Saltar al contenido principal

Uruguay: Algunos episodios de violencia en escuelas y centros de educación media vuelven a plantear el debate de cómo prevenirlos

América del Sur/Uruguay/educacion.ladiaria.com.uy

Autoridades, técnicos y sindicatos señalan importancia de que conflictos se resuelvan mediante el diálogo.

En las primeras semanas de clase de 2019 se registraron algunos episodios de violencia en centros educativos de varias partes del país que vuelven a abrir el debate sobre cómo abordar estas situaciones. Además de la preocupación por el abordaje de situaciones de violencia física o verbal, desde los distintos consejos desconcentrados de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) se están implementando estrategias para evitar que se llegue a ese punto. De todas formas, desde los sindicatos se reclama por la contratación de más técnicos para equipos multidisciplinarios que trabajen en los centros educativos, y también plantean la importancia del rol de los porteros, que no están presentes en todos los centros.

En general, entre técnicos, autoridades y sindicalistas existe acuerdo en que los episodios de violencia física en los centros educativos son casos aislados y no representativos de lo que sucede cotidianamente en esos espacios. No obstante, los distintos consejos de la ANEP y los sindicatos están preocupados por las agresiones registradas en los últimos tiempos, en algunos casos protagonizadas por estudiantes pero también por sus familias o incluso por actores externos a los centros educativos. Ello genera que los educadores deban estar preparados para abordar este tipo de situaciones y obliga a las autoridades y técnicos de la ANEP a generar mecanismos de rápida atención y de reconstrucción de los vínculos que posibilitan que tenga lugar el acto educativo.

Educación y sociedad

Si bien en el caso de primaria se registró una agresión a una auxiliar de servicio en una escuela de Soriano que tomó estado público hace semanas, al hablar de casos de violencia, la secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM), Elbia Pereira, no sólo cuenta los casos que se generan a la interna de la institución, sino que también incluye los que vienen de afuera, como robos y actos de vandalismo de los que también son víctimas algunos locales escolares. Según dijo a la diaria, debe pensarse que la educación no está alejada de la sociedad, en la que se registra “un aumento de violencia en las relaciones interpersonales”. Para Pereira “no hay un único camino de solución”, pero “no basta con decir que con educación se soluciona todo”. Agregó que si bien el sistema educativo tiene “mucho para aportar” en la mejora de la convivencia, no se cuenta con “una varita mágica para solucionar todos los problemas sociales”.

La FUM se ha reunido con varios actores políticos y judiciales para abordar el tema de la violencia, como el fiscal de Corte, Jorge Díaz, el Congreso de Intendentes y hasta el propio presidente de la República, Tabaré Vázquez. Pereira explicó que cada situación debe ser analizada en su contexto, ya que según la escuela y el territorio se pueden necesitar unos u otros dispositivos para atender estos casos. Además, está funcionando una comisión bipartita sobre salud laboral entre la Coordinadora de Sindicatos de Educación de Uruguay y el Consejo Directivo Central de la ANEP, donde se abordan las situaciones de violencia, y se generó un espacio de las mismas características en el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP).

Pereira entiende que las situaciones de violencia que surgen tienen que ver con “la diferencia, la tolerancia, la empatía”, entre otros. Por lo tanto, sostuvo que es clave que en los centros educativos se apunte a “dirimir las diferencias mediante diálogos”, para lo que también es importante el trabajo con las familias de los niños y con la comunidad. En ese sentido, valoró que la escuela pública uruguaya “tiene historia de trabajo conjunto con las familias” y mencionó el caso de las comisiones de fomento.

Los paros

Ni la FUM ni Fenapes ni AFUTU tienen resuelto que cuando ocurre una agresión a un funcionario se realice un paro automático a nivel nacional, aunque sí alguna de sus filiales, como la Asociación de Maestros de Montevideo. Al respecto, Pereira explicó que esa es la única filial del país que adoptó una resolución de ese tipo y que cuando hay una agresión a un maestro las filiales de cada departamento son las primeras en hacerse presentes en la escuela y, en caso de que se solicite la realización de un paro, la FUM lo analiza. Pereira aclaró que si bien la federación hizo paros “contra la violencia” en general, no lo ha hecho ante situaciones puntuales. En el caso de Fenapes, Slamovitz explicó que se aprobó un protocolo por el cual cuando hay una agresión se interrumpen las clases, se reúne en asamblea el núcleo sindical del liceo, se convoca a la filial departamental y se evalúa la situación. En el caso de que se considere grave, se plantea la posibilidad de hacer paro y se analiza, más allá de que cada filial puede resolver medidas de lucha parciales en algunas zonas. “Sabemos que la medida de paro no va a solucionar, pero es un llamado a la reflexión; entre tanta mano dura y represión, a veces cuesta encontrar un discurso que sea educativo y de prevención”, concluyó.

Abordaje

Si bien valoró positivamente la existencia de protocolos del CEIP para que los maestros sepan cómo actuar ante esas situaciones de violencia, la secretaria de la FUM entiende que “no todo se soluciona protocolizando”. Fundamentó que “la emergencia, la prevención y otras aristas que tiene este tema muchas veces no pasan por un protocolo” y, por ejemplo, los maestros pueden trabajar con los niños sobre la convivencia utilizando contenidos del programa de Primaria, no sólo a nivel teórico sino también en la práctica.

Ana Novo, coordinadora del Instituto de Formación en Servicio del CEIP, explicó a la diaria que en primaria el programa Escuelas Disfrutables cuenta con equipos en cada departamento del país, integrados por psicólogos y trabajadores sociales. Explicó que estos equipos están preparados para intervenir ante situaciones de violencia pero que, debido a la escasez de recursos humanos no se realizan muchas actividades de prevención. De todas formas, contó que desde el instituto, que apunta a la formación de maestros mientras ejercen, se ofrecen capacitaciones voluntarias para que los docentes sean capaces de identificar situaciones de violencia de las que son víctima los niños. “Se los forma en cómo manejarlas, sobre todo para que se utilice el protocolo que tiene Primaria para la intervención de distintos técnicos en casos de violencia”, contó, y agregó que también se ofrece una formación que apunta a dar herramientas para prevenir situaciones de violencia.

Además, señaló que para este año se proyecta la creación de un área nueva para estas temáticas, que será de “participación, comunicación y construcción de espacios educativos”. Novo dijo que el abordaje será tanto para situaciones dentro del aula como para otros espacios de las escuelas y sus zonas cercanas. Contó que la creación de este espacio surgió principalmente de la demandas de los maestros: “Nos plantean que para aprender matemática, lengua o ciencias naturales hay mucha bibliografía y fueron formados para eso, pero ahora se están desencadenando situaciones diferentes que no saben cómo resolver”.

La coordinadora entendió que si bien muchas veces los elementos que desencadenan las situaciones de violencia vienen desde afuera del centro educativo, los maestros también tienen que preguntarse qué tienen que ver, por ejemplo, con la agresión de un padre. “Algo tengo que ver, no soy un elemento neutral. Tengo que ver cómo recibí a ese padre, cómo lo atendí, cómo le hablé, cómo lo miré, cuánto tiempo dediqué a escucharlo. Tratamos de formar a los maestros en todo eso para poder manejar las situaciones antes de que lleguen a un golpe o un insulto”, explicó.

Con adolescentes

Marcel Slamovitz, presidente de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes), entendió que este año únicamente un episodio de violencia en un liceo montevideano ameritó un paro en la capital. Según consideró, el resto de las situaciones “son casos normales que se resuelven educativamente”, y descartó que últimamente exista “un brote de violencia, como plantean los que piden mayor represión en la sociedad”. El dirigente explicó que Fenapes ha discutido el tema y detalló: “Como profesores no tenemos una postura represiva, tenemos un análisis y una reflexión sobre la violencia en la sociedad; las oportunidades no las tiene todo el mundo”.

Slamovitz indicó que la federación concluyó que “en esta sociedad siempre va a existir violencia” y que sus reclamos únicamente apuntan a “paliar la situación”, pero no a “solucionar los verdaderos problemas”, ya que desde los liceos no pueden solucionar fenómenos sociales como el narcotráfico o la marginación. En ese sentido, Fenapes ha reclamado la presencia de equipos interdisciplinarios integrados por trabajadores sociales y psicólogos en todos los liceos. Además, sostienen que es necesario que los locales liceales cuenten con porteros y reivindican “su viejo rol”, el del funcionario “que conoce a los padres y a los estudiantes, que dialoga en situaciones conflictivas”. Según detalló el dirigente, este tipo de medidas permitirían “dar una contención y una ayuda”, porque las situaciones de violencia afectan los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Un tanto distinta es la visión de Gabriela Garibaldi, coordinadora del Departamento Integral del Estudiante (DIE) del Consejo de Educación Secundaria (CES), quien entiende que “todo lo que acontece dentro de un centro educativo es educativo”. Ese es el enfoque con el que trabaja el DIE, que cuenta con equipos psicólogos, psicopedagogos, educadores sociales y referentes de participación estudiantil que trabajan en todo el país organizados en regiones. Según contó a la diaria, una de las líneas de trabajo del departamento apunta a la convivencia y a la promoción de “los proyectos saludables que tengan que ver con los intereses y la participación de los estudiantes en los liceos”, además de “promover formas de relacionamiento en los liceos entre jóvenes, entre jóvenes y adultos y entre adultos”.

Prevención y atención

El trabajo del DIE apunta principalmente a la prevención de las situaciones de violencia, pero también se interviene cuando el episodio ya tuvo lugar. Garibaldi contó que para implementar acciones se tiene en cuenta a los estudiantes, pero también a su entorno. “Hacemos de todo, talleres con profes, con gurises. Los referentes regionales trabajan con los equipos liceales para darles voz a los gurises con los recursos que ya hay disponibles”, ilustró. Mencionó que también se realizan instancias de formación para los equipos docentes y de gestión de los liceos, y que desde el año pasado se comenzó a pensar en una forma de participación para acompañar de mejor manera a los referentes afectivos de los estudiantes. Eso hizo que este año estén trabajando en algunos liceos en espacios a los que asisten integrantes de las familias de los adolescentes, que son convocados por los propios estudiantes.

Garibaldi contó que los liceos también acuden al DIE cuando los episodios de violencia se concretan. En esos momentos tratan de “darle la palabra a todo el mundo” y “acompañar” para que los actores reflexionen y se pregunten “qué les pasó”. Consultada sobre la posibilidad de contar con más técnicos, como se reclama desde Fenapes, Garibaldi señaló que si bien en la actualidad hay psicólogos en todos los liceos de Montevideo, “es materialmente imposible” contar con un psicólogo, un educador y un trabajador social en cada uno de los 304 centros educativos gestionados por el CES en todo el país. “Por eso tenemos equipos regionales que lo que hacen es ir acompañando”, explicó. De todas formas, señaló que no se trata sólo de una cuestión de cantidad de técnicos, sino también del enfoque con el que trabajan. En ese sentido, consideró que en el mundo actual “ya no es pensable la vieja lógica del técnico apartado en una especie de gabinete, que recibe las derivaciones de los educadores y que atiende el problema como si fuera sólo del sujeto que aprende”. Según explicó, desde esa perspectiva se apuntaba a “recauchutar” al estudiante para que después volviera a la clase, pero “esa concepción no nos sirvió ni en los lugares donde teníamos la proporción de técnicos más maravillosa”, ya que “viene de un paradigma de patologización del estudiante” que no comparte.

“Nosotros trabajamos con lo que hay, a veces un trabajador social y un psicólogo, otras un psicólogo y un coordinador pedagógico; a veces hay portero y lo incorporamos al equipo. Obvio que hace falta más, pero con lo que tenemos se puede hacer mucha cosa. El asunto es cómo lo hacemos y desde qué lugar”, señaló. La coordinadora entiende que es clave generar acciones de acompañamiento o acuerdos de abordaje con los funcionarios administrativos o de portería de los centros educativos.

Preocupados

Desde la Asociación de Funcionarios de UTU (AFUTU) han planteado al Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP) “la preocupación por el tema de violencia y cómo la mayoría de las veces no es generada en el centro educativo sino en la familia o en el barrio”, explicó a la diaria la secretaria de prensa del sindicato, Lourdes Pintos. En escuelas técnicas de UTU es donde se registró la mayor cantidad de episodios de violencia que cobraron estado público en las primeras semanas de clase. Según señaló Pintos, hubo varias situaciones en centros de San José y en Montevideo, y más recientemente en Paysandú, donde, por ejemplo, funcionarios resultaron heridos al intentar separar peleas entre estudiantes.

En este último caso se valoró que parar y ocupar la escuela técnica era la mejor forma de que la comunidad hablara y reflexionara para buscar soluciones, explicó Pintos. Durante esos días AFUTU realizó asambleas en el centro educativo en las que participaron estudiantes, padres, medios de comunicación y actores políticos y sociales. Pintos detalló que la semana pasada se llevó a cabo una instancia bipartita en la que las autoridades de UTU se comprometieron a encontrar algunas soluciones, como que el centro cuente con una portería. Además, contó que se sugirió el trabajo con los equipos multidisciplinarios con los que UTU cuenta en la región, con mesas de adolescencia que funcionan en el territorio y con proyectos socioeducativos del Ministerio de Desarrollo Social.

La dirigente sindical explicó que AFUTU está intentando poner el tema de la violencia en discusión por medio de todas las formas posibles, ya que son conscientes de que no pueden resolverlo en solitario. “La clave está en pensar juntos con los demás actores sociales, en interrelación con las familias, con otras instituciones como policlínicas de ASSE [Administración de Servicios de Salud del Estado] o la Policía Comunitaria. En cada lugar hay que pensar qué es lo más adecuado”, afirmó. De todas formas, en lo que respecta a las acciones que pueden tomarse desde el sistema educativo, Pintos señaló que desde el sindicato “quieren evitar que los cargos estén ocupados por personas que se sientan solas” y que, en cambio, se sientan “respaldadas para trabajar”. Por lo tanto, entienden que es preferible el trabajo en equipo, pero advierten que no siempre hay condiciones para lograrlo.

Caso a caso

Nilsa Pérez, directora general del CETP-UTU, comparte la idea de que es necesario analizar caso por caso, ya que en cada territorio hay diferentes actores que pueden intervenir para resolver los conflictos. Según dijo a la diaria, muchas veces las situaciones que son denunciadas como hechos de violencia son “‘comunes’ dentro de lo que puede ocurrir normalmente en un centro educativo” al que asisten adolescentes, además de que “hay otros episodios que están atados a las características de la persona que los genera”. De todas formas, la directora señaló que muchas veces los equipos docentes, de dirección y de inspección realizan “acompañamientos varios” con los recursos que tiene la institución y actúan adecuadamente para atender o prevenir situaciones de violencia física.

UTU también cuenta con protocolos para este tipo de situaciones, aunque Pérez advierte que es necesario “usarlos, probarlos y ajustarlos”. Consultada sobre el rol que pueden jugar las porterías, la jerarca definió que principalmente pueden colaborar para resolver problemas que lleguen desde afuera al centro educativo y no tanto cuando el conflicto es protagonizado por actores del centro. “Muchas veces te piden cosas que no son funcionales al problema sobre el que hay que intervenir”, agregó.

“Quien ha trabajado con adolescentes sabe que frente a un pico de ira o una actitud violenta hay que estar al lado, aportarle elementos de reflexión, de análisis, para que controle esa fuerza que lo lleva a un acto violento. Lo mismo con los adultos. Después de que hiciste algo, pensá qué hiciste y por qué, el daño que generaste. Eso también es docencia. Un docente tiene que estar preparado para intervenir en este tipo de situaciones, pero no en forma solitaria; siempre hay un grupo de apoyo externo, reuniones de pares, una cantidad de recursos que hay que utilizar”, concluyó.

Impactos

Pereira señaló que “el impacto que se produce en alguien que es agredido es muy fuerte”, y que en el caso de las escuelas, donde las agresiones son protagonizadas por adultos que muchas veces son padres o madres, muy pocas veces se contempla adecuadamente la situación de los niños, que en algunos casos siguen yendo a la misma escuela. Además, la forma en que estas situaciones son abordadas por los medios de comunicación también incide cuando se busca la recomposición de los vínculos que se rompieron. “Lo mediático hoy es así, lo que impacta es lo que tiene poca permanencia, las noticias son hoy y ahora, y mañana dejan de serlo. Esa inmediatez hace que no analicemos las situaciones con la profundidad necesaria”, señaló Pereira. Por su parte, Garibaldi entiende que los episodios de violencia generan “afectaciones” sobre las que se trabaja para que “no obstaculicen procesos subsiguientes”. En general, señaló que los medios de comunicación “revictimizan” a los protagonistas “cuando se pone nombre y apellido de instituciones, familias, de chiquilines” porque “se los vuelve a hacer pasar por el sufrimiento de lo que pasó”. Al respecto, Pérez señaló que muchas veces los vínculos “se recomponen rápidamente”, lo que puede generar que la violencia se repita, y “eso es lo que tenemos que prevenir, atendiendo los problemas de fondo”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/4/algunos-episodios-de-violencia-en-escuelas-y-centros-de-educacion-media-vuelven-a-plantear-el-debate-de-como-prevenirlos/

Comparte este contenido:

Rafael Padilla. Joven director de escuela opina sobre necesidades educativas

 Autor: Carlos Zaragoza / Fuente: SDP Noticias

Te invito leer la entrevista que hice a un amigo ocupado en la reestructuración del sistema educativo básico.

¿Identificas en los alumnos de educación básica una brecha entre sus habilidades digitales y las maneras de adquirir conocimiento actuales?

Sin duda, existen diferencias reales entre como adquieren conocimiento y sus habilidades digitales, estas últimas potenciadas por padres que ven la tecnología como la oportunidad de controlar, tranquilizar y entretener al niño.

Es evidente que la manera de adquirir conocimiento, ha cambiado a lo largo de la historia hasta la actualidad es por esto que es pertinente que los sistemas educativos sean más agiles, actualizados y adaptativos a esta época donde el uso de la Tics es obligado y no podemos quedarnos atrás como directivos, docentes o padres de familia, donde el conocimiento está al alcance de la mano.

¿Cuáles son algunas de las habilidades que un docente innovador debe contener al momento de facilitar conocimiento?

El docente siempre tiene que ser innovador, en una era del conocimiento y la tecnología, el dominio de las TIC´S es más que necesario, dinamizar los conocimientos, tener interacción con los alumnos, crear estrategias para que los contenidos sean más atractivos y sean asimilados como algo útil. En sí, el docente de la época actual debe ser creativo, analítico, vanguardista, proactivo y estar al pendiente de los temas, tecnologías y actividades que los jóvenes dominan, evitando quedar rezagado.

¿Cuál podría el papel de las fundaciones en la promoción de un nuevo formato educacional en el sistema básico de educación?

Siempre las fundaciones y las instituciones de la sociedad civil, que se preocupan por la educación han alentado los cambios que pueden tener impacto en la sociedad. La educación como lo dijo Nelson Mandela, es el instrumento más poderoso para cambiar el mundo, es por esto que la colaboración que hagan y hacen las fundaciones, asociaciones y la sociedad civil en general es fundamental para lograr los cambios verdaderos.

¿Cómo concibes el nuevo modelo educativo y la nueva ficha curricular diseñada para los alumnos?

El nuevo modelo educativo no presenta cambios sustanciales, no presenta innovación, mejorar es solo hacer evidente, lo que ya estaba establecido, pero no en el papel, esto es, la autonomía curricular ya existía y eso se ve en los colegios que dan clases de religión y talleres extra, fomentar la asimilación y no la memorización es una tendencia, pero en México se siguen dando clases de manera tradicional y memorística en muchas instituciones. Cabe señalar que el nuevo modelo educativo dice fomentar la felicidad, pero no dice como, quedando en una subjetividad impresionante, que contraste con alumnos sin maestro, escuelas sin baños o cuotas que los padres no pueden pagar, entre muchos otros vicios, en conclusión, es solo pintar las cosas de otro color, sin cambiar la estructura.

¿Cómo fomentar la residencia en los alumnos de educación básica?

 

 

Considero importante que, para fomentar la resiliencia en los alumnos, sin duda el maestro tiene un papel fundamental en las aspiraciones, fracaso y sentimientos que van forjándose en el alumno, pero sin la labor de los padres de familia, por más motivación que el docente haga para superar conflictos escolares o en la convivencia, la residencia será letra muerta en la formación de la persona.

Un maestro puede fomentar la resiliencia desde la empatía que haga con el alumno, la filosofía que imprima en su labor, donde los problemas son solo situaciones que pasan y que nos pueden dejar un aprendizaje.

Un docente como lo he dicho en pláticas con mis profesores puede determinar el futuro de un alumno mucho más que sus padres, por eso la importancia de profesionales que sean sensibles a los alumnos para no solo aportar conocimientos, si no también inculcar valores y fortaleza ante las situaciones de la vida.

Fuente de la Entrevista:

https://www.sdpnoticias.com/nacional/2017/11/21/rafael-padilla-joven-director-de-escuela-opina-sobre-necesidades-educativas

Comparte este contenido:

Película: To Sir, with love

Reseña: Esta película británica de 1967, dirigida por James Clavell y protagonizada por Sidney Poitier, está basada en la novela homónima de E. R. Braithwaithe. Conocida en español por el nombre ‘Rebelión en las aulas’, trata sobre un ingeniero negro sin empleo que acepta un trabajo como profesor de un grupo de estudiantes conflictivos en una escuela a las afueras de Londres. Con el fin de ganarse su confianza, el profesor intentará recurrir a métodos tradiciones, pero al fracasar, se ve obligado a recurrir a otras fórmulas.

Link de Descarga: https://www.youtube.com/watch?v=L098Xg60yNM

Comparte este contenido:

Uruguay: Conflictos en la escuela, paros por agresión a maestros “culpabilizan” a todos los niños y padres.

América del Sur/Uruguay, 10 de junio de 2017. Fuente: espectador.com

A raíz de otro incidente entre una madre y una maestra en Canelones, la socióloga Nilia Viscardi, especializada en violencia en la educación, opinó en Suena Tremendo que los paros docentes no son la medida correcta ya que “contribuyen a la culpabilización y la responsabilización” de todos los alumnos y padres.

Viscardi aseguró que, mirando las estadísticas a nivel de frecuencia y gravedad, estos conflictos en las escuelas no deben ser tratados como indicadores de violencia delictiva o violencia social. La socióloga señaló que estas situaciones están apareciendo en lugares muy específicos y se tratan de agresiones por parte de madres a las maestras en Educación Primaria.

“Hay un reclamo muy mal canalizado, lo que se lee como falta de respeto puede ser sentido como falta de respeto hacia ellas (las madres) que devuelven con un golpe, y no significa que la educación no sea importante, significa que no están pudiendo dialogar con las maestras y que tienen expectativas respecto a una buena recepción, una buena nota, y al verlo frustrado evidentemente emergen de la peor manera”.

Viscardi dijo que hay una paradoja a nivel sociedad que consiste en que el agresor puede ser más vulnerable en términos sociales que aquel que fue agredido, siendo “muy complejo” atribuirle un sentido a esa relación de culpabilidad.

“Evidentemente se trata de un adulto que ha cometido una agresión física y eso debe ser señalado. Pero lo que se juega en el ámbito de educación son relaciones de poder, violencias institucionales o violencias sociales: la carencia de trabajo o las expectativas sobre la escuela, que se dan en conflictos en que la parte más vulnerable del vínculo puede ser la más agresiva. No estamos viendo agresiones a maestras a través de la violencia física en la educación de las clases medias y las clases altas, sin embargo, si hablamos con docentes, muchas veces dicen que se sienten presionados, intimidados”, aseguró.

Paros

Viscardi sostuvo que los colectivos comenzaron a situar el problema de la violencia “cada vez más en el centro retrocediendo otros temas de política educativa”. “Se politizó llegando a hacer paros por una agresión que un padre tiene en un centro educativo con la interpretación de que esto es una muestra de vulnerabilidad del trabajo docente”.

Hay varios sectores, con los cuales Viscardi concuerda, que dicen que los paros no son la medida correcta para erradicar el problema sino que está “fortaleciendo sus soportes”. “Pienso yo que el hecho de no suspender la tarea educativa colabora en que disminuya la violencia”, opinó.

“Alterar la jornada diaria y dejar sin educación a los niños no creo que contribuya a la comprensión, contribuye a la culpabilización de todos y a la responsabilización de aquellos que no habrían tenido nunca un actitud de estas características”.

Otra de las cuestiones es que, al acudir al paro como medida, se estigmatiza al agresor o a su núcleo familiar. “Se focaliza al agresor y se sitúa así toda la culpa cuando en realidad se trata de sectores muy vulnerables”, dijo Viscardi.

“No tenemos hoy los mecanismos jurídicos que den una respuesta acertada a este problema. Si vamos a ir a una denuncia y un pedido de respuesta judicial tenemos que innovar a nivel de las medidas judiciales para que estas no contribuyan a estigmatizar al niño, protejan al maestro pero que sean medidas que fortalezcan lo pedagógico, no que debiliten al niño”, expresó.

Pocos recursos.

Viscardi también hizo referencia a la falta de tiempo, debido a la los pocos recursos de la institución, dedicado a tratar los problemas del alumno. “En los casos más duros, evidentemente el caso de un docente que vive de la docencia y tienen todas sus horas allí, en un centro educativo más conflictivo, lo que no tiene es tiempo para resolver el problema, porque su contrato esencialmente es para la clase, no es para conversar con el alumno problemático”.

“Su objetivo es que la clase empiece y termine con determinado programa. Cuando el alumno distorsiona y no se logra una estrategia pedagógica para interesarlo, se lo expulsa. Y empieza ahí la distorsión institucional”, explicó.

“El docente no tiene las condiciones institucionales para poder atender este trabajo tan difícil y reclama medidas de seguridad, rejas, que vengan los padres, que haya un aula especial, todo lo que él no tiene las condiciones de hacer. Y la institución no tiene la cantidad de funcionarios necesarios para atender  estos estudiantes que quedan distorsionando el centro educativo”.

“¿Por qué todo esto recae en la violencia física, en la cuestión de la denuncia y la expulsión? Porque nosotros no estamos pudiendo a nivel educativo recentrar el asunto, ponerlo en los muros de la escuela y redireccionar los recursos, que creo que está claro que deben ser pedagógicos”, concluyó.

Fuente: http://www.espectador.com/sociedad/352583/paros-por-agresion-a-maestros-culpabilizan-a-todos-los-ninos-dice-experta

Comparte este contenido:
OtrasVocesenEducacion.org