En octubre de 2006, se sancionó en nuestro país la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), un hito en la lucha desde los feminismos y las disidencias. Una ampliación de derechos para todos los niveles educativos, una política pública y una nueva forma de pensar las sexualidades y el género en las escuelas. En todos estos años, las transformaciones que se entrecruzan con y por la ESI son muchísimas, pero aún hay muchos desafíos pendientes para su efectiva implementación. Compartimos la invitación a dos conversatorios para seguir pensando los desafíos actuales.
Por Redacción La tinta
“Toda educación es sexual” es una de las afirmaciones que Graciela Morgade plasmó en uno de sus libros y que explicitó una verdad solapada en la vida de las escuelas. Históricamente se ha educado en sexualidad, de manera explícita con contenidos vinculados a la anatomía, centrando la enseñanza en la biología de los cuerpos, en la prevención de embarazos, de infecciones de transmisión sexual y con una marcada orientación moral. Y también se ha educado en sexualidad y género con las disposiciones en la escuela sobre lo que se puede o no hacer con el cuerpo en las aulas, en el recreo, en las filas o clases de gimnasia separadas entre chicos y chicas. En las regulaciones corporales de los códigos de convivencia, en las reproducciones de los estereotipos de géneros, en la naturalización de los binarismos de género. Entre otros muchos miles de ejemplos. ¿Cuál fue tu ESI? Es una de las preguntas que en estos últimos años ocuparon los debates y que nos permitieron comprender cuáles fueron las socializaciones que tuvimos antes de la sanción de la Ley.
El 4 de octubre de 2006, se sancionó la Ley Nacional N° 26.150 de Educación Sexual Integral (ESI), luego de la lucha articulada desde los feminismos y las disidencias. Se estableció que “todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal”. En 2008, con la definición de los lineamientos curriculares, la creación del Programa Nacional de Educación Sexual, la producción de materiales didácticos y capacitaciones masivas en todo el país, se generó una pluralidad de intervenciones y estrategias que instalaron socialmente a la ESI.
Los cinco ejes fundamentales son: la ESI como derecho, la perspectiva de género, el respeto de la diversidad, la valoración de las emociones y la afectividad, y el cuidado del cuerpo y la salud. Esto rige para todos los niveles, en todas las áreas y de manera transversal. ¿Cuán real es la implementación en las escuelas hoy? Es una pregunta que interpela en medio del avance reaccionario de los movimientos conservadores y religiosos, que resisten el pleno cumplimiento de un derecho. La ESI es mucho más que una política pública, es un espacio desde el cual se disputan modos de comprender el género, la sexualidad y el cuerpo. La militancia de docentes, jóvenes y activismos es persistente y un horizonte real para el efectivo cumplimiento de la ley.
El Equipo de Investigación dirigido por la Dra. Marina Tomasini lleva años trabajando sobre las prácticas y la construcción de la sexualidad en estudiantes de escuelas secundarias de Córdoba. Desde el área de Feminismos, Género y Sexualidades del Centro de Investigaciones de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, han generado reflexiones locales, vinculando el trabajo académico y las realidades educativas. En 2018, realizaron una guía junto a estudiantes de distintas escuelas de la ciudad de Córdoba con herramientas para el debate y la organización juvenil. El material educativo aborda temas que van desde los estereotipos de género, mandatos sobre los cuerpos, las identidades y sexualidades, las violencias en las relaciones afectivas, la diversidad sexual hasta prácticas de cuidado, así como maternidades y paternidades adolescentes. El trabajo de campo que llevan adelante es a partir de talleres de debate, lúdicos y entrevistas grupales con jóvenes, como forma de pensar el intercambio.
“Se ha producido una apropiación social de la ESI desde los feminismos y los movimientos de disidencia sexual, así como por parte de diversos actores, individuales y colectivos, dentro y fuera de las escuelas. La ESI es un campo que articula problemáticas vinculadas con el género y la sexualidad, por lo tanto, es un espacio de coexistencia de prácticas y discursos variados, así como de demandas por la expansión de derechos. Las resistencias, heterogeneidades y desigualdades en su implementación son persistentes. Por eso, pensarla como una apuesta política democratizadora supone concebirla en construcción, en proceso permanente de expansión de sus límites, antes que como un punto de llegada. En estas conversaciones, queremos promover el intercambio entre actores claves en el proceso de apropiación y construcción de la ESI para producir análisis y reflexiones colectivas sobre recorridos, experiencias y desafíos”, expresaron desde el equipo.
La ESI generó un movimiento social y pedagógico que impulsó y expandió la perspectiva de género, derechos y diversidad. La ESI hizo pedagogía feminista sin nombrarse así, dice María Pía López. Basta mirar la potencia colectiva que instaló la masificación de la protesta feminista con el Ni Una Menos desde el 2015. Las luchas feministas en las aulas transformaron la vida de las escuelas y de las personas que las habitan. El reclamo de estudiantes por el derecho a la ESI ha crecido en los últimos años: asambleas, sentadas, toma de escuelas, organización de talleres y charlas, centros de estudiantes que exigen más y mejores propuestas de educación sexual. Paralelamente, docentes realizan un trabajo sostenido de “militar la ESI”, para que se cumpla sobre todo desde una perspectiva de género y de derechos, aún en instituciones restrictivas y en contextos adversos.
“Este recorrido apretado y parcial nos muestra que la educación sexual no es un objeto transparente y acabado, sino en construcción y disputa constante. La ESI configura un espacio donde se articulan discursos sociales, como el médico, el religioso, el jurídico, el científico, el feminista, que podrán derivar en acoples más o menos laxos y/o conflictivos en distintos escenarios y coyunturas. Hoy existe un respaldo normativo mucho más amplio que en 2006: la Ley de Protección Integral contra las Mujeres (2009), la Ley de Identidad de Género (2012), la Ley de Matrimonio Igualitario (2011), la Ley Educar en Igualdad: Prevención y Erradicación de la Violencia de Género (2015), la Ley Micaela (2018), la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (2020) y la Ley de Cupo Laboral Trans (2021)”, expresaron.
Hoy, realizan el primero de dos conversatorios virtuales para poner a circular experiencias y sentidos a 15 años de la sanción de la ESI. Lo harán junto con el Instituto de Humanidades del CONICET-UNC y la Red Internacional de Feminismo(s), Cultura y Poder. La invitación es abierta a todo público, hoy miércoles 20 y el próximo miércoles 27 de octubre a las 18:30 horas, ingresando vía este enlace: https://meet.google.com/zbw-caag-cxn
Esta tarde, en su primera edición, las conversaciones serán entre estudiantes de escuelas secundarias. Participan Irene Cuevas -estudiante de Secundaria, Militante en META (Movimiento Estamos Todes en Acción) de Alta Gracia-, Paz Navarro -Secretaria de Género y DD. HH. de la Federación de Estudiantes Secundarios de Córdoba- y María Luz Macia -estudiante de Secundaria de la Localidad de Leones-. Compartiendo sus miradas y reflexiones, abordarán cuestiones como la manera en que se ha trabajado la educación sexual en sus escuelas o en otras experiencias de las que han sido parte y cómo se reconfiguraron los escenarios de trabajo de la ESI a partir del contexto de virtualidad educativa y vínculos pedagógicos a distancia, durante este tiempo de pandemia y no presencialidad. También, cuál es la ESI que imaginan y desean desde los intereses y demandas juveniles.
En el segundo encuentro, el miércoles 27, las conversaciones serán entre docentes de escuelas secundarias. Participan Agustina Beltrán -comunicadora y docente de nivel superior-, Mariana “Maio” Giorda -especialista en educación secundaria y ESI-, Yesi Bonino -docente y especialista en educación y derechos humanos- y Ana Elisa Zorzi Ferratto -psicóloga, encargada de gabinete psicopedagógico en nivel medio y co-coordinadora de Miyen (Grupo de jóvenes promotores de salud)-. En este intercambio, se trabajará sobre los desafíos que existen hoy con la vuelta a la presencialidad en relación al trabajo desde la ESI y cómo pensarla desde una perspectiva transfeminista.
La ESI está siendo todo el tiempo, los desafíos son múltiples como las demandas de les chiques, que pulsan por ampliar y hacerse oír. Contra las posturas adultocéntricas, moralistas, sexistas y reproductoras de un orden heteronormativo, la ESI como proyecto político-pedagógico desborda las escuelas hacia una transformación de los mandatos y las desigualdades históricas. Hacia una vida más libre.
Fuente: https://latinta.com.ar/2021/10/esi-queremos-15-anos-sancion-ley-26-150/