que obligarán a los docentes a emigrar a aquellos lugares donde haya trabajo.
El Tecnológico Nacional de México (TNM), por elemental que parezca, no es una institución educativa cuyo fin sea exclusivamente la enseñanza. Propiamente el TNM es un organismo administrativo público desconcentrado de la SEP. Lo que significa que tiene funciones académicas, de investigación y administrativas. Es en ese sentido que se hace cargo de un conjunto de institutos, centros y unidades de docencia e investigación.
Que el TNM sea un organismo público desconcentrado de la SEP explica por qué viene a sustituir a la Dirección General de Educación Superior Tecnológica (DGEST) y el Tecnológico tenga como parte de sus atribuciones, autenticar los certificados, títulos o grados que se expidan por las instituciones educativas particulares que presten los servicios de educación superior tecnológica oficiales.
Sin embargo, una de las diferencias entre el TNM y la ex DGEST es su modelo educativo. La DGEST tenía hasta hace poco el modelo por competencias. Por el contrario, el TNM, considera un contexto mundial y nacional donde se vuelve una exigencia la relación entre educación y mercado laboral. Con base en este marco el TNM, por un lado, fortalece la creación de carreras de corte tecnológico vinculadas al sector productivo, y por otro lado, establece un nuevo modelo educativo, en este caso el Modelo de Formación Dual (MFD).
El MFD es una propuesta educativa profesional de origen alemán de los años setenta, que nace en la empresa y que pretende vincular educación y trabajo. En el caso de México, la propuesta del modelo educativo dual se establece desde el gobierno mexicano con ayuda de COPARMEX y CAMEXA bajo el denominado Modelo Mexicano de Formación Dual (MMDF).
A partir del 2013 el MMFD ha pasado de propuesta a prueba piloto a nivel bachillerato tecnológico, CONALEP y CECYTES; y ahora pretende o parece extenderse a universidades politécnicas, tecnológicas y al TNM.
De acuerdo a la página web oficial del CONALEP las características de este modelo, al menos aplicadas (o que se pretenden aplicar) al subsistema de educación media superior implican: evitar las carreras saturadas y la falta de experiencia o competencia de los egresados; vincular la teoría (que se da en la escuela) y la práctica (que se da en la empresa) en un porcentaje 20/80; establecer una experiencia de formación dual de uno a dos años en la empresa (según la modalidad); volver al estudiante un aprendiz y responsable de sus funciones al ubicarse en un puesto de trabajo dentro de la empresa; transferir el aprendizaje escolar al lugar de la aplicación; colocar al instructor que se encuentra en la empresa como figura principal educativa; y evaluar las competencias (y aprendizajes) mediante reportes semanales sumado a procesos de certificación empresarial.
Según la SEP con el MMFD, se esperan beneficios compartidos. Los estudiantes tienen una vinculación con la empresa, tienen las competencias necesarias, una certificación externa y además un apoyo económico a través de la beca salario que ofrece. Por parte de escuela, los beneficios serían la constante actualización de planes y programas de estudio, las altas tasas de empleabilidad de los egresados y una menor deserción. En el caso de la empresa, los beneficios serían contar con personal capacitado, un ahorro de costos por reclutamiento/inducción/entrenamiento, disminución en la rotación de personal y el aumento en la productividad y calidad de los productos y procesos.
Con esta prospectiva se puso en marcha el proyecto piloto del MMDF en el ciclo escolar 2013. En la implementación participarían 12 entidades federativas, 150 empresas, 50 planteles CONALEP y alrededor de 1000 alumnos (Canales, Campus Milenio, No 521), con apoyo económico (becas) de alrededor de 4,000 mil pesos, que quedaría al final en 2 mil pesos y se haría a unas cuantas carreras (electromecánica industrial, máquinas y herramientas, mecatrónica, informática, administración, hospitalidad turística).
Nuevamente con la información de la página web oficial de la SEP a dos años de distancia ya se cuenta con varios centros empresariales COPARMEX que operan en 17 estados (Baja california, chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Estado de México, Monterrey, SLP, Sinaloa, Tlaxcala, Veracruz, Colima, Chiapas, , DF, Puebla, Querétaro y Tamaulipas). Pero aún no se ha extendido a todo el sistema de educación media superior, y ya aparece como modelo en el TNM.
Ante esta realidad vale la pena pensar el modelo de formación dual, desde dos ángulos. El primero, como problema o reto de implementación en un sistema tan grande que actualmente contempla 266 instituciones distribuidas en 126 institutos tecnológicos federales, 6 centros y 134 tecnológicos descentralizados que atienen a un aproximado de 500 mil estudiantes. El segundo, hacia dónde apunta la formación y el sentido de la educación superior en el país.
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