América del Norte/México/Global Voice/ Escrito por Gabriela García Calderón
Esta versión de la inmortal historia del pequeño príncipe que llegó del asteroide B-612 cuenta con dibujos inspirados en la civilización maya. La traducción ha estado a cargo del poeta Xun Betan. Bajo el nombre tsotsil de “Ch’in Ajvalil”, el libro está compuesto con una tipografía especial para textos en ese idioma.
Global Voices conversó brevemente con Javier Merás, el artífice de esta nueva versión del clásico libro infantil.
Global Voices (GV): Cuéntanos cómo se gestó la traducción del libro al tsotsil.
Javier Merás (JM): Xun Betán, el traductor de esta edición, se acercó a la lectura a los nueve años con El Principito. No solamente fue su primer contacto con la lectura, también lo usó para aprender castellano. Más adelante, tuvo la iniciativa de traducir el libro al tsotsil, iniciativa que emprendió con sus propios medios y fondos. Su intención era que más personas en su comunidad pudieran leer la obra.
GV: Imaginamos que no fue un camino fácil.
JM: En realidad, no. La traducción estaba lista para salir a imprenta, pero las editoriales a las que Xun contactó no acababan de asimilar los dibujos de Héctor Morales Urbina, tan diferentes a los de todas las versiones clásicas. En 2016, a través de Los Injunables, tienda de libros virtual que administro, lo contactamos, después de dos años de rechazos, Xun nos hizo llegar un ejemplar del libro, y nosotros lo trabajamos y le dimos forma.
Los Injunables, la editora a cargo de esta versión, es un proyecto de salvación personal, donde cabe de todo. Su faceta como editora surge por necesidad. Tenemos libros en braille salidos de las cárceles, tipógrafos que rescatan fuentes coloniales y hasta traducción de clásicos de la literatura realizadas por hablantes de lenguas mestizas, como ha ocurrido con El Principito en tsotsil.
Esta versión del clásico de Saint-Exupéry salió a la venta en noviembre de 2018.
GV: Llama mucho la atención justamente eso, que la versión en tsotsil tiene sus propias ilustraciones, aunque conservan la esencia de las tradicionales que todos conocemos.
JM: Efectivamente, las ilustraciones son completamente de inspiración maya. Fue un ofrecimiento del traductor, Xun Betán. Los dibujos son de Héctor Morales Urbina y tienen una evidente influencia maya. La contraportada y otros detalles los aportó Alejandro Fiadone, experto en iconografía indígena argentina, especialmente para Ch’in Ajvalil.
También se usaron números mayas para numerar los capítulos.
GV: ¿Qué te ha enseñado traducir “El Principito” a estas lenguas indígenas?
JM: Podría decir que aprender a relacionarme con esta historia se ha convertido en lo que podría llamar una especialidad. También es un pretexto por el que tengo que estar agradecido. Me he encontrado con muchísimas personas valiosas que me brindaron su amistad, inspiración y apoyo a lo largo de este hermoso viaje.
GV: ¿Cómo le va a la edición de El Principito en aymara?
JM: Pirinsipi Wawa tuvo mucha demanda entre coleccionistas y la sigue teniendo. Un grupo peruano vinculado a la educación mandó a comprar un lote grande para un trabajo en colegios bilingües. La idea original era donar libros para que se usaran como material escolar. Sin embargo, debo destacar que nuestro rol no es benéfico. Asumimos que nuestro ciclo ya concluyó, y en breve cederemos los derechos de esa edición al traductor, Roger Gonzalo Segura, para que el texto se pueda publicar en el Perú y que siga su camino. ¿Qué más puede soñar un editor?
Encuentra más información en la página de Facebook de Los Injunables, donde también hay un video que presenta la obra: