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Arrasar la Amazonía no era inevitable: la deforestación cae un 50% desde enero

Por Raúl Rejón

La destrucción cero prometida por Lula da Silva en Brasil es clave para mitigar el cambio climático: la devastación de bosques en 2022 lanzó tanto CO2 como todas las emisiones de India al quemar combustibles fósiles

La deforestación galopante de la Amazonía no era, como podía parecer, un fenómeno inevitable. Tras doblarse la superficie anual destruida entre 2018 y 2022, la desaparición del bosque amazónico en Brasil ha revertido su tendencia (desbocada) hacia la devastación: en lo que va de año se ha asolado un 50% menos de superficie que en el mismo periodo de 2022, según los datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) de Brasil. De 7.100 a 3.700 km2.

El cambio de rumbo ilustra un viraje en la gestión del bosque tropical: el descenso en la deforestación comenzó en enero pasado, cuando asumió la presidencia de Brasil Inacio Lula da Silva tras el mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro. Brasil se ha convertido en la gran potencia de pérdida de bosques primarios en el mundo. En 2022 fue responsable del 43% del total mundial, según el World Resources Institute (WRI) por delante de Rusia, la República Democrática del Congo o Bolivia. Allí se destruyeron, no solo en el Amazonas, 1,8 millones de hectáreas, unos 18.000 km2.

Para ponderar qué significa esa destrucción, además de la pérdida de biodiversidad, hábitats y tierras para grupos indígenas, 18.000 km2 menos de bosque primario en Brasil supuso liberar 1,2 Gt de CO2 a la atmósfera para exacerbar el efecto invernadero que recalienta el planeta y provoca el cambio climático. Multiplica por 2,5 las emisiones de país al quemar combustibles fósiles, que ese año fueron unas 0,497 Gt según Global Carbon Atlas.

El nuevo presidente aseguró al iniciar su gestión que adoptaría una política de “deforestación cero” para el año 2030. Tanto en julio como agosto de este año –los meses usualmente más destructivos– la pérdida de bosque se redujo un 66% respecto al año anterior. En septiembre el descenso fue del 56% en comparación con 2022.

«El gobierno de Brasil ha retomado las operaciones de comando y control en la Amazonía, lo que tiene un efecto directo sobre la deforestación en ese bosque y cambia la percepción de impunidad» (Tom Kuchard — Investigador de Ecologistas en Acción)

“El gobierno de Brasil ha retomado las operaciones de comando y control en la Amazonía”, explica el investigador de Ecologistas en Acción Tom Kuchard. “Y esto no solo tiene un efecto directo sobre la deforestación en ese bosque, sino que también cambia la percepción de impunidad de los que podrían cometer nuevos crímenes ambientales”, remata Kuchard.

En ese sentido, ilustra la situación anterior que, si bien la destrucción del bosque anual casi se había doblado durante el mandato de Bolsonaro, al mismo tiempo, el número de multas por deforestación ilegal y daños a la flora decrecieron un 40%.

También se decretaron recortes presupuestarios para las agencias de protección ambiental brasileñas. La organización austriaca All Rise remitió una petición a la Corte Penal Internacional en 2021 –en estudio– para que se investigara a Jair Bolsonaro por crímenes contra la humanidad por la destrucción masiva de la Amazonía.

El responsable de la campaña de Amazonia de Greenpeace Brasil, Romulo Batista, señala que “el cambio en el discurso del Gobierno federal, el incremento de las inspecciones y las acciones en el campo han hecho que aumentaran las multas y las incautaciones”. Además, insite, “se han lanzado algunas acciones como el Plan de prevención y combate contra la deforestación”

Kuchard añade que también ha comenzado un proceso “para identificar tierras públicas no destinadas a la agricultura y definirlas como tierras indígenas, territorios quilombolas y unidades de conservación”. Eso, en teoría, las pone a salvo de la deforestación. Al estar en fase inicial “seguramente no hay efectos visibles todavía, pero habrá”, según la profesora e investigadora de la Universidad Federal de Bahía, Diana Aguiar.

En la organización de Batista subrayan que “la notable reducción de la deforestación en los ocho primeros meses del año abre una esperanza. Aún así, a pesar de ese descenso significativo todavía se ha producido un alto número de incendios”. Los incendios en la Amazonía no pueden ser un proceso natural como en el bosque mediterráneo o el boreal, no se dan por causas naturales porque hay demasiada humedad. “La deforestación cero es la gran contribución que Brasil puede hacer a la mitigación del cambio climático”, concluye la organización.

Un cuarto de las emisiones globales de efecto invernadero

Porque “la deforestación y degradación de turberas contribuyen con entre el 12% y el 20% de las emisiones globales” de gases de efecto invernadero, según explica la London School of Economics. Al destruirse las plantas, el carbono almacenado en ellas se libera y se añade a la costra de gases de efecto invernadero. De hecho, debido a la destrucción del bosque tropical la humanidad ya no puede confiar en que los árboles del Amazonas se queden con la contaminación de carbono que genera. En la década que va de 2010 a 2019, el bosque tropical amazónico emitió un 20% más de CO2 del que absorbió para realizar la fotosíntesis. (16.600 millones de toneladas por 13.900 millones). La deforestación a base de incendios y talas ha producido el cambio.

Romulo Batista dice que “es necesario intensificar la lucha contra la deforestación sobre todo en esta época del año que aquí se conoce como verano amazónico cuando la región sigue muy cálida”. También es preciso, prosigue el activista, “que los gobernadores se unan a la alianza para alcanzar la deforestación cero en 2030”.

Selva amazónica Universidad de Leeds

La pérdida de bosques tropicales en el mundo no para. Ha pasado de unos 2,5 millones de hectáreas en 2002 a más de cuatro millones en 2022 –solo el 14% fue por incendios–. En 2022 se perdió “el equivalente a 11 campos de fútbol por minuto”, según los datos recopilados por la Universidad de Maryland (EEUU) que analiza el WRI.

“Toda esa pérdida de bosques produjo la liberación de 2,7 gigatoneladas de CO2 a la atmósfera, el equivalente a las emisiones anuales de India al utilizar combustibles fósiles”, ejemplifica el análisis del Instituto.

Con todo, el freno en la Amazonía brasileña ha tenido un reverso en su ecosistema vecino de El Cerrado. Si la deforestación en el bosque tropical ha caído, la de la sabana ha tocado cifras de récord. Allí se destruyeron 658 km2 en septiembre, un salto del 140% respecto al mismo mes de 2022. Es el dato más alto desde que hay registros por satélite (2018).

“Se presume que las operaciones en la Amazonía han redireccionado la expansión de la frontera agrícola en El Cerrado y otros biomas”, explica Tom Kuchard. Esto es, el aclaramiento de bosque para hacer sitio al cultivo de soja para piensos y la propia expansión de la ganadería. “Por eso pedimos que se incluya El Cerrado y otros ecosistemas en la meta de deforestación cero”.

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/arrasar-amazonia-no-inevitable-deforestacion-cae-50-enero_1_10614852.html

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La deforestación amazónica no paró de aumentar durante el gobierno de Bolsonaro

Los últimos estudios indican que este mes se produjo la mayor cantidad de incendios intencionales desde 2010.

La deforestación de la Amazonia es la principal crítica medioambiental que ha recibido el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y uno de los puntos que usan sus contrincantes en la elección presidencial que se celebra este domingo. La falta de recursos para la protección y la flexibilización de los controles que instaló en su gobierno pusieron a varios países europeos en contra del mandatario.

Los últimos datos recogidos por el Instituto Brasileño de Investigaciones Espaciales (INPE), la entidad que monitorea la deforestación de la Amazonia utilizando imágenes satelitales, concluyeron que durante setiembre de este año se produjo en la zona la mayor cantidad de incendios intencionales desde setiembre de 2010. Un estudio anterior, realizado por la misma entidad, había revelado que durante el gobierno de Bolsonaro la cantidad de área devastada en la selva aumentó sucesivamente cada año luego de varios años de reducción.

Área desforestada de la selva amazónica en Brasil

En kilómetros cuadrados

Bolsonaro y la selva: un balance | Brasil en DW | DW | 22.09.2022

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Paraguay: los trabajadores ganan las calles. Médicos, docentes y campesinos, en lucha.

En el marco del debate del presupuesto 2022 en la nación guaraní, los trabajadores de la salud y los docentes han salido a las calles a reclamar sus derechos.

Más de 3 mil profesionales, nucleados en el Sindicato Nacional de Médicos (Sinamed), iniciaron una huelga el 28 de septiembre en demanda de un aumento presupuestario que permita lograr una equiparación en el sector, dado que las jornadas son desiguales. Reclaman una reducción de la carga horaria, o en su defecto el pago de las horas que no les están abonando. La huelga, que se extenderá hasta el día 11, ha incluido movilizaciones diarias a las sedes ministeriales.

El desprecio del gobierno de Mario Abdo Benítez por la salud pública se evidenció en la calamitosa gestión de la pandemia, marcada por la falta de insumos, sueldos atrasados, el colapso hospitalario y un sistema de vacunación vip, que privilegió a funcionarios y empresarios, mientras la población no podía inmunizarse. Todo esto condujo, en uno de los picos de los contagios, a la rebelión de marzo, que el presidente sobrevivió debido al amparo de las distintas fracciones del Partido Colorado.

En simultáneo a la actual lucha de los médicos, los docentes están reclamando un aumento del 16%. Ante la falta de respuestas del gobierno, iniciaron una huelga el 1 de octubre. Ese día, además, 10 mil trabajadores del sector marcharon en Asunción (La Nación Paraguay, 5/10). La medida de fuerza entró en cuarto intermedio este jueves, pero se reanudaría el viernes. Están programadas acciones hasta el día 15.

https://www.facebook.com/100000400064996/videos/854932065214402/

El ministro de Hacienda, Oscar Llamosas, amenazó con vetar el presupuesto si se contemplaran los reclamos de los trabajadores. Pero mientras se retacea el aumento en salud y educación, los fondos para pagarle a bonistas y organismos financieros internacionales suben un 25%, en el caso de las llamadas entidades descentralizadas (como la eléctrica Ande), y 9% en el caso de la administración central (ABC Color, 8/9).

La lucha de médicos y docentes plantea la necesidad de un paro general de las centrales sindicales, que sea el puntapié de un plan de lucha nacional. Si ganan estos sectores, se abren mejores perspectivas para todo el movimiento obrero.

El problema de la tierra

Además de las luchas salariales, los campesinos e indígenas se movilizaron la semana pasada en Asunción, dado que el Congreso aprobó una norma infame que aumenta los montos de las penas por las tomas de tierra, que pueden llegar ahora hasta los 10 años de cárcel. En la nación guaraní hay 300 mil familias campesinas sin tierras y el 2% de la población concentra el 85% de la mismas (La Tinta, 6/10).

Durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), la élite terrateniente se apropió irregularmente de 7 millones de hectáreas. Posteriormente, hasta 2003, se quedó con un millón de hectáreas adicionales (ídem). Estas tierras pertenecían al Estado o a comunidades campesinas u originarias, que fueron desalojadas. Entre los favorecidos estuvieron familiares del presidente actual y del expresidente Horacio Cartes, al igual que algunos de los senadores que impulsaron el proyecto de ley, bendecido por la Asociación Rural de Paraguay (ARP), la Asociación de Productores de Soja y la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO). Fue aprobado con los votos de congresistas colorados y algunos liberales.

A la par de la apropiación latifundista, avanza en forma acelerada la deforestación y se persigue a quienes luchan por su derecho a la tierra. Desde 1989, según la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy), hubo 126 asesinatos (ídem).

La norma represiva que busca consolidar el dominio inicuo de los terratenientes fue promulgada por Abdo Benítez en apenas 24 horas. Se plantea la lucha por su anulación y por la confiscación de la oligarquía terrateniente para satisfacer los reclamos de tierra de campesinos e indígenas.

Paraguay se encamina a elecciones municipales este domingo, pero de ellas no saldrá ninguna respuesta a los grandes problemas de las masas. Estos demandan la organización independiente de trabajadores, campesinos e indígenas, en un plan de lucha unificado, para derrotar al gobierno reaccionario de Abdo Benítez.

Fuente: https://prensaobrera.com/internacionales/paraguay-los-trabajadores-ganan-las-calles/

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Libro(PDF): Expansión mercantil capitalista y la Amazonía como nueva frontera de recursos en el siglo XXI

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Con el objetivo de profundizar en el conocimiento de las causas de las transformaciones socioeconómicas y espaciales que están ocurriendo en la Amazonía, desde el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), con el apoyo de la Embajada de Suecia en Bolivia y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) lanzamos, a fines de 2019, la convocatoria de investigación: “Expansión mercantil capitalista y la Amazonía como nueva frontera de recursos en el siglo XXI. Procesos, actores, disputas”. En abril de 2020, de las 150 propuestas recibidas se seleccionaron 20 como resultado de la revisión realizada por un Comité Internacional compuesto por 16 evaluadores/as expertos/as de Bolivia, Brasil, Venezuela, Perú, Ecuador, México, Colombia y Argentina. Destacamos la calidad y relevancia de las postulaciones recibidas, que derivó en la selección de una mayor cantidad de propuestas, pasando de 10 a 20 los proyectos reconocidos.

Autoras(es): 

Javier Gómez Aguilar. Karina Batthyány. [Presentación]

Neyer Maximiliano Nogales Vera. Lizandra Jannette Paye Vargas. Débora Assumpção e Lima. Andrea P. Sosa Varrotti. José Octavio Orsag Molina. Nohely Guzmán Narváez. Jorge Efraín Paucar Anchirayco. Natividad Quillahuaman Lasteros. Bruno Cezar Pereira Malheiro. Milson Betancourt Santiago. Juan Pablo Neri Pereyra. Isabella Cristina Lunelli. Marina Corrêa de Almeida. Manuel Bayón Jiménez. Rinaldo de Castilho Rossi. Nelson Eduardo Bernal Dávalos. Juan Carlos Guzmán Salinas. María Cristina Chuquimarca Mosquera. Martha Moncada Paredes. Tania Verónica Mancheno. Omar Vázquez Heredia. Claudia Rodríguez Gilly. Gustavo Adolfo Muñoz Gaviria. Elizabeth López Canelas. Huáscar Salazar Lohman. Mabel Lizbeth Martínez Carpeta. Julián Andrés Neira Carreño. Luis Fernando Novoa Garzon. Daniele Severo da Silva. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. CEDLA.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-897-7

Idioma: Español

Descarga: Expansión mercantil capitalista y la Amazonía como nueva frontera de recursos en el siglo XXI

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2377&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1549

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Las imágenes de la NASA que muestran la mayor sequía en casi un siglo en Brasil

Dos imágenes evidencian una preocupante realidad en Brasil.

Se trata de dos fotografías satelitales de la NASA, la agencia espacial estadounidense, que muestran la grave sequía que afecta al centro y sur del país, la peor en casi un siglo.

Fueron tomadas en Lago das Brisas, en el río Paranaíba (en Minas Gerais, el segundo estado más poblado de Brasil), gracias al satélite Landsat 8, el 12 de junio de 2019 y 17 de junio de este año.

Cinco embalses cercanos registraron niveles de agua inferiores al promedio (1993-2002) por más de 2 metros, según el Global Reservoir y Lake Monitor, que analiza este tipo de variaciones en aproximadamente 70 lagos y embalses del mundo utilizando una combinación de datos altimétricos de radar por satélite.

Según la NASA, los bajos niveles de agua son evidentes en diferentes lagos de la cuenca del río Paraná, que alberga diversas presas hidroeléctricas y embalses que contribuyen al suministro de energía de la región.

Siete de las 14 reservas principales cercanas estaban a su nivel más bajo desde 1999.

La situación en el país llevó a que el presidente de la Cámara baja del Congreso, Arthur Lira, dijera que Brasil tendrá que pasar por «un período educativo de cierto racionamiento [de energía] para evitar cualquier tipo de crisis mayor».

Poco después, se retractó, informa BBC Brasil.

«Hablé recientemente con el ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, que aclaró que la medida provisional no supondrá ninguna orden relacionada con el racionamiento de energía», escribió.

«Habrá un incentivo para el uso eficiente de energía por parte de los consumidores de modo voluntario», añadió.

Los niveles de agua en el río Paraná están casi 8,5 metros por debajo del promedio cerca de la frontera de Brasil con Paraguay. Ese nivel puede interrumpir el tráfico de barcos de carga y encarecer el transporte de mercancías.

Un clima más seco de lo habitual también está afectando la producción de importantes cultivos brasileños, como el café, el maíz, la caña de azúcar y las naranjas.

Impacto en la vegetación

Otra imagen compartida por la NASA muestra el impacto de la falta de lluvia en la vegetación.

Lo hace a través del denominado Índice de Estrés Evaporativo (ESI, por sus siglas en inglés), que identifica regiones donde la vegetación está sufriendo estrés por falta de agua.

Se trata de una medida de evapotranspiración o de cuánta agua se está evaporando de la superficie terrestre y las hojas de las plantas.

«En base a las variaciones en la temperatura de la superficie terrestre, el mapa ESI indica cómo la tasa de evapotranspiración del 7 de mayo al 4 de junio se compara con las condiciones normales. Las áreas marrones indican plantas estresadas por una humedad inadecuada, incluso si sus hojas aún no se han marchitado o vuelto notablemente marrones. Gran parte de la vegetación estresada está ubicada en estados agrícolas clave, incluido Minas Gerais, Goiás, Mato Grosso do Sul, Sao Paulo y Paraná», señala la NASA en su página web.

Mapa de Brasil, según el ESI.

FUENTE DE LA IMAGEN,NASA

Pie de foto,
Mapa de Brasil, según el ESI.

Brasil ha estado registrado precipitaciones por debajo del promedio desde al menos octubre de 2019.

Según los expertos, este menor volumen de precipitaciones está mayoritariamente relacionado con el fenómeno de La Niña, que perturba las temperaturas, los ciclos de lluvia y los patrones normales de tormentas en diversas partes del mundo.

No obstante, en entrevista con BBC Brasil, los especialistas inciden en que este fenómeno es «solo parte de la respuesta».

Las fuentes consultadas argumentan que la deforestación en el Cerrado, como es conocida la sabana brasileña y que es el mayor ecosistema del país después de la Amazonía, agrava la escasez en los embalses de Paraná, responsables de la mayor capacidad de generación de energía hidroeléctrica del país.

«Es una argumentación simplona atribuir la variación en los embalses simplemente a El Niño o La Niña», consideró el geógrafo Yuri Salmona, doctorado en Ciencias Forestales por la Universidad de Brasilia, en una entrevista reciente con BBC Brasil.

En los últimos años, diversos especialistas han vinculado la deforestación en la Amazonía con la caída de precipitaciones en otras partes de Brasil. Según estas fuentes, la tala de árboles provoca que los bosques dejen de inyectar una inmensa cantidad de agua en la atmósfera que luego se convierte en lluvia, parte del fenómeno de los «ríos voladores».

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-57587835

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Brasil: 94% de la deforestación de la Amazonia brasileña es ilegal

América del Sur/Brasil/21-05-2021/Autor(a) y Fuente: ultimasnoticias.com.ve

Casi toda la deforestación registrada en la Amazonía de Brasil es ilegal y la promesa del presidente Jair Bolsonaro de eliminar esta devastación es poco realista debido a la falta de transparencia sobre el uso autorizado de la tierra en esa región, según un informe publicado este lunes.

Bajo presión para reducir la destrucción de la mayor selva tropical del planeta, Bolsonaro prometió eliminar la deforestación ilegal para 2030 durante la Cumbre sobre el Clima en abril pasado.

Casi toda la deforestación sigue siendo ilegal porque las autoridades han fracasado en implementar leyes para determinar cuánto y dónde se deforesta legalmente, indica una investigación realizada por investigadores universitarios y expertos de organizaciones ambientalistas, entre ellas World Wildlife Fund Brazil y  el Instituto Centro da Vida.

El informe indica que 94% de la deforestación en la Amazonia y la región circundante de Matopiba, que engloba parte de los estados de Maranhao, Tocantins, Piauí y Bahía, es ilegal.

Esto ocurre porque incluso en los casos en los que los agricultores, ganaderos y madereros, entre otros, tienen permiso para usar la tierra, las autoridades son incapaces de documentar cómo se aplica la legislación para la explotación legal de la tierra, explica el informe.

“La diferenciación entre la deforestación legal e ilegal es un factor clave para garantizar que la producción agrícola y forestal no están contaminadas por crímenes ambientales”, agrega el texto.

Desde que Bolsonaro asumió el poder en 2019 se ha registrado un repunte de la deforestación en la mayor selva tropical de mundo.

En los 12 meses previos a agosto de 2020, la deforestación en la Amazonía brasileña aumentó de 9,5%, destruyendo un territorio mayor al de Jamaica, según datos oficiales.

El presidente ultraderechista está bajo una fuerte presión internacional para limpiar la imagen de su gobierno en temas medio ambientales, en tanto el poderoso agronegocio está preocupado de las consecuencias que pueden tener esas críticas en el mayor exportador de carne y soja del mundo.

“Bolsonaro hizo esa promesa de deforestación [ilegal] cero, pero cómo vamos a saber si no está disponible esa información?”, dijo a la AFP Paula Bernasconi, coordinadora del Instituto Centro da Vida.

“Es urgente un mayor esfuerzo técnico y de voluntad política para el cumplimiento de la legislación ambiental y de la ley de acceso a la información”, insta el coautor del estudio, Raoni Rajao, de la Universidad Federal de Minas Gerais.

“De lo contrario, la falta de transparencia continuará sirviendo como un escudo para la destrucción continua de los ecosistemas”, agregó.

Fuente e Imagen: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/general/94-de-la-deforestacion-de-la-amazonia-brasilena-es-ilegal/

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Brasil presentó su plan para proteger el Amazonas, pero los críticos dicen que no es suficiente

El gobierno de Brasil ha presentado una nueva meta oficial para combatir la deforestación en el Amazonas, una novedad para la administración del presidente, Jair Bolsonaro. Pero los críticos dicen que no es suficiente.

El general retirado del Ejército y vicepresidente, Hamilton Mourao, publicó el miércoles el Plan Amazonas 2021/2022 en el boletín oficial brasileño. Prioriza para la mitigación de la deforestación cinco de los nueve estados dentro de la «Amazonía Legal», equivalente a alrededor del 60% del territorio brasileño, y anticipa varios cambios en la forma en que el gobierno federal y los estados que componen la cuenca manejan la vasta área.

Entre los cambios de política, el plan describe el fortalecimiento y la fusión de agencias que vigilan y luchan contra las actividades ilegales relacionadas con el medio ambiente y el uso de la tierra. También llama a regularizar la propiedad de la tierra y brindar nuevas alternativas económicas a las personas que viven en la región, incluida la promoción del desarrollo empresarial y la expansión de la infraestructura de salud y educación.

Para 2022, el Plan Amazonas también apunta a reducir la pérdida anual por deforestación al promedio registrado entre 2016 y 2020, un área de aproximadamente 8.700 kilómetros cuadrados. Es una caída significativa con respecto al nivel actual de destrucción: el Instituto de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), que rastrea la pérdida de bosques por satélite, estima que se perdieron 11.088 kilómetros cuadrados por deforestación en 2020.

Sin embargo, la meta de 2022 todavía permite aproximadamente 16% más de deforestación que en el año anterior a la toma de posesión de Bolsonaro, lo que no es una reversión de las pérdidas en la selva tropical más grande del mundo, un baluarte esencial en el esfuerzo contra el cambio climático. Según el INPE, se deforestaron 7.500 kilómetros cuadrados de la Amazonía en 2018.

Una meta «muy modesta»

Carlos Nobre, uno de los principales científicos climáticos de Brasil, describe la meta de deforestación para 2022 como «muy modesta». Dice que «para generar algún optimismo, las metas para 2021-2022 deben ser al menos 2.000 kilómetros cuadrados menos (que el promedio 2016-2020). Y con una meta a mediano plazo de reducir la deforestación anual a menos de 4.000 kilómetros cuadrados en tres años.»

«El documento oficial del Gobierno Federal es muy general y no es específico sobre las medidas reales que han mostrado un efecto positivo pronunciado en el pasado», agrega Nobre.

Marcio Astrini, director del Observatorio del Clima de la red brasileña de defensa del medio ambiente, dice que el plan del gobierno esencialmente admite permitir una mayor tala de bosques. «Significa que el gobierno de Bolsonaro se compromete a lograr, después de cuatro años, una tasa de deforestación… más alta que cuando comenzó su gobierno. No es un objetivo, es una confesión de delito ambiental», dijo Astrini.

Culpa al gobierno de Bolsonaro por alentar la actividad ilegal y la tala de bosques en la Amazonía, y señala que un paquete de leyes propuestas actualmente en el Congreso facilitaría el desarrollo de tierras protegidas. «Bajo Bolsonaro, el bosque está solo y bajo el control de los criminales», dijo Astrini.

La deforestación se ha disparado durante la presidencia de Bolsonaro. En 2019, su primer año como presidente, los datos del INPE muestran que la Amazonía perdió 10.129 kilómetros cuadrados por la deforestación, un aumento del 34% con respecto al año anterior.

Aunque el presidente ha aprobado varios decretos y leyes para proteger la Amazonía, simultáneamente ha recortado drásticamente los fondos para los programas gubernamentales de protección y monitoreo ambiental y ha presionado para abrir las tierras indígenas a la agricultura y la minería comerciales.

Conferencia climática con Joe Biden

La presentación del plan se produce solo una semana antes de que Brasil participe en una conferencia climática virtual de alto perfil organizada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que comienza el 22 de abril.

Enfatizando su desconfianza por los compromisos ambientales de Bolsonaro, la semana pasada cerca de 200 organizaciones no gubernamentales hicieron un llamado a Biden para que no llegue a ningún acuerdo sobre la protección del Amazonas con Bolsonaro sin una consulta más amplia con la sociedad civil y los grupos indígenas.

El lunes, el embajador de Estados Unidos en Brasil, Todd Chapman, se reunió con miembros de la Articulación del Pueblo Indígena de Brasil (APIB) luego de que solicitara un «canal directo» de comunicación con Estados Unidos sobre temas relacionados con la Amazonía brasileña.

Los funcionarios a nivel estatal en Brasil también han buscado establecer una línea directa con Washington para la negociación ambiental. Representantes de 22 de los 26 estados de Brasil más el Distrito Federal escribieron esta semana una carta pública a Biden pidiendo que Estados Unidos se asociara directamente con los gobernadores estatales, prometiendo transparencia y «resultados verificables».

«Nuestros estados cuentan con fondos y mecanismos especialmente creados para responder a la emergencia climática. [Los fondos están] disponibles para un uso seguro y transparente de los recursos internacionales, garantizando resultados rápidos y verificables», dice la carta.

Esfuerzo de las empresas

Bosque amazónico en peligro, más de lo que se pensaba 0:49

Nobre, el científico de medio ambiente, dice que un punto positivo en los esfuerzos de Brasil para combatir la deforestación no proviene en absoluto del gobierno, sino de las grandes empresas que asumen una mayor responsabilidad en sus cadenas de suministro.

«El único indicador algo positivo no proviene del gobierno. Está surgiendo de las grandes empresas agroindustriales de cadenas de carne y soja que se han comprometido a impulsar cadenas de suministro libres de deforestación en los próximos 5 años», dice.

«Muchas empresas se comprometieron con la deforestación cero (ilegal y legal) para 2025. Es probable que esto haya enviado un mensaje claro al crimen organizado detrás de la mayor parte de la deforestación ilegal de que los sistemas de trazabilidad en implementación harán que sea mucho más difícil para ellos comerciar principalmente carne de áreas deforestadas ilegalmente, incluso tierras tomadas por delincuentes».

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2021/04/16/brasil-plan-proteger-amazonas-no-es-suficiente-deforestacion-trax/

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