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Salir del hoyo cavando

Por: Pedro Badía

Debemos de trabajar por un sistema educativo inclusivo, de justicia social. Más participativo, más colaborativo y solidario. Con más capacidad para integrar conocimientos y experiencias frente a un sistema neoliberal que quiere hacerse con el mercado educativo.

Más allá de las buenas o de las malas notas; de la disciplina y del esfuerzo para aprender y aprobar asignaturas. Más allá del fracaso escolar y del abandono escolar temprano, hay que la mayoría del alumnado que lo aprueban todo no son necesariamente excelentes, tampoco son pésimos aquellos y aquellas que suspenden, fracasan y abandonan cada curso. ¿Por qué un joven capaz de mantener una conversación, de tener alertas de noticias en el móvil sobre las cuales tiene opinión y de leer prensa y algún libro de su interés fracasa en la escuela? ¿Por qué abandonan el sistema educativo jóvenes normales y corrientes? Seguramente porque la escuela sea de las pocas instituciones importantes que quedan para garantizar un orden social más selectivo que solidario y más competitivo que colaborativo. En la “sociedad del riesgo” la escuela es infalible. El sistema escolar ha resistido el empuje de las nuevas tecnologías y de las redes sociales y se sigue moviendo por una lógica del apartheid, donde un importante número de jóvenes ya parecen de antemano excluidos y excluidas.

La educación es el resumen de los derechos humanos más importantes. Hablar de educación es hablar de justicia social y de valores morales que deben ser exigibles en cualquier sistema educativo, y que debemos de aprender porque su ausencia es un lastre para la sociedad civil. “La excelencia moral es la que más vale porque, sin ella, las demás excelencias valen menos”, Aurelio Arteta.

Es importante decantar el debate que existe actualmente entre modelos educativos que, como ha escrito Camila Crosso, pugnan entre sí con “diferentes sentidos, valores y prácticas de la educación”. En este momento predomina una concepción más economicista de la educación, reducida a la instrucción en determinadas disciplinas, según la jerarquía de materias que existe en el currículo. Los ejes que organizan el trabajo dentro del sistema educativo son el aprendizaje de ciertas habilidades y de determinados conocimientos y la medición, que no evaluación, mediante pruebas nacionales e internacionales cuyos resultados marcan las políticas educativas de algunos gobiernos. Se acumulan conocimientos medibles para ser más competitivos en el mercado laboral. En un mundo cada vez más complejo sigue ganando fuerza la instrucción y la medición.

¿La solución? Parece que en los últimos años no la tienen los gobiernos. España es un ejemplo. La LOMCE no sólo es ineficaz para solucionar los problemas y afrontar los retos que tiene el sistema educativo, sino que agudiza los primeros e ignora los segundos. Es una ley que insiste en la instrucción como guía, en la fragmentación y jerarquización como principales valores del currículo y en la medición de conocimientos como fórmula para avanzar en el sistema educativo. La solución que aporta la LOMCE tiene como principal objetivo “consolidar un modelo de desarrollo educativo, económico y social que profundiza las brechas de injusticias generadas por un mundo cada vez más desigual. Una perspectiva que despolitiza el derecho a la educación y transforma a las pruebas y los resultados de aprendizaje estandarizados en el epítome de la calidad educativa”. Palabras escritas por Camila Crosso sobre la tendencia predominante en educación mundial, pero aplicables al caso español.

En el suplemento Babelia de El País, sábado 9.09.2017, Iñigo Errejón escribía una crítica muy interesante, y recomendable del libro Contra el Populismo (José María Lassalle, Debate, 2017) y señala algunos de los problemas más complejos que forman parte del escenario actual en el que se ubica el sistema educativo, y al que las políticas neoliberales son incapaces de dar respuestas. Errejón indica que ante la grave fractura social, el control de las democracias por poderes privados incontrolables, la voladura de las instituciones que garantizan la buena salud de la democracia y especialmente la voladura de las políticas públicas que tenían como objetivo limitar el poder de los más fuertes, elevar las oportunidades de los más débiles y garantizar unas reglas del juego compartidas por la comunidad política, la solución que ofrece el neoliberalismo es “salir del hoyo cavando”. Protegerse aún más de los componente solidarios, cooperativos, de justicia social, así como del fortalecimiento del espacio público tan importante para promover una ética ciudadana que supere el individualismo y apueste por la construcción de la igualdad, la justicia social y el bien común.

El derecho humano a la educación es el terreno más importante que conquistar por el neoliberalismo, y el lugar donde se está dando una de las batallas más cruentas. De aquí la importancia de que la comunidad educativa se organice en movimientos de amplio espectro social y suficientemente organizados para resistir y al mismo tiempo avanzar con una propuesta educativa que garantice la educación a lo largo de toda la vida como un derecho de ciudadanía capaz de compensar las desigualdades; que garantice unas condiciones dignas de infraestructuras y de inversión pública; que ponga en valor la profesión docente, desde una perspectiva política y social; que consolide el objetivo de una educación, y una cultura de paz, para la ciudadanía.

Debemos de trabajar por un sistema educativo inclusivo, de justicia social. Más participativo, más colaborativo y solidario. Con más capacidad para integrar conocimientos y experiencias.

“Un sistema educativo puede presumir de excelencia si está pensado para formar en ella a todos sus alumnos, pero no si se deshace de todos aquellos alumnos que no la alcanzan por sí mismos”, Jorge Wagensberg. Ya sabemos lo que no funciona y la solución no es seguir cavando.

* Aurelio Arteta. Catedrático de Filosofía Moral y Política en la Universidad del País Vasco.
*El sistema educativo está compuesto por tres componentes esenciales el subsistema escolar, el subsistema familiar y el subsistema sociocultural. Según la definición de Xavier Melgarejo.
*Camila Crosso es la coordinadora general de la Campaña Latinoamericana por los Derechos de la Educación, CLADE, y presidenta de la Campaña Mundial por la Educación.
*Iñigo Errejón. Politólogo y político. Investigador. Diputado por Madrid en la lista de Podemos.
* Jorge Wagensberg. Profesor, investigador y escritor español.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/09/22/salir-del-hoyo-cavando/

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Califican de alarmante tasa de analfabetismo en Nigeria

África/Nigeria/23 Septiembre 2017/Fuente: Prensa Latina

La tasa de analfabetismo de Nigeria es alarmante, advirtió el gobierno federal al señalar que la nación más poblada de África tiene hoy entre 65 millones y 75 millones de personas iletradas.
El ministro de Educación, Alhaji Adamu Adamu, afirmó que la educación es el fundamento del desarrollo y cualquier país que no educa a su población está destinado a fracasar.

‘Desafortunadamente, en Nigeria tenemos una población muy grande de analfabetos; la cantidad de analfabetos, considerando nuestra población, es impropia’, subrayó.

Para algunas autoridades, la mayoría de los desafíos de seguridad que enfrentan son una manifestación ese nivel de analfabetismo, pues esta condición es explotada por elementos divisivos.

En ese sentido, citan que muchos de los seguidores de la secta extremista Boko Haram solo conocen el Corán (libro sagrado del islam) pero no pueden interpretar ni leer su significado.

Nigeria posee una población que en esto momentos supera los 193 millones de habitantes, de ellos el 50,6 por ciento son hombres.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=117920&SEO=califican-de-alarmante-tasa-de-analfabetismo-en-nigeria
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El 18% de los nacimientos de América Latina corresponde a mujeres de entre 15 y 19 años de edad

Por: lavozdecataratas/22-09-2017

La región presenta una de las tasas más altas de embarazo adolescente del mundo, sólo superada por África. Según estadísticas del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en América Latina 1 de cada 5 mujeres será madre antes de terminar la adolescencia.

Iguazú (LAVOZ) El embarazo adolescente se asocia con menores logros educativos entre las madres, una situación que puede perpetuar el ciclo de pobreza de una generación a otra.

Los métodos anticonceptivos reversibles de larga duración o LARCs, como el implante subdérmico o los dispositivos intrauterinos, son el tipo de anticonceptivo reversible de mayor eficacia. Es recomendado como la elección de anticoncepción de primera línea para adolescentes.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha puesto la luz sobre una situación que tiene un impacto significativo sobre la salud de las mujeres de América Latina y el Caribe: esta región exhibe actualmente un elevado porcentaje de embarazo adolescente, que sólo es superada por África. Hoy, en América Latina y el Caribe, 18 de cada 100 nacimientos corresponden a madres de entre 15 y 19 años de edad, cuando en el mundo la proporción es de 10 por cada 100 nacimientos; incluso en regiones como Europa o Asia, la relación entre el nivel de fecundidad adolescente y el de la fecundidad de las mujeres adultas es aún más bajo (entre 5 y 7 de cada 100).

El embarazo adolescente constituye en sí mismo una barrera para que ejerzan su derecho a la educación y a un desarrollo saludable, y que logren una transición exitosa hacia la vida adulta. Las consecuencias del embarazo en esta etapa tienen amplio impacto a lo largo de la vida de las adolescentes e incluso en las siguientes generaciones.

Un trabajo realizado por la doctora Marisa Labovsky, presidenta de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ), indicó que el 80% de las adolescentes embarazadas son hijas de madres que a su vez fueron madres en la adolescencia. “Hay historias que se repiten por lo que es fundamental la educación sexual, no sólo en la familia, sino fundamentalmente en el ámbito escolar y a través de los medios de comunicación”, afirmó la especialista.

Las actuales perspectivas, no son alentadoras. Según estima el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), 1 de cada 5 mujeres de la región será madre antes de terminar la adolescencia. Casi tres cuartos de los embarazos adolescentes en América Latina y el Caribe no son planificados, y cerca de la mitad terminan en abortos. Es que si bien el conocimiento, acceso y uso consistente y eficaz de anticoncepción es un elemento esencial en la prevención de embarazos no planificados, numerosos niños y jóvenes no tienen acceso a una educación sexual integral de calidad.

El 34% de las adolescentes sexualmente activas que requieren métodos anticonceptivos y no quieren ser madres en los próximos 2 años -lo que suma cerca de 3.4 millones de mujeres de 15 a 19 años- no utiliza métodos anticonceptivos, mientras que una proporción menor utiliza métodos anticonceptivos tradicionales, que son menos efectivos que los métodos modernos.

Los métodos anticonceptivos reversibles de larga duración o LARCs son el tipo de anticonceptivo reversible de mayor eficacia, pues no requiere que se tome una píldora cada día ni que se haga algo antes de cada relación sexual y, según el método elegido, puede prevenir el embarazo durante 3 a 10 años. Asociaciones profesionales importantes como el Colegio Estadounidense de Obstetricia y Ginecología o la Academia Americana de Pediatría recomiendan el uso de LARCs como la elección de anticoncepción de primera línea para adolescentes. “Los métodos anticonceptivos reversibles de larga duración son métodos de elección para todas las mujeres. Sin embargo, lo son más aún para las adolescentes ya que su grado de fertilidad es mayor, sus óvulos son jóvenes y tienen más posibilidades de quedar embarazadas. Son métodos ideales para esta etapa porque son los que tienen menor tasa de abandono, son altamente efectivos y no dependen de la usuaria”, indicó la doctora Labovsky

En este sentido, la licenciada Estela Sánchez, coordinadora del Programa del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable de la Región Sanitaria V (San Martín) destacó el uso del implante anticonceptivo subdérmico. “El implante subdérmico se encuentra a la cabeza dentro de los métodos de larga duración disponibles en el sistema de salud público. Es práctico, de rápida colocación e indoloro. Las adolescentes se lo recomiendan entre ellas por la comodidad y efectividad. Es un método que, con el debido entrenamiento podemos colocar los obstétricos; no sólo los médicos. Esta situación posibilitó la ampliación de su uso, haciéndolo accesible a miles de mujeres. Sólo en nuestra región sanitaria hemos colocado con éxito más de 7.000 implantes”, detalló.

Efectos sobre la educación y la salud

La salud sexual y reproductiva tiene un impacto directo sobre la educación y las perspectivas futuras de los jóvenes. Los embarazos precoces y no deseados aumentan el riesgo de ausentismo, desempeño escolar deficiente y deserción escolar prematura para las jóvenes y también tienen consecuencias educativas para los jóvenes padres. De ahí que todos los estudios coinciden en señalar que la maternidad adolescente se asocia con menores logros educativos entre las madres, una situación que puede perpetuar el ciclo de pobreza de una generación a la siguiente.

La relación entre embarazo adolescente y educación es de doble vía: la mayoría de las adolescentes que fueron madres están fuera del sistema educativo al momento del embarazo, y en los casos en que las adolescentes se encuentran estudiando, el embarazo y nacimiento precipita el abandono escolar.

Al mismo tiempo, en lo que respecta a la salud de las adolescentes, el riesgo de complicaciones y muerte es superior para las madres más jóvenes que para las que tiene un hijo en la edad adulta; en los países de ingresos bajos y medios, el riesgo de mortalidad materna de las madres de menos de 15 años es dos veces mayor que el de mujeres de más edad. En los países en vías de desarrollo, las complicaciones del embarazo y del parto constituyen la principal causa de muerte entre las adolescentes de 15 a 19 años, y los bebes nacidos de madres adolescentes enfrentan mayores riesgo para su salud que los niños nacidos de madres de más edad.

Ma. Eugenia Sirito
PARADIGMA PEL COMUNICACIÓN

*Fuente:www.lavozdecataratas.com/noticia_58871.html
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China: One in three Chinese children faces an education apocalypse. An ambitious experiment hopes to save them

China/Septiembre de 2017/Fuente: Science

Resumen:  En otros lugares de este centro de educación infantil en el centro de China, los jóvenes están montando caballos en balsa, trepando en un gimnasio en la selva, pulgares a través de libros ilustrados o participando en la lectura en grupo. Una vez a la semana, los cuidadores reciben entrenamiento individualizado sobre cómo leer a los niños pequeños y jugar juegos educativos. El centro forma parte de un ambicioso experimento que Rozelle está dirigiendo, que busca encontrar soluciones a lo que él ve como una crisis de proporciones gigantescas en China: el retraso intelectual de aproximadamente un tercio de la población. «Este es el mayor problema que China está enfrentando que nadie ha oído hablar nunca», dice Rozelle, profesor de la Universidad de Stanford en Palo Alto, California. Las encuestas realizadas por el equipo de Rozelle han encontrado que más de la mitad de los estudiantes de octavo grado de las zonas rurales pobres de China tienen coeficientes de inteligencia por debajo de 90, dejándolos luchando para mantenerse al día con el currículo oficial. Un tercio o más de los niños rurales, dice, no completan la secundaria. Rozelle hace un pronóstico sorprendente: Alrededor de 400 millones de chinos en edad laboral, dice, «están en peligro de convertirse en discapacitados cognitivos».

Glasses askew and gray hair tousled, Scott Rozelle jumps into a corral filled with rubber balls and starts mixing it up with several toddlers. The kids pelt the 62-year-old economist with balls and, squealing, jump onto his lap. As the battle rages, Rozelle chatters in Mandarin with mothers and grandmothers watching the action.

Elsewhere in this early childhood education center in central China, youngsters are riding rocking horses, clambering on a jungle gym, thumbing through picture books, or taking part in group reading. Once a week, caregivers get one-on-one coaching on how to read to toddlers and play educational games. The center is part of an ambitious experiment Rozelle is leading that aims to find solutions to what he sees as a crisis of gargantuan proportions in China: the intellectual stunting of roughly one-third of the population. «This is the biggest problem China is facing that nobody’s ever heard about,» says Rozelle, a professor at Stanford University in Palo Alto, California.

Surveys by Rozelle’s team have found that more than half of eighth graders in poor rural areas in China have IQs below 90, leaving them struggling to keep up with the fast-paced official curriculum. A third or more of rural kids, he says, don’t complete junior high. Factoring in the 15% or so of urban kids who fall at the low end of IQ scores, Rozelle makes a stunning forecast: About 400 million future working-age Chinese, he says, «are in danger of becoming cognitively handicapped.»

Among Chinese academics, that projection «is controversial,» says Mary Young, a pediatrician and child development specialist formerly of the World Bank Institute in Washington, D.C. But although experts may debate the numbers, they are united on the enormity of the problem. «There is definitely a tremendous urban-rural gap» in educational achievement, says Young, who is leading pilot interventions for parents of young children in impoverished rural areas for the government-affiliated China Development Research Foundation in Beijing.

RURAL EDUCATION ACTION PROGRAM

While China’s dynamic urban population thrives, much of rural China is mired in poverty. More than 70 million people in the countryside live on less than $1 a day, according to the World Bank, and children have it particularly hard. On a recent visit to Shaanxi province, at a group of farmsteads isolated in a remote valley, a 27-year-old mother of two says that she would like to send her kids to preschool. But she would have to rent an apartment in town to do so—a prohibitive expense.

Many parents migrate to the booming cities for work, leaving children with grandparents. (China’s household registration system requires that children enroll in schools in the district where their parents are registered.) Left-behind children tend to leave school early, eat poorly, and have little cognitive stimulation in the crucial first years of life. Grandparents, with limited education themselves, are poorly equipped to read to the next generation. They sometimes carry swaddled infants on their backs while working their fields, which delays infant motor development, Young says.

Such early deprivation, Rozelle and others say, limits kids’ potential for success in life. «There is a massive convergence of evidence» that development in the first 1000 days after a baby’s conception sets the stage for later educational achievement and adult health, says Linda Richter, a developmental psychologist at the University of the Witwatersrand in Johannesburg, South Africa, who doesn’t work with Rozelle.

China’s millions of at-risk children could threaten its future. Economic modeling shows that in some low- and middle-income countries, such as India and Tanzania, «the gross domestic product lost to stunting can be more than a country’s spending on health,» explains Richter, who helped produce a series of papers on early childhood development published online in The Lancet last October. Conversely, she says, «There is a special window of opportunity» for interventions that bolster health and improve parenting.

Luo Lie, 5, does eye exercises at a rural school. Like many of his peers, he is being raised by grandparents.

KEVIN FRAYER/GETTY IMAGES

That’s what Rozelle is setting out to prove—on an unprecedented scale. In 100 villages across Shaanxi, his team of Chinese and foreign collaborators is following 1200 baby-caregiver pairs; half attend the enriching early education centers and half serve as controls. If the intervention works, Rozelle says his team will seek to convince authorities to establish early education centers nationwide. «It will keep China from collapsing,» he says.

Rozelle’s earlier experiments on health interventions in China had «a real impact on the lives of poor people,» says Howard White, a developmental economist with the Oslo-based Campbell Collaboration, which reviews economic and social studies. Rozelle’s group, he says, has been «very successful testing things on a small scale, taking them up to the provincial level, and using the findings to influence national policy.» Now, Rozelle hopes to have a similar impact with parenting.

Rozelle followed an unlikely path to becoming a crusader for China’s infants. He started studying Mandarin in middle school because his father thought it would be a useful skill, and he pursued finance as an undergraduate at the University of California (UC), Berkeley. But he put his courses on hold to spend 3 years studying Chinese in Taiwan. Seeing the island’s emergence as an Asian Tiger «got me excited about Asian development,» he says.

Later, the poverty he observed backpacking through Southeast Asia and in South America, where he spent 2 years studying Spanish, instilled in him a concern about economic inequality. That led him to pursue a master’s degree in development economics at Cornell University. Development economics was «a new, wide-open field,» he says. And he had an advantage. «Not too many development economists speak Chinese.»

Returning to Cornell for his Ph.D., he began a varied academic career in which China was the one constant. At Stanford and UC Davis, he explored such topics as irrigation investment, genetically modified cotton, and microcredit programs for rural poor. These efforts netted him a national Friendship Award, the highest honor given to foreigners for contributions to China, in 2008. He is also the longtime chairperson of an advisory board to the Chinese Academy of Sciences’s (CAS’s) Center for Chinese Agricultural Policy.

Rozelle’s unorthodox path through academia is matched by his quirky sense of humor. At a recent public talk in English to a general audience in Shanghai, China, he mimed cradling an infant in his arms while he talked about rural parenting. He explained that studies show that investing in early childhood education pays off for society, whereas spending on adult education has negative returns. «You guys are done, sorry,» he told the crowd.

In the mid-2000s, Rozelle and his colleagues shifted their focus from agriculture to education. China’s economy was growing rapidly, but «children from rural areas with poor educations or in bad health didn’t have the capabilities» to take advantage of new economic opportunities, says Luo Renfu, a longtime Rozelle collaborator and economist at Peking University in Beijing.

In Anshun, China, Luo Hongni, 11 (left), and her brother Luo Gan, 10 (right), carry flowers to be used as animal feed.

KEVIN FRAYER/GETTY IMAGES

The result is a widening gap between urban and rural educational achievement in China, Rozelle says. Many urbanites fit the stereotype of «tiger» parents, pushing kids to excel in school. After hours, their schedules are packed with music and English lessons and sessions at cram schools, which prepare them for notoriously competitive university entrance exams. More than 90% of urban students finish high school.

But only one-quarter of China’s children grow up in the relatively prosperous cities. Rural moms have high hopes for their children; Rozelle’s surveys have found that 75% say they want their newborns to go to college, and 17% hope their child gets a Ph.D. The statistics belie those hopes: Just 24% of China’s working population completes high school.

Rozelle believes such numbers bode ill for China’s hopes of joining the ranks of high-income countries. Over the past 70 years, he explains, only 15 countries have managed to climb from middle- to high-income status, among them South Korea and Taiwan. In all those success stories, three-quarters or more of the working population had completed high school while the country was still in the middle-income bracket. These workforces «had the skills to support a high-income economy,» Rozelle says. In contrast, in the 79 current middle-income countries, only a third or less of the workforce has finished high school. And China is at the bottom of the pack. School dropouts don’t have the skills needed to thrive in a high-income economy, Rozelle says. And, worryingly, the factory jobs that now provide a decent living for those with minimal training are moving from China to lower-wage countries.

Rozelle thinks a lack of opportunity isn’t the only factor holding back China’s rural children. Physically and mentally, they are also at an increasing disadvantage, hampering their performance in school and their prospects in life.

Childhood in the other China

Compared with peers in the cities, rural kids have higher rates of malnutrition, uncorrected vision problems, and intestinal parasites. Many rural parents leave kids in the care of grandparents. The result, according to a team of economists: the intellectual stunting of roughly one-third of China’s population.

CREDITS: (GRAPHIC) G. GRULLÓN/SCIENCE; (DATA) SCOTT ROZELLE

In 2006, Rozelle gathered many of his research collaborators into a Rural Education Action Program (REAP). Based at Stanford, it has key partner institutions in China, including top schools, such as Peking University, and CAS’s Center for Chinese Agricultural Policy in Beijing, which gives REAP credibility with national authorities. REAP also has connections with provincial universities and, through their professors, ties to local officials. (To avoid the scrutiny China gives nongovernmental organizations, Rozelle emphasizes that REAP is an academic entity conducting research.)

REAP’s initial studies focused on the quality and cost of rural education. But Rozelle became aware of health issues during a 2009 visit to a rural school with Reynaldo Martorell, a maternal and child health and nutrition specialist at Emory University in Atlanta. «After lunch, all the kids were napping; Rey said they should be running around,» Rozelle recalls. Martorell suspected malnutrition, and a preliminary survey proved him correct. Over several years, Rozelle’s team conducted 19 surveys in 10 poor provinces covering 133,000 primary school kids. They found that 27% were anemic, an indication of malnutrition; 33% had intestinal worms; and 20% had uncorrected myopia. «If you’ve got one of these three things,» Rozelle says, «you’re not going to learn because you’re sick.»

REAP followed up with trial interventions. At 200 schools, they checked each child’s vision and gave them a math test. Then, in half the schools, the kids who needed them got free glasses. A year later, the math scores of the kids with glasses had improved far more than those of peers in the other schools. Vitamin supplements and deworming yielded similar results. Luo says these and other findings helped convince the central government in 2011 to establish a school lunch program now benefiting 20 million rural students daily. «What impresses me about Scott,» says Martorell, «is that his work does not end with just publications; he is deeply committed to making sure government officials become aware of the problems and solutions.»

But Rozelle believed that he might achieve more by starting with younger children, persuaded by the work of economists showing that investment in the first 1000 days of life yields economic dividends. As he puts it: «The development economics field discovered babies in the past five or so years.» Adversity early on—malnutrition or neglect of an infant’s physical and emotional needs, for example—can leave cognitive deficits that persist for life. And in REAP, Rozelle had an organization that could do rigorous studies of interventions and their benefits.

Fluent in Mandarin, Stanford University economist Scott Rozelle enjoys interacting with the rural children in his intervention programs.

RURAL EDUCATION ACTION PROGRAM

In 2013, REAP launched a study enrolling more than 1800 babies, ages 6 to 12 months, and their caregivers from 348 villages in impoverished Shaanxi province. A team took blood samples and measured the height and weight of each infant. An evaluator gave each baby a widely used test—the Bayley Scales of Infant and Toddler Development—that measures cognitive, language, and motor skills. Each caregiver answered a questionnaire used to assess the infant’s social and emotional status. The tests were repeated three times at 6-month intervals. The team also tracked whether and when a mother had migrated away for work.

On the bright side, Rozelle says, the tests indicated rural kids «don’t need help with their motor skills.» But 49% of the babies were anemic. And 29% scored below normal on the Bayley test: nearly twice the 15% of babies that naturally fall at the low end of intelligence tests in any population.

The researchers initially focused on nutrition, providing vitamins in the trial’s intervention arm. But follow-up tests showed that the supplements had marginal impact and that mental development scores deteriorated in both intervention and control groups.

At that point, Rozelle recalls, the team began to think, «Maybe it’s a parenting problem.» In spring 2014, REAP started asking caregivers in their study about parenting practices. Only 11% had told a story to their children the previous day, fewer than 5% had read to their children, and only a third reported playing with or singing to their children.

The situation is particularly fraught for «left-behind» children. Fully one-quarter of Chinese children under age 2 are left in the care of relatives at some point, according to UNICEF statistics. Grandparents often end up as the caretakers—and many «are still in a survival mode of thinking,» without the time, energy, or education to read to their grandchildren, Young says. The test scores confirm a devastating impact: After mothers left home to work in another city, mental development scores among their children declined significantly and socio-emotional indices «fell apart,» Rozelle says. The declines were greatest when a mother left during the child’s first year.

REAP was already adapting what’s known as the Jamaican intervention. Sally Grantham-McGregor, a physician and child development specialist, devised the strategy to help developmentally stunted children she observed while at the University of the West Indies in Kingston in the 1970s and 1980s. The Jamaican intervention relied on home visits to teach mothers, one-on-one, how to interact with their toddlers using books and toys designed to raise cognitive, language, and motor skills. The REAP team enlisted child education specialists and psychologists at Shaanxi Normal University in Xi’an, the province’s capital, to translate and adapt the teaching materials. For coaches, REAP turned to China’s National Health and Family Planning Commission, which was seeking new roles for its 1.5 million workers, who had enforced the country’s now-ended one-child policy.

REAP then took 513 children-caregiver pairs from the 1800 participants and split them into intervention and control groups. For the next 6 months, the newly trained family planning workers visited intervention homes weekly for coaching using the Jamaican method. In the intervention group, when the mother was present the baby’s Bayley scores rose to normal. But when a grandmother was raising the child, the Bayley score barely budged. «We’re working hard to figure out why,» Rozelle says.

The in-home visits were expensive, trainers sometimes skipped the most isolated families, and caretakers did not always comply. The coaching also did little to relieve the isolation of kids who did not have playmates, or of their mothers. A questionnaire given to mothers who remained at home with their children—often living with in-laws far from their own families and friends—suggested that 40% of them show signs of depression and could benefit from psychiatric help.

At early childhood development centers, coaches work with caregivers to bolster such parenting skills as reading to children.

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Those findings set the stage for REAP’s most ambitious experiment yet. To deliver services more cost-effectively, ensure that coaching sessions take place, and relieve isolation for toddlers and caregivers, the team over the past year set up 50 early childhood development centers in villages in Shaanxi province. The centers cost an average of $10,000 each to furnish and equip; their annual running costs range from $60,000 to $100,000. REAP raised the money from charitable foundations and philanthropists. The Shangluo facility, opened in May, is the first of several «supercenters» that will be located in apartment complexes being built in provincial towns to encourage rural residents to move off their isolated plots.

The REAP team will chart the progress of kids who visit the centers against children in 50 villages lacking them. Typical among those children is a 26-month-old girl being raised by her paternal grandparents in the village of Wanghe. Their house sits among a cluster of ramshackle buildings at the end of a dirt track. There are no playmates her age nearby. Her father works a 2-hour drive away in Xi’an, making it home only several times a year. Her mother has deserted the family. The grandmother, the main caregiver, did not even attend primary school. No toys or books are in sight. At an age when most kids have started forming two-word phrases, the girl barely talks. Not surprisingly, she scores dismally on the development test.

Rozelle says that when he sees kids in the randomly selected control villages, «I often want to take them in my arms and move them to the treatment village.» But randomized trials are key to demonstrating the benefits of the intervention. Few countries have comparable programs providing all-around support for mothers and babies during a child’s first 1000 days. Richter says there are a lot of unanswered questions about how to scale up interventions and adapt them to different cultures, how to support mothers at risk of depression, and how early interventions dovetail with later educational programs.

REAP’s studies might provide some answers. The first assessment of the childhood education centers will be done in early 2018. «We hope to follow the kids for as long as we can find funding,» says Wang Lei, a Shaanxi Normal University economist and a REAP affiliate. And Rozelle is already trying to convince the central government to set up centers in 300,000 villages across the country. Authorities could solve China’s rural cognitive deficit problem, Rozelle says, «if they knew about it and put their minds to it.»

The caregivers taking advantage of the centers are convinced of their value. At a center in Huangchuan, a village 30 kilometers north of Shangluo, Zhang Yanli says she has learned a lot about parenting and can see how quickly her 18-month-old daughter is picking up verbal and social skills. The young mother gestures to her older daughter, who is four-and-a-half years old. «I wish there had been a center for her.»

Fuente: http://www.sciencemag.org/news/2017/09/one-three-chinese-children-faces-education-apocalypse-ambitious-experiment-hopes-save

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Entrevista al educador popular Ariel Dacal

Entrevista al educador popular Ariel Dacal
“Para un proyecto como el cubano la reforma económica debe ser favorable a la inclusión y a la distribución, no a la exclusión y a la concentración”
Cuba Posible

En varios análisis y opiniones vertidas en la esfera pública cubana transnacional muchos defienden la propuesta de una reforma económica más amplia, integral y rápida. Del mismo modo, resaltan que el modelo social cubano no debe renunciar al acceso universal a la educación y a la cultura, a la salud pública, a la seguridad social y al trabajo decente –para lo cual habrá que desarrollar una gran capacidad de generar empleo. ¿Cuáles deben ser las características de una factible reforma económica así considerada? ¿Cómo podría la sociedad cubana asegurar el acceso universal, con calidad, a esos derechos? ¿Cómo colocar en función de ellos los recursos financieros necesarios sin escatimar recursos para el desarrollo de otros ámbitos también medulares? Brindamos las opiniones del educador popular Ariel Dacal.

Parto de comprender que “reforma económica” no tiene un significado unívoco. En realidad como base, tampoco “la economía” lo tiene. Por tanto, es bueno aclarar desde qué nociones de economía se parte y con qué potencialidades cuentan para sustentar el acceso universal a los derechos humanos referidos, es decir, las artes, la salud, la educación y el trabajo dignos.

Las estructuras, dinámicas y relaciones económicas en Cuba viven un claro proceso de cambio, con independencia del carácter que estos tengan. Supongamos que si este proceso fuera más “rápido, amplio e integral”, idea defendida por mucho/as, habrá mayor producción, excedentes, acumulación y gastos para responder en positivo al mantenimiento (y mejora) del acceso universal a esos derechos. Todo lo cual es necesario, pero no suficiente.

Por eso habría que preguntar también ¿desde qué lugar social se distribuye la riqueza producida? ¿Esta distribución se asume como mercancía o como derecho? ¿Qué grupos sociales y en qué proporción participan de la generación, gestión y apropiación de la riqueza?

Estas preguntas develan como enfoque la relación entre economía y democracia, el cual está prácticamente ausente en los análisis sobre las reformas en curso. Enfoque imprescindible para abordar la relación entre reforma y acceso universal a los derechos.

Otra arista del mismo análisis sería la relación entre economía y desarrollo. Si esta fuera entendida como crecimiento económico, a toda costa y todo costo, concentración de las riquezas en sectores y grupos más “competitivos” frente a la exclusión de otros, así como la adecuación a las exigencias de instituciones que consagran al “mercado mundial”; entonces el acceso universal al arte, la salud, la educación y el trabajo dignos tendrán un destino incierto. Noción de economía y desarrollo en la que la democracia tendría poco que aportar.

Si por el contrario, el desarrollo se asume en su acepción potenciadora de la creatividad, las capacidades y la vida digna del ser humano, en tanto individuo y comunidad, y su contenido integral refiriera a la centralidad humana como condición del mercado y no a la inversa; si el alcance del desarrollo se verificara en la vida cotidiana de todos y todas, no en el bienestar de unos pocos; entonces el acceso universal a los derechos humanos tendría un curso más prometedor. Desde esta perspectiva, la relación entre economía, desarrollo y democracia estaría contenida en la integralidad demandable al proceso de reforma.

Para un proyecto de justicia social como el cubano, entiéndase acceso universal a los derechos humanos, es condición una reforma económica integral favorable a la inclusión y la distribución, no a la exclusión y la concentración. Reformas a favor de la vida humana y natural, y contrarias a los procesos de mercantilización de todas las relaciones sociales y con la naturaleza.

Para encaminar esta visión se debe definir como estratégico el proceso de democratización económica, al tiempo que potenciarlo, no solo al interior de las unidades productivas (sobre todo estatales, cooperativas, asociativas, familiares y comunitarias), sino en los espacios públicos donde se definan las políticas económicas, a nivel comunitario, municipal, provincial y nacional.

Más concretamente, por ejemplo:

  • potenciar experiencias de presupuestos participativos y comercio justo, facilitadas por los gobiernos locales, que parta del nivel de circunscripción;
  • alcanzar una participación descentralizada en la definición y control de las inversiones de capital extranjero;
  • potenciar el control democrático dentro de las empresas que encamine la responsabilidad social de estas;
  • mejorar las condiciones para conectar las experiencias locales con la cooperación internacional;
  • ensayar propuestas de economía social y solidaria en pequeñas y medianas empresas locales y sectoriales;
  • potenciar formas de propiedad y gestión comunitarias autónomas para la producción de bienes y servicios, que incluyan salud comunitaria, alternativas educativas, cooperativas de consumo y de vivienda, y facilitar el acceso a créditos con intereses mínimos.

No es posible que estos procesos, que en diferentes niveles de desarrollo están presentes en Cuba, progresen por generación espontánea. Es imprescindible su estímulo, acompañamiento y priorización desde las políticas estatales, las que también implicarían procesos democratizadores en la definición de estas y una creciente transparencia en la información económica.

Este pudiera ser un camino más seguro de reformas económicas para lograr la sostenibilidad del acceso universal a las artes, la salud, la educación y el trabajo dignos. Si el control sobre los derechos no es creciente y permanente, en cualquier momento estos pueden quedar relegados por necesidades “económicas”. Ha de apostarse, entonces, por la acumulación de una cultura económica emancipadora, donde no se asuman los derechos humanos ni como costo de producción ni como gasto burocrático.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=231783

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España: Sindicatos educativos defienden el referéndum y posible huelga general

España/Septiembre de 2017/Fuente: La Vanguardia

El sindicato de docentes Ustec-Stes, la federación de enseñanza de la CGT, el sindicato Intersindical-CSC y el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) han defendido hoy «el derecho a votar» en el referéndum del 1 de octubre, suspendido cautelarmente por el Tribunal Constitiucional (TC).

Asimismo, han anunciado que «impulsarán movilizaciones, incluyendo una huelga general y social», en caso de que se impida «este derecho legítimo».

Los sindicatos han presentado hoy en Barcelona el manifiesto «Pacto Educativo por el Referéndum», en el que denuncian la ocupación «ilegal e ilegítima» de varios departamentos de la Generalitat y las detenciones «que están realizando fuerzas policiales y militarizadas españolas».

En el manifiesto, los sindicatos denuncian también la «persecución a cargos electos y trabajadores del sector público y privado, la ocupación de medios de comunicación e imprentas, y la prohibición de actos y la requisa de materiales para el referéndum por parte del gobierno de PP y sus aliados».

Para los sindicatos, la situación es de «estado de excepción encubierto», y abogan por «dar una respuesta a la altura de la gravedad del momento, en contra de la represión y en la defensa de los derechos democráticos y civiles, de la soberanía del pueblo catalán y de su derecho de autodeterminación».

Los firmantes del manifiesto hacen «un llamamiento internacionalista y a la solidaridad de los trabajadores del resto de pueblos para que nos acompañen en este desafío».

Los sindicatos educativos afirman que «desde nuestro ámbito de lucha, la educación, tenemos que estar al lado del pueblo», a la vez que «seguiremos luchando por la revisión de los recortes, una educación pública y de calidad y la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores del sector educativo».

Fuente: http://www.lavanguardia.com/politica/20170920/431426661465/sindicatos-educativos-defienden-el-referendum-y-posible-huelga-general.html

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UNFPA: El 18% de los nacimientos de América Latina corresponde a mujeres de entre 15 y 19 años de edad

21 septiembre 2017/Fuente: La Voz de Cataratas

La región presenta una de las tasas más altas de embarazo adolescente del mundo, sólo superada por África. Según estadísticas del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en América Latina 1 de cada 5 mujeres será madre antes de terminar la adolescencia.

El embarazo adolescente se asocia con menores logros educativos entre las madres, una situación que puede perpetuar el ciclo de pobreza de una generación a otra.

Los métodos anticonceptivos reversibles de larga duración o LARCs, como el implante subdérmico o los dispositivos intrauterinos, son el tipo de anticonceptivo reversible de mayor eficacia. Es recomendado como la elección de anticoncepción de primera línea para adolescentes.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha puesto la luz sobre una situación que tiene un impacto significativo sobre la salud de las mujeres de América Latina y el Caribe: esta región exhibe actualmente un elevado porcentaje de embarazo adolescente, que sólo es superada por África. Hoy, en América Latina y el Caribe, 18 de cada 100 nacimientos corresponden a madres de entre 15 y 19 años de edad, cuando en el mundo la proporción es de 10 por cada 100 nacimientos; incluso en regiones como Europa o Asia, la relación entre el nivel de fecundidad adolescente y el de la fecundidad de las mujeres adultas es aún más bajo (entre 5 y 7 de cada 100).

El embarazo adolescente constituye en sí mismo una barrera para que ejerzan su derecho a la educación y a un desarrollo saludable, y que logren una transición exitosa hacia la vida adulta. Las consecuencias del embarazo en esta etapa tienen amplio impacto a lo largo de la vida de las adolescentes e incluso en las siguientes generaciones.

Un trabajo realizado por la doctora Marisa Labovsky, presidenta de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ), indicó que el 80% de las adolescentes embarazadas son hijas de madres que a su vez fueron madres en la adolescencia. “Hay historias que se repiten por lo que es fundamental la educación sexual, no sólo en la familia, sino fundamentalmente en el ámbito escolar y a través de los medios de comunicación”, afirmó la especialista.

Las actuales perspectivas, no son alentadoras. Según estima el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), 1 de cada 5 mujeres de la región será madre antes de terminar la adolescencia. Casi tres cuartos de los embarazos adolescentes en América Latina y el Caribe no son planificados, y cerca de la mitad terminan en abortos. Es que si bien el conocimiento, acceso y uso consistente y eficaz de anticoncepción es un elemento esencial en la prevención de embarazos no planificados, numerosos niños y jóvenes no tienen acceso a una educación sexual integral de calidad.

El 34% de las adolescentes sexualmente activas que requieren métodos anticonceptivos y no quieren ser madres en los próximos 2 años -lo que suma cerca de 3.4 millones de mujeres de 15 a 19 años- no utiliza métodos anticonceptivos, mientras que una proporción menor utiliza métodos anticonceptivos tradicionales, que son menos efectivos que los métodos modernos.

Los métodos anticonceptivos reversibles de larga duración o LARCs son el tipo de anticonceptivo reversible de mayor eficacia, pues no requiere que se tome una píldora cada día ni que se haga algo antes de cada relación sexual y, según el método elegido, puede prevenir el embarazo durante 3 a 10 años. Asociaciones profesionales importantes como el Colegio Estadounidense de Obstetricia y Ginecología o la Academia Americana de Pediatría recomiendan el uso de LARCs como la elección de anticoncepción de primera línea para adolescentes. “Los métodos anticonceptivos reversibles de larga duración son métodos de elección para todas las mujeres. Sin embargo, lo son más aún para las adolescentes ya que su grado de fertilidad es mayor, sus óvulos son jóvenes y tienen más posibilidades de quedar embarazadas. Son métodos ideales para esta etapa porque son los que tienen menor tasa de abandono, son altamente efectivos y no dependen de la usuaria”, indicó la doctora Labovsky

En este sentido, la licenciada Estela Sánchez, coordinadora del Programa del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable de la Región Sanitaria V (San Martín) destacó el uso del implante anticonceptivo subdérmico. “El implante subdérmico se encuentra a la cabeza dentro de los métodos de larga duración disponibles en el sistema de salud público. Es práctico, de rápida colocación e indoloro. Las adolescentes se lo recomiendan entre ellas por la comodidad y efectividad. Es un método que, con el debido entrenamiento podemos colocar los obstétricos; no sólo los médicos. Esta situación posibilitó la ampliación de su uso, haciéndolo accesible a miles de mujeres. Sólo en nuestra región sanitaria hemos colocado con éxito más de 7.000 implantes”, detalló.

Efectos sobre la educación y la salud

La salud sexual y reproductiva tiene un impacto directo sobre la educación y las perspectivas futuras de los jóvenes. Los embarazos precoces y no deseados aumentan el riesgo de ausentismo, desempeño escolar deficiente y deserción escolar prematura para las jóvenes y también tienen consecuencias educativas para los jóvenes padres. De ahí que todos los estudios coinciden en señalar que la maternidad adolescente se asocia con menores logros educativos entre las madres, una situación que puede perpetuar el ciclo de pobreza de una generación a la siguiente.

La relación entre embarazo adolescente y educación es de doble vía: la mayoría de las adolescentes que fueron madres están fuera del sistema educativo al momento del embarazo, y en los casos en que las adolescentes se encuentran estudiando, el embarazo y nacimiento precipita el abandono escolar.

Al mismo tiempo, en lo que respecta a la salud de las adolescentes, el riesgo de complicaciones y muerte es superior para las madres más jóvenes que para las que tiene un hijo en la edad adulta; en los países de ingresos bajos y medios, el riesgo de mortalidad materna de las madres de menos de 15 años es dos veces mayor que el de mujeres de más edad. En los países en vías de desarrollo, las complicaciones del embarazo y del parto constituyen la principal causa de muerte entre las adolescentes de 15 a 19 años, y los bebes nacidos de madres adolescentes enfrentan mayores riesgo para su salud que los niños nacidos de madres de más edad.

Fuente: http://www.lavozdecataratas.com/noticia_58871.html

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