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Por el derecho irrestricto de vivir en paz

Por: Silvia Ruiz Maruri y Eleticia Rincón Velazco

Las situaciones derivadas de los conflictos armados afectan principalmente a los niños por su vulnerabilidad.

Por cuarto año consecutivo, tenemos el Encuentro Internacional de Niñas, Niños y Adolescentes del 04 al 08 de diciembre del presente año. Este proyecto nació en el contexto de la pandemia del SARS-CoV-2 (covid 19), durante el 2020, con la finalidad de  hablar en torno al tópico, en el justo momento que nos estaba azotando la enfermedad y contagio a escala global. A la fecha ha continuado exitosamente el Encuentro Internacional de niñas, niños y adolescentes quienes tienen mucho que decirle al mundo.

Durante el primer Encuentro 2020 el tema principal: La pandemia, en el 2021 Voces por la Madre Tierra, en 2022 el tópico sobre el que giró: “Los derechos humanos”. Y en este 2023 el tema que les ocupa es La Paz, por los conflictos bélicos que actualmente tenemos en el mundo.

Lamentablemente, si se quiere hablar de Paz, es menester hablar de su antagonista: La guerra.

Un tema profundamente doloroso, álgido, triste y muy vergonzoso, porque representa el fracaso de la razón, del diálogo, del entendimiento humano y pone en entredicho la evolución, así como la inteligencia, porque la guerra es el lado más oscuro de un sistema patriarcal que se fundó hace miles de años en la dominación y violencia. Y el hecho de que prevalezca hasta nuestros días, nos indica que el pulso de los tiempos no está bien, porque la guerra es la ruptura de la comunidad, el lenguaje del odio, el desconocimiento del amor, la antítesis del derecho irrestricto de vivir y convivir en paz .

El más grave infortunio es que la infancia y adolescencia son la parte más afectada por la vulnerabilidad que les caracteriza, y a quienes les ha tocado vivir en espacios geográficos donde hay conflictos bélicos padecen hambre, orfandad, abandono, separación, abusos de todo tipo, explotación y muerte. En zonas de guerra los derechos de las niñas, niños y adolescentes se diluyen en el espanto, horror y tragedia.

Actualmente los conflictos más sentidos son los que están ocurriendo en Gaza y Ucrania, empero los conflictos armados han sido una constante del sistema mundo en el que habitamos a lo largo de la historia. La ONG Humanium reporta que durante los últimos 10 años, el número estimado de niños muertos como resultado de la guerra es de unos 10 millones. Las situaciones derivadas de los conflictos armados afectan principalmente a los niños por su vulnerabilidad. Solos e indefensos a causa del caos reinante, algunos son reclutados a la fuerza en milicias y otros explotados. Los derechos fundamentales de estos niños son descaradamente ignorados, en beneficio de actos bárbaros y crueles. Muchos de ellos acaban profundamente traumatizados, malheridos e incluso discapacitados. Los niños en conflictos bélicos. (2023)  (https://www.humanium.org/es/enfoques-tematicos/violencia/ninos-guerra/)

Son inevitablemente crímenes que se quedan en la impunidad, de ahí la decisión de nuestros niños, niñas y adolescentes de lanzar un grito desesperado por la paz del mundo.

Una de las dinámicas que caracteriza a dicho Encuentro, en el que convergen niñas, niños y adolescentes de diferentes latitudes de México y el mundo, es poner sobre la mesa temas de interés y preocupación para la infancia y adolescencia, es por ello que cada año se somete a consenso la temática a tratar, con base en los tiempos que estamos viviendo.

Temas que a menudo las personas adultas, creemos equivocadamente, que a las niñas, niños y adolescentes no les preocupan o que no se percatan de ellos, y por ende, creemos que no tienen la facultad ni de resolver ni de opinar. Sin embargo, hacen una lectura de lo que les rodea, porque no son entes aislados los problemas, pero tampoco las y los niños y adolescentes, porque desde que son parte del mundo comienzan a relacionarse y a interactuar con el entorno natural y social, por ello, no debemos pasar por alto ni su lectura del mundo o interpretación, ni su sentipensar expresado a través de su lenguaje. Tal vez, haya cosas que no alcanzan a comprender en su totalidad, pero según su edad, así como lo vivido y aprendido, les dan elementos para hacer una lectura de sus entornos con sus respectivos acontecimientos para formarse un punto de vista digno de tomarse en cuenta.

Todas las personas tenemos la necesidad de expresar nuestros temores, percepciones, reflexiones, emociones, sentimientos y pensamientos en general, por ser parte de la condición humana y por ser importante dialogar sobre la realidad presente y buscar mejores alternativas y soluciones para tener una vida mejor en nuestra estancia en el mundo.

Hoy, a tres años del primer encuentro y en el marco de la pospandemia, las Niñas, niños y adolescentes de diversas partes del mundo se han dado cita para dialogar e intercambiar sus puntos de vista sobre la necesidad y el derecho de vivir en Paz, como dice en su canción el gran Victor Jara.

El tema que las niñas, niños y adolescentes han puesto sobre la mesa en esta ocasión, nos debe llevar a reflexionar a profundidad respecto a nuestro hacer en el mundo, pensar y repensar el tipo de ciudadanos que somos, si no sabemos vivir ni convivir en ambientes de paz, será necesario plantearnos múltiples interrogantes sobre el quehacer humano y la dirección que debe tener la humanidad para definir su futuro.

Sin duda alguna nuestras infancias, adolescencias y juventudes serán los ciudadanos del mañana, de ahí la importancia de que comiencen a pensar en la necesidad de modificar la ruta de autodestrucción que estamos llevando y la necesidad de reinventar la humanidad con su ser y estar en el mundo.

No hay justificación alguna para la violencia, pero lamentablemente, la violencia a nivel mundial es un reflejo del capitalismo patriarcal voraz, por la insaciable acumulación y ganancia a través de las guerras, la producción en serie en la industria mortífera de armas, la competencia, la extracción de los recursos naturales de los paises llamados “pobres”, la esclavitud que no acaba de abolirse cambiando camaleonicamente de color y forma, reacomodándose a las circunstancias y a los momentos históricos para que los grandes ricos resulten victoriosos, es decir, un número reducido de personas mantiene el control de la economía mundial, mientras que las mayorías quedan por debajo de ese orden en pobreza extrema, endeudados por decenas de años para construir un patrimonio.

Como diría Eduardo Galeano: las guerras mienten, porque ninguna guerra tiene la honestidad de confesar: yo mato para robar. Las guerras siempre invocan nobles motivos, matan en nombre de la paz, en nombre de dios, en nombre de la civilización, en nombre del progreso, en nombre de la democracia y si por las dudas, tanta mentira no alcanzara, ahí están los grandes medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y un inmenso matadero. Galeano, E. (2017, 01 de junio) Las guerras mienten (560) Eduardo Galeano las guerras mienten – YouTube .

En las últimas semanas, hemos atestiguado la injusticia que padece Palestina por la imposición, opresión y ataque de Israel en contubernio con Estados Unidos y Alemania, países que desconocen la piedad, la solidaridad, el respeto y el amor que son sinónimo de paz.

Esa agresión infame da una idea de los intereses mezquinos y la falta de humanidad por los asesinatos cometidos en contra de ese pueblo indefenso, dejado a la deriva por las organizaciones internacionales como la ONU, porque se han quedado mudas ante la vileza de los actos perpetrados.

¿Qué toca hacer para sensibilizar a la ciudadanía de nuestro continente, y en específico de México, para garantizar la seguridad y los derechos de nuestros niños y niñas? ¿Cómo empatizar con esos niños y niñas en desgracia? Sin duda, tenemos un contexto mundial agraviado por hechos inmundos de parte de Israel y sus aliados.

Y no podemos ni debemos omitir el contexto nacional, donde existe la presencia de carteles de narcotráfico, que se han apoderado de los pueblos y los mantienen presos con salvoconductos para poder ingresar o salir de los poblados, porque no hay derecho de libre tránsito, ya que tienen controlados los caminos.

Y no satisfechos con ello, están los robos a mano armada, mientras que la poca actuación de las autoridades militares y policiacas se ha visto superada por esas bandas del crimen organizado.

Los niños y niñas saben que su maestra o maestro no llegó porque no se lo permitieron los grupos criminales, o porque hubo una balacera y tienen que protegerse en sus casas. Es tan difícil y complicado enseñar la cultura de la paz desde estas circunstancias tan contradictorias y hostiles, porque lamentablemente se trastocan todos los ambientes incluido el familiar.

Un ambiente familiar armónico se caracteriza por un espacio donde las necesidades básicas de alimento vestido, calzado y techo están resueltas, la comunicación activa y permanente de afectividad garantiza la identidad propia para que los hijos e hijas sientan que se les escucha, considera, respeta y se les impulsa a crecer en todos los aspectos, además de tener el reconocimiento, cuidado y protección de quienes son responsables de atender su estabilidad física, mental y emocional. En un ámbito donde la estancia se disfruta, se organizan los tiempos para comer en familia, se comparten los roles y las tareas hogareñas son resueltas en colectividad, todo eso en conjunto, otorga las pautas para formar una cultura de comunidad, armonía y paz.

No obstante, existen hogares donde la madre y el padre trabajan fuera de casa y por esta razón, el niño o niña es recluida en guardería, porque la prioridad adulta es la resolución de las necesidades básicas y de consumo que ha generado el sistema capitalista en el que vivimos. Y en un medio así, el dinero no alcanza para pagar el consumo de necesidades creadas como las cuentas por la pantalla del televisor, el carro, los teléfonos celulares, y todo ese cúmulo de deudas que van empequeñeciendo el espacio afectivo amoroso que tiene que ver con la simbiosis del ecosistema familia, y que se requiere para crecer como sujetos con un sano desarrollo.

Lo lastimoso es cuando la necesidad de acompañar a las niñas, niños y adolescentes es sustituido por videojuegos, aparatos y dispositivos electrónicos y otros distractores u objetos materiales, porque sus progenitores han generado otras prioridades a las que le dan mayor importancia. Y eso representa un gran error, porque la prioridad de toda madre y padre de familia debe ser el sano desarrollo de sus hijos o hijas, y de no ser así, el costo social que se paga puede llegar a ser alto y doloroso, porque el descuido, ausencia, abandono y la violencia ejercidas al interior del hogar, gestan inconformidad en la infancia que lo padece, lo que ocasiona que se conviertan en adolescentes con insatisfacción, vacíos y con una gran vulnerabilidad a ser presas fáciles por la delincuencia o el consumo de drogas. Es posible que sus necesidades básicas hayan sido cubiertas, pero las emocionales se dejaron de lado, porque los adultos no supieron cómo gestionar ni enseñar a superar esas serias crisis existenciales.

Últimamente se exhibe a través de las redes sociales y medios masivos de comunicación, a adolescentes que en algunas escuelas han golpeado a sus maestras o maestros, a otros compañeros y compañeras, pero esto no surgió por generación espontánea, sino que tiene que ver con ese descuido familiar que padeció en su etapa inicial infantil. Sin embargo, el sistema parece que nos insensibiliza, atrapa y aliena de manera tan sutil y seductora que cuando nos percatamos, ya hemos causado daños difíciles de subsanar.

Rosa Luxemburgo decía: “socialismo o barbarie”, y en este momento que estamos viviendo, surge la necesidad de promover el socialismo y quehacer en comunidad, porque de otra manera el capitalismo descarnado, salvaje y voraz, cuyo fin es la destrucción tanto de la naturaleza como de la sociedad, nos mete en su infinito espiral de destrucción, guerra y muerte.

Es terrible que este sistema nos cause cegueras tan perversas que no nos percatamos de la tremenda explotación de la fuerza de trabajo que a diario viven hombres y mujeres, mientras se alienan con sus dispositivos de última generación, para evadir la brutal realidad que estamos viviendo.

Es por ello, que el Encuentro Internacional de niñas, niños y adolescentes en su edición 2023, es una ¡Revolución de Alegría! tal como los describió y propuso un pequeñito del nivel preescolar de Sahuayo para este maravilloso Encuentro.

Indudablemente la magia de sus palabras resulta esperanzadora para hacer realidad la Paz en el mundo.

Fuentes

Los niños en conflictos  bélicos. (2023) (https://www.humanium.org/es/enfoques-tematicos/violencia/ninos-guerra/)

Galeano, E. (2017, 01 de junio) Las guerras mienten (560) Eduardo Galeano las guerras mienten – YouTube .

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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Las tácticas de combate ucranianas ponen en peligro a la población civil

  • Bases militares establecidas en zonas residenciales e incluso en escuelas y hospitales.
  • Ataques lanzados desde áreas habitadas por civiles.
  • Estas violaciones no justifican en modo alguno los ataques indiscriminados de Rusia, que han causado la muerte y heridas de innumerables civiles.

“Las fuerzas ucranianas ponen a la población civil en situaciones de riesgo al establecer bases y operar sistemas de armas en zonas habitadas por civiles, incluso en escuelas y hospitales, para repeler la invasión rusa que comenzó en febrero”, ha declarado hoy Amnistía Internacional.

Estas tácticas violan el derecho internacional humanitario y ponen en peligro a la población civil, pues convierten bienes de carácter civil en objetivos militares. Los ataques rusos resultantes en zonas pobladas han causado la muerte de civiles y destruido infraestructura civil.

“Hemos documentado un panorama en el que las fuerzas ucranianas ponen a la población civil en peligro y violan las leyes de la guerra cuando operan en zonas pobladas”, ha afirmado Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

“Estar en una posición defensiva no exime a las fuerzas armadas ucranianas de respetar el derecho internacional humanitario”.

Sin embargo, no todos los ataques rusos documentados por Amnistía Internacional siguieron esta tendencia. En otros emplazamientos concretos en los que Amnistía Internacional concluyó que Rusia había cometido crímenes de guerra, incluidas algunas zonas de la ciudad de Járkov, la organización no halló indicios de que hubiera fuerzas ucranianas ubicadas en las zonas civiles atacadas ilegítimamente por el ejército ruso.

Entre abril y julio, un equipo de Amnistía Internacional pasó varias semanas investigando los ataques rusos en las regiones de Járkov, el Dombás y Mykolaiv. La organización inspeccionó lugares que habían sufrido ataques, entrevistó a sobrevivientes, testigos y familiares de víctimas de ataques, y llevó a cabo labores de detección a distancia y análisis de armas.

Durante estas investigaciones, el equipo encontró indicios de que las fuerzas ucranianas lanzaban ataques desde el interior de zonas residenciales habitadas y de que se habían establecido en edificios civiles de 19 ciudades y pueblos de las regiones citadas. El Evidence Lab de la organización ha analizado imágenes satelitales para corroborar aún más algunos de estos incidentes.

La mayoría de las zonas residenciales donde se emplazaron los soldados estaban a varios kilómetros de las líneas de frente. Existían alternativas viables que no pondrían en peligro a la población civil, como bases militares o zonas densamente boscosas en las proximidades, u otras estructuras alejadas de las zonas residenciales. En los casos que documentó, Amnistía Internacional no tiene conocimiento de que los militares ucranianos que se emplazaron en estructuras civiles en zonas residenciales hubieran pedido a la población civil que evacuase los edificios vecinos o la hubiese ayudado a evacuarlos; es decir, no tomaron todas las precauciones posibles para proteger a la población civil.

Ataques lanzados desde zonas habitadas por civiles

Sobrevivientes y testigos de ataques rusos en las regiones del Dombás, Járkov y Mykolaiv dijeron al equipo de investigación de Amnistía Internacional que el ejército ucraniano estaba operando cerca de sus casas en torno al momento de los ataques, exponiendo las zonas a disparos de represalias de las fuerzas rusas. El equipo de investigación de Amnistía Internacional fue testigo de esta conducta en numerosos lugares.

El derecho internacional humanitario exige que todas las partes en un conflicto eviten, en toda la medida de lo posible, emplazar objetivos militares dentro de zonas densamente pobladas o en sus proximidades. La obligación de proteger a la población civil de los efectos de los ataques incluye también retirar a ésta de la vecindad de objetivos militares y avisar de forma efectiva de cualquier ataque que podría afectarla.

La madre de un hombre de 50 años que murió en un ataque con cohetes el 10 de junio en un pueblo al sur de Mykolaiv dijo a Amnistía Internacional: “Los militares estaban en una casa al lado de la nuestra y mi hijo llevaba a menudo comida a los soldados. Le rogué varias veces que se mantuviera alejado porque temía por su seguridad. Esa tarde, cuando ocurrió el ataque, mi hijo estaba en el patio de nuestra casa y yo estaba en la casa. Murió en el acto. Su cuerpo quedó hecho trizas. Nuestra casa fue parcialmente destruida”. El equipo de investigación de Amnistía Internacional encontró equipo y uniformes militares en la casa de al lado.

Mykola, que vive en un bloque de pisos de un barrio de Lisichansk (Dombás) que fue objeto de varios ataques rusos que causaron la muerte de al menos un hombre de edad, dijo a Amnistía Internacional: “No entiendo por qué nuestro ejército dispara desde las ciudades y no desde el campo”. Otro residente, un hombre de 50 años, dijo: “Sin duda hay actividad militar en el barrio. Cuando hay fuego saliente, oímos después fuego entrante”. El equipo de investigación de Amnistía Internacional vio a unos soldados que usaban un edificio residencial situado a unos 20 metros de la entrada del refugio subterráneo que usaban los residentes donde murió el hombre de edad.

En una localidad del Dombás, el 6 de mayo, las fuerzas rusas usaron municiones de racimo inherentemente indiscriminadas, cuyo uso está ampliamente prohibido, contra un barrio integrado en su mayoría de casas de uno o dos alturas donde las fuerzas ucranianas manejaban armas de artillería. La metralla dañó las paredes de la casa donde vive Anna, de 70 años, con su hijo y su madre de 95 años.

Anna dijo: “La metralla voló a través de las puertas. Yo estaba dentro. La artillería ucraniana estaba cerca de mi campo […] Los soldados estaban detrás del campo, detrás de la casa […] Los vi saliendo y entrando […] desde que empezó la guerra […] Mi madre está […] paralítica, por eso no pude huir”.

A principios de julio, un agricultor resultó herido cuando las fuerzas rusas atacaron un almacén agrícola en la zona de Mykolaiv. Horas después del ataque, el equipo de investigación de Amnistía Internacional fue testigo de la presencia de personal y vehículos militares ucranianos en la zona de almacenamiento de grano y varios testigos confirmaron que el ejército usaba el almacén, situado al otro lado de la carretera, frente una finca en la que vivían y trabajaban civiles.

Mientras el equipo de Amnistía Internacional examinaba los daños de edificios residenciales y públicos colindantes en Járkov y en pueblos del Dombás y del este de Mykolaiv, oyeron fuego saliente desde posiciones militares ucranianas ubicadas en las proximidades.

En Bajmut, varias personas residentes dijeron a Amnistía Internacional que el ejército ucraniano había usado un edificio situado a apenas 20 metros al otro lado de la calle, frente a un edificio residencial de gran altura. El 18 de mayo, un misil ruso impactó en la parte de delante del edificio, destruyó parcialmente cinco apartamentos y provocó daños en los edificios próximos. Kateryna, residente que sobrevivió al impacto, dijo: “No entendía qué había pasado. [Había] ventanas rotas y un montón de polvo en mi casa […] Me quedé aquí porque mi madre no quería marcharse. Tiene problemas de salud”.

Tres residentes dijeron a Amnistía Internacional que, antes del ataque, las fuerzas ucranianas habían estado usando un edificio al otro lado de la calle, frente al edificio bombardeado, y que había dos camiones militares estacionados delante de otra casa que resultó dañada cuando impactó el misil. El equipo de investigación de Amnistía Internacional encontró indicios de presencia militar dentro y fuera del edificio, incluidos sacos de arena y protecciones de plástico negro que cubrían las ventanas, así como equipos nuevos de primeros auxilios para traumatismos de fabricación estadounidense.

“No tenemos voz en lo que hace el ejército, pero pagamos el precio”, dijo a Amnistía Internacional una persona cuya casa también había sido dañada en el ataque.

Bases militares en hospitales

El equipo de investigación de Amnistía Internacional vio a fuerzas ucranianas que usaban hospitales como bases militares de facto en cinco lugares. En dos ciudades, decenas de soldados descansaban, pasaban el tiempo y hacían sus comidas en hospitales. En otra ciudad, los soldados disparaban desde las proximidades del hospital.

El 28 de abril, un ataque aéreo ruso hirió a dos personas que trabajaban en un laboratorio médico en un suburbio de Járkov después de que las fuerzas ucranianas hubieran establecido una base en las instalaciones.

El uso de hospitales con fines militares es una violación clara del derecho internacional humanitario.

Bases militares en escuelas

El ejército ucraniano ha establecido bases de forma habitual en escuels de ciudades y pueblos de la zona del Dombás y de Mykolaiv. Las escuelas están temporalmente cerradas para el alumnado desde que comenzó el conflicto, pero en la mayoría de los casos los edificios estaban cerca de barrios habitados por civiles.

En 22 de las 29 escuelas que visitó, el equipo de investigación de Amnistía Internacional encontró soldados usando las instalaciones o indicios de actividad militar actual o pasada, incluida la presencia de atuendos militares, municiones descartadas, paquetes de raciones del ejército y vehículos militares.

Las fuerzas rusas atacaron muchas de las escuelas utilizadas por las fuerzas ucranianas. En al menos tres ciudades, después del bombardeo ruso de las escuelas, los soldados ucranianos se trasladaron a otras escuelas de las proximidades, sometiendo a los barrios circundantes al riesgo de sufrir ataques similares.

En una ciudad al este de Odesa, Amnistía Internacional vio que los soldados ucranianos usaban habitualmente zonas civiles para alojarse y como áreas de maniobras, incluso emplazando vehículos blindados bajo árboles en barrios puramente residenciales y usando dos escuelas situadas en zonas residenciales densamente pobladas. Los ataques rusos cerca de escuelas han causado la muerte y heridas a varias personas civiles entre abril y finales de junio; el 28 de junio murieron una niña y una anciana en un ataque con cohetes contra su casa.

En Bajmut, las fuerzas ucranianas usaban un edificio universitario como base cuando lo alcanzó un ataque ruso el 21 de mayo y, según informes, causó la muerte de siete soldados. La universidad es colindante con un edificio de viviendas de gran altura que resultó dañado en el ataque junto con otras viviendas civiles situadas a unos 50 metros. El equipo de investigación de Amnistía Internacional halló los restos de un vehículo militar en el patio del edificio universitario bombardeado.

El derecho internacional humanitario no prohíbe expresamente a las partes en un conflicto establecer bases en escuelas durante los periodos vacacionales. Sin embargo, las fuerzas armadas tienen la obligación de evitar usar escuelas que estén cerca de casas o edificios de apartamentos llenos de civiles, poniendo sus vidas en peligro, salvo que haya una necesidad militar imperiosa. Si lo hacen, deben advertir a la población civil y, en caso necesario, ayudarla a evacuar. Aparentemente, esto no ocurrió así en los casos que ha examinado Amnistía Internacional.

Los conflictos armados inciden de forma muy negativa en el derecho a la educación de la infancia, y el uso militar de las escuelas puede causar una destrucción que prive aún más a los niños y niñas de este derecho una vez finalizada la guerra. Ucrania es uno de los 114 países que han respaldado la Declaración sobre Escuelas Seguras, acuerdo para proteger la educación en los conflictos armados que permite a las partes hacer uso de escuelas abandonadas o evacuadas únicamente cuando no haya una alternativa viable.

Ataques indiscriminados de las fuerzas rusas

Muchos de los ataques rusos que Amnistía Internacional ha documentado en los últimos meses fueron llevados a cabo con armas inherentemente indiscriminadas, incluidas municiones de racimo, prohibidas internacionalmente, o con otras armas explosivas con efectos en una superficie amplia. En otros se usaron armas guiadas con diversos grados de precisión; en algunos casos, las armas eran lo bastante precisas para dirigirse a objetivos específicos.

La práctica del ejército ucraniano de emplazar objetivos militares dentro de zonas pobladas no justifica en modo alguno los ataques indiscriminados rusos. Todas las partes en un conflicto deben distinguir en todo momento entre objetivos militares y bienes de carácter civil, y adoptar todas las precauciones posibles, incluso en la elección de armas, para reducir al mínimo el daño a civiles. Los ataques indiscriminados que causan la muerte o heridas a civiles o dañan bienes de carácter civil son crímenes de guerra.

“El gobierno ucraniano debe asegurarse inmediatamente de que emplaza a sus fuerzas lejos de zonas pobladas o evacuar a la población civil de las zonas donde opera el ejército. Las fuerzas armadas nunca deben usar hospitales para combatir en una guerra y sólo deben usar escuelas o viviendas civiles como último recurso, cuando no haya alternativas viables”, concluyó Agnès Callamard.

El 29 de julio de 2022, Amnistía Internacional se puso en contacto con el Ministerio de Defensa ucraniano para presentarle las conclusiones de la investigación. En el momento de la publicación, aún no se había recibido ninguna respuesta.

Fuente: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2022/08/ukraine-ukrainian-fighting-tactics-endanger-civilians/

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ONG señala que los niños en África han perdido acceso a las escuelas por la pandemia y los conflictos armados

La organización Save the Children les pidió a los gobiernos intensificar sus esfuerzos para hacer de las escuelas espacios seguros de aprendizaje.

ANKARA

Los niños en África han perdido el acceso a la educación debido a la pandemia de la COVID-19 y los conflictos armados en diferentes naciones, informó este miércoles 16 de junio la organización Save the Children.

Los niños «están enviando un mensaje claro y urgente a los gobiernos y donantes: ‘Salven nuestra educación y hagan que las escuelas sean seguras'», expresó la organización en un comunicado.

La ONG ha lanzado una campaña denominada 100 Días de Acción justo cuando África conmemora el Día del Niño Africano y el 30 aniversario de la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño (ACRWC).

“Incluso antes de que ocurriera el cierre de escuelas por COVID-19, millones de niños en los países africanos afectados por la crisis y el conflicto estaban perdiendo la educación. Los niños de la África subsahariana han perdido, en promedio, 69 días de educación debido al cierre de escuelas y la falta de acceso al aprendizaje a distancia”, destacó Save the Children.

“La COVID-19 me ha afectado de muchas maneras. Pero el mayor problema que tuve durante el cierre de la escuela fue la depresión. No puedes ver a tus amigos, ni ir a la escuela. Estar encerrado en la casa fue muy duro para mí», dijo Yakob, un estudiante etíope de 16 años, citado por la organización.

Otra niña, Fatima, de 15 años, que es miembro del parlamento infantil en Malí, sostuvo que “las autoridades, los legisladores y los donantes necesitan, como primer paso, averiguar qué es lo que realmente falta en las escuelas y luego proporcionar un presupuesto que pueda cubrir las necesidades».

“La educación de los niños en las zonas de conflicto es desastrosa. ¡Imagínense a un niño que va a la escuela y la ve en llamas! Por supuesto que no querrá volver, pensará que no es un lugar seguro. Y lamentablemente, esto existe en nuestro país”, agregó.

En Somalia, donde más de 3 millones de niños no van a la escuela por motivos que incluyen conflictos y crisis relacionadas con el cambio climático, se citó a Farhiya, de 16 años, que afirmó: “Cuando sea mayor, quiero ser médico, pero estoy preocupada por no completar mis estudios debido al cierre de escuelas y la pandemia».

«He visto a niños abandonar la escuela porque han perdido su fuente de ingresos y porque sus familias no pueden pagar las tasas escolares, o porque las niñas se casan durante el cierre de la escuela», mencionó Farhiya.

Eric Hazard, director de Save the Children en África, declaró: “Si bien felicitamos a la Unión Africana por los avances logrados en el cumplimiento de las aspiraciones de la ACRWC, y sabemos que los gobiernos aún están lidiando con la crisis de salud, necesitamos que la educación sea una prioridad en su agenda para un mundo post-COVID. Antes de la COVID-19, los presupuestos de educación en toda la región estaban disminuyendo y los gobiernos no deben dejar de priorizarlo más aún cuando tienen que tomar decisiones difíciles».

*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.

https://www.aa.com.tr/es/mundo/ong-señala-que-los-niños-en-áfrica-han-perdido-acceso-a-las-escuelas-por-la-pandemia-y-los-conflictos-armados/2276531

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La realidad de los niños en África: durante el 2020 más de 21 mil fueron reclutados por el ejército y alrededor de 6 mil fueron víctimas de violación

Solo el año pasado, más de 6.400 niños en África (32% de ellos, niñas) fueron víctimas de una o más violaciones, mientras miles son reclutados y utilizados por el Ejército y grupos paramilitares. Estas cifras fueron dadas a conocer a través de un informe realizado por la ONU.

África cuenta con más de 21.000 niños reclutados y utilizados por el Ejército y grupos armados no estatales desde 2016, mientras más de 2.200 menores padecieron violencia sexual, alertó un informe difundido este martes por la ONU.

Asimismo, más de 3.500 infantes fueron secuestrados y se registraron más de 1.500 casos de agresiones a escuelas y hospitales.

Así lo afirmó un comunicado del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) de la ONU, que lamentó el récord mundial de la región en cuanto a niños víctimas de violencia sexual.

«Africa occidental y central incluso tiene el segundo número más alto de secuestros», según la nueva publicación de Unicef, que pidió a los socios que apoyen y aumenten la documentación de las violaciones graves a los niños, a la vez que prevengan y respondan a esa clase de agresiones a ellos.

Desde 2005, una de cada cuatro violaciones graves verificadas por la ONU en todo el mundo se cometió en Africa occidental y central.

Solo el año pasado, más de 6.400 niños (32% de ellos, niñas) fueron víctimas de una o más violaciones graves en la región.

Como resultado de la escalada de conflictos y la pandemia de coronavirus, 57,5 millones de niños necesitan asistencia humanitaria, una cifra que casi se duplicó desde 2020, recogió la agencia de noticias ANSA.

Las regiones afectadas sufren varias crisis humanitarias provocadas por el yihadismo y conflictos intercomunitarios (Malí, Níger, Burkina Faso o Nigeria), guerras civiles enquistadas (República Centroafricana) o reivindicaciones separatistas (Camerún).

Yemen ya se había visto afectado desde 2004 por una guerra interna entre el gobierno central y la insurgencia hutí.

Desde 2011 estuvo marcado por las protestas populares antigubernamentales, que desembocaron en el actual conflicto interno y regional.

Para la ONU, en Yemen hoy «el acceso a la atención médica es limitado o inexistente, la economía está al borde del colapso y millones de personas están al borde de la hambruna». 

En este sentido, advirtió que Yemen «es el peor desastre humanitario del mundo, que sigue agravándose».

Fuente: https://misionesonline.net/2021/11/24/ninos-en-africa/

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Mundo: Entre 10 y 20 millones de niños podrían no volver a clase este curso por el Covid, según ONGs

Organizaciones de infancia alertan de que entre 10 y 20 millones de niños podrían no regresar a la escuela este curso por la crisis económica derivada de la COVID-19.

Save the Children advierte en un nuevo informe, ‘Build Forward Better’, de que la educación de cientos de millones de niños en una cuarta parte de los países del mundo corre un riesgo alto de colapso.

Por otro lado, n nuevo informe de la organización, ‘Build Forward Better’, señala que factores como el cambio climático, la falta de vacunas frente a la COVID-19, los desplazamientos, los ataques violentos contra las escuelas y la falta de conectividad digital están poniendo en peligro el acceso a la educación de la infancia más vulnerable en 48 países.

Save the Children recuerda que a esta grave situación se deben sumar los 258 millones de niños en todo el mundo que ya estaban fuera de la escuela antes de la pandemia. La organización pide a los líderes políticos que deben aprender de la crisis educativa de la COVID-19, que ha interrumpido la escolarización de más del 90 por ciento de los alumnos del mundo, y adaptar los sistemas educativos para garantizar que los niños que viven en los países con menos recursos no vean peligrar su  derecho a la educación.

Según el nuevo análisis de Save the Children, la República Democrática del Congo, Nigeria, Somalia, Afganistán, Sudán del Sur, Sudán, Malí y Libia tienen sistemas educativos que se encuentran en «riesgo extremo» de colapso, seguidos de cerca de Siria y Yemen.

Esta ONG cifra en entre 10 y 16 millones de niños los que corren el riesgo de no regresar a la escuela debido únicamente a los impactos económicos de la COVID-19. Por otro lado, la crisis climática agrava el ya de por sí enorme riesgo, al resultar las escuelas dañadas o destruidas por fenómenos meteorológicos extremos, y es probable que un número cada vez mayor de niños tengan que huir de sus hogares, dejando atrás su educación.

Los nuevos datos de Save the Children siguen una investigación reciente de la organización que encontró que, en promedio, los niños de los países de bajos ingresos han perdido un 66 por ciento más de sus días escolares durante la pandemia, en comparación con sus compañeros de otros países más ricos.

«Casi la mitad de los 75 millones de niños y niñas que interrumpen cada año su educación lo hacen por amenazas climáticas como ciclones, inundaciones y sequías. A todo ello, se suma la pandemia y los horribles ataques contra las escuelas en países como Nigeria y Yemen. Necesitamos construir hacia adelante y de manera diferente, utilizando todo esto como una oportunidad para el cambio positivo», concluye Inger Ashing, directora ejecutiva de Save the Children Internacional.

Por su parte, Plan International denuncia que, en países de rentas bajas, con menos de un 2 por ciento de la población vacunada y con una grave crisis económica, si no se toman medidas la crisis global generada por la COVID-19 podría hacer que 20 millones de niñas no regresen a clase este curso.

«En este escenario, es imprescindible aumentar esfuerzos y habilitar recursos para que ninguna se quede atrás pero también es fundamental invertir en las habilidades digitales de las adolescentes más vulnerables. Acabar con la brecha digital en un mundo aún más digital después de la pandemia, debe estar en la agenda política y social», señala Concha López, directora general de Plan International España.

Tal y como expone la ONG, ya antes de la pandemia 132 millones de niñas no iban al colegio y este año enfrentan las secuelas de un año difícil para su educación. Un informe de Plan International realizado a través de testimonios de 1.900 adolescentes, padres y profesores de Guatemala, Honduras, Kenia, Nepal y Sudán revela la dificultad de niñas y adolescentes para mantenerse en la educación durante este año de pandemia.

Una media del 46 por ciento de las adolescentes aseguró no haber podido estar en contacto con la clase, una cifra que en Sudán asciende al 84 por ciento. Por su parte, el 77 por ciento de los profesores dijeron no haber podido trabajar online por la falta de aparatos de conexión o acceso a Internet de sus estudiantes. El 41 por ciento de las adolescentes aseguró no haber tenido tiempo para las clases por tener que atender en la casa o trabajar para apoyar económicamente a las familias.

Además, las adolescentes se sienten especialmente inseguras en su retorno a las clases: el 63 por ciento asegura no haber aprendido tanto como estudiando presencialmente.

Según Plan International, no solo se trata de la COVID-19. Los conflictos armados conjuntamente con la crisis climática y la económica están provocando un aumento global del hambre, y las mujeres y las niñas representan el 70 por ciento. Además, cuando las familias sufren económicamente, son ellas las primeras en verse obligadas a dejar los estudios.

En este sentido, las niñas sin educación tienen tres veces más posibilidades de ser casadas o acabar unidas a un hombre mayor que ellas antes de los 18 años que aquellas que terminan la secundaria. «Si se alejan ahora de la educación, muchas nunca volverán a la escuela, lo que supone el fin de su educación y la pérdida de su potencial», advierte la ONG, que alerta de que, como consecuencia de la crisis, se estima que pueda haber 13 millones más de matrimonios infantiles en los próximos 10 años.

Fuente: https://www.notimerica.com/politica/noticia-10-20-millones-ninos-podrian-no-volver-clase-curso-covid-ongs-20210906143659.html

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Libro (PDF): Nombrar lo Innombrable. Reconciliación desde las perspectivas de las víctimas

Reseña: CLACSO

Este texto es el testimonio del recorrido analítico realizado por un psicólogo y tres psicólogas de la Universidad Javeriana, en el marco de una intervención realizada por el Programa por la Paz- Cinep desde hace ya varios años. El territorio fue un inmenso campo de horror y dolor causado por la guerra en el Oriente Antioqueño. Esa guerra que ha dejado en toda Colombia miles de viudas y huérfanos, población civil gravemente afectada por la crueldad de quienes con un arma en la mano han perdido todo sentido de humanidad. Las autoras y el autor, con su corazón desgarrado, tuvieron el acierto de acercarse amorosamente al dolor hondo y permitirle comenzar a balbucear las palabras que finalmente fueron nombrando lo innombrable. Conversaciones que poco a poco exploraron en lo más profundo de la vida de estas mujeres, heridas en su corazón y en su alma, para hallar la visión que tienen del camino que han ido reencontrando para seguir viviendo la vida. Estos grupos luchan por recuperar la dignidad perdida por el odio y por superar el deseo de hacer justicia por mano propia frente a las graves y crueles ofensas recibidas. Levantarse de la postración ha hecho que tanto dolor se convierta en una propuesta que le impide a la muerte y a la tristeza tener la última palabra. Han proclamado que la vida y un camino real hacia la reconciliación, son posibles. Pero exigen, al mismo tiempo, que la sociedad, toda ella, y especialmente los ofensores y perpetradores, se responsabilicen de la destrucción y desestructuración de un tejido social del que todos y todas formamos parte.

 

Autor/a:                               Téllez Luque, Ana María –   Sánchez Benítez, Nathalie –   Tejada Bermúdez, Carolina –   Villa Gómez, Juan David – 
Editorial/Editor: Programa Por la Paz -CINEP
Año de publicación:  2007

 

País (es): Colombia
Idioma: Español
ISBN : 978-958-644-115-5
Descarga:   Libro (PDF): Nombrar lo Innombrable. Reconciliación desde las perspectivas de las víctimas
Fuente e imagen:

http://biblioteca.clacso.edu.ar/
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Siria: Casi 10 años después, una de cada tres escuelas ya no es utilizable

Declaración conjunta de Muhammad Hadi, Coordinador Regional Humanitario para la Crisis de Siria, y Ted Chaiban, Director Regional de UNICEF para Oriente Medio y el Norte de África, en la que aseguran que casi 10 años después del inicio del conflicto en Siria más de la mitad de los niños carecen de educación.

«Los niños en Siria siguen pagando el precio más alto en una crisis que está a punto de alcanzar el macabro hito de su décimo año el próximo mes de marzo. El sistema educativo de Siria está sobrecargado, sin fondos suficientes, fragmentado y no está preparado para ofrecer servicios seguros, equitativos y continuos a millones de niños.

En Siria hay más de 2,4 millones de niños sin escolarizar, de los cuales cerca del 40% son niñas. Es probable que esta cifra haya aumentado en 2020 debido al impacto de la pandemia de COVID-19 que afecta a la interrupción de la educación en el país. Una de cada tres escuelas en Siria ya no puede utilizarse porque ha sido destruida, dañada o utilizada con fines militares. Los niños que pueden ir a la escuela a menudo asisten a clases en aulas superpobladas y en edificios con sistemas inadecuados de agua y saneamiento, electricidad, calefacción y ventilación.

Las Naciones Unidas pueden confirmar unos 700 ataques contra escuelas y personal escolar en Siria desde que comenzó la verificación de los actos de graves violaciones de los derechos de los niños. El año pasado se confirmaron 52 ataques.

Incluso mientras la guerra continúa, la educación sigue siendo un faro para millones de niños. Es un derecho que debe ser protegido y preservado. Pedimos a todas las partes implicadas en los combates que pongan fin a los ataques contra las instalaciones y el personal escolar en Siria.

Seguimos apoyando la educación en Siria a través de muchos socios, pero los fondos se están agotando. El sector de la educación está crónicamente infrafinanciado. El año pasado, nuestro llamamiento conjunto en materia de educación sólo recibió un tercio de los fondos solicitados inicialmente. Una financiación continua y a largo plazo ayudará a cerrar la brecha y a que los niños vuelvan a la escuela, dándoles las habilidades que necesitan para reconstruir su país cuando vuelva la paz».

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2021-01/siria-casi-10-anos-despues-una-de-cada-3-escuelas-ya-no-es-util.html

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