Page 1 of 3
1 2 3

El misterio de los niños que no despiertan intriga a la ciencia

Niños que caen en un profundo letargo como consecuencia de procedimientos de asilo ponen de manifiesto la cruda experiencia que afecta a determinados grupos étnicos y el extraño vínculo entre el cerebro y el cuerpo.

Que determinados niños caigan en un profundo sueño interminable es un fenómeno que sorprende a los científicos desde que, en 2017, una niña de nueve años residente en Suecia cayera en un estado de inconsciencia permanente.

No era el único caso: había más niños como ella, todos en Suecia e hijos de solicitantes de asilo. Daba la impresión de que, debido a su experiencia traumática, habían decidido retirarse de la vida: lo han llamado síndrome de resignación.

Este síndrome afecta a niños y adolescentes, preferentemente de entre siete y 13 años, y se manifiesta mediante apatía, depresión y aislamiento. Dejan de hablar, de comer y beber, caen en cama y no responden a los estímulos.

Necesitan una sonda para comer, así como cuidados constantes para evitar fallos de los órganos debido a la falta de movimiento o de hidratación.

El síndrome sume a los niños en una especie de coma que, a pesar de que no presentan ningún problema físico, les impide realizar las funciones corporales y la comunicación con su alrededor, explica la psiquiatra de Médicos Sin Fronteras, Beth O’Connor.

Se cree que el fenómeno apareció en la década de 1990, pero el número de niños afectados se disparó hacia el cambio de siglo. Solo de 2003 a 2005, se contabilizaron 424 casos. Desde entonces, han aparecido varios cientos más, escribe la neuróloga Suzanne O’Sullivan en The Sunday Times.

O’Sullivan, especializada en epilepsia compleja y trastornos psicógenos, ha investigado estos episodios y publicado un libro que recoge los resultados de su trabajo: The Sleeping Beauties.

Explicación insuficiente

Explica que varias teorías incompletas intentan arrojar luz sobre cómo funciona este trastorno. Se basan en indicadores fisiológicos, como una frecuencia cardíaca y una temperatura corporal elevadas, para considerarlo una respuesta al estrés inducida por hormonas o el sistema nervioso autónomo.

Sin embargo, matiza O’Sullivan, el problema de las observaciones realizadas y las teorías planteadas, es que ni las hormonas del estrés, ni el sistema nervioso autónomo, ni el deficiente desarrollo cerebral, pueden explicar la duración e intensidad anormal de las manifestaciones fisiológicas de esta enfermedad, ni su sorprendente distribución geográfica.

Considera que todos estos niños, entre los que predominan las niñas, sufrieron traumas antes de caer en este trastorno, por lo que podría tratarse de una forma de estrés postraumático, reforzado, tal vez, por la incapacidad de los padres de atenderlos adecuadamente en un contexto familiar tan caótico.

Sugiere asimismo la posibilidad de la dimensión cultural del síndrome de resignación: no afecta a todos los grupos étnicos con problemas de asilo en países extraños, sino a muy pocos colectivos específicos de refugiados.

La selectividad de este trastorno muestra claramente que no puede considerarse como algo puramente biológico, provocado por hormonas y neurotransmisores, ni tampoco como un mal estrictamente psicológico y, por tanto, vinculado a la personalidad del paciente, destaca al respecto O’Sullivan.

Factor social, clave

Añade que, seguramente, el detonante puede ser la desesperación relacionada por el procedimiento de asilo, que representa una amenaza para las familias afectadas.

Considera, por tanto, que el contexto social es un factor clave en la búsqueda de las causas de esta enfermedad, más importante que los análisis fisiológicos y biológicos.

Un dato apoya esta hipótesis: los niños suelen despertarse cuando su familia recibe un permiso de residencia. No es un proceso rápido e instantáneo, sino gradual, que puede durar meses, dependiendo del tiempo que han estado dormidos.

O’Sullivan es bastante concluyente en su diagnóstico de un problema que la medicina está lejos todavía de resolver: «Ante una avalancha de información, el cerebro está en un estado constante de predecir, descartar, evaluar y reevaluar, hacer inferencias y aprender», escribe en su libro.

En consecuencia, plantea la necesidad de una aproximación más holística a este trastorno, que tenga en cuenta la forma en la que el cerebro y el cuerpo reaccionan conjuntamente ante circunstancias familiares críticas.

Plantea que la disfunción corporal puede tener sus raíces en un trastorno emocional: síntomas físicos producidos, probablemente de manera subconsciente, como una reacción a una presión ambiental, cultural o social externa.

Y que es a ese nivel en el que hay que incidir para entender y solucionar lo que pasa con las bellezas dormidas.

Referencia

The Sleeping Beauties: And Other Stories of Mystery Illness. Suzanne O’Sullivan. Picador Books, 2021.

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/el-misterio-de-los-ninos-que-no-despiertan-intriga-a-la-ciencia.html

Comparte este contenido:

Los animales también practican distanciamiento social

Murciélagos, hormigas, monos y otras especies de animales practican el distanciamiento social de forma intuitiva cuando algún integrante de su grupo cercano está enfermo y podría infestarlos. Son prácticas naturales previas a la COVID-19 en los humanos.

Según establece un grupo de investigadores de Virginia Tech y otras universidades estadounidenses en un nuevo estudio, las prácticas intuitivas de distanciamiento social que llevan adelante distintas especies animales como los monos mandriles, las hormigas recolectoras o los murciélagos vampiro podrían ayudar a la humanidad a sobrellevar mejor la actual pandemia y otros desafíos similares en el futuro.

Mucho antes de la llegada de la COVID-19 y de la «globalización» del distanciamiento social entre los seres humanos, en la naturaleza existían métodos para detener la propagación de infecciones bacterianas, virales y parasitarias de los que podemos aprender. De acuerdo a un comunicado, las enfermedades infecciosas y el distanciamiento social se relacionan habitualmente en la naturaleza, a partir de la propia evolución de las especies a lo largo del tiempo.

Dana Hawley, autora principal del estudio, cree que “limitar las interacciones con los demás es una respuesta de comportamiento intuitiva cuando nos sentimos enfermos. Es algo que se observa en muchos tipos de animales en la naturaleza, pero los humanos a menudo reprimen este instinto por presiones económicas y de otra clase, asumiendo riesgos potenciales en forma individual y comunitaria”, expresó.

Diferentes reacciones según la especie

¿Cómo actúan los animales no humanos? En el marco del nuevo estudio publicado en la revista Science, los investigadores inyectaron a un grupo de murciélagos vampiro una sustancia que desencadena una reacción similar a una infección, pero que resulta inofensiva para estos mamíferos voladores. Teniendo en cuenta que se trata de una especie de fuerte comportamiento social, ya que naturalmente comparten prácticas como el acicalamiento o la alimentación comunitaria, los científicos querían estudiar especialmente sus reacciones.

Ante los efectos de la sustancia inoculada, como descenso en la actividad y otros síntomas similares a los que presenta una infección, los murciélagos redujeron notablemente sus interacciones sociales, principalmente el acicalamiento y las comidas en grupo. Los especialistas comprobaron que el letargo por el supuesto cuadro infeccioso reduce el contacto con los demás y que los vampiros enfermos se acicalan menos unos a otros.

En el mismo sentido, los investigadores destacan asimismo que los monos mandriles poseen prácticas sociales similares como el acicalamiento y aseo conjunto. Sin embargo, aquí las reacciones son diferentes, ya que los monos necesitan continuar con este tipo de prácticas para mantener su rol en la jerarquía social. Frente a esto, reducen el aseo grupal y practican distanciamiento social con los monos que no forman parte de su grupo familiar, manteniendo igualmente las prácticas dentro de su grupo de pertenencia, a pesar de los riesgos de contagio.

Las soluciones más radicales

Por otro lado, otras especies parecen tomar medidas más extremas, destacan los investigadores. Las hormigas recolectoras practican un “autosacrificio” cuando saben que están infestadas. Se retiran directamente de su grupo para vivir una existencia solitaria que, en esta clase de insectos, es prácticamente un suicidio. Sin embargo, se sacrifican para mantener a salvo al resto de la colonia y para preservar los genes de la especie.

Las abejas, en tanto, son más expeditivas. Cuando una de las integrantes de la colmena está enferma, es literalmente empujada a golpes por otras abejas y expulsada de la comunidad, protegiendo de esta forma al conjunto y, sobretodo, a la sacrosanta abeja reina. De forma más activa o pasiva, el distanciamiento social se concreta intuitivamente en la naturaleza.

¿Qué lecciones podemos aprender los humanos de estos comportamientos? Según los científicos, las actitudes de las distintas especies animales deberían hacernos comprender la trascendencia del distanciamiento social y otras prácticas de prevención sanitaria en el marco de pandemias como la actual u otras situaciones similares. La cuestión crucial parece ser entender el peso que puede tener el comportamiento y la responsabilidad individual en el destino de la sociedad en general.

Referencia

Infectious diseases and social distancing in nature. Dana Hawley et al. Science (2021).DOI:https://doi.org/10.1126/science.abc8881

Foto:

Los monos mandriles continúan cuidando a los miembros de la familia enfermos, mientras que evitan activamente a otros afectados por infecciones que no sean sus parientes cercanos. Imagen: Yomex Owo en Unsplash.

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/los-animales-tambien-practican-distanciamiento-social.html

Comparte este contenido:

Los niños confían en lo que escuchan y los adultos en lo que ven

Al percibir las emociones en una situación determinada, los niños pequeños muestran un fuerte dominio auditivo y priorizan aquello que pueden oír. Sin embargo, los adultos se desenvuelven más mediante información visual.

La percepción de las emociones está fuertemente guiada por estímulos auditivos en los niños, de acuerdo a una nueva investigación realizada en la Universidad de Durham, en el Reino Unido. Sin embargo, los adultos confían en mayor medida en aspectos visuales a la hora de desenvolverse en el mundo de las emociones.

Según un comunicado, los científicos descubrieron patrones que hacen posible profundizar en la forma en la cual los niños reconocen las emociones y las procesan. El estudio, publicado en la revista Journal of Experimental Child Psychology, puede ser de gran utilidad para padres y educadores, que necesitan “conectar” emocionalmente con los pequeños.

Al mismo tiempo, un mayor conocimiento sobre el procesamiento emocional infantil puede aportar nuevas y valiosas herramientas para estimular el desarrollo de niños con patologías como el autismo, entre otras problemáticas.

La investigación de los científicos británicos se dividió en tres grupos de edad diferentes: hasta los 7 años, entre los 8 y los 11 años y participantes con más de 18 años de edad.

Profundizando en el mundo de las emociones

El estudio incluyó la visualización de imágenes y la audición de material sonoro y vocal en el cual se transmitían emociones de todo tipo, como por ejemplo felicidad, tristeza, temor o enojo.

Tanto el contenido visual como el auditivo fueron presentados en forma independiente, intercalada, combinando o contrastando ambos registros. En cada caso, los participantes en el estudio fueron consultados acerca de la emoción predominante en cada ejemplo.

Al analizar los resultados, los especialistas británicos hallaron que los voluntarios adultos que se ubicaban en el grupo de más de 18 años de edad presentaban notables diferencias en las pruebas, con respecto a los niños que formaban parte de los otros dos grupos.

Dos acercamientos diferentes

Los adultos basaron su evaluación emocional en lo que podían ver, mientras que los niños pequeños confiaron en lo que podían oír. De esta forma, los participantes de mayor edad privilegiaron claramente el material visual presentado para definir a las emociones, en tanto que los niños se basaron en los contenidos auditivos aportados por los investigadores.

Los expertos remarcaron que su estudio es la primera evidencia de dominio auditivo en niños que utilizan estímulos emocionales, una característica que al mismo tiempo se logra confrontar con la elección visual de los adultos.

Además, la investigación demuestra que los niños no son capaces de procesar las incongruencias o divergencias entre la información auditiva y la visual, mientras que los adultos logran captar igualmente el contenido emocional, a pesar de esa discordancia.

Desconexión cerebral y reconocimiento de las emociones

Estudios previos en recién nacidos habían constatado, por otro lado, una falta de conexión entre las regiones visuales o auditivas y las áreas emocionales del cerebro, que hace imposible que logren relacionar tanto los estímulos visuales como los auditivos con emociones concretas.

En consecuencia, cabría preguntarse si el predominio de la información auditiva en los niños no supone un nuevo proceso que supera la desconexión inicial en los bebés. Un nuevo e interesante campo de investigación podría ser hallar las relaciones entre el comportamiento de los recién nacidos, los niños y los adultos en cuanto a la interpretación emocional.

Aunque el reconocimiento efectivo de las emociones es imperativo para desenvolverse con éxito en situaciones sociales, y precisamente no aparece en trastornos como el autismo, las investigaciones previas se han centrado principalmente en estudiar los estímulos emocionales de forma aislada. Con un enfoque multimodal, la nueva investigación aporta una mayor riqueza al momento de analizar estas cuestiones.

Referencia

Children cannot ignore what they hear: Incongruent emotional information leads to an auditory dominance in children. Paddy Ross, Beth Atkins, Laura Allison, Holly Simpson, Catherine Duffell, Matthew Williams and Olga Ermolina. Journal of Experimental Child Psychology (2021).DOI: https://doi.org/10.1016/j.jecp.2020.105068

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/los-ninos-confian-en-lo-que-escuchan-y-los-adultos-en-lo-que-ven.html

Comparte este contenido:

Entrevista a Fernando Gómez: Pandemia, encierro y psicología: ¿Qué nos depara el futuro?

Por: Marina Artese Grillo 

Cuando el COVID-19 llegó en febrero del 2020, no sabíamos que íbamos a permanecer la mayor parte del año en nuestros hogares. La pandemia y su consecuente cuarentena han modificado nuestros hábitos. Cambió el trabajo, cómo estudiamos, nos relacionamos y hasta desarrollamos nuestros hobbys y momentos de ocio. Por lo tanto, en esta ocasión, entrevistamos a Fernando Gómez, psicólogo rosarino. Él nos cuenta de qué modo podemos superar las distintas situaciones que estamos atravesando en esta pandemia.

Fernando Gómez, una breve presentación

Fernando Javier Gómez es rosarino y psicólogo graduado de la Universidad Nacional de Rosario (2002). Es docente universitario, desde el año 2004, en la Facultad de Psicología (UNR). En el ámbito público, trabaja para la Dirección Provincial de Salud Mental en un Equipo de Salud Mental. Dicho equipo forma parte de un Programa de Protección a Testigos y Querellantes en Causas por Delitos de Lesa Humanidad en nuestra provincia. Por otro lado, en el ámbito privado, practica el psicoanálisis en su consultorio. Trabaja con grupos y, en algunos casos, supervisa la práctica de jóvenes colegas. Además, es miembro del Colegio Estudios Analíticos, con sede en Buenos Aires. Finalmente, en el último año, formó – junto a otros profesionales de la salud – un Equipo interdisciplinario que aborda el difícil tema de las Alergias Alimentarias Infantiles.

¿De qué modo impactó la pandemia y su consecuente cuarentena en tu trabajo?

“El mayor impacto, en el caso de mis pacientes, fue el pasaje del consultorio a las sesiones por videollamadas. De todos modos, rescato la posibilidad de incorporar algunas herramientas tecnológicas a nuestro campo. Antes, sólo las utilizaba con pacientes de otras provincias (o en el exterior del país) pero siempre por tiempo limitado”, explica Fernando. Por supuesto, también ha cambiado mucho y significó un gran esfuerzo continuar con la docencia a través de las distintas plataformas virtuales. Esto se observa en todos los niveles educativos.
Pero no todo es negativo. Fernando reconoce qué estrategias y herramientas continuará usando postpandemia: “la virtualidad me permitió crear o reforzar vínculos con colegas (u otros profesionales) de todo el continente. La virtualidad, paradójicamente, nos acercó bastante”.

Durante el último tiempo, ¿qué tipo de consultas son las que más recibís?

“En este tiempo y en relación con la pandemia, ha subido el nivel de angustia en general. El aislamiento ha sensibilizado a mucha gente. En estos casos, la preocupación por el futuro y cierta sensación de incertidumbre angustiosa han sido motivo de consulta. Por supuesto, las pérdidas y la difícil situación de no poder velar a familiares o seres queridos afectó a mucha gente. Con la cuarentena, se exacerbaron también muchos conflictos pre-existentes”. Durante este tiempo, Fernando – junto a un grupo de profesionales – ha estado trabajando en un Taller para Familias. “La virtualidad nos permitió sumar participantes de varias provincias. Sinceramente, no sé si esto hubiera sido posible fuera de este contexto”.

pandemia - Fernando Gomez
Fernando Gómez es un psicólogo rosarino. Autor: Fernando Gómez

¿De qué modo influyó la pandemia en el comportamiento y la psiquis humana?

“Es claro que ciertos comportamientos han cambiado abruptamente. Se ha transformado el lugar, el escenario de nuestra vida. No sólo por el aislamiento, sino que – al salir – ese mundo, que conocíamos, ya no es el mismo. Creo que hay razones para tener miedo pero no para paralizarse. El miedo al contacto con el otro no puede dejar a nadie indiferente. Todos necesitamos de la cercanía de nuestros afectos y eso se cortó de golpe. Al respecto, creo que hubo múltiples reacciones. He escuchado bastante negación al principio. Luego, se ha podido trabajar y cambió bastante, pero no deja de ser preocupante”.

“Preocupa la imagen del mundo que puedan hacerse los niños”

La situación de los niños no es menor. Muchos bebés han nacido en plena pandemia y no conocen más que las cuatro paredes de sus hogares. “Creo que se debería mirar más de cerca lo que pasó en casa, con los niños y niñas. Es decir, cómo vivieron y qué efectos podrían esperarse de la experiencia del confinamiento. Sobre la pandemia y el virus, cuenta no sólo lo que hayamos podido explicarles, sino de qué modo lo internalizaron. Preocupa, en principio, la imagen del mundo que puedan hacerse. A mí me impresiona que, en el inicio, si dos nenes se encontraban en la calle, era algo confuso para todos. Uno debía explicarles que no se toquen y que mantengan distancia. Me sorprende y me preocupa el tema de perder el contacto. Es algo así como una sobreadaptación”.

pandemia - Psicologo Fernando
En medio de la pandemia, Fernando – junto a un equipo de profesionales – brindó un Taller para Familias. Autor: Fernando Gómez

La educación también se vio afectada

Cuando en marzo, las escuelas debieron adaptar la modalidad presencial a la virtualidad, se modificó la relación de los niños y jóvenes con sus compañeros y docentes. “En ese momento, se cortó la posibilidad de encuentro con sus pares y maestros. Todo el trabajo de crear vínculos se complicó mucho. Esto es fácilmente racionalizado por los adultos. Pero no puede considerarse – sin caer en el error – que los niños tienen las mismas posibilidades elaborativas que los mayores. Esto se dificulta no solo para los gobiernos sino también para la sociedad en general. Quizá, la escuela debe orientarse a pensar los aspectos emocionales. El futuro de muchas instituciones estará gravemente afectado por problemáticas ligadas al confinamiento”.

¿Cómo puede ayudar la psicología en la “nueva normalidad” y/o “post pandemia”?

“Nosotros ya estamos ayudando, somos parte de esa ‘primera línea de batalla’ ya que estamos en el sistema de salud, tanto público como privado. Hay colegas trabajando en sesiones virtuales pero también acercando viandas o medicación a quienes se ven imposibilitados de movilizarse hasta los distintos efectores. La palabra es vehículo para la elaboración de estas situaciones que podemos llamar ‘catastróficas’. En el futuro inmediato, habrá muchas tareas para nuestro campo. Mucha de la angustia y el temor tiene que ver con cierta falta de ‘puesta en palabras’ de algunas situaciones traumáticas. Tenemos que aportar en el sentido de ayudar a transitar y a configurar ese futuro tan difícil que parece esperarnos en el post pandemia”.

Por último, Fernando, ¿qué consejos les darías a nuestros lectores?

“Les diría que por favor se sigan cuidando. Es importante que miren dentro de cada uno. Intenten encontrar aquello que más les preocupa y traten de hacer algo con eso. Les diría que también miren a su alrededor y traten de re vincularse con aquellos que tienen cerca. Muchos están sufriendo. Los podemos ayudar con una palabra de aliento o escuchándolos. Ayudar acompañar a otros, en estas circunstancias, puede ser reparador para uno mismo”.

Fuente: https://rosario.italiani.it/pandemia-encierro-y-psicologia-que-nos-depara-el-futuro/

Originalmente fue escrita esta nota para itRosario

Comparte este contenido:

Los niños fantasean con la violencia para gestionar el mal genio de otros niños

Los juegos infantiles que incluyen acciones imaginarias de tipo violento o agresivo tienen su origen en una cuestión de adaptación social: los niños los incluyen al jugar con amigos o compañeros fácilmente irritables, para así poder manejar mejor sus comportamientos.

Un estudio desarrollado por científicos de la Universidad de Cambridge ha descubierto un patrón psicosocial que explicaría la inclusión de escenas violentas en los juegos de simulación desarrollados por los niños. De acuerdo a un comunicado, estos juegos imaginarios estarían basados en la necesidad de controlar con mayor eficacia el comportamiento de compañeros irascibles o de mal genio.

La introducción de la violencia imaginaria, por ejemplo simulando peleas o asesinatos, sería en realidad parte de una estrategia de inteligencia emocional que desarrollan los niños más equilibrados, para lograr cierta armonía con sus compañeros más irritables o que presentan mayores dificultades para controlar sus emociones.

De esta forma, los niños utilizan la simulación de actos violentos para “ensayar” respuestas y estrategias frente a compañeros que se encuentran identificados como irascibles o de mal genio. La investigación concluye que los niños tienen muchas más posibilidades de desarrollar este tipo de juegos cuando están en compañía de sus amigos más proclives a la ira y las reacciones intempestivas.

A partir de un estudio observacional desarrollado con la participación de 104 niños de una escuela en China, los científicos determinaron que existe un 45% más de probabilidades de elegir escenas de violencia imaginaria en los juegos cuando algunos de los integrantes es considerado como de mal genio o de temperamento complejo. Asimismo, esta solución es más elegida por los niños que por las niñas, entre las cuales se aprecia un menor porcentaje de uso de esta clase de juegos simulados.

Canalizar emociones y probar estrategias

Según el Dr. Zhen Rao, autor principal de la investigación, “cuando los niños tienen un amigo que se enoja fácilmente es posible que exploren formas de lidiar con su comportamiento a través del juego de simulación. Esto les brinda un contexto seguro en el cual probar diferentes formas de manejar situaciones difíciles, pensando en la próxima vez que surjan en la vida real”, indicó.

En el estudio, los niños de entre 7 y 10 años fueron divididos en parejas y se registraron sus juegos durante 20 minutos. Se les proporcionaron juguetes neutros, sin incorporar por ejemplo armas de juguete, y se les brindó máxima libertad en cuanto a los juegos a desarrollar. Al mismo tiempo, se les pidió a los participantes que calificaran a sus compañeros de acuerdo a su comportamiento y carácter.

Empleando un esquema estadístico denominado Modelo de Interdependencia Actor-Socio, que sirve para evaluar la influencia psicológica que presentan dos personas entre sí, los expertos arribaron a interesantes conclusiones. En promedio, más de la mitad de los niños (53,5%) mostró al menos una instancia de juego de simulación agresivo, pero las parejas de jugadores que incluían un integrante considerado conflictivo fueron más proclives a desarrollar esta clase de juegos imaginarios.

Para el Dr. Rao, “que los niños estén averiguando cómo manejar situaciones difíciles a través del juego de simulación sugiere que para algunos de ellos se trataría de una estrategia para desarrollar sus habilidades sociales y emocionales”, concluyó. En consecuencia, aunque es lógico que los padres y docentes busquen limitar los juegos violentos, también se debe tener en cuenta que en determinados contextos pueden ser beneficiosos para la salud emocional y la adaptación social de los niños.

Referencia

Dyadic association between aggressive pretend play and children’s anger expression. Zhen Rao, Elian Fink, Jenny Gibson. British Journal of Developmental Psychology (2020).DOI:https://doi.org/10.1111/bjdp.12352

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/los-ninos-fantasean-con-la-violencia-para-gestionar-el-mal-genio-de-otros-ninos.html

Comparte este contenido:

El sexo biológico es dinámico y flexible

Algunos aspectos del sistema nervioso masculino adoptan transitoriamente un estado femenino y permiten que el comportamiento masculino sea flexible, ha descubierto una investigación con gusanos.

El sexo biológico se entiende típicamente en términos binarios: masculino y femenino. Sin embargo, hay muchos ejemplos de animales que pueden modificar las características biológicas y de comportamiento típicas del sexo e incluso cambiar de sexo.

Un nuevo estudio, que aparece en la revista Current Biology, identifica un interruptor genético en las células cerebrales que puede alternar entre estados específicos del sexo cuando sea necesario. Este descubrimiento cuestiona la idea del sexo como una propiedad fija.

La investigación, dirigida por Douglas Portman, profesor asociado del Departamento de Genética Biomédica de la Universidad de Rochester y del Instituto del Monte en Neurociencia, se llevó a cabo en C. elegans, una lombriz intestinal microscópica que se ha utilizado en los laboratorios durante décadas para comprender el sistema nervioso.

Muchos de los descubrimientos realizados con C. elegans se aplican en todo el reino animal y esta investigación ha llevado a una comprensión más amplia de la biología humana.

C. elegans es el único animal cuyo sistema nervioso ha sido cartografiado por completo, proporcionando un diagrama de cableado, o conectoma, que ayuda a los investigadores a comprender cómo los circuitos cerebrales integran información, toman decisiones y controlan el comportamiento.

Dos sexos, pero…

Hay dos sexos de C. elegans: machos y hermafroditas. Aunque los hermafroditas pueden autofertilizarse, también son compañeros de apareamiento para los machos y se consideran hembras modificadas.

Un solo gen, TRA-1, determina el sexo de estos gusanos redondos. Si un gusano en desarrollo tiene dos cromosomas X, este gen se activa y el gusano se convertirá en una hembra. Si solo hay un cromosoma X, TRA-1 se inactiva, lo que hace que el gusano se convierta en macho.

Genética variable

El nuevo estudio muestra que el gen TRA-1 no se vuelve completamente silencioso en los machos, como se pensaba anteriormente. En cambio, puede entrar en acción cuando las circunstancias obligan a los machos a actuar más como mujeres.

Por lo general, los machos de C. elegans prefieren buscar pareja antes que comer, en parte porque no pueden oler la comida tan bien como a las hembras. Pero si un macho pasa demasiado tiempo sin comer, aumentará su capacidad para detectar alimentos y actuará más como una hembra.

La nueva investigación muestra que TRA-1 es necesario para este cambio: sin el concurso de este gen, los machos hambrientos no pueden mejorar su sentido del olfato y permanecen encerrados en el modo predeterminado de búsqueda de pareja insensible a los alimentos.

TRA-1 hace el mismo trabajo en machos juveniles: activa la detección eficiente de alimentos en machos que son demasiado jóvenes para buscar pareja.

Sexo flexible

«Estos hallazgos indican que, a nivel molecular, el sexo no es binario o estático, sino dinámico y flexible», explica Portman en un comunicado.

Y añade: «los nuevos resultados sugieren que algunos aspectos del sistema nervioso masculino podrían adoptar transitoriamente un ‘estado’ femenino, permitiendo que el comportamiento masculino sea flexible de acuerdo con las condiciones internas y externas».

Los investigadores explican asimismo que, aunque la existencia de dos sexos es una característica fundamental de casi todas las especies animales, la forma en que el sexo biológico provoca diferencias sexuales en el cerebro y el comportamiento es poco conocida.

Género y salud

Añaden que la susceptibilidad a una serie de trastornos de salud mental y neurológica humana está también fuertemente influenciada por el género, aunque en la mayoría de los casos las bases biológicas de estas diferencias siguen siendo opacas.

Las investigaciones sobre estos temas desarrolladas por este equipo han utilizado un modelo simple y manejable experimentalmente, el pequeño nematodo del suelo C. elegans, para arrojar luz sobre los fundamentos genéticos de las diferencias sexuales en el desarrollo neuronal, el comportamiento y la susceptibilidad a enfermedades.

Sus hallazgos arrojan luz sobre los fundamentos genéticos de las diferencias sexuales en el desarrollo neuronal y el comportamiento, e incluso sobre la susceptibilidad a determinadas enfermedades, ya que existe un sesgo sexual en la cantidad de enfermedades neurológicas que se manifiestan, señalan los investigadores.

Referencia

Dynamic, Non-binary Specification of Sexual State in the C. elegans Nervous System. Hannah N. Lawson et al. Current Biology, July 23, 2020. DOI:https://doi.org/10.1016/j.cub.2020.07.007

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/el-sexo-biologico-es-dinamico-y-flexible.html

Comparte este contenido:

La estructura emocional, el aprendizaje y la tarea docente

Por: José de Jesús Reveles

A partir de los años sesenta cuando la psicología empírica comenzó a otorgar mayor valor a los aspectos cognitivos y su influencia en el comportamiento y personalidad; trabajos del canadiense Albert Bandura (1982), y otros autores, demostraron el impacto que nuestros pensamientos y creencias ejercen sobre nuestras actuaciones y proporcionan herramientas terapéuticas eficaces en el control de la ansiedad y la depresión.

Martin Seligman (1981) sostiene que el pesimismo es un estilo de pensamiento, caracterizado por la explicación que la persona se hace de la adversidad como algo permanente universal y personal.Esta forma de pensamiento lleva a la indefensión y a la desesperanza.

Por el contrario, el estilo optimista de pensamiento explica la adversidad como transitoria, específica y externa a la persona. Esto permite mantener viva la esperanza y sentir que el cambio es posible. La esperanza hace que la persona esté dispuesta a ponerse en pie, a continuar esforzándose, a buscar alternativas y a persistir frente a la adversidad.

La mayoría de los niños y jóvenes encuentran en su entorno familiar y en los contextos en los que viven, las condiciones de protección y los modelos que necesitan para desarrollarse. Sin embargo, en algunos casos no reciben la atención necesaria por parte de las personas encargadas de su cuidado.

En estas situaciones, el desarrollo evolutivo no se produce adecuadamente, afectando esto tanto a su competencia y adaptación social, como a los aprendizajes escolares.

Hoy en día, las instituciones educativas son los lugares propios de socialización de los niños y jóvenes, y es en ellas donde manifiestan con más claridad sus dificultades en las tareas y competencias de cada una de las etapas de crecimiento académico y social.

Los profesionales de la educación cumplen un papel importante en la prevención, detección e intervención, cuando alguno de los niños o jóvenes está sufriendo una situación de riesgo o se están vulnerando sus derechos desde cualquiera de los contextos donde vive.

Es así que en los diferentes procesos educativos se tienen un compromiso con el bienestar de éstos y les obliga a tomar postura activa en aquellos casos en los que los niños están siendo víctimas de situaciones de desprotección, o no están siendo satisfechas de forma adecuada sus necesidades básicas, y a notificar estas situaciones para poner en marcha las actuaciones de protección oportunas.

En tal sentido, los aprendizajes significativos son producto de la interacción que fluye entre el docente y el estudiante permeados por emociones gratas, los cuales internalizados en un proceso entre la razón y la emoción garantiza un efecto deseado.

Así, se ha demostrado que las emociones representan junto a los procesos cognitivos un factor determinante en la adquisición del conocimiento, tomando en consideración que, si la experiencia de aprendizaje es agradable a los estudiantes, ellos lograran aprendizajes significativos, de lo contrario propiciarán procesos emocionales negativos que generará una conducta de huida hacia la disciplina que administre el docente en su momento y entre los diversos estudios generados sobre ella.

En este sentido, es importante señalar que los procesos emocionales deben ser considerados en el campo educativo, puesto que estos no solamente ocurren en el interior del sujeto, sino que también son parte de la interacción social. Circunstancia por la que se suelen llamarse procesos psicosociales, los cuales conforman la base central de la educación.

Fuente: https://www.elsoldezacatecas.com.mx/analisis/la-estructura-emocional-el-aprendizaje-y-la-tarea-docente-1587687.html

Comparte este contenido:
Page 1 of 3
1 2 3