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El Congo: La educación en las emergencias

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Las vidas de las niñas destrozadas por los ataques a escuelas en la República Democrática del Congo

Redacción: Allafrica

Las niñas sufrieron violencia sexual y otros abusos cuando grupos armados atacaron cientos de escuelas durante el conflicto de 2016-2017 en Kasai, según un informe de la Coalición Global para Proteger la Educación del Ataque.

Alumnas de la República Democrática del Congo fueron violadas, forzadas a contraer matrimonio y usadas como escudos humanos por milicias que creían que tenían «poderes mágicos» durante la violencia hace más de un año, dijo el lunes una investigación de un grupo de organizaciones benéficas.

La Coalición Global para Proteger la Educación del Ataque (GCPEA) dijo que su investigación sobre la violencia de un año en la región central de Kasai en el Congo, que terminó en gran parte en 2017, encontró que las estudiantes sufrieron múltiples abusos por parte de grupos armados.

Basado en entrevistas con más de 55 estudiantes y maestros, el informe documenta testimonios de sobrevivientes y testigos de cómo los milicianos atacaron cientos de escuelas, secuestrando a niñas para la esclavitud sexual, el matrimonio forzado y para servir como niños soldados.

«Las milicias creían en los poderes mágicos de las niñas y, a menudo, las usaban como la primera línea de defensa para sacudir sus faldas para alejar a los soldados con armas», dijo Diya Nijhowne, directora ejecutiva de GCPEA, en un comunicado.

Armado solo con una escoba o un utensilio de cocina, las niñas fueron colocadas en el frente, dijo el informe, ya que se creía que poseían poderes que detendrían las balas y protegerían a toda la unidad en combate. Muchos niños fueron asesinados de esta manera, agregó.

El conflicto en Kasai, que enfrentó al ejército congoleño y alió a la milicia Bana Mura en contra de la milicia Kamuina Nsapu, mató a hasta 5,000 personas y obligó a 1,5 millones de personas a abandonar sus hogares, según Naciones Unidas.

Los investigadores de derechos humanos de la ONU dijeron en un informe de junio que los rebeldes y las tropas del gobierno cometieron atrocidades como la violación masiva y el canibalismo en Kasai, y agregaron que había «un grave problema de impunidad».

En julio de 2017, un tribunal congoleño condenó a siete soldados por el asesinato de presuntos miembros de la milicia en Kasai después de que un video mostraba a soldados disparando a personas, algunas de ellas mujeres jóvenes, a quemarropa.

«Los líderes de la milicia nos dieron a las niñas una escoba, que se consideraba mágica. Me dieron un (utensilio de cocina) de madera que se suponía que era una pistola mágica», dijo Lucia N., una estudiante de secundaria en el territorio de Dibaya, según se cita en el informe.

«Después de eso, fui con ellos dondequiera que iban y participé en varias batallas. Luego me di cuenta de que no podríamos derrotar a los soldados con la magia. Nos estaban matando en gran número».

Los grupos de derechos humanos instaron a las autoridades congoleñas a investigar y procesar a los responsables de las atrocidades, y pidieron que se brindara apoyo a los sobrevivientes.

«Encuentro que los casos documentados en el informe de niñas violadas por milicianos, y las que se ponen indefensas en el frente, son absolutamente horripilantes», dijo Bede Sheppard, subdirectora de derechos de los niños de Human Rights Watch, miembro de la GCPEA.

«Los estudiantes que sufrieron estos terribles ataques merecen acceso a asistencia médica, psicológica y social, incluida la asistencia para continuar sus estudios».

Fuente: https://allafrica.com/stories/201905210014.html

 

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Colombia: Hay más de 1.000 docentes rurales víctimas del conflicto armado

Redacción: Semana

El más reciente estudio de la Fundación Compartir reveló que un número considerable de maestros han sido secuestrados, asesinados y desaparecidos entre 1958 y 2018.

Diana lleva más de 26 años como docente de primaria en el departamento de Nariño. A pesar de resistir a los hostigamientos de las Farc (antes de la firma del Acuerdo de Paz), y luego a la persecución del ELN, se vio obligada a no regresar a la escuela. Las ganas con las que había asumido su trabajo en una zona de conflicto armado en Nariño desaparecieron cuando, por medio de un panfleto, le dijeron que tenía que salir del pueblo.

Junto a ella fueron amenazados y desplazados 14 profesores más. El colegio quedó vacío, los más de 1.000 estudiantes que estaban inscritos hasta 2017 no volvieron a asistir a clases. Su caso fue investigado por la Unidad Nacional de Protección, que consideró que estaba en riesgo extraordinario y por lo tanto debía ser trasladada. Pero, a criterio de Diana, la enviaron para un lugar más peligroso.

La realidad de Diana fue y es la realidad de 1.579 maestros de las zonas rurales del país que han sido víctimas del conflicto armado en los últimos 60 años, según la Fundación Compartir. Esta entidad realizó un exhaustivo estudio en 170 municipios priorizados en el acuerdo de paz con las Farc con el objetivo de comprender la condición de los docentes y directivos rurales que se encuentran en las zonas más afectadas por la violencia y el conflicto armado.

Entre los hallazgos más escabrosos aparece que 1.063 maestros (67,3%) sufrieron asesinatos selectivos, siendo este el delito más frecuente para esta población. 201 (12,7%) sufrieron secuestros. 200 (12,6%) fueron desaparecidos.

Ahora, de los 1.579 docentes que han sido blanco de la guerra en Colombia, 561 (35,5%) han sido reportados en las regiones con Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (Pdet). En estas regiones existe una concentración muy fuerte en el delito de asesinatos selectivos con cerca del 69% de las víctimas, seguido de las desapariciones con el 11,8% y los secuestros con el 9%.

“Esta situación de riesgo de los maestros también se ha identificado recientemente con el asesinato de líderes sociales en el marco del posacuerdo. Según la Comisión Colombiana de Juristas, los docentes han sido víctimas de homicidios en departamentos como Cauca, Córdoba, Valle, La Guajira, Tolima, Antioquia y Risaralda y en Bogotá”, lee en el estudio.

Pero en medio del terror que surge durante la guerra, los docentes siguen empeñados en ser constructores de paz. De acuerdo con este estudio de la Fundación Compartir, su permanencia en los territorios se convierte en un acto de resistencia que previene un mayor abandono de las escuelas rurales, especialmente en territorios donde las entidades gubernamentales y la fuerza pública no tienen ningún tipo de intervención.

Actitud que, aunque beneficia a la comunidad en donde enseñan, evidentemente los deja en peligro. Por esa razón, este estudio propone algunas claves y recomendaciones de política educativa para que los docentes permanezcan en el campo sin que sus vidas corran peligro.

La Fundación Compartir recomienda, por ejemplo, “que el Estado garantice la protección, así como de su atención psicosocial de los docentes víctimas del conflicto armado, (…), y, por otro, se encargue de su formación en competencias socioemocionales que les permita generar en los estudiantes una disposición hacia la convivencia pacífica”. 

Por último, propone que el Gobierno Nacional elabore un plan de reconocimientos e incentivos económicos, académicos y simbólicos para fomentar el arraigo de los maestros en las zonas rurales donde laboran. Una propuesta que ha funcionado en algunos países de América Latina.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/hay-mas-de-1000-docentes-rurales-victimas-del-conflicto-armado/618605
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OIT: Aumenta el trabajo infantil en Medio Oriente y norte de África por conflictos

Redacción: Telesur

Los niños están cada vez más involucrados en peores formas de trabajo infantil y en conflictos armados, según el estudio.

Un informe avalado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que el trabajo infantil en Medio Oriente y en el norte de África ha aumentado en la última década por los conflictos y crisis.

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El texto, titulado «El trabajo infantil en la región árabe: un análisis cuantitativo y cualitativo», también relaciona el incremento de los niños refugiados y los desplazados internos con las guerras en la región.

Sin embargo, el director regional adjunto para los Estados Árabes de la OIT, Frank Hagermann, indicó que la falta de datos de años anteriores hace difícil calcular la cifra exacta del aumento del trabajo infantil.

Peores formas de trabajo infantil

El informe asevera que los niños «están cada vez más involucrados en las peores formas de trabajo infantil» en la región árabe, en referencia a trabajo en la calle, servidumbre por deudas, matrimonios precoces y explotación sexual con fines comerciales.

En este sentido, el estudio señala que los menores «son víctimas de una grave y preocupante explotación, abusos y violación de sus derechos».

«La agricultura concentra más de la mitad del trabajo infantil en países como Yemen, Sudán y Egipto. Este sector se caracteriza por un ingreso precoz al trabajo en comparación con otros sectores», detalló Abdessalam Ould Ahmed, asistente del director general de la FAO y representante regional para el Cercano Oriente y África del Norte.

Conflictos armados

Los niños también son víctimas de la participación directa e indirecta en los conflictos armados. De hecho, en la última década hubo un aumento en el reclutamiento y uso de menores por parte de grupos armados, sobre todo en Yemen, Siria e Irak.

Actualmente, más de la mitad de los países árabes atraviesan conflictos, que han dejado como consecuencia muertes, flujos de refugiados y desplazados internos.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/aumenta-trabajo-infantil-medio-oriente-norte-africa-conflictos-20190320-0033.html

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Más de 100 niños soldado recuperan la libertad en Sudán del Sur

África/Sudán del sur/14 Enero 2019/Fuente: El país

Entre los liberados hay 48 niñas. El reclutamiento de menores en el mundo se ha duplicado desde 2012

El grupo rebelde Movimiento de Liberación Nacional de Sudán del Sur ha dejado este martes en libertad a 119 niños soldado, en el marco de un acuerdo de colaboración con Unicef. Entre ellos hay 48 niñas. Desde que estalló el conflicto a finales de 2013, 3.100 menores de edad han sido liberados tras ser reclutados

El niño más joven del grupo liberado este martes —Día Internacional contra el uso de niños soldado— en Yambio, en la zona suroeste del país africano, tiene apenas 10 años. Desde febrero de 2018, han sido liberados más de 1.000 menores, sin embargo, otros 19.000 siguen en las filas de distintas organizaciones, estima Unicef.

Dentro del proceso facilitado por la ONU, cada niño queda registrado y recibe un documento que acredita que ya no forma parte del grupo armado. En un primer momento, tiene a su alcance trabajadores sociales, personal médico y educadores, y bienes de primera necesidad como ropa y calzado. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia les brinda tres años de apoyo para reintegrarse en la vida civil y prevenir que vuelvan a caer en las garras de alguna de las múltiples facciones que operan en Sudán del Sur, según un comunicado de la organización internacional.

El número de niños usados en conflictos armados en todo el mundo se ha multiplicado por dos desde 2012, con al menos 30.000 casos de reclutamiento verificados en este periodo, denuncia Child Soldiers International. La ONG alerta también de una creciente explotación de las niñas y de un aumento de los casos de abuso sexual.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/02/12/planeta_futuro/1549988172_474392.html

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Todos a la Escuela: tras «el reino de la poesía insigne»

Por: Francisco Ocaranza Bosio

En el año 2000, durante la realización del Foro Mundial sobre la Educación en Dakar, Senegal, 164 países se comprometieron a reducir a cero la marginalización del sistema de educación primaria universal para el año 2015.

La meta no se cumplió, aunque sí se redujo la brecha. De los casi 100 millones de niños de entre 6 y 11 años que se encontraban fuera del sistema, hoy quedan alrededor de 61 millones fuera del mismo.

Podemos alegrarnos por lo logrado o llorar por lo mucho que queda por hacer. La verdad sea dicha, ninguno de estos comportamientos es aceptable.

El desafío sigue siendo la inclusión, y los medios utilizados para lograr la reducción de la brecha deben servir para orientar y guiar la toma de futuras decisiones de corte político en materia de incorporación de niños al sistema escolar, mientras que la gran cantidad de los que permanecen fuera del mismo no pueden ser considerados una masa informe, sin rostro, ni historia personal o futuro posible.

Podemos alegrarnos por lo logrado o llorar por lo mucho que queda por hacer. La verdad sea dicha, ninguno de estos comportamientos es aceptable
La región de África subsahariana encabeza la proporción de niños excluidos, con 34 millones, poco más del 50% del total mundial. Ésta es seguida por Asia meridional, con unos 11 millones.

Entre estas dos zonas, pueden identificarse seis países que representan más de un tercio de los niños fuera del sistema: Nigeria 8.7 millones, Pakistán 5.6, India 2.9, Sudán 2.7, Etiopía 2.1, e Indonesia 2.0. Es de suponer que estas cifras se abultarían si se contara con datos relativos a Afganistán y Somalia.

De los niños que actualmente no forman parte de aquél, pueden distinguirse tres grupos de acuerdo al tipo de relación que los vincula: quienes han sido parte del sistema pero lo han abandonado (23% según cifras de 2014), los que se espera se integren en el futuro (34%), y finalmente los que se presume nunca serán parte de él (43%).

La región de África subsahariana encabeza la proporción de niños excluidos, con 34 millones, poco más del 50% del total mundial
Este último grupo representa el desafío más grande para los Estados, en tanto se encuentra conformado por unos 25 millones (15 millones de hombres y 10 millones de mujeres).

El revés de la trama lo constituyen 17 países que sí han conseguido dar grandes avances en el desafío asumido en Dakar, los que han pasado de tener 27 millones de niños alejados del sistema en el 2000, a solo 4 millones en 2012, lo que representa una reducción de 86% en poco más de un decenio. Lo anterior gracias a:

1. La eliminación de derechos de matrícula y rebaja del pago de arancel (Burundi que tomó esta decisión en 2004 pasó de escolarizar al 54% de los niños a un 94% en 2010).

2. El aumento del gasto en educación, con el fin de contratar más y mejores profesores y personal, adquirir material didáctico y construir escuelas (Ghana duplicó su gasto nacional en educación, pasando de un 4.2% en 1999 a un 8.5% en 2011, con lo cual la matrícula de primaria aumentó un 70%, de 2.4 a 4.1 millones en igual tiempo).

3. La transferencia directa de recursos económicos con fines sociales, de modo de permitir a las familias de escasos recursos poder enviar a sus hijos a la escuela (en el 2000 Nicaragua comenzó un programa llamado Red de Protección Social, mediante el cual se hacen dos inyecciones de dinero a las familias que califican para ello, así, entre los años 1998 y 2009, la tasa de niños que nunca había ido a la primaria descendió de 17 % a 7%).

Fancycrave | Pexels (CCO)
Fancycrave | Pexels (CCO)

4. La atención a los grupos sociales minoritarios (étnicos y lingüísticos) permanentemente postergados de la atención escolar (en Guatemala, se amplió el programa de educación bilingüe a 15 idiomas, se elaboró material didáctico apropiado, y capacitó a sus profesores. Como consecuencia, del 38% de los niños pertenecientes a la etnia Q’eqchi’ que nunca habían pisado una escuela primaria en el 2000, solo el 3% no lo hacía en 2011).

5. La superación de los conflictos armados. En 2014 había 21.5 millones de niños fuera de las aulas (el 35% del total del mundo), a lo largo y ancho de 32 países que se encontraban inmersos en aquellos (en Rwanda, mediante la articulación de un programa de incorporación de niños -huérfanos mayormente- a la escuela, la tasa de quienes nunca había asistido bajó de 18% en el 2000 a 9% en 2010).

6. La pertinencia de los programas de estudio (en Vietnam el plan de estudios comenzó a enfatizar el desarrollo de competencias básicas para la vida adecuadas a su propio contexto sociocultural, de forma que entre los años 2000 y 2010 han logrado descender la cifra de niños que no iba a la escuela, de un 3.8% a un 1.7%).

Cómo hacer oídos sordos a las palabras Gabriela Mistral, quien en 1917 nos hiciera ver que: “La pedagogía tiene su ápice, como toda ciencia, en la belleza perfecta. Ésta, la escuela, es, por sobre todo, el reino de la belleza. Éste es el reino de la poesía insigne. Hasta el que no cree cantar, aquí está cantando sin saberlo”.

Fuente: https://www.biobiochile.cl/noticias/opinion/tu-voz/2018/06/12/todos-a-la-escuela-tras-el-reino-de-la-poesia-insigne.shtml

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El conflicto en Afganistán deja a casi la mitad de la infancia fuera de la escuela

Afganistán/09 de Junio de 2018/El País

Casi cuatro millones de menores de edad no estudian debido al deterioro de la seguridad, la pobreza arraigada y la discriminación, alerta Unicef. El 60% de ellos son niñas

    • Unos 3,7 millones de niños y niñas en Afganistán, casi la mitad de la población de entre 7 y 17 años, están fuera de la escuela, según el estudio ‘Iniciativa mundial sobre niños fuera de la escuela: Afganistán’, publicado el pasado domingo. El conflicto, el empeoramiento de la situación de seguridad en todo el país, la pobreza y la discriminación contra las niñas son los factores a la base del aumento del número de pequeños que no asisten a la escuela por primera vez desde 2002. Las niñas representan el 60% de la población no escolarizada. Este porcentaje sube hasta el 85% en provincias como Kandahar, Helmand, Wardak, Paktika, Zabul y Uruzgan. 
    • Farida, de 40 años, enseña en un centro de aprendizaje acelerado en Jalalabad, en el este de Afganistán. Está decidida a hacer que las niñas vuelvan a estudiar y ha pasado horas convenciendo a los padres. Más de 176.000 menores de edad acceden a la educación comunitaria en Afganistán, que les brinda oportunidades de estudiar más cerca de sus hogares y, en algunos casos, en sus mismos hogares.
      Farida, de 40 años, enseña en un centro de aprendizaje acelerado en Jalalabad, en el este de Afganistán. Está decidida a hacer que las niñas vuelvan a estudiar y ha pasado horas convenciendo a los padres. Más de 176.000 menores de edad acceden a la educación comunitaria en Afganistán, que les brinda oportunidades de estudiar más cerca de sus hogares y, en algunos casos, en sus mismos hogares. 
    • Marhaba, de 15 años, asiste a una clase de costura en un centro de formación profesional en la ciudad de Jalalabad (Afganistán). Dejó la escuela después del segundo grado, cuando tenía ocho años y la familia se mudó a las afueras de Kabul, donde su padre trabajaba fabricando ladrillos. "Me sentí triste, perdida, porque no había escuela a la que asistir. Pero estaba feliz de que mi papá tuviera un empleo", explica. Marhaba comenzó a trabajar junto a él en la fábrica. Ahora gana un poco de dinero vendiendo ropa y algunas artesanías.
      Marhaba, de 15 años, asiste a una clase de costura en un centro de formación profesional en la ciudad de Jalalabad (Afganistán). Dejó la escuela después del segundo grado, cuando tenía ocho años y la familia se mudó a las afueras de Kabul, donde su padre trabajaba fabricando ladrillos. «Me sentí triste, perdida, porque no había escuela a la que asistir. Pero estaba feliz de que mi papá tuviera un empleo», explica. Marhaba comenzó a trabajar junto a él en la fábrica. Ahora gana un poco de dinero vendiendo ropa y algunas artesanías. 
    • Zahra, de 15 años, regresó a Afganistán desde Pakistán hace dos años. Solo completó el primer grado en la escuela antes de abandonar los estudios para ayudar en casa, pero ahora asiste a clases de aprendizaje acelerado en Jalalabad, en el este del país, para tratar de recuperar los años perdidos. "Quiero ser periodista porque quiero visitar a personas vulnerables y escucharlas y tomar notas", cuenta.
      Zahra, de 15 años, regresó a Afganistán desde Pakistán hace dos años. Solo completó el primer grado en la escuela antes de abandonar los estudios para ayudar en casa, pero ahora asiste a clases de aprendizaje acelerado en Jalalabad, en el este del país, para tratar de recuperar los años perdidos. «Quiero ser periodista porque quiero visitar a personas vulnerables y escucharlas y tomar notas», cuenta. 
    • Algunas niñas estudian bajo una tienda que recibe el apoyo de Unicef en las afueras de Jalalabad, en el este de Afganistán. La mayoría de las alumnas ha sido desplazada por el conflicto al menos una vez. El estudio de Unicef también arroja algunos datos positivos. Las tasas de deserción escolar, por ejemplo, son bajas, ya que el 85% de los niños y niñas que comienzan la escuela primaria terminan el último grado, mientras que el 94% de los niños y el 90% de las niñas que comienzan la secundaria inferior también completan el ciclo.
      Algunas niñas estudian bajo una tienda que recibe el apoyo de Unicef en las afueras de Jalalabad, en el este de Afganistán. La mayoría de las alumnas ha sido desplazada por el conflicto al menos una vez. El estudio de Unicef también arroja algunos datos positivos. Las tasas de deserción escolar, por ejemplo, son bajas, ya que el 85% de los niños y niñas que comienzan la escuela primaria terminan el último grado, mientras que el 94% de los niños y el 90% de las niñas que comienzan la secundaria inferior también completan el ciclo. 
    • La falta de infraestructura, incluidos baños, instalaciones para el lavado de manos y agua potable segura, es una de las razones por las que las niñas a menudo no asisten a la escuela.
      La falta de infraestructura, incluidos baños, instalaciones para el lavado de manos y agua potable segura, es una de las razones por las que las niñas a menudo no asisten a la escuela. 
  • Sharak e Muhajireen es una aldea en el distrito de Nili, en la provincia de Daikundi (Afganistán), donde viven casi 200 familias. Muchas de las jóvenes casadas o que tienen una edad superior a la de ir a la escuela se han inscrito en el Centro de Aprendizaje Acelerado de Unicef. Una de las mujeres del pueblo, Surayaa Hussaini, ha ofrecido espacio en su casa para dar clase. En esta foto, las estudiantes, que traen consigo a los hijos, juegan a voleibol o se sientan juntas durante el almuerzo.
    7Sharak e Muhajireen es una aldea en el distrito de Nili, en la provincia de Daikundi (Afganistán), donde viven casi 200 familias. Muchas de las jóvenes casadas o que tienen una edad superior a la de ir a la escuela se han inscrito en el Centro de Aprendizaje Acelerado de Unicef. Una de las mujeres del pueblo, Surayaa Hussaini, ha ofrecido espacio en su casa para dar clase. En esta foto, las estudiantes, que traen consigo a los hijos, juegan a voleibol o se sientan juntas durante el almuerzo.

    Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/06/01/album/1527852289_462081.html#foto_gal_7

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