Andrés Rieznik: «Las políticas educativas tienen que basarse en evidencias y no en la teoría de algunos»

Redacción: El Día

Una de las razones de peso de la crisis del sistema educativo argentino es que no mide sus resultados. Eso le dijo a ElDía el científico y docente Andrés Rieznik.

Buena parte de los alumnos de la Argentina tiene dificultades para resolver problemas matemáticos básicos y también para leer y comprender un texto escrito.

Aunque el fenómeno reconoce varias causas, hay una crucial que es imputable al propio sistema educativo y tiene que ver con su incapacidad para mirarse, para poner en cuestión si lo que está haciendo funciona o no.

Eso piensa Andres Rieznik, doctor en Física, investigador del CONICET, profesor universitario y divulgador científico, quien estuvo en Gualeguaychú invitado por el Instituto “Malvina Seguí de Clavarino”

Ante los estudiantes del colegio, Rieznik desarrolló el martes pasado su propuesta de combinar magia y matemática, para despertar la curiosidad hacia la ciencia de los números que, según él, es más rica y misteriosa que resolver cuentas en forma fría y mecánica.

El Día aprovechó la ocasión para hablar de educación con el invitado, que recorre el país buscando acercar a la población los conocimientos científicos.

– La matemática aparece como la materia que más intimida a los adolescentes que concurren a la secundaria de Gualeguaychú (41% de 800 alumnos del último año de la escuela media), según un reciente relevamiento. ¿Qué le sugiere este dato?

Rieznik:- Esto viene ya de la primaria. Si se miran los resultados de las pruebas internacionales, Argentina ha empeorado mucho. Está en las peores posiciones de su historia. Yo creo que hay varias razones. En principio no es separable el contexto educativo del social. En este sentido, es imposible que si un chico tiene hambre pueda aprender bien. Pero lo que creo es que en la Argentina falta una visión sobre la necesidad de basar las políticas educativas en evidencias disponibles. Doy un ejemplo. Hace unos años miles de chicos en distintos colegios de diversas provincias aprendieron algo tan elemental como sumar, no en vertical como hacemos nosotros, sino en horizontal. Cuando uno pregunta por qué es esto, se escuchan teorías plausibles respecto de que así se ayuda a los chicos a organizar su pensamiento. Ahora bien, cuando se pregunta quién midió si este proceso funcionó en la realidad o quién del Ministerio de Educación se encargó de monitorear los resultados de este cambio tan drástico, esa información no existe. Es decir se produjo un cambio en política educativa en algo tan importante como la matemática, pero sin que nadie se haya tomado el trabajo de averiguar si eso funcionó a no. Esto es sistemático: en Argentina las políticas públicas educativas no se basan en la mejor evidencia disponible sino en teorías de algunas personas. En el caso de la lecto-escritura igual: se sigue enseñando a través de un método que sabemos que no sirve, como es el de las palabras contextualizantes, y que deja a los chicos semianalfabetos. Y esto en lugar de utilizar conciencia fonológica, como aprendían nuestros abuelos (…) Creo que ninguna política educativa va a funcionar si no se consulta a los docentes, quienes son los que saben qué sirve y qué no. Nada sale bien si viene de una decisión inconsulta desde arriba. Y esta es mi crítica a la decisión que tomó el Ministerio de Educación en relación a las matemáticas.

– Si tuviese que hacer un elogio de la matemática ¿qué le diría a los más jóvenes?

– Es el lenguaje de la ciencia. Para mí es como jugar todo el tiempo. Siempre fui afecto a los juegos de ingenio o de lógica. Y este es el mundo de la matemática. Por supuesto que el día a día del aprendizaje no es eso. Más bien es duro y difícil. Supone concentración. Pero esto es así en cualquier aprendizaje. La gran pregunta es cómo hacemos para motivarlos con los números, mientras otros están en la fiesta o jugando al fútbol. Por lo demás, quizá en el aula no se logra vincular la matemática con la vida real. Además, hay que decir que éste es un tema, como la educación en general, que no preocupa mayormente a los políticos, más allá de que de la boca para afuera todos digan que sí.

– ¿Cómo es el trabajo que realiza acercando la matemática a chicos y jóvenes? ¿Qué significa, por ejemplo, “Matemagia”?

– Dentro de mi tarea de divulgación científica, desde hace muchos años hago el espectáculo Matemagia, que mezcla un poco mis pasiones por el ilusionismo, la magia y las matemáticas. Lo que hago son juegos con números de una manera divertida. Yo trato de quitarle solemnidad a esto. Porque me parece que parte de lo que asusta a los chicos es eso. Uno puede demostrar ser una persona muy rigurosa y estudiosa, pero después matizar ese saber con el chiste y el humor. También se trata de trasmitir cómo las matemáticas nos abren otros horizontes para ver el mundo. Matemagia es un show de 40 minutos donde hago cálculos mentales, juegos con números y trato de sorprender a los chicos. Tengo un cuento de humor y amor matemático que dura tres minutos y medio, en el cual aparecen los números en medio de una historia de amor. Es decir, trato de explotar el lado más lúdico de la matemática para que los jóvenes puedan decir después que se divirtieron haciendo cuentas.

EL CELULAR, LA NUEVA CAJA BOBA

– ¿Qué opinión tiene de las nuevas tecnologías en relación con el aprendizaje?

– Creo que son herramientas. Aunque diría que son un arma de doble filo. Pueden ser muy buenas para aprender y así lo atestiguan muchas experiencias. Pero también los celulares son la “caja boba” en tu bolsillo. Creo que las tecnologías van a amplificar las diferencias entre aquellos que logran concentración y aquellos que no. Porque si vos no lográs concentración y foco, y te distraés fácilmente, YouTube o Instagram son tu ideal. La verdad es que somos seres muy visuales y esto nos atrae mucho. Al respecto en mis charlas muestro a un mono que es capaz de usar Instagram. No estoy diciendo que no haya que usar esta tecnología. Pero una cosa es estar un rato y tratar de saber qué hacen tus amigos, y otra es pasarte todo el tiempo allí. Es la caja boba. Así no estamos desarrollando nuestras capacidades humanas. Ya en Estados Unidos las redes sociales son un tema de salud pública. En los últimos tres años se cuadriplicó la tasa de automutilación y suicidio entre las chicas de 20 años. Y son ellas las que más están involucradas en las redes sociales. En un proceso de formación de personalidad, las redes sociales amplifican la vida de los otros, donde inconscientemente uno calcula todo el tiempo su lugar en la jerarquía social, su reputación, lo que piensan los demás de mí, o qué piensan los demás que pienso de ellos… Ése es un ambiento tóxico para un momento de la vida donde el adolescente desarrolla su cerebro social. Mi consejo para los padres es que hasta los 14 años los chicos no deben acceder a ningun formato de redes sociales.

– ¿Qué mirada tiene sobre la incidencia de los genes en el aprendizaje?

– Más allá de toda duda razonable, es cierto que hay un peso de la genética en cuanto a habilidades y desempeños personales. Y podría decir que así como Messi tiene una habilidad natural para la pelota, también hay gente que tiene más habilidad para la matemática. Lo que es verdad, también, es que todos los chicos pueden aprender a leer, a escribir, a hacer cálculos matemáticos, o aprender los contenidos básicos de la currícula escolar. El hecho de que haya personas con más predisposición o no a determinadas áreas de conocimientos, no nos excusa para que al terminar la primaria tantos chicos no hayan aprendido los contenidos escolares básicos.

LA GENÉTICA INFLUYE

– ¿Pero reconocer que hay chicos que llegan con cargas genéticas diferentes a la escuela, no cuestiona su actual funcionamiento?

– En principio debería obligar a la escuela a dar una enseñanza más personalizada. Pero nuestra escuela es una institución masiva, a la que le cuesta encontrarle una respuesta a los dos extremos: a los chicos con mucha facilidad y a los que tienen mucha dificultad. Es decir no se hace mucho con estos dos grupos. A veces se procura que los que tienen facilidades ayuden a los otros. El problema son los que están en desventaja. Por ejemplo aquellos chicos que tienen muchas dificultades en la lecto-escritura. Que pasan por la escuela y no logran leer y escribir de forma adecuada es una tragedia personal y una vergüenza nacional. Es decir, hay que enfocarse en esta población a través de una estrategia más específica y personalizada. Lo mismo pasa con matemática, donde hay que atender especialmente al que tiene dificultades, al tiempo que hay que dar una respuesta al que tiene condiciones naturales para los números, que muchas veces se aburre en la escuela. A estos últimos, en el pasado se los hacía pasar de grado, pero creo que eso no es lo correcto.

– ¿Tiene algún modelo educativo que considere digno de imitar?

– No, no podría contestar. Lo que puedo decir es que aquí el atraso es tal que si no aceptamos ni siquiera el hecho de que las cosas se tienen que medir, estamos en problemas. Lo mismo si no aceptamos que los genes influyen en el aprendizaje, aunque no lo determinan. Sé que a esto mucha gente no lo quiere aceptar y de hecho es un tema tabú en la educación. Y son comprensibles los temores porque en nombre de la genética se han hecho barbaridades en el siglo XX. Pero tenemos que superar esta actitud porque ahora se pueden hacer diagnósticos tempranos para detectar cuestiones genéticas que dificultarían determinados aprendizajes, para poder hacer intervenciones tempranas. Es como la miopía: aunque haya predisposición genética, se puede hacer una intervención temprana utilizando anteojos. Entonces podríamos hablar de “anteojos cognitivos” para los chicos que tengan dificultades (…) También se entienden los temores a medir en la escuela, por desafortunadas experiencias del pasado o por cuestiones ideológicas. Pero tenemos que superar el tabú en este frente: necesitamos hacer un diagnóstico certero de la situación para saber dónde estamos parados y qué se puede mejorar. Tenemos que ponernos de acuerdo en una política pública. Esto es como las vacunas. No es una cuestión de derechas o de izquierdas. Reitero, creo que las prácticas educativas tienen que basarse en evidencias disponibles.

Fuente: https://www.eldiaonline.com/las-politicas-educativas-tienen-que-basarse-evidencias-y-no-la-teoria-algunos-n1004605

 

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¿Está en manos de los militares el futuro de la educación en Brasil?

Redacción: Notimérica

En varios estados de brasileños la Policía Militar se encuentra administrados los colegios públicos con agentes de uniforme en los pasillos y patios. Esta es la polémica solución que Brasil encontró para la crisis del sistema educativo, y que podría expandirse por todo el país con el comienzo del futuro Gobierno del presidente electo, Jair Bolsonaro, cuando tome posesión el próximo 1 de enero.

En el estado de Goiás, 57 de 1.160 colegios públicos ya están siendo administrados por militares, 5% del total.

«Es un ambiente más controlado, con más apego a la disciplina practicamos una política de tolerancia cero», señaló el superintendente de Seguridad Escolar y Colegio Militar de Goiás Júlio César Mota, en una entrevista con la agencia ‘Sputnik’.

Del mismo modo, Mota indicó que la presencia de policías militares en los diferentes espacios de los centros públicos «lo contagia todo» y crea un círculo virtuoso, fomentando un ambiente más propicio para el estudio. Además, este remarca que no hay interferencias con el programa académico.

El modelo comenzó a implantarse tímidamente en 1998, pensado únicamente para hijos de militares, pero después se amplió al resto. Los alumnos de estos colegios estudian las mismas asignaturas que en las escuelas públicas civiles, con la diferencia de que tienen una asignatura extra sobre educación moral y cívica, similar a la que se impartía en Brasil durante la dictadura militar (1964-1985).
contenido sin su previo y expreso consentimiento.

«Enseñamos civismo, ciudadanía, respeto a los símbolos nacionales, un poco de patriotismo, los valores de la familia, de la patria», comenta Mota, que subraya que el resto de asignaturas son impartidas por profesores civiles.

En estos colegios, donde una vez a la semana se realiza una ceremonia de izado de la bandera, la disciplina es férrea: los estudiantes, que aprenden a realizar el saludo militar, deben acudir con la cabeza rapada si son chicos, y con el pelo cuidadosamente recogido en una coleta, si son chicas.

Sin embargo, la presidenta del Sindicato de los Trabajadores de la Educación de Goiás Bia de Lima, cree que una generación entera de jóvenes se está formando sin una visión crítica de las cosas.

«Hay decenas de policías, incluso dentro de las aulas, vigilando cómo se da la clase hay una interferencia directa en la actuación de los profesores, aunque no haya un control próximo, de alguna manera afecta, muchos profesores de esas escuelas temen entrar en huelga, sufrir persecuciones», señala De Lima.

«Se está instalando en el imaginario la idea de que las escuelas militares son buenas y las públicas no hay una estrategia para abandonar la escuela pública tradicional», agregó la sindicalista.

Centenares de padres parecen apostar por este modelo, hay una lista de espera de más de 3.000 alumnos, según el Gobierno de Goiás; De Lima asume que muchos profesores también, ya que ven en los policías militares un respaldo, se sienten más protegidos y les resulta más fácil dar clase.

Fuente: https://www.notimerica.com/sociedad/noticia-manos-militares-futuro-educacion-brasil-20181219212515.html

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Puerto Rico: A medias la enseñanza en escuela de Guayama

Puerto Rico/Enero de 2018/Autora: Femmy Irizarry Álvarez/Fuente: Primera Hora

La situación en la escuela María Socorro Lacot de Guayama va de mal en peor.

Además de la falta de luz, este plantel -con 1,100 estudiantes- tiene problemas de filtraciones y palomas en la cancha, que tuvo que ser clausurada, y el elevador lleva meses dañado.

Caroline López, representante de la Asociación de Maestros de Puerto Rico en el distrito de Guayama, denunció que desde el año pasado han seguido los procedimientos necesarios para que resuelvan los problemas que enfrentan y no pasa nada.

Este plantel está bajo la Oficina para el Mejoramiento de las Escuelas Públicas de Puerto Rico (OMEP), que fue acusada de negligente por la funcionaria.

También entran las palomas y hay hongo”, enumeró.

Indicó que allí hay dos salones para educación física y a una de las maestras se le prohibió entrar por condiciones de salud.

Precisamente, el pasado 10 agosto personal de La Fortaleza fue a la escuela a verificar la situación, pero se quedó en una visita, denunció.

“Los estudiantes quieren poder tomar sus cursos de educación física y la maestra quiere regresar a su salón”, mencionó López, quien dijo que los alumnos aprenden solo la parte teórica de la materia.

En cuanto al elevador, la representante de la Asociación informó que está dañado desde mayo pasado y hay estudiantes con impedimentos, así como maestros que están en acomodo razonable bajo la Ley para personas con discapacidades (ADA).

Ejemplificó que hay un alumno en silla de ruedas, por un accidente, y tiene que estudiar en la biblioteca donde las maestras van a ofrecerle sus clases.

Sobre la falta de electricidad, dijo que los más afectados son los salones de educación especial, entre ellos el de Vida Independiente, donde hay filtraciones que, a su vez, provocan hongo.

“Están sin luz 10 talleres ocupacionales, tres académicos, cinco de educación especial y uno de terapias. Los estudiantes afectados son 485”, informó.

Y es que el plantel, ubicado en la carretera PR-54, tiene algunas áreas con luz. Todos los estudiantes salen al mediodía.

“La información que tengo es que hay una pieza quemada; que se compró desde finales de noviembre y no ha llegado”, argumentó.

Fuente: http://www.primerahora.com/noticias/isla/nota/amediaslaensenanzaenescueladeguayama-1265946/

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Segunda vuelta: ¿Es posible desarrollar una pedagogía liberadora en la escuela actual?

Ana Belinco

A partir de notas como “¿Es posible desarrollar una pedagogía liberadora en la escuela actual?” de Hernán Cortiñas, continúa el debate sobre los límites y potencialidades de las prácticas educativas.

La pregunta en debate es un interrogante siempre presente para las y los trabajadores de la educación que buscan o se les impone, por diversas circunstancias, la problematización frente a su propia práctica. Fue y es cuestión debatida en extenso por distintos pedagogos y corrientes filosóficas educativas diversas.

Es ó no es posible: ¿es fructífero un análisis binario de la pregunta presentada?

Como respuesta a la cuestión, se han postulado desde planteos reformistas de superficie que hablan de cambio y transformación dentro del sistema educativo tal cual está dado dentro del capitalismo hasta planteos revolucionarios anulantes según los cuales nada puede hacerse desde el sistema educativo en el actual estado de situación dado que éste impone límites a la acción educativa infranqueables y constrictivos.

Se presenta así una lógica binaria de análisis e interpretación de la cuestión en debate según la cual el sistema educativo y, por tanto, las prácticas pedagógicas que en él se despliegan, o son salvadoras o son inermes frente a la transformación de la realidad. Cualquier análisis desde una perspectiva binaria cae en un reduccionismo como mínimo infructuoso y pesimistas al mismo tiempo que obtura la postulación de respuestas creativas que contemplen la posibilidad de análisis intermedios que tengan en cuenta el ¨mientras tanto¨.

Si pensamos la práctica educativa como pedagogía liberadora, salvadora e infalible, caemos en un reduccionismo que no contempla las condiciones situacionales limitantes como ser la propia condición de asalariados y explotados de los trabajadores de la educación, la falta de espacios de capacitación en servicio, las pésimas condiciones de infraestructura en la cual debe desarrollarse la labor, las imposiciones de tareas administrativas y asistenciales a las que los y las docentes nos enfrentamos día a día en nuestras escuelas públicas, entre muchas tantas otras. Este tipo de posturas le lavan la cara al capitalismo dándole atribuciones a la educación que ésta no tiene ni puede abordar.

Por otra parte, si pensamos la práctica educativa como inerme y limitada al punto de la anulación como herramienta transformadora caemos en un reduccionismo que no contempla el alcance que la educación tiene dentro de la lucha de clases. Tampoco se tiene en cuenta que es un espacio en donde la docencia puede cumplir un rol activo a nivel ideológico, aunque el sistema educativo tenga límites propios que no permitan transformarlo en profundidad como queda evidenciado en el sistema de evaluación, calificación y clasificación de los estudiantes que genera circuitos educativos diferenciados. La disputa política e ideológica que se puede dar dentro de la escuela, enmarcada dentro de una organización revolucionaria más amplia, queda así anulada.

En este punto se hace interesante retomar la tercera Tesis sobre Feuerbach de Marx en donde explica que “la teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que, por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado”. Una lectura posible de este planteo sería interpretar que cuando Marx dice que el educador debe ser educado no lo hace para minimizar el alcance de la educación misma sino para remarcar la potencialidad del ámbito educativo. Comprender a la escuela como aparato ideológico del Estado es analizarla también en su posibilidad de subversión o transformación. Minimizar este aspecto, o anularlo, es una negación de los cambios reales que la escuela ha demostrado objetivamente alcanzar. En este sentido, cabe plantearse si es justo calificar los logros educativos de la docencia, aunque sean limitados e insuficientes, como partes de un anecdotario que llena de orgullo a docentes aislados.

¿Qué hace la docencia en el ¨mientras tanto¨?

Por lo expuesto anteriormente, es válido sostener que sería posible una pedagogía liberadora en el estado actual de situación sólo en tanto práctica de resistencia, como herramienta para profundizar contradicciones desde la literatura, el debate, la puesta en palabra y discusión de las miserias que golpean a toda la comunidad educativa dentro de los límites de este sistema político y económico en el que nos encontramos inmersos. Es decir que la respuesta a este problema no puede ser cerrada, no puede plantearse como si o como no, sino que no queda más que plantear un sólo si, un análisis de grises.

Pese a la precarización laboral, los y las docentes no tiramos la toalla. Si el hecho de estar precarizados y explotados nos quiebra o nos hace creer que la tarea realizada es infructuosa o imposibilitada de creación y recreación de realidades, lo lograron. Entender a la educación desde esta perspectiva nos habla de comprenderla en términos de pasos que se dan en el “mientras tanto” caminamos hacia los cambios profundos y sistémicos que soñamos, buscamos y construimos militantemente. Se delinea así un tercer planteo posible e intermedio a las dos polarizaciones reduccionistas antes desarrolladas que expresa una profunda confianza en la educación como herramienta de quiebre y ruptura que haga posible delinear, pensar y esbozar caminos de liberación real y efectiva.

La educación siempre es campo de batalla de la lucha de clases. En este sentido, el fenómeno educativo, debe ser analizado desde una perspectiva de clase. En el estado de situación actual el sistema educativo es herramienta en manos explotadoras para generar subjetividades adaptadas al sistema social, político y económico imperante. Esto no destruye la posibilidad de hacer mella haciendo uso de dicha herramienta en fogonazos que permitan exponer las contradicciones intestinas del capitalismo que genera hambreados y excluidos cuando las fuerzas productivas permitirían, bajo una planificación socialista y de los trabajadores, asistir a la existencia real del hambre cero a escala mundial.

En este punto cabe aclarar, una vez más, que ésta no es más que táctica defensiva y de resistencia hasta que se pueda subvertir y expropiar por completo el Estado y sus aparatos ideológicos pasando a constituirse como estado en manos de los trabajadores. Este es siempre el último y real objetivo de la lucha de clases, en la cual la educación y los sistemas pedagógicos cumplen un rol fundamental, aunque no sea ni el principal ni el más decisivo en la disputa. La educación por sí misma no puede transformar nuestra realidad social sino está ligada a una estrategia política que permita crear un partido revolucionario que presente una direccionalidad seria y efectiva para movilizar a las masas trabajadoras hacia la búsqueda y la lucha por su propia emancipación. Pese a lo antes dicho no se puede desconocer o negar que la educación es una herramienta fundamental en el ¨mientras tanto¨ más allá de sus limitaciones.

Fuente del articulo: https://www.laizquierdadiario.com/Segunda-vuelta-Es-posible-desarrollar-una-pedagogia-liberadora-en-la-escuela-actual

Fuente de la imagen: https://www.laizquierdadiario.com/local/cache-vignettes/L653xH368/arton56678-12b83.jpg?1517

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It isn’t the lack of benches and buildings that’s killing Indian education. It’s the mindset

India/Noviembre de 2017/Autora: Natasha Joshi/Fuente: Quartz

Resumen: Todos coinciden en que la educación pública de la India está en un estado lamentable. La culpa de esto suele ser una mala infraestructura, ausentismo docente, asistencia estudiantil deficiente, monitoreo basado en insumos y programas inadecuados de preparación docente. Si bien estos problemas son válidos, todos juntos no explican por completo la crisis de aprendizaje que se observa en nuestras aulas.

Everyone agrees India’s public education is in a dire state. The blame for this is typically heaped upon bad infrastructure, teacher absenteeism, poor student attendance, inputs-based monitoring, and inadequate teacher preparation programmes. While these issues are valid, all of them taken together do not fully explain the learning crisis apparent in our classrooms.

Let’s start with infrastructure. In the wake of the Right to Education Act 2010, school infrastructure has improved tremendously. While usability is still being addressed, much progress has been made in terms of school access and availability of drinking water and toilets. Most children are enrolled in some school and 70% attend school regularly.

Yes, teacher absenteeism continues to plague the system, but it is precisely that—a systemic issue instead of something specific to government-school teachers as a people. A recent six-state study by the Azim Premji Foundation reported that, while 20% of teachers were not found in school on average, most teachers were not “absent”; they were away on training or official work, sitting in the state headquarters, or on casual leave.

Actual truancy rates were 2.5% which is close to absenteeism rates at any large organisation. Even this small amount of absenteeism needs correction, but clearly absenteeism is not the obstacle to student growth.

So, if broadly teachers are showing up, and students are turning up, and classrooms and textbooks are available, what is preventing lakhs of children from acquiring basic literacy and numeracy?

Current policy discourse suggests that one of the issues is a lack of student and curriculum assessment. The Ministry for Human Resource and Development (MHRD) is pushing for greater student assessmentand states have been conducting “State Learning Achievement Surveys” (SLAS).

Standardised assessments are a lot of work and will require a good amount of resources. One must ask, therefore, what are the chances of this “solution” working?

To start with, let’s briefly understand large-scale standardised assessments. In the 20th century, standardised tests were institutionalised in almost all domains, especially in fields related to education and employment. A standardised test is an assessment that is rigid, has a pre-determined marking scheme, and is administered to a large base of students. Such tests emerged in the post-industrial era when factories and large business units required many labourers but few thinkers.

As a result, a test that told you a little about everyone was preferred to an alternative that told you a lot about one person. This was especially so because the former was more cost-effective. In other words, standardised assessments were designed to suit a system instead of an individual.

Today, the economy is markedly shifting in favour of the individual. The gig and contract economy in the West has grown tremendously in the past decade and nine-to-five jobs are shrinking. In India too, as automation increases, individual adaptability will become the most salient skill. Therefore, policy measures today must not return to old world assessment approaches—one test to rule them all, one test to find them.

Earlier, customising a test to suit 200 million children was infeasible but that is no longer true. Today, adaptive tests allow students to solve problems at their own pace, and item-wise analysis provides data on gaps in understanding, which in-turn enables teachers to provide remediation real-time.

Programmes like Mindspark are doing this in their centres. Instead of getting all schools to administer paper pencil tests, pushing digital infrastructure at the school level for better testing is a more worthwhile pursuit. The current government has a strong appetite for implementation and getting schools connected to good software can be done.

However, the main obstacle is not technology or implementation. Instead, the issue is one of mindset. Educational reform remains top down, and the state/national level conversation is always around aggregate data that hides more than it shows.

Teachers also mark off test papers with the purpose of sending data upwards rather than using it inside the classroom. If you ask most teachers why this data is being collected, they will tell you it is for the higher ups, or that tests make students take school seriously. Seldom will a teacher articulate how test results can be used to improve teaching. And that is the Achilles heel of test-based reform.

Unless teachers change their teaching practices, nothing will change. The real drivers of change at the school level are the teachers and school principals, and the culture of learning they bring into schools. But culture is difficult to engineer so it is relegated to the “oh and also, culture” statement at the end of meetings. This is worrying since heaps of evidence suggest culture impacts student outcomes.

The Programme for International Student Assessment (PISA) finds that students who report higher confidence in their abilities perform better and students whose parents or teachers have higher expectations of them perform better. Academia is flowing with research on social-emotional learning and now, perhaps, even music, and their links to academic performance.

If one takes a system approach, these findings seem irrelevant since there is no practical way to apply this to a system. But if one is on the side of children, suddenly these findings become important. One feels compelled to address school culture and for that teachers and principals are the main levers.

Therefore, if student learning needs to be improved, the policy prescription is as follows:

  1. Scrap old style tests and put in place technology for personalised assessment.
  2. Focus on data analysis and use at the classroom level.
  3. Decentralise the reform process such that it empowers school principals and teachers to bring about these changes.

All three measures target the individual student and the classroom. If classrooms change, schools will change. If schools change, the system will.

Fuente: https://qz.com/1131053/it-isnt-the-lack-of-benches-buildings-and-teachers-thats-killing-indias-education-system-its-the-mindset/

 

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Argentina: Cuando Enseñar es desaprender

Argentina / 5 de noviembre de 2017 / Autor: Juan Funes / Fuente: Página 12

La Asamblea Autoconvocada Inter-Institutos manifestó ayer su rechazo al Operativo Enseñar, las evaluaciones impulsadas por el Ministerio de Educación de la Nación que se tomarán a los estudiantes avanzados de profesorados en todo el país y que comienzan a aplicarse hoy en dos institutos de la provincia de Buenos Aires (ver aparte). Los estudiantes del Instituto Nº 11 de Lanús advirtieron que no se presentarán a la prueba, mientras que los del Instituto Nº 35 Vicente D’Ambramo, de Monte Grande, tampoco lo harán en su mayoría, aunque al cierre de la edición todavía no había consenso de tomar la decisión en forma unánime. En diálogo con PáginaI12 el delegado de Suteba de ese establecimiento, Luis Brunetto, señaló que “el Operativo Enseñar es presentado por el gobierno de Cambiemos como una evaluación neutra que tiene por fin obtener datos sobre la situación de los profesorados, pero sabemos que lo que busca es culpabilizar a los docentes de la crisis educativa que desde hace décadas existe en Argentina, para abonar las reformas que van a destruir la educación pública”.

Con un pizarrón apoyado entre la vereda y la reja del Instituto Nº 35, pasadas las 13, Brunetto abrió la clase pública. Esta fue la modalidad para abrir el debate sobre el Operativo Enseñar que votó la Asamblea, integrada por agrupaciones docentes y Centros de Estudiantes de los institutos del sur del conurbano bonaerense. “Ya que tenemos este pizarrón vamos a arrancar con esta palabra que aparentemente es aséptica e inofensiva: evaluar”, anunció el delegado y docente. “Estaría bárbaro que nos evalúen. Todos ustedes alguna vez habrán leído a Antonio Gramsci –continuó–, y su concepto de sentido común. Esta es una idea de sentido común: evaluar está perfecto. Pero, ¿qué nos diría Gramsci? El sentido común hay que ponerlo en contexto”. El docente explicó que “la evaluación se toma en un contexto histórico de varias décadas de decadencia educativa. Lo que tenemos que ver es si la política del gobierno actual busca reducir la tendencia de decadencia o tiende a reforzarla. Claramente lo que buscan es vaciar la educación pública”.

Brunetto consideró que la reforma Secundaria del Futuro, que se va a implementar en escuela públicas porteñas, es el modelo de educación que busca impulsar Cambiemos. “Hoy en día asistimos al predominio de un discurso según el cual los docentes pueden ser reemplazados por aplicadores, facilitadores o por internet. El conocimiento científico puede ser desplazado por el entrenamiento, por el manejo de herramientas técnicas”, afirmó.

A su turno, Julián Odriozola, profesor de política educativa del mismo instituto, sostuvo que el objetivo del Operativo Enseñar es “acompañar la reforma laboral que está anunciando el gobierno con una reforma educativa”, ya que “ninguna reforma laboral podrá ser verdaderamente efectiva si no se reforma la subjetividad y la educación de los sujetos”. “Estamos de acuerdo en que hay una crisis educativa. Pero los docentes no somos los culpables de esa crisis; hay un Estado que desde muchos años se corrió de su responsabilidad de garantizar educación de calidad. Si la evaluación va a recaer sobre el rendimiento de los docentes, eso será motivo para decir ‘los docentes no están a la altura de la circunstancias’. ¿A quién hay que ajustar entonces? A los docentes. Es el escenario que se plantea”, agregó.

Antes de finalizar Odriozola leyó una frase dicha por Esteban Bullrich a poco tiempo de haber asumido como Ministro de Educación: “‘Es imposible controlar la calidad de los institutos de formación docente. En Finlandia, que tiene 5 millones de habitantes, hay 8 institutos de formación; en Francia, que tiene 66 millones, hay unos 40 institutos; en Argentina que somos 41 millones tenemos 1500’. No hace falta ser demasiado inteligentes para darnos cuenta de qué van a hacer con los resultados del Operativo Enseñar”.

Diego Acuña, docente del Instituto Nº 103 de Lomas de Zamora, coincidió con los oradores anteriores en que “lo que buscan con estos operativos es responsabilizar a los estudiantes y a los docentes de la crisis del sistema educativo”. “Buscan darle fundamentos a la sociedad para que acompañe la reforma educativa que quieren llevar adelante, que es la misma política educativa que dejó a la educación en crisis”, advirtió. “Tenemos que proponer un sistema educativo público y gratuito, crítico y con compromiso social”, concluyó.

Fuente de la Noticia:

https://www.pagina12.com.ar/72776-cuando-ensenar-es-desaprender

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La Reforma Educativa: Avances y desafíos. La evaluación docente

México / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Manuel Gil Antón / Fuente: Educación Futura

El Auditorio del INEE está lleno. Los que hablarán, en su sitio: por parte de la SEP, el subsecretari de Planeación, Otto Granados y Ana María Aceves, quien dirige la Coordinación del Servicio Profesional Docente (SPD). Si seguimos de izquierda a derecha, como en los pies de foto en los periódicos, está Rodolfo Ramírez, del Instituto Belisario Domínguez del Senado, como experto independiente. A su lado, Teresa Bracho, Consejera del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y, en el extremo izquierdo, según se ve de frente el podio, Ricardo Raphael, quien moderará a los parlantes.

Cerca de la hora indicada, quizá a las 17:15, da inicio la sesión. Quien primero habla, para inaugurar el seminario en su conjunto – se llevará a cabo cada miércoles, con distinto tema, hasta el 25 de octubre –  es Eduardo Backhoff Escudero, Consejero Presidente del INEE que, afirma, ha de ser “la conciencia crítica e informada del sistema educativo”, y “fungir como contrapeso de las autoridades educativas y servir a la sociedad a través de un juicio independiente y crítico”.

Lo que calló o se cayó de las letras a la voz

Mientras lee su discurso, quienes estamos en la zona de prensa tenemos, impreso, el texto que está leyendo. La voz y mi lectura se acompasan hasta que hay, inesperado, un brinco. Un salto muy significativo: cuando detalla lo que implica evaluar en su conjunto al Sistema Educativo Nacional (SEN), enumera (su voz): “estudiantes, docentes, escuelas, directores, supervisores, planes de estudio y libros de texto; ingreso y permanencia al SPD; trayectorias estudiantiles; distribución social de los servicios educativos; estructuras de gestión del sistema educativo y gestión territorial de las escuelas; SATE; equipos, laboratorios y materiales pedagógicos; servicios de apoyo a las escuelas; uso de los recursos financieros… (aquí su voz se brinca lo escrito) y prosigue: papel de las asociaciones de padres de familia y consejos escolares; centros de maestros; sistemas educativos de los estados; formación inicial y continua de los maestros, entre otros componentes del SEN.”

¿Qué es lo que estaba escrito y no dijo? ¿Por qué no lo leyó? No hay equívoco que carezca de sentido o intención. El Consejero Presidente rehusó leerlo y no es un dato menor. Lo que omitió enunciar, pero estaba escrito como un rubro a evaluar por el INEE, fue: las “condiciones laborales de los maestros”.

Tengo el documento en las manos. Miro al Dr. Backhoff. Pienso: si fue intencional, ¿qué significa el silencio sobre las condiciones de trabajo del magisterio como parte de las tareas de valoración del INEE? Si no fue intencional, ¿qué significa que las letras se diluyeran justo en ese aspecto, y solo en ese aspecto de tantos que indicó? ¿Lapsus, autocensura, corrección sobre la marcha en atención a que, entre el auditorio, estaban autoridades que en eso no quieren interferencia, o críticos al papel del Instituto, entre otras cosas, por el silencio guardado escrupulosamente frente a ese tema? Cualquiera que sea la conjetura que elija, este “detalle” – dirán que tan menor que no vale la pena relatarlo – tiene mucha miga. Esbozo una pregunta frente a este aparente error de lectura: ¿no es parte, sustancial, de la conciencia crítica, del contrapeso a las autoridades, del servicio a la sociedad, valorar las condiciones laborales del magisterio? A mi juicio sí. Lo había escrito tal cual. No lo dijo. Y, al callar, dijo tanto…

Va de nuevo: la evaluación como remedio de todos los males

Otto Granados inicia su exposición. A su juicio, el desarrollo profesional docente es esencial para mejorar una situación que, a todas luces, era propia de una grave crisis en el sistema educativo, tanto en sus resultados como en su administración. La clave de su intervención, considero, fue la siguiente tesis: en el pasado (desde los años 50) “había un arreglo políticofuncional (en materia educativa) que generaba resultados educativos disfuncionales”. La Reforma se orienta, dijo, a deshacer el sistema clientelar y opaco que definía a la arquitectura administrativa, para que la educación mejore.

Desde la sala, empleando casi los mismos términos, surge una hipótesis alternativa que anoto en mi cuaderno: en realidad “había un arreglo político funcional (entre las autoridades – federales y locales – con la cúpula de la estructura sindical antidemocrática) que subordinaba los resultados educativos a la lógica del control político y otros beneficios para ambas partes. Sucede que el arreglo político, antes funcional, se desgastó y ya arrojaba resultados políticos adversos: hay que cambiar, urge… ¿la educación? No: hay que recuperar la funcionalidad del arreglo político – el control de la complicidad – con la cobertura inmaculada del interés superior de la infancia, la falta de evaluación de los profesores y la necesidad de una educación de calidad”.

Granados dice: recuperar la rectoría del Estado en la educación. De la otra conjetura no se sigue lo mismo: recuperar la rectoría del gobierno en el pacto corporativo con las dirigencias sindicales. ¡Es la ventaja política, estúpido…! (como dicen, creo, que dijo Clinton con respecto a la economía y las decisiones electorales en su país). No en balde, siempre, en ocasiones importantes o menores, a la diestra de los dos secretarios de educación que lleva este sexenio, ha estado Juan Díaz de la Torre, mandamás formal del SNTE, subordinado al poder, so pena de cambiar de domicilio a la cárcel.

Hace una pregunta que también es crucial en su argumento: ¿por qué es necesaria la evaluación para todo esto? Y, entonces, como prueba científica irrefutable, como dato incuestionable, refiere a la investigación científica e ilustra la siguiente aseveración: del resultado de la evaluación del docente depende el desempeño del alumno. Así: enuncia la simplificación más burda. Vea usted la gráfica que presenta como prueba.

La calidad del maestro (si está en el 20% superior de las calificaciones de quién sabe qué prueba que pueda afirmar esto, o en el 20% inferior) es un factor tan importante en la calidad del logro académico (del alumno) que si tomamos a dos estudiantes con el mismo desempeño a los 8 años y meses – ambos en el percentil 50 en la escala de logro educativo – a los 11 años y meses, uno, el que atiende el profesor con desempeño alto, lo hace crecer hasta el 90, mientras que el maestro cuyo desempeño (en la evaluación, supongo) es bajo, lo hunde 13 puntos: al 37. Por eso, afirma el subsecretario, con apoyo de la ciencia, la evaluación docente es el eje de la reforma, la vía regia para profesionalizar (sic) al magisterio.

Notemos que solo hay dos actores y dos factores: docente y alumno. No hay contexto, no hay otros, no hay condiciones de educación previa… habitan en la nada social de un gráfico: solo el mito de la medición de la calidad, y la ubicación del logro educativo alcanzado con independencia de todo menos de la influencia del buen o mal maestro, basta y sobra. El docente, aislado, el alumno, sin circunstancias y el vínculo sin contexto.

Cuando un fenómeno social complejo (como el “logro” educativo) se explica por un solo factor, y se supone que se puede medir lo que es valioso en esa interacción de manera indudable y sin estorbos de otras dimensiones latosas, como la desigualdad social que retrata en la educativa, es preciso huir: la simplificación es el camino más amplio para mitificar las cosas y reducirlas a un dogma publicitario atractivo: evaluar, evaluar, evaluar… y vendrá la calidad. Impecable claridad en el argumento, con solo un problema: es falso.

Y siguen, él y la Coordinadora del Servicio Profesional Docente, con hartos datos. Sobresalen algunos: se han evaluado más de un millón de personas – cosa que no es correcta; en su caso se han aplicado más de un millón de evaluaciones, pues muchos han ido dos veces al proceso – de tal manera que, sonriendo, la señora Aceves, concluye: “…como todos han ido voluntariamente, ya se ha enraizado la cultura de la evaluación”. ¿Voluntariamente? ¿Concibiendo que lo que se evalúa tiene que ver con la dificultad del oficio en las aulas? ¿No influye que, de no hacerlo, la ley despide al profesor o no le da acceso a una plaza a la profesora? Ha lugar a dudas… pero, como rematará al final de la sesión el subsecretario, “cuando nos acusan de no ser autocríticos, digo como Picasso: yo no hablo mal de mí; que hablen mal de mí los otros. Yo no les quiero quitar ese placer”. Hay aplausos. Y, aunque no se note tanto, otro sector en desacuerdo. Gobierno sin autocrítica no gobierna, administra, somete, presume y luego averigua… El de atrás, paga.

Una novedad en el lenguaje: ahora resulta que a lo que se ha hecho mal no se le llama error, menos fracaso, sino “ventanas de oportunidad”. La evaluación del desempeño, la primera vez que se aplicó, tuvo fallas y sustanciales (perdón, inmensos ventanales de oportunidad). En este año se va a mejorar mucho. ¿Son, en consecuencia, comparables los resultados? Claro que sí. ¿Por qué? Porque soy el Picasso de la educación. Ha lugar, de nuevo, ya no a dudas, sino a sospecha de demagogia y falta de cuidado técnico.

Y la reforma va muy bien. Les va la muestra: cada año, hay más idóneos y satisfactorios. De esto se sigue que hay mejores profesores… Otra vez, hipótesis rival: quizá lo que haya sean más duchos sustentantes en resolver el examen (No estudiar para mejorar la práctica en las escuelas, sino machetear para resolver el examen.  ¿No cambiaron los parámetros? Quizá este aumento ha sido conveniente para el equilibrio político. ¿No? Calla, incrédulo, crítico ocurrente: la reforma avanza pues mejoran los resultados de la evaluación. Pienso, luego insisto: ¿No se debe juzgar a la reforma si avanzan los resultados de la educación?

Y al final, la frase necesaria que ha sido contradicha durante tantos minutos: “la evaluación es un medio, no un fin”. Pues Fin…

Ninguna ley está escrita en piedra

En su intervención, el maestro Rodolfo Ramírez parte de una frase que sostendrá sus palabras: “Toda política pública, toda reforma, es una hipótesis, pues si fuera el caso – que no es el caso en este caso – que estuviera diseñada de manera perfecta, al llevarse a cabo se encontraría con aspectos no esperados”. Pasamos, con su voz y presencia firme, del reino de los dioses omnipotentes, al terreno de los humanos.

La reforma, indica, se basó en el descrédito de los maestros y en considerarlos causantes exclusivos de los resultados en educación. Luego le dirán que esto no es cierto, pero contra confesión de parte, relevo de pruebas: la gráfica que mostró el señor Granados es clarísima.

Hay, claro, mucho qué hacer para mejorar la actividad docente, pero sin atender a las graves deficiencias del sistema previamente a la evaluación a rajatabla, la reforma en materia educativa no ha llegado a los salones: está en la publicidad.

De acuerdo a lo que afirma ser el INEE – anoto yo – cabe muy bien su propuesta: “Urge que el INEE proponga la reforma a la reforma”. Tal vez lo más álgido se halle en las leyes secundarias, opina, y sobre todo en la del SPD, pero también en la Ley del INEE, pues hay una gran confusión de tareas. Y si es preciso modificar aspectos de la constitución, para bien de la educación, ¿por qué no?

Fiel a usar su tiempo con respeto a los demás, da dos ejemplos: las tutorías no existen, en el sentido que un profesor experimentado acompañe a una profesora o profesor novato durante su práctica y le ayude a mejorar. Y, además, el resultado que recibe el profesor de su evaluación es una hoja, escueta, llena de generalidades que no le permiten, siquiera, saber en dónde podría mejorar. Eso sí, queda clasificado: no idóneo o idóneo… insatisfactorio, satisfactorio, bueno, excelente… y las consecuencias en el prestigio y su autoridad no son menores, ni el daño a los grupos de maestros.

¿Dónde está el documento?

Cuando Teresa Bracho interviene, se instala en la mesa una tensión (que será permanente) entre ella, representante del INEE, y la SEP, representada por los dos funcionarios ya mencionados. El INEE, dice Teresa Bracho, no entiende por qué la SEP quiere renunciar a sus facultades como patrón, como administrador de los servicios educativos, y quiere trasladarle al INEE esas tareas.

Reconoce que hay traslapes en la legislación. Se corrige luego, ante la fuerza de la crítica que implica: más bien son zonas de convergencia o coincidencia de distintas instancias. Si uno ve las diapositivas, lo que hay es un enredo más grande que lo que abarca la noción de galimatías: vea usted.

    

Y cobra sentido, entonces, una crítica del maestro Ramírez: hay tres actores y más de 21 flechas que unen o remiten a relaciones entre INEE, CNSPD y un tercer actor, realmente un colado a la fiesta: el CENEVAL. ¿Qué sabe esa entidad de educación básica? ¿Qué sabe de evaluación de la docencia? Zapatero a tus zapatos.

Si se mira la gráfica, invade el mareo: uno expide, otro elabora, otro aprueba, otro vuelve a elaborar, otro insiste en aprobar, entonces se publica y la empresa CENEVAL recibe lo que resulta del peloteo. Entonces se expiden criterios, se “selecciona” al prestador de servicios que ya ha sido seleccionado para que haga los instrumentos; entonces la flecha se mueve: indica que los ha de aprobar uno, los autoriza otro, los revise de reversa, el otro del otro vuelve a revisar… de nuevo hay aprobaciones, calificaciones, aplicaciones, revisiones de las calificaciones y se publican los resultados. ¿Entendió usted algo? Lo felicito.

A esto que se le llama la arquitectura de la reforma le viene bien, siguiendo al señor subsecretario, un símil pictórico: es cubismo mal hecho que, además, trata de ser figurativo y abstracto a la vez. El resultado es, propongo, una “naturaleza muerta”. Pobre Picasso.

Le dice a Rodolfo Ramírez que no está de acuerdo en que la base de la reforma haya sido la acusación del magisterio: en todo caso, fue una organización civil la que vilipendió a los profesores (¿Cuál, que diga cuál? se oye en gayola…pero la consejera no dice nombres). Ella ha buscado, con esmero y no ha encontrado ningún documento de la SEP ni del INEE en que se desacredite o trate mal al magisterio. Todo lo contrario: ambas entidades admiran, agradecen, ensalzan cuantas veces pueden al conjunto del profesorado.

¿De veras es creíble que no se haya culpado al profesorado de todos los males – bajo el supuesto implícito, y explícito en miles de imágenes – cuando la reforma se pasó más de 4 años evaluando a todo el que se dejaba, y hasta el final dijo que iba a pensar en que, a lo mejor, quizá, se requería un modelo educativo? Primero el pavimento, luego el drenaje, como ilustró Patricio Monero un año antes que el Paso Exprés fuera la mejor analogía de lo realizado por los administradores del país en estos años que parecen más de 10 aunque apenas vayan 5.

Rodolfo Ramírez ve un socavón… la consejera del INEE un pequeño bachecito. Teresa Bracho argumenta que hay un inmenso respeto y reconocimiento al magisterio, aunque todos pudimos ver, tantas veces, lo contrario: el desprecio, el clasismo y el racismo con el que los medios – sin que la SEP metiera las manos, ni el INEE antiguo o nuevo reclamara – trataron a un millón 500 mil compañeros de oficio. Una imagen vale más que mil palabras, y tenemos iconografía a pasto para mostrar la erosión de la dignidad del magisterio durante largos años. Y el argumento que por no evaluarlos, estábamos mal: todo profesor fue acusado de ignorante, perezoso y torpe, hasta que demostrara lo contrario en evaluaciones que nunca se han asomado al aula.

Es que la ley determinó plazos en que esto – que es necesario – no se podía hacer. Por lo tanto, hicimos lo que se pudo, aunque fuera mal, para cumplirla. Rodolfo Ramírez indica que no ha habido, ni siquiera, piloteo de los exámenes: o bien, más bien o mal, se han piloteado con el avión lleno de pasajeros. El caso de los Asesores Técnicos Pedagógicos es claro: perdón, nos falló la evaluación, usted perdone, aguante un año. ¿Cómo en relaciones exteriores, están las autoridades “aprendiendo”?

¿Hay cambio posible?

El moderador, en dos rondas, hace preguntas. ¿No vale la pena revisar la constitución? Todos afirman con la cabeza, y luego algunos dicen otras cosas con sus palabras. De nuevo, el lapsus como signo más sólido de lo falso, trasmutado en lo políticamente conveniente. Revisar las atribuciones para evitar traslapes, perdón, convergencias poco claras… el diablo está en las secundarias, y quizá en unas partes de la constitucional… el lío de un centralismo sin límites contra un federalismo irresponsable, ¿no hay más que de esas dos sopas?

Y la tensión sigue: que el INEE “embarnezca” dice el subsecretario, y se haga cargo de lo laboral; que la SEP no se quiera deshacer de sus responsabilidades, le revira Teresa Bracho. Y llega el momento en que cada quien le dice a cada cual que lo que dijo no es tan cierto… lo normal en una sesión que se está acabando y todos dicen que necesitan un minuto. Nunca son 60 segundos: son muchos más, pero el respetable aguanta todo.

¿Qué pasará con la Reforma en el cambio de gobierno?

Ante esta pregunta del moderador, hay distintas posiciones. Se pueden ver en el video de la mesa de diálogo, pero en mis notas, y entre mis neuronas, quedó clavada una frase del señor subsecretario: “El garante de la continuidad de la reforma es el INEE”. ¿Qué significa eso? ¿Cómo se compagina esa frase con la definición del Consejero Presidente en el sentido que el INEE es contrapeso, conciencia crítica, servicio inteligente a la sociedad sobre las fallas del sistema? ¿La reforma es perfecta, no tiene fallas? ¿Es tarea de la instancia evaluadora garantizar no una verdadera reforma educativa que vaya enmendando los errores de esta que, así llamada, afecta tanto a la educación del país? El subsecretario dice que la continuidad de su reforma, la de este sexenio, depende del INEE y de la Suprema Corte de Justicia…

Total. Los finales de estas mesas siempre llegan. Aplausos, saludos. Calor. ¡Qué gusto, hermano, cuándo nos tomamos un café? Los periodistas entrevistan al subsecretario. Los demás conversan. Unos salen a fumar. Otros atienden el celular. Ha terminado la primera sesión. Pero el seminario va a seguir. Y este ejercicio de crónica también.

El siguiente miércoles, 20 de septiembre: DESAFÍOS DE LA FORMACIÓN DOCENTE.

El cartel: Salvador Jara y Javier Treviño por la SEP.

Sylvia Schmelkes por el INEE y Graciela Cordero como experta independiente.

No se pierda la transmisión en directo, a las 17 horas, por www.inee.edu.mx o su retrasmisión por televisión abierta a través del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano.

Fuente:

La Reforma Educativa: Avances y desafíos. La evaluación docente

 

Fuente de la Imagen:

http://elexpres.com/2015/nota.php?story_id=148594

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