De ellos, 53% pertenecen al litoral donde están las ciudades más violentas del país y donde operan las bandas narcoterroristas que cooptan a menores de edad para actividades delictivas
Los estudiantes, profesores y padres de familia han solicitado a las autoridades medidas efectivas para salvaguardar la integridad de la comunidad educativa. (El Universo)
En Ecuador, la violencia narcoterrorista ha convertido al país en uno de los más violentos de la región, afectando especialmente a niños, niñas y adolescentes. En este contexto, esta población se vuelve más vulnerable a ser cooptada por miembros del crimen organizado, quienes los reclutan para actividades ilícitas. Cuando las cifras oficiales indican que más de 119.000 niños dejaron la escuela en el último año, las alarmas sobre la situación de la niñez en el país se disparan.
Desde el 2022, varios reportajes periodísticos alertaban sobre la presencia de escuela de sicarios y sobre el abandono estatal que afecta a los menores de edad en el país. Más recientemente, varios adolescentes han sido capturados por crímenes como homicidio o terrorismo. Por ejemplo, el 9 de enero de 2024 cuando sucedió la toma violenta de TC Televisión, cuando un grupo armado amenazó a los trabajadores del medio, 13 personas fueron capturadas, dos de estas eran adolescentes. Asimismo, el 16 de abril de este año, un adolescente de 14 años asesinó a sangre fría a un conductor de bus luego de robarle el dinero de su jornada laboral.
Durante el periodo académico 2023-2024, el Ministerio de Educación registró una reducción de 64.024 estudiantes en las ocho provincias de la Costa y Galápagos. De acuerdo con el informe oficial, en el periodo anterior, 2022-2023, se contabilizaron 2.503.532 estudiantes matriculados en las 9.407 instituciones educativas de estas zonas. No obstante, esta cifra descendió a 2.439.508 para el año lectivo 2023-2024, el cual finalizó en febrero.
Las piernas de un hombre descuartizado sobresalen de una bolsa tirada en una calle donde hay niños jugando y perros, en el vecindario de Colinas de La Florida, en Guayaquil, Ecuador. (AP Foto/Rodrigo Abd Archivo)
La mayor caída en la matrícula se observó en el segmento de estudiantes de Educación General Básica, sumando un total de 56.879, mientras que 7.889 correspondieron a estudiantes de Educación Inicial.
En cuanto a la región de la Sierra, se constató que otros 55.300 estudiantes no se inscribieron en el periodo mencionado. Es crucial tener en cuenta que esta cifra aún podría variar en los últimos tres meses del año lectivo.
En febrero de este año, la Unicef también advirtió sobre la falta de acceso a la educación producto de la violencia que vive el país: “Además de la situación de la niñez, preocupa el creciente número de personal médico, maestros y directores de escuelas amenazados, extorsionados y asesinados por grupos armados. Con el empeoramiento de la situación de seguridad, el cierre temporal de escuelas en todo el país ha privado a más de 4,3 millones de niños, niñas y adolescentes de servicios educativos adecuados”.
Las bandas reclutan a los niños
Christian de 16 años fue detenido como autor material del asesinato de un fiscal en Guayaquil. (Policía Nacional)
En el 2022, el medio británico The Telegraph reveló cómo operaban las escuelas de sicarios en Ecuador, estas relacionadas con la mafia albanesa. Niños desde los 10 años se reúnen en las canchas de barrios pobres de Guayaquil para aprender cómo manejar y rastrillar un arma. Este, según el medio británico, es el primer paso para que los jóvenes aspirantes a sicarios se unan a las bandas que compiten por el creciente mercado de cocaína en Europa.
La formación para ser sicarios duraría alrededor de medio año, pero para “graduarse”, los niños y adolescentes deben asesinar a un pandillero rival o incluso a miembros de su propia familia. The Telegraph recogió el testimonio de Juan, un adolescente de 16 años que ingresó a la escuela de sicarios a los 12 y que desde entonces ha asesinado a 45 personas. El adolescente dijo al medio británico que para menores de edad con pocas oportunidades, no hay opciones cuando llega la mafia: “Los niños saben que si se niegan, los matarán. No tienen elección”.
El 19 de septiembre de 2022, un fiscal fue acribillado a las afueras del edificio de la Fiscalía Provincial del Guayas, en el centro de Guayaquil. Escobar, de 43 años, trabajaba en la Unidad de Personas y Garantías Penales e investigaba casos relacionados con muertes violentas. El sicario tenía 16 años.
Las bandas criminales reclutan a los niños desde los 13 años, en promedio. Sin embargo, hay registro de que cada vez los cooptan más pequeños.
En el primer trimestre del 2023, Infobae reportó que casi 500 niños y adolescentes en el país fueron detenidos en actividades ilícitas. Por ejemplo, Alias Boquita de 13, que debería asistir a una escuela y jugar como otros niños de su edad, fue señalado por participar en el asesinato de un policía en Esmeraldas, al norte del país, y por un secuestro extorsivo que sucedió en Quito.
En 2023, según recogió Unicef, una encuesta de U-Report Ecuador reveló que 1.012 de 22.674 adolescentes encuestados afirmaron conocer personas cercanas reclutadas por grupos delincuenciales.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su informe Violencia, niñez y crimen organizado, explica que la presencia de grupos delincuenciales “en las zonas o comunidades más pobres y excluidas suponen un riesgo para los adolescentes de estas áreas”. Los criminales aprovechan la vulnerabilidad y escasez de los habitantes de estos lugares para reclutar a los niños y adolescentes que a veces ven a la vinculación con estas bandas “como una oportunidad para generar ingresos e incluso para obtener reconocimiento y respeto”.
Juan se volvió sicario cuando tenía 12 años. (Foto: Victor Raison/ The Telegraph).
Cuando los niños y adolescentes son reclutados se integran en unidades jerárquicamente estructuradas donde cumplen órdenes de sus superiores, empiezan siendo vigilantes, por ejemplo, y luego escalan en el tipo de delitos. Asimismo, si no obedecen se atienen a castigos severos. Una vez dentro, es casi imposible salir: “La deserción del grupo es vista usualmente como un grave incumplimiento de las reglas dado que pone en peligro a la organización y su funcionamiento, y por tanto puede llegar a acarrear consecuencias extremas como el asesinato al considerarlos traidores”, explica el informe de la CIDH.
Euriza Rivera, directora de Medidas Socioeducativas para Adolescentes Infractores, dijo en aquel momento a Primicias lo que se ha convertido en una realidad que muchos no conocen o se niegan a reconocer: “los chicos están siendo cooptados, porque las organizaciones delictivas están supliendo las necesidades que otro tipo de instituciones debieran solventar”.
Fuente: https://www.infobae.com/america/america-latina/2024/05/04/mas-de-119-mil-ninos-ecuatorianos-dejaron-la-escuela-en-el-ultimo-ano/