VIENA (AA): Las recientes declaraciones del recién nombrado ministro de Educación de Austria, Heinz Fassmann, en contra del pañuelo en la cabeza han despertado inquietud por parte de los musulmanes que viven en el país. La entrevista de Fassmann publicada en el periódico local Kurier el viernes lo citó diciendo que «los profesores no deben usar pañuelo en la cabeza».
Cuando se le preguntó acerca de su opinión sobre la prohibición del velo, Fassmann dijo: «Sí, tengo una simpatía por el estado secular y veo que los maestros no deben usar pañuelo en la cabeza, excepto los maestros de escuelas religiosas y privadas».
El gobierno de coalición formado por el Partido Popular de Austria (OVP) y el Partido de la Libertad (FPO) de extrema derecha a principios de este mes, tiene una postura anti-Islam y anti-inmigrante.
En respuesta a la entrevista, el presidente de la Autoridad Religiosa Islámica en Austria (IGOG), Ibrahim Olgun, dijo a la Agencia Anadolu: «El pañuelo es nuestra línea roja».
«Por esta razón, nunca permitiremos tal intento. Haremos todo lo posible para evitar que comience la prohibición del velo, y llevaremos el tema al tribunal constitucional si es necesario «, agregó.
Olgun dijo que la comunidad se reunirá con el ministro para hablar sobre el tema y expresar claramente sus reservas.
«Creemos que detrás del deseo de prohibir el velo descansa el anti-islamismo», agregó Olgun.
El Secretario General de la Federación Islámica de Viena (FIM), Harun Erciyas, dijo: «Afirmar que los maestros con pañuelos en la cabeza son contrarios al principio de imparcialidad en realidad significa insultar la educación y el trabajo de [los maestros]. Ciertamente no aprobamos esto.
«La Comunidad Islámica, una institución oficial del país, describe el pañuelo como parte del Islam. Por esta razón, si eliminas a las personas con pañuelos del gobierno, también eliminarás del público a todos los miembros de esta religión y, naturalmente, se discriminará «.
Fatih Karakoca, presidente de Austria de la Unión de Demócratas Europeos de Turquía (UETD), dijo que los comentarios del ministro fueron «desafortunados».
Continuó diciendo que si bien hay muchos problemas que resolver en Austria, la coalición de extrema derecha está decidida a crear división y tensión en la sociedad.
«Aquellos que quieren esconderse detrás del secularismo y prohibir a los maestros con pañuelos en la cabeza hoy extenderán esto a todas las áreas, incluidos los estudiantes, lo que provocará inquietud en la sociedad mañana», dijo Karakoca.
[Foto: Manifestantes protestan contra el nuevo gobierno austriaco durante el juramento en Heldenplatz, Viena, Austria, el 18 de diciembre de 2017. El Partido de la gente de Austria (OVP) conducido por Sebastian Kurz y la extrema derecha, Partido de la Libertad de Austria (FPO) ) acordó formar una coalición para el próximo gobierno. Fotógrafo: Omar Marques / AA]
América del sur/Argentina/02 Septiembre 2017/Fuente: La nación
Durante la tercera audiencia ante el máximo Tribunal se escucharon los argumentos de asociaciones educativas religiosas, referentes de universidades públicas, privadas y organizaciones no gubernamentales.
Hace casi diez años, la ley de educación salteña incluyó a la religión como materia obligatoria en todas las aulas de las escuelas públicas. Hoy, la inconstitucionalidad de esa normativa está en juego, y ante el público que colmó nuevamente la sala de audiencias del máximo tribunal, casi una veintena de oradores reforzaron sus posturas a favor y en contra.
Durante casi tres horas, los amigos del tribunal volvieron a disertar confrontando sus distintas opiniones sobre un litigio que lleva más de siete años, cuando un grupo de madres salteñas, junto con la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) demandaron al Estado provincial porque consideran que esta medida, impulsada por el gobernador Juan Manuel Urtubey, es discriminatoria, viola la libertad de pensamiento y no garantiza la libertad religiosa, consagrada en la Constitución Nacional.
Esta vez, y entre quienes se manifestaron a favor de la enseñanza religiosa como parte del contenido curricular obligatorio, hizo eco en varias oportunidades el concepto de «laicidad positiva», un término que, a priori, supondría la existencia de un laicismo negativo. María Inés Franck, presidenta de la Fundación Latina de Cultura, inició su ponencia recordando que Salta no es la única provincia donde existe esta normativa, y que las leyes de educación de Catamarca, Córdoba, La Pampa, San Luis y Tucumán incluyen disposiciones semejantes a la salteña. «Las demandantes alegan discriminación, pretenden que la educación religiosa se dicte fuera del horario escolar, pero qué sucede con las familias que no pueden enviar a sus hijos a colegios privados. Ellos también son discriminados, aseguró, y consideró que ofrecer la materia en horario extracurricular complicaría la logística de muchos padres que trabajan. Por último, hizo referencia a la idea de laicidad positiva como una invitación al diálogo, al respeto y la tolerancia. Un Estado «que no prohíba la educación religiosa sino que la aliente, pero que no implique el proselitismo de ningún credo».
¿Qué tipos de contenido ven los chicos en el aula?
Según informó la ministra de educación salteña, Analía Berruezo, antes del inicio de las audiencias públicas en la Corte, «cada año se les manda a los padres una circular y se les pregunta si quieren que sus hijos reciban enseñanza religiosa. Luego se analiza la disposición de los contenidos en función de las convicciones de cada familia». Este año, de acuerdo al informe oficial, «el 87% de los padres respondió expresamente que desea que sus hijos reciban educación católica, pero también hay chicos de familias evangélicas, mormonas o testigos de Jehová, y se abordan los distintos contenidos. Para quienes responden que no quieren que sus hijos participen de las clases, la idea es trabajar de forma alternativa», explicó Berruezo.
Referentes de la Universidad Católica Argentina, la Universidad Austral y la Federación de Asociaciones Educativas Religiosas de la Argentina también manifestaron su postura a favor de la norma. «Acá está en juego la libertad de aprender -dijo la hermana María Cristina Mandali, secretaria de esta última institución-. La educación religiosa forma parte de la educación integral de los niños, y cercenarla es empobrecer y menoscabar ese derecho. El desvío que pueda haber en Salta [en referencia a la práctica concreta de la normativa] no implica su inconstitucionalidad, ya que la inconstitucionalidad debe provenir de la ley y no de su aplicación».
América del Sur/Argentina/12 Agosto 2017/Fuente: Clarín
La causa fue iniciada por un grupo de padres contra Salta, donde está habilitada. Dicen que se discrimina a los chicos no católicos y que no se respeta la libertad de pensamiento. El miércoles próximo habrá una audiencia pública sobre este tema.
Primera hora, Matemática. Segunda hora, Lengua. Tercera hora, Religión. Esta es la secuencia educativa típica hoy en una escuela primaria pública de Salta, donde una serie de normas habilitaron en 2008 la enseñanza religiosa en los colegios estatales. Y como el 87% de los padres son católicos, esa es la religión que se enseña en la mayoría de las escuelas salteñas.
Un grupo de padres, junto a la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), iniciaron un juicio contra esas normas por considerar quediscrimina a los chicos que no tienen familias de esa religión y viola la libertad de pensamiento, consagrada por la Constitución. Y si bien el máximo tribunal de la Justicia salteña falló a favor del gobierno local, la ADC apeló y el caso llegó ahora hasta la Corte Suprema de la Nación. El miércoles que viene habrá una audiencia pública sobre este tema.
Para el gobierno de Salta el artículo 5 de la Constitución Nacional les garantiza la independencia para tomar decisiones educativas. El 10 de marzo, un dictamen del procurador adjunto le dio la razón a ADC y recomendó a la Corte revocar la sentencia de la corte salteña. El debate se actualiza, además, por las declaraciones que hizo este año el ex ministro de Educación Esteban Bullrich, cuando dijo que “en las escuelas públicas debe haber enseñanza de la religión, no solamente de una”.
Clarín adelanta la polémica que se planteará el miércoles en la audiencia. ¿Es constitucional o no dar educación religiosa hoy en las escuelas públicas? ¿Cómo se concilian dos derechos que colisionan: el de impartir y recibir educación religiosa con el de libertad de culto y pensamiento?
Salta. Alumnos de una escuela pública en la Catedral Basílica. N. RUIZ
El debate no es nuevo. Ya en 1884, y tras encendidas discusiones, los dirigentes de la “generación del ochenta” lo definieron a través del artículo 8 de la Ley de Educación Común 1420, que estableció que en la Argentina “la enseñanza religiosa sólo puede ser dada en las escuelas públicas por los ministros autorizados de los diferentes cultos, a los niños de su respectiva comunión yantes o después de las horas de clase”. Es decir, sólo para los que quieren y no curricular. Esto siempre fue entendido como una garantía de “laicidad”.
Pero en los años noventa la gestión de la educación pasó a las provincias y ahora son los distritos quienes pueden establecer sus normas. Fue lo que hizo Salta en 2008, cuando sancionó su Ley de Educación que establece que se debe garantizar a los padres el derecho a que sus hijos reciban en la escuela pública “la educación religiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones” y, a contramano de la ley 1420, que esa enseñanza religiosa “formará parte de los planes de estudio” y se impartirá “dentro de los horarios de clase”.
El problema no fue solo la norma sino, más aún, la implementación. El fiscal Víctor Abramovich sostuvo, en su dictamen, que “está acreditado que mientras los alumnos católicos reciben educación religiosa, los no católicos son instruidos en una religión en contra de sus convicciones, y los pocos que deciden no participar no reciben una instrucción alternativa”. También, que algunos chicos son “señalados como ‘no creyentes’ en el boletín de calificaciones”.
“Hay un claro trato discriminatorio para los alumnos que no profesan la religión católica y cuando llegan a la escuela tienen rezo obligatorio, cuadernos y símbolos religiosos. Y si deciden no participar, les dicen que se queden afuera sin ninguna actividad alternativa”, dijo a Clarín Torcuato Sozio, director de ADC.
Pero también hay otra visión. Como la de Juan Navarro Floria, profesor de la UCA y experto en Libertad Religiosa que será uno de los posibles “amicus curiae” (amigos del tribunal) en la audiencia del miércoles. “No es cierto que hay discriminación. En el boletín no se señala la religión y los chicos no católicos no son apartados del aula. Tampoco es cierto que haya solo religión católica. Lo que se cuestiona es el hecho de que exista educación religiosa. Pero en Salta siempre lo hubo, antes de 2008. El artículo 5 de la Constitución faculta a las provincias elegir el tipo de educación primaria. Además, tratados como el de San José de Costa Rica, en el artículo 12, garantiza el derecho de los padres a que sus hijos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.”
Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Di Tella, agrega elementos al debate. “La Constitución garantiza la libertad religiosa lo que implica el derecho de las minorías a no tener religión en la escuela o a pretender que le den otras religiones, lo cual es imposible en Salta donde no son religiosos los que enseñan religión sino los propios docentes”, dice.
Y agrega: “un problema poco analizado es que también se vulnera el derecho al trabajo porque docentes no católicos no pueden ejercer. La enseñanza de la religión en una sociedad pluralista era admitida cuando se creía que era el único recurso para la formación moral. Hoy hay consenso pedagógico de que la moral ciudadana que todos compartimos no precisa de la enseñanza de la religión”.
Pese a las diferencias, los entrevistados coinciden en que debería haber es enseñanza de las religiones, de todas y con una mirada amplia. “Admito que no se puede imponer una práctica religiosa. Pero corremos el riesgo de formar analfabetos religiosos que no pueden entender, por ejemplo, qué es lo que pasa en Medio Oriente”, dice Navarro Floria.
Analía Berruezo, ministra de Educación de Salta
“También puede sentirse discriminado el que quiere educación religiosa y no la puede tener”
A favor. Berruezo recorrió escuelas para mostrar cómo se da religión.
Analía Berruezo es la actual ministra de Educación de Salta y le cuenta a Clarín que está trabajando con la fiscal de Estado en la presentación que hará el miércoles que viene ante la Corte Suprema. “Hemos leído mucho y hemos salido a recorrer escuelas para tener la temperatura en cuanto a qué sucede en las clases de religión”, dice.
– El procurador dice que se está discriminando a los chicos que no son católicos. ¿Qué vio usted?
– La ley provincial establece que la enseñanza religiosa no pertenece a ningún credo. Vimos distintas situaciones que las vamos a exponer: en la mayoría se trabaja con proyectos de convivencia y de vida, como donar órganos. Ahora, el 87% de los padres expresamente quiere educación católica. Y hubo situaciones como las que dice el fiscal. Pero se elaboraron normativas y esto está cambiando en forma sustancial. Así como cambia Lengua o Matemática, también está cambiando la forma en que se da educación religiosa atendiendo a la integralidad.
– ¿Qué pasa con los chicos que no son católicos?
– Si el papá no quiere, no va. Hicimos programas alternativos.
– La posición de ADC es que la provincia discrimina a los chicos que no son católicos?
– No los obligamos a hacer oraciones al inicio de la jornada. Hay oraciones pero no son obligatorias. Cuando son las clases de religión salen del aula, están en la biblioteca con su maestra. Nosotros discutimos mucho esto. También pueden sentirse discriminadas las personas que quieren educación religiosa y no la pueden tener.
– ¿Cómo será su presentación el miércoles que viene?
– Vamos a explicar que el federalismo nos permite tener nuestra legislación en educación. Vamos a explicar por qué es importante para nosotros y todo lo que estamos haciendo, por ejemplo trabajando con los docentes, para que las horas de religión no sean confesionales. Hay prácticas religiosas en cualquier escuela y provincia, pero no es a lo que apuntamos sino a la integralidad del conocimiento. Saqué fotos de las actividades que se hacen en los colegios de Salta y voy a mostrar todas esas imágenes.
Torcuato Sozio, director de ADC
“Las leyes provinciales son discriminatorias, pero aún más la forma en que se las implementó”
En contra. Sozio afirma que Salta viola la libertad de pensamiento.
Torcuato Sozio dirige la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), la ONG a la que acudieron un grupo de padres salteños en 2008 cuando sintieron que eran discriminados ellos y sus hijos en las escuelas públicas por no profesar la religión católica.
“Las leyes provinciales son discriminatorias, pero la forma en que se aplicó aumenta aún más el carácter discriminatorio hacia los chicos que no profesan la religión católica. Llegan a la escuela y tienen rezo obligatorio, cuadernos especiales y hay símbolos religiosos en las escuelas. Y si deciden no participar les dicen que se queden afuera del aula sin ninguna actividad alternativa. El problema es que, por ley, la religión forma parte de la currícula. Y si un chico no quiere recibirla, queda boyando”.
– ¿Por qué argumentan ustedes que las normas salteñas son inconstitucionales?
– Violan la libertad de pensamiento (no solo religiosa) y los tratados internacionales, con rango constitucional desde 1994, que defienden el derecho individual a planificar la vida sin interferencia del Estado. Uno puede ser ateo o agnóstico y no considerar que la morar viene de una u otra religión. Si se quiere enseñar todas las religiones no lo cuestionamos. Sería darle conocimientos a todos los chicos. Pero no es lo que pasa en Salta.
– ¿Cómo llegan a esta causa?
– Fueron los padres los que nos pidieron que intercediéramos, porque estaban viviendo situaciones discriminatorias. No es una cuestión ideológica.
– ¿Cómo será su presentación el miércoles que viene?
– Vamos a trabajar en dos ejes. Por una parte, los padres que sienten que sus hijos son discriminados. Por otro, que se viola la libertad de pensamiento. No debe haber símbolos religiosos, ni rezos en las escuelas públicas. Si los padres católicos quieren ese tipo de instrucción debe ser una actividad extracurricular. La derogación de la ley 1420 de educación común dejó un vacío legal, pero ya no se trata de esa ley ni de las normas nacionales. Son los tratados internacionales que garantizan la libertad de pensamiento. En Francia, por ejemplo, no se puede tener ningún símbolo religioso en las escuelas. Es una exageración: nadie tiene que ser discriminado.
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Cada provincia puede decidir los contenidos que se dan en sus colegios
En la mayoría de los distritos la educación pública es laica o se sugiere laicidad. Hay solo tres excepciones.
Sancionada en 1884, y tras duros debates, la ley 1420 que garantizó la escuela pública gratuita, universal y obligatoria, es una de las más respetadas en la Argentina. Esa norma, junto a la construcción de escuelas y el apoyo a los maestros, abrió el camino del progreso para gran cantidad de inmigrantes que llegaban al país. Si bien no mencionaba el carácter laico de la educación, el artículo 8 lo sugiere. Deja bien claro que la instrucción religiosa es optativa y por fuera del horario escolar. Pero hoy esa norma no aplica, fue reemplazada por la Ley de Educación de 2005, que no dice nada sobre educación religiosa en escuelas públicas. Además, la gestión de la educación pasó al ámbito de las provincias, con lo cual son ellas mismas las que dictan sus normas, como las de Salta.
El docente Manuel Becerra relevó una por una las legislaciones y reglamentos de las provincias argentinas y armó una suerte de “mapa de la educación laica”. El mapa será usado en la audiencia de la Corte del miércoles. Hay distritos cuya normativa usa explícitamente los términos “laica” o “no confesional” para referirse a la educación pública estatal (CABA, Jujuy, Chaco, Entre Ríos, San Juan, Mendoza, Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego). Otros cuya normativa sugiere laicidad, similar al artículo 8 de la ley 1420 (Córdoba, San Luis, La Pampa, Chubut). Otras con normativa vaga y ambigua respecto a la educación religiosa (Formosa, Misiones, Corrientes, Santiago del Estero, Santa Fe, Buenos Aires y Santa Cruz). Y solo tres cuya normativa autoriza, explícitamente, la educación religiosa en horario escolar: Salta, Catamarca y Tucumán.
“Es grave que en Salta se señale a los chicos que no van a las clases de religión, por ejemplo en el boletín como indica el dictamen del procurador. Es fuerte que en un contexto en el que tratamos de luchar contra el bullying, sea el mismo estado el que haga esto. La ley 1420 se sancionó en el contexto de un estado liberal clásico en el que se buscaba homogeneizar con la educación y consagrar el derecho a la libertad de culto. Hoy, en el siglo XXI, tenemos que aggiornar el enfoque y pensar en el problema de la discriminación y cómo combatirla”, dice Becerra a Clarín.
El profesor de la UCA Juan Navarro Floria, en cambio, pone el acento en el derecho de los padres a que sus hijos reciban la educación religiosa de acuerdo a sus convicciones. Y afirma que los tratados internacionales garantizan ese derecho.
Una investigación pionera hecha por el Instituto IMPACT-SE de la Universidad Hebrea de Jerusalén y el periódico Yediot Ajronot reveló el lenguaje de odio que transmiten los textos para niños de la comunidad ultraortodoxa.
En esos textos, los judíos reformistas son categorizados como “malvados” y los laicos como “vacíos”.
Eldad Pardo y Tehila Gamliel, investigadores de IMPACT-SE, analizan cómo los libros de texto describen a todos los sectores sociales del pueblo judío diferentes al ultraortodoxo. Los reformistas son vistos como un enemigo en todos los sentidos de la palabra, y también los laicos, los sionistas religiosos, los judíos orientales y los izquierdistas son objeto de duros epítetos.
El sionismo de Herzl es sometido a duras críticas: “El antisemitismo en el siglo 19 produjo la unidad de los asimilados, y establecieron sus propias organizaciones que promovieron la asimilación y no hubo poder que se les contraponga”.
“La asimilación de los individuos no puede hacer daño al pueblo de Israel en general… pero cuando la asimilación es el principio de toda una comunidad u organización y se promueven esos valores alienados. Esto es lo que ocurrió, por ejemplo, con la fundación de la Organización Sionista Mundial que se alejó de los valores del pueblo y dijo representar al pueblo judío”.
El Estado-Nación es descrito como un pecado contra el pueblo judío: “Cuando el estado se estableció, los funcionarios del partido, los enviados de la Federación de Trabajo y la Agencia Judía y otras autoridades han utilizado los poderes dados a ellos y les alejaron de la religión a los inmigrantes”. “Cortaron las patillas de los niños yemenitas. Cada centro comunitario para inmigrantes era una hermosa construcción mientras que las sinagogas eran chozas miserables habitadas sólo para ancianos y enfermos. Así alejaron a los niños de sus padres y de la religión de sus antepasados”.
El judaísmo reformista es un cristianismo Uno de los mayores enemigos de los ultraortodoxos, como se refleja en los libros de texto, es Moses Mendelssohn, padre de la Ilustración judía en el siglo 18. “A partir de la Ilustración, fundada por Moses Mendelssohn., ésta se ramificó en dos vertientes: una forma llevó a la apostasía, y la segunda forma a la reforma, que corrompe el judaísmo y lo convierte en un nuevo cristianismo”.
El conflicto con los palestinos, ausente
A los estudiantes ultraortodoxos se les enseña que los judíos tienen derecho absoluto a la Tierra de Israel, como fue prometido por Dios a Abraham. En los textos se desprende que la administración militar del conflicto con los palestinos no es un acto injusto y que, al igual que los judíos laicos, los palestinos y los no-judíos en general deben ser tratados de forma justa y considerada, de acuerdo a las leyes religiosas de respeto de conducta, caso contrario deben exiliarse del país.
Los libros de texto ignoran casi por completo el conflicto palestino-israelí y la cuestión de la identidad nacional palestina.
“Mahoma estaba en contra de los judíos pero no del judaísmo” Sin embargo, el profeta Mujamad (Mahoma) es alabado, ya que no criticó al judaísmo sino a los judíos, “que se burlaron de él y de su fe”.
“No todos los negros son primitivos y violentos” En un libro de Geografía, dedicado a los “cushim” (bíblico para referirse a los afrodescendientes), hay un capítulo “Los cushim en Estados Unidos, la fuerza negra”, donde se destaca el progreso de la comunidad afroamericana, mencionando a los niños figuras famosas como “Colin Powell, Kofi Annan, el alcalde de Nueva York Rudi Giuliani (sic)”. Se les explica de este modo a los niños que “no todos los negros son primitivos y violentos”.
Sillas vacías en lugar de mujeres En los libros de texto donde se describe a la familia, el padre es visto como el líder del hogar, quien porta la “sabiduría y la inteligencia”, mientras que el rol de la madre es “lavar los platos, cocinar y colgar la ropa”. En los gráficos de la familia, no aparecen mujeres. En su lugar, hay sillas vacías.
Los judíos de Etiopía no son mencionados
Otro punto interesante es la relación con los judíos de Etiopía, que casi nunca se mencionan en los libros de texto ortodoxos. Por cierto, estos libros de texto están expresando muchas críticas a la esclavitud americana, pero es probable que los libros de texto ortodoxos sólo en Israel todavía usan el término “negro”, como en la oración: “los esclavos negros vivían en las amenazas de pobreza extrema. Los trataban con crueldad como si no fueran seres humanos y dependían de sus amos a perpetuidad”.
Ausencia de los religiosos sefardíes y orientales A pesar de que la comunidad ultraortodoxa también está compuesta demográficamente por judíos de origen sefardí o mizrají (oriental), no aparece en los libros ninguna foto con miembros de esa comunidad, ni con sus líderes. Sólo rabinos sefardíes famosos y antiguos como Ibn Gvirol o Yehuda Halevi aparecen en los libros, refiriéndose a la “Edad de Oro sefardí”, para concentrarse sólo en temas y figuras de la comunidad ashkenazí.
Incluso en las redes educativas sefardíes se enseña con estos libros ashkenazíes etnocéntricos que los excluyen. Un libro ilustra un cuento en el que un maestro que es ashkenazí ayuda a los padres de un alumno a conseguir trabajo. Braja, inmigrante de Yemen, llega a una casa ashkenazí para trabajar como mucama, y se presenta como una persona diligente: “nosotros los teimanim (yemenitas), no tenemos miedo de trabajar y somos responsables y diligentes”.
Tras los ataques terroristas a iglesias coptas, apuntan a una segregación que comienza desde la infancia.
Los cristianos coptos de Egipto, que han sido blanco de recientes ataques terroristas, han denunciado que durante años los imanes musulmanes predican el odio y la violencia públicamente por medio de altavoces.
Luego de los brutales ataques sobre la comunidad cristiana pareciera que estos están perdiendo el miedo. El diario egipcio Al Watan ha publicado esta semana varias entrevistas a ciudadanos cristianos. “Es muy común que los imanes prediquen el odio y la violencia contra nosotros por altavoces dentro o fuera de las mezquitas” dijo Antoine, un copto de los suburbios de El Cairo. Incluso en suelo occidental, la doctrina de la yihad está siendo predicada en muchas mezquitas y centros islámicos contra cristianos, judíos, infieles, apóstatas y gays, amplio este artista plástico que reside en Italia hace 4 años y pidió reserva de su identidad.
“Los devotos musulmanes recitan la primera parte del Coran o Fatiha (الفاتحة ) una docena de veces al día rechazando a cristianos y judíos. Esto es muy grave, porque se convierte en una amenaza a la seguridad de las personas cuando se mezcla con la doctrina yihadista”, agrego Merah.
El Fatiha (sura 1 del Corán) dice: “Guíanos por el sendero recto, el sendero de aquellos sobre los cuales Tú has otorgado favor, no de aquellos que han evocado tu ira o de los que están extraviados”.
El influyente estudioso sunita Ibn Kathir explicó en su momento este pasaje de la siguiente manera. “Los dos caminos que describió como equivocados son los caminos de los cristianos y los judíos, siendo eso un hecho que el creyente debe tener cuidado y evitar”. El camino de los creyentes es el conocimiento de la verdad y el cumplimiento de ella.
En comparación, según Khatir, los judíos abandonaron la práctica de la religión, mientras que los cristianos perdieron el verdadero conocimiento. Esta es la razón por la cual la “ira” descendió sobre los judíos, mientras que se describe como “extraviados” a los cristianos.
Ibn Kathir explica sobre otro verso del Corán que indica: “aquellos a quienes Allah ha maldecido porque lo enojaron” acabaron transformados en “simios y cerdos” (Corán 5:60). En consecuencia, cristianos y judíos son rechazados por Allah y dignos de su ira.
Hace años, la doctrina de interpretación Wahhabi llamó la atención incluso dentro del mundo musulmán por agregar a la Fatiha palabras explicitas como “los judíos” y “los cristianos” a frases sobre este pasaje en ejemplares del Coran que se imprimía en Arabia Saudita”.
Un doble atentado contra iglesias cristianas en Egipto dejó 45 muertos el pasado 9 de abril (@Conflicts)
Es espantoso conocer el odio que los imanes imponen a los cristianos en nombre del Islam justo después de los mortales ataques a las iglesias en Egipto. Pero el odio y la intolerancia son comunes en sus sermones. Dice Antoine.
“Los musulmanes invocaron la ira de Dios contra los cristianos” desde los altavoces de varias mezquitas antes de los ataques terroristas a las Iglesias”, publico Stoyan Zaimov, en The Christian Post, el 13 de abril de 2017.
Michel Fahmy, residente de El Cairo, dijo a la AFP en un informe del miércoles que los imanes locales continúan difundiendo sermones desde los altavoces de las mezquitas “invocando la ira de Dios sobre los cristianos”. “En las mezquitas hay oraciones que dañan a los cristianos”, dijo Fahmy, señalando que algunos sermones están específicamente dirigidos contra ellos, siendo llamados “enemigos del Islam”.
“Incitan a la violencia a los jóvenes a quienes inyectan odio contra nosotros para que actúen salvajemente”, agregó Fahmy, dueño de una tienda de artículos regionales.
“Nos concierne a todos: Estas conductas llevan al terrorismo y los cristianos son el blanco”, titula el periódico egipcio pro-gubernamental en otra nota sobre los ataques a las iglesias.
Cuarenta y cinco personas fueron masacradas en los ataques a las iglesias en Alejandría y Tanta días pasados, su autoría fue reivindicada por el grupo terrorista Estado islámico (ISIS). Ha habido gran numero de otros ataques en los últimos meses y años, incluyendo el del 11 de diciembre de 2016, un planificado atentado suicida en una iglesia de El Cairo, semanas antes de Navidad.
La última masacre fue tan devastadora que obliga a algunas iglesias a cancelar sus celebraciones normales anunció la Diócesis Ortodoxa Copta de Minya, a pesar de recibir garantías en la seguridad del presidente Al Sisi, cuando comunicó que limitará sus misas y oraciones litúrgicas.
Fahmy sugirió que parte del problema es la forma en que los jóvenes son educados. “La sociedad no enseña a los jóvenes que los musulmanes y coptos no deben ser enemigos, la educación juega un papel importante”, dijo.
Lillian Anis, una mujer copta que trabaja en una tienda de ropa, señaló que los cristianos son considerados una clase social inferior y una clase religiosa inadmisible por parte de los musulmanes.
“El problema comienza en la escuela donde los niños son tratados de manera diferente”, dijo Anis. “En la escuela algunos se negaron a hablarme porque yo era cristiana”; y lo peor es la negación y el ocultamiento por parte de los musulmanes de que todo esto esta sucediendo, agregó.
RESUMEN: Casi la mitad del público ruso cree que la prohibición del tocado musulmán en las escuelas debe ser levantada, pero una proporción igual dice que las autoridades no deben permitir que los niños demuestren sus alianzas religiosas en las escuelas. Según las últimas investigaciones de la agencia estatal de encuestas VTSIOM, el 47 por ciento de los rusos no ve nada ofensivo en la práctica de las niñas musulmanas usando hijabs en las escuelas (en comparación con el 35 por ciento en 2012). La proporción de aquellos que declararon que cualquier manifestación externa de pertenencia a alguna religión en la escuela debe ser restringida también fue 47 por ciento (menos del 53 por ciento en 2012). El seis por ciento dijo que no podrían elegir los lados en esta discusión en 2017, la mitad de los que lo dijeron en 2012. La proporción de los que se oponían a la prohibición del hijab era previsiblemente más alta entre los musulmanes, pero también entre los jóvenes (18-24 años). La opinión opuesta fue compartida por la gente sobre 45 años vieja y los que se describieron como ateos.
Almost half of the Russian public believes the ban on Muslim headdress in schools should be lifted, but an equal share says authorities should not allow kids to demonstrate their religious allegiances in schools.
According to the latest research by the state-run VTSIOM polling agency, 47 percent of Russians currently see nothing offensive in the practice of Muslim girls wearing hijabs in schools (compared to 35 percent in 2012). The proportion of those who said any external manifestations of belonging to any religion in schools must be restricted was also 47 percent (down from 53 percent in 2012). Six percent said they could not choose sides in this discussion in 2017, half the number who said so in 2012.
The share of those who opposed the hijab ban was predictably higher among Muslims , but also among younger people (18-24 years). The opposite opinion was shared by people over 45 years old and those who described themselves as atheists.
The head of VTSIOM’s department for special programs, Elena Mikhailova wrote that the main factor causing the cautious attitude towards different religious and social groups was the fact that vast majority of the population was poorly informed about these groups.
About a week ago Russian Education Minister Olga Vasiliyeva voiced support to the ban on hijabs in schools imposed by the Supreme Court ruling in February 2015.
“I don’t think that true believers try to emphasize their belonging to certain religions by external attributes,” the minister said.
The head of the Chechen Republic Ramzan Kadyrov voiced disagreement with this position by an Instagram post. He called Vasiliyeva’s statement her own stance and added that his own three daughters wear hijabs in class, all get good marks and would never remove the traditional Muslim headwear no matter what.
In February 2015, Russia’s Supreme Court ruled to uphold the ban of Muslim headwear in schools, which had been introduced by authorities in the Republic of Mordovia. It rejected a complaint lodged by the Mordovian Muslim community, which claimed that the ban on religious headwear in schools violated the constitutional principle of freedom of conscience. The judge ruled that the ban on wearing headscarves in schools did not prevent Muslims from believing in God and did not infringe anyone’s constitutional rights.
President Vladimir Putin expressed his position on the issue of hijabs in 2012, when he opposed them being worn in schools. He said although people’s religious feelings must be respected, Russia is a secular state.
“We should see how our neighbors, European states deal with [wearing hijabs]. And everything will become clear,” Putin said.
Nueva Zelanda/Diciembre de 2016/Fuente: Otago Daily Times
RESUMEN: En la culminación de una batalla de cuatro años, el padre Jeff McClintock solicitó permiso para presentar una apelación ante la Corte Suprema de Nueva Zelanda en octubre. Su caso impugnó el derecho de la escuela de su hijo a impartir clases de instrucción religiosa cristiana durante la jornada escolar, a la luz de la Ley de Declaración de Derechos que protege la libertad de religión y creencias. Se desestimó por no haber «asunto de importancia pública» en juego o «apariencia de error judicial» si no se concedía el recurso.
In the culmination of a four-year battle, parent Jeff McClintock sought permission to bring an appeal to the Supreme Court of New Zealand in October. His case contested the right of his child’s school to hold Christian religious instruction classes during the school day, in the light of the Bill of Rights Act which protects freedom of religion and belief. It was dismissed on grounds of there being no «matter of public importance» at stake or «any appearance of a miscarriage of justice» if the appeal were not granted.
The legislation upon which current practices are based is 52 years old.
The issue of religion in education has long been ducked by government and by most educationalists. But immigration has brought a great increase in religious diversity – particularly to New Zealand’s cities where the majority of children live.
Here’s the problem. The Churches Education Commission (CEC) has a legal right to promote Christian beliefs in state primary schools under Section 78 of the 1964 Education Act, if boards of trustees are agreeable. Legislators in the early 1960s rightly assumed religious instruction by church volunteers would meet the approval of the vast majority of parents. At a time when about 90% of the population affiliated to Christianity, Bible in Schools had «social legitimacy». It met a social need. It is much harder to make a case for the social legitimacy of Christian instruction in state schools today.
In order to reconcile religious instruction with the secular education system established by the 1877 Education Act, the idea of school closure was introduced into this legislation. At any time of the school day a classroom could be deemed to be legally «closed» (while actually open) for religious instruction. This arguably has had at least two unforeseen and unintended consequences. Firstly, the separation of religion from the secular curriculum appears to prevent young people in state schools from learning about religions and beliefs.
Teachers and principals interviewed felt the subject of religion was «best avoided» by class teachers, in case of inadvertent indoctrination or causing offence. Some felt the subject was taboo, illegal, or irrelevant in a secular school.
Few made the distinction between religious instruction into a belief, and religious education about a variety of religious world-views. This distinction had not been made clear during teachers’ training or professional development. This means young people are not being given the opportunity to develop religious literacy: they learn to tolerate but not to understand the diverse beliefs making up New Zealand society.
Secondly, that the school was legally closed for Bible in Schools appeared, to a large degree, to allow educationalists to sidestep responsibility for monitoring CEC programmes and resources.
Representatives at the ministry and the NZEI stated they could not be held responsible for an activity outside the curriculum. Some teachers and principals argued they had no responsibility to provide information to parents about Bible in Schools because the school was closed for that lesson.
Because the programme is outside the curriculum, the Education Review Office does not check that parents are consulted frequently or that programmes are appropriate.
Constraints surrounding informed consent, opting-out and complaint processes for parents are numerous. Contrary to the judges’ statement in the McClintock case, my PhD research argues these are issues of public importance and matters of justice are at stake.
It appears religion in state primary schools has been insulated from international developments in religious education. From the 1960s, educationalists in many other plural liberal democracies have been developing appropriate ways to teach about religious diversity at every age of schooling. Immigration policy in New Zealand has created a religiously plural society. Education policy and practice does not adequately reflect this. It’s time for a review of legislation and practice and a debate about religions and beliefs as part of the curriculum.
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