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Chile: ¿Desde dónde se esfumaron los 50.814 nuevos estudiantes desvinculados del sistema escolar?

La mayor tasa de desvinculación de 2022 a 2023 es en tercero y cuarto medio de educación técnica profesional, pero numéricamente donde más desescolarizados hay es en primero medio. Además, 11.930 son del quintil menos vulnerable y 11.886 del más vulnerable, en línea con que las comunas del país con mayor tasa de desvinculación son Vitacura, Colina, Las Condes, Ñuñoa y Santiago. Las autoridades hablan de un fenómeno «distinto».

Los datos del Mineduc dados a conocer por La Tercera hace algunos días daban cuenta de que 50.814 estudiantes estaban matriculados en el sistema escolar en 2022 y no lo hicieron este año, lo que implica 5.969 alumnos más que los desescolarizados de 2021 a 2022, lo que equivale a un 13,3% de aumento.

 

La cartera aclaraba el sábado a este medio que los datos actuales difieren de los entregados el año pasado por el exministro de Educación Marco Antonio Ávila, quien instaló comunicacionalmente el número de 50.529 desvinculados entre 2021 y 2022, porque esa cifra era una foto del momento en que la dio, una suerte de monitoreo con limitaciones metodológicas no comparable y que lo correcto es cotejar las cifras actuales con el mismo periodo anterior, lo que corrige el dato a 44.845 estudiantes desvinculados de 2021 a 2022 y los ya mencionados 50.814 de 2022 a 2023.

Explicaciones más o menos, lo cierto es que la cifra es en extremo preocupante, toda vez que implica un fuerte aumento respecto del año pasado, cuando la situación ya se catalogaba como grave. Ocurre que los datos dan cuenta de que uno de los pilares del Plan de Reactivación Educativa, dedicado a la asistencia y revinculación, no ha dado todos los resultados esperados (o los ha dado a medias), porque los 17.069 estudiantes que se han logrado revincular siguen siendo menor cantidad que los desvinculados: la fuga aun es superior al retorno.

“Es importante destacar que el corte de matrícula que se realiza hasta abril no considera las acciones que los equipos territoriales de asistencia y revinculación han realizado este segundo semestre, los cuales han permitido que más de seis mil estudiantes se hayan revinculado o estén en proceso de hacerlo”, señalaba el sábado Joaquín Walker, director ejecutivo para la Reactivación Educativa del Mineduc.

Pero, ¿quiénes son los más de 50 mil nuevos desvinculados del sistema escolar? ¿Cuál es la caracterización de ellos?

Donde se presenta mayor tasa de desvinculación es en tercero y cuarto medio de educación técnica-profesional, con 3,5% y 3,1%, respectivamente, seguidos de primero y tercero medio de educación humanista-científica, con 2,5% y 2,7%. Sin embargo, numéricamente se tiene que donde más desescolarizados hay es en primero medio, con 6.903 fugas, seguido de segundo medio (5.471) y tercero medio humanista-científico (4.132)

¿Desde dónde se esfumaron los 50.814 nuevos estudiantes desvinculados del sistema escolar?

La mayor tasa de desvinculación de 2022 a 2023 es en tercero y cuarto medio de educación técnica profesional, pero numéricamente donde más desescolarizados hay es en primero medio. Además, 11.930 son del quintil menos vulnerable y 11.886 del más vulnerable, en línea con que las comunas del país con mayor tasa de desvinculación son Vitacura, Colina, Las Condes, Ñuñoa y Santiago. Las autoridades hablan de un fenómeno «distinto».

Los datos del Mineduc dados a conocer por La Tercera hace algunos días daban cuenta de que 50.814 estudiantes estaban matriculados en el sistema escolar en 2022 y no lo hicieron este año, lo que implica 5.969 alumnos más que los desescolarizados de 2021 a 2022, lo que equivale a un 13,3% de aumento.

La cartera aclaraba el sábado a este medio que los datos actuales difieren de los entregados el año pasado por el exministro de Educación Marco Antonio Ávila, quien instaló comunicacionalmente el número de 50.529 desvinculados entre 2021 y 2022, porque esa cifra era una foto del momento en que la dio, una suerte de monitoreo con limitaciones metodológicas no comparable y que lo correcto es cotejar las cifras actuales con el mismo periodo anterior, lo que corrige el dato a 44.845 estudiantes desvinculados de 2021 a 2022 y los ya mencionados 50.814 de 2022 a 2023.

Explicaciones más o menos, lo cierto es que la cifra es en extremo preocupante, toda vez que implica un fuerte aumento respecto del año pasado, cuando la situación ya se catalogaba como grave. Ocurre que los datos dan cuenta de que uno de los pilares del Plan de Reactivación Educativa, dedicado a la asistencia y revinculación, no ha dado todos los resultados esperados (o los ha dado a medias), porque los 17.069 estudiantes que se han logrado revincular siguen siendo menor cantidad que los desvinculados: la fuga aun es superior al retorno.

“Es importante destacar que el corte de matrícula que se realiza hasta abril no considera las acciones que los equipos territoriales de asistencia y revinculación han realizado este segundo semestre, los cuales han permitido que más de seis mil estudiantes se hayan revinculado o estén en proceso de hacerlo”, señalaba el sábado Joaquín Walker, director ejecutivo para la Reactivación Educativa del Mineduc.

Pero, ¿quiénes son los más de 50 mil nuevos desvinculados del sistema escolar? ¿Cuál es la caracterización de ellos?

Donde se presenta mayor tasa de desvinculación es en tercero y cuarto medio de educación técnica-profesional, con 3,5% y 3,1%, respectivamente, seguidos de primero y tercero medio de educación humanista-científica, con 2,5% y 2,7%. Sin embargo, numéricamente se tiene que donde más desescolarizados hay es en primero medio, con 6.903 fugas, seguido de segundo medio (5.471) y tercero medio humanista-científico (4.132).

DESVINCULADOS POR CURSO:
Curso Cantidad Tasa
Primero básico 1.504 0,6%
Segundo básico 3.788 1,5%
Tercero básico 3.678 1,4%
Cuarto básico 3.173 1,3%
Quinto básico 3.354 1,3%
Sexto básico 3.456 1,3%
Séptimo básico 3.592 1,3%
Octavo básico 3.589 1,3%
Primero medio 6.903 2,5%
Segundo medio 5.471 2,2%
Tercero medio humanista-científico 4.132 2,7%
Tercero medio técnico-profesional 3.012 3,5%
Cuarto medio humanista-científico 2.707 1,9%
Cuarto medio técnico-profesional 2.446 3,1%
Por otro lado, y acorde al reporte del Centro de Estudios del Mineduc, la tasa de desvinculación tuvo una subida de 0,7 puntos porcentuales de un año a otro en aquellos estudiantes que pertenecían a establecimientos con menor nivel de vulnerabilidad social: 11.930 estudiantes se desescolarizaron de los recintos del quintil menos vulnerable, con una tasa de 2% sobre la matrícula teórica de 610.814 del sector. Aunque, en todo caso, es la misma tasa de incidencia -2%- que tienen los establecimientos más vulnerables, donde se fueron 11.886 escolares de los 608.596 del sector. Ambos extremos de los quintiles son los que presentan la mayor tasa de desvinculación actualmente.

En línea con lo anterior, se tiene que las cinco comunas del país con mayor tasa de desvinculación (con una matrícula superior a los 10 mil estudiantes) son Vitacura (8,2%), Colina (4,9%), Las Condes (3%), Ñuñoa (2,9%) y Santiago (2,6%), quienes respectivamente perdieron 1.472, 1.740, 1.117, 1.006 y 1.848 estudiantes de 2022 a 2023.

“Según informes de la Unesco y el BID, la desvinculación educativa es un fenómeno global que se agudizó producto de la pandemia, que sigue latente y que encuentra múltiples causas”, contextualizaba hace unos días Walker, quien ahondaba que en el caso de Chile, según los nuevos datos, se aprecian elementos adicionales que pueden influir. “Uno que llama la atención es el aumento significativo de estudiantes que se desvinculan y pertenecen al quintil de mayor nivel socioeconómico: del 2022 al 2023 la tasa de desvinculación de este grupo pasa de 1,3% a 2%, lo que significa alrededor de 3.700 estudiantes más”. Esto, añade, es consistente con el análisis de las comunas que presentan la mayor tasa de desvinculación: “Este fenómeno puede tener relación con el importante aumento de la inscripción a exámenes libres”, donde aproximadamente uno de cada cinco de los estudiantes desvinculados -11.436- se encontraba inscrito en abril en esta modalidad.

Para Jorge Ibáñez, director de Política Educativa de Educación 2020, el aumento de la tasa de desvinculación “es muy preocupante, porque se ve directamente vulnerado el derecho a la educación” y que al observar que las mayores tasas se concentran en comunas de altos recursos y establecimientos particulares pagados, cabe preguntarse “si estamos ante un fenómeno de exclusión educativa, o más bien un cambio a modalidades no tradicionales que no tienen reconocimiento oficial”. También señala que esto da cuenta de que el sistema tradicional no está siendo una respuesta adecuada. “Es clave analizar y comprender críticamente el fenómeno para abordarlo de forma correcta, de lo contrario los esfuerzos serán en vano. ¿Es suficiente desplegar 1.400 expertos en revinculación si la escuela no es atractiva? El riesgo es que varios de los estudiantes revinculados no permanezcan en el sistema al largo plazo”, cierra.

¿Más detalles? La tasa de incidencia es más alta en hombres (1,8%) que en mujeres (1,5%), y en términos territoriales la mayor tasa de incidencia se presenta en la Región Metropolitana, seguida de Tarapacá y Antofagasta. En la otra vereda, las regiones con menor tasa de incidencia son Biobío, Los Ríos, Ñuble y Coquimbo.

Según dependencia administrativa, se tiene que las tasas más altas corresponden, en orden, a instituciones de administración delegada, particulares pagados, Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) y municipales. En tanto, la tasa más baja está en los establecimientos particulares subvencionados.

DESVINCULADOS POR TIPO DE SOSTENEDOR:
Dependencia administrativa Desvinculados Matrícula teórica Tasa de incidencia
Municipal 17.961 976.461 1,8%
Particular subvencionada 20.138 1.581.205 1,3%
Particular pagada 8.364 299.501 2,8%
Administración delegada 1.315 45.444 2,9%
SLEP 3.036 151.539 2%
En tanto, por nivel de enseñanza, la mayor tasa de incidencia se concentra en educación media técnico-profesional (2,8%, o 6.976 de 246.931), y educación media humanista-científica (1,8% o 13.569 de 739.502). “Hay mayor tasa de desvinculación en liceos técnicos-profesionales, donde se concentran los estudiantes de mayor vulnerabilidad y que tienen una mayor probabilidad de quedar excluidos del sistema, lo que puede explicarse porque hay falta de apoyo y/o necesidad de trabajar”, dice Ibáñez.

En la básica, por su parte, se desvincularon 30.269 de los 2.067.717 de esa matrícula, lo que se traduce en una tasa de incidencia de 1,5%.

Con todo, y dado que la inasistencia grave es un predictor de la deserción, en el Mineduc ya intuían que la desvinculación presentaría magras cifras a partir de los datos que mostraba ese indicador el año pasado. “Era esperable que los datos no fuesen auspiciosos”, decía Walker, quien además reseñaba que la caracterización de los desescolarizados de 2023 tiene elementos particulares a considerar en el análisis. “Este año la desvinculación tiene características que hacen difícil compararla con años anteriores. En primer lugar, hay una pandemia con pocos precedentes históricos, que tiene un incuestionable efecto de arrastre en los años siguientes al retorno presencial que hace difícil comparar la desvinculación con años anteriores a la pandemia. Tampoco debemos olvidar que la crisis social de 2019 generó también una interrupción en la asistencia, que por supuesto se prolongó luego con la pandemia. A esto se suman también los factores del incremento de inscripciones en exámenes libres, el aumento de desvinculados provenientes de sectores socioeconómicos más altos, entre otros, lo cual nos habla de un fenómeno distinto y que debemos analizar desde otra perspectiva”.

Fuente: https://www.latercera.com/la-tercera-pm/noticia/desde-donde-se-esfumaron-los-50814-nuevos-estudiantes-desvinculados-del-sistema-escolar/2D7IKDCAXZBIRMW2AXINTLOQQQ/

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“Por los enfrentamientos hay 100 niños desescolarizados, hay hambre”: el angustiante llamado del alcalde de Segovia al Gobierno Colombiano

El ELN y el Clan del Golfo tienen acorraladas a 300 personas en una zona rural.

El alcalde de Segovia, Didier Alexander Osorio, pidió con urgencia la ayuda del Gobierno nacional. En zona rural de ese municipio, en un lugar conocido como Rancho Quemado, hay 300 personas confinadas, escondidas, por el accionar violento e intimidatorio de los grupos armados.

“Solicitamos urgentemente al Ministerio de Defensa, del Interior, y especialmente la Alta Consejería para la Paz, la intervención cuanto antes que permita el retorno seguro de estas comunidades”, dijo el mandatario.

Y es que el drama no es menor. Hay 100 niños que no han podido volver a la escuela por esta situación. No menos grave es que, según relató el alcalde, ya hay hambre entre la población, pues las personas no pueden salir a hacer sus jornales ni comprar alimentos.

Por eso, el alcalde reiteró que la ayuda del Gobierno Nacional es apremiante. Aunque el Ejército hace presencia en la zona, no ha sido suficiente para calmar la zozobra de los habitantes de la región. Los desplazados son de las veredas Arenales, Jagua, El Aguacate; Monte Frío y San José del Pesca. Por ahora, a los afectados los están atendiendo la alcaldía y la Unidad de Víctimas, que han entregado seis toneladas de alimentos, 200 colchonetas y 300 kits de aseo.

Esta situación de zozobra comenzó hace dos semanas, cuando el ELN y el Clan del Golfo se enfrascaron en enfrentamientos por el control del territorio. Según versiones oficiales, las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia, más conocidas como Clan del Golfo, estaban controlando el ingreso a la vereda Cañaveral y se registraron hostilidades armadas ante la llegada de integrantes de la guerrilla del ELN, siendo esta, al parecer, la razón por la que comenzaron los enfrentamientos.

El gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, ha dicho en varias ocasiones que toda la fuerza del Estado caerá sobre los grupos que tienen acorralada a la población civil. Sin embargo, hasta la fecha no hay una solución efectiva y el alcalde, en su desespero, hace un llamado al Gobierno nacional.

La situación es apremiante, toda vez que las familias afectadas van a cumplir tres semanas sin poder llevar su vida con normalidad. En varias ocasiones se ha cuestionado la intención de paz del ELN, que está en una mesa de diálogo con el gobierno y hace poco firmó un cese al fuego, y el Clan de Golfo, que también está dentro de las conversaciones de la paz total.

Por ahora, en el campo antioqueño no se respira la paz.

Fuente: https://www.elcolombiano.com/antioquia/combates-entre-el-clan-del-golfo-y-el-eln-mantienen-personas-HJ21938807

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México: Más de 42 millones de niños, niñas y adolescentes viven sin derechos

Más de 42 millones y medio de niñas, niños y adolescentes en México fueron abandonados por el estado mexicano, sin derechos, sufren pobreza, abandono, mala educación, violencia y carecen de cobertura en salud y vacunación, sostienen Mario Luis Fuentes Alcalá y Saúl Arrellano Almanza, de México Social.

En un informe, califican esta situación de irracional, absurda, incomprensible e indignante, agudizada en los últimos cinco años, con desigualdades regionales que evidencian una diferencia entre las y los niños de Baja California y Chiapas de 300 por ciento; pero la pobreza infantil es grave en entidades como Oaxaca, Veracruz, Puebla o Durango.
Plantean los autores que, además, el Estado Mexicano omite cumplir con los derechos en la ley y los compromisos internacionales. Hablar de violencia es hablar de un crecimiento hasta de más del 64 por ciento en violencia sexual contra las niñas en sus hogares.

El estudio elaborado por estos investigadores se llama «Índice de los derechos de la niñez 2022, cinco años de incumplimiento de derechos» y plantea que es una realidad lacerante si se considera que, de acuerdo con el censo, la población más grande del país, de 42 millones 561.974, es de niños, niñas, adolescentes de cero a 19 años.

Mario Luis Fuentes Alcalá califica lo encontrado en el estudio de «inapropiado», donde es claro que estamos en «un país que no quiere a sus hijos/hijas, al que sus hijas/hijos le son indiferentes, al que no le importa tener expectativas sobre sus niños y niñas. Y dramático como irracional, absurdo, incomprensible».

El estudio, que puede hallarse en la página de México Social, sostiene que el promedio de cumplimiento de todos los derechos de la infancia medido indica que fue de 0,558 lo que significa que estamos con los niños/niñas y apostamos por su futuro a medias, a pesar de que la economía es la número 16 en el mundo y podría brindar mejores condiciones de vida a sus Niños, Niñas y Adolescentes (NNA).

Agrega que este Índice de los Derechos de la Niñez muestra que México sigue siendo un país en el que existen condiciones generalizadas de incumplimiento de los derechos de NNA.

El estudio se hizo con base en la información oficial disponible, y puede sostenerse que no existe un solo ámbito de derechos en el que el país haya tenido un buen desempeño. Lo más preocupante de esta situación es que se trata de una cuestión histórica, estructural y sistémica a la que este gobierno de la 4T no le ha dado importancia.

Si la situación de vida, salud y educación es dramática, también lo es la violencia contra este sector de la población, que ha crecido en cinco años en 46 por ciento. El Índice destaca que, hasta ahora, México ha sido incapaz de construir un entramado institucional integral que haga realidad los derechos que nuestra Constitución y diversas leyes reconocen para los NNA.

Los investigadores Fuentes Alcalá y Arellano Almanza que forman parte, además, del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, consideran necesario poner en el centro de los derechos humanos a las niñas, niños y adolescentes, hoy no garantizados, como tampoco se puede hablar de una infancia digna.

Menos se ha logrado una estrategia de desarrollo; además, los menores de edad no son tomados en cuenta, a pesar de constituir el grupo poblacional más grande y tiene que ver con una mirada «adulta céntrica».

Los hallazgos que se tienen en la investigación que da origen al estudio, se muestra cómo, al menos desde el 2008, cuando se llevó a cabo la primera medición multidimensional de la pobreza y hasta el año 2020, de forma constante, el 50 por ciento o más de la población menor de 18 años en el país vive pobreza y pobreza extrema, sin que alguna medida impacte esta situación, como becas o dinero directo.

Este Índice muestra claramente las dramáticas condiciones en que vivía la niñez mexicana, justo al inicio de la pandemia de la covid-19 y del confinamiento obligado; por lo que, en posteriores mediciones, podrá compararse con toda precisión cuál fue el impacto que tuvo la pandemia en el grado de cumplimiento de sus derechos.

El Índice, acentúan los autores, es una herramienta útil desde muchos puntos de vista que, si hubiera políticos interesados en la infancia, tendrían aquí un punto de partida valiosísimo para emprender numerosas acciones.
El resumen que hacen los autores no podría ser más contundente: «La evidencia que se presenta caracteriza a México como un país inapropiado para la niñez, pues las condiciones en las que viven las personas menores de 18 años son, sin caer en un exceso retórico, dramáticas».

El texto hace un llamado a la indignación frente a la inaceptable y dolorosa realidad que describe, con datos y números demoledores, esas estadísticas simples no logran transmitir las realidades complejas ni el dolor que implica vivir bajo condiciones tantas veces indignas e infrahumanas que padece la mayoría de los niños y niñas en el país.

Especial atención requieren los NNA indígenas quienes cuentan con los indicadores más bajos en el cumplimiento de derechos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 había 1.96 millones hablantes de lenguas indígenas entre los tres y los 19 años de edad. De ellos, 338.880 no eran hablantes del español por lo que se requiere garantizarles el derecho a una educación bilingüe.

Otro grupo que se enfrenta a condiciones más difíciles para el cumplimiento de derechos es el de NNA que cuentan con alguna discapacidad, limitación o condición mental. De acuerdo con INEGI, en 2020, estos eran un total de 2.97 millones de NNA de 0 y los 19 años de edad, lo que representa al siete por ciento de la población de este grupo de edad. El estudio da cuenta que la pobreza afecta más a la infancia que a cualquier otro grupo etario, además de ser una condición estructural e intergeneracional.

Lo más grave

Entre 2008 y 2020, poco más del 50 por ciento de los NNA fueron considerados en circunstancias de pobreza multidimensional mientras que para el resto de la población el porcentaje fluctúa alrededor del 44 por ciento. De igual modo, mientras que el porcentaje de la población mayor de 18 años considerada no pobre o no vulnerable fue en 2020 de 25,8, para los NNA el porcentaje fue de 17,9.

El estudio describe la pobreza y las condiciones de vulnerabilidad de la niñez, entre ellas, la carencia de seguridad social en su hogar, así como de ingreso laboral, nutrición de calidad, rezago educativo, servicios en la vivienda o ser hablante de alguna lengua indígena.

El Índice contiene datos tan demoledores como los siguientes: cuando los NNA registraron simultáneamente carecer de seguridad social y de servicios de salud, presentaban 96,9 por ciento de probabilidades de ser considerados/as como pobres; mientras que, cuando se registró simultáneamente vivir en áreas rurales, habitar en viviendas donde se cocina con leña, carecer de seguridad social y hablar alguna lengua indígena, el porcentaje de probabilidad de ser pobre fue de ciento por ciento.

Este último dato muestra las profundas desigualdades que persisten en el país sobre todo si se toma en cuenta que, a nivel nacional, el promedio de NNA en situación de pobreza en 2016 fue de 50 por ciento.

Pero este promedio esconde la diferencia en la proporción de NNA en pobreza entre Chiapas, que es de 84,5 por ciento y Baja California Sur, con 23,7, es decir, una diferencia de 3,56 veces. Para 2020, el porcentaje de NNA en situación de pobreza se incrementó en cinco puntos porcentuales al pasar de 50,3 a 55,6.

NNA en situación de violencia

Otro grave problema que afecta también a la infancia es la violencia. El Índice reporta que de 2016 a 2021, 7.752 NNA perdieron la vida a causa de lesiones provocadas de manera intencional y desglosa con todo detalle tanto los números absolutos como las tasas por 100.000 habitantes de cada entidad federativa.

En relación con las carpetas de investigación sobre denuncias de casos de violencia familiar, se observa un incremento de 46 por ciento en tan sólo cinco años, de 2016 a 2020 (de 191.000 casos a 254.000) y un incremento de 64,5 por ciento en las agresiones de tipo sexual.

Se trata de un fenómeno que ha ido escalando de manera dramática por lo que queda claro que las medidas que se han tomado para detenerlo resultan insuficientes y muestran, sobre todo, un nivel preocupante de deterioro del tejido social y una falta de entendimiento de los resortes que activan esta violencia.

El estudio no sólo constituye una denuncia, sino que arriesga hipótesis para entender la violencia, una de ellas: que la pobreza no es necesariamente su principal detonante, y que hay diversas formas de ejercicio de la violencia que no están ligadas a condiciones socioeconómicas, sino a factores como la salud mental y la presencia o no de una ética de respeto, solidaridad y protección de la otredad.

Hace unos días, se hizo una presentación del estudio en la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM, donde Fuentes Alcalá expuso que en los hogares y las viviendas existe una fractura de origen, limitada por la pobreza; mientras que las escuelas se han erosionado y transmiten estereotipos y abusos. Dijo que «la educación es la otra tragedia».

Se analizó cómo en la educación la pandemia tuvo efectos demoledores que se suman a los acumulados por la falta de un proyecto educativo sólido con metas precisas que permitan trazar una ruta para superar los profundos rezagos y desigualdades que la educación tiene en el país. Los autores consideran que se puede hablar ahora, al comienzo de 2023, de un escenario catastrófico para la educación y para la salud.

Fuente: https://rebelion.org/mas-de-42-millones-de-ninos-ninas-y-adolescentes-viven-sin-derechos/

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Embarazo temprano frustra el futuro de las niñas en América Latina, según estudio

Embarazo temprano frustra el futuro de las niñas y adolescentes en América Latina.

La tasa de embarazo temprano en América Latina es una de las más altas a nivel mundial. Con las medidas de confinamiento y aislamiento social, debido a la emergencia sanitaria, este indicador se ha agravado, provocando severas repercusiones para las niñas y adolescentes de la región, en especial, en el cumplimiento de sus derechos, como el acceso a la educación y su desarrollo personal y profesional.

La directora Ejecutiva de Plan International en las Américas, Débora Cóbar, advierte que todavía no existen cifras actualizadas a la fecha sobre esta problemática. Sin embargo, ratifica que, mientras dure la pandemia, el indicador irá en aumento.

En el caso de las niñas menores de 14 años, es importante señalar que los embarazos no solo son de alto riesgo para la salud de las niñas, sino que también son el resultado de la violencia sexual. Estos abusos sexuales hacia las niñas se comenten en la mayoría de las ocasiones en su entorno más cercano.

Por ello, las medidas de confinamiento colocaron a las niñas en una situación de enorme vulnerabilidad ya que no solo estuvieron encerradas con sus posibles agresores, sino que vieron limitada su capacidad de pedir ayuda y se vieron alejadas de espacios de protección como las escuelas.

En cuanto al embarazo adolescente “La pandemia limitó tres factores que eran decisivos en la lucha contra el embarazo: el acceso a los sistemas de salud, el acceso a información sobre salud sexual y reproductiva y el acceso a servicios de asistencia. Los gobiernos de la región deben focalizar sus esfuerzos en subsanar estas falencias, para evitar que se pierdan todos los avances registrados en la erradicación de esta problemática”, enfatiza Débora Cóbar.

El informe Consecuencias Socioeconómicas del Embarazo Adolescente para Seis Países en América Latina —que incluyen a Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Paraguay—, realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y presentado en 2020, reveló que alrededor del 18% de los nacimientos en la región corresponden a madres menores de 20 años de edad.

En la experiencia de trabajo de Plan International en comunidades de 12 países de América Latina y el Caribe, el embarazo temprano es una problemática multidimensional, que tiene gravísimas consecuencias para el futuro de las niñas y adolescentes de la región.

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto son la principal causa de muerte de las niñas de 15 a 19 años en todo el mundo.

“Los riesgos que enfrentan las niñas, en la actualidad, son mucho mayores en el contexto de la pandemia, debido a las implicaciones que puede representar un embarazo”, señala Débora Cóbar.

Si bien es difícil encontrar datos sobre algunas implicancias graves del embarazo temprano, sí hay certeza que estos también provocan importantes consecuencias para la salud mental de las niñas y adolescentes, más cuando son fruto de la violencia sexual. Además, pueden tener también importantes afectaciones en su salud física a largo plazo, más todavía en los casos de niñas menores de 14 años.

Organismos internacionales estiman que cada año más de 1,5 millones de madres adolescentes dan a luz y dos tercios de ese total son el resultado de la falta de información para prevenir el embarazo o por violencia sexual.

Este indicador repercute directamente en el acceso a educación y oportunidades profesionales de las niñas y adolescentes a largo plazo. Ante la falta de apoyo económicos y de cuidado una vez que han sido madres, un gran número de ellas se ven en la obligación de renunciar a la posibilidad de continuar su formación educativa.

En caso de incorporarse al mercado laboral, esta incorporación en la mayoría de los casos se da en el mercado informal con todo lo que ello implica, mayor precariedad, menor remuneración, menor acceso a servicios sociales entre otros.

Como parte de su estrategia para transformar esta realidad, Plan International ha desarrollado proyectos de prevención, en alianza con instituciones locales, como “Zonas Libres de Embarazo” (Ecuador) o “¡Cero embarazos antes de los 20!” (Nicaragua), cuyos resultados son alentadores para erradicar esta problemática.

Fuente: https://amprensa.com/2021/07/embarazo-temprano-frustra-el-futuro-de-las-ninas-en-america-latina-segun-estudio/

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ODS1. La brecha digital se intensifica durante la pandemia

World Vision advierte de que más de un año de pandemia ha puesto de relieve cómo la brecha digital se hace más profunda en situaciones de crisis provocando un aumento de la desigualdad.

Uno de los sectores en los que esta situación se ha hecho todavía más evidente es en el acceso a la educación ya que el comienzo del curso escolar y en general, el acceso a la educación durante la pandemia ha estado y sigue estando condicionado por el acceso a las tecnologías y el aprendizaje electrónico.

Antes de la pandemia había alrededor de 258 millones de niños y jóvenes sin escolarizar en todo el mundo y, según el Banco Mundial, más de mil millones de niños y niñas se han visto afectados por el cierre de escuelas. Algunos de ellos, de entornos privilegiados o de países con altos ingresos, pudieron adaptar sus estudios al aprendizaje online, mientras que muchos otros niños y niñas más vulnerables se han quedado atrás. Sin acceso a la educación, los menores de países de bajos ingresos se enfrentan a desafíos todavía mayores, incluida la disminución de oportunidades en el futuro y un mayor riesgo de violencia, matrimonio infantil y explotación sexual. 

La ONG World Vision ha tratado desde el inicio reducir esta brecha digital en los contextos más vulnerables, para ello hemos puesto en marcha diversos programas educativos basados en el aprendizaje virtual o a distancia. Estas iniciativas incluyen el reparto de teléfonos móviles, clases a través de la radio, manejo de WhatsApp y redes sociales. En algunos casos, los estudiantes en riesgo han recibido tabletas digitales para garantizar mejor su acceso y aprovechamiento de oportunidades del aprendizaje remoto.

Una solución para cada entorno 

En Filipinas, la pandemia ha afectado a más de 20 millones de estudiantes. Para poder poner en marcha la educación a distancia, se han utilizado metodologías de aprendizaje modular, on line, por radio y televisión. La familia de Nexi, de 12 años (Filipinas), no tiene Internet, por lo que su escuela local le ha proporcionado módulos impresos. “Sé que tenemos que hacer frente a grandes desafíos este curso escolar. Quiero aprovecharlo al máximo para poder ser ingeniera algún día”, comenta.

Isaac y sus hermanos se encuentran entre los 15 millones de niños en Uganda que se han visto afectados por el cierre de escuelas debido a la COVID-19. Vive en el campo de refugiados de Bidibidi, desde que en 2017 tuvo que huir de Sudán del Sur, y sigue las lecciones de su escuela a través de la radio. “Quiero estudiar mucho y ser el presidente de Sudán del Sur en el futuro para volver a mi país y devolverle la paz”.

En Bidibidi (Uganda) también vive Santos, de 23 años, un maestro de Sudán del Sur. Cuando las escuelas cerraron en marzo del pasado año, vio cómo algunos niños se habían vuelto inactivos en casa, trabajaban con sus padres y algunas niñas del pueblo habían quedado embarazadas, lo que le empujó a iniciar un programa de enseñanza móvil, trabajando voluntariamente con grupos de máximo 10 niños y al aire libre.

Nahed (Jordania) trabaja con el programa de educación de recuperación de World Vision desde 2015, enseñando inglés a niños y niñas refugiados sirios y a niños jordanos. Cuando llegó la COVID-19, Nahed y otros maestros del programa fueron capacitados para impartir clases de forma remota utilizando herramientas como WhatsApp y ZOOM. “Es como si tuviera a los estudiantes en un aula conmigo. Con la interacción en línea en los grupos de WhatsApp y las sesiones de ZOOM puedo ver que los estudiantes están entendiendo y recibiendo el material correctamente».

En Mongolia, donde las redes sociales son muy utilizadas, World Vision ha ayudado a lanzar un nuevo servicio de chat en línea que ha permitido a más de 400 niños y jóvenes acceder a consejeros capacitados.

World Vision sigue trabajando para que los niños y niñas tengan acceso a una educación de calidad, proporcionando a las familias y los maestros materiales educativos y facilitando el acceso a distancia para que la falta de medios y tecnologías digitales no sea un impedimento para recibir una educación. En la era de la COVID-19, la tecnología y la innovación son fundamentales para hacer posible este acceso en los lugares más desafiantes del mundo.  

Fuente: https://www.corresponsables.com/actualidad/ods1-brecha-digital-intensifica-pandemia-world-vision

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Ecador: Escuelas clandestinas, el último recurso de los que no tienen nada

En las zonas más necesitadas de Guayaquil, en Ecuador, proliferan las clases presenciales improvisadas en patios y descampados, con adolescentes que hacen las veces de maestros para que los estudiantes con mayor riesgo de exclusión no pierdan el curso.

Un gran árbol cubre con su sombra de más de 10 metros tres mesas de contrachapado y hierro desgastadas y desconchadas en medio de un descampado. Donde hoy reciben clase 15 niños, antes había un vertedero de basura. “Envié un oficio al municipio para que vinieran a limpiar”, resuelve con una normalidad y soltura impropia de su edad Dennisse Toala. Tiene 17 años y acaba de terminar Bachillerato.

Es una de las profesoras que improvisó clases en una de las zonas más inhóspitas y descuidadas de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, a la que no llega ni el agua ni la luz: Monte Sinaí.

Ese espacio al aire libre en el que los niños repasan las vocales y los números es el punto más remoto de ese sector de asentamientos irregulares. Antes de llegar, las calles asfaltadas de la ciudad se convierten en vías con un cemento precario que luego pasan a ser caminos de piedra y polvo y, justo al acabarse la ruta, un barrizal arcilloso.

Pero ahí, hay un rayo de oportunidad para que los estudiantes con mayor riesgo de exclusión no pierdan el curso. Sin internet, es imposible que sigan las clases oficiales virtuales que impuso Ecuador cuando comenzó la pandemia de covid-19 hace un año.

Liam y Gael son dos gemelos de tres años. Saltan a la rayuela mientras cuentan los números. Los otros niños de su nivel esperan el turno. No se pelean. Sonríen. Es improbable que, por su edad, sean conscientes de la importancia de la labor que un día asumió la joven graduada sin que nadie se lo pidiera. Gracias a ella, todos los alumnos que han pasado por sus clases han aprobado el curso y, si comienza un nuevo año lectivo en mayo de forma presencial, no habrán quedado atrás.

Una evaluación oficial, tras entregar el portafolio de deberes completo de cada alumno a su escuela, avala los diez meses que han recibido asignaturas, rodeados de tierra y monte verde. “Yo, en realidad, quiero ser fisioterapeuta”, cuenta Toala.

―¿Con lo que has conseguido aquí no has pensado en ser profesora?

―No, no es algo que me motive tanto. Si no me llama la atención, no lo voy a hacer bien, ―responde, vestida aún con el pantalón corto de su uniforme colegial deportivo. ―Lo hago ahora porque me entusiasma estar ayudando y cubrir esta necesidad. El lema es aprender para enseñar y cada niño enseña a sus hermanos y hasta a sus padres, ―razona con el aplomo de un adulto y el cuerpo de una adolescente. Hace una semana organizó una fiesta de graduación que daba inicio a las vacaciones.

Cuatro alumnos hacen sus deberes al aire libre en una de las clases que se imparten de manera informal en Monte Sinaí, uno de los barrios más pobres de Guayaquil. Pulse en la imagen para ver la fotogalería completa.
Cuatro alumnos hacen sus deberes al aire libre en una de las clases que se imparten de manera informal en Monte Sinaí, uno de los barrios más pobres de Guayaquil. Pulse en la imagen para ver la fotogalería completa. MIGUEL CANALES LEON

El próximo curso empieza el 7 de mayo en la región Costa del país andino, pero no hay certeza de que se puedan retomar las clases presenciales. En la región Sierra y en la Amazonía, el curso arrancó en septiembre; en marzo, las autoridades ecuatorianas permitieron que 77 escuelas recuperasen la educación presencial como parte de un plan piloto al que Guayaquil, de momento, ha renunciado.

Mientras, Ecuador, que acaba de recibir el primer lote de vacunas AstraZeneca de la iniciativa Covax, mantiene el aumento de contagios de coronavirus: el país acumula 307.000 casos confirmados y 16.333 fallecidos por el virus desde el inicio de la pandemia, con una media diaria de más de 1.300 nuevos enfermos en los últimos siete días.

Ni Liam, ni Gael, ni Sebastián ni los otros chicos y chicas de hasta 15 años que han repasado lecciones con la profesora Toala están hoy en las descorazonadoras estadísticas de deserción escolar que acaba de presentar Unicef en Ecuador. Más de 90.000 niños —de 4,4 millones— han dejado sus estudios por las dificultades de seguir clases virtuales, y el 61,2% reconoce que este año ha aprendido menos.

Unos no tienen internet en su casa o deben compartirlo con sus hermanos; otros no tienen un ordenador o una tableta electrónica; otros, como muchos de los que viven en Monte Sinaí, no tienen ni mesas en sus casas. Solo dos de cada 10 alumnos ecuatorianos poseen equipos electrónicos de uso personal. “Hice una especie de evaluación previa a todos los niños para ver si presentaban dificultades en alguna asignatura.

Había una niña de siete años que no sabía ni las vocales ni los colores. Con ella, repasamos todo el abecedario. Sus padres no saben leer y no podían ayudarla”.

El empeño de la improvisada profesora le llevó a aprender kwicha para que el avispado de Sebastián pudiera avanzar en su escuela intercultural. “Alli puncha”, saluda. “Eso es buenos días”. Los demás están tan entretenidos, pese a que solo están para reforzar materias, que ni se distraen con la presencia extraña de los periodistas.

Un gran árbol cubre con su sombra de más de 10 metros tres mesas de contrachapado y hierro desgastadas y desconchadas en medio de un descampado. Donde hoy reciben clase 15 niños, antes había un vertedero de basura. Pulse en la imagen para ver la fotogalería completa.
Un gran árbol cubre con su sombra de más de 10 metros tres mesas de contrachapado y hierro desgastadas y desconchadas en medio de un descampado. Donde hoy reciben clase 15 niños, antes había un vertedero de basura. Pulse en la imagen para ver la fotogalería completa. MIGUEL CANALES LEON

Hay tres mesas. Una para cada nivel. Los de primaria en una. Los más pequeños pintan y los otros pasan fichas plastificadas con números y letras. Los de secundaria, en otra, escriben en un cuaderno lo que han desayunado y recuerdan la composición de la pirámide de alimentos. Los mayores se enredan en multiplicaciones y potencias. No hay ni un padre alrededor. No necesitan que les vigilen.

“Empecé en mayo en el patio de mi casa con mis sobrinos y luego nos vinimos bajo el árbol. Los otros niños se acercaban y decían que querían pertenecer, pero yo les decía que no era una escuela”. En noviembre, cuenta, apareció personal del Municipio de Guayaquil. ¿Tuviste algún problema por dar clases presenciales a todos juntos estando en pandemia? “No, todos usan mascarilla y nos ponemos alcohol en las manos. Vinieron a ayudarnos. Enviaron a dos docentes que dedicaban media hora al día a cada niño por separado”.

Lo mismo ocurrió con las clases improvisadas que daba Nicole Rosero, también en Monte Sinaí, pero ladera abajo. Un par de profesores, enviados por las autoridades municipales, impartían clases y llevaron material escolar. “Les prometieron a los niños que les iban a entregar tabletas, pero les dejaron desilusionados. A mí me dieron un ordenador portátil, pero era de segunda mano y enseguida se dañó. No lo utilicé”.

Ella tiene 19 años y lleva dos intentando entrar en la universidad. Busca trabajo, pero “está difícil”. Ha empezado un curso de Educación Infantil para ver si hay más opciones. Ni Toala, ni Rosero, ni Rubí Vallejo, otra joven comprometida con la educación de los más desfavorecidos, han cobrado nada por tantos meses de dedicación. “Hay padres que me ofrecieron algo, aunque yo nunca lo acepté; sé que aquí hay pan para el desayuno, pero no para la cena”, resume Toala.

Más de 90.000 niños —de 4,4 millones— han dejado sus estudios en Ecuador por las dificultades de seguir clases virtuales

Vallejo vive en la otra punta de Guayaquil. Con condiciones similares. Una zona de viviendas de caña y láminas de chapa que creció en un terreno lodoso de forma irregular frente a la cárcel más grande de Guayaquil. Hace escasas dos semanas, tuvo que interrumpir las clases por los violentos amotinamientos en tres prisiones de Ecuador que se saldaron con 81 muertos. “Como estamos tan cerca de la prisión, los inhibidores de señal hacen que tengamos una cobertura muy mala. Se interrumpe a cada rato”.

Entre sus alumnos, hay niños con necesidades especiales. Uno no sabe aún hablar bien a sus siete años. Pero él interrumpe sonriente cuando la miss (señorita) hace preguntas sobre geografía. “¿Cuál es la capital de Ecuador?”, pregunta en medio de una de las sesiones con una veintena de alumnos apilados en sillas de plástico. Nadie responde. La timidez de la cámara de fotos les cohíbe. El más resuelto dispara desde la fila de atrás: “Quito”. Pasa al pizarrón, que es en realidad una cartulina con el rótulo “Luceritos del Vivir” por el nombre del grupo que han formado. “¿Y la de Colombia?”, le requiere Vallejo. Se queda en blanco y todos se ríen cómplices, con las fichas aún en blanco que les han repartido al inicio de la clase. A ese sector no ha llegado ninguna ayuda oficial, reprocha la maestra. Ni profesores de refuerzo ni atención social. Pero todos los estudiantes van a clase peinados y vestidos como si una pandemia no les hubiera aislado del resto de chicos de su edad.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-03-25/escuelas-clandestinas-el-ultimo-recurso-de-los-que-no-tienen-nada.html

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