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UNESCO: Elaboración de una Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial

Elaboración de una Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial

La IA y tú…

Hoy en día, la inteligencia artificial (IA) juega un papel en la vida de miles de millones de personas. A veces inadvertida, pero a menudo con profundas consecuencias, transforma nuestras sociedades y desafía lo que significa ser humano.

La IA puede proporcionar a millones de estudiantes el apoyo para completar la educación secundaria, cubrir 3,3 millones de puestos de trabajo adicionales y, lo que es más urgente, ayudarnos a hacer frente a la propagación y las secuelas de la pandemia COVID-19. Junto con sus múltiples ventajas, estas tecnologías también generan riesgos y desafíos, derivados del uso malicioso de la tecnología o de la ampliación de las desigualdades y las divisiones.

Necesitamos políticas y marcos normativos internacionales y nacionales para asegurar que estas tecnologías emergentes beneficien a la humanidad en su conjunto. 

Necesitamos una IA centrada en el ser humano. La IA debe ser para el mayor interés de la gente, y no lo contrario. 

La UNESCO propone la elaboración de un instrumento normativo mundial integral para dotar a la IA de una sólida base ética, que no sólo proteja, sino que también promueva los derechos humanos y la dignidad humana. Una vez adoptado, será una brújula de orientación ética y un cimiento normativo mundial que permitirá crear un fuerte respeto por el estado de derecho en el mundo digital.

5 cosas que debes saber sobre la IA

La IA ha demostrado su valor para enfrentar la pandemia de COVID-19

Contribuye a frenar el impacto económico de la crisis a través de las plataformas digitales. También ayuda a los investigadores a procesar grandes cantidades de datos en la carrera por encontrar una vacuna o un tratamiento. La IA ha participado para contener la propagación del virus a través de tecnologías de prueba, rastreo y seguimiento. Sin embargo, a medida que la gente está dando acceso a sus datos, el uso de la IA durante esta pandemia ha reabierto las preocupaciones sobre la privacidad, la protección de los datos y el uso de los datos más allá de las necesidades de rastreo del virus.

Es probable que el crecimiento impulsado por la IA sea muy desigual

espera que la IA genere casi 4 billones de dólares de valor añadido para 2022. Para 2030, se espera que los beneficios económicos sean mayores en China y América del Norte, y que representen el 70% del impacto económico mundial de la IA. La IA tiene una dinámica de «el ganador se lo lleva todo» que necesita ser regulada: la concentración de la IA en manos de pocos países de altos ingresos probablemente dejará a los países en desarrollo muy atrás. Estos últimos no se beneficiarán, o lo harán muy poco, de las tecnologías de la IA y carecerán de propiedad sobre dichas tecnologías.

La IA tiende a ampliar las diferencias de género existentes

Solo el 22% de los profesionales que se dedican a la IA son mujeres. Debido a que están subrepresentados en la industria, los prejuicios y estereotipos de género se están reproduciendo en las tecnologías de la IA. No es una coincidencia que las asistentes personales virtuales como Siri, Alexa o Cortana sean «femeninas» por defecto. El servilismo y a veces la sumisión que expresan son un ejemplo de cómo la IA puede (seguir) reforzando y difundiendo los prejuicios de género en nuestras sociedades.

La IA puede ser una herramienta poderosa para abordar el cambio climático y las cuestiones ambientales 

A medida que el planeta continúa calentándose, los impactos del cambio climático están empeorando. Mediante la recopilación y el análisis de datos, los modelos impulsados por la IA podrían, por ejemplo, ayudar a mejorar la gestión de los ecosistemas y la restauración del hábitat, esencial para menguar la disminución de las poblaciones de peces y fauna silvestre. Dicho esto, la extracción de datos consume casi el diez por ciento de la energía a nivel mundial. Por lo tanto, también es esencial abordar el alto consumo de energía de la IA y el consiguiente impacto en la emisión de carbono.

La IA no puede ser una zona sin ley

La IA ya está en nuestras vidas, dirigiendo nuestras elecciones, a menudo en formas que pueden ser perjudiciales. Hay algunos vacíos legislativos alrededor de la industria que deben ser tratados rápidamente. El primer paso es convenir exactamente qué valores deben ser consagrados, y qué normas deben ser aplicadas. Existen muchos marcos y directrices, pero se aplican de manera desigual, y ninguno es realmente mundial. La IA es mundial, por lo que necesitamos un instrumento mundial para regularla.

Fuente de la Información: https://es.unesco.org/artificial-intelligence/ethics

 

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Los datos de abandono temprano ocultan grandes diferencias por género

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

  • La brecha entre chicos y chicas en relación al abandono temprano se ha ido reduciendo en las últimas décadas, pero mientras ellas han cumplido, desde 2016, el objetivo europeo para 2020 del 15 % (en algunas autonomías están por debajo del 10 incluso), los chicos están todavía por encima del 21 %.
  • Algunas expertas apunta, por una parte, a la estructura del sistema productivo, con grandes nichos de trabajo no cualificado masculinizado y, por otra, a la socialización de unas y otros en relación a la educación.

El abandono escolar temprano, uno de los peores indicadores del sistema educativo español, se encuentra, según las últimas cifras oficiales, en el 17,3 %, dos puntos por encima del objetivo europeo fijado para España este año. Su evolución en los últimos años, sobre todo tras comenzar la crisis económica de 2008, ha sido un continuo descenso en prácticamente todos los territorios.

Pero las medias siempre ocultan más información de la que muestran. Las diferencias territoriales son abismales. Desde el 6,7 % de País Vasco (3,3 puntos por debajo del 10 % fijado por la Unión Europea para 2020) hasta más del 24 % en el que se encuentran Ceuta, Melilla y las Islas Baleares.

Siete comunidades autónomas se encuentra por encima del 15 %: Andalucía (21,6 %), Baleares (24,4 %), Canarias (20,8 %), Castilla-La Mancha (20,2 %), Cataluña (19 %), Extremadura (20,5 %) y Región de Murcia (22,6 %). A estas hay que sumar las dos ciudades autónomas: Ceuta con un 24,7 % y Melilla, con un 24,1 %.

El resto se encuentran por debajo. Unas más y otras menos. Pero ya en 2019 consiguieron alcanzar los objetivos marcados.

Y, también históricamente, se ve claramente la división entre norte y sur en la disposición del abandono, así como su incidencia en los territorios de Levante. Un histórico del que tan solo la Comunidad Valenciana se libra tras una importante reducción del AET entre 2018 y 2019. Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía, Murcia, Cataluña, Islas Baleares y Canarias lideran el ranking de las autonomías con peores porcentajes.

Porcentaje de AET por CCAA en 2019

El abandono va por géneros

Más allá de otras variables que impactan en el abandono, como podría ser el índice socioeconómico de las familias, se encuentra la del género. Las chicas, de media, alcanzaron los objetivos europeos allá por 2016, cuando en el conjunto del país habían conseguido descender sus porcentajes de AET hasta el 15,1 %.Según los últimos datos, de 2019, siguen el camino hacia el objetivo común del 10 %, pues se sitúan a 3 puntos porcentuales.

Tan solo las jóvenes de Islas Baleares, de Canarias y de la Región de Murcia están por encima, con unas cifras, respectivas, de 20,3, 16,7 y 16,3 %. En la otra punta de la tabla, las estudiantes de Navarra, que en 2019 tenían una tasa de abandono temprano del 4,3 %, bastante por debajo de las siguientes, las de Aragón, con un 8 %.

Pero las diferencias más importantes, en este sentido, son las existentes entre ellas y ellos. Cuando la media de chicas jóvenes está en el 13 %, la de sus compañeros varones es del 21,4 %. Esta no es una nueva circunstancia, ya que desde hace muchos años las diferencias entre unas y otros son más o menos importantes. Cinco años atrás, los datos de 2014 reflejaban un AET entre los chicos del 25,6 %, mientras que entre sus compañeras era del 18,1. Una diferencia de unos siete puntos porcentuales que se ha mantenido constante en estos años.

Frente a las cifras de abandono de las chicas, en su mayor medida, por debajo de los objetivos marcados para España desde la Unión Europea, se encuentran los datos de sus compañeros. En algunas CCAA, como País Vasco, estos son el doble que el de sus compañeras (a pesar de los cual, ambos están por debajo de los parámetros exigidos por Europa, no solo a España, sino al continente).

La pregunta del millón sigue sin respuesta. O, al menos, sin una única respuesta. Alìcia Villar, doctora en Sociología y profesora de la Universidad de Valencia, sí tiene más o menos claras dos grandes causas. Por una parte, las más pedestres, relacionadas con elementos que empujan al alumnado fuera de las aulas. Y aquí, el mundo del trabajo (y el de conseguir ingresos), del no cualificado en concreto, se lleva la palma. Según ella, hay más oferta laboral no cualificada en sectores netamente masculinizados. Todos tenemos en la cabeza cómo afectó la crisis de 2008 al sector de la construcción y cómo pocos meses después de que estallara la burbuja inmobiliaria las cifras de abandono escolar temprano comenzaron a descender de manera regular.

El factor productivo es uno de los que más fuertemente han influido tanto en el aumento como en la reducción del abandono. Esto puede verse en algunas comunidades autónomas, las que más peso tienen en el índice de AET. Baleares, Andalucía, Valencia, Cataluña o la Región de Murcia. Autonomías en las que el sector turístico y el agrículo tienen mucho peso. Ambos, comenta María del Mar Venegas, también socióloga de la educación, de la Universidad de Granada y experta en coeducación, masculinizados.

La construcción es uno de tantos sectores en los que los chicos han encontrado históricamente un nicho de trabajo que no exigía cualificación alguna. Pero esto no puede explicarlo todo. Para Villar, la socialización de género es uno de los factores determinantes en el hecho de que las chicas sean menos en las estadísticas de abandono temprano. Una socialización, explica, que de forma más o menos difusa, les deja claro que deben acomodarse al sistema educativo, han de hacer carrera en sus estudios porque les será más complicado entrar en el mercado de trabajo que a sus pares varones.

Mª del Mar Venegas, aunque su campo no es el directamente relacionado con el abandono temprano, está preparando un estudio sobre el tema. Para ella, es importante ver cómo ha sido la evolución de la entrada de la mujer en el sistema educativo y cómo desde mediados del siglo XX han ido entrando, con mucho esfuerzo, en cada vez más niveles de la educación, incluida la universitaria. En este senido, un mayor nivel educativo, explica esta profesora, habre las posibilidades a mayores expectativas laborales. También apunta a otra variable, y es la de la identificación de las familias con el propio sistema educativo y con lo que este puede ofrecer de cara al futuro.

Teniendo en cuenta este recorrido de las chicas y los chicos por la educación, pueden también compararse las tasas de idoneidad de unas y otros, es decir, cuánto repiten curso. Según el informe Datos y Cifras del curso 2019-2020 editado por el Ministerio, al finalizar la primaria, los chicos acumulan un 17 % de repetición, frente al 12,8 de ellas. Cuando comienza la secundaria la brecha se abre de verdad. Cuando llegan a cuarto de ESO, el 44,7 % de los adolescentes ha repetido algún curso. Ellas lo habrán hecho en el 31,1 %, casi 15 puntos porcentuales menos.

«Cuando te ponen la etiqueta, resume Villar, te marcan la trayectoria». Lo dice en referencia a cómo las chicas enfrentan el aprendizaje, el paso por la escuela. Qué expectativas se tiene de ellas frente a ellos. «Ellas son más conscientes de la necesidad de estudiar más, porque va a resultar más difícil», después, alcanzar según qué puestos. «Saben que pueden arriesgar menos». Otra de las diferencias en la socialización de niñas y niños. Algo que Villar ejemplifica con las tasas de muertes adolescentes de unos y otras.

Algo que secunda Venegas y señala el hecho de que después de tantos años de trabajo en relación a la coeducación y la igualdad, cuando se cruza el discurso con los datos de abandono temprano o con los estudios que realizan unas y otros, se ve lo refractaria que puede llegar a ser la sociedad en algunos aspectos.

Pendiente queda una mayor investigación sobre la influencia que tiene la socialización en los roles de género en los resultados y la perviviencia en el sistema académico de unos y otras.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/14/los-datos-de-abandono-temprano-ocultan-grandes-diferencias-por-genero/

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Entrevista a Gina Rippon: “No tiene sentido preguntarse si un cerebro es femenino o masculino”

Entrevista/27 Febrero 2020/Autor: Rafa de Miguel/elpais.com

La profesora de Neuroimagen Cognitiva de la Universidad de Aston hace trizas el término “neurobasura”, que malinterpreta datos científicos para demostrar erróneamente que hombres y mujeres son diferentes

Gina Rippon (Essex, Reino Unido, 70 años) no soporta que le digan que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus. “Hombres y mujeres son del planeta Tierra”, responde esta profesora de Neuroimagen Cognitiva que ha provocado un terremoto en la comunidad científica con su libro El género y nuestros cerebros, de la editorial Galaxia Gutenberg. Con una mirada inteligente, sonrisa perpetua y tono educado y calmado, Rippon hace trizas la “neurobasura” —el término acuñado por ella— que lleva años malinterpretando datos científicos parciales para demostrar que hombres y mujeres son diferentes. “Ya no tiene sentido preguntarse si un cerebro es femenino o masculino. Si miras toda la información recabada sobre miles de cerebros, la conclusión es que la mayoría de datos de ambos géneros se solapan enormemente”, defiende.

Pregunta. ¿Se sigue investigando el cerebro a partir de un prejuicio?

Respuesta. Sigue existiendo ese prejuicio. En mi libro lo denomino “la agenda de la diferencia”. Así comenzó todo. La diferencia siempre se dio por descontada. Nunca se cuestionó si realmente hombre y mujer tenían cerebros diferentes. Era un apriorismo. Como tenían posiciones distintas dentro de la sociedad, los científicos que comenzaron a investigar el cerebro se dedicaron a demostrar de dónde venía esa diferencia. El statu quo no se discutía. Las mujeres eran seres inferiores y se trataba de hallar el modo de demostrar que sus cerebros también eran inferiores.

P. Hasta que se llegó a la “teoría de la complementariedad”, un poco más presentable.

R. Exacto. Un modo de reconfigurar las descripciones extraordinariamente duras que se habían hecho durante los siglos XVIII y XIX. Se trataba de describir las maravillosas habilidades que tenían las mujeres, que les hacían ser esposas perfectas o madres perfectas. Todavía encontramos rastros de ese pensamiento en la literatura científica actual. La idea de que las mujeres están preparadas para desarrollar ciertas tareas, en contraposición a los hombres, que tienen habilidades diferentes.

P. También hay mujeres que piensan así, que presentan esa diferencia como ventaja.

R. Y ese es uno de los mayores frenos a lo que defiendo en mi libro. Esas mujeres que defienden que ellas son más empáticas, o que son mejores a la hora de crear vínculos sociales. E intentan convencer a todas esas empresas “aburridas” y “poco femeninas” de que necesitan gente con más empatía. ¿Pero sabes qué? Ser mujer no te garantiza necesariamente ser más empática.

P. ¿Y ha llegado a la conclusión de que quizá sea más útil defender la igualdad desde la ciencia que desde la política?

R. No era mi objetivo inicial. Simplemente, me fascinaba todo lo que aportaban las nuevas técnicas de neuroimagen. Pero a la vez me perturbaba comprobar cómo muchos de los nuevos datos eran claramente malinterpretados o expuestos erróneamente. Una de las ideas que combatí desde un principio era la de que, como punto de partida útil, hombres y mujeres eran distintos dentro de la sociedad. Si observas, por ejemplo, las patologías de esa misma sociedad, como los episodios de depresión o desórdenes alimentarios en las jóvenes o el índice de suicidio de los jóvenes, entiendes que los estereotipos universales creados no funcionan igual de bien para todos. Dejas de preguntarte si existe un cerebro masculino y otro femenino, y te centras en averiguar qué tipo de impacto tiene la sociedad sobre un cerebro en desarrollo. Porque quizá sea esa finalmente la razón de todas las diferencias que asumimos.

P. “La biología no es el destino”, afirma usted. Las experiencias externas influyen más en un cerebro que el sexo de su propietario.

R. Niños y niñas reciben juguetes diferentes, y eso se ha demostrado que tiene una gran influencia. La hemos podido rastrear en el tiempo. Los niños que juegan con construcciones como el Lego desarrollan habilidades espaciales que pueden conducirles a estudios de ciencia y hacia profesiones relacionadas con ella. Cuando descubres diferencias de sexo en las habilidades espaciales, lo que debes preguntarte es qué tipo de formación han tenido en ese campo las personas que estás observando. Si te centras en eso, descubres que las diferencias de sexo desaparecen. Nuestras experiencias tienen género. Creo, por ejemplo, que la industria de los juguetes en el siglo XXI está mucho más marcada por el género de lo que lo estaba antes.

P. Y junto a la experiencia, la actitud. La del propio niño y la de los que le rodean.

R. Porque el cerebro es permeable y maleable. La actitud es muy importante, y construye cimientos muy poderosos. Si tratas a niños y niñas de manera distinta desde el principio, el resultado es obvio. Yo defino a los niños como “fantásticos detectives de género”. Se preguntan a sí mismos qué se supone que deben hacer si son un niño o una niña. Y se esfuerzan por pertenecer al grupo en el que se les ha adscrito. Si las niñas deben ser ordenadas y prudentes, y los niños más brutos y valientes, harán lo posible por encajar en esa descripción.

P. Habla usted del “sesgo inconsciente”, que existe aún en personas que se ven a sí mismas como ecuánimes. ¿Y si lo que hace que alguien se ponga a la defensiva fuera un enfrentamiento agresivo, una perceción de que en el fondo hay una lucha por el poder?

R. Hay una gran frase, que no recuerdo ahora quién la pronunció, que dice que si siempre has vivido una vida de privilegios, la igualdad puede parecerte opresiva. Si perteneces al grupo al que siempre le han ido bien las cosas, que siempre ha ascendido, es difícil comenzar a entender que vas a tener que renunciar a algo de eso. Entiendo que la idea [de la igualdad] incomode a muchos y haga el debate agresivo, pero no tiene por qué ser necesariamente una lucha de poder. Hay otro modo de verlo. Puedes aspirar a una plantilla de empleados más diversa, con mayores niveles de atención, con mejores resultados y más éxito. A la larga, es beneficioso para todo el mundo.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/02/21/ideas/1582289801_059962.html

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Una concejala japonesa es forzada a abandonar el pleno por llevar a su bebé

26 Noviembre 2017/Fuente:Elperiodico/Autor:Adrián Foncillas

Una mujer abandonó el pleno municipal de la ciudad de Kumamoto con su bebé en brazos por la prohibición del reglamento y los lamentos de sus colegas. Yuka Ogata se ha convertido en el bastión de la defensa de los derechos de las trabajadoras en un país que se esfuerza en superar su machismo pero que aún tiene por delante un pedregoso camino. «Quería subrayar las dificultades que sufrimos para compatibilizar nuestro trabajo con la vida privada», ha explicado Ogata.

Ocurrió el martes. Ogata, de 42 años, regresó por primera vez a sus deberes después de dar a luz. Pronto acudió hacia su silla el presidente, Yoshitomo Sawada. Conversaron durante varios minutos, con el bebé chupándose el pulgar en el regazo de su madre, hasta que ésta accedió a seguirle a su despacho. El pleno comenzó con las disculpas de Sawada por el retraso. «No eres tú el que debe de disculparse», se escuchó desde la bancada en dirección a Ogata, que había regresado tras dejar a su hijo con un amigo.

La asamblea municipal aclaró que su bebé debía de ocupar la galería como el resto de visitantes sin atender a su edad. Y el reglamento, añadieron, no admite excepciones. Ahí las versiones difieren. Dice Ogata que sus tercas reclamaciones durante meses para llevar al bebé habían sido desatendidas y que solo consiguió la recomendación de contratar a una niñera. Dice la asamblea que solo expresó su angustia por «separarse de su hijo durante largo tiempo» pero que nunca propuso tenerlo en el pleno. «Escucharemos su pretensión y la estudiaremos», concedió Sawada.

Gesto mediático

Ogata carece del perfil dúctil de la mujer japonesa. Estudió en una universidad estadounidense y trabajó con la ONU en Yemen. Quería dar un mensaje con su gesto mediático y lo consiguió. Su expulsión del pleno trasciende la anécdota y radiografía una sociedad. Japón está aún lejos de digerir que una senadora amamante a su hijo en el hemiciclo, como hizo recientemente la australiana Larissa Waters. También es pronto para los discursos triunfalistas que se escucharon en la reciente visita de Ivanka Trump a Tokio sobre sus políticas igualitarias.

El primer ministro, Shinzo Abe, emprendió una audaz y contracultural campaña para empujar a la mujer al mercado de trabajo cuando entendió, setenta años después que Mao, que un país no se levanta con la mitad de la población en casa. Hay avances innegables: aumentan las mujeres que regresan al trabajo tras la maternidad y  se ha doblado el número de las que ocupan puestos directivos. Pero las buenas intenciones superan a los medios. Las guarderías estatales que anticipó Abe están por llegar y las listas de espera han crecido por tercer año consecutivo. Parece quimérico que se cumplan los planes de cubrir a todos los niños en 2020.

Política masculinizada

Ogata va a contrapelo en la masculinizada y esclerotizada política japonesa. Solo ha habido siete gobernadoras en las 47 prefecturas y 435 de los 475 asientos del anterior Parlamento estaban ocupados por hombres. Aún se recuerda que el discurso sobre la mujer trabajadora que pronunció años atrás una legisladora en el Gobierno de Tokio fue interrumpido con consejos de que se casara y otras chanzas. También las sufrió Yuriko Koike en las elecciones que la convirtieron el pasado año en la primera gobernadora de Tokio. Shintaro Ishihara, el gran gurú del Partido Democrático Liberal, la definió como «una vieja a la que se le había pasado el arroz» y alertó de que no se podía confiar la capital a una mujer «con demasiado maquillaje».

Japón ocupa el puesto 104 de 142 en igualdad sexista, las mujeres ganan el 70% del salario de los hombres por el mismo trabajo y un 60% lo abandona tras dar a luz. Capítulos como el de Ogata colocan al país frente al espejo y estimulan al Gobierno. «Al servir como concejala mientras crío a mi hijo espero ejercer de portavoz de otra gente de mi generación en situaciones similares. Aunque la educación de un hijo es una cuestión social, en el puesto de trabajo acaba siendo tratada como un problema individual”, ha afirmado.

Fuente de la noticia: http://www.elperiodico.com/es/internacional/20171124/una-regidora-japonesa-es-forzada-a-abandonar-el-pleno-por-llevar-a-su-bebe-6446810

Fuente de la imagen: http://estaticos.elperiodico.com/resources/jpg/9/4/1511527348649

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España: Educación para acabar con la brecha de género en el sector de la tecnología

Europa/España/09 Abril 2017/Fuente:cadenaser /Autor: EUGENIA GARCÍA

En España sólo el 18% de los empleos tecnológicos están ocupados por mujeres. A nivel mundial, las mujeres representan el 25% de los empleos en este sector.Para ensalzar el papel de la mujer en el ámbito científico y tecnológico, el colegio madrileño Antavilla School ha organizado el evento ‘WomenTech: mujeres triunfando en la tecnología’, en el que cinco mujeres relevantes del panorama tecnológico español han hablado de su experiencia a padres, profesores, y alumnos a partir de 5º de primaria. Mirella Díez, diseñadora de sonido para videojuegos, Belén Albeza, programadora web en Mozilla, Carolina Jiménez, experta en visual FX, Elena Santos, youtuber sobre gadgets y tecnología y Naiara Abaroa han participado en la ponencia

Naiara Abaroa, diseñadora de interfaces de usuario, ha explicado que el objetivo de estas ponencias es “animar a las chicas” a interesarse por las oportunidades laborales que ofrece el mundo de la tecnología. En los eventos tecnológicos apenas hay presencia femenina y por ello quieren que las jóvenes tengan referentes reales, modelos de mujeres que trabajen en este ámbito. Abaroa estudió Bellas Artes y luego derivó hacia el diseño gráfico. Se interesó por el diseño web, la programación y la maquetación, un mundo donde “hay una brecha de género importante”.

“Lo más bonito de este evento”, sostiene, “es que se hace en un colegio”. Y es que para la programadora, “la sociedad y la educación son lo más importante para cambiar esta situación”. “Necesitamos referentes femeninos, dar visibilidad a las mujeres que trabajan en esto”, defiende. “Hay que quitar tabús, quitar los límites y miedos que las chicas se ponen para que así quizá las niñas decidan hacer carreras tecnológicas”. Pero la responsabilidad, concluye, es de todos: “tenemos que hacer que este entorno sea más fácil para ellas”.

Fuente de la noticia: http://cadenaser.com/programa/2017/03/31/la_ventana/1490979519_214874.html

Fuente de la imagen:

http://cadenaser00.epimg.net/programa/imagenes/2017/03/31/la_ventana/1490979519_214874_1490981843_noticia_normal.jpg

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Según el Foro Económico Mundial: La desigualdad económica de hombres y mujeres desaparecerá en el año 2186

Las mujeres aún trabajan 39 días al año más que los hombres

Prensa Foro Económico Mundial

El último Informe Global de la Brecha de Género del Foro Económico Mundial (World Economic Forum – WEF), con base en datos de 29 países, ha revelado que las mujeres trabajan unos 50 minutos más al día si se tiene en cuenta el trabajo remunerado y no remunerado. El informe estima que, al ritmo actual, la brecha económica entre sexos no se cerrará hasta dentro de 170 años.

La brecha global en ingresos y empleo entre hombres y mujeres es la mayor de los últimos ocho años, aunque se está cerrando en otros ámbitos como la educación. Estas son algunas conclusiones del Informe Global de la Brecha de Género del Foro Económico Mundial, el cual contiene un índice de brecha de género con datos de 142 países que, por octavo año consecutivo, encabeza Islandia como país más igualitario del mundo, según ha publicado la BBC en un artículo.

Según este mismo ranking:

  • En India, Portugal y Estonia, las mujeres trabajan 50 días más al año que los hombres.
  • En Reino Unido la cifra es de casi 12 días más.
  • En los países donde la baja por maternidad y paternidad excede a los dos años, como en muchos países del este de Europa, las mujeres tienen menos probabilidades de participar en la fuerza laboral.

Casi 250 millones de mujeres han entrado en la fuerza laboral global en la última década, y aunque los hombres hacen un 34% más de trabajo remunerado que las mujeres, éstas todavía pasan más tiempo haciendo trabajo doméstico. Teniendo este último dato en en cuenta, el Foro Económico Mundial (World Economic Forum – WEF) calcula que las mujeres trabajan más de un mes al año más que los hombres.

Para calcular esta cifra, los investigadores utilizaron datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) de 2014 que muestran que, en 29 países, las mujeres trabajan de media 52 minutos más al día. El cálculo global de días adicionales trabajados al año lo hicieron tras estimar un promedio de duración de la jornada en esos países de 8,21 horas al día, incluyendo el trabajo remunerado y el no remunerado.

La gran mayoría del trabajo no remunerado es trabajo doméstico y cuidados de niños y personas mayores. La demografía, la renta y las expectativas sociales juegan un fuerte papel en la división del trabajo entre hombres y mujeres, según el informe.

Por otro lado, uno de los factores que influyen en la repartición de responsabilidades es el permiso por paternidad. Solo hay seis países donde los hombres trabajan más horas que las mujeres, y tres de ellos son países nórdicos en los que el permiso por paternidad se comparte de forma relativamente equitativa entre hombres y mujeres.

Algunos economistas sugieren que invertir en el sector de los trabajadores no remunerados que participan en la economía de los cuidados, la mayoría mujeres, contribuiría al desarrollo económico mundial.

La Confederación Internacional de Sindicatos estima que si el 2% del PIB de un país se invirtiera en el sector de los cuidados a las personas, el empleo aumentaría entre un 2,4% y un 6,1%, dependiendo del país. Esto implicaría la creación de casi 13 millones de nuevos puestos de trabajo en Estados Unidos, 3,5 millones en Japón y 1,5 millones en Reino Unido.

Fuente: http://www.equiposytalento.com/noticias/2016/10/28/la-desigualdad-economica-de-hombres-y-mujeres-desaparecera-en-el-ano-2186

Imagen tomada del archivo de fotos de OVE

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Cómo limitan a tus hijos los estereotipos de género

Clara Alemann

Las normas de género de una sociedad influyen y determinan a través de la crianza, muchas veces de formas limitantes, el desarrollo de la identidad de los niños y niñas, su crecimiento y oportunidades de vida. En Estados Unidos, la mitad de las niñas están insatisfechas con su cuerpo, el42% de las alumnas de entre primer y tercer grado desean ser más flacas, mientras que a los 10 años, el 81% de ellas teme ser gorda, y peor aún:una de cada 10 niñas sufre de trastornos alimentarios, lo cual perjudica la buena nutrición que necesitan para pensar y aprender.

Creado en 1959, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es la principal fuente de financiación multilateral de América Latina y el Caribe. Tiene como miembros a 48 países, 2.000 empleados y su principal misión es reducir la pobreza en la región a través del apoyo de proyectos de desarrollo económico, social e institucional, en forma de préstamos, donaciones y asistencia técnica. Su sede central está en Washington.

¿Qué dicen estas estadísticas de las expectativas de género y la autoestima infantil?

Desde muy temprana edad, los padres, maestros y medios de comunicación enseñan a las niñas que su valor está determinado primordialmente por su rol reproductivo, su belleza, su delgadez y por ser sensibles, cariñosas y obedientes, y no por su inteligencia, asertividad, creatividad y capacidad crítica o de liderazgo.

Sorprendentes estadísticas de un estudio publicado en The New York Times mostraban el alarmante sesgo de género en las preocupaciones parentales por sus hijos. La investigación, usando los datos de buscadores como Google, concluye que los padres y las madres estadounidenses realizan con mayor frecuencia consultas referidas a la inteligencia de los hijos varones en comparación a las mujeres, y sobre la apariencia de sus hijas mujeres con mucha mayor frecuencia que la de sus hijos varones. Esto sugiere que estas preocupaciones están guiadas por importantes prejuicios en las expectativas de los padres respecto a sus hijos e hijas.

Las expectativas, tanto parentales como sociales, afectan el desarrollo de aspectos clave de la personalidad, los comportamientos y la salud de los niños y limitan el desarrollo del potencial de niños y niñas relacionado a sus experiencias y oportunidades de vida.

En cuanto a las niñas, a los seis años, suelen haber internalizado los mandatos y mensajes recibidos a través de las pautas de crianza y comprenden claramente que su apariencia física es un aspecto vital de su identidad, y que su cuerpo es su punto de venta ante el mundo que las rodea. El bombardeo mediático al que están expuestas las niñas, donde la imagen, vestimenta y marketing manifiestan la falta de respeto y la objetivación de las mujeres, afecta el desarrollo de su autoestima, la creencia en su capacidad de lograr lo que se proponen en la vida y la relación con su cuerpo.

La autoestima y la autoeficacia (creencia en la propia capacidad de alcanzar las metas que uno se propone) están asociadas a la capacidad de tener aspiraciones, de determinar metas que consideramos importantes y de actuar en consecuencia, transformando los recursos y oportunidades a disposición en resultados deseables. Las expectativas de género también afectan la predisposición que tienen las niñas a aprender habilidades que facilitarían su inserción productiva en el futuro. Hay evidencias experimentales provenientes de EE UU sobre la discriminación velada que existe en la escuela, basada en la creencia de que son menos competentes que los hombres, incluso comparando logros educativos y habilidades. Entre otras evidencias, diversos estudios identifican como barreras que enfrentan las mujeres para prosperar en las ciencias la persistente desvalorización y la desmotivación de continuar en este camino, resultando en el abandono de sus carreras.

En cuanto a los varones, estos también comprenden temprano, socializados a partir de un modelo limitado de masculinidad, que se los valora por su coraje y fuerza física, no necesariamente por ser respetuosos, sensibles y obedientes. De ellos se espera que controlen sus emociones, si estas son de miedo, inseguridad o debilidad. Sin embargo, se les permite o estimula el uso de la violencia como modo de resolver conflictos, imponer su autoridad, o ser “respetados”. Estas expectativas que recaen sobre los varones también resultan en consecuencias negativas para su desempeño escolar, salud mental y física. De acuerdo con a estudios realizados en Estados Unidos, en comparación con las niñas, los varones tienen mayores probabilidades de abandonar la escuela, tienen cuatro veces más probabilidad de ser expulsados, de cometer suicidio, y de sufrir violencia interpersonal. El documental The Mask we live in producido por The Representation Project nos muestra cómo, presionados por los medios, sus pares y hasta los adultos en sus vidas, los varones jóvenes se encuentran ante mensajes constantes que los incentivan a desconectarse de sus emociones, a objetivar a las mujeres y a resolver los conflictos a través de la violencia.

Prácticas para fortalecer la confianza de cada niño y niña

Ante este panorama, ¿cómo podemos crear entornos de aprendizaje, familiares y sociales, que fortalezcan la confianza de cada niño o niña? ¿Cómo podemos estimular la creatividad, la innovación, y el desarrollo de sus talentos sin cercenar su potencial?

Es importante sensibilizar a educadores y padres sobre el rol que juega el género en el desarrollo de los niños. Trabajar proactivamente para que nuestra cultura sea inclusiva y permita, independientemente del género, la edad, el nivel socio-económico, la raza o la etnia del niño, que este pueda desarrollar su potencial, debería ser una dimensión central de la calidad que buscan los programas de desarrollo infantil temprano. Algunas prácticas pueden contribuir a este propósito:

• Valoremos ante todo cómo es una niña (sus ideas, decisiones), su coraje para expresar lo que piensa, su manera de resolver un problema) y no cómo luce o cuánto pesa.

• Alentemos a los niños a perseguir una pasión. Esto fortalecerá su autoestima y, desarrollará habilidades intrínsecas.

• Promovamos la toma de decisiones constructivas sobre aspectos de sus vidas así como a resolver problemas a su manera, en vez de hacerlo nosotros por ellos

• Promovamos en las niñas la toma de riesgos (dentro de lo razonable) y la prueba de actividades fuera de su zona de comodidad, y en los varones, asegurémonos de alentar la expresión de sus emociones, la manifestación de sus inseguridades y que puedan pedir ayuda si lo necesitan sin ser desacreditados.

• Permitamos el disenso con los adultos, así las niñas aprenderán a defender sus convicciones y a no resignarlas por mantener una relación o un trabajo, y a ser escuchadas (aunque les digan que esto no es sexy) por sus futuros pares, jefes y novios.

• Limitemos su exposición a los medios masivos de comunicación, preservando el espacio para que desarrollen sus propias ideas, creatividad e imaginación basadas en su experiencia directa.

En definitiva, como adultos, tenemos un rol fundamental en apoyar modelos saludables de masculinidad y femineidad, que no opaquen el desarrollo socio-emocional de las niñas y los niños, y que permitan a unos y otras moldear su identidad libres de estereotipos, sin mascaras.

Esto contribuirá a avanzar hacia comunidades en las que niños y niñas desarrollen su capacidad de pensar en el mundo que los rodea críticamente, de perseguir metas que tengan sentido para ellos y de tomar decisiones que los lleven en esa dirección.

Fuente del articulo: http://salud.11665.com/?p=15102

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