Mundo: Pueblos indígenas, en alerta por plan internacional de protección de espacios naturales

La comunidad internacional está llamada este año a actuar para frenar la pérdida galopante de biodiversidad, pero sus planes de preservación han puesto en alerta a los pueblos indígenas, que temen que estos socaven sus derechos.

La COP15 de la ONU en Kunming (China), que se celebrará en principio en el segundo semestre tras ser pospuesta en 2020 debido a la pandemia, presentará un nuevo plan en el que unos 200 países podrían comprometerse a proteger el 30% de los espacios naturales del planeta en 2030.

Esta iniciativa, llamada 30×30, es impulsada especialmente por la Coalición de Alta Ambición para la Naturaleza y las Personas (HAC), cofundada por Costa Rica y lanzada oficialmente el lunes en París por más de 50 países.

Pero el peso de la experiencia ha puesto en alerta a los pueblos indígenas, que recuerdan por ejemplo cómo fueron expulsados de algunas tierras debido a la creación de parques nacionales.

Así, cuando se amplió el Parque Nacional de Kahuzi-Biega en el este de República Democrática del Congo en 1975, la comunidad Mbuti perdió más que el acceso al bosque.

«Ya no tenemos plantas medicinales», indica Diel Mochire, director regional del Programa Integrado para el Desarrollo del pueblo pigmeo. «Nuestra dieta cambió. En el bosque, teníamos fácilmente acceso a los recursos, ahora tenemos que comprarlo todo».

«Al fijarse un objetivo, sin los estándares adecuados ni mecanismos de rendición de cuentas», la 15ª Conferencia de las Partes (COP) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) «podría desatar una nueva ola colonialista de apropiación de tierras que afectaría a millones de personas», según Andy White, coordinador de la ONG Rights and Resources Initiative.

«A la hora de aumentar los porcentajes (…) se atenta contra los derechos de los pueblos indígenas si no se reconocen su participación y su consentimiento previo», coincidió en una videoconferencia en diciembre Ramiro Batzin, director de la asociación indígena Sotz’il de Guatemala.

– Modelo dominante –

White explica que las primeras expulsiones llevadas a cabo en nombre de la conservación de los espacios naturales fechan del siglo XIX, cuando el gobierno de Estados Unidos expulsó violentamente a los nativos de lo que acabó convirtiéndose en los parques nacionales de Yellowstone y Yosemite.

«Este modelo se exportó a todo el mundo» y sigue siendo dominante, afirma.

Su organización de defensa de los pueblos indígenas estima que unos 136 millones de personas fueron desplazadas en el mundo debido a la creación de zonas protegidas, que cubren unos 8,5 millones de km2.

Calcula además que más de 1.600 millones de personas podrían verse afectadas directa o indirectamente por la iniciativa 30×30.

Paralelamente, un informe de la ONU de 2016 concluyó que algunas de las mayores organizaciones medioambientales había violado los derechos de los indígenas al apoyar proyectos que suscitaban la expulsión de sus tierras.

Incluso una investigación de 2019 del medio Buzzfeed implicó al Fondo Natural para la Naturaleza (WWF) en una serie de violaciones de derechos graves — incluido tortura y asesinato — perpetradas por unidades de lucha contra la caza furtiva en parques nacionales de Asia y África.

Una auditoría independiente publicada en noviembre exculpó a todos los miembros de su personal, pero estimó que WWF debería «ser más transparente». La organización prometió hacer mayores esfuerzos en este sentido.

– Menos pérdida de biodiversidad –

Por otro lado, los esfuerzos para proteger y restablecer los espacios naturales a escala global fracasaron hasta ahora de forma espectacular.

Un informe clave de los expertos de la ONU sobre biodiversidad (IPBES) advirtió en 2019 que un millón de especies corren riesgo de extinción, a la vez que destacó que el saber de los indígenas representaba un atisbo de esperanza.

Estos viven o se ocupan de al menos el 25% de las tierras en el mundo y estos lugares «tienden a sufrir menos pérdida de biodiversidad», indica a la AFP Pamela McElwee, coautora del informe.

Así, los bosques gestionados por indígenas almacenan de forma más eficaz el carbono y sufren menos incendios que muchas «áreas protegidas» controladas por empresas mediante concesiones, indican varios estudios.

Además, las compañías que se encargan de bosques bajo el REDD+, un mecanismo financiero aprobado por la ONU para luchar contra la deforestación, muy a menudo socavan los derechos de quienes viven en estas zonas, según los mismos.

Los pueblos indígenas «son atacados de forma desproporcionada cuando defienden sus derechos y territorios», dijo en julio la organización Global Witness.

Según su informe anual, 212 activistas medioambientales, de los cuales casi la mitad eran indígenas, fueron asesinados en el mundo en 2019.

– De la teoría a la práctica –

Desde la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) hasta WWF, las grandes organizaciones medioambientales defienden la importancia de los pueblos indígenas en la conservación de los espacios naturales.

Por su parte, Basile van Havre, copresidente del Convenio sobre la Diversidad Biológica, asegura que esta «da amplia cabida» a estos pueblos y la HAC anunció el lunes el establecimiento de una «task force» para tener en cuenta «las preocupaciones de los indígenas» y «promover su saber en las negociaciones».

Pero los líderes indígenas esperan acciones concretas.

«La mayoría de organizaciones medioambientales han perfeccionado el arte de las relaciones públicas», afirma Peter Kitelo, un ingeniero de telecomunicaciones, de 45 años, de la comunidad Ogiek, en Kenia.

Además del 30×30, el borrador del acuerdo de la COP15 defiende poner en marcha otras medidas de preservación eficaces, que podrían incluir una gobernanza indígena.

«Estamos presentando propuestas al gobierno» sobre cómo proteger los espacios naturales sin «perjudicar a las comunidades», según Mochire.

Para White, es igualmente importante que el futuro acuerdo prevea mecanismos para impedir las violaciones de derechos humanos de estos pueblos a la hora de extender las zonas protegidas.

«En muchos casos, estos grupos no pueden dirigirse a sus propios gobiernos cuando son objeto de abusos por parte del parque nacional, por lo que deben poder recurrir a la escena internacional», defiende.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/pueblos-ind%C3%ADgenas–en-alerta-por-plan-internacional-de-protecci%C3%B3n-de-espacios-naturales/46284754

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Contra el suicidio que nos imponen los dueños del mundo

Reseña: Jesús Aller

Hace unos meses reseñaba ¿Quién alimenta realmente al mundo?, el monumental trabajo de Vandana Shiva que desmonta las falacias de la publicitada revolución verde. En él se pone de manifiesto que el único camino sostenible para el planeta debe basarse en métodos agrícolas que atesoran la sabiduría de milenios, y no en el abuso de una tecnología destructiva y al servicio sólo de la ganancia rápida de unos pocos que nos conduce al desastre. En esta misma línea, El Planeta es de todos, que acaba de aparecer con el sello de Editorial Popular, está consagrado a describir las estrategias de las grandes corporaciones para incrementar y blindar sus beneficios a costa del futuro de nuestra especie y el mundo que habitamos.

El número de multimillonarios que concentran tanta riqueza como la mitad más pobre de la humanidad se redujo entre 2010 y 2016, de 388 a 26. Estas cifras sirven para darnos una idea del proceso imparable de flujo de capital hacia los más ricos en que estamos inmersos. Pero esto no es casual, sino un simple corolario de la esencia misma del capitalismo, un sistema cuya dinámica puede compararse a la de un organismo afectado por un tumor maligno. El 1 % de los más opulentos controlan de facto la economía, el pensamiento y la vida del planeta, hasta el punto de que los seres vivos se convierten, a través de su manipulación genética, en “creaciones”, propiedad de las multinacionales. Esta dictadura, basada en una “lógica” demente de mercantilización de todo, tiene su sustento ideológico en el mecanicismo dualista que escinde al hombre de la naturaleza, de los otros hombres y de su ser más profundo.

Un repaso de biografías de magnates y políticos pone en evidencia los métodos de los tahúres globales de las grandes corporaciones y bancos. Éstos se apropian de los recursos y los rentabilizan en una espiral especulativa que dispara los beneficios e incluye guerra, hambre y genocidio como instrumentos. La única alternativa que puede plantearse a este desastre es la de un paradigma opuesto al mecanicismo dominante, con democracia real y directa a todos los niveles y gestión sostenible, que halla su fundamento en una visión holista e integrada del cosmos. Algunos ejemplos exitosos de movimientos no violentos de resistencia al extractivismo y la degradación ambiental muestran claras las posibilidades que ofrece este camino.

La agricultura industrial, basada en venenos y combustibles fósiles, lucra a las mismas empresas que se especializaron en el pasado en el diseño y fabricación de armas químicas para guerras y genocidios. Los detalles de estos manejos resultan estremecedores, pero lo es más comprobar que hoy día son estas corporaciones asesinas las que llevan el timón de las finanzas globalizadas. El Tribunal Monsanto, establecido en octubre de 2016 en La Haya auspiciado por movimientos e instituciones de todo el planeta, trata de denunciar e impugnar estos crímenes contra la humanidad. En este sentido, el papel de gobiernos democráticos dispuestos a asumir estas luchas es imprescindible. El “Cártel tóxico” se defiende lloriqueante argumentando que sin sus venenos el mundo se morirá de hambre.

En manos de esta gente sin escrúpulos, la ciencia se ha convertido en un instrumento de dominación y control, y la biología molecular ha degenerado en un reduccionismo en que, despreciando la complejidad de los procesos implicados y los efectos indeseados que se introducen con estas manipulaciones, se juega a “diseñar” seres vivos a la medida con el único fin de optimizar su explotación económica a corto plazo. Estos aprendices de brujo son perfectamente capaces de alterar profunda y perniciosamente la dinámica de la vida sobre la Tierra, pero afortunadamente también hay científicos que ponen de manifiesto sus inconsistencias y, a través de disciplinas como la agroecología y la epigenética, potencian métodos de cultivo respetuosos con los seres humanos y el medio ambiente.

La historia de los algodones transgénicos Bt y RR Bt (éste con probables efectos cancerígenos) de Monsanto ofrece buenos ejemplo de los desastres que acarrean estas técnicas, con desarrollo de “superplagas” y envenenamientos, ruina y suicidios de campesinos. A cualquiera que se atreva a denunciar las mentiras y crímenes de esta corporación se le trata de silenciar y es objeto de sucias campañas de desprestigio. Otro caso emblemático es el del arroz dorado, otro transgénico que se ha demostrado que produce efectos dañinos inesperados, pero en cuya defensa la multinacional fue capaz de movilizar una legión de premios Nobel de disciplinas diversas, mayoritariamente ignorantes en asuntos agrícolas. Los ejemplos se multiplican, pero los poderosos manejan una implacable propaganda contra “los anticiencia que nos quieren devolver a la edad de piedra”.

La máquina de hacer dinero incorpora tecnologías de satélites, tratamiento de datos y manipulación genética para controlar la agricultura del planeta y explotarla en su beneficio, en una dinámica que es el exacto reverso de la democracia económica y el respeto al medio ambiente. Es un mundo orwelliano en el que “libre” significa “privatizado”. Los magnates del filantro-capitalismo se declaran dispuestos a ayudar a los más necesitados, pero imponen de facto tecnologías discutibles y destructivas. En su codicia llegan a la “biopiratería”, apropiándose de métodos desarrollados por los campesinos a lo largo de los siglos y patentándolos como suyos. Con su “geoingeniería”, el 1 % ha dado el paso al diseño del clima y a la búsqueda de tecnologías sofisticadas que nos liberen de los efectos nocivos de sus otras tecnologías. Se trata así de que el capitalismo nos salve del capitalismo, sin pararse a considerar que sólo la democracia económica puede llevarnos a un mundo en equilibrio.

La obra concluye invocando tres principios, basados en el pensamiento de Mahatma Gandhi, que sirven de guía para combatir el desastre humano, biológico y planetario a que nos ha conducido el 1 %:

Swaraj: autoorganización y autogobierno, construyendo de abajo a arriba la sociedad con una estructura federada y democracia directa.

Swadeshi: Autosostenimiento en una red de economías locales, constituye un imperativo ecológico y ético y nos libera de la esclavitud de los combustibles fósiles, aunque está abierto al comercio justo y a la racionalización del uso de los recursos.

Satyagraha: Es la “fuerza de la verdad”, la desobediencia civil creativa y el derecho a no colaborar con el 1 % y la maquinaria estatal a su servicio. Sus posibilidades son infinitas: Bija satyagraha, por ejemplo, es un movimiento impulsado por Vandana Shiva para oponerse a la privatización de las semillas.

El camino así definido integra las mejores tradiciones del pensamiento emancipador y en la práctica puede combinar iniciativas constructivas al margen del sistema, con intentos de alcanzar modificaciones legislativas que protejan a los seres humanos, la diversidad biológica y el medio ambiente.

El planeta es de todos es un chorro de fría realidad que nos despierta al desastre y nos informa de los medios de que disponemos a la hora de buscar soluciones. Los irresponsables del 1% no ven para la humanidad más futuro posible que extinguirse o colonizar el espacio, pero una supervivencia en equilibrio con la Tierra es una alternativa viable. Como dijo Gandhi, nuestro planeta da suficiente para las necesidades de todos, aunque no para la avaricia de unos pocos.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=259417

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Venezuela: Ivic y Minec organizaron curso en materia de diversidad biológica

La bioética como un instrumento fundamental para el desarrollo de investigaciones.*El taller está estructurado en tres fases que se abordarán hasta el 20 de noviembre.

América del Sur/Venezuela/Altos de Pipe, 06 de noviembre de 2018

(Ronald Aponte).-raponte@ivic.gob.ve

Las creencias religiosas, el ámbito legal, los aspectos sociales, la racionalidad, la universalidad y el conocimiento científico-técnico forman parte de los múltiples aspectos que deben considerarse a la hora de formular proyectos de investigación sobre diversidad biológica en Venezuela.

Dichas consideraciones se discutirán semanalmente hasta el 20 de noviembre en el curso teórico-práctico Marco bioético y legal para la investigación sobre diversidad biológica en la República Bolivariana de Venezuela, que se inició el pasado 16 de octubre en los espacios del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic).

El evento promovido por el Ivic y el Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo (Minec), tiene como objetivo socializar la información sobre las bases éticas y legales en materia ambiental a las que deben darse cumplimiento para la ejecución de proyectos de investigación asociados a la diversidad biológica y sus componentes.

La coordinadora del curso y jefa de la Unidad de Diversidad Biológica del Ivic, Dinora Sánchez, explicó que la jornada está estructurada básicamente en tres partes: la primera orientada al componente bioético, la segunda al estamento legal-ambiental y por último al consentimiento fundamentado previo para la investigación. Sin embargo, indicó que también se tocarán otros temas emergentes en el país, como la biología sintética y la seguridad de la biotecnología.

Fundamentos bioéticos

María Eugenia Cavazza, integrante de la Comisión de Bioética del Servicio Autónomo Instituto de Biomedicina “Dr. Jacinto Convit” del Ministerio del Poder Popular para la Salud (Mpps) y docente de la Universidad Central de Venezuela (UCV), consideró en su ponencia que los temas de bioética y biodiversidad son las dos “B” que se incluyen en los proyectos de investigación, y en este sentido, profundizó su charla hacia los orígenes de la bioética basados en la ética médica.

Asimismo, insistió en la necesidad de promover la conformación de comités de bioética en las instituciones y centros donde se generen investigaciones científicas ecológicas en las que se involucren la bioseguridad y biodiversidad, ya que a su juicio existen leyes y tratados internacionales que rigen la materia y deben cumplirse para poder mantener el acervo de la diversidad biológica venezolana.

Aprendizaje integral

El curso cuenta con 8 facilitadores expertos y 17 profesionales inscritos de diferentes instituciones tanto públicas como privadas de todo el país.

Los participantes están recibiendo diversos conocimientos, tales como el marco legal nacional e internacional en materia de diversidad biológica; instrumentos de control previo relacionados con actividades de investigación científica; marco legal nacional e internacional asociado al consentimiento fundamentado previo en torno a los recursos genéticos y los conocimientos intangibles de pueblos indígenas y comunidades locales; biopiratería y apropiación indebida de la diversidad biológica y de los componentes intangibles asociados, entre otros.

En tal sentido, Carla Contreras, trabajadora del Ministerio del Poder Popular para la Pesca y la Acuicultura, consideró muy oportuno el curso, pues considera que se están abordando temas de gran importancia para el país de los que poco se habla y se sabe.

“Personalmente, propondré crear una comisión de bioética en la institución donde laboro, ya que en él manejamos recursos genéticos en materia pesquera y acuícola que salen fuera del país y debemos dar cumplimiento a todos los protocolos y leyes vigentes que rigen esta área”, puntualizó.

Por último, Dinora Sánchez informó que esta es la segunda edición del curso que se realizó en el año 2017, con el cual buscan brindar las herramientas necesarias a aquellos profesionales que desarrollan investigaciones sobre la biodiversidad nacional.

“La intención es que las personas manejen los fundamentos legales y bioéticos para orientar sus proyectos de investigación, previniendo el resguardo de nuestro patrimonio natural y la inclusión de las comunidades en el diseño e implementación de los mismos”, señaló Sánchez.

Nota enviada a redacción de OVE

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Ecuador participará en encuentro mundial sobre biodiversidad que se desarrolla en México.

América del sur/Ecuador/06.12.2016/Autor y Fuente:http://www.andes.info.ec/

Ecuador participará en la décimo tercera Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica (COP 13) que se desarrollará del 4 al 17 de diciembre en Cancún, en donde busca posicionar a la biodiversidad como recurso estratégico y ventaja competitiva en el nuevo modelo de desarrollo económico que lleva adelante la nación suramericana.

“Llevamos una agenda interesante de conservación. Nos reuniremos con Japón, con Colombia para definir nuevas estrategias en conjunto”, dijo a Andes director nacional de Biodiversidad, Santiago Silva.

La delegación ecuatoriana también sostendrá una reunión con países que forman parte del Bioma Amazónico para discutir de cómo las áreas protegidas están aportando hacia el cambio climático.

El Bioma Amazónico es una región que comparten nueve países: Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa y posee una superficie aproximada de 7,8 millones de kilómetros cuadrados (semejante al tamaño de los Estados Unidos).

Debido a que a la COP13 asistirán gobiernos y agencias de cooperación, Ecuador, representado por el ministro de Ambiente, Walter García, establecerá diálogos bilaterales para estrechar vínculos estratégicos en el eje ambiental. «Queremos viabilizar programas de cooperación y proyectos de inversión que fortalezcan las iniciativas que lleva a cabo el actual Gobierno», explicó.

Cabe destacar que Ecuador es parte del grupo de países megadiversos de la CDB y preside el Corredor Marino del Pacífico (CMAR), por lo que participará en foros para establecer un plan de trabajo y para gestionar recursos monetarios y no monetarios para la coordinación de actividades a escala nacional, regional y mundial.

«Estos espacios de cooperación son interesantes para Ecuador que es un país pequeño pero con una altísima biodiversidad y por ende en estos espacios es donde se hablan de temas de conservación, donde el país tiene un rol protagónico», destacó el funcionario.

Desde que el CDB entró en vigor, en diciembre de 1993, la Conferencia de las Partes ha celebrado 12 reuniones, y ha promovido la aplicación del Convenio a través de 367 decisiones que han sido adoptadas por consenso durante sus reuniones.

Fuente: http://www.andes.info.ec/es/noticias/ecuador-participara-encuentro-mundial-sobre-biodiversidad-desarrolla-mexico.html

Imagen: http://www.andes.info.ec/sites/default/files/styles/large/public/field/image/27343944202_0ca3e5f19f_k_1.jpg?itok=Dbjj8H5g

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