Camille Paglia: «El feminismo se ha centrado en la retórica antimasculina en lugar de en el significado de la vida»

Algunos presentan a Camille Paglia (Nueva York, 1947) como la feminista a la que odian las feministas. Natural. La escritora y profesora de Humanidades de la Universidad de las Artes de Filadelfia huye de lo políticamente correcto. «Creo en las mujeres fuertes que se protegen solas, no en las que corren a refugiarse en un comité», afirma en esta entrevista exclusiva.

Atea, lesbiana y siempre libertaria, admiradora de Almodóvar y crítica con el ultrafeminismo de series como Girls -llamó a su creadora «neurótica»-, ahora publica Feminismo pasado y presente (Ed. Turner). A su juicio, el famoso patriarcado que, según el feminismo, es responsable de todos los males de este mundo, no existe. Y a partir de ahí…

El pasado 8 de marzo, miles de españolas salieron a la calle.
 ¿Ah sí? ¿Por qué motivo?
Por muchos. Se habla de la brecha salarial, de…
No sé cómo es en España, pero en EEUU desde Kennedy, por ley, se tiene que pagar lo mismo a un hombre y a una mujer si hacen el mismo trabajo.
Tenemos la misma ley en España desde 1980.
Mire, yo soy una feminista igualitaria. Eso es que exijo un trato equitativo para hombres y mujeres en todos los ámbitos. Y si una mujer hace el mismo trabajo que un hombre, le tienen que pagar lo mismo. Sin embargo, ahora las feministas se apoyan en no sé cuántas estadísticas para afirmar que las mujeres en general ganan menos que los hombres. Pero esos gráficos son fácilmente rebatibles. Las mujeres suelen elegir trabajos más flexibles (y, por lo tanto, peor pagados) para poder dedicarse a sus familias. También prefieren los trabajos que son limpios, ordenados, seguros. Los que son sucios y peligrosos se los suelen endosar a los hombres, que también suelen estar más presentes en áreas más comerciales. Tienen una vida mucho más desordenada pero eso, por supuesto, se remunera.
En España la brecha empieza con el nacimiento del primer hijo.
Lo que es evidente es que las mujeres tienen también derecho a elegir diferentes caminos. Y a lo mejor para muchas mujeres el trabajo no es tan importante.
Para otras mujeres sí que lo es.
Pero hay otras muchas que prefieren un trabajo más flexible para pasar más tiempo con sus hijos y no dejarlos al cuidado de extraños. El problema del feminismo es que no representa a un amplísimo sector de las mujeres. Por eso se ha centrado en la ideología y en la retórica antimasculina en lugar de hacerlo en el análisis objetivo de los datos, de la psicología humana y el significado de la vida. No creo que la carrera laboral deba ser lo más importante de la vida de una persona. Si permites que tu trabajo defina tu personalidad, es que eres un enfermo. La vida humana está dividida en la vida privada y en la pública. Y es muy importante desarrollar la vida familiar, afectiva… Centrarse sólo en la vida pública puede ser propio de personalidades distorsionadas. Por eso las nuevas generaciones en EEUU se atiborran de antidepresivos. Identifican la vida con el trabajo y eso sólo te puede hacer sentir miserable.
Las élites feministas…
En los años 60 el feminismo de izquierdas trataba de atraer a las mujeres trabajadoras y adoptaba las maneras y el lenguaje de la clase trabajadora. En los 70 se empezó a imponer una corriente que se centraba en las burguesas de profesiones liberales, principalmente profesores, periodistas… Ese tipo de feminista que cree saber qué es lo mejor para las mujeres. Pero lo cierto es que sólo están centradas en hacer carrera y no se dan cuenta de lo distintas que son sus vidas de las mujeres de clases trabajadoras que pretenden representar. Hay una actitud muy elitista en el feminismo. Y las periodistas y las que se llaman intelectuales tienen mucha culpa.

Usted defiende que el feminismo también debería incluir la visión de las conservadoras.
Sí. El debate sobre el aborto es un claro ejemplo. Yo estoy 100% a favor de la libre elección de las madres y de todo eso de que mi cuerpo es mío porque ni el Estado ni la Iglesia pueden decir a ninguna mujer lo que tiene que hacer. Sin embargo, respeto los movimientos antiabortistas y me parece atroz que el feminismo los excluya de sus manifestaciones y sus marchas. Es ridículo. Y además, fue nefasto que la segunda ola del feminismo tuviera una visión tan negativa de las mujeres que se quedaban en casa para cuidar a sus hijos. Se las miraba como a unas ciudadanas de segunda y ellas, claro, rechazaron el feminismo.
El feminismo aún se sorprende de que tantas mujeres votaran a Trump.
La idea de que las mujeres tuvieran que votar por Hillary, uno de los seres más corruptos de nuestra Historia, por el mero hecho de ser mujer, era ridícula. Le explico: en 2008 voté por Obama; en 2012 lo hice a los verdes. ¿Por qué? Porque la administración Obama ha sido un desastre. Se ha dedicado a inflamar las tensiones sociales en lugar de resolverlas. Obama ha dejado un país desastroso en términos de tensión social. Él prometió armonía pero ha dejado un país resquebrajado. Y diría más: si en vez de presentar a Trump, los republicanos hubieran nominado a un candidato clásico, habrían arrasado porque los demócratas han sido un desastre. ¿Qué han hecho? Promover las tensiones identitarias porque creen que es la única manera de permanecer en el poder.
En Europa también se fomentan las identidades frente a la ciudadanía.
En 1972 yo era la única estudiante de Yale abiertamente lesbiana. Y Dios sabe lo que me pudo costar aquello profesionalmente. Pero luego a finales de los 70 y los 80 empezó a proliferar el identitarismo. Se crearon los departamentos de género, los estudios afroamericanos… Y esa institucionalización de las identidades es lo que está a punto de cargarse las universidades en EEUU. Ahora lo que hay es una serie de administradores y burócratas que justifican su sueldo enseñando, por ejemplo, Literatura y Arte desde un punto de vista identitario. ¡Enfermizo! Yo abogo por la visión verdaderamente multicultural que teníamos en los 60, que era lo opuesto a los estudios de mujeres, de gays, de afroamericanos… No se puede meter el Arte o la Historia en compartimentos de jerga, clichés…
En uno de sus ensayos usted critica que el feminismo haya prescindido de Freud en favor de autores como Derrida y Foucault.
Tampoco se trata de mitificarlo, pero el desprecio a Freud es un desastre para el feminismo porque es incapaz de entender o analizar las relaciones sexuales. Sin Freud no se explica lo que pasa entre hombres, mujeres, hermanos… Y por eso el feminismo es incapaz de construir una teoría del sexo. La realidad es que la única aportación de este feminismo es un análisis desde el punto de vista político. ¡Una locura! El sexo no se puede explicar con política. Lo que pasa es que estas burguesas, las feministas, lo que buscan es una forma de religión. Quieren un dogma y eso es lo que han encontrado en las identidades. Y si la gente contempla la política como si fuera su salvación, su dogma, pues acabas de crear el infierno. ¡Otro!
Es evidente que las mujeres deben ser protegidas. ¿No?
En mi generación pedíamos a las autoridades que no se metieran en nuestras vidas privadas. Cuando llegué a la Universidad en 1964, los dormitorios de las chicas se cerraban a las 11 de la noche. Sin embargo, los hombres no tenían toque de queda y podían pasarse toda la noche por ahí. Pensábamos que era una vergüenza pero en la universidad nos respondían que eso no podía ser porque el mundo era peligroso. Y nos quejamos al rector: «Denos libertad aunque eso acarree el riesgo de que nos violen». Y lo logramos porque aceptamos los peligros. El problema es que a nosotros nos educaron personas que habían ido a la Segunda Guerra Mundial y vivido la Gran Depresión. Nuestros padres entendían lo que era la realidad y nos advertían de los riesgos. Por lo que, aunque estábamos muy protegidos, nos habían explicado los peligros del mundo y habíamos desarrollado una personalidad que nos permitía afrontar las contrapartidas de la libertad. Hoy, dos generaciones después, la gente joven, de clase media, es blanda e incapaz de sobrevivir. Viven en un entorno protegido, educados para no ser ofendidos. No se les enseña la sucesión de horrores que ha sido la Historia. Sólo se les habla de esta basura identitaria y victimista.
¿Infantiles?
La cosa es que las chicas creen que se pueden vestir como Madonna (en los 80) para ir por una calle oscura en mitad de la noche y que no les va a pasar nada. Y tienen perfecto derecho a creerlo, pero yo les advierto que si lo hacen tienen que estar preparadas para todos los peligros a los que puedan enfrentarse. Entre ellos, los que representan unos pocos hombres que no sólo son abusivos sino psicóticos. Pero a los chicos de hoy en día les han enseñado que todo el mundo es bueno y que la única forma en la que te conviertes en malo es mediante la injusticia social.
Habla de psicópatas pero el movimiento Me too
La revolución sexual que liberó a mi generación y que fue fabulosa no está afectando de idéntica forma a las nuevas generaciones. Está forzando a las niñas a tener relaciones mucho antes de lo que ellas quieren y creo que eso también está alterando la relaciones entre sexos. De esta forma, las mujeres están perdiendo dignidad y estatus. Para los hombres es fantástico porque tienen un acceso al sexo inimaginable. ¡Y no quiero pensar en todas esas citas que se hacen ahora por teléfono! El sexo se ha hecho demasiado banal… Creo que hace falta una reasignación de la sociedad contemporánea para que hombres y mujeres vuelvan a valorar los códigos del cortejo. Los hombres y las mujeres ven el sexo de manera diferente. Y éste es otro error del feminismo. Ha abandonado la biología y dice que no hay diferencias entre sexos.
Es que…
Es de locos. Si se crean estudios de género, qué menos que incluir el estudio de la biología, esencial incluso cuando, como sostienen algunos, se trata de una mera construcción social. Por eso yo digo que los estudios de género son mera propaganda y no son una disciplina académica. No hay diferencia entre este discurso y la propaganda fascista durante la II Guerra Mundial. Es mentira que el género sea totalmente una construcción social porque, como expliqué en ‘Sexual Personae’, se trata más bien de una intersección entre la cultura y la naturaleza.
Usted sostiene que hay una crisis de masculinidad.
Ahora hay una crisis de roles de género y un debate centrado únicamente en las necesidades de las mujeres. Mientras, a los hombres se los retrata como violadores, criminales y todo lo masculino se desprestigia. Hasta llegan a decir que los hombres son mujeres incompletas. ¡El feminismo ha conseguido envenenar la atmósfera cultural con su aversión a lo masculino! Claro, los muchachos ven esto como algo terrible y yo lo siento mucho por ellos. Atravesamos un periodo de caos. Es cierto que tenemos muchos privilegios, lujos… pero la gente es miserable.
¿Por qué?
En realidad durante muchos milenios hombres y mujeres tuvieron poco contacto. Ellos se iban de caza (o lo que fuera) y ellas se quedaban en casa haciendo lo que tuvieran que hacer. Hoy, hombres y mujeres trabajan juntos, pero las mujeres dicen que los hombres las discriminan y las acosan. El feminismo debería abstenerse de seguir con esa retórica tan antihombre porque no está ayudando a que sus niños se conviertan en adultos. La culpa de los males de las feministas no la tienen los hombres, sino este sistema profesional en el que vivimos.

Despotrica pero usted es muy feliz enfocada en su carrera.
De pequeña me quería parecer a Amelia Earhart, a Katharine Hepburn… Pero el caso es que no me identifico únicamente con mi papel profesional o público. La vida real es también la familia, los amigos… Las carreras también se han convertido en una identidad para muchas. Sin embargo, las mujeres obreras no le dan tanta importancia al trabajo, es algo que hacen para ganar dinero. Y tienen su verdadera vida en casa, durante las vacaciones. Entonces se olvidan del trabajo. Las clases medias y altas, la burguesía, sin embargo, piensan constantemente en el trabajo y eso no es saludable.
El feminismo sostiene que se ha ocultado la historia de las mujeres.
En mi libro ‘Sexual personae’…
‘Mein Kampf’, según Gloria Steinem.
…escribí que si la civilización hubiera quedado en manos de las mujeres seguiríamos viviendo en la cueva. La gente no lo entendió bien. Lo que yo quería decir es que las grandes estructuras fueron producto de los hombres. Y luego hubo mujeres que crearon a partir de esas estructuras. Y las mejoraron.
Me refiero a las mujeres olvidadas del Arte, de la Literatura.
Y cuando investigas te das cuenta de que son artistas de segunda fila a las que se les prestó poca atención. Ahora se habla mucho de Artemisia Gentileschi pero, bueno, es una figura menor. Los hombres han sido los que han roto los estilos y los que han creado la Historia del Arte. No tengo duda. Los grandes proyectos de irrigación de Mesopotamia, las pirámides de Egipto fueron idea de los hombres. ¿Por qué? Porque los hombres son capaces de matarse a sí mismos y a otros para llevar a cabo sus proyectos. O sus experimentos. Siempre tratan de ir más allá del conformismo, de la cueva en la que estaban las mujeres. En parte, quizás, para escapar de las cuevas porque en las cuevas mandaban las mujeres.
¿Entonces?
Que es muy desagradable no reconocer los logros de los hombres porque las estructuras que han creado es lo que ha permitido a las mujeres escapar de la opresión de la propia naturaleza y tener sus propias carreras, identidades, logros… Así que ha llegado el momento de dejar de vilipendiar y minusvalorar a los hombres.

¿Y el heteropatriarcado?
No existe. Es una estupidez que descalifica cualquier análisis. En Occidente, las mujeres no viven en ningún patriarcado.
A menudo usted recalca que en EEUU las mujeres de la frontera, del Oeste, obtuvieron el derecho al voto antes que las cultivadas señoras de la Costa Este.
En las sociedades agrarias, más familiares, los hombres miraban a las mujeres más como sus iguales porque hacían mucho trabajo físico. En Nueva York las mujeres eran delicadas y llevaban corsé y tomaban el té. Las mujeres trabajadoras tratan más como iguales a sus hombres y les hablan más claro que esas mujeres de clase media y alta que son incapaces de lidiar con su jefe en la oficina. Se debe a que están educadas para comportarse de una forma burguesa, a moderar su voz a complacer, a ser pasivas. Por eso yo llamo a mi feminismo un feminismo de la calle. Yo creo en las mujeres fuertes, que son capaces de crecer y protegerse solas. No en las que corren a refugiarse en las leyes o en un comité.
Fuente:https://www.elmundo.es/papel/lideres/2018/04/09/5ac7599d22601dd71d8b45d5.html
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La importancia de las distintas tonalidades del feminismo

Autor: Vicenç Navarro

Uno de los movimientos sociales que, junto con la protesta de los pensionistas, ha tenido mayor influencia en la vida política del país este año es el movimiento feminista, que está adquiriendo mayor intensidad como consecuencia, entre otros factores, de la creciente conciencia sobre el sesgo profundamente conservador y machista de sectores de la judicatura española, claramente expresado en su tolerancia hacia la violación masiva en el caso de “La Manada”, que ha indignado a la mayoría de la población española.

Aunque este movimiento ha alcanzado una visibilidad mediática y una movilización muy notoria en los pasados meses, es un movimiento de larga historia que lleva mucho tiempo luchando por intentar conseguir la igualdad entre el hombre y la mujer, exigiendo el fin de la explotación de la mujer por parte del hombre. Desde la protesta frente a la violencia machista hasta la demanda de eliminar la brecha salarial, este movimiento está hoy adquiriendo una gran extensión cubriendo una amplia gama de demandas. Es un movimiento enormemente positivo que está mejorando la sociedad, rompiendo con el conservadurismo tan extendido en este país.

Su impacto es considerable. No hay duda de que sin la marcha del 8 de Marzo hoy no habría un gobierno en España en el que la mayoría son mujeres, las cuales ocupan ministerios de gran poder y capacidad de influencia. Y es importante también resaltar que tal movimiento está influenciando a todas las sensibilidades políticas en el país, como lo demuestra que en las primarias a la presidencia del partido más conservador que existe en España, dos de las personas que tienen más posibilidades de ganar son mujeres.

Las tonalidades del movimiento feminista

El feminismo se está expandiendo y penetrando en todos los sectores de la sociedad española, adquiriendo distintas tonalidades y exigiendo diferentes propuestas dependiendo del sector y fuerza política que lo promueva. Lo cual nos lleva a hacer una observación que, aun siendo una obviedad, raramente se menciona. Y es que de la misma manera que entre los hombres hay clases sociales, las mujeres también están divididas por clases sociales. Una mujer burguesa tiene elementos en común con la mujer trabajadora derivados del hecho de que, al ser mujer, ambas están sujetas a la discriminación consecuencia del machismo existente en la sociedad. Ahora bien, tal experiencia y la manera como se expresa, así como las consecuencias que de ello se derivan y las propuestas que se realizan (incluyendo las políticas necesarias para proteger a la mujer y eliminar dicha discriminación) es probable que sean distintas. Y esta realidad es de una enorme importancia.

Las demandas de políticas públicas feministas dependen de quién las haga

Pude ver esta realidad en los años ochenta en EEUU, cuando tuve el gran honor de asesorar al dirigente del movimiento de izquierdas estadounidense –The Rainbow Coalition- Jesse Jackson senior, y también de ser elegido para la dirección de tal movimiento, que incluye los mayores movimientos sociales en aquel país, desde los sindicatos y el movimiento de derechos civiles –The Civil Rights Movement- hasta el mayor movimiento feminista de EEUU, NOW. Pude entonces ver que las peticiones realizadas por la dirección de este movimiento –mujeres de clase media profesional-, muy necesarias, eran medidas muy relevantes para mujeres de clase media/media-alta pero no tan relevantes para mujeres de raza negra pertenecientes al sector de clase trabajadora no cualificada, de renta muy baja. Las leyes del divorcio, para prevenir el cambio sustancial del nivel de renta de un ama de casa (pasando de clase media y media alta de renta alta a pobreza, cuando se divorcia), son de una enorme importancia. Pero para la mujer cuyo esposo está en paro, con un nivel de renta bajísimo, viviendo en gran pobreza, la pensión que el marido tiene que pagar a la mujer en un divorcio tiene un impacto mucho menor y es de menor relevancia para impedir la pobreza en la que la mujer está ya sumergida.

Este comportamiento diferenciado por clase social es una constante en el análisis de propuestas de políticas públicas. Lo es para los hombres y lo es también para las mujeres. Las propuestas feministas que afectan el bienestar de las mujeres pueden tener orientaciones muy distintas en función de quién las diseñe y las proponga. Las escuelas de infancia para niños de 0 a 3 años (que en España se llama “guarderías”) son muy importantes, por ejemplo, para las familias españolas (y decir familia en España quiere decir mujer), pero para las mujeres de clase trabajadora lo son mucho más que no para las mujeres de renta alta, que pueden contratar ayudas en personal de atención que cuiden a los infantes que no tiene la mayoría de mujeres, que pertenecen a las clases populares. Y lo mismo con un largo listado de propuestas.

De ahí que haya distintos feminismos

De ahí que el impacto que las políticas públicas que se propongan dependa mucho no solo de género sino también de la composición por clase social de la fuerza política que la proponga. Y, no me estoy refiriendo a la clase social del político específico que las promueve (aun cuando este factor tampoco puede olvidarse), sino de la clase social de las mujeres que representa. De ahí que las propuestas feministas derivadas de los partidos conservadores (próximos a las clases sociales de mayor renta) o de los movimientos feministas dirigidos o representantes de las mujeres de mayor renta es probable que sean distintas a las propuestas de los movimientos feministas dirigidos o representantes de las mujeres de las clases populares. En España, la gran fortuna del movimiento feminista es que las mujeres que lo han establecido y liderado, como se vio en la marcha del 8 de Marzo, eran personas claramente de izquierdas que, en la convocatoria de la manifestación definieron bien las causas de la explotación de la mujer: el patriarcado y el capitalismo depredador que tiene como objetivo la acumulación del capital a costa del bienestar de la mayoría de la población, que son mujeres. Esta percepción es una de sus fortalezas del feminismo español pues permite, favorece y estimula toda una serie de alianzas y colaboraciones con fuerzas políticas y movimientos sociales dedicados al fin de toda forma de explotación.

El contraste con el mayor movimiento feminista de EEUU

Una de las características del movimiento feminista de EEUU (dirigido por personas de clase media profesional, de educación superior) fue, en los años noventa y principios del siglo XXI, dar prioridad a las políticas de integración de las mujeres en la sociedad, a través de las medidas antidiscriminación del gobierno federal. Estas políticas eran muy necesarias en un país en el que la discriminación por raza, grupo étnico y género es muy acentuada. De ahí que el gobierno federal, presionado por el movimiento feminista y por el movimiento de defensa de los derechos civiles de la población negra, haya aprobado políticas públicas antidiscriminatorias que han tenido un impacto muy positivo y destacable. Como consecuencia de ello, ha habido un aumento muy notable de mujeres en los espacios de decisión de las instituciones públicas (y en menor medida en las privadas). Tras la elección de Obama, una persona negra como presidente de EEUU, faltaba ahora elegir a la candidata Hilary Clinton, para ser la primera mujer presidenta de EEUU. Hilary Clinton era la candidata feminista y presentó su campaña como feminista. Su orientación económica, sin ambargo, era profundamente favorable a continuar y expandir el neoliberalismo. Fue, por ejemplo, como Ministra de Asuntos Exteriores, una gran influencia en la expansión de la globalización económica que estaba debilitando a las clases trabajadoras estadounidenses. Como consecuencia, la gran mayoría de las mujeres de clase trabajadora blanca no se sintieron representadas por ella y votaron a Trump, que canalizó el enfado de la clase trabajadora blanca (hombres y mujeres) hacia el establishment político-mediático neoliberal, representado por la Sra. Clinton. El voto por Trump fue predominantemente un voto en contra del establishment neoliberal. Los intereses de clase de las mujeres trabajadoras blancas (que erróneamente asumieron que defendería el candidato Trump) prevalecieron sobre sus intereses como mujer, tal como lo presentaba la Sra. Clinton. No existe en EEUU un partido de izquierdas con vocación transformadora del capitalismo darwinista existente en aquel país, muy limitado en la protección social que el estado ofrece a la ciudadanía, la mayoría de la cual son mujeres. El permiso de maternidad en aquel país es de dos semanas, comparado con un año en Suecia.

Es importante que se establezca una prioridad en las políticas públicas feministas

En España, tal como está evolucionando la situación política, nos podríamos encontrar en una realidad paradójica en la que las mujeres sean mayoría en el gobierno central (como ya ocurre) y, sin embargo, el nivel de vida de las mujeres, la mayoría pertenecientes a las clases populares no cambie o incluso empeore, a no ser que cambien las políticas neoliberales llevadas a cabo por los gobiernos anteriores. La atención al tema de la brecha salarial es necesario y urgente para mejorar el nivel de vida de las mujeres trabajadoras. Ahora bien, es muy insuficiente (ver: “La necesaria corrección de  la brecha salarial es insuficiente”, Público, 28 de febrero de 2018). En realidad, la brecha salarial, aun cuando importante, no es de las peores de la UE. Las mujeres trabajadoras reciben salarios menores que los hombres. Pero lo que es importante subrayar –y que no se subraya en los medios- es que los salarios de las mujeres trabajadoras (y de los hombres trabajadores) son de los más bajos de la UE. De ahí que luchar por cerrar la brecha salarial es necesario pero insuficiente. Lo que se necesita es complementar la reivindicación de conseguir igualdad, de género, con la demanda de terminar con la explotación laboral, pues la mayoría de las mujeres son trabajadoras con salarios muy bajos.

Tener mujeres en la estructura de poder es necesario pero no suficiente para mejorar su bienestar

La experiencia estadounidense muestra las consecuencias de seguir la estrategia del movimiento feminista liderado por NOW y por la Sra. Clinton, y podría ocurrir en España. El hecho de que la nueva ministra de Economía (una economista de conocida predicación neoliberal) en España sea mujer tiene importancia desde el punto de vista simbólico, lo cual es importante. Pero la mujer de clase trabajadora no se beneficiará mucho de ello. La Ministra Nadia Calviño es de una gran ortodoxia neoliberal y la aplicación de dichas políticas neoliberales dañará a las clases populares, en las cuales las mujeres son mayoría. Lo más relevante para el bienestar de las mujeres de las clases populares es que las políticas públicas no sean de carácter neoliberal. Repito que el hecho de ser mujer tiene una importancia simbólica importante y entiendo el gran impacto que ha tenido. Lo aplaudo. Pero, siendo conocedor de las consecuencias tan dañinas del neoliberalismo, tengo mis reservas que no solo para la mayoría de mujeres, sino también para la causa feminista, sea bueno que el principal personaje para llevar a cabo tales políticas nefastas sea esta economista. Seguro que hay otras mujeres de diferente sensibilidad económica que serían más sensibles a las necesidades de la mujer perteneciente a las clases populares.

Lo dicho hasta ahora tiene también relevancia para entender por qué, en general, la experiencia internacional muestra que los derechos de las mujeres y su integración en las instituciones representativas son mayores en los países gobernados históricamente por partidos progresistas cuya base electoral es predominantemente de clases populares en general y la clase trabajadora en particular, como por ejemplo los países escandinavos, tales como Suecia y Noruega. Son precisamente los países como EEUU, donde los partidos progresistas de izquierda son más débiles y donde la mayoría de las clases populares no vota (la abstención en las elecciones federales alcanza casi la mitad del electorado, habiendo una relación inversa entre participación electoral y nivel de renta del país), donde las mujeres (así como los hombres) tienen menos derechos civiles, y ello a pesar de tener movimientos feministas grandes y de visibilidad mediática mayor. En las últimas elecciones, NOW apoyó mucho más a Hilary Clinton que a Bernie Sanders, el candidato socialista, que fue claramente marginado por el aparato del partido Demócrata, controlado por Hilary Clinton.

Estos datos prueban que la articulación de las demandas y de los movimientos feministas que las generan con las demandas de cambio profundo en la sociedad son más eficaces para conseguir la igualdad entre el hombre y la mujer que no la completa independencia del movimiento feminista, no relacionado y sin formar parte del cambio profundo de la sociedad, como ocurre en EEUU. El movimiento feminista estadounidense es un movimiento muy grande, y sin embargo, los derechos civiles de las mujeres (y de los hombres) son muy limitados. Y continuará siendo muy limitado a no ser que los distintos movimientos reivindicativos existentes en aquel país, incluyendo el feminista, se coordinen y/o sean parte de un movimiento más amplio de transformación, como ha ocurrido en los países escandinavos, donde las izquierdas han gobernado durante la mayor parte del periodo post II Guerra Mundial. Hay todavía mucho por hacer en estos países para alcanzar la igualdad entre el hombre y la mujer. Pero, en una cultura que favorece la igualdad, la desigualdad entre las mujeres es mucho menor que no en EEUU. Esta realidad es importante que se conozca pues su relevancia para el bienestar de las mujeres españolas es enorme. Es importante y urgente que todos los movimientos reivindicativos (incluyendo el de la mujer) se alíen y colaboren en la transformación profunda de nuestra sociedad para eliminar la explotación de la mujer junto con otras explotaciones, como la explotación de clase que también afecta a la mayoría de las mujeres que pertenecen a las clases populares. Desde este punto de vista, el movimiento feminista actual en España representa un punto de referencia internacional pues su horizonte es claro –cambiar profundamente la sociedad- en alianza y no en contraposición a otras fuerzas y movimientos sociales y políticos reivindicativos que comparten tal objetivo.

Una última observación: la importancia del tema social en las propuestas feministas españolas

Una de las grandes aportaciones del movimiento feminista en España ha sido el poner el tema social en el centro del debate político y económico. Y ello es consecuencia de la identificación de la causa feminista con los deseos y aspiraciones de la mujer de clase popular, y que beneficia a todas las mujeres (y a todos los hombres). Hoy el énfasis por ejemplo en la economía de los cuidados es fundamental para mejorar la calidad de vida de la población así como mejorar la eficiencia económica. Si en España hubiera una persona de cada cuatro (como ocurre en Suecia) que trabajara en los servicios públicos del Estado del bienestar (sanidad, educación, servicios comunitarios, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, servicios sociales, vivienda social, programas de integración del inmigrante y prevención de la pobreza, entre otros) en lugar de uno de cada diez, habrían en España 3 millones y medio más de puestos de trabajo, eliminando el desempleo en España. Esto no lo harán las feministas neoliberales o conservadores sino las feministas progresistas movilizada para presionar a las estructuras del poder masculino para que cambien, y se transformen en instituciones al servicio y al cuidado de la mayoría de la población, que son mujeres. Así de claro.

Fuente: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/07/06/la-importancia-de-las-distintas-tonalidades-del-feminismo/

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