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Seminario Virtual: El derecho a la educación y al cuidado en la primera infancia: perspectivas desde América Latina y el Caribe

Por: CLADE-OMEP-EDUCO.

Presentación del estudio
– Camilla Croso, de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE)
– Mercedes Mayol Lassalle, de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) América Latina
– Mikel Egibar, de la Fundación Educación y Cooperación EDUCO
Comentarios
– Esmeralda Arosemena de Troitiño, integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) – a confirmar
– Jorge Cardona, integrante del Comité de los Derechos del Niño de la ONU
– Vital Didonet, experto en educación Infantil, consultor internacional y socio honorario de OMEP Mundia

Fuente de la reseña: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfB45w3zeq_GYWYvpTYjgMWYJNiQZGi5o8Lz_o2k6ogHuNc_Q/viewform

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Gobierno de Venezuela ampliará alimentación escolar para paliar crisis

Venezuela / 14 de octubre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Sputnik News

El Gobierno de Venezuela prevé instalar comedores en 2.000 escuelas para atender la alimentación de estudiantes afectada por la crisis económica, dijo a Sputnik el ministro de Educación, Elías Jaua.

«Nosotros tenemos 16.000 escuelas, de las 25.000 de educación pública, con servicio de comedor; y para este año tenemos la meta de llegar a 2.000 comedores más, es decir 18.000 escuelas, el 76% de nuestras instituciones educativas cuentan con el programa de alimentación escolar», dijo Jaua.

Mientras, las restantes 7.000 escuelas recibirán una merienda nutritiva, según el ministro.Jaua explicó que estas medidas se suman a las políticas del presidente Nicolás Maduro, como el bono de escolaridad, «un estímulo a la familia a que inscriba a sus hijos, que los mantenga dentro del sistema educativo nacional, con una bonificación que va a ser pagada en las próximas semanas».

El Fondo Monetario Internacional estima que Venezuela llegará este año a registrar una inflación de 1.000.000% de inflación y una reducción de 18% del Producto Interno Bruto (PIB).

El Gobierno asegura que esta situación es inducida por sectores que buscan generar malestar y desestabilizar la gestión de Maduro, como parte de una «guerra económica» impulsada por la derecha nacional e internacional.Esta situación se traduce en precios prohibitivos de los alimentos, los uniformes y los útiles escolares, que suben de precio constantemente de acuerdo a una tasa del dólar paralelo que el Gobierno considera ficticia, pues no corresponde al comportamiento del libre mercado sino a intereses políticos.

Elias Jaua, Ministro de Educación de Venezuela
© SPUTNIK / MAGDA GIBELLI
Elias Jaua, Ministro de Educación de Venezuela

Distribución de útiles

Jaua dijo que el Gobierno decidió entregar de forma gratuita materiales escolares y uniformes para el período lectivo 2018-2019, que se iniciará en septiembre.

«El otro tema es la distribución gratuita de cuatro millones de bultos escolares con libros, con los útiles escolares básicos; ya estamos armando esta semana 250.000, ya comenzamos el proceso de ensamblaje y vamos a garantizar cuatro millones de uniformes», dijo Jaua.

Se trata de una «parte de las políticas del presidente para hacer frente a la especulación que el capitalismo tradicionalmente realiza por estos días», sostuvo.

Hay protestas y huelgas de los trabajadores de la salud, del sector eléctrico y del profesorado universitario.

Pero el ministro destacó que en la educación básica existe «absoluta paz laboral».

Algunas organizaciones y dirigentes opositores alertaron de un presunto incremento de la deserción de maestros y de alumnos de las escuelas públicas y privadas.

Pero Jaua desestimó la denuncia.

«No tenemos registros de deserción masiva de maestros en el país, y tampoco de alumnos, hicimos un trabajo interno de todas las zonas educativas verificando ambos temas, la matricula estudiantil y docente, y tuvimos incremento de bachilleres graduados de 4%», dijo el ministro.

Para Jaua se trata de una campaña impulsada por sectores opositores que intentan motivar una deserción masiva de maestros que «contribuya a la noción de crisis humanitaria que han querido imponer para justificar una intervención», dijo.

l ministro subrayó que Venezuela cumplió las metas establecidas en la Agenda 2030 sobre desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas, garantizando educación pública gratuita desde el nivel preescolar hasta el universitario.

«Cuando Venezuela se presenta en esos escenarios de evaluación que la Unesco hace en materia de educación, tenemos muchos logros y avances que presentar, sobre todo partiendo de la premisa básica del modelo socialista de que la educación es un derecho humano y no un negocio», dijo.

El Gobierno invierte el 6,4% del PIB y el 23% del presupuesto nacional en educación y cumple con la igualdad de género en la matrícula estudiantil, pues 50,03% corresponde a hombres y 49,7 a mujeres, según Jaua.

https://mundo.sputniknews.com/entrevistas/201808031080903315-caracas-educacion-comida-comedor/
ove/mahv
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Presidente de Venezuela reivindica derecho a la educación superior

América del sur/Venezuela/11 Octubre 2018/Fuente: Prensa Latina

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ratificó hoy el compromiso de garantizar el acceso pleno a la educación superior, gracias a las políticas implementadas durante las últimas dos décadas por el Gobierno revolucionario.

A través de un mensaje en la red social Twitter, el mandatario destacó los avances alcanzados en el sector educacional tras la llegada al poder de la Revolución bolivariana en 1999.

‘Los logros alcanzados en materia universitaria durante dos décadas de Revolución son únicos, en contraposición a la privatización de universidades públicas en países con sistemas capitalistas y neoliberales. ÂíEn Venezuela, el derecho a la educación está garantizado!’, aseguró el jefe de Estado.

Maduro precisó en una reciente alocución desde el Palacio de Miraflores (sede del Ejecutivo) que en los últimos 20 años el Gobierno de Venezuela fundó 45 centros de altos estudios de carácter público.

A propósito del comienzo esta semana del período lectivo 2018-2019 en la educación superior, el presidente venezolano indicó que la matrícula en ese nivel de enseñanza asciende hoy a más dos millones 853 mil estudiantes, saldo superior en cinco puntos porcentuales respecto al curso anterior.

Señaló el mandatario que el 78 por ciento del estudiantado cursa sus carreras en las 69 universidades públicas existentes en la nación sudamericana.

Significó además que Venezuela invierte en el sector educacional el 7,5 por ciento del Producto Interno Bruto y el 10 por ciento del presupuesto global.

Maduro abogó por mantener la inversión pública en todos los niveles de enseñanza, así como alinear la formación de profesionales con las necesidades del desarrollo económico de la nación sudamericana.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=218479&SEO=presidente-de-venezuela-reivindica-derecho-a-la-educacion-superior
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Guatemala: 100 quetzales si nace niña, 200 quetzales si nace niño

Centro América/Guatemala/11 Octubre 2018/Fuente: El país

Las niñas de todo el mundo se enfrentan a una violencia estructural, en la que se entretejen pautas culturales, pobreza y falta de acceso en condiciones de igualdad a una educación contraria a la discriminación

“Yo lo veía en la comunidad. La comadrona cuando nace el niño se cobra 200 quetzales y si nace niña se cobra solo 100. Desde ese momento, desde el nacimiento de los niños, se ve esa desigualdad. Nos preguntamos muchas veces por qué pasa eso si la mujer siente el mismo dolor, el mismo sufrimiento de dar un niño que una niña”, cuenta Lucía Guadalupe Chivalán Castro, una mujer indígena de la comunidad de Santa Lucía en el departamento de Totonicapán, en Guatemala. Esta frase refleja muy bien cómo se gesta la desigualdad desde el nacimiento de las niñas.

En numerosos contextos en los que trabajamos, las comadronas ganan menos por ayudar a alumbrar a niñas que demasiado pronto comenzarán a enfrentar otras violencias. Las cifras son demoledoras. En el mundo, 240 millones de niñas están amenazadas por la violencia, 200 millones sufren mutilación genital, 130 millones son víctimas de violencia sexual y 12 millones son casadas anualmente antes de cumplir los 18 años.

Estos datos reflejan una realidad que no es anecdótica, que supone una violencia estructural. Un fenómeno complejo en el que se entretejen pautas culturales, fanatismos religiosos, pobreza extrema, déficit de protección en las políticas públicas y de garantía de derechos, falta de acceso en condiciones de igualdad a una educación contraria a la discriminación y la normalización del abuso.

Este 11 de octubre se celebra en todo el mundo el Día internacional de la Niña. Un momento para incrementar el trabajo permanente que multitud de organizaciones sociales, colectivos, mujeres, educadores de todo el mundo llevamos a cabo en pro de su bienestar. Un momento para recordar también que existen pequeños destellos de avance cuando se conjuga voluntad política, intervención social y suma de apoyos ciudadanos.

En el marco del conjunto de esfuerzos internacionales ligados a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), entre los años 2000 y 2015 se han logrado progresos y evidentes avances en el acceso de las niñas a la educación primaria y, en menor medida, a la secundaria. Globalmente, se han reducido las disparidades de género: un 8% más de países lograron la paridad en la educación primaria.

En este sentido, la educación desempeña un papel fundamental. Modelos educativos con perspectiva de protección e igualdad hacia las niñas pueden incrementar su autoestima y trabajar la prevención de la violencia desde la concienciación del entorno, las familias, las propias niñas y por supuesto, la educación de niños y hombres en valores opuestos a la violencia y los estereotipos machistas.

En nuestro reciente informe Niñas libres de violencia: derecho a la educación, garantía de igualdad, vemos como 15 millones de niñas en edad escolar nunca accederán a la escuela primaria, en comparación con 10 millones de niños. En el último informe del Banco Mundial, Oportunidades perdidas: El alto costo de no educar a las niñas, se llega a la conclusión de que cada año de educación secundaria se correlaciona con un aumento del 18% de la capacidad de obtención de ingresos de las niñas en el futuro. Además, la investigación revela que la educación de las niñas tiene un efecto multiplicador: las mujeres con mayor grado de educación por lo general son más sanas, participan más en el mercado de trabajo formal, obtienen mayores ingresos, tienen menos hijos, no se casan a temprana edad, y proporcionan mejor atención de salud y educación a sus hijos.

De igual forma, la educación puede desempeñar un papel definitivo en la participación de las niñas a la hora de buscar soluciones. Niños y niñas tienen la capacidad de relatar sus experiencias de sufrimiento y detectar incluso en la escuela cómo y dónde se gestan los mecanismos de reproducción de la injusticia.

En una reciente visita a Guatemala en la que realizamos un diagnóstico sobre la realidad de violencia contra las niñas, preguntamos a las propias niñas (muchas de las cuales sufrían graves abusos) cuál era su percepción sobre el origen de las situaciones de maltrato. Sus respuestas nos encaminaron a reconocer prácticas de discriminación temprana, aparentemente inofensivas, que comenzaban a sufrir desde muy niñas tales como el uso sistemático de apodos, las muestras de desprecio público de los adultos, la marginación en los lugares de juego o la reclusión en espacios domésticos y de cuidado.

Desde luego, la escuela también puede ser un lugar en el que experimentar la violencia y consolidar la agresión pero, al mismo tiempo, puede suponer un lugar privilegiado para la transformación de estas realidades. Un espacio de aprendizaje que ayude a despertar la conciencia de niños, niñas y de los adultos.

Para ello, las organizaciones debemos estar comprometidas con el “hacer“, pero también debemos estar preparadas para escuchar y advertir las soluciones que los propios niños y niñas quieran indicarnos. Construir propuestas para que puedan expresarse sin miedo, con libertad, con autoestima y estima por los demás, cuidar y proteger a una infancia que en el futuro, no puedan ni imaginar que hubo un tiempo en el que se pagaba menos por alumbrar a una niña.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/10/10/planeta_futuro/1539190309_809411.html

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Desigualdad en el acceso, diferencias en la formación, falta de infraestructuras… radiografía de la educación infantil en Latinoamérica

La infancia tiene dificultades en el acceso a servicios educativos públicos y de calidad que estén al alcance de toda la sociedad. Problemas similares en el América Latina y el Caribe, también en España.

La educación infantil, sobre todo la de primer ciclo, nunca ha sido una de las grandes prioridades de los sistemas educativos y eso a pesar de que diferentes informes y evaluaciones internacionales hacen hincapié en la importancia de esta etapa para el paso por el sistema educativo del alumnado de manera satisfactoria y las implicaciones que esto tiene en la vida adulta de las personas.

Problemas como ratios demasiado altas, escasez de infraestructuras públicas que hagan frente a la demanda de estos espacios, garantía de la mayor calidad posible, diferencias en la formación de las profesionales que trabajan en ella dentro de los países, desigualdades de acceso por parte de las familias a servicios de calidad… Estos son algunos de los problemas que esta etapa educativa se encuentra.

Un reciente informe ha puesto el ojo en las diferencias de los sistemas educativos de países de América Latina y el Caribe. Son los mismos que podemos encontrar en este lado del Atlántico.

Se trata del estudio El derecho a la educación y el cuidado de la primera infancia: perspectivas desde América Latina y el Caribe, en el que diferentes expertos han analizado la situación de la Atención y Educación de la Primera Infancia (AEPI) en el continente para, con lo visto, hacer propuestas de mejora.

Entre los efectos que señala el documento se encuentra el hecho de que cada vez se presiona más para que la educación infantil dé una serie de resultados de carácter académico que poco o nada tienen que ver con los ritmos madurativos de las criaturas. Unas exigencias, afirman quienes han redactado el informe, que vienen dadas por la presión que ejercen las evaluaciones internacionales en etapas posteriores de la educación. De manera que la AEPI acaba “primarizándose”. “A pesar de que la Convención (de Derechos del Niño) va a cumplir 30 años, todavía a los niños pequeños no se los percibe como ciudadanos (es decir con derechos: a la educación de calidad, a la participación y a la cultura) y persiste la adultización de las sociedades, de los protagonismos y por supuesto las inversiones en educación”, comenta Mercedes Mayol, responsable del estudio, maestra y e la Organización Mundial para la Educación Preescolar .

En este sentido, se pide que las evaluaciones que se hagan en la etapa tengan en cuenta las características de los primeros años de vida. Es decir, que niñas y niños, por pequeños que sean, aprenden, pero lógiamente en los primeros años de vida no lo hacen como personas más mayores. Sus necesidades de entender y hacerse con el mundo que les rodea necesita de unas metodologías que no tienen por qué parecerse en nada a lo que se hace en los años posteriores en el sistema educativo.

Defienden todo lo contrario en sus recomendaciones, una educación basada en los derechos humanos (el derecho a la educación desde el mismo nacimiento, como se estipula en la Convención de Derechos del Niño de la ONU). A lo que se suma la segunda recomendación, que esta etapa sea “accesible a todas y todos desde el nacimiento”, algo que no está garantizado.

Y no está garantizado por otro de los problemas comunes tanto en América Latina y el Caribe como en España, una falta de financiación en la práctica todalidad de las administraciones que tienen algo que decir al respecto. Esto supone que aunque haya una universalización casi completa a partir de los 3 años, antes niñas y niños dependen del capital de sus familias para poder recibir una educació de calidad.

“La calidad es una dimensión central”, dice el documento. Otro de los asuntos que en España preocupa a los colectivos de maestras de educación infantil. Una calidad que debe ser garantía de que se está haciendo un buen servicio para poder responsar al derecho fundamental que asiste a todas las personas desde su nacimiento.

Y, por supuesto, si se quiere un sistema que funcione lo mejor posible, es necesario que las personas que están con las criaturas sean reconocidas y valoradas en su labor, algo que no suele ser habitual. Está muy generalizado, en todos los sectores, que la educación infantil tiene tanta relación con los cuidados que la parte educativa queda deslucida, de manera que quienes trabajan en el sector tienen un papel a medio camino entre la persona cuidadora y la educadora.

En cualquier caso, se pide para sus profesionales una buena formación inicial y continua, una “remuneración justa y superación de los estereotipos de género”. Aquí hablan en el informe de las diferencias que se producen en las titulaciones requeridas para el trabajo con la primera infancia, algo que denuncian en España también los colectivos.

Dada esta titulación diferenciada, en el mismo centro pueden encontrarse maestras y técnicas de educación infantil. Además de suponer labores diferenciadas (que se dan incluso estando en el mismo aula) también hay diferencias salariales importantes.

Y para que todo esto sea sostenible, sin duda, hace falta dinero. “Financiamiento asegurado en los presupuestos públicos”, dice el texto, “de manera suficiente y coherente con las necesidades de esta etapa educativa”.

Existen similitudes muy grandes entre la situación de la AEPI en Latinoamérica y la de la educación infantil en España. Oasis que hacen pensar en la capacidad de maestras y espacios de asegurar el mejor desarrollo de las personas, mientras en la mayor parte de los casos, las familias no matriculan a sus hjas e hijos en los tres primeros años.

Entre las muchas razones posibles, el hecho de que ninguna administración educativa ni estatal ni autonómica haya hecho frente al alto nivel de inversión que supondría que hubiera una oferta suficiente y con unos precios asumibles por cualquier familia, con el personal adecuado y el mayor estándar posible de calidad.

Problemas comunes de difícil solución. Eso sí, como en España, se señala el hecho de que en los últimos años, los Estados del América Latina y el Caribe han hecho un importante esfuerzo (y en buena medida lo han conseguido) atendiendo a la mayor parte de la infancia a partir de los tres años.

Mientras que aquí, la práctica todalidad de la gestión de la etapa ya está en manos de los departamentos de educación, en Latinoamérica se destaca el hecho de que en el primer tramo buena parte de los servicios estaban en áreas de carácter social. También como pasaba en España hasta hace algunos años.

“Cuando pensamos en abordarlo (el estudio) tenia claro que las tendencias señaladas para América Latina y Caribe  -con sus más y sus menos- , son temas que están presentes en las sociedades desiguales del mundo”, afirma Mercedes Mayol. En definitiva, problemas comunes con soluciones similares que pasan por anteponer a cualquier excusa el hecho de que la educación es un derecho humano que se entiende que ha de estar cubierto desde el nacimiento. Mucho por hacer.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/03/desigualdad-en-el-acceso-diferencias-en-la-formacion-falta-de-infraestructuras-radiografia-de-la-educacion-infantil-en-latinoamerica/

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“El derecho a la educación no puede depender de que una familia pueda pagar o no”. Entrevista a Clarisa Giamello

Entrevista/04 Octubre 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la Educación

No acuñaron el término, pero la Fundación Educo lo puso en la palestra en España: “Los niños llave” el pasado verano, cuando señalaron que en menos de dos años se han casi duplicado hasta los 580.000 que, calcula Clarisa Giamello, su directora de Educación y Acción Social, hay ahora. Esta psicóloga de formación, experta en políticas públicas de educación y relaciones institucionales, alerta en esta entrevista de las consecuencias de la soledad de estos “niños de la llave”, que reciben ese nombre porque van al colegio con la llave de su casa colgada del cuello ante la imposibilidad de sus familias de ir a recogerlos y pasar la tarde con ellos.

¿Quiénes o qué son los niños de la llave?

Es un término que ya existía en la literatura y nosotros hemos recogido. Viene de estos niños que van al colegio, cuando salen no hay nadie en casa para abrir la puerta y por tanto suelen llevar la llave de casa colgada al cuello. Son familias que por situaciones de trabajo y conciliación los niños tienen ese espacio de tiempo en el que están solos, más o menos largo. Partimos de un dato que encontramos en 2008, cuando empezó la crisis, que decía que había 350.000 niños en esta situación. Nos empezamos a preguntar qué había pasado. A través de una encuesta nos encontramos que en 2017 se habían quedado solos 580.000 niños en el verano. Hablamos de niños en edad de Primaria, de 6 a 12 años, que se quedan solos más de tres horas por las tardes.

¿Existe una edad a la que se ya no sea un problema que se queden solos?

No, tiene que ver mucho con las características de cada familia, niño, vivienda, etc., pero sí creemos que ese proceso de autonomía se tiene que dar en un proceso de crianza que uno lleva con cada hijo o hija y no debe estar forzado por una situación laboral o de precariedad. Son estas familias que no pueden elegir cuándo es este momento en el que pueden estar solos los niños, sino que por el trabajo que tienen no pueden elegir. Esto nos llevó al concepto de los trabajadores pobres, familias que teniendo una nómina son pobres, no llegan a fin de mes. Además de no poder apuntar a niños a actividades extraescolares tienen escasez de recursos materiales, familias monoparentales o emigradas que no tienen una red, un familiar que puedan ocuparse, con lo que los niños quedan solos, en entornos aislados. Probablemente no compartan actividades, muchas familias no acuden a los comedores escolares porque no pueden pagárselo. Son familias que como tienen ingresos quedan fuera del sistema de becas y ayudas, pero tampoco pueden afrontarlo. Esto significa no estar siguiendo el ritmo de la escuela, con todo lo que implica en hábitos deestudio, alimentación, amistad y de todo tipo.

¿Para entrar en el colectivo “niño llave” la familia tiene que ser pobre?
Este es un concepto en el que se suman cosas. Por tus capacidades o situación, tus padres pueden evaluar que puedes ir y venir solo o quedarte sin compañía. Pero es una decisión tomada en la familia. Pero vemos que cuando hay una presión de no poder decidir porque hay que estar en otro lugar ya no es una cuestión de cómo las familias se organizan. Hay que construir la autonomía de los niños y niñas, pero esto no es una decisión, sino que tiene que ver con la presión del mercado laboral o con recursos insuficientes o una falta de relaciones laborales. Entonces ya sí decimos que esta presión no está permitiendo un acompañamiento de la infancia y del proceso de autonomía. Hablamos de familias que no tienen acceso a actividades extraescolares o están restringidas. El estar solo, esa autonomía, es impuesto. También hay que tener un espacio de soledad, entretenerse y organizarse el tiempo son cuestiones que hay que aprender siendo niños, pero tiene que ser con posibilidades. Hay que asegurar la crianza para que esto sea un proceso acompañado.

¿Y los otros niños de la llave?

En este proceso nos encontramos con que hay un aumento de la precariedad en la vivienda. Los alquileres han aumentado y esto ha llevado a que muchas familias tengan que subalquilar una habitación para llegar a fin de mes o tener que irse a vivir en una habitación porque no pueden pagar un piso. En los últimos cinco años han aumentado los alquileres más del 40%. El espacio vital de las familias se reduce, se comparte. Y estos otros niños de la llave viven en una casa compartida, con el espacio reducido. Y el espacio que se suele perder es el dedicado al estudio, al juego, etc. con el perjuicio que eso tiene para los pequeños. Cuanta más gente haya en una vivienda más tensión y eso genera un estrés para todos, también para los niños, claro. La idea del estudio es llamar la atención sobre el problema de la pobreza y la precariedad en la infancia, que tiene muchas miradas que hay que combinar. Es un tema económico, pero también de vivienda, de precariedad del empleo, de oportunidades educativas. Estos días hemos visto las propuestas del Comisionado para la Pobreza Infantil -nos alegramos de que el tema empiece a estar en el centro de las políticas- de aumentar las ayudas, hay que complementarlo con una mirada sobre la vivienda y el empleo, especialmente para las familias monoparentales.

¿Qué consecuencias tiene esta soledad?

Tiene muchas implicaciones. Una es la pérdida de calidad en la alimentación: si un niño tiene que comer solo hará una comida más sencilla, quizá fría. No va a cocinar una verdura. Si su madre le ha dejado algo tiene que decidir si se come eso u otra cosa. Estar solo significa estar mucho tiempo con las pantallas sin supervisión de un adulto. Al tener las llaves de casa también puede pasar que estén en parques, con otros niños mayores, pueden entrar en contacto con alcohol o drogas. También están los deberes, no tienen nadie a quién comentar, preguntarle dudas. Y sobre todo se resiente el tema de la comunicación. No hay con quien compartir, escuchar, hablar, dialogar, etc. y los niños quieren estar con sus familias. Y luego vemos conductas en las que les puede costar seguir las reglas del grupo, tienen más irritabilidad.

Uno de los aspectos interesantes que comenta es que con el aumento de la pobreza hay familias con ingresos realmente bajos que sin embargo no pueden acceder a las ayudas porque hay muchas más familias con menos o ningún ingreso…

En la encuesta que hicimos de familias con empleo, pero por debajo de la línea de pobreza, solo el 20% recibía alguna ayuda, tipo beca de comedor, etc. Sabemos que con los recortes las prestaciones se han reducido, pero con la crisis han aumentado las necesidades y hay una franja de población en situación precaria que necesita ayuda y las políticas no llegan. Uno de los pedidos que hacemos desde Educo es sobre todo con el comedor escolar. Que se gestione y amplíe. El comedor debería ser parte de la escuela, estar integrado, porque es parte de la educación de los niños. Se les garantiza la alimentación, se relacionan, se comparten hábitos alimentarios, etc. Todos los niños deberían tener acceso a ese comedor. Si bien hemos notado que hay mayor dotación de becas, sigue habiendo una brecha.

¿Es partidaria de que los colegios abrieran más días durante el año y más horas durante el día para ejercer esta función social (sin entrar en quién debería ocuparse de cuidarlos)?

Hay que tener una mirada global sobre los espacios de las comunidades y los ayuntamientos. No solo hay escuelas. Hay bibliotecas, espacios deportivos, centros culturales, etc. Esto lo vemos en algunos lugares que se organizan con la escuela para ofrecer a su población alternativas para ocio, los fines de semana, las vacaciones de verano. Allí cobran un rol importante las entidades y los ayuntamientos.

Ha mencionado la falta de ayudas públicas. ¿Cómo está la situación?

En España tenemos una baja inversión en infancia en relación al resto de Europa. Pedimos que la ayuda de 290 euros al año por hijo suba a 1.200. También pedimos que el umbral para recibir esa prestación se eleve para que pueda alcanzar a más familias que están en situación de precariedad. Esta medida tiene un impacto sobre la población infantil. Creemos que hay que complementarlas con mirar cómo otras políticas están impactando en la infancia (vivienda, empleo). Por eso nos creemos que la figura del Alto Comisionado para la Pobreza Infantil, que es transversal, puede mejorar mucho la situación.

Le he leído decir que “la pobreza nos captura la mente”. ¿Qué significa?

Esto es interesante porque muchas veces pensamos, o vemos, actitudes respecto a familias en situación de pobreza, pero sin embargo tienen internet, por ejemplo. La gente piensa, “cómo es posible, no es la mejor decisión”. Cuando está en situación precaria y no sabe si pagar la luz o el alquiler el ancho de banda mental se va menguando y nos captura. No podemos tomar decisiones, estas preocupaciones lo que hacen es restarnos capacidad de decisión y no podemos ver toda la cuestión. “En algunos sitios es gratuito internet”. Sí, pero hay que tener la cabeza preparada. Entra mucha desesperación también. Para eso estamos las organizaciones que trabajamos con ellos, para ayudar también a las familias a ver. Hay mucha desesperación.

¿En un mundo ideal las asociaciones que os dedicáis a ofrecer ayuda a las familias tendríais que no existir porque eso debería estar cubierto?

O podríamos dedicarnos a otras cosas. Hay una función de las entidades en general necesaria en la sociedad, que es vigilar que las políticas se lleven a cabo, sean efectivas y lleguen. Esa función siempre estará. Tenemos un trabajo que en algún momento genera unas urgencias, pero también podemos hacer este seguimiento permanente. También trabajamos con otras entidades para ofrecer alternativas. En un mundo ideal nos dedicaríamos a otras cuestiones. Nosotros tenemos un programa de becas comedor con el que apoyamos a familias que tienen un ayuda, pero no el total, y nosotros complementamos.

¿Está invisibilizado este problema de la pobreza infantil?

Estamos logrando que sea cada vez más visible y que la sociedad sea cada vez más consciente. También son ciudadanos de nuestra sociedad y tenemos que estar por ellos. También está bien con los medios o lo que podamos genera las entidades públicas esta conciencia.

Esa era mi última pregunta. Le ‘abro el micrófono’ para que me diga lo que considere sobre estas cuestiones que no le haya preguntado.

Reafirmarme en que los niños y las niñas tienen sus derechos, tenemos que darles las oportunidades para que todos puedan ejercer ese derecho. El derecho a la educación no puede depender de que una familia pueda pagar o no, hay que poner los medios para que puedan ejercerlos.

Imagen y Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/04/el-derecho-a-la-educacion-no-puede-depender-de-que-una-familia-pueda-pagar-o-no/

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Desigualdad en el acceso, diferencias en la formación, falta de infraestructuras… radiografía de la educación infantil en Latinoamérica

Por: El Diario la Educación

La infancia tiene dificultades en el acceso a servicios educativos públicos y de calidad que estén al alcance de toda la sociedad. Problemas similares en el América Latina y el Caribe, también en España.

La educación infantil, sobre todo la de primer ciclo, nunca ha sido una de las grandes prioridades de los sistemas educativos y eso a pesar de que diferentes informes y evaluaciones internacionales hacen hincapié en la importancia de esta etapa para el paso por el sistema educativo del alumnado de manera satisfactoria y las implicaciones que esto tiene en la vida adulta de las personas.

Problemas como ratios demasiado altas, escasez de infraestructuras públicas que hagan frente a la demanda de estos espacios, garantía de la mayor calidad posible, diferencias en la formación de las profesionales que trabajan en ella dentro de los países, desigualdades de acceso por parte de las familias a servicios de calidad… Estos son algunos de los problemas que esta etapa educativa se encuentra.

Un reciente informe ha puesto el ojo en las diferencias de los sistemas educativos de países de América Latina y el Caribe. Son los mismos que podemos encontrar en este lado del Atlántico.

Se trata del estudio El derecho a la educación y el cuidado de la primera infancia: perspectivas desde América Latina y el Caribe, en el que diferentes expertos han analizado la situación de la Atención y Educación de la Primera Infancia (AEPI) en el continente para, con lo visto, hacer propuestas de mejora.

Entre los efectos que señala el documento se encuentra el hecho de que cada vez se presiona más para que la educación infantil dé una serie de resultados de carácter académico que poco o nada tienen que ver con los ritmos madurativos de las criaturas. Unas exigencias, afirman quienes han redactado el informe, que vienen dadas por la presión que ejercen las evaluaciones internacionales en etapas posteriores de la educación. De manera que la AEPI acaba “primarizándose”. “A pesar de que la Convención (de Derechos del Niño) va a cumplir 30 años, todavía a los niños pequeños no se los percibe como ciudadanos (es decir con derechos: a la educación de calidad, a la participación y a la cultura) y persiste la adultización de las sociedades, de los protagonismos y por supuesto las inversiones en educación”, comenta Mercedes Mayol, responsable del estudio, maestra y e la Organización Mundial para la Educación Preescolar .

En este sentido, se pide que las evaluaciones que se hagan en la etapa tengan en cuenta las características de los primeros años de vida. Es decir, que niñas y niños, por pequeños que sean, aprenden, pero lógiamente en los primeros años de vida no lo hacen como personas más mayores. Sus necesidades de entender y hacerse con el mundo que les rodea necesita de unas metodologías que no tienen por qué parecerse en nada a lo que se hace en los años posteriores en el sistema educativo.

Defienden todo lo contrario en sus recomendaciones, una educación basada en los derechos humanos (el derecho a la educación desde el mismo nacimiento, como se estipula en la Convención de Derechos del Niño de la ONU). A lo que se suma la segunda recomendación, que esta etapa sea “accesible a todas y todos desde el nacimiento”, algo que no está garantizado.

Y no está garantizado por otro de los problemas comunes tanto en América Latina y el Caribe como en España, una falta de financiación en la práctica todalidad de las administraciones que tienen algo que decir al respecto. Esto supone que aunque haya una universalización casi completa a partir de los 3 años, antes niñas y niños dependen del capital de sus familias para poder recibir una educació de calidad.

“La calidad es una dimensión central”, dice el documento. Otro de los asuntos que en España preocupa a los colectivos de maestras de educación infantil. Una calidad que debe ser garantía de que se está haciendo un buen servicio para poder responsar al derecho fundamental que asiste a todas las personas desde su nacimiento.

Y, por supuesto, si se quiere un sistema que funcione lo mejor posible, es necesario que las personas que están con las criaturas sean reconocidas y valoradas en su labor, algo que no suele ser habitual. Está muy generalizado, en todos los sectores, que la educación infantil tiene tanta relación con los cuidados que la parte educativa queda deslucida, de manera que quienes trabajan en el sector tienen un papel a medio camino entre la persona cuidadora y la educadora.

En cualquier caso, se pide para sus profesionales una buena formación inicial y continua, una “remuneración justa y superación de los estereotipos de género”. Aquí hablan en el informe de las diferencias que se producen en las titulaciones requeridas para el trabajo con la primera infancia, algo que denuncian en España también los colectivos.

Dada esta titulación diferenciada, en el mismo centro pueden encontrarse maestras y técnicas de educación infantil. Además de suponer labores diferenciadas (que se dan incluso estando en el mismo aula) también hay diferencias salariales importantes.

Y para que todo esto sea sostenible, sin duda, hace falta dinero. “Financiamiento asegurado en los presupuestos públicos”, dice el texto, “de manera suficiente y coherente con las necesidades de esta etapa educativa”.

Existen similitudes muy grandes entre la situación de la AEPI en Latinoamérica y la de la educación infantil en España. Oasis que hacen pensar en la capacidad de maestras y espacios de asegurar el mejor desarrollo de las personas, mientras en la mayor parte de los casos, las familias no matriculan a sus hjas e hijos en los tres primeros años.

Entre las muchas razones posibles, el hecho de que ninguna administración educativa ni estatal ni autonómica haya hecho frente al alto nivel de inversión que supondría que hubiera una oferta suficiente y con unos precios asumibles por cualquier familia, con el personal adecuado y el mayor estándar posible de calidad.

Problemas comunes de difícil solución. Eso sí, como en España, se señala el hecho de que en los últimos años, los Estados del América Latina y el Caribe han hecho un importante esfuerzo (y en buena medida lo han conseguido) atendiendo a la mayor parte de la infancia a partir de los tres años.

Mientras que aquí, la práctica todalidad de la gestión de la etapa ya está en manos de los departamentos de educación, en Latinoamérica se destaca el hecho de que en el primer tramo buena parte de los servicios estaban en áreas de carácter social. También como pasaba en España hasta hace algunos años.

“Cuando pensamos en abordarlo (el estudio) tenia claro que las tendencias señaladas para América Latina y Caribe  -con sus más y sus menos- , son temas que están presentes en las sociedades desiguales del mundo”, afirma Mercedes Mayol. En definitiva, problemas comunes con soluciones similares que pasan por anteponer a cualquier excusa el hecho de que la educación es un derecho humano que se entiende que ha de estar cubierto desde el nacimiento. Mucho por hacer.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/03/desigualdad-en-el-acceso-diferencias-en-la-formacion-falta-de-infraestructuras-radiografia-de-la-educacion-infantil-en-latinoamerica/

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