Motivación en la escuela. Algunas ideas aplicadas en una escuela rural multigrado

Motivación en la escuela. Algunas ideas aplicadas en una escuela rural multigrado

Edilberto Mendieta García

El Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) es la institución federal encargada de dar brindar educación básica en zonas rurales del país en 31 entidades federativas (Mendieta García, 2020: 36), y desde 1971 capta a jóvenes que cuentan con secundaria o bachillerato, les da una formación docente express y los envía a dar clases. Así comencé mi aventura docente en 1996 en una localidad llamada La Venta, municipio de Calpulalpan, en el Estado de Tlaxcala, ahí cumplí mi primer ciclo escolar. Tenía escasos 18 años.

Mi segundo año comenzó en septiembre de 1997, en Ejido de Muñoz, municipio de Muñoz de Domingo Arenas. Fui designado como docente multigrado de Primaria, en el CONAFE Tlaxcala. No había un aula como tal, era un anexo de un establo. Ahí descubrí que había 2 niños de 1° grado, 10 de 2° grado (¡Pero 7 oscilaban sus edades entre los 8 y los 12 años!), y 4 de 4°; solo éstos últimos sabían leer y escribir; ellos iban a ser mis alumnos por todo el ciclo escolar.

La tarea diagnóstica para conocer a los estudiantes comenzó, pero ellos estaban hartos de la escuela, no les interesaba, cuando “los alumnos que acumulan una experiencia de fracaso, no sólo se perciben como incompetentes para la mayoría de los aprendizajes escolares sino que, además, valoran la escuela como algo inútil […]” (Tapia, 2005: 25). Por tanto cuando empecé a “silabear con ellos”, los niños de 2° grado que habían repetido años se notaban cansados, aburrido y llenos de tedio, ¡Y estaban contagiando a los de 1°! ¿Cómo motivar cabecitas infantiles que hasta la saciedad habían fallado y les habían dicho “burros”, “mensos” o algo parecido? Tenía que alentar a esos niños y esas niñas, motivarlos, que sí se podía.

Tras algunos intentos, encontré una lectura, que curiosamente los niños generalmente no tomaban porque se encontraba en un libro que no tenía ilustraciones, y venía un cuento: “Los sirvientes mágicos”. Yo conocía el texto porque en mi infancia mi padre me obsequió una adaptación con imágenes. Eso me ayudó mucho. Un día de octubre les dije: “Niños, niñas, les voy a leer un cuento”, y exhibí aquel libro que no les gustaba. Me dijeron “¡Ese no! No tiene dibujitos”. Respondí “Esperen, existe una historia que les va a encantar”. Mi salón era un cuarto de block, cemento y láminas de asbesto, unas butacas y sillas, un pizarrón y unos mapas, era una improvisada aula, pero en ese momento se volvió el teatro de los sueños. Tuve que leer como nunca. Hice las voces de los personajes, iba de un lado al otro dramatizando las escenas, con el gis y el pizarrón dibujando bosques maravillosos y carrozas. Los 16 niños se quedaron impávidos, no podían creer que ese libro aburrido tuviese una historia tan extraordinaria. El efecto no fue tan rápido, pero se fueron acercando a la Biblioteca, y me decían “Queremos leer”, y así fue más fácil, para enero de 1998 ya podían leer con cierta soltura y el libro se fue rolando de una casa a otra.

Si un cuento fue el detonador de la lectura. Una narración de un tigre siberiano y un zar ruso fue mi llave para historia y geografía. Los mapas de la escuela no les decían nada a mis alumnos, nadie les había enseñado interpretarlos, y leer los libros de texto de historia era un suplicio. Estábamos viendo los ecosistemas de la comunidad, pero una vez más dijeron: “Eso ya lo vimos, es ver que en nuestra comunidad hay plantas, animales, y un río”; bueno había que expandir el panorama de los estudiantes. Tuve que improvisar, no esperaba ese tipo de respuestas ¡Generalmente les gustaban los temas de ciencias naturales! Aprovechando que tenía muchos pedazos de gises de colores, les dije que les iba a contar la historia de zar ruso que quería una capa de piel de tigre siberiano, organizó una expedición desde Moscú hasta la tundra gélida. Mis manos debían ser tan rápidas como la historia que narraba, dibujé pinos, montañas, nieve y cazadores. A la par usaba un vetusto mapamundi para trazar la ingente ruta y usando matemáticas, imaginábamos distancias en kilómetros. Honestamente me excedí de la hora de clases. ¿El resultado? Los niños y las niñas querían ver fotos, querían ver videos, ¡Querían ver el tigre de Siberia! ¡Querían conocer Rusia! ¿Cómo era Moscú? ¿Siempre hay nieve en la tundra? ¿Hiela? El efecto tuvo varios resultados, podría enseñar Ciencias Naturales e Historia, si anteponía alguna historia relacionada al tema, y funcionó todo ese ciclo. Al final aprendimos banderas, países, historias, climas, nombres, etc.; y todo esto me hizo enriquecer la caja de palabras, y con ella ampliar vocabulario.

¿Qué se puede sacar de provecho de esto? ¿Cómo se trabajó la motivación en los alumnos? Retomando a J. Alonso Tapia, aquellos niños y niñas lograron:

1.- Superar dificultades que antes les habían frustrado, sobre todo con la lectura. Fue necesario poner algunas bases para la adquisición de la lengua escrita, pero el saber que un libro de “puras” letras era interesante despertó la curiosidad e impulsó a los niños a “descubrir” el texto.

2.- El tiempo invertido para los alumnos fue relativamente reducido. Sobre todo porque estaban motivados a leer, y el ejemplo de unos incitaba a otros. En el caso de las historias como la del tigre siberiano, valía para ellos la pena invertir su tiempo en ver mapas, calcular distancias o conocer otros lugares, con tal de conocer el desenlace de la historia.

3.- Al ver que aprendían, que contaban con habilidades y destrezas para “resolver los retos” que enfrentaban, mejoró la autoestima de los alumnos y las alumnas, y les motivó para seguir adelante.

El reto fue un alumno que no escuchaba de un oído, sin embargo sus compañeros le animaban y hasta al final aprendió a leer y escribir. Lamentablemente, mi inexperiencia me hizo detectar eso muy tarde, pero al final lo logró.

Cuando me fui de Ejido de Muñoz, los alumnos pasaron de año escolar. Y como decía una antigua canción de CONAFE “he sembrado la semilla del conocimiento en la tierra más fértil… los niños”. ¿Fui mejor docente que otros que me antecedieron o me sucedieron? ¡Claro que no! Solo necesitaban saber que ellos podían “A veces no es que los alumnos no aprenden porque no están motivados, sino que no están motivados porque no aprenden” (Tapia, 2005: 4), y ellos, pudieron, yo solo les abrí la puerta.

Bibliografía

Mendieta García, E. (2020). “Una educación en el medio rural ¿Ha sido posible?”. En Universciencia, 18 (55), pp. 33-39.

Tapia, J. A. (2005) “Motivación para el aprendizaje. La perspectiva de los alumnos”. En La orientación escolar en centros educativos. Madrid. MEC, pp. 209-242.

Fuente de la Información: https://profelandia.com/motivacion-en-la-escuela-algunas-ideas-aplicadas-en-una-escuela-rural-multigrado/

 

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Cambios y retos del CONAFE en la 4T

Por: Diego Juárez Bolaños
Académico del INIDE, Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Responsable Técnico de la Red Temática de Investigación de Educación Rural (RIER)

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo Estratégico en Modelos y Políticas Educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.


El pasado 11 de febrero, Gabriel Cámara rindió protesta como nuevo director general del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe). Este organismo descentralizado del gobierno federal es el encargado de ofrecer servicios educativos de los niveles inicial, preescolar, primaria y secundaria a los niños, niñas y adolescentes de las localidades rurales más pequeñas y dispersas del país. Precisamente el 11 de septiembre de este año, el Conafe celebrará 50 años de existencia.

El haber existido por casi 50 años es un logro del Conafe, en un país donde son constantes los casos de desaparición de instituciones educativas. Un logro más, es el haber subsistido a una importante cantidad de directores que llegaron al cargo por claros criterios políticos, más que por sus conocimientos y experiencias relativos a la educación rural.

Sin duda, la designación del nuevo director en Conafe es uno de los mayores aciertos en materia educativa del actual gobierno federal. Basta recordar que el Director que antecedió en el cargo al Dr. Cámara fue señalado en diversos medios de comunicación por otorgar contratos millonarios a empresarios cercanos a su persona, por lo que fue denunciado por ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencias, peculado y conflicto de interés (El Norte, 2020).

Un perfil totalmente opuesto es el de Gabriel Cámara, quien cuenta con una larga experiencia relacionada con procesos educativos en los territorios rurales. Ha sido Consejero Técnico de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu); colabora en la organización civil Redes de Tutoría, la cual impulsa las estrategias pedagógicas llamadas Comunidades de aprendizaje y redes tutoras; ha fungido como asesor del propio Conafe durante la implementación de los modelos de Posprimaria Comunitaria en la década de 2000 y del actual modelo de educación comunitaria nombrado Aprendizaje Basado en la Colaboración y el Diálogo (ABCD); además de haber colaborado con telesecundarias rurales y de haber participado en procesos de formación a diversos actores educativos, incluyendo funcionarios y académicos.

Sin embargo, el Dr. Cámara llega a una institución debilitada durante la presente administración federal. A pesar de los impactos sociales y educativos que ha tenido Conafe durante varias décadas en las poblaciones que, al menos en el discurso, son el centro de atención de la 4T, su presupuesto ha pasado de poco más de 4 mil 800 millones de pesos en 2019, a alrededor de 3 mil 900 millones en 2021 (SHCP, 2021). De esta manera, los recursos públicos para atender la educación básica de los pobladores de las comunidades rurales más pequeñas y dispersas del país han disminuido casi 20% durante los últimos dos años.

Lo anterior marca el principal reto que Gabriel Cámara y su equipo enfrentarán en Conafe: la falta de recursos económicos para fortalecer las tareas del Consejo. Ya que la disminución presupuestal del Conafe es una acción regresiva, se tendría que dar a conocer tal hecho tanto en el área hacendaria federal, como en el poder Legislativo, además de la opinión pública. Podría desarrollarse una estrategia del Conafe en los ámbitos político y comunicativo para obtener un presupuesto mayor durante 2022. Dispone de abundantes argumentos para intentarlo.

Otro de los retos que enfrenta el Conafe tiene que ver con las figuras educativas que imparten la educación comunitaria. Desde sus inicios, la institución atiende los centros educativos mediante jóvenes que realizan su servicio social en las comunidades rurales. Diversos estudios y evaluaciones (Arteaga, Popoca y Juárez, 2020; RIER/INEE, 2018; Urrutia, 2014; Juárez, 2009; Ezpeleta y Weiss, 2000) han mostrado que la reducida formación didáctica de estos jóvenes servidores sociales es una limitante del funcionamiento del Consejo. A ello habría que sumar el hecho de que muchos de los docentes egresados de Escuelas Normales y UPN’s no están dispuestos a trabajar en las pequeñas y alejadas comunidades rurales que atiende Conafe.

Una alternativa para atender este asunto ha sido el firmar convenios entre Conafe y diversas instituciones formadoras de docentes, a fin de que los estudiantes realicen su servicio social o prácticas profesionales como maestros rurales. Ello permitiría incrementar el perfil educativo de las figuras que atienden las escuelas comunitarias.

Un reto más tiene que ver nuevamente con el tema presupuestal. Durante la llamada 4T se han ampliado para los jóvenes las posibilidades para obtener alguna beca. Y los recursos que otorgan tales becas son muy similares a lo que se paga a los líderes educativos del Conafe. Esta ampliación de oferta de becas ha impactado en la cantidad de jóvenes que desean ser figuras educativas del Conafe, además de que se ha incrementado su tasa de deserción (RIER/ INEE, 2018). Tendría que ser un motivo de vergüenza nacional que el gobierno federal continúe ofreciendo apoyos que apenas rebasan los $3,500 pesos mensuales a las figuras educativas que trabajan en las escuelas de las poblaciones más pequeñas y dispersas del país.

Durante varios ciclos escolares el Conafe creó una figura educativa llamada Asesor Pedagógico Itinerante (API), la cual reforzaba el trabajo pedagógico en ciertas escuelas, donde los alumnos hubiesen obtenido un bajo rendimiento escolar. Los API’s constituían la única figura con estudios profesionales que trabaja en las localidades atendidas por Conafe. Sin embargo, sin alguna explicación pública y sin mostrar razones técnicas que llevasen a tal decisión, el Conafe despareció la figura del API en 2020. Un desafío más del Dr. Cámara y su equipo en el Consejo será dar marcha atrás a tal decisión.

El último reto que deseamos destacar se relaciona con las limitaciones pedagógicas que ha mostrado el modelo educativo ABCD que utiliza el Conafe desde el ciclo escolar 2016-2017. Entre éstas, se encuentra la dificultad para aplicarlo con estudiantes de preescolar y de los primeros grados de primaria, además de que el modelo no considera estrategias para la enseñanza de la lectoescritura, lo que se suma a la necesidad de contar con diversos recursos (libros, recursos tecnológicos) que faciliten procesos investigativos en el alumnado, recursos cuya existencia es muy limitada en las escuelas comunitarias y al preocupante “olvido” que ha tenido la implementación del modelo en poblaciones de estudiantes indígenas y de jornaleros agrícolas migrantes.

Esperamos que éstos y otros temas sean abordados por las nuevas autoridades a cargo del Conafe. Los niños, niñas y adolescentes habitantes del medio rural lo merecen. Mejorar la pertinencia de la educación rural es una exigencia social y moral que ya no debería esperar por más tiempo.

Referencias

Arteaga, P., Popoca, C. y Juárez Bolaños, D. (Coords.). (2020) La Educación Rural en México. Propuestas para una política educativa integral. Ciudad de México: Universidad Iberoamericana.

El Norte (2020, 4 de julio). “Denuncian peculado en Conafe”. Monterrey. https://www.elnorte.com/denuncian-peculado-en-conafe/

Ezpeleta, J., Weiss, E. et al. (2000). Cambiar la escuela rural. Evaluación cualitativa del Programa para Abatir el Rezago Educativo. 2ª edición revisada. México: Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAV.

Juárez Bolaños, D. (2009). “Educación rural en México: el caso de los cursos comunitarios”. En J. B. García Horta, y J. M. Fernández Cárdenas (eds.). Investigación, política y gestión educativa desde Nuevo León: Una aportación joven al debate nacional. México: UNESCO Comité Norte de Cooperación/ Universidad Autónoma de Nuevo León, pp. 263-286.

Red Temática de Investigación de Educación Rural- RIER e Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, INEE (2018). Evaluación de las intervenciones públicas y programa de escuelas multigrado. https://www.inee.edu.mx/portalweb/suplemento12/evaluacion-intervenciones-y-programa-escuelas-multigrado.pdf

Secretaría de Hacienda y Crédito PúblicoSHCP (2021). Paquete Económico para el Ejercicio Fiscal. Años 2019 y 2021. https://www.ppef.hacienda.gob.mx

Urrutia de la Torre, F. (2014). ¿Por qué los bajos resultados del Conafe en primaria? Restricciones para el buen desempeño del Consejo Nacional de Fomento Educativo. Revista Latinoamericana de Estudios EducativosXLIV(1), 47-70.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/cambios-y-retos-del-conafe-en-la-4t/

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