Las autoridades educativas del actual gobierno no han sido educadas para gobernar.
Por: Marco Antonio Aguilar Cortés.
En la realidad, no existe ninguna “reforma educativa” en México de 2012 a la fecha; salvo si aceptamos que existe todo sobre lo que podemos hablar: un “fantasma” o un “profesor”.
La mal llamada “reforma educativa”, incluida en paquete de reformas impulsada por el ya olvidado Pacto por México a fines del año 2012, nunca ha sido tal. Mal inició y terminará peor.
Deductivamente, haciendo su debut como reforma y adición a los artículos 3 y 73 de nuestra Carta Magna, partió desde las oficinas del poder hacia las aulas, con soberbia antidemocrática, sin escuchar a padres de familia, alumnos, maestros, sin considerar el amplio y complejo fenómeno de enseñanza aprendizaje.
Erró el presidente Enrique Peña Nieto y sus consejeros en educación al creer que dicha reforma educativa sería la solución a los conflictos que padecemos en esta materia; y, a la inversa, generaron problemas mayores.
El equívoco laboral medicamentoso, envuelto en delgado papel educativo, agravó la enfermedad.
Se ordenó invertir millones de pesos en los inmuebles escolares; y es correcto, siempre que se entienda que las escuelas son los alumnos, los maestros y los padres de familia, y no los edificios con muebles, que deben ser instrumentos dignos, sí, pero no constituyen “reforma educativa”.
Llegados a 2016, dicha reforma educativa sólo ha producido significadas y molestas marchas, tomas, pérdidas económicas cuantiosas, confronta entre mexicanos, afectación internacional, quemas, destrucciones, heridos y muertos.
Frente a lo anterior, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, presentó, carrereado, un producto burocrático llamado “modelo educativo III”, el cual, siendo un esfuerzo, pero tardío, no llega a ser, tampoco, una “reforma educativa”.
Ese documento es, exclusivamente, un puñado de elementos orientadores, valiosos unos y equívocos otros, en materia pedagógica, laboral y administrativa, puestos en el campo de la educación escolarizada.
Ojalá que el presidente Peña Nieto y la SEP entendieran que la educación, y su ausente reforma necesaria, va más allá de lo escolar, lo pedagógico, laboral y administrativo.
Hoy, lo más trascendente de la educación se ubica en la familia, en los medios masivos de comunicación y en la vida. Los elementos pedagógicos, laborales y administrativos del documento no llegan a ser reforma educativa. Si anda mal la familia, los medios masivos y la vida, deplorablemente discurrirá la educación.
La “reforma educativa” como tal no existe. La CNTE quiere frenar las disposiciones que afectan sus privilegios. Si no se termina el sistema de privilegios, sólo pasarán de manos de la CNTE a otros.
En muchas escuelas no ha habido clases. La iniciativa privada tiene, en la educación escolar, un excelente negocio. Las autoridades educativas del actual gobierno no han sido educadas para gobernar.
Y todos esos implicados siguen ejerciendo el don de la locuacidad.
Fuente: http://www.siempre.com.mx/2016/08/la-reforma-educativa-mal-inicio-y-terminara-peor/
Imagen: http://www.siempre.com.mx/wp-content/uploads/2016/08/3298-aguilar-cortez.jpg