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Xavier Aldekoa: «El día que la mujer y la educación vayan de la mano, África será más libre»

23 Abril 2017/Fuente: huffingtonpost/Autor: Carlota E. Ramírez

El autor critica la «superioridad moral» en la que se mueven los occidentales: «Perdemos oportunidades de aprender».

«El Nilo no es un río. El Nilo es la esencia de África». El periodista Xavier Aldekoa lo tiene claro: «El Nilo es diversidad. Es una parte de lo que somos nosotros». Quien parece que no lo tiene claro es el resto de Occidente. «Estamos perdiendo oportunidades de aprender y no creo que sea por pereza, sino por algo mucho peor que es la aparente superioridad moral en la que nos movemos, en la que supuestamente nosotros somos mejores y no tenemos nada que aprender de esta gente que vive en el Nilo o en África», denuncia el corresponsal de La Vanguardia.

Aldekoa transmite esta idea en su nuevo libro, Hijos del Nilo (Ed. Península), con el que invita al lector a recorrer las aguas del río más largo del mundo y conocer así a su gente, sus tradiciones, su cultura y también sus desgracias. Recorre países en guerra como Sudán del Sur, los valles de Etiopía y la paz del norte de Uganda. Han sido muchos los que han seguido este camino a lo largo de la historia: «Todo aquél que tenía una inquietud de saber cómo eran los demás y cómo era el diferente se iba al Nilo: Herodoto, Aristóteles, Platón, Alejandro Magno…», cuenta.

Hay guerras, revoluciones y dictaduras, pero también esperanza»

Y eso es lo que hizo él: conocer las distintas culturas y gentes del Nilo y darles voz a través de una serie de protagonistas como Grace, una niña que recorre un peligroso camino durmiendo en autobuses y alimentándose de galletas para llegar a Kenia y poder estudiar. «Qué tía. La madre que la parió», escribe con cariño Aldekoa, cuyo viaje empieza con la mala noticia de que Grace no podrá reencontrarse con su madre en un campo de refugiados en Sudán del Sur por la guerra. Recorrer el Nilo era «una manera de abrir una ventana a una parte del continente africano. Allí hay problemas enormes como guerras, revoluciones y dictaduras. Pero también esperanza como la cultura, las tradiciones o la paz en Uganda», explica el periodista.

Él llegó a África con poco más de veinte años y es consciente de que la ayuda internacional es necesaria en algunos lugares del continente. A finales de marzo, un informe de Oxfam Intermón denunciaba que el presupuesto español de ayuda al desarrollo se ha recortado hasta un 73% desde 2008. «Esto responde lamentablemente a los tiempos actuales en los que cada vez estamos más encerrados en nosotros mismos», dice Aldekoa, «ahora casi todo lo rige el miedo: a la incertidumbre, al futuro… Y eso es lo que hace que te encierres y estés menos dispuesto a ayudar».

Por eso reclama «una mejor gestión» de la misma — «hay bastante derroche»—. «Ahora mismo hay hambrunas en el norte de Nigeria o en Sudán del Sur, un país que está desmoronándose». Sin embargo, opina que el problema reside en escoger dónde se dirige la ayuda y que «deje de tener que ver con los intereses nacionales». «Sudán del Sur no recibe mucha ayuda de España, pero sí otros países como Senegal, donde hay una inmigración que nos afecta; o Mozambique, donde hay caladeros de pescado que han sido muy importantes para Pescanova», critica.

La gente tiene que hervir hierba del suelo para comer

Además de Nigeria o Sudán del Sur, las oenegés hablan de hambruna también en Somalia o Yemen. De hecho, la ONU ha advertido de que el mundo está afrontando la peor crisis humanitaria desde su creación tras la II Guerra Mundial. Aldekoa coincide en que «probablemente es una de las peores», pero le «cuesta» saber cómo se cuantifica esto: «Sólo hace falta bajar al terreno en Sudán del Sur para darte cuenta de cuánta gente muere de hambre. Hay sitios donde no se llega, literalmente. La gente tiene que hervir hierba del suelo para comer».

Por eso cree que «ahora mismo el mundo necesita este tipo de etiquetas (genocidio, pero crisis humanitaria…)». Pero lo critica: «Como si no fuese suficiente que esté muriendo gente. Quizá sea producto de nuestra insensibilización, que necesitamos decir que hay un genocidio porque si sólo hay masacres y matan a niños y mujeres se piensa que tampoco es tan importante. Y eso es horrible».

Él define la situación de aquellos que viven las hambrunas con una palabra: «Desesperación». En un momento del libro cuenta cómo una madre decide alimentar sólo a uno de sus gemelos porque el otro está enfermo y tiene menos probabilidades de sobrevivir. «Esa decisión es la más terrible que una madre debe tomar. El hambre es un crimen, en Sudán del Sur nadie tendría que morir de hambre. Nadie. Es un país atravesado por el Nilo y tiene tierras fértiles a matar». Explica que lo peor de todo es que «es un hambre creada por el hombre, ya que la gente no puede cultivar porque se ha tenido que marchar de las tierras. Se vive con una sensación de injusticia espectacular».

Y en esa desesperación es donde entran las mujeres, «el pilar de las sociedades». Aldekoa da visibilidad a todas esas mujeres que, «menos portavoz y soldado, son todo lo demás». «Además de ser la pieza más fiable, el día que la mujer y la educación vayan de la mano, África será más libre», asevera. «El motor del amor es muy importante en el mundo, aunque suene cursi», dice, «hay auténticas proezas hechas por amor». Afirma que, por ejemplo, la emigración no se entiende sin este amor. «Es gente que intenta mejorar su vida y la de los demás, quieren ayudar a los suyos… Y, aunque ese amor no es exclusivo de las mujeres, sí es más común en ellas».

Una condena a los que se van a mejorar sus vidas porque no tienen futuro

Es ese amor el que ha llevado a miles de africanos a emigrar buscando el sueño europeo. Muchos de ellos saltando la valla de Melilla para llegar a España. Pero la atención mediática es menor que la que ha recibido la última ola de inmigración procedente de Siria. Entonces, ¿hay refugiados de primera y de segunda? Aldekoa piensa que sí: «Es como una condena a los que van a mejorar sus vidas porque no tienen futuro. Parece que sólo si huyes de una bomba mereces vivir mejor. Pues no. Hay gente que huye de la ausencia de futuro o de una dictadura que quizá no dispara, pero sí que les machaca y quita libertades». Cree que «cuando vimos a los sirios, que visten igual que nosotros, llevan una mochila de Mickey Mouse y móviles que podríamos reconocer, creímos que eran más como nosotros. En cambio los africanos siempre son de otro color y se pone cierta distancia».

¿Necesitáis saber que están muriendo 130 niños porque 121 no son suficientes?

Por eso, el periodista pone mucho empeño en mostrar la cara humana que hay detrás de las cifras. «Sé que cifras como tienen utilidad para tomar decisiones, pero yo no estoy ahí, sino en el terreno». Y en el terreno «los números no tienen sentido». La gente de allí se lo dice: «¿Qué pasa en Occidente? ¿Necesitáis saber que están muriendo 130 niños porque 121 no son suficientes?». Para él, «si los números o cifras ocultan los nombres y apellidos de las personas, es perjudicial».

A pesar de las zonas en conflicto, las hambrunas o el terrorismo de Boko Haram —»más sangriento que el del DAESH y con una impunidad espectacular»—, Aldekoa rescata el encanto del Nilo y de los pueblos de alrededor. «Es fascinante: paisajes geniales y gente que me ha ayudado muchísimo y me reafirma que hay muchas personas buenas en situaciones en las que todo justifica que te manden a tomar por saco». Recuerda a aquellos «que se arriesgaban a explicarme cosas en una dictadura en la que si les pillan les sacan de en medio, a las mujeres que huyen y se llevan a las hijas de los vecinos para cuidarlas… Esa bondad de África me emociona».

Fuente de la noticia: http://www.huffingtonpost.es/2017/04/11/xavier-aldekoa-el-dia-que-la-mujer-y-la-educacion-vayan-de-la_a_22027157/

Fuente de la imagen: http://o.aolcdn.com/dims-shared/dims3/GLOB/crop/2888×1447+0+48/resize/630×315!/format/jpg/quality/85/http%3A%2F%2Fo.aolcdn.com%2Fhss%2Fstorage%2F

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Hay distintas clases sociales entre las mujeres y, por lo tanto, diferentes feminismos

Por: Vincenc Navarro

Entre los hombres, la manera de expresar su machismo (la manera de oprimir a la mujer) depende, en gran parte, de la clase social del que lo manifiesta. Naturalmente que hay puntos y comportamientos comunes, pero siempre, o casi siempre, la clase social del hombre define muy marcadamente cómo se expresa tal machismo. No es, pues, de extrañar que lo mismo ocurra entre las mujeres (en un comportamiento precisamente opuesto al machismo). La bienvenida concienciación de las mujeres, como colectivo social, de la necesidad de conseguir los mismos derechos que los hombres, también viene marcada de una manera muy palpable por la clase social a la que la mujer pertenece o representa. De ahí la pluralidad de movimientos feministas.

Quedó ello claro hace varios días en un hecho que adquiría gran visibilidad mediática en EEUU, y que ocurrió en la Harvard University, el centro académico con más recursos, más rico y más poderoso de EEUU. Tal universidad tiene 37.000 millones en endowment (es decir, en propiedad sobre la cual generar ingresos). Las matrículas de los estudiantes son una parte muy minúscula de sus ingresos y, con tal propiedad, se ha convertido en uno de los centros de fondos de inversión más importantes del país. El hecho que sea un centro educativo es una actividad más que le da nombre, pero la mayoría de sus fondos se obtienen a través de las inversiones de su endowment. La riqueza de recursos es, pues, su característica principal. Dicha universidad es también donde parte de la élite de EE.UU. se educa, se socializa y configura su manera de pensar mediante los valores que tal universidad promueve. En EE.UU., es conocido que la cultura de tal centro es predominantemente conservadora y liberal (“liberal” en el sentido europeo de la palabra, pues la palabra “liberal” en EE.UU. quiere decir socialdemócrata o socialista, de los cuales hay muy pocos en Harvard. Por cierto, el hecho que los corresponsables de los medios de información españoles parezcan no darse cuenta de esta diferencia en la utilización del término “liberal”, crea una confusión enorme en la audiencia de tales rotativos).

El conservadurismo de Harvard aparece en todas sus dimensiones, incluyendo en su escasa sensibilidad hacia las poblaciones vulnerables y discriminadas, como afroamericanos, latinos y mujeres. Ahora bien, en 1977 tomaron la decisión de intentar parecer más modernos y se abrieron lentamente a afroamericanos (procedentes, sin embargo, de escuelas privadas de élite, como fue el caso del estudiante Obama, que llegó a ser presidente del país), más tarde a latinos y, últimamente, a mujeres. Harvard quiere parecer moderna y feminista.

Ahora bien, su conservadurismo y liberalismo estructural permanece y es marcado, apareciendo cuando uno menos se lo espera, como ocurrió recientemente cuando el que había sido ministro de Hacienda de la Administración Clinton, el señor Larry Summers  fue nombrado, por el Executive Board de tal universidad, presidente de la Universidad. En una entrevista, dicho señor Summers dijo que el hecho de que no hubiera más mujeres que fueran catedráticas en disciplinas científicas como física o química, se debía –según él- a razones biológicas, es decir, que las mujeres no eran hábiles para tales ciencias.

El feminismo de la clase de renta alta y mediana-alta

El escándalo que tales declaraciones crearon fue mayúsculo, de manera que el Executive Board de la Universidad rápidamente indicó que nombraría a una mujer como Presidenta, lo cual, por fin ocurrió. Se nombró como Presidenta a la Dra. Drew Faust, que era, además de ser mujer, una conocida feminista entre la comunidad científica que había animado a las mujeres (de su clase social, de renta alta y mediana-alta) a aspirar a lugares de alto poder institucional, rompiendo así con el monopolio del hombre en las estructuras de poder. Tal nombramiento fue celebrado prácticamente por la mayoría de las asociaciones feministas de EE.UU.

El feminismo popular

Ahora bien, hubo algunas mujeres de Harvard que no lo han celebrado. No eran ni profesoras, ni estudiantes, sino trabajadoras. Eran las mujeres de limpieza de la Universidad de Harvard (concretamente del hotel que tiene Harvard en su terreno, de siete pisos y cuarenta habitaciones, gestionado por la compañía Hilton Hotels & Resorts). Este hotel es uno de los más exitosos de Boston (los cuales, todos ellos, dependen primordialmente de la clientela provista por sus vinculados al mundo académico de tal ciudad). Tal hotel el año pasado consiguió uno de los mayores beneficios en el sector hotelero de la ciudad. Pero, a pesar de tal riqueza, las mujeres de la limpieza del hotel (la gran mayoría de ellas latinas) se encontraban entre las peor pagadas del sector, con mayor número de habitaciones a limpiar por día y mayor número de accidentes.

Durante más de tres años tales mujeres han estado intentando sindicalizarse, pues, de conseguirlo, podrían defenderse colectivamente y negociar sus salarios, beneficios sociales y condiciones de trabajo. Harvard, incluyendo su presidenta feminista, se ha opuesto durante muchos años. Y a pesar de las peticiones de las trabajadoras, muchas feministas de gran renombre en EE.UU., figuras del establishment político-mediático del país, ignoraron estas peticiones. En un interesante artículo en la revista The Nation, Sarah Lemand y Rebecca Rojas han detallado la enorme y heroica lucha de estas trabajadoras para conseguir que Harvard aceptara que pudieran sindicalizarse. Y las trabajadoras de limpieza descubrieron que hay tantos feminismos como clases sociales existen en EEUU. Y que las feministas del establishment político-académico-mediático estadounidense, no representaban los intereses de la mayoría de las mujeres que no pertenecen a tales clases pudientes y adineradas. El conflicto entre estas dos clases (las clases de renta alta y mediana-alta, por un lado, y la clase trabajadora, por el otro) apareció también en la definición de sus intereses. La realidad es que la integración de las primeras en las estructuras de poder era y es irrelevante para la mujer de las clases populares.

Y ello apareció también claramente en las últimas elecciones a la Presidencia de aquel país. El hecho de que la candidata a la presidencia del Partido Demócrata intentara movilizar a las mujeres presentándose como la candidata feminista es un ejemplo de ello. La gran mayoría de las mujeres de clase trabajadora no le votaron; apoyaron a Trump que, junto con el candidato socialista, apeló al voto de clase, incluyendo un discurso y unos temas de clara aceptación y atractivo para las clases populares. Clase social, después de todo, continúa siendo una variable clave para entender lo que pasa a nuestro alrededor, no solo en el mundo del hombre, sino también en el mundo de la mujer.

Las consecuencias de la debilidad del feminismo popular

Y esto ocurre también en España. La evidencia científica existente muestra claramente que, en España, aquellos servicios del Estado del bienestar que están menos desarrollados son precisamente los servicios de ayuda a las familias, tales como las escuelas de infancia –mal llamadas guarderías en nuestro país- y los servicios domiciliarios a las personas con dependencia. El déficit en el desarrollo de tales servicios en este país es enorme.

Y en España cuando decimos “familia” queremos decir mujer. Es la mujer la que lleva la mayor carga de responsabilidades familiares. El contraste de los países del sur de Europa (donde las derechas han sido históricamente muy fuertes) con el norte (donde las izquierdas han sido históricamente muy fuertes) es abrumador. En Suecia, por ejemplo, el número de horas semanales dedicadas a las tareas familiares por parte de la mujer es de 26. El hombre, 22. En España, la proporción es de 42 versus 8.

Ahí radica el escasísimo desarrollo de los servicios de ayuda a las familias en el sur de Europa, con un coste humano enorme. La mujer española tiene tres veces más de enfermedades debidas al estrés que el hombre. Y la mujer más afectada es la de clase trabajadora que no tiene servicios privados como la de clase pudiente (la sirvienta), que puede ayudarla. De ahí que la mayoría de encuestas muestren que, además de mejor condiciones de trabajo y mejores salarios, las demandas más comunes por parte de las mujeres de las clases populares son las dirigidas a conseguir estos servicios. Es urgente que los partidos políticos que están enraizados en las clases populares y que se consideren al servicio de dichas clases protagonicen y lideren la universalización de tales servicios en España. España (incluyendo Catalunya) necesita mayor concienciación de las necesidades de las mujeres pertenecientes a las clases populares. La evidencia de ello es abrumadora. Así de claro.

Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/19649/hay-distintas-clases-sociales-entre-las-mujeres-y-por-lo-tanto-diferentes-feminismos/

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Entrevista a Maxine Molyneux: “Con el movimiento de derechos humanos muchas feministas pudieron impulsar cambios”

09 Abril 2017/Fuente: pagina12/Autor:Mariana Carbajal

Molyneux vivió su adolescencia en Argentina y es una estudiosa de los movimientos feministas en América latina. Recuerda el periódico anarquista del siglo XIX La Voz de la Mujer y el papel que jugó Evita.

Piensa que el acceso al aborto es uno de los derechos fundamentales para las mujeres y le sorprende que en la Argentina, donde vivió durante su adolescencia, y siempre volvió, sea todavía una demanda, casi una utopía. Maxine Molyneux se hizo feminista, como muchas mujeres de su generación, por el descontento absoluto que sentía frente al mandato social que pesaba sobre ella. Eran fines de los sesenta. Su padre, un ingeniero aeronáutico que estableció la ruta de la British Airways en el Cono Sur, se oponía a que fuera a la universidad. Por ser mujer. Pero ella, se rebeló. Hoy es una reconocida socióloga feminista, profesora catedrática de la University College London, donde estableció y dirigió hasta hace tres años el Instituto de las Américas. Los movimientos de mujeres en Latinoamérica son uno de sus temas de investigación. Con esa lupa, mira, con entusiasmo, expresiones como las de Ni Una Menos y campañas contra la violencia machista y la misoginia como la “Million Women Rise”, que nació en Londres, o la Marcha de las Putas, que surgió en Canadá, distintas manifestaciones de protesta contra la cultura machista y los ajustes económicos. “Las nuevas generaciones de jóvenes están viendo que lo logros para las mujeres no son tan impresionantes como esperábamos” y “están diciendo basta”, dice Molyneux, en una entrevista con PáginaI12, recién llegada a Buenos Aires.

Tiene una agenda bien cargada. Hoy dará a las 18 la conferencia “Historia, logros y desafíos en el Cono Sur: diálogos feministas entre generaciones”, en el Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofía y Letras, de la UBA. La actividad es libre y gratuita pero requiere inscripción previa a: conferenciamolyneux@gmail.com

América latina, sostiene, se distingue por la importancia y variedad de sus feminismos y por las reformas legales que, después de los años 80, impulsaron una mayor igualdad de género. Sin embargo, todavía hay muchas áreas de política pública donde no se observan avances y algunas donde se han producido retrocesos. Estas últimas –apunta– se han convertido en el foco del activismo de nuevas generaciones de feministas. ¿Cuán diferentes son las luchas, tácticas y desafíos que enfrenta la actual ‘ola’ de activismos feministas frente a las de décadas pasadas? Ese será uno de los ejes de su exposición, en la que además, lanzará un nuevo proyecto de investigación colaborativo sobre los feminismos en Argentina, Uruguay y Chile. Cuenta que le hicieron en Londres entrevistas para la revista The Economist, el diario The Telegraph, y programas de TV, sobre el fenómeno de Ni Una Menos en Argentina y las masivas movilizaciones que se dieron en el país y en la región.

–¿Cómo está viendo esa presencia masiva de mujeres en las calles?

–No sé si se puede hablar de cuarta ola o si de hecho son olas. Hay que pensar cómo periodizar estos distintos momentos. Ese trabajo hay que hacerlo y es una de las preguntas centrales de la investigación que estamos comenzando. Dicho eso, si creo que hay un momento nuevo. Una renovación. En Reino Unido hemos vivido un período de declive del activismo feminista hasta los últimos años, una especie de compromiso de aceptación del presente, la gente aceptaba y no protestaba. Feministas como yo estábamos bastante deprimidas con esa aceptación. Sentir que hubo algunos avances importantes en derechos humanos pero por otro lado, la misoginia empeoró, es más abierta, explícita. Pero ahora ya no se está aceptando. Lo vemos con expresiones como las de Ni Una Menos y campañas contra la violencia machista y la misoginia como la “Million Women Rise”, la Marcha de las Putas, distintas manifestaciones de protesta contra la cultura machista y los ajustes económicos. Y esto sucede porque hay una renovación, nuevas generaciones de jóvenes que están viendo que los logros no son tan impresionantes como esperábamos. Se están presentando nuevos actores en estas luchas. Hay un momento distinto sin dudas. Es difícil explicar por qué surge un movimiento social en determinado momento pero se pueden dar bastantes razones: con las condiciones económicas de los últimos 30 años la gente no ha experimentado progresos, y hay un sentimiento de desencanto con los mecanismos representativos, son muchas cosas que convergen en este escenario. Y las jóvenes están diciendo basta, especialmente con las oportunidades restringidas que tienen en el mercado laboral, la distribución del trabajo doméstico y el cuidado, que sigue siendo tan desigual y recae mayoritariamente sobre las mujeres, por ejemplo, después de la maternidad les cuesta reinsertarse laboralmente en los mismos niveles que estaban antes, hay muchas situaciones de discriminación que todavía persisten, algunas más obvias y otras más sutiles.

–¿En qué medida se diferencian la actual ola de activismos feministas frente a las de décadas pasadas?

–Lo más obvio es el uso del “social media”, el uso de internet y medios sociales, como herramienta novedosa de activismo, que da inmediatez y facilita la comunicación, la capacidad de coordinar acciones, la trans nacionalización de los protestas. Los movimientos ya no dependen de los medios de comunicación hegemónicos para difundir sus propias acciones. Eso es muy distinto. No sabemos si esa herramienta sola alcanza para generar la cohesión, los lazos de solidaridad, que requieren ciertos actores colectivos para consolidarse como movimiento y tener resultados a largo término. Hay algunos que argumentan que ese activismo que se llama “clickismo” lleva a acciones más individuales y fragmentadas. Y que en tiempos anteriores había más cohesión, más lazos de solidaridad. Yo no estoy tan convencida con esa visión. Cuando hay mucho escepticismo y crítica hacia los partidos políticos –no estoy hablando de Argentina en particular, sino en general– hay gente que sostiene que los movimientos deben reemplazar a los partidos políticos. Si los partidos políticos están faltando a su deber de representar se ve que la gente busca otros caminos para influir políticamente. En la historia del feminismo, por su diversidad, se ve que hay distintas maneras de hacer activismo. Yo pienso que hay que luchar en cualquier espacio, pero hay que tener una visión estratégica en función de los resultados que se buscan. Es una pregunta complicada. En realidad, se necesitan tanto movilizaciones en las calle como el trabajo para realizar los cambios que se reclaman.

–¿Cómo analiza el triunfo del Brexit? ¿Qué impacto podría tener sobre las mujeres en particular?

–El Brexit dividió a la población del Reino Unido 48 por ciento contra 52 por ciento. Fue una apuesta arriesgada del Partido Conservador, que no esperaba el resultado y no se había preparado para ello. Los Brexiteers mintieron consistentemente a lo largo de la campaña sobre los efectos positivos de salir de la Unión Europea, mientras jugaban la carta de la inmigración. Estamos siendo sacados del mercado inmediato más grande y pagaremos un alto precio por tener acceso a determinados mercados de exportación, por lo que vamos a estar en peores condiciones que ahora, las consecuencias financieras negativas serán muy serias según calculan autoridades financieras independientes. En estas circunstancias de recesión económica continuada, los recortes a los sectores del gasto público donde se concentran los empleos de las mujeres –la educación, la salud–, auspician un panorama sombrío para la población femenina.

–Las dos mujeres que llegaron al puesto de primer ministro en Gran Bretaña provienen del partido conservador. ¿Hay razones para pensar por qué se consolidaron esos liderazgos femeninos en la derecha y no en espacios políticos más progresistas?

–Esto tristemente puede ser leído como un fracaso del Partido Laborista para hacer más en función de promover a mujeres en posiciones de liderazgo. Todavía es un club de varones y se ha convertido aún más en eso bajo el liderazgo de Corbyn.

–Uno de sus primeros trabajos de investigación fue sobre el anarquismo feminista en Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX. En los archivos del Instituto de Historia Social en Amsterdam, encontró una joya que la deslumbró: la colección de ejemplares del periódico anarquista La Voz de la Mujer.  Dijo que “Descubrir esos archivos fue un momento hermoso”. ¿Por qué le interesaba el tema?

–Por la precocidad de ese periódico La Voz de la Mujer que fue tan radical en 1896 en Argentina. Las editoras hablaban de la sexualidad, de la opresión que vivían por su condición de mujeres, de la necesidad de promover la igualdad entre hombres y mujeres. Me interesó cómo Argentina con su extenso movimiento anarquista, tenía esa corriente feminista adentro. Fue algo raro en el continente en ese momento. Y más similar a lo que estaba pasando en partes de Europa, sobre todo España. Me interesaba la comparación y las condiciones que llevaron a tener ese tipo de influencia en el discurso político argentino de esa época. Ver que la palabra feminista se usaba en esa época. No solo en ese periódico feminista, sino que hubo debates, bastante anti feminista también de algunos hombres anarquistas.

–¿Qué puntos en común encuentra con los feminismos en Chile, Uruguay y Argentina?

–Esa es la investigación que estamos armando. Esas respuestas las podré dar cuando terminemos. Los tres países con sus distintas formas de estado, cultura políticas y formas de organización del feminismo, son un terreno fructífero para hacerse las siguientes preguntas: ¿pueden los feminismos de los tres países periodizarse de la misma manera o no? ¿Cuáles son las diferencias en cómo se relacionan las feministas con el Estado, y con qué resultados? Es notable que en el caso de Argentina un país de medianos ingresos que, sin embargo, no pudo consolidar una institucionalidad de género a largo plazo, y sus logros en términos de igualdad de género son menos significativos que por ejemplo Uruguay. Lo que se puede ver es que los tres países empezaron con movimientos feministas en el siglo XIX. Es interesante ver con qué Estados dialogan, es fascinante ver como feminismos de varios tipos evolucionaron con distintos aliados, con qué efectos y qué tipo de relaciones se dan entre Estados y sociedades. Es muy interesante la Argentina con su periodo de peronismo clásico, hay muy interesantes discusiones sobre el legado de Evita y qué tipo de intervención hizo en relación a los derechos de las mujeres, cuando ella no era feminista, y tenía una idea tradicional y conservadora de la mujer, pero, sin embargo, impulsó algunas de las demandas del feminismo, como el voto femenino, que antes habían promovido las socialistas, y derechos sociales, hizo cosas importantes para la clase trabajadora. Aunque es una figura controversial. Los tres países vivieron la tragedia de las dictaduras militares, y a través del movimiento de derechos humanos muchas feministas pudieron impulsar cambios, con logros importantes.

–La agenda de las últimas décadas del movimiento de mujeres estuvo muy anclada en la Argentina en la problemática de la violencia de género y la demanda por los derechos sexuales y reproductivos, y particularmente la despenalización del aborto. Pero el tema del aborto no se ha logrado discutir todavía en el Congreso. ¿Cómo hay que mirar esa imposibilidad?

–Es uno de los derechos fundamentales la posibilidad de controlar el cuerpo de las mujeres. Porque históricamente no tener ese derecho ha generado que muchas mujeres recurran a abortos inseguros con altas tasas de mortalidad y morbilidad de mujeres por gestación. Por eso es una cuestión de vida o muerte. No es secundario. Quienes se oponen son las fuerzas conservadoras que han ganado fuerza en el debate. Es un proceso internacional que excede a la Argentina. En América latina, sobre todo en América Central, tienen las leyes más restrictivas de acceso al aborto y esa situación es aún más grave teniendo en cuenta la crisis del Zica.

–Frente a las movilizaciones de mujeres que se han dado en la Argentina, hay hombres que se preguntan qué lugar deben ocupar ellos…

–Los hombres deben ser solidarios con las mujeres en todos los espacios. Si quieren marchar, a mí no me molesta. Pero me entristece el poco interés que tienen, en general, sobre las temáticas de género, la historia del feminismo, nuestras luchas.

–¿Por qué todavía es visto el feminismo como lo contrario del machismo, como un extremismo, en lugar de ser entendido como un movimiento que apunta a lograr la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres?

–Hay un prejuicio cultural alimentado por quienes se oponen al feminismo, y se ocupan de denigrarlo. Quizás esto tiene que ver con el proceso de que el feminismo pasa a ser parte del sentido común y de la cultura pública, aparece en la TV, en las revistas, etc. En muchas reuniones surge ese cuestionamiento y yo respondo, cada vez que me lo dicen: si dirían lo mismo en un debate sobre racismo. No me dirían lo mismo. Entonces es un prejuicio hacia las reivindicaciones de las mujeres. Sin embargo, un fenómeno nuevo es que estamos viendo en Inglaterra gente famosa que se declara feminista, incluso, ciertos hombres, y eso es muy interesante. Espero que esto no sea un momento pasajero, sino un signo de un cambio cultural duradero.

Fuente de la entrevista:  https://www.pagina12.com.ar/28109-con-el-movimiento-de-derechos-humanos-muchas-feministas-pudi

Fuente de la imagen: https://images.pagina12.com.ar/styles/focal400x300/public/2017-03/na17fo01_23.jpg?itok=RxicoFd

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La igualdad empieza en nosotras

Agustín Moreno

El 8 de Marzo de 2017 pasará seguramente a la historia por la dimensión internacional que tuvo y, sobre todo, por las masivas movilizaciones por la igualdad y contra la violencia de género. Por primera vez se convocaba un paro a nivel mundial el 8 de marzo por mujeres de cuarenta países. Su movilización y protagonismo está creciendo desde que las argentinas se echaron a la calle en 2015 con su “¡Ni una menos!”; después han seguido en otros países como México, Perú y Brasil contra el feminicidio y las violaciones. También en la India o en Turquía, en Polonia contra el ataque al derecho al aborto, en Francia defendiendo la igualdad salarial frente a los recortes del gobierno. O en Estados Unidos nada más ser elegido Trump por su actitud reaccionaria, machista y racista.

Con el paro del 8-M se intentaba visibilizar la importancia social de las mujeres en la reproducción, la producción y los cuidados, y plantear sus demandas de igualdad, de rechazo de la sobreexplotación y de todo tipo de violencias. Las mujeres han decidido que no van pagar la crisis económica y no van a permitir que se recorten sus derechos y los avances conseguidos tras mucha lucha por la oleada neoconservadora que vive el mundo.

No hay datos agregados del paro y es difícil de medir su dimensión porque afectaba a todo tipo de actividades, pero a tenor de la asistencia a las manifestaciones, la jornada fue un éxito. El periódico El País titulaba en primera página –eso sí, debajo de la remontada del Barça- que habían participado cientos de miles de personas en el mundo. Sólo en Madrid hubo cientos de miles de personas, en la manifestación más grande en mucho tiempo, que recordaba las grandes marchas contra la guerra de Irak. Ya en 2016 fue impresionante la manifestación de Madrid, cuando las organizaciones convocantes decidieron pasar de la estrecha calle Atocha, donde tradicionalmente se realizaban, a desfilar por las grandes avenidas, el Paseo del Prado el año pasado, en 2017 en la calle Alcalá y Gran Vía. El País devaluaba la manifestación, pero al menos decía algo, y es que ha sido una vergüenza el apagón informativo de una manifestación que algunos han llegado a cifrar en un millón de personas. Gracias a algunos medios digitales como cuartopoder.es, se ha aportado objetividad a lo sucedido.

Nada pasa por casualidad. La gran afluencia a la manifestación la explica el gran trabajo que se viene haciendo desde hace años. También había circunstancias especiales en esta ocasión. En dos meses de 2017 asesinaron a una veintena de mujeres, según uno de los observatorios más objetivo sobre el tema. Por eso un grupo de mujeres mantuvo una huelga de hambre de 27 días hasta las vísperas del 8 de Marzo. Se desconvocó ante el compromiso de los partidos políticos de crear una subcomisión parlamentaria y abordar la negociación de un Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Hay una gran ofensiva de un patriarcado porque cuando se siente acorralado en sus privilegios, reacciona violentamente. Los avances en la liberación y en la mayor igualdad de las mujeres tienen que ver con este repunte de la violencia extrema y la agresividad en las redes sociales contra el feminismo.

Desgraciadamente la violencia no cesa. A algunos les resulta cansino que se hable de ello, pero lo que realmente colma el vaso es que sigan asesinándolas A modo de ejemplo, veo dos noticias cuando escribo estas líneas que son espeluznantes: Detienen a un violento individuo cuando pretendía agredir a su expareja armado con un machete en Calasparra y Detenido un hombre en Tetuán por dar 10 martillazos en la cabeza a su pareja. Pasa todos los días. A veces hay suerte y la intervención policial o de los vecinos impide la desgracia, pero no siempre.

Es importante un Pacto de Estado, las medidas judiciales y policiales, las ayudas económicas, laborales y psicológicas a las víctimas. Pero el tema es más de fondo y hay que dudar sobre si habrá recursos suficientes para evitar lo que se debe calificar como terrorismo machista. La cuestión es, como decía Iñaqui Gabilondo, ¿qué telarañas tenemos los hombres en la cabeza? Cambiar la mentalidad machista coloca a la educación en primer plano.

Nuestra experiencia en el instituto Villa de Vallecas es muy interesante. Llevamos años trabajando el tema de la igualdad, cada vez con un enfoque diferente: el trabajo y la igualdad, la violencia de género, desmontando mitos del amor romántico, los micromachismos, etc. Elaboramos un dossier anual, se organizan talleres, se empapela el centro y se montan instalaciones, videoarte, lectura de poemas, etc. Los platos fuertes son las charlas de una hora que dan grupos de alumnas y alumnos mayores a todas las clases de 1º y 2º de la ESO. Es una concienciación de ellas y ellos mismos en cascada. Un aprendizaje entre iguales que ya está dando sus frutos. En la mesa redonda de cierre del día este año participaron mujeres del grupo “Ve la Luz”, que apoyó la huelga de hambre de Sol, y una feminista histórica. El debate posterior fue muy rico e intenso.

En un centro con esta sensibilización, no es extraño que trescientos alumnos de los cursos superiores participasen en el paro simbólico convocado a nivel mundial. No nos engañamos, sabemos que nos queda mucho trabajo por hacer, pero estamos orgullosos del alumnado y del trabajo en valores que se realiza en la enseñanza pública. Es nuestra pequeña aportación para avanzar, poco a poco, en la formación de una ciudadanía con la conciencia clara de que la igualdad empieza en nosotras, las mujeres, y todas las personas de bien.

Fuente del articulo: https://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/2017/03/18/la-igualdad-empieza-nosotras/1886

Fuente de la imagen:https://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/files/2017/03/Manifestacion-8-marzo-Gran-Via.jpg

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El derecho a la educación para las mujeres en Colombia

Colombia/13 mazo 2017/Fuente:Radio Santa Fé

A propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, es importante reflexionar acerca de la lucha histórica de las mujeres trabajadoras en el mundo por lograr condiciones de igualdad laboral, social, política y cultural.

Al respecto, la Constitución de Colombia consagró como principios fundamentales el respeto a la dignidad, igualdad y no discriminación, con base en esto el Estado debe garantizar el goce efectivo de estos derechos para las mujeres.

Bajo esta perspectiva, en esta oportunidad me ocupo de analizar los avances reales en materia del derecho a la educación de las mismas, partiendo de la base que la educación es un determinante fundamental para la disminución de las brechas existentes entre hombres y mujeres, en este sentido los resultados de los últimos años registran un mejor desempeño frente a la población masculina tales como disminución tasa de alfabetismo, años promedio de educación y acceso o cobertura.

La última gran encuesta integrada de Hogares, indica que la tasa de analfabetismo de personas entre 15 y 24 fue del 2.2% para los hombres y del 1.3% para las mujeres, en el total de la nacional, lo que es más, en este mismo rango de edad el promedio de años de educación para las mujeres se ubicó en 9,7 años, mientras que para los hombres fue de 9,1 años, lo que representa un 0.6 puntos porcentuales por encimas del promedio masculino. En cuanto a la cobertura bruta en educación básica y media, se registró una diferencia de 2,7 puntos porcentuales a favor de las mujeres en el país.

Otra situación diferente, “es la relacionada con el análisis de los resultados en las pruebas de Estado nacionales e internacionales, se presenta una desigualdad importante en la tendencia de los logros académicos alcanzados por hombres y mujeres, principalmente esta diferencia se presenta en las áreas de matemáticas y ciencias naturales donde las mujeres en promedio obtuvieron 2,5 puntos porcentuales menos que los hombres, por otra parte en términos de permanencia, aunque las mujeres presentan menores tasas de deserción en algunos niveles, una de las causas que generan mayor deserción en las mujeres es el embarazo adolecente 54,3%, trabajo doméstico y actividades asociadas al cuidado de niños, ancianos, enfermos 55,7% y desplazamiento forzado”.

Según al Sistema nacional de Educación Superior, del total de los estudiantes matriculados, el 52,3% son mujeres y el 47,7% son hombres, según el área del conocimiento la mujeres se inclinan en mayor proporción por las ciencias económicas, administrativas y contables con el 31.1%, seguido de ciencias sociales y humanas con un 19,42%, situación que se refleja en lo que han llamado los expertos la feminización en carreras de las áreas de la salud y ciencias de la educación, en las que las mujeres representan un 67,5% y 63% respectivamente.

Situación contraria se presenta en la formación pos gradual, 46,9 maestrías y doctorados 35%, la participación de las mujeres es menor que la de los hombres. Es de resaltar también que 78,2% de los docentes del país en educación básica primaria, son mujeres, en educación secundaria y media es el 50,5% y el 34,8 de educación universitaria, se demuestra la predominancia de los hombres como maestros universitarios, lo que refuerza aún más la división según género del trabajo, que se encuentra directamente relacionado con la discriminación salarial de las mujeres.

Con todo y lo anterior, es necesario reclamar al gobierno Distrital y Nacional, que los lineamientos para la política pública de equidad de género y plan de igualdad de oportunidades, contemple las acciones afirmativas, para seguir contrarrestando las condiciones de inequidad que se presenta en la educación sobre todo en los niveles de preescolar y educación superior, con el propósito de conjugar el derecho a la diferencia, con la igualdad en los derechos, para todas las mujeres colombianas de todos los grupos y sectores sociales sin distinción alguna para las niñas, adolecentes, jóvenes y adultas. Y de esta manera construir una sociedad más equitativa, incluyente prospera y democrática.

Fuente:http://www.radiosantafe.com/2017/03/10/el-derecho-a-la-educacion-para-las-mujeres-en-colombia/

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Las mujeres, por delante en la escuela, por detrás en el trabajo

Por: Elena Simón

El acceso de niñas y jóvenes a la educación es indudable, ahora hay un nuevo reto, que haya un correlato con el nivel de empleo, de remuneración y de reparto de tiempos.

El desequilibrado reparto de bienes, riquezas, poder, voz, tiempos y espacios entre hombres y mujeres de todo el mundo, la falta de reconocimiento hacia las mujeres y el déficit de representación cultural, social y simbólica, hace que no progresemos adecuadamente hacia la igualdad, aunque existen algunas condiciones materiales e ideológicas que han hecho cambiar la vida de millones de mujeres en este mundo de hoy tan multicomplejo y difícil de escudriñar.

La filosofía de los derechos humanos referida a las mujeres ha dado la vuelta a un discurso de misoginia y de machismo institucionalizado, reglamentado y legalizado. Solo le ha dado la vuelta al discurso, porque las prácticas y las conductas, los pensamientos y los actos, las relaciones y las costumbres, en todas las culturas del mundo, siguen siendo androcéntricas, sexistas, misóginas y machistas.

Sabemos que para que cambie algo ha de extenderse un nuevo pensamiento y el de las mujeres y hombres feministas es aquel al que me refiero, en toda su pluralidad y en toda su amplitud. La extensión de las nuevas cosmovisiones de lo humano han estado presentes en todos los estadíos de evolución de la humanidad y han hecho posible con su insistencia que se pusiera en solfa el esclavismo, la servidumbre, el colonialismo o la explotación. Con estas nuevas ideas en cada tiempo y lugar, acumuladas aquí y ahora, en el planeta multicultural y globalizado, vivimos vidas muy distintas a las que nos precedieron.

¿No siempre para bien? Ciertamente. Depende del lado del mundo en el que te halles: en cuanto al territorio, a las religiones, a la riqueza, a la raza y etnia, al sexo y al género, al conocimiento. Pero lo que sí es cierto es que hemos avanzado enormemente en la descalificación de la idea de “inferioridad natural” de algunos seres humanos respecto a otros: los negros, las mujeres, los pobres, las personas discapacitadas, etc…

Pero hemos avanzado y podemos señalar y exigir su corrección -incluso ante la ley- de los discursos y las prácticas de sometimiento, de la misoginia y del machismo, del desprecio y persecución de algunas poblaciones.

En este avance tiene un papel fundamental el acceso a la alfabetización, al conocimiento, a la capacitación para diversas tareas que nos permitan ganar nuestra vida sin ser burros de carga u objetos útiles para quienes tienen poder y dinero. En este atisbo de avance tiene un papel fundamental la escolarización, considerada esta como un bien que ha de alcanzar a todas las gentes de mundo. Este es uno de los objetivos del milenio, incumplido en su totalidad, por supuesto, pero colocado en el punto de mira del bienestar y de la justicia, como uno de sus pilares fundamentales.

El acceso masivo de las niñas y las jóvenes a la escolarización cambiará el mundo a medio y largo plazo. Ellas ya no podrán ser consideradas como simples objetos de transacción ni como simples máquinas sexuales y reproductivas. La educación prolongada abre las perspectivas de proyectarse hacia el exterior y alimenta la libertad de pensamiento y de elección.

Este proceso está siendo demasiado largo y lleno de obstáculos y dificultades, de palos en las ruedas, de piedras en el camino, de asesinatos y castigos para las que vayan un poco más rápido o un poco más lejos de lo que estaba previsto. Pero, al mismo tiempo, está abriendo puertas y ventanas para las niñas y las jóvenes. Puertas y ventanas de diversa índole según en qué posición se halle cada una de ellas respecto a la igualdad: oportunidades, condiciones, trato, ejercicio efectivo de los derechos humanos, acceso a bienes y servicios, posibilidades de trasgresión de los preceptos patriarcales.

Pero, cabe considerar aquí que en unos cincuenta años, la proporción de niñas escolarizadas y de jóvenes universitarias no ha hecho más que crecer respecto a sus iguales los varones y en todo el mundo. Y, sobre todo, ha hecho que se considere bueno para ellas y para sus familias, sociedades y países. Para lograr esto hubo que esperar, presionar, trabajar y hasta luchar e inmolarse durante siglos. Pero una vez que se abrieron las compuertas, las niñas y las jóvenes están respondiendo con competencia y motivación a las oportunidades educativas y de titulación. Hoy día ya son más de la mitad de la población universitaria en gran parte del mundo, del mundo que les permite entrar en la Universidad. Eso indica que han sido buenas estudiantes también en los estadíos de Primaria y Secundaria.

Y, ahora tenemos una nueva meta y un nuevo reto: conseguir que este óptimo nivel de escolarización, de cualificación y de especialización tenga su correlato en un óptimo nivel de empleo, de remuneración y de reparto de tiempos de trabajo, de cuidados y lúdicos. Las mujeres de este mundo, como seres humanas y completas debemos ser acreedoras de respeto, solidaridad y reconocimiento y que los trabajos que realizamos sean considerados de igual categoría que los masculinos. Asignatura pendiente para el siglo XXI.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/09/las-mujeres-por-delante-en-la-escuela-por-detras-en-el-trabajo/

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SEP y OCDE promueven iniciativa de educación para niñas mexicanas

México/12 enero 2017/Fuente: Televisa News

La SEP y la OCDE arrancarán un programa para promover la equidad de género y el empoderamiento económico de las mujeres en México, encaminando a las niñas mexicanas a estudiar carreras con las habilidades que el mundo está demandando.

El programa se llama “Niñastem pueden”; STEM son las siglas en inglés de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Como parte de este programa Niñastem, un grupo de mujeres científicas mexicanas darán pláticas en escuelas de nivel básico para dar ejemplo a las niñas sobre sus actividades para inspirarlas.

“Es un asunto de estereotipos, es un asunto donde quizás, sin saberlo las madres, padres, profesores, jefes en el trabajo, alientan un cierto modelo, la cuestión de que a las Mujeres les toca cierto tipo de profesiones”, destacó José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

El secretario de Educación Pública reconoció a las mujeres que siendo profesionistas también hacen trabajo en el hogar.

“Mi mamá es antropóloga, historiadora, profesora de tiempo completo en la UNAM, y lo era desde que yo nací y desde que yo nací ella trabajó como académica y gracias a eso yo pude salir adelante. Estamos impidiendo que muchas mujeres lleguen a las posiciones que mejor están pagadas. Algo en lo que estamos interesados en la SEP es a romper con estos patrones que marcan esta desigualdad estructural. Se está cortando con la vocación que muchas mujeres pueden tener, que les gusta la ciencia, la tecnología”, dijo el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño.

Por la mañana el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño encabezó una ceremonia por el regreso a clases.

En la escuela primaria “Siete de Enero” en la delegación Álvaro Obregón, saludó a los niños, recorrió las instalaciones, les regaló tres libros a los estudiantes.

Además, se reunió con directores de escuelas que han presentado las evaluaciones docentes.

Les explicó que las nuevas evaluaciones consistirán en desarrollar un proyecto al interior de la escuela, que la evaluación de conocimientos durará menos tiempo y podrá ser más cerca de sus domicilios. Ahí les pidió a los maestros sugerencias.

“¿Cuál es la carga administrativa burocrática más pesada? ¿Qué me sugerirían que dejáramos de pedir como autoridades educativas o que limitáramos de lo que les piden de todos lados?, porque el problema es que todo el mundo les pide información a las escuelas, ¿qué es lo que verdaderamente útil?, yo los quiero felicitar por esa vocación, por ese esfuerzo, que a pesar de las dificultades, de los retos en los que tienen que operar, de carencias económicas, dificultades en sus comunidades, con sus padres de familia hacen un extraordinario esfuerzo”, señaló el titular de la SEP, Aurelio Nuño.

Dijo que vienen tres cosas importantes en torno al modelo educativo: las adecuaciones a los planes de estudio, la elaboración de nuevos libros y materiales educativos y capacitación a maestros sobre el nuevo modelo educativo.

Fuente: http://noticieros.televisa.com/ultimas-noticias/nacional/2017-01-09/sep-y-ocde-promueven-iniciativa-de-educacion-para-ninas-mexicanas/

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