Page 2 of 6
1 2 3 4 6

Los múltiples aspectos de la “emergencia libanesa” al centro de la cumbre eclesial convocada por el Papa Francisco

Patriarcas y jefes de Iglesias y comunidades eclesiales del Líbano partirán hacia Roma el miércoles 1 de julio para participar en el encuentro de reflexión y oración por la Tierra de los Cedros convocado por el Papa Francisco en el Vaticano. El intenso programa de la jornada incluye, entre otras cosas, tres sesiones de diálogo y debate entre los asistentes, que se sentarán alrededor de una mesa redonda situada en la Sala Clementina. No se ha publicado un orden del día detallado sobre los temas que centrarán las sesiones de reflexión conjunta. Pero los convulsos acontecimientos ocurridos en el Líbano en los últimos años sugieren al menos algunas de las cuestiones de emergencia que se tocarán en las intervenciones de los participantes en la reunión.
Desde el pasado mes de agosto, el Líbano está sin gobierno. Tras la dimisión del primer ministro Hassan Diab, a raíz de las explosiones en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020, la oposición entre los bloques políticos y los distintos dirigentes han impedido al primer ministro en funciones Saad Hariri, líder del Partido Futuro Suní, formar un nuevo ejecutivo. La parálisis política se une a una emergencia social y económica, agravada por la pandemia, que – como señaló el Patriarca maronita Béchara Boutros Raï el pasado 14 de junio – corre el riesgo de poner en peligro la propia subsistencia de la mitad de la población. En las últimas semanas, la devaluación ha alcanzado cotas vertiginosas: se necesitaban hasta 18.000 liras libanesas para comprar un dólar en el mercado negro, mientras que el tipo de cambio oficial sigue siendo de 1.570 por uno. El racionamiento de combustible y electricidad y los asaltos a los bancos -como los ocurridos en los últimos días en Tiro y Sidón- ofrecen la imagen de un país que parece hundirse en el precipicio. La crisis político-económica es interpretada por algunos analistas como un síntoma de un inminente colapso del modelo de partición que rige toda la arquitectura institucional libanesa, y que a pesar de todo ha garantizado la paz tras los feroces años de la guerra civil. La «fórmula» libanesa prevé la participación igualitaria de cristianos y musulmanes en el Parlamento, en el gobierno y en los cargos institucionales. Y el delicado equilibrio del sistema reserva el puesto presidencial a un cristiano maronita. Los bloques opuestos que durante años han dominado la escena política libanesa también dividen a los partidos cristianos. El Movimiento Patriótico Libre, fundado por Aoun, es el partido más votado por los cristianos, y tiene una alianza con Hezbolá, el partido chiíta con su propio ejército confesional, vinculado a Irán y también alineado militarmente con la Siria de Assad. En el frente opuesto, siglas cristianas como las Fuerzas Libanesas llevan años formando una alianza con el partido suní «Futuro» en la «Coalición del 14 de Marzo», respaldada por Arabia Saudí. A mediados de agosto de 2020, en un intento de encontrar nuevas formas de proteger la identidad y la peculiar fisonomía histórica del Líbano, el Patriarca Raï expuso en un «Memorándum para el Líbano» la propuesta de reafirmar solemne y oficialmente la «neutralidad libanesa» para evitar que la nación se vea desgarrada tarde o temprano por los enfrentamientos entre los bloques geopolíticos enfrentados en la zona de Oriente Medio.
El Patriarca maronita, en los últimos meses, ha pedido en varias ocasiones que la propuesta sobre la «neutralidad» libanesa sea afirmada y «anclada» a través de una Asamblea Internacional sobre el Líbano que se celebre bajo su patrocinio. Pero los Patriarcas y los jefes de las demás Iglesias y comunidades eclesiales presentes en el Líbano no se han pronunciado oficialmente hasta ahora sobre la propuesta del cardenal Raï.
La cuestión de los refugiados sirios. El conflicto que desgarra a la vecina Siria desde hace años ha llevado a más de 1,2 millones de refugiados sirios a buscar refugio en Líbano. Un fenómeno que, según varios analistas, contribuye a la larga a desestabilizar la delicada arquitectura institucional libanesa que garantiza la coexistencia de las diferentes comunidades religiosas. El Patriarca Raï también ha insistido en varias ocasiones en la necesidad de encontrar vías para favorecer el regreso de los refugiados sirios a su país, también para evitar que la multitud de sirios expatriados al Líbano pueda convertirse en «masa de maniobra» para reavivar los enfrentamientos sectarios en el país. Una gran parte de esos refugiados sirios -subrayó el Patriarca en una entrevista publicada en Fides (véase Fides 23/3/2019) prefiere permanecer en el Líbano, e incluso la comunidad internacional refuerza esta intención, cuando afirma que los refugiados sirios no pueden repatriarse «porque no hay seguridad en Siria y es necesario encontrar primero una solución política». Una posición motivada, según el Patriarca, por «objetivos políticos», que recuerda el traumático escenario ya vivido en la reciente historia libanesa con la llegada de los refugiados de Palestina: «Los palestinos», recordó el Patriarca maronita en esa entrevista, «están en el Líbano desde 1948. Y llevan más de setenta años esperando una solución política. Una solución que nunca llegará. Se habló de la solución de dos pueblos-dos estados, pero ahora se ha vuelto imposible. Porque la tierra que estaba destinada a ser el Estado palestino está toda sembrada de asentamientos israelíes».
La crisis de las escuelas cristianas. La pandemia de Covid- 19 en el Líbano ha tenido entre sus muchos efectos secundarios también el agravamiento de la crisis de las escuelas cristianas, estructuras históricas de la presencia cristiana en la Tierra de los cedros. La condición económica de muchas escuelas católicas, como ya documentó la Agencia Fides, se había deteriorado especialmente desde el verano de 2017, después de que el entonces gobierno dispusiera las nuevas «tablas salariales» para los trabajadores del sector público, incluido el escolar. Desde entonces, la situación ya se había vuelto insostenible, especialmente para las instituciones educativas que operan en las zonas urbanas y rurales menos prósperas del país. El agravamiento de la crisis económica y luego el cierre de los edificios escolares impuesto por la crisis de la pandemia han llevado al colapso de una situación ya muy comprometida. Desde hace tiempo, los responsables de las escuelas cristianas vienen denunciando la total inacción de las instituciones públicas para proporcionar medidas de apoyo adecuadas a la emergencia, en la que las escuelas que funcionan esencialmente de forma gratuita en las regiones y zonas urbanas más deprimidas corren el riesgo de ser diezmadas por la crisis.

Fuente: http://www.fides.org/es/news/70404-ASIA_LIBANO_Los_multiples_aspectos_de_la_emergencia_libanesa_al_centro_de_la_cumbre_eclesial_convocada_por_el_Papa_Francisco
Comparte este contenido:

La justicia de Samoa abre la puerta a la primera mujer al frente del Gobierno

La justicia de Samoa abre la puerta a la primera mujer al frente del Gobierno

La decisión judicial pone fin a una crisis política en uno de los países más estables de una región acostumbrada a conflictos y golpes militares

Comparte este contenido:

Gobierno Haití critica huelga de profesores y ataque a escuelas

El Ministerio de Educación de Haití criticó la huelga de profesores que mantiene a varios liceos hoy sin docentes y condenó los ataques contra las escuelas.

 

Unas 24 horas después que los estudiantes marcharan por las principales calles de la capital para exigir su derecho a la educación, el ministro Josué Argenor Cadet dijo sorprenderse por la decisión de los maestros de iniciar una huelga para demandar una tarjeta de débito.

El paro llevó a cientos de alumnos a las calles la víspera, quienes también acusaron al Gobierno de financiar las bandas armadas y no la enseñanza, y denunciaron que no tener educadores no los eximía de rendir las pruebas estatales.

Es inconcebible que los profesores y agentes del Ministerio puedan negarse a prestar el servicio por el cual se les paga regularmente, con el pretexto de una tarjeta de débito que no es un derecho legal, afirmó Cadet en un comunicado.

También deploró que algunos individuos irrumpieron violentamente en las escuelas, obligando a estudiantes y al personal a abandonar el lugar, mientras destruían materiales de estudio.

‘Es inadmisible e intolerable que esta práctica bárbara y retrógrada siga afectando al funcionamiento de las escuelas haitianas y violando el derecho a la educación de nuestros niños’, afirmó.

A mediados de marzo, líderes sindicales en el gremio educativo amenazaron con ir a paro si el Gobierno no los proveía de tarjetas de débito, y no se solucionaba la problemática de la igualdad salarial para los empleados de oficinas departamentales.

‘Nos tratan como parientes pobres’, dijo entonces Marie Antoinette Médor, portavoz del sindicato, aunque reconoció que el proceso está en marcha.

En los últimos dos años, el sector se vio afectado por numerosos movimientos de protesta que, sumado a la crisis sociopolítica y sanitaria, pone en riesgo el desarrollo de la enseñanza en todos los niveles, advirtieron expertos.

La comunidad educativa, por su parte, critica al Gobierno por no cumplir sus demandas, algunas de las cuales incluyen el pago de salarios atrasados en ocasiones por años.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php/component/content/?o=rn&id=442219&SEO=gobierno-haiti-critica-huelga-de-profesores-y-ataque-a-escuelas
Comparte este contenido:

La educación de niños y jóvenes haitianos, rehén de una crisis política

Sentado sobre el techo de la casa en construcción de su tío en Puerto Príncipe, Kervens Casséus utiliza un bloque de cemento como pupitre para apoyar su libro de geología.

Tiene 20 años y no fue ni una vez a clase en febrero. La crisis política que paraliza Haití le impide a él y a sus compañeros continuar normalmente sus estudios. Peor aún, les obliga a sumar otras preocupaciones a su escolaridad.

«La oposición y el poder: son ellos que destruyen el país», estima este joven, que cursa el último año de bachillerato científico y no ha recibido consigna alguna de sus profesores para continuar sus estudios. Ni siquiera está seguro de las fechas de las pruebas finales de tanto que ha sido modificado el calendario escolar este año.

El sector público educativo, al que asiste Kervens, está subfinanciado en Haití, donde el 80% de las escuelas son privadas.

– Miedo a salir –

Cuando debería aprovechar su edad para divertirse, Kervens vive encerrado. «Tengo miedo», admite este joven ya adulto, que cohabita desde hace tres años con su tía en una habitación precaria, ya que sus padres viven fuera de la capital.

«Esta mañana salí a la calle principal por primera vez en febrero. Y me sentí extraño», describe. «Hay menos gente caminando que de costumbre. La calle es diferente de lo que era en enero. Desde el 7 (de febrero), realmente todo cambió», explica.

En esa fecha, la oposición y una parte de la sociedad civil decidieron no reconocer a Jovenel Moïse como el presidente legítimo del país, quien estima que su mandato terminará el 7 de febrero de 2022.

Sectores completos de la sociedad haitiana son rehenes de esta pulseada política.

– ¿Abrir la escuela, un gesto político? –

En este contexto, recibir a los alumnos en la escuela es percibido por algunos como un respaldo político al oficialismo. En consecuencia, desde comienzos de mes, la mayoría de las instituciones escolares de la capital están cerradas.

«Hay que dejar que los alumnos vayan a la escuela. Pero decir eso en Haití hoy en día hará que algunos te encasillen políticamente», cuenta una docente que, por temor a represalias, pidió el anonimato.

Las profundas desigualdades económicas que imperan en Haití se reflejan en el sistema escolar y se ven agravadas por esta tensión política.

Abandonado solo con sus libros, Kervens tiene dificultades para pagar por una recarga de su teléfono celular.

A menos de dos kilómetros, instalada en una gran butaca rosada, la pequeña Lucie sigue con atención a su maestra que da clases en línea.

Sola delante de un ordenador, la niña de 5 años viste uniforme, como exige su escuela.

«No creo que todos los padres haitianos dispongan de material informático a domicilio, de una conexión a internet de banda ancha y además está el problema de la electricidad», recuerda su padre, Jean Romuald Ernest, consciente de su suerte.

«La semana pasada, el profesor debió interrumpir las clases justamente porque su aparato no tenía más carga», cuenta este padre de tres niños, dos de los cuales volvieron a la escuela.

– Canas a los 11 años –

El médico y su esposa contadora son parte de la minoría con poder adquisitivo de un país donde el 60% de la población sobrevive con menos de dos dólares diarios.

Pero no por ello escapan a la crisis y el clima de violencia que reina en el país.

«No tenemos niños, tenemos pequeños adultos», reflexiona Jean Romuald.

«Un niño que sobre la banquina de una ruta ve ruedas en llamas, una persona muerta, y que pregunta: ‘¿Papá qué es esto? ¿Por qué está pasando? Y el niño escucha disparos… Está estresado», se alarma este padre.

«Descubrí horrorizado que mi hija de 11 años ya tiene canas. ¡Eso muestra su nivel de estrés! Debería ser un llamado de atención para todos», señala preocupado el hombre.

Ante la incertidumbre política y la proliferación de pandillas armadas que cometen cada día secuestros, la ansiedad es el sentimiento compartido por todos los haitianos.

A pesar de las tragedias que sufren quienes dejan el país en las rutas de los inmigrantes, Kervens entiende a quienes se van.

«Tenemos nuestros sueños, pero no se pueden cumplir debido a la crisis del país. Es por eso que la mayoría de los jóvenes quiere irse al extranjero», concluye el joven.

Fuente: https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20210224-la-educaci%C3%B3n-de-ni%C3%B1os-y-j%C3%B3venes-haitianos-reh%C3%A9n-de-una-crisis-pol%C3%ADtica

Comparte este contenido:

Perú: El abuso del poder en plena pandemia

Ser vacunados en silencio, por ser familiar o parte del gobierno, y luego firmar un contrato con la empresa que ‘regaló’ las dosis es corrupción; es la situación que vive Perú.

Además del expresidente Martín Vizcarra y su mujer, varios altos funcionarios peruanos recibieron en secreto y «de cortesía» vacunas de Sinopharm, un grave escándalo que abre una nueva crisis política y ha levantado profundas dudas sobre todo el proceso experimentación y aprobación de la vacuna en Perú.

Entre septiembre y enero último, con dosis del estudio que se hacía con la vacuna de Sinopharm, se produjeron estas inoculaciones, de las que no se informó y que afectaron a personas con poder para influir sobre la compra de las mismas, lo que provocó una serie de renuncias aceptadas de inmediato por el actual mandatario, Francisco Sagasti.

Salidas

Han renunciado canciller, Elizabeth Astete, así como del viceministro de Salud Pública, Luis Suárez, después de que la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, exigiera saber quiénes se habían inmunizado de forma irregular con esas dosis.

«La asignación de 2.000 dosis adicionales para el equipo de investigación y personal relacionado con el estudio no fue en momento alguno materia de decisión por parte del Gobierno actual», indicó el mandatario sobre el lote de vacunas enviado junto a las dosis para el ensayo con 12.000 voluntarios en su país.

Sagasti agregó que, «ante la revelación de que algunos altos funcionarios públicos se habrían vacunado con estas dosis adicionales, el Ministerio de Salud ha dispuesto una investigación sumaria para esclarecer estos hechos».

El ministro de Salud, Oscar Ugarte, explicó que la investigación determinará cuántas personas se han vacunado con esas dosis, pues en este momento se desconoce, pero que el presidente Sagasti «ha dado esa orden: todo aquel que está vacunado queda fuera».

Contrato millonario

Con respecto a la canciller, Ugarte confirmó que su inmunización se hizo en enero pasado, «después de la firma del contrato» de compra de 38 millones de vacunas con Sinopharm, de las cuales el primer lote con un millón de dosis se acaba de recibir en el país.

En un comunicado público, la ya exministra señaló que es consciente «del grave error que cometí, razón por la cual decidí no recibir la segunda dosis».

Astete dijo que aceptó el ofrecimiento de hacerse inocular la primera dosis de la vacuna de Sinopharm el 22 de enero pasado «de lo que entendía se trataba de un remanente del lote de vacunas a cargo de la Universidad Cayetano Heredia».

Lo hizo, explicó, por «no poder darse el lujo de caer enferma» en el contexto de su labor en la lucha contra la covid-19. EFE

Silencio en Ecuador

En enero arribaron las primeras 8.000 vacunas Pfizer contra la Covid-19 al país, desde entonces, se aseguró que llegarían semanalmente hasta completar el primer lote de 86.000, hasta finales de este mes; sin embargo, hasta hoy, no se recibió otra vacuna. Se ha consultado sobre el proceso, pero nadie responde. Lo último que se mencionó -ayer-, a través de un comunicado, fue que en este año habrá 18 millones de vacunas.

Fuente e imagen:  https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102340763/el-abuso-del-poder-en-plena-pandemia
Comparte este contenido:

Huelga general de dos días paraliza capital de Haití

América Central/Haití/05-02-2021/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Servicios y actividades productivas también se ha visto afectados en otras ciudades de la nación caribeña.

La huelga general de dos días convocada a partir de este lunes en Haití, ha paralizado escuelas, comercios y la transportación colectiva en Puerto Príncipe (capital) y otras ciudades.

Artículos de prensa e imágenes difundidas a través de las redes sociales  muestran arterias de la capital haitiana prácticamente vacías. En algunas de estas vías se aprecian barricadas, mientras que en un sector al sur de la ciudad se han reportado manifestaciones.

La movilización convocada por los sindicatos de educación, conductores y trabajadores textiles busca llamar la atención sobre la inseguridad existente en el país y demanda compensaciones para las víctimas de violencia.

En particular se denuncia el incremento de los secuestros, cometidos por bandas criminales para extorsionar. Según medios locales, más de un millar de casos han ocurrido desde mediados de 2020 hasta la fecha.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó sobre la amenaza que suponen estos incidentes para la vida de menores de edad, que muy a menudo son sus víctimas. Del 1 de septiembre pasado al 15 de enero de este año, al menos un niño murió y 15 infantes fueron raptados para exigir rescate.

Por otra parte, la huelga general forma parte de la movilización nacional para obligar al presidente Jovenel Moïse a abandonar su cargo el 7 de febrero, fecha en que la oposición haitiana estima que concluye su mandato constitucional.

Este lunes, la Federación de Abogados de Haití emitió una resolución en que comunica que el mandato de Moïse finaliza el próximo 7 de febrero, fecha en que se cumplen cinco años de la celebración de elecciones, y no en 2022, como alega el Jefe de Estado a partir de la fecha en que fue investido.

Una veintena de juristas firman el documento, que también dictamina que el Consejo Electoral Provisional designado por el Presidente no tiene ninguna legitimidad para organizar las próximas elecciones.

Además de la huelga general, partidos y organizaciones de la oposición convocaron a otros tres días de paro para forzar la salida del mandatario.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/multimedia/huelga-general-dos-dias-paraliza-capital-haiti-20210201-0037.html

Comparte este contenido:

Los estudiantes lideran la protesta que ha tumbado dos presidentes en Perú

Por: El diario de la Educación

  • Miles de jóvenes peruanos han salido a las calles a manifestar su indignación con un régimen político que ha demostrado su incapacidad para superar las crisis sociales y económicas. El resultado: tres presidentes en siete días.

Perú ha vivido en las últimas semanas una crisis política que supera la ficción: tres presidentes en siete días, una vacancia y protestas multitudinarias en todo el país sudamericano. Esta, sumada a la crisis sanitaria y todos sus efectos en la economía, se ha convertido en el mayor reto de los peruanos de cara al bicentenario de su independencia.

La crisis se acentuó cuando el Congreso de la República aprobó la moción de vacancia del presidente peruano, Martín Vizcarra. Pero es acertado afirmar que el conflicto y la indignación de los peruanos empezó desde mucho antes. Algunos lo atribuyen a 2016, cuando Pedro Pablo Kuczynski ganó las elecciones por corta diferencia a su principal contendora, Keiko Fujimori, hija del dictador Alberto Fujimori y líder del partido Fuerza Popular.

Desde entonces, la mayoría de los escaños del Congreso ha sido conformada por partidos de la oposición, lo que ha impedido una fluida gobernanza por más de dos años. Kuczynski enfrentó dos mociones de vacancia bajo el supuesto legal de “incapacidad moral”, amparado por la Constitución de 1993. Un término que ahora es cuestionado por constitucionalistas y expertos por su amplia interpretación. Antes del debate de la vacancia, Kuczynski presentó su renuncia tan solo dos años después de haber asumido como primer mandatario del país, dando paso a que su primer vicepresidente, el entonces embajador de Perú en Canadá, Martín Vizcarra, jurara el cargo como nuevo presidente.

Sin embargo, el Congreso continuó asumiendo una posición hostil y poco accesible a la comunicación, imponiendo una barrera entre los poderes legislativo y ejecutivo. Este fue el mayor reto de Vizcarra desde un inicio. En solo dos años de gobierno existieron cinco presidentes del Consejo de Ministros y, por lo tanto, cinco gabinetes, que cambiaban por los procesos de investigación que iniciaba el Congreso en contra del gobierno y que representaba una presión política para que renunciaran a sus cargos ante el presunto delito de corrupción o por la negación al voto de confianza que debían otorgar los congresistas a cada cartera de ministros.

Es imposible no regresar a estos hechos —que fueron aún más conflictivos y complicados de lo que parecen— cuando se pretende entender la indignación de los jóvenes que marchan ahora. Según diversos especialistas, son universitarios y recién licenciados que tienen entre 20 y 30 años. No tienen una ideología particular que los integre, ni posiciones políticas, solo malestar e indignación social y política, el signo de los tiempos y de la juventud en el mundo entero.

La pandemia, que agravó las diferencias sociales y económicas en el país, cumplió también un papel en el agotamiento y frustración. Así como ocurrió en Chile, Guatemala y Estados Unidos, el confinamiento o toques de queda no fueron impedimento para que los jóvenes salieran a protestar ante lo que consideraban injusto y antidemocrático. En una semana de protestas intensas, con enfrentamientos violentos con la policía y el atropello de su derecho a la protesta, empujaron la renuncia de Manuel Merino tras cinco días como presidente de facto, luego de la vacancia de Vizcarra.

Pero lejos de contentarse, los estudiantes continuaron con su protesta, esta vez con mensajes claros: la formación de una Asamblea Constituyente encargada de hacer una nueva Constitución, reformas en el cuerpo policial y justicia para Inti Sotelo y Bryan Pintado, asesinados por la policía en medio de los enfrentamientos.

La noche del 14 de noviembre, la primera marcha convocada a nivel nacional, Inti de 24 años recibió cuatro proyectiles de armas de fuego en el tórax; mientras que Bryan, estudiante de derecho de 22 de años, recibió 10 perdigones: cuatro en la cabeza, dos en el cuello, dos en el tórax y dos en el brazo izquierdo. Ambos llegaron sin vida al hospital. Días antes, los manifestantes inundaban las redes sociales con imágenes que prueban la violencia policial desmedida usada durante su recorrido por el centro de la ciudad. Decenas denunciaron el uso de perdigones, uso abusivo de bombas lacrimógenas (incluso desde un helicóptero), policías sin identificación encubiertos como civiles (conocidos como “grupo terna”) y desapariciones de hombres y mujeres participantes en la marcha.

Francisco Sagasti, presidente peruano, tomó posesión el pasado 17 de noviembre. Fotografía: Presidencia de la República de Perú

El pasado lunes, el congresista Francisco Sagasti asumió como presidente del Congreso y, por lo tanto, como Presidente de la República. Si esta estabilidad continúa, será el último mandatario antes de las elecciones generales planeadas para abril del 2021. Por lo pronto, las manifestaciones en el país no han cesado. Aún sin responsables por el asesinato de los jóvenes y un Congreso manchado por investigaciones de corrupción y otros delitos, los colectivos permanecen en contacto y comunicación permanente.

Las redes sociales, su principal canal, siguen acaparadas con las convocatorias de nuevas marchas, consejos sobre cómo actuar frente a las detenciones, rechazo a la cobertura de medios tradicionales y mensajes hacia sus autoridades. Dentro de las múltiples voces de las redes, una de ellas remarca: “Se metieron con la generación equivocada”.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/11/30/los-estudiantes-lideran-la-protesta-que-ha-tumbado-dos-presidentes-en-peru/

Comparte este contenido:
Page 2 of 6
1 2 3 4 6