Frecuentemente escuchamos decir en nuestras ciudades que tenemos “la flota de taxistas y de vendedores mejor educados”. Justamente, hace un tiempo en Lima, un amigo taxista decía, no con poca picardía: “¡pero Doctor, si aquí los taxistas estamos más cultivados que un yogurt!”.
Y las estadísticas confirman que a ese amigo no le falta razón. En Perú, la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) revela que el 25% de los trabajadores cuya ocupación es “conductores de vehículos motorizados” cuenta con estudios terciarios, concluidos o no. ¿Es necesario tanto estudio para ser conductor? Bueno, entre los conductores que tienen estudios terciarios, uno de cada cuatro estudió mecánica. Es posible argumentar que en este caso los estudios y la ocupación están alineados. Pero, ¿cuál es la segunda profesión más común entre los conductores con estudios terciarios? De la respuesta a esta pregunta se trata precisamente esta entrada de blog conmemorativa del Día Internacional del maestro. Uno de cada siete conductores de vehículos motorizados con estudios terciarios pasó por una facultad de pedagogía.
No lo dijimos explícitamente, pero el párrafo anterior se refiere solo a trabajadores hombres. ¿Qué pasa con las trabajadoras? La ocupación “comerciante” acoge a muchas mujeres trabajadoras calificadas en diversas ramas, dentro de ellas la más común es enfermería. Y esto de alguna manera puede explicarse porque muchas enfermeras trabajan en farmacias. Pero, ¿cuál es la segunda profesión más común entre las comerciantes con estudios terciarios? Nuevamente: la docencia. Una de cada cinco comerciantes con estudios terciarios pasó por una facultad de pedagogía.
Miremos esto desde otro ángulo. ¿Cuántos trabajadores, de ambos géneros, que estudiaron pedagogía se desempeñan hoy en ocupaciones distintas a las del sector educativo (profesores, directores, auxiliares, etc.)? Este dato es quizás el más sorprendente: uno de cada dos.
Pero, ¿por qué una persona que estudia pedagogía decide después dedicarse a una actividad distinta a la educativa? Para esto le hicimos preguntas adicionales a la ENAHO. ¿Será porque en esas otras ocupaciones tienen mayores ingresos? No, los ingresos no son mayores, ni medidos en términos mensuales ni por hora trabajada. ¿Será porque en otras ocupaciones consiguen mejores condiciones laborales? No, tanto la afiliación a un sistema de pensiones como la probabilidad de recibir gratificaciones en julio o diciembre es menor entre los que se dedican a otras actividades.
Los datos de ENAHO también nos dicen que un grupo importante de los trabajadores de 60 años o más cae dentro de este grupo de personas que estudiaron pedagogía, pero trabajan en otras ocupaciones. Es probable que dentro de este grupo de trabajadores algunos ya hayan ejercido como profesores y se hayan jubilado para luego dedicarse a otras actividades. Pero otro mensaje que se desprende de los datos es que esta discrepancia estudios-ocupación es cada vez más marcada entre los más jóvenes. La expansión reciente de los estudios terciarios ha llevado cada vez a más gente a estudiar pedagogía, pero no todos terminan desempeñándose como profesores.
Son muchos los que pasaron por la educación terciaria en pedagogía y se desempeñan en ocupaciones no afines a su educación. Esto nos afecta a todos pues, como sociedad, estamos invirtiendo en la formación superior de un grupo importante de futuros profesores. De hecho, el Censo Universitario del 2010 revela que más de 50 mil jóvenes estudian pedagogía. Si la tendencia se mantiene, la mitad de ellos no utilizará la formación recibida y se desempeñará en ocupaciones diversas. ¿Es este el mejor uso de los recursos? ¡No estamos para esos lujos!
¿Qué se puede hacer?
- Elevar los estándares de admisión. Pedagogía es una de las carreras más populares entre los jóvenes. Una razón para ello es la relativa facilidad con que se puede ingresar a ella en la universidad o en los institutos pedagógicos. Por ende, elevar los estándares de admisión puede ser un camino.
- Informar mejor a los jóvenes. En años recientes se ha mostrado que los jóvenes toman decisiones sobre sus carreras y futuras ocupaciones con muy poca información. Contar con información apropiada en el momento adecuado puede ser útil para todos. Aquí (solo en inglés) un buen ejemplo de ello a partir de un estudio hecho por nuestros colegas del BID.
- Mejorar la oferta académica de las facultades de pedagogía. Algo debe estar pasando en las facultades de pedagogía, si solo la mitad de quienes ingresan sale desempeñándose como profesor. Sobre esto estamos trabajando actualmente. Tendremos más novedades pronto.