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Chile: ¿Por qué los menores están desertando del sistema escolar? Ministro de Educación responde

Por Francisco Pérez/futuro.cl

El líder de la cartera de educación, Marco Antonio Avila habló con Palabras Sacan Palabras sobre los niños fuera del sistema escolar.

Sigue aumentando el número de niños y adolescentes fuera del sistema escolar, según reveló el Ministerio de Educación. Un total de 50.529 estudiantes desertaron del sistema entre 2021 y 2022, es decir, que estaban matriculados, pero que este año no figuran en ningún establecimiento. La cifra es un 24% mayor a la que hubo en 2019, antes de la pandemia.

Es por esto que en Radio Futuro el Ministro de Educación, Marco Antonio Avila abordó esta situación. Además se refirió al uso de la Ley Aula Segura en la comuna de Santiago.

Comencemos con la cifra, pero este casi 25% ¿Como explicarlo?

Si bien no es menos grave, como país hemos tenido un porcentaje histórico que es de 40 mil escolares que se encuentran desescolarizados. Este aumento es el que nos preocupa, son 10 mil estudiantes más que otros años. Este nivel responde a distintas causas, estamos averiguando esos datos. La pandemia es una, muchos optaron por exámenes libres. Otros abandonan el sistema escolar en los últimos 2 años. Hay niñas que empezaron a apoyar a su familia con labores de cuidado o jóvenes que trabajan u otros que solamente dejaron la escuela. En la pandemia mucha gente dejó las escuelas por el tema que era telemático.

Es una cifra dramática por los riesgos que pueden estar asociados, drogas por ejemplo…

Si lo ven en el escenario internacional se cree que llegará a 10 puntos los niños que no están en colegios. Si nos comparamos con un Uruguay ellos tiene 2.5 y nosotros 1. Muchos países están en esta situación.

El ministro Figueroa dice que hay herramientas pero que no se retomaron y que no se le toma el peso ¿Le ha tomado el peso? ¿Se está haciendo algo?

Yo no soy comentarista, no señalare con lo que dijo Figueroa. Hoy estamos haciendo un sistema de reportabilidad y se los entregamos a todos los colegios del país. Con los datos más graves de lo que está relacionado a inasistencia. Lo que estamos haciendo también es mejorar ese sistema de reportabilidad con la vinculación territorial. Hay que hacerlo más directo con los sostenedores. Porque todas las políticas están relacionadas, las familias tienen los antecedentes y hay que verlo con las familias, es uno a uno. El establecimiento toma vínculo con la familia. Eso estamos impulsando el día de hoy. Esperamos que se vincule más el interceptor para saber si hay problemas de salud y poder entrar en las soluciones más completas. Los más descolarizados son mayores, de tercero medio hacia adelante. Ellos no volverán a los colegios, lo que necesitamos es que se implementen modalidades de recuperación de estudios pero en horario diurno y que se pueda ir de día. Estamos apoyando a los establecimientos.

De acuerdo a lo que pasó con la ley aula segura y la alcaldesa de Santiago ¿Qué antecedentes tiene?

Es una ley de la república, se aprobó por el parlamento y uno no puede tener una posición si se aplica o no la ley. Es distinto a tener una opinión, yo creo que no resuelve lo que se necesita resolver. El detalle de lo que pase en Santiago yo no lo tengo, en general orientan el uso de esta ley, yo el detalle en particular no lo tengo.

Uno está obligado a utilizar la ley de aula segura? ¿O se puede utilizar otra ley?

Lo que siempre hicimos, es que uno utilizaba las medidas de cada colegio, tienen que ser proporcionales. Cuando un alumno es expulsado el ministerio tiene que reincorporar a ese estudiante a otro establecimiento. Creemos que lo que hay que hacer es aplicar medidas educativas.

¿Está en la agenda cambiar esta ley?

Yo al menos no la tengo en la agenda legislativa, yo siempre la he llamado populismo. Yo no me entramparía en una conversación de ese tipo, hay tantas otras cosas que hacer. Está abierta la posibilidad.

¿Sería legítimo que la alcaldesa recomiende no aplicarla?

Es la facultad del director o directora del establecimiento. Yo fui director y nadie me dijo que hacer o.

Con los dichos del Presidente el día de ayer, habló de los liceos bicentenarios y que estos no se cierran ¿Ha habido alguna conversación?

No hay nada que cambie, lo que sucede es que cada liceo que postula al sello bicentenario firma un convenio con el ministerio de educación y esa firma le pide ciertas cosas. Además, se asignan algunos recursos en cuotas y a medida que se va pagando luego se van acabando. Al pagar todo se acaba el financiamiento, por eso año a año va bajando. Lo que no hay son nuevas convocatorias, nunca vi a nadie diciéndole algo al ex ministro Figueroa por no hacer convocatorias.

El Simce de 4to básico…

Nosotros pedimos la suspensión este año, sin embargo, se bajaron las evaluaciones de 11 a 4. Este año no habrá calificación, se acerca a lo que estamos buscando. No tiene que estrechar el currículum, los buenos resultados se persiguen y las escuelas empiezan a entrenar para la prueba. Esto será una buena muestra de lo que queremos el próximo año con un proyecto de ley, no estimula ni la competencia, ni el ranking.

https://www.futuro.cl/2022/11/por-que-los-menores-estan-desertando-del-sistema-escolar-ministro-de-educacion-responde/

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Argentina – Pedagogía de la crueldad: las dudas y los desafíos sobre la “vuelta a clases”

Pedagogía de la crueldad: las dudas y los desafíos sobre la “vuelta a clases”

Por Lucrecia Raimondi

Una de las dinámicas sociales que más afectó la pandemia por coronavirus fue el hacer escuela: las formas de enseñar y aprender se alteraron inesperadamente. De un día para el otro, el intercambio del aula se trasformó en clases por plataformas de videoconferencia, sin capacitación informática ni recursos de conectividad. Los encuentros entre la comunidad educativa, que permitían el abrazo, el sentido de pertenencia, el disfrute de compartir este año quedaron en un suspenso incierto. Ese significado de habitar la institución escuela como una segunda casa, se modificó con alcances de los que no hay aún muchas certezas.

En un contexto de semáforo en rojo respecto a la circulación del virus y los altos niveles de contagio, el Ministerio de Educación porteño, que cuenta con los recursos de la ciudad más rica del país, en vez de gestionar computadoras con internet para garantizar la educación, propuso que docentes y estudiantes de los últimos años de cada nivel educativo vuelvan a la escuela para realizar actividades recreativas. Desde noviembre también asistirán los grados y años intermedios. Paulatinamente, a menos de un mes de terminar el ciclo lectivo, la bajada es que vuelvan todos. El protocolo a implementar que informaron a las conducciones y supervisiones, que propone una apertura de las escuelas para la “revinculación” despertó fuertes críticas y rechazo. Lo que primero destacaron las comunidades es que las escuelas estuvieron abiertas desde marzo y que los docentes, trabajando fuera de horario y más tiempo del habitual, sostuvieron todo el año la vinculación pedagógica con les estudiantes. Y que las cooperadoras escolares garantizaron necesidades de las que debería ocuparse el Estado.

Educación o marketing

“Tenemos a una ministra hablando de la presencialidad y de la vuelta a clases dando a entender que sería una dinámica como la que había previa a la pandemia”, dice Mariana Fernández Bonet, profe de pintura en la escuela de bellas artes Rogelio Yrurtia y delegada del sindicato docente UTE. “Pero la realidad es que los chicos y chicas van a estar al aire libre, donde no hay ningún tipo de proximidad o de vinculación tal como la concebimos, tienen que estar a dos metros, no poder ir al baño normalmente. Toda una serie de cuestiones que nosotros lo entendemos como mentira. A las familias no les están diciendo que de qué se trata realimente. Y tuvimos que aclarar que esto esconde una clara intencionalidad marketinera. No hay otra cosa que no sea la foto de la ministra con niños al sol asediados por periodistas. Todo esto es una locura. No entra en ninguna posibilidad de lo que nosotros los docentes entendemos como tarea pedagógica porque no existe esa tarea en estos hechos. Es una triste maniobra de marketing que necesitan para poder tener más votos a la hora de las elecciones”.

Mariana explica que los docentes que fueron citados para la presencialidad no recibieron ningún tipo de capacitación en bioseguridad ni recibieron equipos reales de protección. Y que si van a las tareas presenciales también deben cumplir con las actividades con el resto de los chicos, por lo que se duplica el trabajo del docente por el mismo salario. También aclara que según el protocolo no se podrían abrir las escuelas en días de lluvia o extremo calor porque las clases deberían ser al aire libre. “Una cosa es lo que dice el protocolo y otra lo que hacen en realidad. La respuesta del Ministerio es aplicar esto de cualquier manera, a cualquier costo. No hay ningún tipo de noción de lo que pueda pasar. Esto es lo peligroso, no hay registro de las consecuencias”, advierte la docente.

Los y las docentes fueron los últimos trabajadores esenciales incorporados al decreto de excepciones para la circulación a partir de la resolución 370 del Consejo Federal de Educación, que dejó en manos de las jurisdicciones la apertura de las escuelas. Por esto y los posteriores anuncios de la ministra Soledad Acuña, las escuelas porteñas se organizaron en reuniones virtuales de madres, padres, estudiantes y docentes para pensar cómo resistir a las medidas del Ministerio de Educación que pretende implementar una modalidad presencial en medio de la pandemia.

¿Volver a qué?

El primer día de presencialidad, la indignación se hizo foto: un estudiante de 6to año de la Escuela Técnica 35 DE 18 “Ingeniero Eduardo Latzina”, que llegó temprano, fue asediado por los medios de comunicación. En esta escuela el Ministerio de Educación mostró su pedagogía de la crueldad: el acoso mediático a los chicos sin respetar el distanciamiento social, los pupitres bajo un sol que quemaba, los propios estudiantes tuvieron que desinfectar los bancos, el termómetro digital funcionaba mal y marcaba temperaturas de 32 grados. Además, un día de lluvia, en contra de lo que consigna el protocolo, cursaron adentro en una de las aulas. Cada día de encuentro la participación de les pibxs disminuyó: de 12 pasaron a ser 4 y para el próximo encuentro se anotaron solo 3.

Las escuelas de la Comuna 10, entre las que están las Técnica 35 y 27, dos de las primeras citadas para la presencialidad, se organizaron en el Foro por la Educación Pública y elaboraron una carta abierta que expresaba la preocupación de estas comunidades: “Las y los abajo firmantes les hacemos llegar nuestro rechazo a la implementación de la resolución 370 aprobada por el Consejo Federal de Educación, que deja a disposición del GCBA la posibilidad de utilizar nuestra comuna como «burbuja» de ensayo al retornar a la presencialidad en las escuelas técnicas Nro 27 y 35 exponiendo a alumnxs y docentes a un show mediático que poco tiene que ver con una cuestión pedagógica y pone en riesgo su salud en un momento de proliferación de contagios en el cual se podría producir, como a inicios de este año, un rebrote de dengue en la comuna agravando aún más la situación. Nuestra comuna parece ser el “globo de ensayo” del GCBA. Consideramos totalmente innecesario y peligroso exponer al contagio a nuestras comunidades educativas para cumplir el capricho de una gestión”.

En la carta, proponen que “cada comunidad educativa pueda tener una mesa de debate para establecer si las condiciones de seguridad e higiene están garantizadas”. Y le exigen al Gobierno de la Ciudad que “entregue las 6500 netbooks puestas a disposición por el Ministerio de Educación de la Nación a aquellxs alumnxs sin vinculación con la escuela por falta de conectividad. Que se aumente la cantidad y calidad de material de limpieza, desinfección y prevención. Que se amplíe la cantidad de auxiliares. Que lxs miembros de la junta comunal se presenten en las escuelas que sean abiertas para hacer una inspección ocular de las mismas”.

Además, detallaron un informe sobre cómo fue la actividad presencial en la Técnica Nº 27. De 25 estudiantes del turno tarde, entre ambos 6tos años, asistieron 12 pibes que es el máximo permitido. Al llegar les tomaron la temperatura con un termómetro láser y les colocaron alcohol en gel. El encuentro se realizó en el patio exterior, separados en dos grupos de 6 estudiantes. Tuvieron con dos profesores, una hora con cada uno. Solo fueron testeados, de manera opcional, los docentes. Los chicos no estaban satisfechos ni contentos con lo que encontraron en esas jornadas. En un tiempo acotado de dos horas reloj, debían adaptarse a un híbrido extraño entre charlar sobre cómo están y acomodarse para respetar el protocolo. “Esto no es la escuela”, dijeron a sus familias y compañeros.

Las principales demandas de las familias que plantean volver giran en torno a que necesitan volver a trabajar y no tienen dónde dejar a lxs pibxs; que lxs chixos no están pudiendo conectase con las clases virtuales porque no se adaptan a la tecnología y las propuestas educativas a distancia; y una menor proporción de familias porque necesitan la escuela como un sostén social por la situación de vulnerabilidad socioeconómica que atraviesan. “Nosotros no estamos peleando por la salud de nuestros pibes solamente, sino de toda la comunidad, de todos los docentes, de los pibes de primaria, de secundaria, de inicial. Lo que nosotros tenemos que tratar de sembrar en la sociedad es eso, que sepamos que tenemos que ser solidarios y estar siempre pendientes de lo que le está pasando a los demás, que no somos una burbuja, como justamente dice el protocolo, que somos un todo”, enfatiza Mariano Fernández, es ex alumno y papá de una egresada del Yrurtia, y que participa activamente como parte de la comunidad educativa.

Mariano refuerza el sin sentido de la vuelta a las aulas y la importancia de la coordinación entre las escuelas: “Nos estamos organizando como comuna y como comunidades educativas para ver de qué manera resistir esto como primera medida, concientizar a la gente del peligro que esto implica y el sinsentido que tiene retornar a la presencialidad. Las escuelas abrirían todas en noviembre cuando falta menos de un mes y medio para que terminen las clases, porque el 19 de diciembre están cerrando. Lo consideramos un sinsentido total porque es una cuestión sanitaria, no están las herramientas de cuidado ni la infraestructura adecuada”.

Además, cuenta que en las reuniones la participación de les estudiantes fue muy importante: “El Consejo Federal de Educación aprobó la resolución sin convocar a los sindicatos, ni a las comunidades y los estudiantes. Si los pibes pudieran tener la voz, esto sería diferente, porque el otro día tuvimos esta reunión con muchos pibes de los centros de estudiantes de la Comuna 10 y la Comuna 9, donde todos están manifestándose en contra de esto. Nosotros lo primero que hicimos en la comuna fue convocar a los estudiantes y tuvimos una reunión para escucharlos porque ellos son los que van a estar expuestos ahí. Eso es lo que nos falta como sociedad: escuchar más a los pibes y las pibas y dejar de lado el adulto centrismo”.

Conectar para no enfermar

Los siete meses de aislamiento social preventivo y obligatorio trajeron nuevas prácticas educativas que con los meses fueron aceitándose. Cada escuela tomó decisiones dispares, sin una orientación pedagógica ni asistencia tecnológica ni capacitación informática por parte del Ministerio de Educación: “No he visto la bajada de línea organizativa del Ministerio como para decir en primaria utilicemos tal plataforma y tenemos clases tantas veces por semana de manera virtual, en secundaria tratemos de cubrir determinados objetivos, etc. La pandemia trajo un cambio que requería de una adaptación adecuada a la actualidad que estamos viviendo y me parece eso se estuvo haciendo muy improvisado”, advirtió Mariano, que también participa del Foro como padre de dos adolescentes que van a escuelas medias artísticas en la Comuna 10. Además, la pandemia puso en evidencia la brecha de acceso a las tecnologías informáticas y la conexión a internet: 6 mil niños, niñas y adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires no tenían ningún tipo de dispositivo que les permitiera conectarse con la escuela.

“Estos meses la escuela estuvo abierta, nunca se cerró en realidad. Se entregaron las canastas y la escuela atendió cuestiones específicas de problemas que sucedían a las familias. Al momento de entrega de canastas también se recibían a los pibes y las familias que estaban sin conectividad y o sin dispositivo, y se les imprimían los trabajos prácticos para que se lo puedan llevar a su casa. Los pibes se los llevaban lo volvían a traer a esos 15 días. También rescatamos computadoras del plan Conectar Igualdad que habían quedado hacinadas en la escuela”, cuenta Mariano.

En ese contexto llegó la pandemia para transformarlo todo y quedó más en evidencia la desidia del Gobierno de la Ciudad. En respuesta a la ausencia del Estado las familias, los estudiantes y docentes del Yrurtia se organizaron para contener a su comunidad. Mientras que el Ministerio mandaba galletitas y té como canasta alimentaria, desde la cooperadora reforzaron con alimentos no perecederos, bolsones de verdura y un kit de materiales artísticos. Mes a mes pedían más refuerzo: llegaron a ser 60 familias de 400 las que necesitaban la canasta alimentaria porque les hacía falta un plato de comida. Y la conectividad no fue una excepción: lograron un promedio del 70% de conexión gracias a que desde la Multisectorial por la Escuela Pública consiguieron computadoras y celulares, y la cooperadora del Yrurtia garantizó la conexión a internet con la compra de tarjetas de datos. La brecha digital y la falta de presupuesto para educación es una de las principales preocupaciones entre les estudiantes.

“En pandemia no volvemos”, consigna una bandera colgada en la puerta del Yrurtia, en el barrio Vélez Sarsfield.  Esta comunidad educativa que enseña artes visuales, en nivel secundario y terciario, es una de las más organizadas de la Comuna 10. Valentina Mencia cursa 3er año en el Yrurtia, forma parte del centro y participa de la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB), que reúne a más de 30 centros de estudiantes de la ciudad. Este año fue muy importante en la organización de su centro porque lograron sostener la participación activa y constante del cuerpo de delegados después de que el año pasado quedaran muy desgastados por el conflicto del edificio nuevo. En su análisis sobre la vuelta a la presencialidad expresó dos consignas que muestran los ejes que atravesaron a la escuela estos meses de pandemia: “Con hambre no se puede estudiar” y “conectar para no enfermar”.

-¿Cuáles son los reclamos del estudiantado?

-Llevamos cinco cartas al Ministerio de Educación, todas hablando sobre las computadoras que están en los colegios para repartirse y la necesidad de un vínculo pedagógico real. También sobre la necesidad de asistencia psicológica y un bolsón alimentario de calidad. Muchos de nuestros compañeros estaban muy mal, tuvieron mucha ansiedad. De eso nos ocupamos nosotros en la CEB, que nos contactamos con una red de psicólogos que atienden gratis y le pasamos el teléfono a los chicos. O las cooperadoras armaron refuerzos de las canastas y garantizaron datos de internet. Pero desde el Ministerio nunca nos respondieron las cartas. Nos impresiona la falta de voluntad política y la frialdad con la que se manejan, pero no nos sorprende. Siempre fue así la relación con los estudiantes.

El centro de estudiantes del Yrurtia hizo una encuesta que respondieron el 30 por ciento del estudiantado. Los resultados hablaban de que casi el 50% de les pibis estaban atrasados con la entrega de trabajos, otro 50% por ciento al día. También dijeron que las clases por Meet les servía y que el Class Room los ayudaba a organizarse, pero también les generaba mucha ansiedad que les llegue la notificación y darse cuenta de que no habían hecho la tarea. Una de las principales demandas fue la necesidad de que las propuestas pedagógicas estén organizadas con criterios similares y que, si hay dificultades para el manejo de la informática, se le facilite al estudiante una tutoría. También, que el Ministerio de Educación garantice la liberación de datos para la plataforma de Google, en la cuenta oficial del Gobierno de la Ciudad, así pueden acceder a las clases libremente sin necesidad de conexión a internet.

-¿Qué problemas trajo la virtualidad?

Las clases virtuales, al tener que encender la cámara en un primer plano, con eso tienen inseguridades que se acentuaron mucho más. Y Sabemos que hay una enorme deserción estudiantil porque no tienen plata para poder pagar una computadora o un celular o los servicios de internet. Entonces es mirarnos entre nosotros para ver quienes, si pudimos acceder a esta educación virtual y pudimos pasar de año, quiénes quedaron afuera y no se sabe ni siquiera cómo se va a abordar el contenido que no pudieron cursar o tienen que dejar la escuela y salir a trabajar porque, además de todo esto, hay una crisis impresionante.

 

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La odisea de volver a clase o el espejismo de la educación en Venezuela

Por: El País

Crumilka Curvelo saca unos muñecos artesanales, varias carpetas con afiches didácticos, folletos de Romeo y Julieta y Un tranvía llamado deseo dramatizados por sus alumnos y una colección de cartas de restaurant hechas con materiales de desecho. Los muestra con orgullo. La maestra, de 52 años, usaba estos recursos para mantener la atención de sus alumnos en una escuela pública en el barrio 23 de Enero, en el centro de Caracas. Eran sus armas en la difícil batalla por retener a los estudiantes en el aula en un país que atraviesa una profunda crisis humanitaria y donde la falta de comida, agua, electricidad, transporte o gasolina son razones frecuentes para faltar a clases.

Un nuevo año escolar comenzó esta semana a distancia en Venezuela y uno de los principales temores se ha confirmado. La pandemia se ha convertido en un colador por el que escapan alumnos y también maestros, que además se han declarado en conflicto en reclamo por mejores salarios. Crumilka tiene razones para protestar. Varios días en la semana tiene la nevera vacía. Logra comer cuando alguien le regala un kilo de arroz o de harina. El teléfono con el que puede comunicarse se lo regaló un exalumno que emigró del país. En el colegio en el que trabaja, de 39 profesores del bachillerato solo se han reincorporado cinco. En la primara ha faltado la mitad. Al menos 55 alumnos se han retirado, una parte de ellos para seguir sumando al goteo migratorio de venezolanos, en medio del agravamiento de la crisis económica por la pandemia.

La profesora de inglés Crumilka Curvelo.
La profesora de inglés Crumilka Curvelo.ANDREA HERNÁNDEZ

La maestra tiene a cargo más de 300 alumnos de diez secciones de bachillerato a los que enseña inglés. Su sueldo no supera los 2 dólares mensuales, el salario mínimo en Venezuela. “Ahora haré una suplencia en Química porque el profesor consiguió trabajo en una tienda en la que le pagan 8 dólares al mes y se retiró”, dice. En los primeros meses de la cuarentena también perdió a uno de sus alumnos porque se fue a trabajar con el papá en un mercado de la ciudad. “Les pagaban con restos de verdura o pescado”, cuenta Crumilka.

Los tres meses que transcurrieron entre marzo y junio las clases fueron a distancia, con todas las dificultades que eso significa para un país que ostenta la Internet más lenta de la región y en el que solo cuatro de cada 10 venezolanos tiene una línea de teléfono móvil activa, según las estadísticas oficiales de 2019. Crumilka recuerda que un día pasó 16 horas intentando revisar un correo con tareas adjuntas de sus alumnos. “Es demasiado frustrante”, dice, sobre todo porque su chistera de trucos educativos debe quedarse guardada. Las condiciones no mejoraron durante el receso de agosto. Se enseñará a través de guías que los padres deben recoger cada 15 días y algunos mensajes de WhatSapp que llegan a destiempo.

Para los sindicatos, que agrupan a 430.000 docentes de la educación pública en el país, no hay condiciones para volver a clases. Pidieron aplazar el inicio a clases, pero no fueron escuchados por el gobierno de Nicolás Maduro. En un sondeo que hizo la Fundación para el Desarrollo Integral Docente sobre el impacto del coronavirus en Venezuela se recoge que solo 10% de los alumnos reporta tener una conexión estable, 67% no dispone de recursos materiales para el trabajo en casa y 94% de los docentes opina que la mayoría no tienen buen servicio de electricidad, ni capacitación digital para cumplir con el programa educativo.

El conflicto sindical de calle se ha trasladado al mundo virtual. Solo los colegios privados, que representan solo 15% de la matrícula escolar, han comenzado clases en línea con los vaivenes de la luz y el internet. El resto acumula días sin recibir educación y la brecha de la desigualdad crece. Aunque es un año atípico para la educación en casi todo el mundo, en las fragilidades de Venezuela la pandemia supone un enorme retroceso.

El aula en casa

Iris Pellicer dice que muchos de los niños del barrio José Félix Ribas, en el populoso Petare, al este de Caracas, no volvieron a recibir clases después de que se decretó la cuarentena por la covid-19 en marzo pasado. Por eso decidió abrir una especie de escuela en su casa, donde recibe a los alumnos del vecindario en grupos de cinco. “Eso de tener tanto tiempo a los niños sin hacer nada me preocupa”, dice, “¿Qué va a ser de Venezuela en cinco años si esta es la educación que vamos a tener?”

Pellicer solo tiene una tablet, un móvil con el que tiene que pescar señal y los libros que dejaron sus hijos. Pero eso es mucho más de lo que tienen algunos de los alumnos que recibe, que ya han pasado seis meses sin estudiar. La escuelita, como la llama, es un paliativo a sus angustias. “Imagínate a un muchacho que le envíen unos polinomios por WhatsApp. Acá tienen un profesor al que le pueden preguntar”, dice la mujer de 56 años, que también intenta culminar la carrera de Derecho de forma online.

La pequeña contención que hace Pellicer en su barrio no altera los tristes indicadores que mostraba Venezuela previo a la pandemia. La Encuesta de Condiciones de Vida del Venezolano, realizada por tres universidades del país, reveló que entre 2019 y 2020 se reportaron 1,7 millón menos alumnos en todo el sistema escolar, desde la educación inicial hasta el nivel universitario. También aumentó el rezago. Casi un 20% de los estudiantes entre 12 y 17 años tiene dos años de atraso y un 18% va retrasado un año. La cobertura educativa en Venezuela tocó techo y retrocedió, de acuerdo al informe. El año pasado, un 40% de los alumnos faltaba con con frecuencia a clases.

Niños en una clase en la escuela improvisada por Iris Pellicer.
Niños en una clase en la escuela improvisada por Iris Pellicer.ANDREA HERNÁNDEZ

Fausto Romeo representa a una asociación de colegios privados en Venezuela. En algunos de estas instituciones han grabado clases en video, usan plataformas digitales y han intentado cumplir con un horario y actividades escolares desde casa. “No es solo el tema educativo, es también la psicoafectividad que proporciona la escuela. Los alumnos necesitan ver a sus maestros y a sus compañeros. Mi mayor preocupación es que con esto estaremos perdiendo muchachos”, dice.

En los colegios privados un maestro puede ganar entre 80 y 100 dólares al mes. Es una diferencia enorme con respecto a las tablas salariales del sector público, pero tampoco es suficiente. Luis Martínez Vera, de 63 años, es profesor de ciencias sociales en los dos sectores. Está en la bisagra de la desigualdad. Con los alumnos del colegio privado interactúa a través de una plataforma digital, con los del público solo intercambia correos electrónicos. Pese a los dos ingresos salariales, el docente, que tiene dos carreras universitarias y maestrías, trabaja como jardinero cerca de su casa para poder hacer ahorros. También siembra tomates, pimentones o papayas en su casa en Caracas, para poder comer «lo que es prohibitivo comprar en un supermercado.

https://elpais.com/internacional/2020-09-27/la-odisea-de-volver-a-clase-o-el-espejismo-de-la-educacion-en-venezuela.html

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Más de 200 instituciones educativas cerrarían para 2021 en Colombia

En diálogo con Noticias RCN, la directora de la Confederación Nacional de Rectores y Colegios Privados, Martha Castillo Roa, habló sobre la situación en Colombia.

Los colegios públicos y privados del país continúan trabajando en mejorar las plataformas virtuales para permitir la vinculación de la totalidad de sus estudiantes. Por ahora no hay luz verde para el retorno de clases presenciales.

En Bogotá, las más de 1.890 instituciones de educación media y básica, trabajan en casa mientras disminuyen las cifras de contagio y se avanza en protocolos de bioseguridad para el regreso a las aulas.

Por su parte, en Cali ven casi imposible el regreso a los colegios en septiembre, debido a los más de 21.000 casos positivos de coronavirus que tiene la ciudad, y se ha optado por trabajar en habilitar equipos de cómputo para familias que los necesiten.

En Medellín, desde la página de la Alcaldía realizan guías pedagógicas de fácil entendimiento y acceso para reforzar los procesos de las instituciones educativas, además, aseguran no tener deserción estudiantil.

Actualmente se está a la espera de la realización de los primeros planes pilotos para el regreso de clases en la modalidad de alternancia, por parte de al menos 30 secretarías de educación de municipios no covid o de baja capacidad de infección en el territorio nacional.

En diálogo con Noticias RCN, la directora de la Confederación Nacional de Rectores y Colegios Privados, Martha Castillo Roa, habló sobre la situación de la educación básica en Colombia durante la emergencia provocada por la pandemia.

“La situación está preocupante. Este fin de semana tuvimos una reunión en la que pudimos estar revisando situaciones en diferentes regiones del país. No tenemos una cifra global, pero la deserción está entre el 10 % y el 15 % en las instituciones educativas”, dijo.

Añadió que un agravante de la situación es que ya son varios los colegios que se están cerrando y que anunciaron a la Secretaría de Educación que no continuarán con su actividad para el año 2021.

En este momento es urgente el S.O.S. al Gobierno Nacional porque la educación privada ha sido un aliado estratégico durante toda la historia del Estado para prestar el servicio público educativo”, añadió Castillo.

Martha Castillo Roa señaló que por el momento han conocido que por municipios van a cerrar cierta cantidad de instituciones, agravando la situación a nivel nacional.

“Hay municipios donde hay 12 jardines o colegios que ya no van, en otro sitio, 15 colegios; en otro, 25. Tuvimos una reunión y reportaban que, por ejemplo, en Cúcuta 53 colegios cierran para el próximo año, si sumamos así en cada municipio, la situación va a ser absolutamente grave”.

Fuente: https://noticias.canalrcn.com/nacional/mas-de-200-instituciones-educativas-cerrarian-para-2021-en-colombia-361210

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Colombia: El 25 por ciento de universitarios desertaría en medio de cuarentena

América del sur/Colombia/13 Agosto 2020/semana.com

La Ascun llamó la atención por el porcentaje de alumnos que no se ha matriculado para asistir a clases en el segundo semestre de este año.

Pese a que las universidades colombianas definieron lineamientos claros para dictar clases en modalidad virtual y, en algunas ocasiones, semipresenciales, la deserción estudiantil para el segundo semestre de este año sería de, al menos, un 25 por ciento, según advirtió la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun).

El presidente de esa organización, Óscar Domínguez, explicó que, a falta de cifras oficiales que se conocerán al cierre de matrículas, el porcentaje de deserción se daría, principalmente, por razones económicas.

“Muy probablemente el cierre de matrículas nos dará cifras que permitan contarle a la sociedad cuál fue el comportamiento, si ese 23 a 25 por ciento se mantuvo, o si por el contrario, las universidades lograron superar esas dificultades y las deserciones están muy por debajo de las cifras inicialmente propuestas”, indicó.

Según explicó Domínguez a Blu Radio, “los temas de la deserción están explicados, fundamentalmente en los estudiantes y sus familias, por problemas de tipo económico, por eso estas decisiones que tomó el Gobierno, los apoyos a las universidades públicas, a las privadas, las mismas instituciones con su creatividad desarrollaron créditos y apoyos económicos de condiciones más difíciles”, medidas con que la Ascun espera que las cifras cambien.

Sin embargo, la situación económica de las universidades públicas no sería la mejor. “Algunas tienen mayor solvencia, otras tienen mayores limitaciones, unas con procesos de crédito por desarrollo de infraestructura que les afecta cuando las matrículas bajan, pero de los estados financieros tendremos respuesta a fin de año cuando haya cierre”, explicó la Ascun.

La asociación también tiene en la mira el estado de la salud mental en las aulas de clase virtuales. Según un reciente estudio de la Ascun, los estudiantes universitarios han sufrido un impacto en medio del confinamiento que afecta su autoestima, la manera como se relacionan con los demás y, por ende, su rendimiento académico.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/cifra-universitarios-desertarian-en-cuarentena–noticias-educacion/693232

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Venezuela: Alertan del riesgo de deserción escolar con la educación a distancia

Alertan del riesgo de deserción escolar con la educación a distancia

En el contexto de la pandemia del COVID-19, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) se preocupa por la deserción escolar.

Oficinas de la agencia en América Latina refieren que las dificultades económicas de las familias y las fallas de conexión a Internet, son factores que influyen en que niños y adolescentes abandonen la escuela.

En Venezuela, Cecodap y el Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco) mostraron cómo con la educación a distancia se acentuaron las desigualdades entre los distintos niveles socioeconómicos.

Alertaron que, si no se implementan políticas para reducir estas brechas, se corre el riesgo de que los escolares enfrenten más frustraciones y terminen por dejar los estudios.

Organizaciones como la Asociación Venezolana de Educación Católica (Avec) describen el gran esfuerzo que realizaron a partir del 16 marzo de 2020 cuando se suspendieron las clases presenciales en todo el territorio. Aún así, reconocen que no pudieron llegar a toda su población estudiantil.

La presidenta de la Avec, Sor Alicia Boscán, dijo el 23 de julio que aún no tenían cifras de cuántos estudiantes dejarían sus aulas. Se encontraba a la espera de que las 30 seccionales de la organización en todo el país les enviaran la información correspondiente.

Hasta ahora la referencia más cercana a este fenómeno la ofreció Fe y Alegría, que pertenecen a la Avec. La directora del Programa Escuelas, Noelbis Aguilar, indicó que al cierre del año escolar el movimiento educativo logró atender a un 80% de sus 105.776 estudiantes.

Sobre el 20% restante, unos 21.155 alumnos, la educadora indicó que “algunos de ellos” reaparecieron en el mes de julio y la organización puso a su disposición un programa de nivelación y recuperación para procurar que se mantuvieran en el sistema.

Año escolar inédito

“En 75 años de historia de la Avec nunca habíamos tenido un año tan atípico”, afirmó su presidenta sobre el período académico 2019-2020 que incluyó casi cinco meses de educación a distancia.

En respuesta, la organización promovió un modelo multimedia que incluyó la impresión de guías de trabajo, papelógrafos pedagógicos y el abrir el espacio para que los niños llevaran las tareas a la escuela en las zonas de más dificultades o falta total de conectividad.

“Eso permitió que se anclasen, que los niños, niñas y adolescentes permanecieran en el año escolar”, dijo Sor Alicia Bocán.

También se dedicaron a la formación docente y de los representantes, y abordaron herramientas psicosociales, de autocuidado, e información sobre la prevención de la violencia doméstica y el conocimiento de la Lopnna entre otros temas.

La religiosa explicó que las mayores trabas de comunicación se identificaron en los estados Zulia, Táchira, Apure, Amazonas, Delta Amacuro y Sucre, todos estados fronterizos con graves problemas de servicios públicos.

Desde el Ministerio de Educación, señaló, se ha llamado a los planteles a apoyar a quienes no pudieron tener acceso a las herramientas para desarrollar la educación a distancia.

Aclaró que no se trata de que el estudiante va a “pasar por pasar sin que sepa nada”, sino que debe haber respondido a las evaluaciones diseñadas en este período. “Se les dio oportunidad de revisión, de evaluación…  Eso va a depender de cada centro educativo se interese, llame, los busque, de mucha mística del docente y de dedicación”, expresó.

La representante de la Avec agregó que “la idea es ayudar, no penalizar, pero tampoco tener una actitud de cerrar los ojos. Hay que ser exigentes y educar con calidad y valores de evangelio”.

Boscán indicó que se mantiene a la expectativa sobre el inicio del año escolar 2020-2021 que, desde el primer día, comenzará a distancia.

Retroceso en la educación

El doctor en Educación, Tulio Ramírez, recalcó que antes de la pandemia ya se advertía una disminución de la matrícula escolar en todos los niveles. Incluyendo la educación superior.

De hecho, la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2019-2020 arrojó que en el país crecieron los riesgos de exclusión educativa entre quienes no pueden mantener una asistencia regular a clases o registran un severo rezago escolar.

También se hablaba de un retroceso en cuanto a la calidad de la educación “por políticas de facilismo y de promoción automática”, opinó.

“Este gobierno le ha cambiado el significado a la educación.  La educación perdió su norte, dejó de ser un mecanismo de ascenso social, de cumplir una misión para el progreso individual y colectivo”, expuso Ramírez.

Ahora, con la cuarentena, resaltó que las variables conexión, cobertura y disponibilidad de equipos jugaron en contra y podrían alejar a una buena cantidad de niños de lo que llamó “educación mediada por la tecnología”.

Fue categórico al señalar que “la educación a distancia no es asignar tareas por correo electrónico y WhatsApp“.

Hizo énfasis en que se requiere de “estrategias pedagógicas distintas” a las que se aplican en el formato presencial. Consideró que, lamentablemente, ” los profesores no tienen las competencias y el Gobierno a nivel nacional no se ha preocupado por crearlas”.

Como ejemplo citó el caso de las computadoras Canaimitas. “Se las dieron a los alumnos y no a los profesores. No tuvieron instrucciones. Cada uno individualmente se ha tratado de ponerse al día”, agregó.

Los retos del futuro inmediato

La presidenta de la Avec consideró que de cara al próximo año es necesario continuar la formación de docentes y directivos.

“Eso es fundamental, perfeccionar las estrategias para educar a distancia y hacer alianzas que con organizaciones que nos puedan ayudar a formarnos. La idea es llegar a más gente y de manera más cualificada”, expresó.

También mencionó la necesidad de realizar una revisión del currículo y de hacer diseños instruccionales adecuados. Además también apuntó la necesidad de establecer acuerdos con entes que permitan dotar a los maestros de herramientas tecnológicas.

“Los docentes están costeando la conectividad. Quizá podría haber una empresa de telefonía celular que cree planes especiales para los educadores, expresas extranjeras que puedan apoyar”, ilustró.

Aunque consideró que hay problemas estructurales que no pueden resolverse con iniciativas individuales, el profesor Tulio Ramírez llamó a ser “racionalmente creativos”.

Planteó que es necesario planificar para que el proceso no se traduzca en una “avalancha” de tareas. Destacó la importancia de hacer esfuerzos por utilizar plataformas virtuales que permitan acercar a los estudiantes con los docentes y garantizar más interacciones.

Foto: Ueslei Marcelino – Unicef 

Fuente de la Información: https://efectococuyo.com/la-humanidad/alertan-del-riesgo-de-desercion-escolar-con-la-educacion-a-distancia/

 

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Bolivia: crece la deserción estudiantil en las universidades por costo de internet

Bolivia: crece la deserción estudiantil en las universidades por costo de internet

Universidades en crisis: crece la deserción por costo de internet

Las universidades privadas del país registran un 35% de deserción estudiantil, siendo la principal causa la imposibilidad de mantener el pago de internet para las clases virtuales. Esto y la dificultad de los estudiantes para pagar las pensiones ha hecho que las instituciones entren en una crisis económica que pone en riesgo la calidad educativa y su existencia.

“Por la pandemia, los alumnos han ido abandonando sus estudios. A fin de año, por lo general, tenemos un 40% de deserción. Pero ahora no hemos terminado ni el primer semestre y estamos en el 35%. Es decir que hemos perdido el 35% de la matrícula”, señaló el rector de Ucatec y presidente de la Asociación Nacional de Universidades Privadas (ANUP), René Polo.

El 30 de marzo, las universidades privadas y el Ministerio de Educación firmaron un compromiso para flexibilizar los pagos de pensiones. Con este acuerdo los estudiantes podían acceder a los siguientes módulos de la currícula sin necesidad de estar al día en sus cuotas, lo que dejó a las instituciones con niveles muy bajos de liquidez.

Por ello, 29 de las 36 afiliadas a la ANUP se vieron obligadas a contraer préstamos bancarios para pagar sueldos, las licencias de las plataformas virtuales para dar clases y otros gastos. El incumplir estas obligaciones implicaría detener la formación de más de 200 mil universitarios del país.

Para el presidente de la Federación Regional de Estudiantes de la Universidad Católica Boliviana de Cochabamba (Freucb), José Ugarte, el problema del pago de las pensiones es preocupante, porque generó que muchos universitarios piensen en dejar sus estudios.

“La UCB anunció hace un mes que se solidarizaba plenamente con la situación económica de sus estudiantes. Por ello se diseñó un Plan de Apoyo Económico Excepcional, que consiste en dos componentes: uno automático para todos los estudiantes con el 10% de descuento y otro variable que puede llegar hasta un 60% adicional, de acuerdo a situaciones personales justificadas”, indicó el rector de la UCB, Marco Antonio Fernández.

Añadió que se suspendió para toda la gestión cualquier cobro de multas por atrasos en los pagos y se brindó un plazo para pagar las cuotas de marzo, abril y mayo hasta el 30 de junio. Aseguró que estas medidas han sido determinantes para que estudiantes que pensaban suspender sus estudios no lo hicieran y la deserción (en su caso) haya sido muy baja y comparable a situaciones de años normales.

“Es una gran ayuda. Pero aún así el plazo que nos ponen es difícil de cumplir porque seguimos sin poder generar ingresos”, señalo Alejandro M., un estudiante de la UCB regional La Paz.

La situación se replica en otras universidades. “Pedí una ampliación del plazo y también del descuento pero todavía no tengo respuesta”, comentó una alumna de la Universidad Privada Boliviana (UPB).

Internet, causa principal de la deserción

“Inmediatamente se decretó la cuarentena, las universidades privadas habilitamos las plataformas virtuales para dar continuidad al sistema educativo, no hemos parado ni un día para continuar el semestre que ya había comenzado”, señaló el rector de Utepsa de Santa Cruz y vicepresidente alterno de la Región Andina de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (Udual), Antonio Carvalho.

Aunque a ninguno de los estudiantes le fue negado el servicio, no todos están conformes con las clases virtuales. Mientras que para algunos no logran satisfacer sus expectativas, para otros el principal problema es el mantener el internet.

“Al principio la dificultad fue la organización. Pero algo que permanece es que muchos de los estudiantes tuvieron problemas con el acceso a internet y hemos tratado de ayudar con megas, es el principal problema”, señaló el presidente de Freucb, José Ugarte.

Según datos recabados por la ANUP, el 57% de las deserciones se deben a la imposibilidad de los estudiantes de pagar el internet para las clases virtuales, un 8% porque tiene un acceso deficiente y otro 8% porque el alumno no cree en las clases virtuales. Un 15% abandonó la universidad porque volvió a su lugar de origen y un 12% por otras causas.

“En el país tenemos un internet que, además de caro, no tiene una buena cobertura. Eso ha motivado el abandono y que no sea el 100% de los estudiantes los que puedan avanzar”, indicó Carvalho.

“No es la misma asimilación que en una clase presencial. Si bien hay materias en las que se da de mejor modo, las que preocupan son las que requieren práctica. En mi caso al principio teníamos fallas con la plataforma que habilitaron, colapsó y no todos podían entrar”, manifestó un alumno de la Universidad Tecnológica Boliviana (UTB).

Carvalho explicó que las clases virtuales son un campo en el que se trabaja desde hace varios años, pero que por reparos de la anterior gestión del Ministerio de Educación no logró ser consolidada más que como una herramienta complementaria.

Dijo que los docentes se ven en la necesidad de trabajar el triple. Preparan los temas, las evaluaciones y están disponibles las 24 horas para sus estudiantes porque la enseñanza se individualiza.

Como parte de las acciones para mejorar el acceso de los estudiantes a internet, Entel firmó una serie de compromisos para ofrecer paquetes de tele-educación de bajo costo. La Universidad Pública de El Alto, Universidad Católica Boliviana, San Francisco Xavier de Chuquisaca, Gabriel René Moreno y la Universidad Mayor de San Andrés son algunas de las beneficiadas, cuyos estudiantes podrán ingresar a plataformas educativas

Privadas sin apoyo para la reactivación económica

“La educación no está en ninguna parte, no aplicamos en los beneficios para el sector productivo”, dijo el presidente de la ANUP, René Polo. A la fecha rige un descuento de entre 5%, 10% y 15% para todos los estudiantes, un apoyo que puede extenderse en casos particulares. Esta rebaja se suma a los beneficios y planes ya disponibles, antes de la emergencia, en cada universidad.

Polo añadió que pese a ello, por la crisis económica que atraviesan los alumnos, hay una mora del 70% en las mensualidades. Y aunque para algunos universitarios y padres de familia los descuentos son una ayuda, para otros aún son insuficientes.

“Por la pandemia hemos tenido que dar el salto de las clases presenciales a las 100% virtuales. Esto implicó un gasto que no estaba presupuestado, ya que no se realiza con las aplicaciones comúnmente conocidas, sino con la contratación de plataformas que requieren un pago de licencias por cada estudiante que accede”, manifestó Polo.

Pero si hay algo en que coinciden las casas de estudios superiores y los estudiantes es que si sigue la baja de sus ingresos, las universidades estarán en serio riesgo de colapso financiero o de baja de la calidad educativa.

“Uno elige una privada porque a veces tiene carreras o contenidos que no encontramos en la estatales. Claro que eso implica que la educación sea pagada. Ahora no podemos pagar, pero de seguir así tal vez van a cerrarse carreras o bajará la calidad”, manifestó un estudiante de la UPB.

Polo indicó que una muestra de la calidad es que en los últimos 10 años las privadas pasaron de ocupar el 5% de las acreditaciones internacionales al conseguir 45%. “Son alrededor de 200 mil estudiantes en las universidades privadas. Sin ellas tendrían que ser absorbidos por las estatales”, sostuvo.

Semestre con Covid

Cuando el Gobierno declaró la cuarentena contra la Covid-19, el primer semestre ya había comenzado en las diferentes universidades privadas del país.

Virtual Para no parar las actividades educativas se pasó de las clases presenciales a las 100% virtuales. A excepción de las materias prácticas, que requieren laboratorios y talleres. En el caso de las carreras relacionadas con el área de la salud, por seguridad de los estudiantes se detuvo toda práctica hospitalaria, así como los internados de rotación. Los alumnos se han presentado como voluntarios para las brigadas de lucha contra el Covid-19.

UCB El rector de la Universidad San Pablo indicó que como parte del plan integral de fortalecimiento de su ecosistema de Educación Virtual, la UCB acaba de realizar importantes inversiones, como la adquisición de NEO Learning (LMS), un paquete de manejo de sistemas de enseñanza-aprendizaje virtual especializado . Es el primero en Bolivia, aunque ya es utilizado en Europa y EEUU.

Remotos En relación a los desafíos en las prácticas de laboratorios, la UCB está implementando laboratorios remotos para diferentes disciplinas, especialmente para las carreras de ingeniería. Estos serán dirigidos por universidades de EEUU. También organiza capacitaciones para los docentes que les permitirán obtener un diplomado en “Aplicación de recursos tecnológicos para la educación virtual”.

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2020/07/bolivia-crece-la-desercion-estudiantil-en-las-universidades-por-costo-de-internet/

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