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El derecho al juego infantil como una necesidad evolutiva

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo 

El juego es aprendizaje. Sobre uno mismo, sobre la realidad circundante. También sobre la relación con los demás, la autoregulación y la gestión del conflicto. Pero para ser todo esto, el juego necesita una condición de partida: confianza. Todo esto lo convierte en una herramienta evolutiva fundamental.

El juego en la etapa 0-6 no es una actividad unívoca, ni mucho menos. Es algo que cambia, evoluciona con el tiempo (con muy poco tiempo) y pasa de ser una actividad en la que, principalmente, la criatura está conociéndose a sí misma a ser una actividad que desarrolla el conocimiento sobre el otro y sobre cómo nos relacionamos con los demás.

Alicia Vallejo, José Luis Linaza y Elena Lobo fueron las personas encargadas de conducir la conversación el pasado viernes en la mesa redonda ‘Conversatorio sobre e juego’ desarrollada en la Universidad Autónoma de Madrid que llenó a última hora de la tarde el salón de actos de la Facultad de Formación del Profesorado. Una mesa redonda organizada por la Plataforma en Defensa del 0-6 de la Comunidad de Madrid, representada por Alicia Alonso, una de sus integrantes.

Junto a Alonso, también intervino Blanca Azanza, presidenta del colectivo Ameigi. Tanto este como la Plataforma y la Junta de Portavoces de Educación Infantil 0-6 llevan tiempo desarrollando un trabajo conjunto que se ha materializado en un documento de propuestas que quieren lanzar a los partidos de la Asamblea de Madrid con las reivindicaciones del colectivo de educadoras de esta etapa. Azanza, además de presentar el documento, insistió en la importancia de considerar el 0-6 una etapa educativa y no asistencial, un momento en el que se colocan los cimientos. «La administración no se está preocupando porque los niños tengan la educación que merecen, de calidad, por la que luchamos».

Definir qué es juego es y será la primera dificultad. ¿Es un aprendizaje sobre uno mismo? ¿sobre la relación con el otro? ¿una enseñanza de qué es y cómo funciona la realidad que rodea a las criaturas? ¿una simple diversión? En realidad es un poco de todo eso. Dependiendo de la edad. «El juego es elemento de comprensión de quién soy yo y el otro. Qué puedo hacer y qué no. Aprendo sobre mí y sobre los demás. Y necesito esa experieancia», resumía Alicia Vallejo.

El juego, de un modo u otro, es un acercamiento de las criaturas de 0 a 6 años a la realidad. Primero a sí mismas (quién soy, cuáles son mis límites, qué soy yo y qué las cosas con las que juego), pero también es una herramienta que me acerca al conocimiento del funcionamiento de «la vida real» y, en mucha medida, de las relaciones con los demás. Por que si en algo estaban de acuerdo los tres ponentes es en el hecho de que no hay juego sin conflicto con el otro. También, claro, dependiendo de la edad.

Y este conflicto enseña a las personas a esas edades mucho sobre autorregulación, sobre cómo y con quién se relacionan en el momento de jugar, sobre los límites entre uno mismo y las cosas con las que juega.

También esán de acuerdo en una condición básica e inicial para poder jugar, la seguridad. Hace falta que niñas y niños se encuentren en un espacio seguro, delimitado por unos adultos que les dan todo aquello que necesitan, que cuidan y protegen. Elemento básico para que las criaturas puedan realizar esta actividad con confianza. «La condición para jugar es que alguien se ocupe de proteger, de la comida, de la temperatura», aseguó Linaza. «Solo puedes jugar cuando hay un espacio de confianza con las personas con las que te relacionas», insistía Alicia Vallejo. «El juego es una relación y la complicidad es importantísima».

Aunque para Vallejo, el juego no es algo que practiquen demasiado los niños y niñas. Para esta educadora, la actividad principal que se desarrolla en estas edades es la exploración (de uno y del entorno), algo volitivo. Mientras que el juego, como el arte, es algo emocional, afectivo. Para esta educadora «la exploración nace de la emoción de la curiosidad. Mientras que el juego y el arte nacen del asombro. No busco la explicación, entro en una situación de sensibilidad estética diferente del conocimiento del mudo».

Para Vallejo, igual que a jugar se aprende de los mayores, es necesario que estos creen el ambiente idóneo para el juego. Y esta preparación tiene que ver con crear confianza, está basada en la relación de la persona adulta con el grupo. El clima de confianza es el que genera las posibilidades de que haya espontaneidad en un momento determinado.

El conflicto

Otro de los elementos difícilmente discutible que lleva aparejado el juego es el conflicto. Elena Lobo insitió en esta características. Para esta psicóloga, el conflicto dentro tiene un papel principal en el aprendizaje de la socialización y que traducen «la necesidad de autoafirmación y el interés por el otro, por jugar con él». En cualquier caso, afirmó que «no hay juego sin conflicto, como no hay vida sin conflicto».

Para ella, el conflicto dentro del juego también sufre una evolución, como la propia acción de jugar, a lo largo del tiempo. Mientras que los bebés hasta los 10 meses tienen conflictos con la posesión de cosas relacionado con «la dificultad de las criaturas de saber dónde empiezan y acaban» ellas mismas, «a partir del 2º año, la naturaleza del juego cambia y predomina el juego de ficción; juegan con la realidad, a ‘como si… ‘, cogen la vida, la realidad, la manejan; vamos a perseguirnos como si nos odiáramos pero jugamos».

Es en esta relación con el otro en la que las criaturas siguen afirmándose a ellas mismas, pero ahora quieren realizar la actividad con otras. Y entonces surgen los conflictos. «Que sean capaces de resolverlos por sí mismos supone un paso enorme en la socialización».

En este sentido, Lobo aseguró que el grupo en el que se encuentra la niña o el niño también tiene un papel fundamental. A partir de los dos años, «el grupo empieza a ser un ente con cierta vida propia y uno tiene que conocer su papel en él».

Eso sí, no existen recetas (como en casi cada) sobre qué debe hacer la educadora ante una situación conflictiva. Lo primero, conocer muy buen a cada criatura y al propio grupo. En cualquier caso, según Elena Lobo, el conflicto debe resolverse en el momento en el que se produce, poco puede hacer alguien desde fuera sin ese conocimiento previo fundamental. Y este conocimiento pasa por las condiciones de trabajo de quienes están con las criaturas: tener tiempo, calma y un nivel de estrés no demasiado elevado que permita un mínimo de reflexión antes de la acción.

Alicia Vallejo abordó también la cuestión de la intervención adulta en el conflicto entre iguales para asegurar que lo suyo es intervenir lo menos posible. «Yo no intervengo en el conflicto entre iguales porque lo tienen que resolver ellos y, a veces, lo hacen mejor que yo», aseguró.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/11/11/el-derecho-al-juego-infantil-como-una-necesidad-evolutiva/

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La otra ‘casa de las flores’: el paraíso secreto de los niños

América del norte/México/22 Agosto 2019/El país

Cientos de menores de la calle en una turística ciudad mexicana se refugian cada día unas horas en un hogar en el que pueden jugar, comer y aprender a leer y escribir

Este lugar no tiene el nombre en su entrada, porque quiere mantener su anonimato. El sitio se va conociendo de boca en boca. El objetivo de mantenerse oculto es que niños y niñas puedan entrar sin que los adultos sepan a dónde van. Que su paraíso, La Casa de las Flores, el lugar donde poder jugar, sea solo para ellos. Muchos padres no permitirían que sus hijos, y sobre todo sus hijas, vayan a descansar unas horas de las tantas que pasan al día vendiendo por la calle. A más horas a la intemperie, más probabilidad de conseguir alguna moneda.

San Cristóbal de las Casas (México) es el edén para el viaje de mochila. E incluso ya tiene sus rincones destinados al turismo de lujo. Aeropuerto cerca, alojamientos para todos los gustos, restaurantes, mucha comida ecológica, yoga a precio asequible, talleres para sanar la mente y el espíritu. Hay muchos extranjeros de países ricos para emprender proyectos alternativos. Y, en medio de esto, o como centro de todo, los pequeños con ropas coloridas, vendiendo a precio de saldo cosas varias. O mendigando unas monedas “para Coca Cola”, base de su dieta y que con sus azúcares, ayuda a engañar al hambre que produce comer poco.

El turismo contrasta con la realidad de las calles: en el informe La medición multidimensional de la pobreza del CONEVAL, se concluye que el 82,3% de las personas menores de 18 años de Chiapas vive en situación de pobreza. Lo que haría de este el Estado con mayores niveles de pobreza infantil y juvenil, según un análisis del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de 2018.

Los tipos de trabajo callejero en este precioso estado del sur de México, muestran una clara diferencia entre sexos. Las niñas y mujeres acarrean kilos de ropa, bisutería o artesanías y a veces también bebés, suyos o de sus madres. En 2017 en México, dos de cada diez nacimientos eran de una mujer menor de 20 años. En el último estudio de la Conapo (Consejo Nacional de Población de México), realizado en 2016, se mostraba que Chiapas es uno de los tres Estados con mayor maternidad infantil y adolescente y que estas cifras habían aumentado desde los años 90.

Por su parte, los niños cargan cajas de madera llenas de cigarrillos, que se venden sueltos, porque así dan más ganancia, o bien portan cajas de madera para lustrar los zapatos de los turistas que no vayan en deportivas (algo difícil). Los hombres de las comunidades no suelen trabajar en la venta callejera. Sus oficios están en el campo, las minas de piedra o la construcción.

Domingo tiene impuesto el turno de noche. Lleva unos zapatones enormes que alguien le regaló, sin calcetines. ‘No tengo, señora’, responde con su vocecita ante el espanto de una turista viendo sus pies casi desnudos. La noche presenta cinco grados y él tiene que sentarse durante horas delante de una de las vinaterías de moda para vender sus chicles y sus cigarros a cinco pesos (25 céntimos de euro). Todas las noches entre las cinco de la tarde y las dos o tres de la mañana, Domingo se sitúa ahí. No dice quién lo trae a la ciudad y quién se lo lleva de vuelta. Pero cuando empieza a vaciarse la calle principal suena un walkie talkie viejo que lleva enganchado a la trabilla de su pantalón y, como un autómata, recoge sus cosas y muestra a los que le rodean que ya no puede darles más conversación. Su hermana, unos metros más allá, acude también a la llamada y con sus kilos de artesanías enganchadas en un rebozo a la espalda, se reúne con él y se van juntos. Unas calles más allá hay todos los días furgonetas que dejan a los menores en la ciudad y se los llevan cuando acaba el día.

Una casa con su huerta

Domingo dice que su sueño cuando sea mayor es tener una casa con su milpa (huerta para el maíz). Alguien le ha echado a él y su familia de donde vivían. La base de la economía de los pueblos nativos del lugar, ha sido siempre la agricultura. Las cifras oficiales dicen que Chiapas es el estado más pobre de México, pero defensores de los derechos humanos prefieren decir empobrecido: es rico en recursos, tiene mucha agua en un mundo que se va secando, y esas riquezas han catapultado a la pobreza a sus habitantes más vulnerables, junto con el conflicto armado en las montañas. Chiapas produce alrededor de la mitad de la energía eléctrica que se crea en todo México. Y en un mundo donde el dinero prima, las tierras han ganado el pulso a los humanos pobres, que llevan décadas siendo expulsados de sus casas. “Los desplazados por las presas padecen pobreza al desaparecer sus medios de subsistencia”, resumía un análisis sobre las presas hidroeléctricas creadas por todo México, realizado por un doctor de la Unam.

Al mismo tiempo, se calcula que el último conflicto armado que se dio a comienzos del año 2018, dejó a 5.000 personas desplazadas en el Estado, todas ellas indígenas, como recordó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a comienzos de 2019. Esta cifra se suma las de los conflictos de las últimas décadas. Muchas de estas personas se mudaron a ciudades como San Cristóbal de las Casas, en busca de alguna oportunidad.

La población originaria de la localidad no suele sufrir de estos problemas de pobreza. Son de mayoría mestiza y muchas veces se les acusa de racistas frente a los nativos de Chiapas. En medio de este lugar, está La Casa de las Flores. Silencio y paz. Esas son las sensaciones que produce el cruce del portón de ese rincón secreto, ubicado en una de las calles aledañas al centro turístico, no lejos de la plaza principal. El clima en San Cristóbal de las Casas, ubicada a 2.200 metros de altura, es duro. El sol pega fuerte y quema la piel si no la proteges. Y el frío puede ser más o menos, pero rara vez cesa. La temporada de lluvias, entre junio y octubre, inunda las calles de agua.

En La Casa de las Flores se aprende a leer y a escribir. Las educadoras del lugar ofrecen los derechos humanos que la marginación y la miseria han robado a los nativos chiapanecos. Hay una bicicleta que un niño ha dejado apoyada en la pared, al lado de la caja de madera gruesa donde los turistas colocan sus pies para que él les limpie los zapatos y el niño ahora está bajando por el mini tobogán que se sitúa al centro del patio. También hay una cocina que crea platos de comida calientes, para muchos, la única comida del día.

Para muchos de los menores que acuden a esta casa esta es su única comida diaria.
Para muchos de los menores que acuden a esta casa esta es su única comida diaria. LA CASA DE LAS FLORES

Existe un huerto que entre todos cuidan, talleres a diario (de pintura, de moldear barro o para saber comprender y gestionar las emociones), hay juguetes y libros de colores. Y hay respeto por las personas. Claudia Castro, creadora y directora explica que las cifras locales oficiales calculan que en San Cristóbal aproximadamente trabajan unos 4.000 niños y niñas en la calle, pero ella cree que ese número está por debajo de la realidad, sobre todo en temporada alta de turismo. Cuenta también que este lugar se mantiene gracias a las donaciones.

Castro afirma que además de los menores visibles, también hay muchos que “trabajan en las minas de piedra, en los bares de las zonas marginales y limpiando las casas”. Este espacio recibe a diario a unas 15 personas. En sus 10 años de trabajo, calculan que 700 menores han sido parte de esta familia. “Los niños y niñas que atendemos no cuentan con certificados de nacimiento y por lo mismo no existen en el sistema. No pueden recibir atención médica, ni asistir a la escuela, y en caso de desaparecer no hay manera de levantar un acta”, dice Claudia.

Diferencias entre niñas y niños

Hay más niños que niñas en La Casa de las Flores. No es que ellas no trabajen. La pobreza no entiende de manos que consigan llevar unos ingresos a hogares donde el hambre acecha y, de hecho, suele atacar más las chicas, como ha analizado Unicef. Pero es que, mientras que los niños tienen más libertad, ellas siempre van con sus madres. Hasta que lleguen a una edad en la que se casen y comiencen a traer nuevos hijos que puedan apoyar la economía familiar. Y las madres son las que cuidan que las niñas hagan lo que deben hacer. Ellos, sometidos a menos control, pueden escaparse un rato de sus quehaceres.

Además de esto, cualquier cosa que quieran hacer las niñas y mujeres fuera de sus obligaciones es objeto de control y crítica. Claudia Castro, explica que, “de pequeñas les dan más libertad, pero en el momento que pasan a ser adolescentes, sobre los 11 años, pueden ser muy mal vistas por su entorno si alguien se entera de que comparten espacios con chicos, aunque sea un lugar de aprendizaje y descanso”. De hecho, ni siquiera el ocio está bien visto en el género femenino, pilar de los hogares chiapanecos.

Las mujeres trabajan fuera de casa y también llevan todo el peso de las tareas domésticas. Desde pequeñas se las educa para que conozcan sus obligaciones: “En las horas en las que están en casa, mientras los niños pueden jugar, las niñas se ocupan del hogar y de cuidar a sus hermanos, desde muy pequeñas”, añade Claudia, que tras 20 años viviendo en esta ciudad, conoce muy bien las dinámicas sociales. Dinámicas que encuentran aquí un respiro.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/08/08/planeta_futuro/1565262832_939239.html

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28 de mayo: Día Internacional del Juego

28.05.2018/ Fuente: ecured

Día Internacional del Juego o World Play Day  . La institución del 28 de mayo  como día internacional del juego permite recordar a todo el mundo que jugar es un derecho para el niño y niña (indispensable también en otras etapas de la vida) y que los adultos (padres, madres, educadores, instituciones…) tienen la responsabilidad de garantizar las condiciones necesarias para el juego.

Derecho al juego

El derecho a jugar fue reconocido por primera vez el 20 de noviembre del año 1959, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño. El 20 de Noviembre fue aprobada la Convención de los Derechos del Niño recogido en su artículo nº 31 especifica que «los Estados partes de esta convención plenamente en la vida cultural y artística, propiciando oportunidades apropiadas en condiciones de igualdad».

¿Por qué un Día Internacional del Juego?

El Día Internacional del Juego es un día de esparcimiento y alegría. Un día para disfrutar del juego  y todos sus beneficios a cualquier edad.

Objetivo

El principal objetivo del Día Internacional del Juego es el de ningún niño se vea privado de jugar. En el día de hoy se insiste en la importancia que tienen los juegos sobre el desarrollo de los niños. Es muy conveniente elegir el tipo de juego correspondiente a la edad del niño o de los niños que van a jugar.

Este día es una iniciativa que nació en 1998 de la mano de la Asociación Internacional de Ludotecas, ITLA (International Toy Library Association), a propuesta de la entonces presidenta de la Asociación, Dr. Frida Kim. Esta propuesta fue confirmada por los miembros de la ITLA en la Asamblea de Japón en Septiembre de 1999.

La fecha escogida fue el 28 de mayo, conmemorando la constitución de la Asociación, y se celebra, cada año, el fin de semana de mayo más próximo a esta fecha.

Desde entonces, son muchos los países que se han ido adheriendo a esta celebración. Celebración que todavía no ha conseguido ser reconocida en las NNUU como Día Internacional, pero que no renuncia a conseguirlo.

El Día Internacional del Juego es una propuesta  por el Derecho a Jugar.

El artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño expresa que «los estados partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes».

Cada 28 de mayo, se celebra que:

  • JUGAR es un derecho reconocido en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas.
  • JUGAR resulta una valiosa herramienta para generar una sociedad mejor
  • JUGAR potencia la creatividad y el talento
  • JUGAR ayuda a conectar con las propias emociones propias

y que

  • JUGAR es una necesidad a lo largo de toda la vida.
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¿Conoces los juguetes adecuados para cada edad de tus niños y niñas?

Por: Rosanna Herrera

Velar para que los niños y las niñas reciban lo mejor durante sus primeros años de vida es la intención del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (Inaipi). Por esa razón es que, a propósito de la celebración del Día de los Santos Reyes Magos, fecha propicia para regalar juguetes, orientan a las familias a obsequiar juguetes adecuados para cada edad, con miras a que adquieran nuevos aprendizajes que aportarán a su óptimo desarrollo y no representen un peligro para su seguridad.

Cero a 6 meses
De acuerdo a la encargada de Educación Inicial de la organización, Stefanie Moscoso, destaca que durante su primer año, el juguete preferido del niño es su propio cuerpo, ya que necesita aprender a conocerlo y coordinar sus movimientos. Asimismo, señala que los juegos más apropiados en esta etapa son los que estimulen todos sus sentidos, que sean fáciles de agarrar y que les inviten a conocerse y desplazarse, como móviles para la cuna con música y movimiento, sonajeros (de material blando) o mordedores de distintas texturas.

6 a 12 meses
Moscoso asegura que en el segundo semestre los bebes son más activos y disfrutan los juegos que les permitan moverse, entender el mundo que les rodea y relacionarse con sus cuidadores a quienes serán más apegados en esta etapa.

Los juguetes más recomendados para esta período son juguetes musicales, libros de plástico o de tela, mantas o alfombras con distintas actividades, entre otros.

1 a 2 años
A partir del año, y en función del momento en que comienzan a caminar, los niños disfrutan mucho los juguetes que puedan arrastrar, empujar y les ayuden a mantenerse de pie y en equilibrio; así como los juegos que les inviten a mejorar la precisión de los movimientos de sus manos y dedos. Algunos de estos son los que se puedan arrastrar y empujar, encajados de madera de piezas grandes, cubos o vasos apilables, entre otros.

2 a 3 años
A partir de los dos años, empiezan a ser más autónomos, son muy activos y su capacidad de aprendizaje es sorprendente. Por este motivo, el juguete educativo empieza a estar presente en su juego para convertir el aprendizaje en algo natural y divertido. Además, les gustará imaginar escenas para imitar a los adultos de su entorno o situaciones cotidianas. Los preferidos son carros, trenes, camiones y carretillas, que puedan empujar, cargar, llenar y vaciar.

3 a 4 años
A partir de los tres años, la posibilidad de juegos a elegir es muy variada. Cada pequeño tiene una personalidad, intereses o habilidades diferentes y la elección dependerá de estas, que tengan reglas faciles de entender y que les ayuden a trabajar su concentración. Además, el juego en grupo empieza a resultar una experiencia divertida, siendo perfectos los juegos de mesa grupales, las actividades de exterior y los juegos imaginativos. Entre los juguetes preferidos se encuentran disfraces, instrumentos musicales, rompecabezas, entre otros.

4 a 5 años
A partir de los cuatro años, la imaginación predomina en sus juegos. Además, los amigos ya forman parte de su vida y les encanta pasarlo bien con ellos. En materia educativa deben seguir formando parte de su aprendizaje, que refuerzan con conceptos y que aprenden de forma lúdica. Les encanta jugar con los amigos o la familia, siendo un momento perfecto para socializar y mejorar la comunicación. Es importante no limitarlos solo con los juguetes que tradicionalmente se consideran para uno u otro sexo (niño, niña) ya que estos desarrollan habilidades diferentes, que son muy importantes para ambos sexos. Por lo general, a esta edad prefieren juegos de mesa, como bingo y dominó, de imágenes, bicicletas, patinetas y patines, bloques, entre otros. Lo mejor es ser medidos en la cantidad de juguetes, comprar muchos no significa que vayan a jugar más, sino que van a valorar menos el significado de cada uno.

Fuente del artículo: https://www.listindiario.com/la-vida/2018/01/05/497474/conoce-los-juguetes-adecuados-para-cada-edad-de-tus-ninos-y-nina

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Deudas del sistema educativo: Chicos con mucha tarea y poco tiempo para jugar

Por Daniela Hacker / Infobae.

Cada vez más, los niños llegan a sus casas con pilas de deberes para hacer, quitándoles el poco tiempo de ocio del que disponen, en especial si van a jornada completa. La opinión de los expertos sobre un dilema que divide a docentes y padres.
Los chicos están todo el día estudiando en el colegio y, al llegar a sus casas, la odisea continúa (istock)

«Mis hijos van a una escuela inglesa de jornada completa. Pasan 8 horas en el colegio y cuando vuelven a casa tienen que terminar trabajos, leer libros e investigar en Internet para algún trabajo práctico. Lo más complicado es cuando tienen que hacer actividades en grupo y hay que coordinar con otros chicos y madres. Además, hacen dos veces por semana deportes en un club, por lo que casi no les queda tiempo libre para jugar o descansar», contó Silvia, mamá de 3 niños que cursan la primaria en el partido de Tigre.

Mariana tiene a su hija de 9 años en una escuela con jornada completa en Capital: «Les mandan a a buscar información online. Pero no les enseñan a realizar la búsqueda solos. Por lo que siempre que llego de trabajar a las 7 de la tarde me tengo que sentar con mi hija a hacer su tarea. A los chicos no les enseñan cuál es la información relevante, cuáles son los sitios confiables y cuáles son los pertinentes para su edad. Por lo que si mi hija realiza la búsqueda sola hace un copy-paste de cualquier página».

La psicopedagoga cordobesa Liliana González se mostró preocupada por una problemática cada vez más común en el siglo XXI. Los chicos están todo el día estudiando en el colegio y, al llegar a sus casas, la odisea continúa. ¿Y el tiempo de ocio? ¿Y los juegos que desarrollan su costado creativo y los ayudan a distenderse?

Los especialistas coinciden en que si los chicos van a jornada completa, el exceso de deberes no debería existir (istock)

Los especialistas coinciden en que si los chicos van a jornada completa, el exceso de deberes no debería existir (istock)

«Hace unos años, los deberes eran un refuerzo de lo aprendido en clase», afirmó la especialista. «Hoy, en muchísimas escuelas se da tanta tarea que obliga a los chicos a dedicarle 2 o 3 horas cada tarde y, casi siempre, con la compañía de papá, mamá o la maestra particular porque no lo puede resolver solos. Eso a mi me hace pensar que no es un refuerzo, sino que se está aprendiendo en casa lo que no se aprendió en la escuela».

González no desconoce las dificultades que hay hoy en la educación: «Sabemos que el aula tiene situaciones complejas y el aprendizaje se vuelve difícil. Pero también sabemos que papá y mamá no son docentes, que el clima en casa suele ser negativo a la hora de las tareas porque aparecen las pocas ganas de los chicos y el poco tiempo de los padres. Todo eso, se vuelca en peleas, en adjetivos despectivos, sanciones, penitencias y amenazas. Y eso no es un buen clima para aprender».

Por eso, la especialista afirma que «debería quedar muy poquito de tarea para la casa. Creo que el exceso de deberes está en relación al poco aprendizaje que se está dando en el aula en algunos casos, aunque no generalizo. Y lo importante es que mamá y papá entiendan que los deberes son un compromiso entre el alumno y los docentes, y no es un tema de ellos. Deben acompañarlos cuando son chicos, pero después deberían dejarlos solos para que adquieran autonomía y responsabilidad para que el secundario sea una posibilidad y no un fracaso seguro».

Deberían quedar muy pocos deberes en el hogar, según los expertos (istock)

Deberían quedar muy pocos deberes en el hogar, según los expertos (istock)

Mirta Torres es Coordinadora del Programa «Maestro + Maestro» del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Según ella, «la tarea para hacer en casa debería ser una propuesta que prolongue el tiempo que los chicos destinan a aprender. Que les permita recuperar, ampliar o ejercitar lo que se habló en el aula para completarlo. También es una oportunidad para asumir responsabilidades que también es algo que se aprende. Si el maestro da tarea, debe retomarla en la fecha prevista, valorizar lo que los chicos pensaron sobre el tema, proponer intercambios y comparar informaciones. Lo que es importante es lo que se profundiza del tema, no ‘hacer la tarea'».

Los alumnos de jornada simple

Las opiniones cambian por completo cuando los chicos van a jornada simple. Natalia lleva a su hija de 10 años a una escuela privada parroquial de Lomas del Mirador, Provincia de Buenos Aires y va medio día: «Mi hija tiene toda la tarde libre. Si no le dan deberes se la pasa con el celular. Yo trabajo todo el día y vuelvo a las 6 de la tarde a mi casa. Así que prefiero que esté haciendo alguna tarea o trabajo de investigación que ‘paveando’ en internet».

Gustavo Zorzoli, rector del Colegio Nacional Buenos Aires, uno de los establecimientos educativos más prestigiosos de la Argentina, reafirmó la importancia de los deberes en los colegios de jornada simple. Allí, salvo por dos días que tienen gimnasia a contra turno, los alumnos van jornada simple. «En nuestra institución damos mucha tarea», resaltó. «El objetivo es que lean y ejerciten mucho sobre todo lo que no llegamos a dar durante el horario escolar, porque no es suficiente el tiempo que tienen para aprender todo lo que necesitan. Por ejemplo, la lectura de Don Quijote de la Mancha necesita tiempo. También la lectura de Rayuela, Martín Fierro, El Matadero, para dar algunos ejemplos. Lo mismo ocurre con los textos para derecho, historia, filosofía, entre otras materias».

Las opiniones cambian por completo cuando los chicos van a jornada simple (istock)

Las opiniones cambian por completo cuando los chicos van a jornada simple (istock)

«El colegio tiene muy buenas instalaciones y una biblioteca de primer nivel. Por eso los chicos aprovechan y realizan fuera del horario escolar sus tareas adentro del establecimiento. Por supuesto que siempre hay padres que se quejan, sobre todo cuando se acumula con los exámenes, pero saben de antemano el nivel de exigencia de la institución a la que ingresaron sus hijos», advirtió.

Un tema clave es la autonomía para que los chicos logren hacer sus tareas solos. Zorzoli explicó que «primer año es un tiempo para adaptarse y los tutores trabajan con los chicos para que logren administrar su tiempo para poder llegar a hacer todo. Pero es una de las cuestiones más difíciles de lograr con los alumnos».

En el caso de la escuela de jornada simple, la psicopedagoga Gonzalez está de acuerdo sólo si se trata de reforzar lo aprendido en el aula. «La tarea no es para que en casa deban aprender lo no aprendido en el colegio. En nuestra infancia, que íbamos a jornada simple, siempre teníamos que hacer deberes. Pero para realizarlos sólo necesitábamos entre 45 minutos y 1 hora como máximo».

Niños sin tiempo para jugar

En el caso de la escuela de jornada simple, la psicopedagoga Gonzalez está de acuerdo sólo si se trata de reforzar lo aprendido en el aula (istock)

En el caso de la escuela de jornada simple, la psicopedagoga Gonzalez está de acuerdo sólo si se trata de reforzar lo aprendido en el aula (istock)

Los especialistas coinciden en que los chicos que van a jornada completa y luego tienen que hacer mucha tarea no tienen tiempo para jugar.
Zorzoli no está de acuerdo con que den tanta tarea en las escuelas de doble jornada porque los chicos necesitan también disfrutar del tiempo libre. Por su parte, Torres explicó que «la escuela no puede depositar en la familia la responsabilidad de los contenidos. Hay instituciones escolares y familias que dan demasiada importancia al cuaderno gordito. La tarea vale cuando es una oportunidad para volver a pensar; pierde sentido en cambio si se la considera una obligación diaria que solo ocupe al niño y su familia».

En noviembre del 2016, se realizó en España una huelga de la Confederación Española de Asociación de Padres y Madres del Alumnado, instando a las familias a no hacer tareas durante los fines de semana por un mes. Los argumentos eran que invadían los tiempos de las familias y el espacio de los niños para la recreación y la realización de actividades artísticas y culturales. España es el quinto país con más carga con deberes en el ranking elaborado por la OCDE. A pesar de la gran movida de los padres, el gobierno español defendió el sistema de tareas.

En este marco, González asevera: «Si estamos hablando de doble escolaridad o jornada extendida, los deberes deberían hacerse en su mayoría en la escuela. Sino, ¿cuándo el niño puede ser niño?, ¿cuándo tendrá su tiempo libre? y ¿cuándo podrá jugar?».

Fuente artículo: https://www.infobae.com/tendencias/2017/09/01/deudas-del-sistema-educativo-chicos-con-mucha-tarea-y-poco-tiempo-para-jugar/

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Libro: Juego y Espacio

Libro: Juego y espacio. Ambiente escolar, ambiente de aprendizaje
Autoras:
Patricia Sarlé
Inés Rodríguez Sáenz
Elvira Rodríguez
Coordinación general: Verona Batiuk

Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Oficina Buenos Aires y UNICEF – Oficina de Argentina
Temáticas que aborda:
Espacio, ambiente escolar, ambiente de aprendizaje
Dimensiones del ambiente escolar
El espacio como contenido curricular
Cara y ceca del espacio
Espacio y juego
La variable “espacio” y los proyectos de enseñanza
Las escuelas y sus entornos
Este libro emerge en concordancia con lo establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, lo que constituye una expresión firme del compromiso de los Estados por garantizar las mejores condiciones para el crecimiento y desarrollo de todos los niños, su cuidado, asistencia y educación.
En este sentido, el derecho de los niños al juego y a las actividades recreativas propias de su edad es establecido expresamente por la Convención en su Artículo 31. Por primera vez, los Estados se comprometen a garantizar que los niños gocen del derecho al juego y al esparcimiento.
Descargar el libro en el siguiente Link:
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