Mailyng Bermúdez Sculpi
Somari de los bárbaros
Los verdaderos bárbaros dijeron “¡Guerra y muerte a los bárbaros!”
Y en el espejo se vieron a sí mismos radiantes, hermosos, civilizados, perfectos.
Gustavo Pereira, 2007
Una mirada a la realidad socio – educativa venezolana
Con la convocatoria al proceso constituyente en 1999, la sociedad venezolana tuvo la oportunidad de dialogar en torno a problemas como: exclusión, marginación, violencia estructural, fragmentación del horizonte societal, elementos éstos que permeaban toda la organización social, que oprimían especialmente a la población de escasos recursos, ésta que había heredado oprobiosas condiciones de vida producto de la racialización de la pobreza.
El racismo como dispositivo cultural y la discriminación racial como marco operativo, surgido en la conquista y la colonización; y consolidados durante la vida republicana, fungieron de trama para la urdimbre socio-política, económica y estética, donde los discursos y representaciones sociales se cimentaron, creando la ilusión compartida y construida desde los centros hegemónicos, de ser un país-vitrina, donde la desigualdad y la discriminación, eran manifestaciones minúsculas, sin relevancia, de un malestar cultural de unos pocos, que intentaban evidenciar las desigualdades de la población en el acceso y disfrute de derechos.
Con la aprobación de la Constitución Nacional; Venezuela se proclama: multiétnica y pluricultural, en oposición a muchos males como: el racismo, la discriminación racial y el endoracismo presentes en la cotidianidad, dando al traste en el plano socio – político y jurídico, con el paraíso racial, proclamado por la estructura hegemónica de la Democracia Representativa Venezolana.
Este tejido pluricultural, ha experimentado un aceleramiento en su confección, poniendo énfasis en lo relacionado con re-conocernos como iguales en la diferencia, para apuntalar este complejo proceso y con el propósito de allanar el camino, para la compresión de la riqueza cultural presente, promover valores de convivencia pacífica y luchar de manera frontal contra el racismo, la discriminación racial y el endoracismo, que silenciamos desde la casa hasta la universidad.
El Estado venezolano ha generado espacios y dispositivos jurídico – administrativos, para la concreción de políticas públicas entre ellos: la Oficina de Enlace con Comunidades Afrodescendientes, la Comisión Presidencial para la Prevención y Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial y otras Distinciones en el Sistema Educativo Venezolano, el CONADECAFRO y más recientemente el Instituto Nacional Contra la Discriminación Racial (INCODIR), como producto de la puesta en práctica de la Ley Orgánica contra la Discriminación Racial.
Dentro de este marco referencial se hace impostergable que Venezuela, vuelva sobre las Universidades, y más específicamente en la formación docente, que debe estar dirigida a permitirle que problematice y profundice su manera de abordar el mundo, para que pueda construir de manera dialógica, junto a sus estudiantes, una amplia capacidad resolutiva con respecto a la arquitectura de lo público, para hacer frente al racismo, la discriminación racial y el endoracismo elementos que gravitan y permean la convivencia, haciendo de ésta una ficción democrática y un obstáculo para re-encontrarnos en la diferencia.
Es perentorio que las personas que cursan estudios de educación abandonen la lógica enmarcada en el Positivismo como aparato sustantivo de la racionalidad científica, cuya matriz socio – cultural es el Eurocentrismo como modelo dominante; con ideales de progreso, evolución, emancipación y el consecuente surgimiento de la dicotomía centro – periferia.
En consecuencia, se requiere generar espacios de discusión e intercambio de saberes que permitan replantear nudos críticos de la Historia Oficial, que se reproduce en aulas de clase, enmascarando la opresión simbólica heredada desde la época colonial y concretada en la discriminación solapada que vive Venezuela, dando continuidad a mecanismos de sojuzgamiento endógenos que perpetuán la marginación socio – económica y cultural de enormes contingentes de la población actual y con ellas de su descendencia.
Una visión problematizadora de la Historia de Venezuela, generaría un discurso histórico emergente, que permita ver el pasado a partir de visibilizar a diversos contingentes humanos: pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes, entre otros, que hoy día asisten a estos ambientes de aprendizaje desde la visión del vencedor/opresor, por lo que sus referentes son de sumisión vergüenza, dolor, invisibilización, folclorización, etc.
La formación de los/as docentes con una óptica crítica del devenir histórico, generaría en ellos mismos; y por ende en el estudiantado y la sociedad en general, el resurgimiento de sentimientos identitarios auténticamente vinculados con las raíces fundacionales de la República, la visibilización de grupos subalternos desde una óptica más acorde con sus aportes para la constitución de la nación, la congregación de la población frente a objetivos significativamente aglutinadores con miras a generar nuevas formas de relacionamiento individual y colectivo, generar espacios que vayan en contra del racismo, la discriminación racial y la vergüenza étnica.
Consulta por la Calidad Educativa.
Producto de los esfuerzos del gobierno, por introducir mejoras en la calidad del Sistema Educativo venezolano, el Ministerio del Poder Popular para la Educación hizo grandes esfuerzos por realizar una consulta a lo largo y ancho del territorio nacional, con respecto a las debilidades y fortalezas de la dinámica escolar, razón por lo cual se realizaron consultadas a docentes, estudiantes, madres, padres, responsables y comunidad en general.
Dentro de los resultados arrojados por este ejercicio participativo y protagónico, para escudriñar en la escuela, se emplearon diversos recursos y medios, entre ellos: plataformas digitales, asambleas generales en los planteles, encuestas sectorizadas a indígenas, afrodescendientes, entre otros, con el resultado general de 7.233.489 personas consultadas, que representan el 27% de la población total del país, en los veinticuatro (24) estados, los trecientos treinta y cinco (335) municipios y las 1.136 parroquias.
Uno de los indicadores más importantes de esta consulta, es el que ubicó al personal docente como la pieza clave de cualquier cambio educativo, con el 53%, cifra ésta que se encuentra en consonancia con informes y estudios a nivel internacional.
En consecuencia, cualquier incursión en el ámbito pedagógico formal, debe implicar un acercamiento serio y sistemático hacia la población docente como personal que cuenta con la responsabilidad social más importante: formar para la ciudadanía, pues sólo con el concurso de maestras y maestros se forman a otros profesionales: médicos, policías, mecánicos, enfermeros(as), bioanalistas, etc.
Paraíso racial
A pesar de los reiterados esfuerzos de la sociedad nacional en institucionalizar la democracia como sistema de gobierno, no es sino hasta el 23 de enero de 1958, cuando se logra la salida Marcos Pérez Jiménez, y la consecuente instalación de una junta de gobierno que llenó el vacío de poder, para finalmente establecer un sistema, por lo menos en el plano jurídico, aparentemente basado en elecciones populares, sufragio directo y secreto, respecto a la voluntad de las mayorías, entre otros principios.
Este idilio jurídico, constituido por la democracia representativa venezolana (1958 – 1998), pronto dejó ver sus costuras al evidenciarse situaciones como los Teatros de Operaciones, la represión sistemática de la disidencia, las desapariciones forzadas, maniobras estas dirigidas a aniquilar los focos de resistencia frente a un sistema de gobierno, que se presentaba como democrático.
Un síntoma evidente de malestar, ante este modelo excluyente, es la reacción desesperada de la población más desposeída, el 27 y 28 de febrero de 1989, en la capital del país y algunos estados de Venezuela como Miranda y Aragua, quienes llevados por el hambre, la pobreza, el desempleo y la crisis económica en general, salieron a las calles a saquear, producto de las medidas impositivas en materia económica, del gobierno de turno, es decir el Neoliberalismo en su más pura expresión: racista y clasista.
En palabras de Arias y Restrepo (2010):
No es suficiente con afirmar que la raza es culturalmente producida y que las diferencias culturales son racializadas. Es necesario establecer genealogías y etnografías concretas de cómo las diferentes articulaciones raciales (o la racialización) emergen, despliegan y dispersan en diferentes planos de una formación social determinada. (p.62).
Estas contradicciones, concretadas en relaciones socio – políticas de igualdad/desigualdad, son el campo fértil, para la profundización de la pobreza, su criminalización, la exclusión, teniendo como una de las coordenadas para el accionar, la racialización de la población, es decir promover el ocultamiento, sometimiento, discriminación, invisibilización, fragmentación, alienación, y por tanto dominio de la población más empobrecida por generaciones, es decir, los descendientes de Africanos/as quienes llegaron al Continente, y al país en condición de esclavizados.
Educación Intercultural
Con miras al ejercicio de la ciudadanía dentro de una democracia participativa y protagónica como la venezolana, se hace necesario incluir dentro de la formación de los docentes de Historia, nociones que permitan desarrollar empatía, favorecer el respeto, la solidaridad, reconocimiento y valoración de la diferencia, el discernimiento moral, la convivencia pacífica, el diálogo, entre otros.
Lo anterior cobra vital importancia, a partir de la investigación de Abzueta y Salom (1986), quienes en su trabajo de grado titulado Un estudio de la imagen de la población afrovenezolana en maestros del área metropolitana, exploran las estructuras mentales de docentes con la intención de bosquejar el conjunto de imágenes y valores, que formal e informalmente trasmiten a los educandos/as.
Estos autores evidencian que los profesores/as poseen una visión estereotipada y racista con respecto a la población afrovenezolana, prejuicios que trasmiten en su práctica cotidiana, generando vergüenza étnica y odio racial, y por ende un profundo irrespeto hacia cualquier persona que forme parte de este grupo étnico.
Por ello, dentro la formación universitaria de los/as docentes de Ciencias Sociales, se deben favorecer espacios de aprendizaje consustanciados con la interculturalidad entendida como la “coexistencia de las culturas en un plano de igualdad” (Alavez 2014. p. 39, citando a Soriano), visión ésta que debe trascender el hecho cultural en tanto folklore, para constituirse en una mirada crítica desde la visión de clase, que permita plantear la superación de problemas reales de los grupos subalternos. Por tanto, la educación intercultural debe “establecer un marco de relaciones entre distintos grupos y distintas personas que conviven, se conocen y se comunican en un plano de igualdad” (Sáez. 2006. p. 879).
Para replantear esta mirada intercultural, desde la creación e implementación de políticas públicas, son varios los caminos que intervienen, al respecto el Consejo de Europa (2008), plantea: a) diversidad cultural en espacios de gobierno, b) participación y ciudadanía democrática, c) interculturalidad, d) espacios para la participación intercultural y e) interculturalidad desde el ámbito internacional.
En los espacios de formación universitaria, para los/as docentes de Ciencias Sociales, esto se debe concretar en una mirada crítica del hecho cultural a través de la reflexión de nudos críticos de la Historia, para evitar que estos se repitan; de igual forma es prudente que se familiaricen con la lucha por los Derechos Humanos, entender la gastronomía como expresión de la interculturalidad, al igual que la diversidad de productos que contribuyen a la prevención o curación de enfermedades. (Alavez. Op.cit).
REFERENCIAS
Abzueta, A y Salom B. (1986). Un estudio de la población afrovenezolana en maestros del área metropolitana. Trabajo de grado de licenciado en Psicología. Caracas: Universidad Central de Venezuela – Facultad de Humanidades y Educación – Escuela de Psicología.
Alavez, A. (2014). Interculturalidad: concepto, alcances y derechos. México: Cámara de diputados. Recuperado de: http://www.coe.int/t/dg4/cultureheritage/culture/Cities/Interculturalidad-web.pdf
Arias, J. y Restrepo, E. (2010). Historizando raza: propuestas conceptuales y metodológicas. Crítica y emancipación. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales. 3, CLACSO, 45-64.
Consejo de Europa. (2008). Libro blanco sobre el diálogo intercultural. “Vivir juntos con igualdad y dignidad”. España: Ministerio de cultura. Recuperado de: http://www.coe.int/t/dg4/intercultural/Source/Pub_White_Paper/WhitePaper_ID_SpanishVersion.pdf
Ministerio del poder Popular para la Educación. (2014). Consulta Nacional por la Calidad Educativa. Caracas: Autor. En: http://www.educalidadparatodos.org.ve/web/wp-content/uploads/Presentaci%C3%B3n-de-la-Consulta-Nacional-por-la-Calidad Educativa.pdf
Sáez, A. R. (2006). La educación intercultural. Revista de Educación, 339, 859-881.
Mailyng Bermúdez Sculpi
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