Por: Nati Bergadà Bofill
Todos los que tenemos relación con los niños hemos comprobado que alarman con facilidad, que llega un momento que se apodera de ellos un movimiento incontrolable que hace difícil que puedan escuchar, jugar con los compañeros, disfrutar, aprender, relacionarse … En este estado a los niños les cuesta mucho saber parar.
Es necesario que los enseñes a relajarse, a parar, a estar tranquilos, a saber esperar y saberse comportar. En definitiva, deben poder controlar este impulso que les hace moverse sin sentido. Para ello es importante que los hagas conscientes de esta realidad y que los enseñes estrategias para aprender a relajarse y controlarse.
Hay muchas maneras de enseñar a los alumnos a relajarse y cada maestro / a debe encontrar la forma que más le guste. Yo te explicaré la forma en que lo hago con mis alumnos. Espero que te sea útil.
Cuando puedes hacer la relajación?
Para mí los momentos en los que los niños están más asustados y es más importante hacer relajación es la vuelta después del pat y y la entrada a las tres después de comer. En estos dos momentos los alumnos entran a las aulas después de disfrutar de un rato de ocio en la que han corrido, sudoroso, jugado, reído … pero en alguna ocasión también han tenido conflictos, peleas, enfadadas …
Si los niños entran después del patio o en las tres, sin que les decimos nada, mayoritariamente vienen asustados y gritando, llevando «parte» de algún problema que han tenido cuando han sido en el patio. Todos quieren explicar la vez lo que les ha pasado, tan positivo como negativo, y de golpe tenemos la clase que parece un gallinero.
Después de esta gran excitación inicial cuesta bastante rato poder resolver los conflictos y tener los alumnos calmados para poder hablar y trabajar cómodamente. En la escuela siempre vamos cortos de tiempo y los libros y las exigencias que cumplir unos temarios nos ahogan. Aún así vale la pena dedicar unos minutos a la relajación, ya que son unos minutos bien invertidos que te proporcionarán el ambiente ideal para que tus alumnos puedan aprender y convivir en armonía.
Cómo puedes hacer la relajación?
Aspectos a tener en cuenta:
- Al principio, para que los alumnos adquieran el hábito, recomiendo usar la misma música para que relacionen que cuando hay esta música hay que hacer silencio y relajarse. La música recomiendo que sea tranquila y una melodía agradable.
- Lo primero que hay que hacer es enseñar a los niños como deben hacerlo porque poco a poco vayan adquiriendo el hábito. Los primeros días es aconsejable que estés en la puerta de la clase recibiendo los alumnos y ya desde la entrada los recuerdes que hay que estar tranquilos y con silencio. Si hay alumnos que vienen muy sudados y acalorados es recomendable que vayan al baño a lavarse la cara y refrescarse un poco.
- Hay que ser constante y metódico para poder tener un aula relajada. Los alumnos deben entrar a la clase poco a poco y con silencio. Es necesario que se sienten en su lugar y es recomendable que tumben la cabeza sobre los brazos para poder descansar un poco escuchando la música. Los primeros días los alumnos se hacen miradas entre ellos y buscan la complicidad de los amigos para hacer bromas. Todavía no han descubierto las ventajas de hacer la relajación, así que hay que ser paciente y darles tiempo. Enseguida estas risas y miradas cómplices desaparecerán.
- Se pueden aplicar diferentes métodos para completar la relajación teniendo en cuenta la edad de los niños. Cada día dos o tres niños pueden ser los ayudantes y masajean los compañeros con una pelota, con las manos, con un utensilio de relajación … Estos ayudantes los puedes elegir tú teniendo en cuenta su buen comportamiento. De esta manera los niños procurarán mejorarán su comportamiento para poder participar como ayudantes en la actividad. Es necesario que durante el curso todos los alumnos puedan hacer de ayudantes en alguna ocasión.
Transcurridos unos minutos en los que los niños han sido relajados, con silencio y escuchando la música, puedes empezar a hablar con un tono de voz muy suave y agradable. Los puedes comentar que ha acabado la relajación y comienza la clase.
¿Qué mejoras obtendrás?
Invirtiendo unos minutos haciendo relajación conseguirás mejoras muy significativas:
– En el ámbito personal: el alumno / a puede parar unos minutos y reflexionar sobre lo que ha pasado en el patio, pensar en el que ha hecho o en lo que le han hecho. Tener tiempo para digerir un disgusto o para gestionar las emociones. La relajación es una herramienta que les enseña a autocontrolarse y gestionar sus emociones. Les enseña a parar, a pensar y reflexionar sobre lo que les rodea.
– En el ámbito de las relaciones sociales: la relajación favorece las relaciones entre los niños y se crea un buen ambiente en el aula. Un clima pacífico en el que se gestionan los conflictos y se habla de los problemas que van surgiendo el día a día. Después de la relajación las conversaciones que surgen entre los niños son muy interesantes y se hablan con más respeto y serenidad.
– En el ámbito académico: es evidente que rendirá mucho más un niño tranquilo, estable, sereno, relajado … que un alumno enrabietado, sudoroso y excitado. Su predisposición para trabajar es mucho mejor y son capaces de estar más atentos.
– En el ámbito de los hábitos de trabajo: favorece que se sienten mejor en la silla y que tengan la tabla recogida con todo el material guardado. También les enseña a saber esperar, saber estar en silencio, saber escolar y saber respetar las normas de aula que son grandes retos que tenemos con los niños de hoy en día.
Cómo reaccionan los niños?
Como comentaba anteriormente en un primer momento los niños buscan complicidad con los amigos para bromear. Los primeros días es normal porque todavía no han visto las ventajas de la relajación y no lo toman en serio. A medida que aplicas el método metódicamente ellos se van acostumbrando a este hábito y cada vez les gusta más. Los alumnos agradecen poder parar un momento pero necesitan nuestra ayuda para hacerlo.
Al cabo de un mes ya tienen el hábito adquirido y cuando entran del patio directamente sientan y hacen silencio. La duración de la relajación no es necesario que dure siempre el mismo tiempo, hay días que verás que están más excitados y necesitan más tiempo para poder relajarse y hay otros que con pocos minutos será suficiente.
Cuando tengan el hábito adquirido descubrirás que te puede ser útil en más de una ocasión. Es un método que te permite tener a los niños tranquilos y poder disfrutar de un aula en la que se puede hablar y conversar con serenidad.
Recomendaciones.
Estas son algunas recomendaciones prácticas para trabajar la relajación en el aula:
- Sé muy constante. Los alumnos para adquirir un hábito necesitan ver que es una rutina que se hace cada día. Ellos se la hacen suya y tienen muy claro qué es lo que tienen que hacer y qué es lo que se espera de ellos.
- Explica desde el primer día que es la relajación y para que la basura. No tenemos que imponer que hagan relajación sino que los tenemos que convencer de que la relajación les irá muy bien.
- Haz relajación con ellos. De esta manera evitaremos que se alarma haciéndose bromas y no los despistar con nuestro movimiento por la clase. De hecho, este momento de parar a nosotros también nos va muy bien y nos permite iniciar la clase más relajados. Nuestra participación en la relajación les sirve de ejemplo.
- Ten la clase ordenada y ventilada. Propicia un ambiente adecuado para que los niños se puedan relajar. Es importante que cuando entren a la clase ya suene la música de relajación y hay que vigilar que suene en un volumen adecuado. Ni demasiado fuerte que dificulte la relajación ni demasiado flojo que les impida sentirla.
- Felicita a los niños si hacen la relajación correctamente. Es importante que felicita a los alumnos si hacen bien la relajación, sobre todo al principio. Que vean que valoras el esfuerzo que hacen para relajarse. El refuerzo positivo es muy bueno para trabajar con los alumnos.
Conclusiones.
La relajación favorece muy positivamente el d esarrollo de los niños, gracias a ella puedes conseguir un aula serena que favorece la convivencia entre los alumnos. Son unos minutos muy muy bien invertido que te aportarán muchos beneficios.
El hecho de enseñar a tus alumnos a parar, a hacer silencio, a saber escuchar, saber esperar, a pensar …. propicia también que los alumnos puedan hablar más. Implícitamente los estás enseñando a saber escuchar a los compañeros, a esperar el turno de conversación, a pensar sobre lo que hablan los demás, resolver los conflictos hablando y un largo etcétera de otros beneficios que sólo descubrirás si lo pruebas.
Te animo a hacer relajación con tus alumnos y que nos comentes como te ha ido a los comentarios. Si aplicas algún método diferente, también lo puedes explicar añadiendo un comentario.
Muchas gracias 😉
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