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“El oficio de tejer la fibra de saó es parte de nuestras tradiciones”
Desde los 10 años, Alicia Medina Molina se gana la vida haciendo los conocidísimos sombreros y también canastas y otros adornos. Continúa en actividad a sus 81 años
A sus 81 años Alicia Medina Molina teje hasta siete sombreros de saó por semana, pues la vista cansada debido a la edad le ha disminuido la capacidad que tuvo desde que a los 10 años aprendió el oficio en su natal Paurito, que es la capital de esta fibra que se saca de una palmera que se da exclusivamente en esa zona del departamento, muy cerca del Río Grande.
Proveniente de una familia numerosa, pues fueron seis hermanos, cuyo padre se dedicaba a cuidar ganado en una estancia de la zona, los niños aprendieron este oficio artesanal, que para Alicia fue su fuente de ingresos económicos que le dio cierta independencia desde su niñez.
Medina recuerda con nostalgias las dificultades que atravesó para sacar sus productos al mercado cruceño, pues el viaje era de dos días siguiendo el carretón porque debía caminar a la par del rústico vehículo de cansinos bueyes.
“Cuando juntábamos una buena cantidad de sombreros y canastos le pedíamos a los carretoneros que los carguen encima de las maderas que se extraían cuando Paurito tenía bosques. Me sentía feliz cuando terminaba de vender mis productos para regresar a mi casa”, recordó la artesana.
Al pasar el tiempo doña Alicia formó su propia familia, que por cierto numerosa, pues tuvo 12 hijos, los cuales se criaron con los ingresos de su oficio. De ellos solo dos, María Josefa y Regina Farell Medina, siguieron con el tejido, con las cuales hasta hoy sigue el negocio, y tiene la esperanza que sigan los nietos.
Un recuerdo triste que guarda es cuando unos extranjeros compraron parte del bosque de la palmera, reduciendo el área y poniendo en peligro la actividad.
“Los artesanos de Paurito nos unimos y presionamos a las autoridades para que defiendan el terreno que se conoce como Saotú, situado a 30 kilómetros, con ello se garantiza que esta tradición cruceña sobreviva”, anotó Medina.
“El sombreo de saó es una marca de Paurito y me llena de orgullo que mis sombreros lleguen a todo el país, así contribuyo a la grandeza de mi tierra, pues me siento afortunada de haber nacido acá”, dijo doña Alicia, que nunca ha recibido un reconocimiento de parte de las autoridades locales.
“Santa Cruz ha dado un salto histórico por su acelerado crecimiento”
El abogado, educador y periodista Aure Terán Bazán pasó gran parte de su vida enseñando a las nuevas generaciones y recopilando las costumbres locales
Aure Terán Bazán califica al cruceño como un ser valiente, hidalgo, cordial, sincero, amable y, sobre todo, trabajador y querendón del terruño que lo vio nacer. A sus 85 años se destacó en todos los campos en que se desempeñó, siendo el abanderado en el colegio y en la universidad, así como destacado periodista corresponsal de varios medios del interior.
Con el cúmulo de vivencias y experiencias ha publicado, y está por publicar, varios libros de corte costumbrista, pues considera que no se deben perder las tradiciones cruceñas debido al acelerado crecimiento que ha experimentado la capital y el departamento.
“He visto el enorme salto histórico de Santa Cruz de la Sierra, pasando de ser una ciudad pequeña a lo que es hoy, pese a la falta de una planificación organizada para enfrentar el futuro, pues no coincide con un progreso integral por la falta de servicios”, refirió.
Terán recuerda sus años de colegio en el Nacional Florida, del cual fue abanderado por sus altas calificaciones y porque sobresalía en sus discursos, graduándose en 1953 para ingresar a la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm) donde se formó en Derecho.
Luego de concluir el bachillerato fue profesor de su colegio durante 20 años, impartiendo la materia de Instrucción Cívica.
“Di clases en el colegio del Círculo de Amigos y en el Josefina Goytia, así también fui fundador del colegio particular Santa Cruz y del CEMA de la calle Sucre, donde impartí clases gratuitamente durante un año hasta obtener un ítem”, recordó.
Entre su producción bibliográfica se destacan los textos de Cívica para los seis cursos de secundaria, así como otros títulos donde se incluyen poemarios. “Están sin publicar una autobiografía histórica, una novela costumbrista y unos relatos de los barrios”, dijo.
Como periodista Terán fue corresponsal de radio Illimani y del diario La Nación, de La Paz; fundando en Santa Cruz de la Sierra los periódicos Guardián, Oriente y Revolución; y los humorísticos El Tarechi y El Chuturubí. También fue columnista de EL DEBER.
Fuente: https://www.eldeber.com.bo/santacruz/Un-educador-y-una-tejedora-que-con-sus-oficios-dejan-huellas-20180913-7298.html