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Colombia: Así es el regreso a clases en uno de los colegios de Chía

América del Sur/Colombia/18-09-2020/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

Los estudiantes del Colegio Rochester, ubicado en Chía (Cundinamarca), retornaron a clases presenciales desde el 1 de septiembre, con un modelo de alternancia y cumpliendo las medidas implementadas por los Ministerios de Salud y Educación.

Una de las principales preocupaciones sobre la reapertura de colegios después de la cuarentena es el regreso a clase de los niños y las niñas. Después de seis meses de confinamiento, algunas instituciones ya están retornando a las aulas de manera presencial siguiendo los lineamientos propuestos por los Ministerios de Salud y Educación.

El Colegio Rochester, ubicado en Chía (Cundinamarca), es uno de ellos. El plantel educativo abrió sus puertas desde el primero de septiembre para los estudiantes de los grados de preescolar y primaria.

A partir del 22 de septiembre el colegio contará con el 47 % de sus estudiantes en el campus y el 53 % continuará en aprendizaje virtual.
A partir del 22 de septiembre el colegio contará con el 47 % de sus estudiantes en el campus y el 53 % continuará en aprendizaje virtual. / Natalia Pedraza Bravo

Iliana Aljure, vicerrectora de la institución, explicó cómo será la reapertura de la institución. “Será por etapas. Los niños de preescolar y primaria entraron primero y los estudiantes de bachillerato regresarán a partir del 22 de septiembre y sólo asistirán los martes y los jueves», añadió.

Según las directivas, el principal motivo de la apertura es que consideran que los estudiantes son seres integrales que necesitan desarrollarse en diversos ámbitos.

El recreo es dirigido para garantizar que los estudiantes cumplan con las medidas de distanciamiento social.
El recreo es dirigido para garantizar que los estudiantes cumplan con las medidas de distanciamiento social. / Natalia Pedraza Bravo

“Nosotros entendemos que la salud física y el desarrollo cognitivo son importantes, pero también es importante la salud mental. Con la pandemia vemos a diario las cifras de contagio del coronavirus, pero las cifras de las afectaciones y consecuencias en salud mental no son tan evidentes”, explicó Tatiana Leguizamón, médica del colegio.

Para garantizar el cumplimiento del distanciamiento social y las demás medidas de bioseguridad que son necesarias para evitar el contagio del coronavirus, las directivas realizaron diversas adecuaciones en la infraestructura del colegio.

Luego del 22 de septiembre, unos 440 estudiantes regresarán a la institución de manera presencial.
Luego del 22 de septiembre, unos 440 estudiantes regresarán a la institución de manera presencial. / Natalia Pedraza Bravo

Además, tienen nuevas rutinas de aseo para que los niños ingresen a la institución. Cuando se bajan de la ruta sus maletas son desinfectadas con alcohol al 70%. Luego, pasan por las cámaras que miden su temperatura corporal y atraviesan por unas hendiduras en el suelo llenas de amonio cuaternario para desinfectar los zapatos.

Aunque las directivas reconocen que estas adecuaciones significaron una importante inversión económica que no todos los colegios están en capacidad de hacer, Alehia Bogoya, rectora del Colegio Rochester, hace una invitación a las demás instituciones educativas del país.

“Regresen a la presencialidad. Muchas investigaciones muestran la correlación que hay entre el nivel de desarrollo educativo de un país y su nivel de desarrollo económico y social. Si no volvemos pronto a las aulas esas pérdidas van a ser muy grandes”, dijo.

Una profesora dicta clase de manera presencial, mientras que los estudiantes que se encuentran en sus casas se ven en la pantalla del televisor en videollamada.

Una profesora dicta clase de manera presencial, mientras que los estudiantes que se encuentran en sus casas se ven en la pantalla del televisor en videollamada. / Natalia Pedraza Bravo

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/asi-es-el-regreso-a-clases-en-uno-de-los-colegios-de-chia/

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Refuerzan en México habilidades digitales y pedagógicas del personal docente

América del Norte/18-09-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

Cerca de 2.000 profesores, pertenecientes al Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) de México, serán capacitados para incrementar su experiencia y capacidades pedagógicas en el uso de herramientas digitales, informaron este miércoles las autoridades educativas del país.

Al inaugurar el diplomado Habilidades Digitales Docentes para el Siglo XXI, el secretario de Educación Pública (SEP,ministerio), Esteban Moctezuma Barragán, reconoció que en la formación de profesionales técnicos se requiere observar los cambios y necesidades del nuevo siglo.

«A través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) las y los maestros del Conalep actualizarán sus procesos educativos, recibirán innovaciones, metodologías y proyectos académicos que les sirvan para desarrollar y mejorar las competencias del siglo XXI», detalló el director del Conalep, Enrique Ku Herrera.

En un comunicado se precisó que en el curso se cuenta con un programa a través de rutas que incluyen desde lo básico respecto a la alfabetización digital; el uso de la ofimática como recurso educativo; vías de innovación apoyadas en los principios del Mobile Learning; además de alternativas en nivel medio, avanzado y profesional con las que los docentes podrán integrar herramientas virtuales con el fin de facilitar el aprendizaje.

A nombre de la Fundación Telefónica Movistar, Alejandro Zamora Cervantes, jefe de Proyectos Educativos, explicó que uno de los principales objetivos es reducir la brecha educativa mediante una educación digital de calidad, por ello han implementado este proyecto en 38 países, donde han participado más de 450.000 docentes quienes, como parte central del proceso educativo, contribuirán a la innovación y diseñen experiencias que vayan más allá de las aulas.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-09/17/c_139375065.htm

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Puerto Rico: Asociación de Maestros inicia campaña sobre la importancia de la educación pública

Centroamérica/Puerto Rico/17 septiembre 2020/metro.pr

Difunden la campaña con el hashtag #EducaciónEsDerecho.

Con el propósito de recalcar que la educación es un derecho constitucional y que el Estado establece que la educación pública es libre, no sectaria y gratuita, la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR) anunció que alza su voz en la campaña Maestros unidos por la educación pública de los niños.

“Nuestro norte es que no se olviden que la base de un país es la educación. Hoy estamos viviendo momentos difíciles y la educación de nuestros niños se ha visto seriamente afectada, porque tanto nuestros maestros, como nuestros estudiantes no cuentan con las herramientas necesarias para desempeñar el trabajo que les corresponde”, expresó Elba Aponte Santos, presidenta de la AMPR.

Aponte Santos le extendió una invitación a todas las figuras públicas para que apoyen las acciones afirmativas que la organización está llevando a cabo en favor de la educación pública.

“Cuando nos unimos como pueblo se obtienen resultados maravillosos y eso es lo que queremos. También les hacemos un llamado a los candidatos a la gobernación para que coloquen la educación en su lista de prioridades, es urgente, es necesario. El magisterio puertorriqueño es nuestro mayor recurso humano y sin ellos no habría profesionales. Valoremos a nuestros maestros que siempre se fajan y dan mucho más que la milla extra”.

Hoy, jueves, la AMPR utiliza camisas color anaranjadas con el hashtag #educaciónesderecho esto en solidaridad con los niños y maestros del sistema público de enseñanza que exigen una educación de calidad.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.metro.pr/pr/noticias/2020/09/17/asociacion-de-maestros-inicia-campana-sobre-la-importancia-de-la-educacion-publica.html

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Regreso incierto a clases remotas en México

Por: Juan Carlos Yáñez

  • Después de tres semanas de haber regresado a clases no presenciales para un periodo de evaluación, recuperación y repaso, el lunes 14 de septiembre, unos 30 millones de niños mexicanos (3-14 años) iniciaron formalmente el ciclo escolar 2020-2021 lejos de las aulas y cerca de las pantallas, WhatsApp y libros de texto gratuitos.

Con exactitud todavía no se sabe cuántos alumnos volverán, dadas las especulaciones sobre el abandono escolar. 30 millones fue la cifra reportada por el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, al inicio del periodo preparatorio. Lo cierto es que en algunas semanas, cuando las estadísticas se hagan públicas, podrían desgranarse cientos de miles de aquella cifra.

El inicio insólito es un experimento controvertido, basado en las cadenas de televisión de mayor cobertura, entre ellas, los dos poderosos emporios que controlan el sector televisivo, equipos del fútbol profesional y que crecieron al amparo de los grupos políticos gobernantes.

Mientras la pandemia no cesa en México y ya cobró más de 70 mil muertes el fin de semana anterior, las posibilidades de un retorno a las aulas parecen lejanas. Ese escenario, además, es peligroso en extremo, cuando miles de las más de 200 mil escuelas del país carecen de servicios básicos, como agua potable, baños o electricidad, para no mencionar las condiciones específicas que requeriría una vuelta segura.

El gran instrumento igualador del sistema educativo mexicano, los libros de texto gratuito que se reparten a todos los niños de preescolar, primaria y secundaria de las escuelas públicas y privadas, en los que el gobierno federal confía para acompañar a los estudiantes y sus familias, todavía no se han entregado a las escuelas, ni siquiera han llegado completos a los estados. La demora es un yerro injustificable, pero el Gobierno Federal está acostumbrando al sector al silencio, a no explicar, menos a la autocrítica. Así, hoy enfrenta cuestionamientos severos del magisterio porque los prometidos mecanismos de ascensos y mejoras salariales no se han puesto en práctica cuando el Gobierno concluye su segundo año de gestión.

Si las perspectivas son críticas por la pandemia, con sus efectos sanitarios y económicos, a los rezagos históricos de la educación mexicana se suma un presupuesto para el siguiente año que no contempla aumentos y recorta brutalmente programas presupuestales que demostraron progresos y fueron efectivos para paliar desigualdades sociales, como el programa Escuelas de Tiempo Completo, que permitía la ampliación de la jornada escolar en 25 mil escuelas (2018), con énfasis en aquellas ubicadas en zonas marginadas. Sus estudiantes obtenían, además de ampliación de la jornada, un desayuno y una comida al día, beneficio que de otra forma será imposible en las zonas más pobres. Este programa, que demostró mejoras en los resultados del aprendizaje, es uno de los 13 que el gobierno del presidente pretende eliminar, a contracorriente de su discurso de que primero estarían los pobres. Son los niños pobres los perdedores, los de siempre.

En el mismo tenor, los recursos para las escuelas normales y para la formación de los maestros en servicio sufrieron reducciones drásticas, que desde las primeras horas generaron un rechazo contundente en el gremio.

En una medida encomiable, durante la segunda semana de septiembre se presentó en el Congreso de los diputados una iniciativa para que toda la educación superior pública sea gratuita, lo que significaría que las universidades e institutos tecnológicos ya no podrían cobrar las cuotas que se establecen en cada una de ellas, con diferencias enormes entre la Universidad Nacional Autónoma de México, prácticamente gratuita, y otras universidades en donde se pagan varios miles de pesos mexicanos, especialmente en las carreras más prestigiadas y de alta demanda, como Medicina, Odontología o Arquitectura.

No obstante que la iniciativa es presentada por el partido gobernante, el proyecto de presupuesto público para ejercerse en 2021 no contempla incrementos que palien los recursos que necesitarían las universidades al ya no cobrar cuotas, en cambio, suprimen dos programas de recursos extraordinarios para la educación superior, entre ellos, uno de ampliación de la matrícula.

Las contradicciones rondan por doquier y el inicio del año escolar siembra dudas sobre los efectos que podrían tener la conjunción de los efectos pandémicos y las decisiones de política educativa. En cualquier circunstancia, la única señal positiva que advierto es el compromiso declarado y fehaciente de miles de maestros que han extendido su jornada laboral, diversificado actividades, pero no encuentran el acompañamiento necesario. ¿Hasta cuándo será suficiente con eso para desatascar al sistema? No parece que sólo con ellos, con pura buena voluntad, alcance para lograr que se cumplan las dos banderas más importantes: el derecho a la educación de todos los niños y jóvenes y la calidad de la educación que reciben. Es el futuro, con un presente precario, el que se juegan los mexicanos en el ciclo escolar naciente.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/09/16/regreso-incierto-a-clases-remotas-en-mexico/

 

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Profesiones de lo humano: docentes y personal de salud ante el Covid-19

Por: Pluma Invitada

En meses pasados, los investigadores rastrearon las repercusiones del confinamiento, provocado por el Covid-19, en la expansión del tele-trabajo. Se centraron en la productividad de los trabajadores que bascularon hacia esa modalidad, de manera brusca, y en sus ventajas y desventajas, en situación de pandemia. Analizaron el cumplimiento de las obligaciones laborales, el respecto de los derechos de los trabajadores y las afectaciones psicológicas a la vida familiar y personal, acarreadas por esa coyuntura. En vísperas de la reanudación de actividades presenciales, en las profesiones esenciales y, luego, en las “no –esenciales”, abordaron el derecho humano a quedarse en casa para no arriesgar la salud, por lo menos en los sectores que tenían la posibilidad (legal y económica) de elegir hacerlo.

En paralelo, los especialistas se interesaron en profesiones cuyos integrantes no sólo no suspendieron labores sino que soportaron cargas profesionales duplicadas. Las estadísticas muestran que el personal de salud y los trabajadores encargados del mantenimiento de las infraestructuras hospitalarias no sólo no se quedaron en su casa sino que incrementaron, más allá de sus horarios contractuales, sus tiempos de permanencia en el trabajo para cuidar a los pacientes. Pagaron un precio excesivo por su dedicación y sufrieron porcentajes de defunción superiores al promedio, en una coyuntura de ausencia de reconocimiento social a sus compromisos.

Los docentes, por su parte, se encuentran en una situación ambigua. Ellos, como los médicos y enfermeros, son trabajadores “esenciales” para garantizar el funcionamiento “normal” de gran parte de la sociedad. Gracias a que atienden a los alumnos en los espacios escolares, los familiares de los jóvenes pueden trabajar, con cierta tranquilidad. Pero, a diferencia del personal de salud, durante el medio año que acaba de transcurrir, los profesores dejaron de ocuparse directamente de los niños.
La decisión de la Secretaria de la Educación Pública (SEP) de cerrar tempranamente de las escuelas y no reabrirlas en agosto, los llevó en efecto a “abandonar” las instalaciones educativas y, desde sus casas, a experimentar prácticas a distancia de atención a los alumnos. En encuestas y pronunciamientos, opinaron que la enseñanza no presencial fue una solución de sustitución, útil transitoriamente y en condiciones excepcionales. Advirtieron que no debía representar un cambio irreversible ya que su adopción, definitiva y en amplia escala, supondría reformular los principios éticos de una profesión que, como las de la salud, se define como “una profesión de lo humano”. Todas las que se ubican en esa categoría, según los sociólogos del trabajo, enfatizan, como sus ejes organizativos esenciales, las interacciones permanentes con los otros, las modalidades colectivas de realización de tareas y una adhesión fuerte a una vocación de servicio.

Esa autodefinición indica que, para reanudar la docencia presencial añorada por igual por prestadores, usuarios indirectos y beneficiarios directos, no bastan soluciones técnicas y reglamentarias. Urge negociar compromisos con los sindicatos, las asociaciones académicas, los desesperados madres y padres de familia, que batallan a diario por sentar a sus hijos ante la televisión en los horarios de transmisión de los cursos, supervisar su desempeño y llenar las bitácoras de evidencia y los alumnos (grandes ausentes en los diagnósticos sobre las rutas de salida de la crisis),

Además, cuando vuelvan a encontrarse cara a cara los sujetos colectivos que animan la vida escolar, tomando en cuenta las exageradas tasas de mortalidad de médicos y enfermeras, será preciso que todos obtengan una protección sanitaria adecuada y respecten los lineamientos para la convivencia en los ámbitos educativos. Para evitar que las escuelas sean “clusters” de contagio, habrá que disponer de una cantidad de “tests”, suficiente para medir oportunamente contagios de doble vía, de los docentes y otras categorías de personal hacia los alumnos y vice-versa. Habrá que contar con capacidades instaladas de tratamiento de las muestras para que los laboratorios de análisis clínicos entreguen expeditamente resultados. Es en efecto indispensable asegurar un control de las cadenas de transmisión de la enfermedad en las instalaciones educativas, que abarque todo el país y todos los tipos de escuelas.

En otras palabras, urge planear el regreso a clases simultáneamente en los niveles intra- y extraescolares, aunque no se haya fijado todavía fechas de reocupación de las aulas, y hacerlo de manera previamente concertada. Considerando lo que todavía se desconoce sobre la enfermedad y los alcances de las vacunas, pensar que, en automático, el semáforo verde garantizará un regreso terso a la escuela o la universidad es ilusorio. Partir de las dimensiones humanas que se entrecruzan en y en torno a la profesión docente para identificar las esperanzas y los miedos subyacentes a las propuestas de reapertura escolar y responsabilizar a los actores involucrados en ella, son, por tanto, estrategias susceptibles de aminorar un riesgo, que todos desearíamos dejar atrás pero que, desgraciadamente, sigue presente (y lo seguirá estando por largo tiempo).

Fuente: http://www.educacionfutura.org/profesiones-de-lo-humano-docentes-y-personal-de-salud-ante-el-covid-19/

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Coronavirus y educación: la original manera con la que hace 100 años se fomentó el regreso a la escuela en medio de una terrible enfermedad infecciosa

Noticia/17 septiembre 2020/https://www.bbc.com/

Ante la amenaza de una enfermedad transmitida por el aire, potencialmente mortal y aún sin el desarrollo de una vacuna, ¿cómo garantizar el regreso a clase de los niños de forma segura? Este actual dilema también fue enfrentado hace un siglo, cuando la tuberculosis era un mal devastador.

A finales del siglo XIX, esta enfermedad bacteriana mató a uno de cada siete ciudadanos en Europa y Estados Unidos, según datos de los Centros para el Control de Enfermedades de EE.UU. (CDC). La vacuna se elaboró en 1921, pero pasarían muchos años antes de que fuera ampliamente adoptada en todo el mundo.

Para proteger a los niños en las escuelas, una solución fue utilizar los espacios abiertos como aulas: con pizarras y escritorios portátiles, los estudiantes y maestros ocuparon jardines y utilizaron la observación de la naturaleza para aprender sobre ciencia, arte o geografía, por ejemplo.

Las llamadas «escuelas al aire libre» surgieron en Alemania y Bélgica en 1904, y el movimiento avanzó en las décadas siguientes, hasta el punto de ser el tema, en 1922, del I Congreso Internacional de Escuelas al Aire Libre, en París.

También inspiró acciones en EE.UU., Cuando, en 1907, dos médicos de Rhode Island sugirieron abrir escuelas en áreas abiertas, según el diario The New York Times.

Con el éxito de la iniciativa (ya que allí ningún niño se enfermó de tuberculosis), en los dos años siguientes se crearon en el país 65 escuelas más de este tipo, en predios vacíos, techos de edificios e incluso transbordadores abandonados.

En Brasil también se incorporó la idea, aunque hay pocos registros sobre el tema, pero el investigador André Dalben encontró historias sobre escuelas de este tipo desde 1916 en Campos de Goytacazes, Angra dos Reis y Manaus y, más tarde, la llamada Escuela Débeis, en Quinta da Boa Vista, en Río de Janeiro, entre 1927 y 1930.

«La tuberculosis era una gran preocupación, junto con otras enfermedades infantiles, como la anemia y la desnutrición. En general, las escuelas atendían a los niños de familias pobres, lo que muestra una tendencia hacia la higiene: ya que se pensaba que sus organismos eran más enfermos», explica Dalben a BBC News Brasil.

La idea, dice, era sacar a estos niños de lugares insalubres, como viviendas superpobladas, y ponerlos en contacto con la naturaleza, con la intención de fortalecer su sistema inmunológico.

Uno de los programas más duraderos fue el de la Escuela de Aplicación al Aire Libre (EAAL), que operó en el Parque da Agua Branca, al oeste de Sao Paulo, entre 1939 y la década de 1950, cuando la escuela se trasladó a un edificio cercano, en Barrio Lapa.

EAAL fue estudiado por Dalben, ahora profesor de la Universidad Federal de Sao Paulo, en su posdoctorado en la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo.

La escuela de Sao Paulo no encajaba en el perfil de las demás: enseñó a estudiantes de familias influyentes de clase media de esa ciudad que vivían cerca del Parque da Agua Branca, en áreas que ahora albergan barrios como Pompeia y Perdizes.

Dalben explica que la escuela, que contaba con un alumnado de 350, fue considerada un modelo por la administración del estado de Sao Paulo y tenía un plan de estudios diferente e incluso una lista de espera para las plazas.

«Pero no sé cómo era el día a día en la escuela. Se me acercaron algunos exalumnos, hoy en sus 80, que dijeron que tenían maestros muy estrictos. Así que quizás en la práctica no sería muy distinta a las demás.»

Contacto con la naturaleza y protagonismo de los alumnos

Además del control de la tuberculosis, el modelo de escuelas al aire libre floreció en el período entre las guerras mundiales, época de auge de nuevos ideales de sociedad y educación, dice a BBC News Brasil Diana Vidal, profesora de Historia de la Educación en la Facultad de Educación en la Universidad de Sao Paulo (USP).

«Hubo un debate entre los educadores contra la experiencia escolar del pasado, con miras a crear una que fuera más amigable, promoviendo la defensa de la democracia, para crear una generación más pacífica y solidaria».

Aunque el ideal no se materializó – poco después llegaría la Segunda Guerra Mundial – Vidal explica que esta fue la semilla para la defensa de una enseñanza más cercana a la naturaleza, con protagonismo juvenil, que comprometiera a los niños en proyectos prácticos, combinando actividades físicas, desarrollo intelectual y emocional y tenía al maestro como mediador, en lugar de solo un proveedor de contenido.

Son ideas que se mantienen vigentes (y no siempre puestas en práctica) en la educación actual.

EAALDerechos de autor de la imagenREVISTA BRASILEIRA DE ED FÍSICA
Image caption«Hubo un debate entre educadores contra la experiencia de la escuela del pasado, con miras a crear una que fuera más amigable, promoviendo la defensa de la democracia, para crear una generación más pacífica y solidaria»; arriba, una clase en el Parque Água Branca, al oeste de São Paulo

André Dalben dice que las escuelas al aire libre de principios del siglo XX ya eran llamadas un «cometa médico-pedagógico», que terminó casi desapareciendo en las décadas de 1950 y 1960.

Primero, porque las enfermedades infecciosas han dejado (al menos hasta este año) de ser tan devastadoras, dice Dalben. Luego, explica Diana Vidal, porque prevaleció el modelo de escuela similar al estilo del régimen de fábrica, que implementa horarios fijos de llegada y salida y trata de acomodar al mayor número posible de alumnos dentro de un espacio físico, con el fin de optimizar recursos y gastos.

Parques, plazas y clubes

Diana Vidal se fijó en las escuelas al aire libre del pasado cuando vio imágenes del regreso a la escuela en Manaus, a principios de agosto, con niños pequeños con mascarillas y sentados en un aula con separadores acrílicos entre ellos.

«Quizás estamos tan apegados a las soluciones empresariales, diseñadas para adultos trabajadores, que no podemos reconocer la insuficiencia de estas medidas para los estudiantes en los primeros años de la educación básica», escribió Vidal en un artículo en el periódico de la USP.

Por otro lado, afirma, «al poner a los niños en mayor contacto con la naturaleza, se crea una discusión sobre las prácticas de enseñanza. (…) Empiezan a explorar otros espacios en la experiencia educativa – con nuevos contenidos y nuevas relaciones «.

Aulas al aire libre en Cachemira
Image captionClases al aire libre en Cachemira: «al poner a los niños en mayor contacto con la naturaleza, se crea una discusión sobre las prácticas de enseñanza».

Además, los estudios hasta el momento indican que la proliferación del nuevo coronavirus es mucho menor en espacios abiertos y ventilados naturalmente.

«El virus termina diluido infinitamente al aire libre», dijo a la BBC en mayo la profesora de epidemiología Erin Bromage de la Universidad de Massachusetts en Dartmouth, EE.UU. «Entonces, cuando una persona enferma exhala, los gérmenes se disipan muy rápidamente».

Pero, en la práctica, ¿cómo trasladar la escuela al espacio exterior, principalmente en las grandes ciudades, con pocas áreas libres disponibles?

En agosto, la organización brasileña de derechos del niño Alana lanzó, con base en las directrices de la Sociedad Brasileña de Pediatría y la Unión de Directores de Educación Municipal (Undime), un documento con sugerencias para el uso de los espacios públicos para reanudar las clases presenciales.

El texto sostiene que, si bien el tiempo para regresar a las escuelas debe ser definido por las autoridades de salud, la forma en que esto ocurrirá también debe ser discutida por las autoridades que administran las instalaciones públicas de la ciudad, como parques y plazas.

EAALDerechos de autor de la imagenREVISTA BRASILEIRA DE ED FÍSICA
Image captionLas escuelas al aire libre de principios del siglo XX alguna vez fueron llamadas un «cometa médico-pedagógico», que terminó casi desapareciendo en las décadas de 1950 y 1960.

Entre las sugerencias se encuentra la creación de salas temporales en parques, plazas y clubes, dirigidas principalmente a los más pequeños, con el fin de liberar más espacio interno de la escuela para programar el regreso a la escuela de niños mayores y adolescentes.

También sugiere el uso de mesas de picnic o poda de árboles para crear bancos de madera, asociados con materiales livianos (como rotafolios y tableros con sujetapapeles) traídos de la escuela.

Un obstáculo importante, dice el documento, es que solo el 40% de los centros preescolares del país tienen áreas de juego y solo el 25% tienen áreas verdes. E incluso antes de la pandemia, el contacto de muchos niños con la naturaleza ya era raro o insuficiente, un contacto que podría ayudar a promover una infancia más rica, más creativa y más saludable.

Una maestra en Nueva York dicta una clase al aire libreDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionHoy en día, en Nueva York, se llevan a cabo demostraciones para fomentar las clases al aire libre.

Para André Dalben, las escuelas al aire libre del pasado son una inspiración para repensar la arquitectura de las escuelas de hoy. «Cuando comencé a investigar esto, estaba enfocado en la educación ambiental infantil, (como solución) para que esta educación no tuviera que ser un contenido único, sino que pasara por todas las disciplinas. Y ahora también está la pandemia», dice.

«Podemos pensar en las escuelas junto con las ciudades en su conjunto, con más uso de parques y espacios públicos. No vamos a seguir las mismas líneas que la escuela al aire libre del pasado, pero las vamos a reinterpretar».

De California a Cachemira

Al mismo tiempo, desde regiones ricas y desarrolladas hasta áreas más pobres y conflictivas, el uso de espacios abiertos se ha discutido en diferentes partes del mundo.

En los EE.UU., La organización Green Schoolyards (escuelas verdes) creó la Iniciativa Nacional de Aprendizaje al Aire Libre, recopilando estrategias que están siendo adoptadas por las escuelas estadounidenses.

Una de ellas, en California, instaló pizarras portátiles, filtros de agua potable y bloques de heno rectangulares en el patio, que sirven tanto de banco para sentarse como de bloques gigantes para jugar o compartir espacios.

Dinamarca también creó un portal con propuestas de «educación fuera del aula» en medio de la pandemia. Una de las estrategias es mantener a los niños en grupos pequeños durante todo el día, evitando el contacto entre ellos y haciendo un mayor uso de los espacios externos de cada escuela.

En la conflictiva y vulnerable región de Cachemira, ubicada en la frontera entre India, China y Pakistán, otra iniciativa ha llamado la atención. Los niños estudian al aire libre, incluso en condiciones climáticas impredecibles, ya que el «nuevo salón de clases» está al pie de la cordillera del Himalaya.

Los estudiantes y maestros usan máscaras protectoras y pueden instalar carpas para cubrirse, pero toman clases incluso bajo la lluvia.

Diana Vidal, de la USP, dice que todavía ve pocas discusiones sobre el tema en Brasil, pero ve las experiencias pasadas como un tubo de ensayo, para fomentar el debate público.

Aulas al aire libre en Cachemira
Image captionEn Cachemira, los niños estudian al aire libre, incluso en condiciones climáticas impredecibles, ya que el «aula nueva» está al pie de la cordillera del Himalaya.

«A medida que se fueron consolidando los modelos de escuela, también se naturalizaron y nos olvidamos de otras posibilidades», dice Vidal.

Incluida la posibilidad de obviar, cuando sea posible, el aula física.

«El exterior no tiene por qué ser solo para las famosas excursiones escolares. Nos veremos obligados a utilizar el exterior, que es mucho mejor que el cerrado. Es una invitación a pensar en cómo aprovechar mejor los espacios que tenemos«.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-54070581

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Escuela y covid-19: llega la hora de los ‘edutubers’

Por: Nacho Meneses

La incertidumbre que rodea la vuelta a clase en medio de la pandemia favorece un perfil de docente más innovador y participativo: el de los profesores ‘youtubers’

Incorporar la tecnología en el aula dejó de ser una opción el pasado mes de marzo, cuando la pandemia de coronavirus provocó el cierre repentino de los centros educativos en España y en muchos otros países. Con más o menos fortuna, y en cuestión de días, los docentes tuvieron que encontrar la mejor manera de seguir dando clase a distancia, echando mano de las herramientas tecnológicas a su alcance: plataformas como Zoom, Google Classroom, Microsoft Teams… y YouTube, un recurso recurrente en el aprendizaje de los internautas. Según datos de Google, siete de cada diez usuarios de la plataforma la utilizan para aprender, y si en enero y febrero se subieron 300 vídeos en todo el mundo con las palabras “enseñanza a distancia” en el título, solo en marzo ese número superó los 23.000. Meses después, y cuando arranca el año académico en medio de fuertes medidas de seguridad para contener el número de contagios, la tecnología es ya una herramienta esencial para los educadores, los alumnos y sus familias.

En este contexto de incertidumbre por cómo se desarrollará el nuevo curso, la figura de los edutubers, o educadores por YouTube, cobra una relevancia especial. Canales educativos con años de experiencia como Unicoos, del profesor David Calle (1,4 millones de seguidores que aprenden con él matemáticas, física, química y tecnología); La cuna de Halicarnaso, del profesor de Historia y Geografía José Antonio Lucero (150 mil) o AntonioProfe, del andaluz Antonio Pérez (26.900 estudiantes de Física y Química), marcan el camino de un estilo de enseñanza interactivo y participativo, basado en un modelo de aula invertida (o flipped classroom) que se adapta sin problemas al tipo de enseñanza que se necesite en cada momento, ya sea cara a cara, semipresencial o a distancia.

“Ahora todo el mundo está preocupado por una vuelta segura a las clases, y eso está genial, pero no se está hablando de qué cambiamos, de qué forma diferente debemos afrontar las lecciones, o de cómo conseguir que los alumnos se impliquen y participen en las videoconferencias”, reflexiona Calle en voz alta. Para este profesor, falta tanto formación como recursos por parte de las administraciones educativas, para que los docentes puedan abordar su docencia digital con todas las garantías.

No se trata solo de mandar vídeos

Todos los docentes consultados coinciden en un punto: dar clase por Internet no es simplemente mandar una lista de 50 o 100 vídeos a tus alumnos, ni conectarse a una videoconferencia para hacer exactamente lo mismo que harías en el aula. “Hay que cambiar el qué se enseña y el cómo se enseña, tratando de introducir dinámicas diferentes para motivarles e implicarles en otras iniciativas que les interesen, porque si no… Si ya en clase se te duermen, imagínate a las nueve de la mañana en su casa”, sostiene Calle. En el modelo de aula invertida, los estudiantes ven el contenido por su cuenta antes de clase, de manera que el tiempo que pasan con el profesor se emplea para contestar preguntas y realizar actividades colaborativas.

“Yo no explico en el aula”, confiesa Antonio Pérez, profesor de Física y Química de ESO y Bachillerato en Los Barrios (Cádiz). “Las clases las dedicamos a resolver dudas, al igual que hicimos durante el confinamiento: ellos veían la teoría en casa y las preguntas las resolvíamos por videoconferencia. Por eso es una metodología tan interesante, porque atiende perfectamente a la diversidad. Como la clase está grabada, el alumno al que le cuesta más puede verla tantas veces como necesite, de manera que cuando volvemos a clase ya estamos todos al mismo nivel”, asegura. Pérez, que es finalista al Gobal Teacher Prize 2020 y que protagoniza el documental Soy EduTuber, que se verá próximamente en el festival de cine documental Alcances, en Cádiz, ha acumulado en su canal casi 500 vídeos que cubren todo el temario de Física y Química desde 2º de la ESO hasta 2º de Bachillerato, con los ejercicios más importantes de cada tema. “A mí me gusta ser innovador, y probar cosas nuevas; y la verdad es que, cuando empiezas a usar metodologías activas como esta, los resultados mejoran, y mucho”.

José Antonio Lucero creó La cuna de Halicarnaso en 2015 para ofrecerle a sus alumnos un contenido audiovisual que ellos pudieran usar para estudiar o repasar en casa. Pero, como en el caso de Calle y de Pérez, lo que empezó como un pequeño proyecto adquirió gracias a Internet un alcance inesperado que traspasó fronteras, especialmente el curso pasado. Y, también como ellos, adoptó el mismo modelo de clases invertidas. “Yo les pido que vean un vídeo a la semana, que ellos tienen que trabajar en casa tomando apuntes según un modelo (el de las notas Cornell) que les enseño a principios de curso. Y luego, lo que se genera en clase es tiempo para reflexionar sobre la cuestión histórica que estamos planteando, mediante tareas cooperativas o proyectos. Generar un debate es fundamental no solo para el aprendizaje, sino para desarrollar el espíritu crítico”.

Entre las actividades que emplea tras el visionado de los vídeos, Lucero cita algunas como un análisis de imágenes, la realización de preguntas y respuestas para otros compañeros o investigaciones en el aula, usando recursos informáticos. Pero insiste en un punto: estos recursos son muy válidos, pero no lo son todo: “Para mis alumnos, el vídeo puede significar entre el 10 y el 20 % de lo que aprenden. Debe combinarse con otras actividades y metodologías activas en el aula, que sirven para reflexionar y aprender de muchas maneras”. Y Calle recuerda que “los profesores ya no somos la única fuente de conocimientos. Por eso es imprescindible guiarles, enseñarles qué tipo de cosas deben ver y que puedan discriminar las fuentes fiables de las que no lo son; plantearles preguntas; trabajar en equipo con ellos; debatir; conocerles un poco más…”

Además de cubrir el temario de Historia, La cuna de Halicarnaso aborda también, desde un punto de vista objetivo, cuestiones de actualidad no exentas de polémica para explicárselas a un alumno de Secundaria: ¿por qué me dicen facha si llevo la bandera de España? ¿Por qué tenemos un rey? ¿Por qué no aparecen tantas mujeres como hombres en los libros de texto? Una iniciativa que pretende desmentir la impresión generalizada de que la Historia es solo una materia para memorizar hechos pasados: “Yo creo que la Historia sirve, sobre todo, para comprender y reflexionar sobre nuestro presente”, afirma Lucero.

¿Son entonces los vídeos todo ventajas?

No del todo. Para este docente, presentan el inconveniente de que el profesor no está delante para responder las dudas que puedan surgir en los estudiantes, y por eso intenta que las apunten para luego formularlas en clase; y siempre sin olvidar que puede haber alumnos que no tengan un buen acceso a Internet o que a lo mejor tienen un solo ordenador para varias personas, y para ellos ha de preparar otras estrategias.

“Es muy común que al alumno que estudia en casa le surja una duda, pero que cuando regresa a clase ya se le ha olvidado”, cuenta Pérez. Para evitarlo, él los anima a que dejen sus dudas o preguntas en los comentarios del vídeo o a través de las redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter, en las que el docente mantiene un contacto directo con sus alumnos. “En Instagram, por ejemplo, suelo subir fotos de las prácticas que hacen ellos en sus casas; o me mandan una foto de un problema que no les sale, y si yo en ese momento estoy en casa, trabajando en algo de eso, les resuelvo la duda en el acto. O la tenemos ahí y al día siguiente, en clase, abrimos esa red social y la contestamos”.

Conservar la pasión por aprender

“Tal vez, lo que en muchas ocasiones ha generado este sistema educativo es una desilusión por aprender, y ha hecho que poco a poco pierdan esa curiosidad e ilusión que los niños sienten a los tres, cuatro, cinco años”, reflexiona Lucero. “Al final, de lo que se trata es de generar amor por el conocimiento, sobre todo en Secundaria. Porque cuando a un chaval se le transmite ese amor por aprender, eso nunca se le va. A mí no me importa que mis alumnos salgan de la ESO conociendo un montón de fechas, nombres y hechos históricos; sino que no pierda su amor por mi materia, por seguir aprendiendo historia”. Para este experto, estamos acostumbrados a un sistema conductista en el que el profesor conduce y el alumno va sobre raíles; así que, al final de su etapa educativa, “es como si hubiera estado todo el rato sentado en el tren de la bruja, recibiendo. Eso genera en muchos alumnos la sensación de que ellos no construyen su propio aprendizaje, sino que se les impone, y genera desconexión porque no ven el atractivo al sistema”.

Si se consigue generar esa pasión por aprender, los resultados no solo serán mayores, sino también más duraderos. Los estudiantes se implicarán más y tomarán una mayor responsabilidad sobre su propio aprendizaje. Algo en lo que coincide también Antonio Pérez, que a la hora de hacer prácticas da total libertad a sus alumnos: “Ellos pueden hacer la que quieran. Te pongo un ejemplo de segundo de la ESO. Un día me vino uno de ellos y me dijo: “¡Antonio, yo quiero hacer un cohete!” “¿Un cohete, chiquillo?”. “Sí, sí”. “Pues nada, métete por ahí, busca la información, dime lo que quieres hacer y yo te ayudo”. Ellos hacen todo el proceso completo: buscan la información, los materiales, hacen el experimento, explican lo que ha pasado… Como están siguiendo todo el método científico, desde la observación hasta la obtención de resultados, es válido para cualquier asignatura”. Y añade: “A lo mejor no está relacionado directamente con lo que estás dando en ese momento, pero ese contenido se les queda, es un aprendizaje significativo que además cumple con el propósito de las prácticas, que es que conozcan cómo funciona la ciencia”.

Unicoos, de la crisis a la pandemia

Cuando en 2011, y por la crisis económica, la pequeña academia que David Calle tenía en Velilla de San Antonio (Madrid) se quedó sin la mitad de sus estudiantes, le dio tanta pena que decidió superar su miedo escénico y comenzó a grabar vídeos para ayudar a sus estudiantes. Iba a ser algo para una treintena de estudiantes… Y hoy, nueve años después, Unicoos es ya una comunidad virtual de casi un millón y medio de estudiantes, docentes e incluso padres, tiene su propia web e incluso una app para Android, y ha superado los contenidos de matemáticas, física, química y tecnología para abordar todas las asignaturas, con el proyecto BeUnicoos. Le han comparado con Salman Khan, creador de la web Khan Academy y recipiente del Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2019, “con una pequeña diferencia: que él recibe 100 millones de dólares al año en subvenciones y nosotros ni 100 euros… Ojalá pudiera yo tener también 200 empleados, y hacer muchas más cosas con Unicoos. Porque no dejan de pedírnoslas”, confiesa.

Tanto ha crecido que ahora, además de casi 900 vídeos gratuitos, incluso tienen una parte premium “con toda la teoría que necesitan, exámenes que se corrigen solos, ejercicios resueltos, un chat y un foro de preguntas y respuestas que, en dos años, ha resuelto ya 600.000 dudas”, explica Calle, e incluso han desarrollado algunas herramientas para profesores, como BeCam, una plataforma de videoconferencias que tiene una pizarra multiusuario en la que profesor y alumno pueden pintar a la vez, o BeQuest, una aplicación para ludificar las clases a través de un juego interactivo de preguntas y respuestas.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/economia/2020/09/16/actualidad/1600249878_557809.html

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