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Myanmar: Ciudadanos de ninguna parte

Asia/Myanmar/22 Agosto 2019/El país

Desde inicio del éxodo de los rohingyas, su situación como refugiados sigue siendo preocupante

Jannatul Firdous, de cinco años, está sumida en sus pensamientos. ¿Cómo describir el significado de su nombre? Jannatul Firdous significa cielo –el mejor cielo– un significado profundo, la niña lo sabe y quiere hacerlo bien. “El cielo es un lugar donde los niños pueden jugar”, empieza la pequeña mientras su mamá Salima, de 26 años, la mira con una dulce sonrisa. “Hay muchas flores”, continúa. “Hay un gran estanque de agua. El cielo es un lugar feliz”.

Jannah a menudo se traduce en el Corán como “cielo”. Jannatul Firdous es el nivel más alto de cielo del Islam.

El campamento 13 en Myanmar, donde ahora vive Jannatul, no es el cielo y dista mucho de serlo. Los niños juegan en la tierra, levantando un polvo que flota en el aire caliente de la tarde. Está muy lejos del exuberante y verde campo que rodeaba la casa de la que huyó en Myanmar; tal vez sea de ahí de donde provenga su idea del cielo. Aquí no hay estanques y Jannatul debe cargar agua en contenedores pesados desde una toma de agua relativamente cercana, por una escalera empinada hasta el refugio improvisado de su familia.

Jannatul vive en el campo de refugiados más grande y densamente poblado del mundo, en Cox’s Bazar, Bangladesh. De su casi un millón de residentes, más de la mitad son niños. La mayoría de las personas aquí son rohingya, un grupo perseguido, predominantemente musulmán y una minoría de Myanmar, que ha sufrido discriminación en su país durante varias décadas, incluyendo la denegación de la ciudadanía.

El campamento 13 es uno de los 33 subconjuntos dentro del megacampamento. Es un espacio superpoblado, hogar de 41.000 personas, ciudadanos de ninguna parte, la antítesis del lugar feliz con el que sueña Jannatul.

Refugiados de segunda

Jannatul y su madre van de un lado a otro por el campamento de refugiados. El 55% de sus residentes son menores.
Jannatul y su madre van de un lado a otro por el campamento de refugiados. El 55% de sus residentes son menores. JON WARREN WORLD VISION

Las niñas y las mujeres llegaron a Bangladesh con cicatrices físicas y emocionales que probablemente nunca terminarán de curarse. Un informe de la Alta Comisión para los Refugiados de Naciones Unidas en 2018 titulado Cultura, contexto y salud mental de los refugiados rohingya detalla cómo las mujeres sufrieron abusos, fueron violadas y obligadas a prostituirse en Myanmar.

Cuando estalló la violencia en su aldea, en agosto de 2017, la familia de Salima se separó: «Jannatul acabó conmigo, pero no sabía qué había pasado con mi esposo y mis otros hijos», dice su madre. «Más tarde, los vi muertos». Mohamed, de 30 años, recibió un disparo; su hijo, Hafej, de 2 años, y su hija, Kalima, de 1 año, también fueron asesinados. Su expresión se nubla de dolor mientras lo cuenta. En un momento del relato Salima extiende su teléfono para mostrar una foto de Kalima y Hafej, sonriendo junto a su hermana mayor, Jannatul.

¿Por qué los rohingya no son refugiados comunes?

En 1982, Myanmar aprobó una ley que excluía a muchas etnias de la condición de raza nacional oficial. Como resultado, a los rohingya se les negó la ciudadanía, lo que les convirtió en uno de los grupos de apátridas más grande del mundo, y se les sometió a restricciones en el matrimonio, el tamaño de la familia, el empleo, la educación, la elección religiosa y la libertad de movimiento. Por poner un ejemplo, en algunas ciudades del norte de Myanmar, a los rohingya se les permite tener solo dos hijos.

Ante esta situación miles de personas se vieron obligadas a huir a Bangladesh, donde están más seguros y tienen más libertad pero se enfrentan a restricciones por parte de un país que no es signatario de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Refugiados de 1951 y, por lo tanto, no les reconoce como refugiados. Sin la condición de refugiado legal, los rohingya en Bangladés no pueden trabajar, vivir fuera de los campamentos o emigrar a otros países. Los niños no pueden ir a la escuela; y las mujeres y los menores son objeto de abuso, como la trata de personas, el trabajo infantil, el matrimonio infantil, la violencia de género y otras formas de explotación.

Espacios Seguros para Niños

Jannatul llega a uno de los espacios seguros para niños, lo más parecido a un colegio que pueden tener.
Jannatul llega a uno de los espacios seguros para niños, lo más parecido a un colegio que pueden tener.JON WARREN WORLD VISION

Situado en el corazón del campamento, el Espacio Seguro para Niños al que acude Jannatul es un centro alegre, a menudo ruidoso, pintado de un color naranja chillón. Fueron los propios menores quienes decidieron llamar a este espacio –Surjoful– en honor de algo simbólico que dejaron en Myanmar: los girasoles. Según sus profesores, Jannatul sencillamente brilla en este espacio cuando tiene la oportunidad de cantar, bailar o recitar pequeños poemas.

La pequeña es una de las favoritas del personal, nos confiesa su maestra, Farjana Faraz Tumpa, de 20 años. Algunos niños prefieren quedarse con sus madres, aún son muy pequeños y necesitan sentirse acompañados por un familiar, aunque sea haciendo cola para recibir la ayuda diaria. Pero Jannatul no se pierde ni un día de “cole”, porque estos centros son lo más parecido a un colegio que estos menores han visto en muchos meses.

El 55% de los refugiados rohingya son menores. Niños y niñas que se enfrentan a diario a la violación de sus derechos; violencia física y sexual, explotación, matrimonio infantil, problemas psicosociales y de salud mental, trata y secuestro de niños, trabajo infantil y un largo etcétera. Niños de segunda, niños de ninguna parte e invisibles para el mundo.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/08/15/3500_millones/1565888791_003001.html

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Entrevista a Henrietta H. Fore, directora ejecutiva de Unicef: “Muchos niños no son invisibles, están delante de nosotros, pero no podemos ayudarles sin fondos”

Entrevista/Autora: Alejandra Agudo/Fuente: El país

Henrietta H. Fore, directora ejecutiva de Unicef desde enero de 2018, pide a los Gobiernos del mundo que «asuman su responsabilidad» en la protección de la infancia

Los siete directores ejecutivos que ha tenido el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) desde su creación en 1947 han sido estadounidenses, es decir, ciudadanos de uno de los únicos dos países del mundo —Estados Unidos y Sudán del Sur— que todavía, tres décadas después de su aprobación, no han ratificado la Convención de los Derechos del Niño. También lo es Henrietta H. Fore, quien asumió el cargo en enero de 2018 y cree que su país se acabará adhiriendo al tratado internacional, el primer instrumento jurídicamente vinculante que reconoce a los niños y niñas como agentes sociales y titulares activos de sus propios derechos. Así lo ha expresado durante una entrevista en Madrid, ciudad en la que ha estado de paso antes de partir hacia Palma de Mallorca para participar en la III Conferencia Internacional de Escuelas Seguras.

Hasta que asumió su nueva posición, Fore era la máxima ejecutiva de la empresa familiar cuyo nombre corresponde a la H de su primer apellido, Holsman International, una compañía de inversiones. Con dilatada experiencia también en el sector público, destaca en su currículo que fue la primera mujer en ser nombrada administradora de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y directora de ayuda exterior en el Departamento de Estado. Ocupó ambos cargos entre 2006 y 2009. «Además, llevo décadas trabajando en desarrollo y asistencia humanitaria. Así que conozco lo que sucede en el mundo y me importa», apostilla.

En el año y medio que ha estado a los mandos del tercer mayor organismo de la ONU en cuanto a presupuesto, Fore ha detectado cuatro grandes desafíos.

«Uno de nuestros mayores retos es plantar las semillas del desarrollo en situaciones de emergencias. Un ejemplo: cuando estuve en Sudán del Sur, vi que necesitaban agua. En ese momento, se transportaba en camiones alrededor de Juba y nos costaba alrededor de un millón de dólares al día, hasta que Alemania no dio algo de dinero para instalar una tubería que llevaría agua hacia la ciudad. El agua es algo que necesitas desde el primer día de una crisis. Pero también lo necesitarás para siempre. Así que esa tubería significaba un desarrollo a más largo plazo», explica.

El segundo reto es, en su opinión, que haya más clínicas comunitarias de atención primaria. «No debe suceder que una madre o un padre que lleve a un niño enfermo en sus brazos no pueda llegar a un centro de salud el mismo día. En muchos lugares del mundo, tienen que caminar dos o tres días antes de poder encontrar uno; debemos cambiar eso, salvaríamos miles de vidas cada año», argumenta.

En tercer lugar, Fore sitúa la necesidad de innovar para mejorar la vida de los niños.»Tenemos que estar atentos a lo que hacen las empresas privadas, a todas las innovaciones que tienen, ya sean digitales o de productos, así como plataformas de servicios, que podrían contribuir a que lleguemos y ayudemos a más jóvenes». Menciona en este capítulo los programas de Unicef para llevar vacunas con drones a zonas remotas.

Para Fore, el cuarto reto es asegurar que los jóvenes entre 10 y 24 años acceden a una educación secundaria moderna. «Que les conecte con empleos», anota. «Necesitan formación en comunicación, emprendimiento, en habilidades ocupacionales para ser sastres, reparadores de teléfonos móviles, ingenieros, médicos o enfermeros. Requieren también de conocimientos digitales. Tenemos que defender a esta generación. Hay 1.800 millones de jóvenes, son el grupo de edad más grande del mundo hoy día. Es extremadamente importante», detalla.

A este cuarteto de retos, Fore suma, según transcurre la conversación, un quinto: «Debemos repensar lo que estamos haciendo en relación con el clima y lo que podríamos hacer si los jóvenes tuvieran poder para cambiar las cosas. El tiempo se está acabando: hay sequías por todo el planeta y 160 millones de niños se ven afectadas por ellas, a menudo están desnutridos, perdemos sus vidas. Las inundaciones son también muy duras: 300 millones están en riesgo por ellas porque destruyen los sistemas de saneamiento y de agua potable, lo que provoca brotes de cólera o diarreas. Y luego la contaminación del aire es uno de los mayores asesinos de niños: 200 millones viven en ciudades en las que los niveles son seis veces más altos de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud; lo que sucede entonces es que los tejidos del cerebro no se forman de manera adecuada».

Pregunta. Afirma que uno de los principales retos de Unicef es implementar programas de desarrollo durante las crisis humanitarias. ¿Cómo se hace en países donde no desean soluciones permanentes para que los refugiados y desplazados no se asienten definitivamente?

Respuesta. Tratamos de trabajar en el marco de las políticas y programas del Gobierno de cada país. En algunos, como el caso de Líbano, que quiere que todo sea temporal para que los refugiados sirios regresen a su país, negociamos para, al menos, expandir el sistema escolar. Se decidió establecer un doble turno en las escuelas. Luego empezamos a trabajar con los maestros pues hacían falta más para lograr una mayor cobertura, de tal modo que los niños accediesen a la educación, que es extremadamente importante.

P. En contexto de reducción de fondos y atención concentrada en un puñado de crisis, ¿nos estamos olvidando de demasiados niños?

R. Sí. Y los medios de comunicación son muy importantes en este sentido. Sin ellos, no podemos obtener fondos. El año pasado logramos recaudar la mitad de lo que se necesitaba a nivel global. Esto significa que hay muchos a los que no llegamos. Ni siquiera son invisibles, están justo delante de nosotros, pero no podemos ayudarlos porque no tenemos los fondos, la comida, nada… para hacerlo. También hay muchas crisis olvidadas, sobre todo en países pequeños de África, porque nos centramos en los lugares que están en las noticias. Pedimos a los periodistas que viajen, que cubran todos esos lugares que necesitaban atención; como Burkina Faso, que se está deteriorando rápidamente; Malí, donde ahora entran los terroristas; Chad…

P. De entre todos los niños invisibles, las niñas se llevan normalmente la peor parte. ¿Qué trabajo realiza Unicef para promover la igualdad de género en su labor humanitaria y de desarrollo?

R. Es importante conocer las costumbres y tradiciones de la población local, pero a la vez hay que asegurarse de que las niñas reciban educación. Si no, no podrán ganarse la vida, ni convertirse en líderes o tener voz. Es muy importante que ayudemos a las chicas. Y continuamente repetimos que no debería haber matrimonio infantil ni mutilación genital femenina.

P. El acceso a la educación es más difícil cuando los colegios dejan de ser espacios seguros para la infancia. Ha venido a participar en la III Conferencia sobre escuelas seguras. ¿Cuál es su propuesta para prevenir los ataques a los centros escolares?

R. Todos deberíamos respetar la Convención de Ginebra y los derechos de los niños. Esto quiere decir que no se bombardean escuelas, ni hospitales o centros de salud. Esto significa no permitir que se secuestren niños o se trafique con ellos. Ningún niño debe ser un soldado. Es responsabilidad de todo el mundo mantenerlos a salvo. Es nuestro deber. En muchos países, son atacados o violados en su camino hacia y desde la escuela. Debemos detener esa violencia para que sea seguro para una niña caminar a su colegio sin riesgo de ser violada en el trayecto. También tenemos que enseñar a los niños a protegerse en Internet. Hay mucho acoso y engaños sexuales a través de las redes. No podemos proteger a los niños de todo, pero podemos educarlos e informarles sobre cómo hacerlos ellos mismos.

P. ¿Es efectivo que los países firmen acuerdos, tratados, convenciones para proteger a la infancia a la vez que venden armas a países que atacan a la población civil o reclutan niños soldado?

R. Esto es algo en lo que trabaja intensamente la ONU. Antonio Gutiérrez, nuestro secretario general, habla con todos en este sentido; y todas las agencias se pronuncian al respecto. Pero hay algunas particularmente enfocadas en este asunto. Deseamos un mundo de paz. Es lo que necesitan los niños.

P. Como mujer de negocios, ¿cómo planea convencer a los donantes de que apoyen su trabajo para mejorar la vida de los niños?

R. Tenemos que seguir hablando de ellos. Los donantes deben comprender que realmente los niños son el futuro. A medida que nos hacemos mayores, nos darnos cuenta de que nuestras vidas no son tan importantes como las de los niños. Y si podemos conseguir que crezcan sanos, fuertes y bien educados, quizás crearán un mundo mejor del que les estamos dejando. Pero tenemos que esforzarnos al máximo mientras somos los líderes del planeta, para dejarles un mundo más seguro, pacífico y próspero. Es difícil. El contexto es muy complejo, respondemos a unas 300 emergencias al año, y son más largas, más profundas y más graves que en el pasado. Una crisis que antes duraba dos o tres meses, ahora se prolonga durante cinco o más años; y son más mortales. La ONU y entidades como Unicef son las que están manteniendo a la gente con vida en lugares como Yemen, Siria o Sudán del Sur. No debería ser así, debería ser responsabilidad de los Gobiernos cuidar de su propia gente.

P. ¿Y el sector privado?

R. Creo que va a ser una aliado clave en el futuro. Las empresas nos pueden ayudar de muchas maneras. Las invito a unirse a Unicef porque eso significará una vida mejor para los jóvenes. Por ejemplo, una de las innovaciones que estamos implementando es el registro de nacimientos a través de los teléfonos móviles.

P. En la aplicación de estas tecnologías, normalmente, con socios del sector privado, ¿se plantean qué sucede con la privacidad de los beneficiarios?

R. En este caso, no. Todos necesitamos un registro de nuestro nacimiento, un nombre, una identidad y una ciudadanía. Solo así, los niños pueden ir a la escuela y tener acceso a servicios de salud. Muchos de nosotros, que nacemos en hospitales, a menudo obtenemos ahí nuestro certificado de nacimiento. Pero el hecho de que se pueda hacer con un teléfono móvil es tan beneficioso que los padres están encantados, porque a veces es la única forma. Si no, tendrían que caminar dos días para llevar a sus hijos a una oficina pública, a menudo sobrecargada de trabajo, donde probablemente solo se tomaría una foto del niño para introducir sus datos en el sistema. Entonces, ¿por qué no hacerlo de forma remota?

P. En la Agenda 2030 de la ONU hay varios objetivos que llaman a mejorar la situación de la infancia para esa fecha. ¿Cree que se lograrán?

R. Trabajamos duro para conseguirlos, aunque nos preocupa no alcanzar todos ellos. Solo se lograrán avances si el sector privado y la sociedad civil organizada se alían con los organismos multilaterales y los gobiernos locales. En los últimos 30 años se han producido muchos progresos: se ha reducido a la mitad la cantidad de niños que mueren durante el parto, así como los que viven en situación de pobreza. Esta bien, pero podemos hacer más, aunque será lento, complejo y necesitamos el apoyo de todo el mundo.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/05/27/planeta_futuro/1558950882_481683_1558960350_noticia_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/05/27/planeta_futuro/1558950882_481683.html

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Recuperar la infancia en patines

Asia/India/13 Junio 2019/Fuente: El país

Es importante que ningún turista se quede de brazos cruzados si detecta un menor trabajando o sometido a algún tipo de esclavitud en India o cualquier otro país. Se puede y se debe denunciar

Recuerdo, como si fuera ayer, una tranquila tarde de monzón de hace 15 años. Había llegado recientemente a la ciudad en la que vivo, Bombay, capital financiera de la India, y las horas pasaban lentas, entre juegos y risas, en el pequeño orfanato con el que empezó Sonrisas de Bombay, la organización que dirijo desde entonces.

Durante una distendida charla con Amina, una de las pequeñas residentes del centro, ella me pidió que agradeciera algún día a los donantes españoles haberle regalado la posibilidad de jugar con patines. Aquella afirmación me sorprendió. No daba las gracias por haber recuperado derechos básicos o haber escapado de la atroz condena que es la pobreza, no. Simplemente agradecía poder volver a jugar, disfrutar de su niñez y hacer, en definitiva, lo que a su edad correspondía.

Amina, nacida en un pequeño pueblo del estado de Uttar Pradesh, al norte del país, forma parte de los 10 millones de niñas y niños indios que trabajan entre 5 y 14 años. Con seis, fue vendida por sus padres como sirvienta doméstica a un industrial de Bombay, que la sometió a un trato abusivo hasta que, casi por azar, una trabajadora social de nuestra organización supo de su existencia y pudo intervenir.

La pequeña Amina es una de las muchas niñas que están expuestas al trabajo forzado en el subcontinente indio. Y es que India, junto con China e Indonesia, es uno de los países del mundo donde trabajar es algo habitual para menores de 15 años. Concretamente, el 40% de los trabajadores domésticos en Bombay tienen menos de esa edad y, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es una cifra que sigue en aumento.

Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 2016, existen 152 millones de niños trabajadores entre los 5 y 17 años en el mundo, de los cuales 23,8 millones están en la India. Eso supone el 15,6% de todos los que trabajan en el planeta. Las calles de Bombay son el único hogar para miles de críos (37.000, según las estadísticas más fiables) obligados a mendigar en el destino perdido de una existencia mísera.

Muchos realizan jornadas laborales inhumanas en fábricas escondidas, expuestos a pesticidas y usando equipos pesados; otros lo hacen bordando telas o haciendo cerillas, en habitaciones minúsculas sin ventilación ni iluminación. Los niños también trabajan en restaurantes y hoteles (cada vez más escondidos a los ojos del cliente), cortando verduras o fregando suelos. Además, estos menores no son solamente víctimas de explotación infantil, sino que están en riesgo de ser víctimas de abusos sexuales y matrimonios infantiles.

Durante los últimos años, hemos sido testigos de varios rescates de menores, en su mayoría niñas, retenidas en burdeles de la ciudad, siendo forzadas a la prostitución a muy pronta edad. El gobierno indio ha tomado cartas en el asunto durante las últimas décadas y existen varias leyes que protegen al menor, prohibiendo explícitamente que se vea expuesto a trabajos forzados. Una cara vista, impoluta sobre papel, que contrasta claramente con una cara oculta en la que miles de niños continúan siendo explotados.

En 2019 se cumplen 100 años desde que la OIT inscribiera en su Constitución la protección de los niños, estableciendo, por ejemplo, la edad mínima en la industria. Está claro que en este tiempo se han logrado muchos avances, pero todavía queda mucho que hacer. Y todos podemos contribuir de alguna manera en la erradicación de esta alarmante realidad.

Los gobiernos democráticos, como es el caso de la India, los eligen y los componen las personas. Y son ellas las que también deben velar para que los marcos legales se respeten y ningún menor se vea sometido a una infancia robada de forma injusta. Esta responsabilidad no es exclusiva de los propios ciudadanos del país. Se acerca ahora una época en la que muchos europeos y turistas de otros lugares del mundo vendrán a pasar sus vacaciones y visitar este maravilloso país que, a pesar de sus contradicciones, ha dado pasos agigantados en los últimos años para proteger a su infancia.

Es muy importante que ningún visitante se quede de brazos cruzados si detecta un menor trabajando en un restaurante o sometido a algún tipo de esclavitud. Se puede y se debe denunciar, aunque ello suponga perder unas horas de las tan ansiadas vacaciones. El porvenir de un menor está en juego. Un gesto tan simple como una llamada o una visita a la comisaría más cercana puede transformar futuros como el de Amina, a quién nadie le arrebatará ya el simple pero hermoso recuerdo de jugar con unos patines.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/06/11/planeta_futuro/1560258795_596823.html

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Niños y niñas de la calle reivindican sus derechos en el Carnaval de Brasil

América del sur/Brasil/07 Marzo 2019/Fuente: El diario de la Educación

EURECA es un movimiento que trabaja con las infancias más vulnerables a través de la danza, el arte y la cultura.

Multitudes bailando samba, maracatú y muchos otros ritmos caracterizan el Carnaval de Brasil que se celebra durante todo mes de febrero. Entre la muchedumbre, las danzas y el colorido, también decenas de niños, niñas, jóvenes y adolescentes desfilaron por las calles brasileñas con otro objetivo, más allá de pasarlo bien: auto-reivindicarse.

La ciudad de São Vicente, ubicada en el litoral del país, a poco más de 70 km de São Paulo, y conocida por ser la más antigua fundada por los portugueses durante la colonización, el Movimiento Social EURECA organizó por 14ª ocasión un desfile carnavalesco en el que las diferentes comparsas compartieron un objetivo común: defender los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

EURECA, que en portugués significa “Eu Reconheço o Estatuto da Criança e do Adolescente (“Yo Reconozco el Estatuto del Niño y del Adolescente”), en referencia a una ley brasileña que protege una serie de derechos básicos de los menores de edad, propone que, a través del baile, la fiesta y la cultura, se escuche la voz de los más pequeños y jóvenes para intentar construir un mundo menos adultocéntrico. El movimiento defiende un rol activo de los menores, entendiéndolos como sujetos empoderados, productores de cultura, con capacidad crítica y un papel fundamental en la construcción de la ciudad. Por eso, llama a los adultos a acompañar, apoyar y respetar sus decisiones e insta a los responsables políticos a otorgarles más voz y a aprender a escucharlos.

João Carlos Guilhermino da Franca, coordinador del Instituto Camará Calunga, organismo a cargo del desfile en la ciudad, explica que el colectivo apuesta por abandonar los patrones tradicionales de las manifestaciones políticas y sociales para promover dinámicas mucho más lúdicas como forma de denuncia y resistencia de las violaciones de derechos que viven miles de niñas, niños y jóvenes del país. “El objetivo es ir a las calles y hablar sobre lo que se cree, y sumar a personas y grupos que defiendan otra forma de ver la niñez”, destaca.

Fotografía: Igor Ferreira

Entre las reivindicaciones de las comparsas de EURECA que se exhibieron en el Carnaval de São Vicente se hicieron presentes, también, el feminismo, el antirracismo o la lucha por los derechos de la diversidad sexual. Bajo la consigna “Yo soy porque ellas fueron”, un grupo de niñas homenajeó a 23 mujeres conocidas como las “Heroínas Negras” porque protagonizaron en diferentes momentos de la historia y estados del país distintas luchas a favor de los derechos de las mujeres, desde el abolicionismo de la esclavitud hasta la entrada al Congreso de la primera diputada negra. Otros nombres que no pasaron desapercibidos en el pasacalle fueron los de Marielle Franco, la concejala y activista feminista de Río de Janeiro que fue asesinada a balazos hace un año y cuya muerte aún sigue impune; y Dandara, lideresa de un grupo de resistencia de esclavas durante la colonización portuguesa.

Fotografía: Maria Lisboa

Nacido en la cuna del sindicalismo

El Movimiento EURECA nació en los años 90 en la ciudad de São Bernardo do Campo, conocida por ser la cuna del movimiento sindical que erigió al expresidente del Partido de los Trabajadores (PT), Lula da Silva. Su nacimiento surgió de la mano del Projeto Meninos e Meninas de Rua (Proyecto Niños y Niñas de la Calle), una organización nacional que ocupó el espacio público para dar voz a niñas, niños y jóvenes que viven y trabajan en las calles de Brasil.

A partir de 2006, gracias al apoyo de instituciones como el Instituto Camará Calunga, el Concejo Municipal de los Derechos de los Niños y Adolescentes (CMDCA, por su sigla en portugués) o varios organismos de la red de protección social, EURECA pasó a hacer sus desfiles en São Vicente. También hay que destacar la participación activa de entidades sociales de otras ciudades del litoral del sureste brasileño, como Santos o Guarujá, además de São Paulo y São Bernardo do Campo.

Fotografía: Ornella Rodrigues

Imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2019/03/Igor-Ferreira-2-768×432.jpg

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/03/05/ninos-y-ninas-de-la-calle-reivindican-sus-derechos-en-el-carnaval-de-brasil/

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Save The Children presenta el informe “No a la guerra contra la infancia” para alertar sobre el maltrato y asesinato infantil

Redacción: La Hora Digital/27-02-2019

Actualmente en el mundo, muchos países presentan áreas de conflicto, perjudicando de forma mayoritaria al colectivo de la infancia, concretamente hasta 420 millones de niños y niñas viven en zonas guerra. Por ello, la Organización líder en defensa de los derechos de niños y niñas, Save The Children, lanza un informe “No a la Guerra contra la infancia” donde revela datos reales del maltrato y asesinato infantil y alerta del aumento de estas cifras cada año. La organización en España crea la campaña #NoaLaGuerraContraLaInfancia donde aprovechan para pedir al gobierno español la suspensión de prácticas llevadas a cabo que alimentan esta catástrofe infantil. La violencia física y sexual contra las niñas ha estado presente también en el informe, pues es considerado como una de las violencias más graves contra la infancia.

Save the Children es la organización líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Desde hace 100 años trabaja para asegurar la supervivencia de estos niños y niñas, de su aprendizaje y seguridad. Actualmente opera en más de 120 países, mientras que en España se centra en programas de infancia donde existe pobreza y exclusión social. El objetivo de esta organización es proteger a los menores frente a la violencia y que todos estos niños y niñas puedan disfrutar plenamente de sus derechos, independientemente de su residencia o condición.

Debido al centenario que cumple Save the Children y sobre todo, a las cifras cada vez mayores del riesgo que sufren todos los niños y niñas en todo el mundo, la organización presenta un informe llamado “No a la guerra contra la infancia”, donde revelan los datos alarmantes y explican las medidas necesarias que deben llevarse a cabo para evitar que estas cifras sigan aumentando.

Uno de cada cinco menores de todo el mundo, aproximadamente 420 millones de niños y niñas viven actualmente en zonas de guerra, 30 millones más que en 2016. Hasta un total de 142 millones viven en las denominadas “zonas de guerra de alta intensidad”, donde se producen más de mil muertes al año. Estos países que castigan cruelmente a la infancia son: República Centroafricana, Irak, Mali, Afganistán, República Democrática del Congo, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen. En ellos, más de 550.000 niños y niñas menores de cinco años han muerto entre los años 2013 y 2017 y más de 175.000 soldados han sido asesinados en este mismo periodo.

“Se trata de una auténtica guerra contra la infancia: en los conflictos actuales hay cinco niños asesinados por cada soldado muerto en combate. Exigimos a los líderes mundiales que tomen medidas contra aquellos grupos armados, fuerzas militares y Estados que incumplen las leyes y tratados internacionales que les obligar a proteger a la infancia en situaciones de conflicto”, explica Andrés Conde, director general de Save the Children.

En España, la organización Save The Children crea la campaña #NoALaGuerraContraLaInfancia y aprovecha para pedir al gobierno español que suspenda de manera inmediata las transferencias de armas en países en guerra. “Es probable que todas esas armas que se venden desde España, sean utilizadas para atacar contra la infancia”, asegura Conde.

En el informe presentado, se aportan 20 recomendaciones para los Estados e instituciones internacionales con el fin de proteger la seguridad de los niños y niñas durante la guerra. Se establece la edad de 18 años como edad mínima para el reclutamiento militar, así como la prohibición de uso de armas explosivas en áreas pobladas y restricción en la venta de las mismas.Otro tema en cuestión dentro de este mismo informe son las denominadas ‘seis violaciones graves’ por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Hacen referencia al reclutamiento y utilización de niños como soldados, mutilación femenina, violencia física sexual, secuestro, denegación de acceso a la asistencia humanitario y ataques en centros educativos. En el año 2017, se llegó a la cifra más alta de la historia, cuando más de 25.000 de estas prácticas eran denunciadas o constatadas por Naciones Unidas.

“Calculamos que en el país hay más de 24 millones de personas necesitando ayuda humanitaria, las violaciones graves están provocando una situación insostenible”, afirma Sylvia Ghaly, directora de comunicación e Incidencia Polícita de Save the Children en Yemen. Más de 85.000 niños y niñas han muerto en el país de Yemen, desde que se intensificó la guerra hace cuatro años y debido al bloqueo de ayuda humanitaria por parte de los países implicados.

Violencia de género

Una de las violencias que más alerta contra la infancia es la de la violencia física y sexual contra las niñas.

Save The Children pide por ello, que se tenga en cuenta la importancia de los espacios seguros para la infancia durante un conflicto, como medida que garantiza su seguridad, pues cuando los niños y niñas están fuera de estos lugares seguros, como en la escuela, las probabilidades de ser reclutados o víctimas de violencia sexual son mayores.

Por último, destacar el testimonio que recoge el informe de «No a la guerra contra la infancia» de Masika de 15 años, víctima de violencia sexual y procedente de la República Democrática del Congo. Debido al fallecimiento de su padre, sus hermanos y ella fueron incapaces de poder mantenerse por sí mismos, por lo que tuvieron que abandonar el colegio. Masika tuvo que unirse a las filas del grupo armado y asegura “ser la única opción que tenía para sobrevivir”. “Cuando llegué los soldados no paraban de repetirme que me acostara con ellos y no me quedo otra opción que rendirme”. Masika finalmente logró escapar junto a otras dos niñas y pudo regresar a casa con su tío y volver a la escuela.

Save The Children apuesta por todas estas medidas para la erradicación de esta violencia infantil tan extendida. “Pedimos a la comunidad internacional que tenga tolerancia cero ante estas violaciones y que actúe contra los perpetradores”, concluye Andrés Conde, en defensa del testimonio de Masika y de todas las víctimas que lo sufren cada día.

Fuente: https://lahoradigital.com/noticia/19122/sociedad/save-the-children-presenta-el-informe-no-a-la-guerra-contra-la-infancia-para-alertar-sobre-el-maltrato-y-asesinato-infantil.html

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Cuba mantiene logros en materia de protección infantil

Centro América/Cuba/11 Octubre 2018/Fuente: Prensa Latina
La representante permanente de Cuba ante la ONU, Anayansi Rodríguez, aseguró hoy que pese al bloqueo estadounidense contra su país, se mantienen los logros en materia de promoción y protección de los derechos del niño.
Ese cerco económico impuesto por el Gobierno norteamericano desde hace más de 50 años impacta con particular crudeza en los niños, niñas y adolescentes, expuso la embajadora en la Tercera Comisión de la Asamblea General de Naciones Unidas.

También destacó que los indicadores de la isla en materia de atención y desarrollo de la infancia y la adolescencia son reconocidos a nivel internacional por agencias, fondos y programas de la ONU que atienden temas del ámbito social.

Rodríguez explicó que como Estado parte en la Convención sobre los Derechos del Niño, Cuba ha diseñado planes, políticas y programas nacionales dirigidos a este grupo.

Todos ellos con una visión holística e intersectorial, que abarca la salud, educación, atención a la discapacidad, deporte, cultura, prevención social, promoción y protección de derechos, añadió.

Entre los resultados específicos de la isla en materia de protección a la infancia y la adolescencia mencionó el de una tasa de mortalidad infantil de 4,0 por cada mil nacidos vivos para el cierre del 2017 y 3,9 por cada mil nacidos vivos durante el primer semestre de 2018.

Además, todos los niños cubanos son vacunados al nacer contra 13 enfermedades transmisibles y se prioriza la detección temprana de dolencias congénitas, detalló la embajadora.

Si bien a nivel mundial se reportan progresos importantes referidos a la protección de los niños contra la discriminación, la exclusión y la desigualdad, de mantenerse el orden económico internacional imperante, para el año 2030 vivirán en la pobreza extrema 167 millones de niños, advirtió la diplomática cubana.

Unos 69 millones de menores de cinco años habrán fallecido debido a enfermedades curables, 60 millones en edad de asistir a la escuela seguirán sin escolarizar y se producirá un total de 69 millones de muertes infantiles entre 2016 y 2030, proyectó.

Ante ese panorama, dijo, la Asamblea General debe seguir jugando un papel central en Naciones Unidas en la promoción de los derechos de los niños, y aunar a la comunidad internacional para salvar a la infancia y asegurarle un futuro mejor.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=218263&SEO=cuba-mantiene-logros-en-materia-de-proteccion-infantil
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Un 74 % de niños peruanos son víctimas de maltrato

América del sur/Perú/19 Julio 2018/Fuente: Telesur Tv

El 34 por ciento de los padres peruanos consideran que la violencia es una herramienta necesaria para educar a los niños.

El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de Perú advirtió este martes que se han atendido más de 16.000 casos de maltrato infantil durante el 2018, lo que indica un aumento del 50 por ciento de la violencia contra los niños en el país, en comparación con las cifras registradas en 2017.

La encargada de la Adjuntía para la Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo, Matilde Cobeña, explicó que la mayoría de los niños peruanos sufre alguna forma de maltrato físico, psicológico y sexual por parte de algún familiar.

«Los índices de violencia son muy altos. El año pasado los Centros de Emergencia Mujer atendieron más de 30.000 casos de violencia de todo tipo contra la niñez, lo que incluye violencia física, violencia sexual, violencia psicológica», alertó Cobeña.

De la misma manera la Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales (Enares 2015) señaló que más del 74 por ciento de los infantes entre 9 y 11 años, han recibido maltratos verbales o físicos alguna vez en su vida.

«Tenemos que empezar por cambiar la mentalidad (…) para empezar a tratarlos de diferente manera, para criarlos, para educarlos con amor, para educarlos con ternura, para educarlos con respeto de sus derechos», agregó Cobeña.

La cultura del maltrato  

El 20 por ciento de los peruanos considera necesario reprender a los niños con con golpes físicos, por lo que el 31 por ciento de los padres y el 39 por ciento de las madres emplea esta técnica para educar a sus hijos, según cifras de la Encuesta Nacional de Hogares 2015.

Asimismo, el 44 por ciento de los niños y adolescentes creen que sus representantes tienen el derecho de propinarles golpes como correctivos.

Por su parte, el activista peruano Abel Daza, quien además fue víctima de violencia infantil, subrayó que en el país se concibe el maltrato como algo positivo para la crianza de los niños, no solo en el núcleo familiar sino también en la escuela.

«Perú es uno de los países en donde todavía el maltrato es aceptado como algo positivo (…) es visto como algo bueno para la educación de los hijos», apuntó Daza.

El país andino es uno de las naciones registra uno de los índices más altos de maltrato y vulnerabilidad infantil en el mundo, donde el 73, 4 por ciento de los adolescentes han sufridos hostilidades por parte de sus progenitores.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/peru-aumento-indices-maltrato-infantil–20180717-0035.html

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